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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Pelotón de Campamenteros.

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01/04/2013, 20:56
Compañía: Perdida, Pelotón de Campamenteros.

- "He derramado sangre. Dos veces... Pero no he matado a nadie. No estoy capacitada para el mando." -

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01/04/2013, 23:10
Asesina.

Tras escuchar las palabras de Lengua Negra siento como el dolor vuelve y, con él, el recuerdo de la batalla. La pérdida de tantos por la mala estrategia de los líderes, la rendición de algunos de nuestros hermanos y la pésima habilidad de algunos.

Muchos de ellos no se merecen ni ser miembros de la Compañía Negra. La mayoría son peores guerreros que yo. No me gusta que me ordenen nada personas más débiles a las que puedo matar. Y, si consigo ese puesto, podré vigilar de cerca al hechicero.

Sin decir nada alzo la mano, mostrando con orgullo las heridas recibidas durante la batalla.

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02/04/2013, 00:28
Lombriz.

Lengua Negra. Lombriz sabía poco del oscuro, y poco más le importaba. Era el hijo del Capitán, el líder la Compañía, que le había dado una nueva vida, una propia, aunque fuera una tan miserable. Solo hubiera sido más confiable un chamán o uno de esos magos oscuros, un hombre de verdadero poder, pero quién entre los campamenteros lo era.

Como evidenciaba su nombre en la Compañía, Lengua Negra habló largamente, y lo hizo en el idioma k’hlata. Lombriz sintió una punzada de angustia al no comprender completamente las palabras del oscuro. Sin embargo, entendió lo suficiente para saber que lo que buscaba no era alguien como él. Una lombriz estaba hecha para arrastrarse, no para elevarse por encima de los demás. Los pasados acontecimientos lo habían demostrado, aunque él no hubiera sido quien estaba al mando entonces.

Vio a Asesina ofrecerse voluntaria sin mostrar el menor atisbo de duda. La mujer no entendía dónde estaba su lugar. El Sargento Gulg, en cambio, sí sabía lo que hacía cuando les había puesto los nuevos nombres. No era más que una matadora de hombres, alguien a quien señalar el enemigo y soltar para que corriera a hacer estragos en sus cuerpos y su moral. No alguien capacitado para tener otra responsabilidad. Pero él, el gusano, no iba a hacer nada al respecto.

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02/04/2013, 02:36
Belleza.

Quedé sorprendida ante la pregunta de Lengua Negra. ¿De verdad estaba pidiendo voluntarios?

Obviamente, no levanté la mano. No podía imaginarme dando órdenes a los demás. ¡Si casi muero de un golpe! Estaba claro que ese no era su papel. Quizá podía hablar con las personas, hacer que entraran en razón... Pero nunca tomar la voz de mando. Era mucha responsabilidad y ni se me pasaba por la cabeza asumirla.

Más impresionada me quedé cuando Asesina alzó la mano. ¿Elegirían a alguien como ella?

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02/04/2013, 02:39
Chamán Rojo.

No dejé de prestar atención a las palabras de Lengua Negra. Sus palabras eran ciertas, en un segundo debía haber confianza. Pero su petición era muy extraña. Si quería en su segundo alguien de confianza, no era lo mejor que podía pedir. Debería seguir con Piojillo, al menos sabía ya su labor y podría asistirle durante un tiempo.

Pero daba igual, eso no era para mí. Me quedaba mucho por aprender antes de poder dirigir a nadie. No, imposible. Me quedé con los brazos cruzados, viendo quién alzaba su mano con valentía, como acababa de hacer Asesina.

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02/04/2013, 10:04
Odio.

Odio, por un momento, levantó la mirada del suelo, justo al escuchar las últimas palabras de Lengua Negra. Tras ver como Asesina levantaba la mano, no dudó en alzar la suya

Sus compañeros le temían, aquella era la oportunidad para que le respetasen. Lamentó sus heridas..pues quería parecer lo más capaz posible. Clavó su mirada en Lengua Negra, no había odio en ella, había confianza... y ambición.

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02/04/2013, 10:09
Keropis.

-Crrreo que nosss complementamosss bien en la batalla -dijo el ermitaño mientras alzaba la mano sin mirar a nadie en particular- Me ofrrrezco parrra ssserrr tu sssegundo.

Quién iba a pensar que el ermitaño se iba a ofrecer voluntario para ser el un mando del pelotón. Siempre estaba buscando un poco de soledad y siempre parecía evitar a los demás. Pero eso mismo le hacía algo mejor, pues no tendría problemas en aplicar castigos y disciplina cuando fuera necesario. 

Y sabía de unos cuantos que necesitaban disciplina, pues no podían ir pavoneándose como si fueran los reyes de la Compañía.

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02/04/2013, 10:16
Plumilla.

