Partida Rol por web

-Uno solo. En el campamento enemigo -respondió Ponzoña. Aquel sí era un dato claro.

-Podemos pensar que en su primer ataque fueron quince los enemigos. Si huyeron dos, eso hace trece víctimas. En su segunda batalla, posiblemente, los efectivos serían equivalentes a los nuestros. Cincuenta y un guerreros de diversa categoría, Caballero incluido. Si restamos las rendiciones y los huídos, eso hace cuarenta y dos caídos. Total, cincuenta y cinco muertes -sentenció Lengua Negra.

La historia era importante pero no si estaba basada en números estúpidos sin la menor relevancia. ¿Acaso suponía una diferencia para los pocos que leerían las crónicas de la Compañía que en la batalla hubieran muerto cuarenta y dos en vez de cincuenta y tres? ¿Cambiaba en algo la percepción que tendría el lector de la batalla o simplemente bastaba con saber que habían sido superiores en número? No, no cambiaba en nada. No importaba, pero ni a mí ni a nadie. Ahora, el hecho de que a Analista sí le importase me importaba a mí porque con lo que a él le importaba no estábamos más que perdiendo un tiempo que podía emplear en cosas más entretenidas que en hacer una maldita lista.

- ¿Seguramente? Te equivocas Matagatos, como en tantas otras cosas- intervine tras soltar un bostezo dejando bien claro lo que me parecía toda aquella pantomima.- Además contar cadáveres es un poco morboso y yo no soy así.- Reí.- Es más, qué ególatra cuenta la gente que mata.- Alcé el índice y sonreí.- Culpable. Pero solo sé los míos. El resto me importa lo que a la gente le importan las piedras con las que se cruzan en el camino. Pero ya que Lengua Negra nos ha proporcionado una forma para no dilatar más esto… Entre diez y quince son los que huyeron.- Me encogí de hombros inocentemente y luego esbocé una sonrisa pícara.- Espero que no suponga un quebradero de cabeza no proporcionar un número más exacto.

- “Y si le importa es a mí al que no me importa.”

- "Exploradores, Hostigadores, Campamenteros y Reservas han logrado destruir a una fuerza superior en número de los llamados Fantasmas Irredentos. Una hazaña nada desdeñable.

Ahora sabemos que se organizan en lo que ellos denominan "Grupos Operativos del Triplete", de los que había aproximadamente una docena en total, actuando como tropas itinerantes de guerrilleros.

Vuestros cuatro Pelotones han acabado con cuatro de esos Grupos Operativos, lo que constituye una fuerza de aproximadamente doscientos adversarios. Prácticamente el monto total de las fuerzas de la Compañía.

Confiamos en que las fuerzas de la Coronel Mindy y el Sargento Virote y sus Arqueros hayan podido acabar con otros dos Grupos Operativos.

Gracias al Grupo de Matagatos y al de Ponzoña ahora tenemos información sobre el enemigo, sus fuerzas y posiciones.

Portaestandarte, el Sargento Rompelomos y la Caballería avanzan hacia el Noroeste, la ruta a Idon. Les avisaremos por medios mágicos de las posiciones enemigas para que puedan aplastarlas. Dos Pelotones de Comunes de Cho'n Delor, uno liderado por el mago Potestad y otro por la bruja Sesvolea acudirán pronto en su refuerzo." -

Analista va poniendo figuritas de madera sobre un mapa del territorio de Cho'n Delor conforme habla.

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- "Bien, como es tradición en la Compañía hoy será Noche de Caídos. Haremos una ceremonia que oficiará el Aprendiz de Chamán Rastrojo.

Matagatos, que tenga cuanto necesite para esa ceremonia.

Después todos brindaremos por los caídos con una jarra de Grog caliente y hablaremos de ellos, de como eran cuando estaban vivos, pues tal es nuestra costumbre.

Mañana será Noche de Victoria, celebraremos esta victoria de la Compañía y también daremos la bienvenida a nuestros nuevos hermanos juramentados mediante una Ceremonia de Juramento.

Además se formalizarán algunos ascensos.

Lengua Negra, desde tu más tierna infancia te educamos para servir a la Compañía en las tareas de liderazgo. Has pasado por duras pruebas, te has curtido en la batalla y es hora de que vuelvas a servir a tu deber.

Desde mañana serás el nuevo líder del Pelotón de Campamenteros. Seguramente querrás reorganizar el Pelotón a tu gusto, pues sus actuales escuadras probablemente ya no tengan sentido. Podrás también elegir libremente a tu Segundo de entre sus miembros.

Matagatos, elegirás a tus tres Soldados más meritorios para que sean ascendidos a la consideración de Soldado Novato, lo que comporta un aumento en su salario.

Serpiente..." -

Lengua Negra alzó la mirada clavándola en su padre. Un instante, un segundo antes de responder. Un tiempo en el que pareció que el universo se detenía. Los soles se congelaron, los planetas se inmovilizaron y las mismas galaxias dejaron de girar. Las pupilas del joven analista se habían dilatado hasta adquirir la dimensión de dos profundas simas, casi el único detalle físicamente perceptible.

Había creído, había pensado que su padre, por fin, le había perdonado, que había alcanzado a redimirse ante sus ojos. Ahora sus esperanzas, sus ilusiones se disipaban como la bruma de una mañana de primavera bajo un sol implacable. Líder de los Campamenteros. Aquel era el destino que le ofrecía, alejándolo de los Hostigadores. Lo humillaba apartándole de los suyos, de sus amigos, de su familia, de sus compañeros, de su sangre, de aquellos a quienes más quería. Era un exilio, un castigo cruel y refinado, una tortura exquisita ante la cual el propio Sedoso se inclinaría.