La K'Hlata no podía saber como eran en la batalla Keropis y Asesina. Les había visto durante los entrenamientos, a Odio le habia tenido al lado derramando la sangre del enemigo. Plumilla no iba a presentarse, pero dio su opinión al Oscuro, usando su lengua en deferencia a Lengua Negra.

-Que nuestro mando sea alguien capaz de mantener la mente fría y respetar a nuestros caídos-opinó  sin alzar la voz en favor de Keropis,pues desdeñaba la implacable saña de Asesina y el desquiciamiento del que algunos, como era el caso de Odio al hablar de la muerte de Pulga.

-Que el resentimiento y la sed de sangre no ciegue a nuestros mandos-dijo en K'Hlata, haciendo una ligera variación a su frase original para que aquellos que no hablaran Oscuro pudieran entenderla.

Guardó silencio de nuevo, a sabiendas del probable castigo que caería sobre ella por hablar cuando no se le había ordenado. Pero, si iban a obviar la diplomacia, que el mando elegido fuera alguien capaz de guardar las formas y que supiera ser visceral cuando debía serlo. Quizá si Keropis fuera segundo de Lengua Negra, los campamenteros aprenderían algo de él.

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02/04/2013, 12:29
Lengua Negra.

Lengua Negra observaba las manos alzadas y las manos que se cerraban sobre los regazos, pero la intervención de Plumilla hizo que desviara su atención hacia ella.

-Plumilla, ¿acaso eres la consejera de este pelotón? ¿Acaso una chamán? ¿Cuáles son tus prerrogativas para que digas cómo debe ser un mando? ¿Para que digas cómo debe ser el Capitán, la Sargento Falce, aquel que sea nombrado segundo de este pelotón o yo mismo? Mide tus palabras, recluta -dijo fríamente en lengua K´Hlata-, especialmente cuando ni siquiera has alzado tu mano. Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Tú de las tuyas. Tu mano sigue baja. ¿Acaso porque no respetas a los caídos, porque no mantienes la mente fría, porque te ciegan tus pasiones? Sea como sea, guarda silencio. Cuando quiera conocer lo que piensas, ya se te preguntará. Y no vuelvas a despreciar a los tuyos hablando una lengua que muchos no dominan. Campamenteros -su voz se dirigió a todos-, las viejas costumbres tribales no siempre tienen cabida aquí. Estáis en una compañía de mercenarios porque así lo decidisteis. Nadie os obligó y, a cambio, asumisteis como propias las costumbres y usos de la Compañía Negra. Eso supone respetar la jerarquía, obedecer y cumplir con el deber impuesto. Este ejército no es como una de esos territorios lejanos donde se dice que los ciudadanos deciden a mano alzada la política y devenir de su tierra, donde los gobernantes solo lo son de nombre. Si es eso lo que queréis, habéis confundido la dirección de vuestros pasos. Si es eso lo que queréis, estáis a tiempo de marchar de la Compañía Negra, sólo azotados por la ignominia de vuestra vergüenza. Pero si os quedáis, conocéis perfectamente vuestra posición y obligaciones. Y las consecuencias de incumplir con ellas. Se dice de los Hostigadores que son la elite de este ejército. ¿Deseáis que este pelotón se transforme en la nueva elite, en el orgullo de la Compañía Negra? Pues cumplid con la disciplina. Es la única vía.

Guardó silencio una vez más. Esperaba que sus palabras fueran correctamente entendidas. Los muertos del camino hablaban de las labores mal ejecutadas, de la escasa formación y, posiblemente, de la indisciplina de los Campamenteros. Eran un diamante en bruto. Una dura piedra que debía ser pulida. Era necesario sujetar aquella piedra entre rígidas mordazas, antes de golpearla con dureza para sacar las esquirlas que descubrirían el corazón duro y brillante de aquella gema. Le odiarían por ello casi con toda seguridad. No le importaba. Sólo necesitaba su respeto. 

-Veo pocas manos dirigiéndose al cielo. ¿Nadie más entre vosotros se considera digno de servir a su grupo? Pues de eso se habla. De servirle. 

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02/04/2013, 18:02
Manta.

Manta escondió la cabeza entre los hombros al escuchar la propuesta. Segundo al mando. Mando, una palabra que le quedaba muy grande. Podía soñar con ella, pero no era algo que considerara para mañana.

Una mano. Otra mano, y otra más. Manta levantó las pupilas para reconocer a los campamenteros bajo esas manos. La primera era Asesina, una de las mujeres de la escuadra de Lombriz, donde habían acabado los que el Sargento Gulg había considerado los menos dotados. No había cruzado más palabras de las necesarias con la mujer, pero tenía fama de ser cruel y despiadada, como el propio Lengua Negra, pero sin los años de preparación que sin duda había pasado el oscuro. El segundo era Odio, a quien conocía algo mejor, y que a su juicio, representaba todo lo que no funcionaba entre los campamenteros. Y el tercero Keropis, el hombre que nunca se dejaba ver sin su armadura y sus vendas, y que parecía despreciar a todos, salvo a Plumilla.

Manta miró a unos y otros, tratando de recordar conversaciones, entrenamientos, guardias compartidas con ellos. No le parecían las personas adecuadas para aceptar semejante responsabilidad. Pero, por otro lado, al igual que él, habían sangrado por la Compañía, matado por la Compañía y luchado codo a codo con sus compañeros. Habían visto morir a la gente con la que habían comenzado su nueva vida, quizás incluso los habían llorado. ¿No podía la experiencia haberles hecho reflexionar del mismo modo que se lo había hecho hacer a él? Y, por encima de todo, ¿qué derecho tenía a cuestionar la validez de sus compañeros, cuando él no tenía el valor de levantar su mano? Aun así, no podía evitar preguntarse si personas tan seguras de su capacidad para mandar, eran adecuadas para hacerlo realmente.

Lengua Negra volvió a hablar. Primero para reprender a Plumilla por sus palabras. La pobre chica, humillada a ser aún una recluta porque apenas era capaz de sostener un arma, aunque podía hacer lo que el resto de sus compañeros no eran capaces. Incluso hablar en la lengua oscura, que él apenas chapurreaba, después de tantos años siguiendo a la Compañía. Después, para explicar lo que esperaba de ellos, y de su segundo.

Servir a sus compañeros. Manta alzó la cabeza para mirar a los ojos al oscuro. ¿Decía la verdad o se comportaba como un mercader que solo quería que compraran sus mercancías? Fuera como fuese, la idea se metió en su cabeza como si la hubiesen incrustado en su cráneo con un mayo. Era precisamente la respuesta que llevaba buscando desde que sobrevivió a la emboscada. No, incluso antes, cuando marchaba con sus compañeros por los caminos de Cho’n Delor. La Compañía, y especialmente los campamenteros, era su nueva familia.

Manta levantó la mano tímidamente, sin que sobresaliera apenas por encima de su cabeza.

—¿Puedo hacer una pregunta? 

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02/04/2013, 18:06
Derviche.

Como siempre, los defensores de la indigna, saltaron a su defensa. Cegados por sus encantos y merecedores de sus placeres, dispuestos a quedar en ridículo, por un fugaz momento de gozo. La recompensa se la iba a dar luego, no dentro del campamento, las furcias no estaban bien vistas.

La aparición de Lengua Negra, dejó en segundo lugar cualquier otra ocupación. Derviche lo miraba sin parpadear y se preguntaba por qué su propio padre lo castigaba tan duro. Ser líder de esa acumulación de imbéciles, no iba a ser tarea fácil. Ella misma era una bruta difícil de controlar, no tenía capacidad para trabajar en equipo, obedecer ordenes o respetar a sus superiores.

No tenía claro si odiarlo más que a nada, por ser oscuro y tener el don de parlotear. Sabía que, aunque no tenía aspecto de guerrero, no se quedaba atrás en las batallas. No ser un cobarde, era positivo.

Al parecer, lo primero que buscaba, era un segundo al mando. Rechazaba de primeras a Piojillo y pedía que los que se consideraban dignos, lo manifestaran levantando la mano.

Derviche solo se consideraba digna de matarlos a todos. En la siguiente batalla, morirán todos, así que era inútil alargar la espera. El capitán le haría otro “favor” a su hijo y lo iba a mandar a una muerte segura, rodeado de salvajes que apenas conoce.

Perdida habló, dejando claro que no merece el puesto. El primer fallo es hablar, la fanática aprendió que, delante de los superiores, mantener la boca cerrada es siempre mejor.

Asesina, Odio y Keropis levantaron la mano y de nuevo escuchó palabras. Derviche intentó hacerle caso y pensar en alguien que cumpliera lo que Plumilla pedía. Era imposible, ninguno de los tres cumplía los deseos de la chica, ninguno del grupo, o puede que lo dijo por qué se refería a sí misma.

La reprimenda de Lengua Negra, hizo que una extraña sonrisa se dibujara en los labios de la guerrera. Derviche esperaba que la muchacha le enseñara sus dotes y demostrarle que estaba equivocado, que ella tenía capacidades y que probablemente era la más indicada en mandarlos, lo demostró en varías ocasiones, también es servirles, nadie más se quejó en la tienda.

Derviche no levantó la mano, no era apta para servir ni mucho menos para mandar. Ella solo quería matar.

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02/04/2013, 18:13
Lengua Negra.

Una mano se levantó y habló. ¿Lo hacía para ofrecerse como segundo o como un reclamo de lo que quería formular?

-Pregunta. Pero no te aseguro que recibas respuesta -dijo Lengua Negra, invitando a Manta a que hablara.

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02/04/2013, 19:42
Tarado.

Levanté la mano mirando fijamente a los ojos a Lengua Negra y me adelanté antes de que Manta hablara pidiéndole disculpas.

- Espera, Manta, disculpa que te interrumpa pero tengo muchas cosas que decir, y si no las digo ahora, dudo que luego vaya a recordar todo lo que tengo en mente. Además quizá tu pregunta obtenga respuesta con lo que yo voy a decir, o sencillamente la formule yo mismo entre todo lo que tengo que decir, que es mucho. Lo primero, creo que soy apto para el puesto. A pesar de haberme rebelado contra Serpiente siendo un simple recluta, lo cual mostró indisciplina, a pesar incluso de haber sido el primero en caer en la última batalla, creo que soy apto. He aprendido del castigo recibido, y en la batalla caí el primero por ir al lado de Matagatos, y al lado tuya, Lengua Negra, liderando la carga, a pesar de que yo no tenía caballo. Creo que puedo ser buen segundo. Me gustaría, sin embargo, tomarme un tiempo para decir algo que, en mi opinión, considero importante, y que considero importante decirlo ahora, antes de que tomes una elección, Lengua Negra - mientras articulo tales palabras me pongo en pie, con la intención de llamar la atención de la gente y ser más visible. - Por cierto, por comodidad me tomaré la licencia de tutearte y llamarte por tu nombre, si tengo que tratarte de usted y decir señor constantemente, no acabaría en la vida. Quiero dejar bien clara una cosa. Mi concepción de la Compañía Negra puede que no sea exactamente la misma que la de los Altos Mandos. Puede que las palabras que digamos, sean las mismas, pero no las sintamos igual. O quizá sí sea exactamente la misma, en cuyo caso me sentiría muy feliz de contar con un respaldo tan importante. Para mí la Compañía Negra es una hermandad de guerreros. Se basa como bien has dicho, en la confianza y en el respeto a los superiores. Pero esa confianza y ese respeto, en mi opinión, no se ganan a base de disciplina. Todo lo contrario, la disciplina es más fácil de cumplir cuando hay comprensión y respeto, cuando somos todos hermanos. ¿Acaso no es en eso en lo que se basa la Compañía?¿Acaso no es cierto que algunos, si no muchos de nosotros, vamos a jurar mañana, y nos convertiremos en Hermanos Juramentados? Creo que eso no debería ser solo una palabra, no solo debería ser un trámite práctico. Creo en el simbolismo que supone eso. - Hago una pequeña pausa y suspiro. - A dónde quiero llegar es que no todo es disciplina, Lengua Negra. Tiene que haber una motivación para cumplir con esa disciplina. Y si pretendes provocar esa motivación a base de castigos y humillaciones, entonces sólo conseguirás miedo y odio. Y quizá ese miedo te sirva para que te obedezcamos, pero ni el odio ni el miedo servirán para que te consideremos como un padre o un hermano. Al fin y al cabo, ¿no es esa la idea? ¿Que por sentirnos todos hermanos, por sentir lazos de amistad, cariño y comprensión, nos sintamos impulsados a proteger a esa persona en la batalla? Verás, Lengua Negra, un líder es reemplazable, tú estás reemplazando a Cochinillo como líder. Pero un padre, un hermano, o un verdadero amigo, no. No podrás reemplazar el cariño que nosotros sentimos hacia Cochinillo, y además creo que tampoco lo pretendes, porque sabes que sería una deshonra a su memoria. Pero si puedes lograr uno igual de grande, sin renunciar a imponer a esa disciplina de la que hablas, que por cierto, yo también siento necesaria. Si estás dispuesto no solo a que te obedezcamos, si no a que te arropemos y te aceptemos en el grupo, bienvenido sea, yo seré tu segundo. En cambio, si basas tu liderazgo en el odio y en el miedo, y en que por ser nuestro superior tenemos que obedecer, que aunque sea cierto no siempre es fácil, y menos cuando tu superior no te agrada, entonces solo conseguirás, o al menos por mi parte, que en el próximo combate te deje tirado, porque como bien dije, un líder es reemplazable por otro. Cualquiera puede dar órdenes, Lengua Negra. Pero no cualquiera puede hacer que el grupo se sienta contento de cumplir las órdenes. Y un grupo funciona mucho mejor cuando se siente a gusto con su líder. Al fin y al cabo, esa es la filosofía de la Compañía. Todos hermanos, todos iguales, y aquellos que ascienden a líder es porque saben liderar, saben cómo hacer que sus hombres funcionen y le tengan respeto, no miedo, y como tu mismo acabas de decir, un líder sirve a su grupo. Si esa es la vía que vas a seguir, si tu en cierto modo, vienes aquí para servirnos, no solamente a ordenar e imponer disciplina, y creo que es así y por eso he levantado la mano, entonces cuenta con mi candidatura para ser tu segundo. Para servir al grupo y hacer de los Campamenteros la nueva élite de la Compañía. - Luego me vuelvo hacia el resto y les empiezo a hablar, primero en general y luego uno a uno, mirando a cada persona que nombro fijamente. - En cuanto a vosotros, si queréis que seamos la nueva élite, más vale que empecemos a comportarnos como tal. Os lo digo como posible futuro segundo de Lengua Negra, pero sobre todo como amigo o hermano. Todos, en general, dejad de llorar la pérdida de los nuestros. Lombriz, no te sientas inútil, puedes ser tan válido como el que más. Plumilla, no estés apenada por la pérdida de Pulga o Cochinillo, ¿o crees que eso les habría hecho felices? Es normal que duela perder a alguien a quien quieres, pero no puedes dejar que ese sentimiento te arrastre. Mañana cuando yo muera, no me vengáis a llorar, nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad. Piensa en ello. Derviche... si de mi dependiese la elección de quién entra y quién no entra en la Compañía, tu no habrías llegado ni a recluta. No habrías pasado de aspirante. Eres patética y prácticamente inútil. Solo sirves para matar, pero no para defender los intereses de la Compañía, ya que la Compañía y sus integrantes te interesan un bledo. Si lo único que eres capaz de hacer es matar, vete de la Compañía y trabaja por libre. Y si pretendes quedarte, antes que amargarnos la vida al resto, haznos un favor, córtate el cuello y reúnete con tu diosa de una vez, a no ser que estés dispuesta a cambiar un poco y seguir los consejos de quienes intentan integrarte en su familia. No es necesario que lo hagas de golpe, pero al menos inténtalo. Si no tienes intención de cambiar ni de cortarte el cuello, alguien acabará haciéndolo por ti, o sencillamente echándote, porque has causado más problemas que otra cosa. Matagatos acabó harto de ti. Y no tengo nada más que decir al respecto. Piojillo, eres una gran persona. Es cierto que no sirves para ser líder, porque implica mucha responsabilidad y el tomar decisiones que en ocasiones no te gustaría tomar. Cuando quieres a alguien, nunca es plato de gusto imponerle un castigo. Hay que tener mucha sangre fría para ello, y lo cierto es que no todo el mundo la tiene, así que no te mortifiques con ello, no es algo que tu pudieses decidir. Keropis, eres un guerrero valiente y astuto. Por lo que conozco de ti eres el mejor competidor que tengo para el puesto de segundo, también porque al resto de candidatos no los conozco. Pero no vendría mal que te arrimases al fuego con nosotros, y nos contases algo sobre ti. Es muy difícil sentir apego por un extraño y estar dispuesto a dar la cara por el igual que por el resto a la batalla. A veces incluso Derviche se relaciona más que tu, aunque sea solo para pegarse, porque la pobre no sabe hacerlo de otra forma ni quiere aprender. Entiendo que quieras tener tus momentos de soledad, yo también los quiero. Pero debes confiar un poco más en nosotros, para que nosotros podamos confiar en ti. Odio, has mejorado mucho. Antes eras tan idiota como Derviche, y tan solitario como Keropis, pero poco a poco te has ido acercando a nosotros. Pero no te confíes, todos tenemos dentro una bestia que debemos aprender a domar. Y al resto no os conozco demasiado, pero en general os diré una cosa. Si soy vuestro segundo, tendré la misma iniciativa para aplaudir lo que hacéis bien como para destacaros lo que hacéis mal. Compartiré con vosotros aquello que sepa e intentaré aprender de vosotros y hacerme mejor líder y persona. Pero también, si alguien se atreve a desafiar, no a poner en duda, pues todos podemos tenerlas, pero a desafiar las órdenes mías o de Lengua Negra, no me temblará la mano para imponeros el castigo que yo crea necesario. No quiero Serpientes ni Derviches en mi grupo, no quiero gente con mucha habilidad, pero sin corazón alguno, al fin y al cabo, son nuestros sentimientos lo que nos hacen humanos. - Sin darme cuenta, hablo ya como si fuese el segundo de Lengua Negra, e inmediatamente me corrijo. - Esto, por supuesto, si Lengua Negra me elije como segundo. Si no, sencillamente pensad en lo que os he dicho. - Me vuelvo hacia Lengua Negra otra vez. - Bien Lengua Negra, en ti queda la última decisión. Pero antes te diré una última cosa. Como yo lo veo, un líder debe de ser humilde y también tener en cuenta la opinión de sus hombres, ya que aquí, al fin y al cabo todo somos eso, guerreros y humanos. Mi consejo, como futuro Hermano Juramentado y sobre todo como persona que sirve a la Compañía, es que aprendas de tus hombres al tiempo que ellos lo hacen también de ti. Me dijiste una vez, cuando me propasé con Serpiente, que yo no era nadie para dar consejos, que no era más que un simple recluta que no tiene por qué sacar de su error a los superiores. Yo me sigo preguntando por qué no.  Que alguien esté por debajo de mí en la cadena de mando, tan solo lo sitúa por debajo de mí en la cadena de mando, no en sabiduría. Vas a tener bajo tu mando a León Anciano, que es mayor que tú y que yo juntos, puedo asegurarlo. No cometas el error de creer que, simplemente por darle órdenes o tener un estatus superior a él, no puedes aprender nada de él. Y esto es aplicable a cualquiera de nosotros, tan solo nombré a León Anciano porque es el ejemplo más claro de que no por estar bajos tus órdenes, tiene que saber menos. Y por cierto, creo recordar que te han quitado anteriormente el mando de los Hostigadores. No quiero meterme en tu vida, ni digo esto para ridiculizarte ni humillarte, si no para hacerte más cercano a nosotros. Pero imagino que tendrás ganas de demostrarle a los Altos Mandos y sobre todo a tu propio padre, que puedes ser un líder capaz y bueno. Es normal que sientas esto. Pero no dejes que eso te ciegue, ni bases tu autoestima en ello. Ni tampoco nos utilices a nosotros como instrumentos o herramientas para tu éxito, o te irá muy mal. ¿Hablas de servir?, pues predica con el ejemplo, que seas tu el que nos sirva a nosotros, no nosotros a ti. Nosotros en todo caso servimos a los intereses de la Compañía y no a los tuyos. Es un consejo de futuro Hermano, y, espero, de futura mano derecha. No por ser comprensivo, sabio y humilde, te vas a hacer respetar menos. Todo lo contrario, te harás respetar más y conseguirás mejores resultados, te lo aseguro. Y dicho esto, considérame a tu disposición. Y una última cosa. Si consideras algo de lo dicho fuera de lugar, o una falta de respeto hacia ti, mis disculpas, y puedes imponerme el castigo que desees, pero nada de eso cambiará que lo que te haya dicho sea verdad, o tenga al menos una gran cantidad de verdad. - Me vuelvo a sentar y espero a que el resto de personas o el propio Lengua Negra se pronuncien.

Notas de juego

P.D.: Perdón por el tochopost... Lengua negra, tienes un huevaco que leer XD.

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02/04/2013, 19:56
Odio.

Odio permaneció atento a las palabras de Tarado, comprendiendo cada vez más el porque llevaba ese nombre a su espalda.

Sin embargo, tenía parte de razón en algunas de las cosas que decía, pero ni mucho menos lo hacía de la forma correcta y, al menos para el Hiena, todo parecía palabrería y filosofía barata para, al final, simplemente conseguir el puesto de segundo al mano.

Aquél loco no parecía entender que no sólo se necesitaba hermandad y apego entre todos ellos para poder guardarse la espalda en cualquier batalla o situación vital, si no que sin disciplina... era imposible guardársela. La disciplina te hace útil, te hace fuerte, te une a los que también la tienen y convierten a todos en un bloque... y eso parece no entenderlo.

Además... ¿nadie le explicó cómo funciona la Compañía Negra? ¿Nadie le ha contado la historia y cómo jamás han dejado de cumplir sus propósitos y derrotar a sus enemigos?

No estaban allí para cambiar las cosas, estaban allí para demostrar que eran útiles para la Compañía... porque allí, siempre había que demostrarlo, por mucho hermano o puesto que uno tuviese.

Odio sabía que no sería elegido, o al menos que sus compañeros no estarían demasiado contentos con ello. Su mirada siempre irascible, atada a un caracter férreo y displicente, lo alejaba de mucho de ellos. Pero no le conocían, no sabían nada de lo que su maestra Loor le había enseñado, no sabían nada de lo que pasaba por su mente.

Se sentía válido y dispuesto, confiado de sí mismo, pese a tener que lamerse unas cuantas heridas.

No dijo nada, no creía que fuese momento de hablar... y Tarado ya había hablado de más, demasiado...

Aquello no era política, o al menos Odio no lo trataría como tal cosa. Sus ojos se clavaron en Lengua Negra, tratando de dilucidar cómo reaccionaría este ante la retahíla que le acababan de soltar.

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02/04/2013, 20:27
Belleza.

Las palabras de mis compañeros me hicieron reflexionar, sobre todo las palabras de Plumilla y la última frase de Lengua Negra sobre servir al grupo. Intenté seguir la reflexión de Tarado, pero a media conversación mis oídos se cegaron y sólo veía cómo movía su boca sin sonido alguno.

Medité sobre ser la segunda. No tenía dotes para la lucha, era algo evidente, no había destacado en ese campo en ningún momento. Pero sí lo tenía para la palabra. Recordé cuando me libré de una bronca de Escarabajo sólo con mis palabras y cómo pareció que le gustaba mi comportamiento. ¿Y si era eso lo que necesitaba un segundo? No armas, sino una lengua capaz de engatusar a muchos y calmar ánimos...

Antes de que me diera cuenta, mi mano estaba alzada, solicitando ese puesto como segunda.

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02/04/2013, 20:48
Lengua Negra.

-Hablas de una política de odio y miedo de mi parte como si fuera un hecho. De amor y compañerismo cuando insultas a tus compañeros con absoluta desfachatez. De sabiduría cuando haces gala de su ausencia. De deponer un tratamiento solo por tu comodidad -la voz de Lengua Negra parecía reír-. De que tu opinión es la que debiera prevalecer incluso por encima de la del alto mando. E interrumpes a un compañero solo para inundarnos con tu palabrería confiando que en ella se halle la respuesta a la pregunta que Manta desea formularme. Si ahora preguntara al resto de Campamenteros si desean que fueras su segundo, ¿qué crees que responderían?

Una gran sonrisa se dibujó en el pálido rostro del oscuro.

-¿Manta?

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02/04/2013, 21:41
Piojillo.

Mira como las hienas se pelean por los despojos que deja el león.

Se sorprendió divertido Piojillo pensando en una de las habituales metáforas de Ponzoña. Si antes había pensado de otra forma, ahora había cambiado de opinión. No participaría en todo aquello, no regalaría a nadie la satisfacción de verle levantando la mano.

Simplemente se dedicó a escuchar y a observar. Los ánimos se iban calentando y los pretendientes medían sus posibilidades. Él los conocía bien a todos, había pasado horas con Cochinillo hablando de las posibilidades, valores y defectos que tenían cada uno de ellos. De hecho, Piojillo tenía muy claro quién sería un buen segundo, pues mentiría si dijese que no lo había pensado en ello desde que se enteró de la muerte de Cochinillo, aunque lo que estaba ocurriendo tampoco le pillaba por sorpresa.

Podría haber aconsejado a Lengua Negra sobre todos ellos, pero tampoco le había preguntado. Dudaba de que hubiera preguntado siquiera a los líderes Hostigadores de los tres pelotones en que los habían repartido. En vez de eso les hacía competir por el puesto y generaba rivalidades que afilaban las ya existentes aristas entre algunos de Los Campamenteros.

Es curioso como alguien que es lo que es, por ser hijo de quien es, hace a la gente competir por demostrar lo que valen.Tarado tiene razón en una cosa, puedes obligar a que te obedezcan, pero no a que te sigan como líder...

Pensó el K´Hlata mientras removía los tizones del fuego con un palo.

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02/04/2013, 22:13
Reyezuelo.

Reyezuelo estaba viendo como se desarrollaba la reunión. Realmente algo más indisciplinada de lo que se imaginó en un principio. Cuando un mando habla los demás callan. La opinión y el pensamiento no le están permitidos a los soldados. Son simples marionetas en las manos de sus superiores. Él ya lo sabía lo había comprobado en el campo de batalla, siendo soldado  y siendo mando. La visión de ambos puestos era totalmente distinta. Los superiores no se cambian, Tarado estaba equivocado, en un batallón lo único reemplazable eran los soldados. Había ocasiones en los que una escuadra tenía que ser sacrificada para ganar la batalla. Aquí todos se postulaban como posibles segundos. Buenos guerreros algunos, otros no tanto. Pero el encargado de repartir órdenes no debía de ser el guerrero más feroz, ni el más elocuente, ni el más próximo a la tropa, sino el más capaz de acatar órdenes y hacer que el resto la cumplieran. "Sean las órdenes que sean" murmuró.

Estaba esperando a que Manta lanzara su pregunta para ofrecerse como segundo, pues interrumpir de nuevo no sería faltarle al respeto a Lengua Negra, sino más bien burlarse de él.

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02/04/2013, 22:21
Tarado.

Lengua Negra daba por sentado que yo daba por sentado su política de odio y miedo. No se daba cuenta que tal y como había entrado no había dado muy buena impresión.

- Lengua Negra, señor - digo esta vez fríamente y sin mucha gana de concederle la palabra a Manta, sin responderle al que va a hablar en grupo - usted da por sentado que yo doy por sentado su política de odio y miedo. Todo lo contrario, y por ese motivo he levantado la mano. Quiero pensar que puede ser un buen líder para este grupo. En cuanto a insultar, no engañe a mis compañeros, yo no insulto a mis compañeros, tan solo digo lo que yo creo que es verdad. Lo que a mí me parece que es verdad. Lo que ocurre es que a veces la verdad duele. Mi intención no es ofender. Si alguien se ofende por mis palabras, es su problema, mi única intención es señalar sus errores y ayudarles a mejorar. Si usted preguntase ahora a mis compañeros si desean que sea su segundo, no se lo que responderían porque estoy dentro de su cabeza. Es muy posible y probable que dijesen que no, pero usted parece estar completamente seguro de ello, y quizá se sorprendiese. Por último, no he dicho que mi opinión deba prevalecer por encima del alto mando. No soy tan estúpido para afirmar eso. Es más, ni siquiera he afirmado que no sea la misma. Tan solo he afirmado que trabajaré mejor con alguien que sea un líder que se haga querer. Esto puede ser una familia para mí, o sencillamente una forma de ganarme la vida. Prefiero que sea lo primero, pero si realmente usted va a hacer que sea lo segundo, perfecto, que así sea. Pero entonces no espere de mí ni mi candidatura, ni acciones que haría por un Hermano. Usted no será mi Hermano, será mi jefe. Espere obediencia, sí, pero hasta cierto punto. Porque quizá en ocasiones prefiera ser castigado que llegar a obedecerle, señor. Incluso aunque el castigo fuese la muerte a palos. Mi disposición a obedecer y mi tolerancia hacia un líder déspota tienen un límite. Si quiere verlo, véalo. Si en cambio prefiere taparse los ojos con una venda y fracase en llevar a este grupo a ser la élite de la Compañía Negra, al igual que ha fracasado liderando a los Hostigadores, perfecto también. Tan solo con hablar cinco minutos con usted, ya entiendo por qué ha sido relevado por Matagatos como líder del pelotón de Hostigadores. Su soberbia le ciega. Se cree tan importante por ser el hijo del Capitán, que no se da cuenta de que esa actitud no le llevará muy lejos. Le han dado una segunda oportunidad, parece dispuesto a echarla por la borda, al igual que la primera. Me lo demuestra sacando tan solo lo que a usted le interesa ver de mi discurso. Está en su derecho y al fin y al cabo yo soy un simple soldado al que puede reemplazar. Todos somos reemplazables, y quizá yo me esté creyendo, como bien dice, más sabio de lo que soy. Pero luego no se queje si fracasa mientras otros como Matagatos se encumbran, por la sencilla razón de saber como mentalizar a sus soldados. No somos máquinas, apréndalo de una vez. Y si alguna vez nadie le ha dicho nada de esto, ha sido por miedo a ofenderlo y ser castigado. A mí eso me importa un bledo. Si tengo que ser castigado de nuevo, lo seré. Mi interés es que la Compañía tenga un buen pelotón de Campamenteros, mi interés es que la Compañía gane en el campo de batalla. - Estoy algo airado, y gesticulo con el dedo señalando hacia el espesor de la noche, hacia un campo de batalla lejano e imaginario. - Y eso está muy por encima de tenerle respeto a usted, que se cree mucho y no es nadie, y de mi propia integridad física. Estoy entregado a la Compañía. Y ahora, castígueme si tiene la valentía o la estupidez necesaria. Ya. Manta, adelante, formula tu pregunta.

Me vuelvo a sentar igual de tranquilo que el propio Lengua Negra.

"Ahora empiezo a entender por qué Serpiente disfruta tanto mortificándolo, no es más que un estúpido. Y lo peor es que lo han puesto al mando de mi pelotón cuando cualquier recluta lo haría mejor que él. Vaya un inútil"

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02/04/2013, 22:26
Asesina.

Una sonrisa aflora en mi rostro ante las palabras de Tarado, algo poco común en mí. Sin embargo su discurso, cargado de contradicciones, faltas de respeto y honor e impropio de un miembro de la Compañía Negra me hacen plantearme el pedir permiso para intervenir y ponerlo en su sitio.

Sin embargo antes de poder proceder Lengua Negra responde con afiladas verdades que dejan al hombre por los suelos delante de todos, aún más que con su propio discurso.

Tras esas palabras miro a mi alrededor, a aquellos que han alzado sus manos detrás de la mía. Son muchos ¿de verdad alguno se creé mejor que yo? Aún así he de reconocer que al menos lo intentan.

Me quedo asombrada cuando Tarado vuelve a replicar al jefe de los campamenteros, atacándolo duramente e, incluso, sacándole fallos y mofándose de él. No puedo evitar llevarme la mano al lugar en el que deberían estar mis armas, que reposan ahora mismo en la tienda de los enfermos.

Este supuesto hermano es un verdadero imbécil-pienso mientras lo veo sentarse y no puedo evitar dar unos pasos hacia él, deseosa de acabar con su verborrea inútil.

Dado que hablar en estos momentos sería una falta de respeto a nuestro líder, pues es él quien debe responder y hacer callar a este estúpido, solo doy unos pasos hacia Tarado y escupo en el suelo frente a él, como clara muestra de desprecio. A continuación vuelvo a mi posición y, con un leve gesto de cabeza, muestro mi disposición y apoyo a Lengua Negra, aunque no la necesite.