Pestañeó y el universo volvió a ponerse en movimiento.

-Sí, mi Capitán -dijo. Su voz sonó átona, con la misma expresividad que mostraba en el rostro. Su estómago, no obstante, pugnaba hecho un puño ante el golpe recibido. Pero tragó saliva, y con ella bilis. Y con la bilis creció un odio que ignoraba existía, un odio latente, fraguado con constantes desprecios, con desamor, con humillaciones públicas. Un odio fruto a su vez del odio de un padre hacia su hijo-. Cumpliré con vuestras órdenes, incluso a costa de mi vida si hiciera falta -apuntilló. Era prácticamente lo único que le quedaba, la libertad de la muerte. Casi la ansiaba, una vez más. Y como un relámpago ante sus ojos se abrió el lóbrego escenario visitado cuando murió y, a pesar de todo, regresó. La densa y hambrienta negrura de un pavimento del color de la brea salpicado con estelas cuajadas de nombres en plata. Y una vez más, los amantes brazos se extendieron hacia él, impúdicos, insatisfechos, oscuros, deseando estrecharlo en un abrazo que prometía un dolor infinito y eterno plagado de tormentos sin fin.

Parpadeó por segunda vez y su onírica visión se difuminó. Deseó un brazo amigo, una mano cálida, una palabra de alivio. Pero sabía que nada de ello tendría. Y Lengua Negra se sintió solo. Terriblemente solo en medio del universo.

- "Serpiente. Me dicen los Magos de la Compañía que ya no eres un Aprendiz, que eres un Mago como ellos.

Pelagatos ha mencionado que la victoria del Grupo III de Peregrino fue finalmente posible gracias a tu intervención, motivo por el que te doy las gracias.

Los Magos de la Compañía tienen un estatus especial, pues son una de nuestras principales bazas. No tienen mando directo alguno, pero reciben la consideración y el respeto equivalente a un Suboficial, más la paga de un Sargento.

Estoy dispuesto a concederte dicho estatus, si tus compañeros Magos y tu superior, Matagatos, no tienen nada que objetar. Seguirás estando adscrito al Pelotón de Hostigadores, por el momento, aunque se te podrán encomendar otras misiones. Mientras estés con los Hostigadores deberás obedecer fielmente a tus mandos, Matagatos y Ponzoña, aquí presentes.

Recuerda que debes mantenerte fiel en todo momento tanto a la letra como al espíritu de tu Juramento para con la Compañía y que si tu superior así lo recomienda podrás ser degradado a Soldado Nuevo." -

Matagatos observó atentamente el mapa y las posiciones que marcaba Analista. Sus bajas habían sido numerosas y en muchos casos insustituibles pero también era cierto que el enemigo había sufrido severos castigos. Aún así pensaba que otro tipo de táctica podría haber reducido considerablemente el número de bajas al no exponer a los pelotones a batallas donde nunca habían tenido la ventaja y tan solo la mejor formación de los hombres había constituido la diferencia.
Escuchó las palabras del Capitán y se ilusióno cuando nombró a Lengua Negra diciendo que volvería a ser un líder.

Por fin las cosas volverán a la normalidad y Lengua Negra será el líder de los Hostigadores.

Cuando escuchó lo que querían de él su sonrisa se tornó en un gesto serio y contrariado que no disimuló en ningún momento. Aquello no era un ascenso, era un descenso a las profundidades. Al anterior líder en funciones lo acababan de despedir de la reunión y tan solo le habían dejado relatar las bajas que habían tenido. Quería alegrarse por Lengua Negra, no quería hacerle sentir menospreciado pero no podía evitar sentir una gran decepción. Por supuesto no se lo diría, quizá su primo se sentíria ofendido si le decía que liderar a los Campamenteros más que un privilegio era un auténtico problema. Numerosas bajas, gente ínutil, la mayoría indisciplinados... Le daban lo peor que había, pese a que todos exceptuando a Plumilla, por lo que había podido averiguar, se habían ganado el derecho a ser Hermanos Juramentados.
Matagatos nunca había contradecido una órden, aunque no fuera de su agrado, estaba educado para ello y sabía bien cual era su lugar, pero la garganta le estaba quemando de no poder abrir la boca y protestar ante tamaña injusticia. Miró a su primo de reojo y escuchó sus palabras desprovistas de todo sentimiento. O no lo conocía o Lengua Negra estaba siendo destrozado por dentro al igual que le estaba pasando a él. Se le puso un nudo en la garganta solo de pensar lo mal que lo estaría pasando su primo. Él se quedaba sin su primo, sin su hermano, sin su mejor amigo, su mejor consejero y su tesorero, pero a Lengua Negra se lo estaban quitando todo una vez más.
La gente decía que Portaestandarte estaba loco, que era irracional y violento, pero había mostrado más cariño y respeto por Lengua Negra que su propio padre.
Tras eso el Capitán le pedió que indicara tres nombres para promocionar, difícil decisión, sobre todo cuando en las batallas más importantes de su pelotón habían estado separados y no podía juzgar lo que habían hecho los hombres que no estaban con él. Muchos más de tres se merecían ese grado pero tan solo la fortuna y el capricho de un hombre harían que unos pocos lo obtuvieran.

-Ponzoña, Peregrino y Lengua Negra. Respondió a duras penas.

Los tres merecían el ascenso por encima del resto, lo que no quitaba que el número se quedara corto. Si el Capitán no quería reconocer la valía de Lengua Negra él si lo haría, además era de los pocos que no solo era un buen soldado sino que también sabía manejar muchos otros asuntos fuera de las batallas.
Tras eso llegaron las palabras del Capitán para Serpiente, algo esperado tras los últimos acontecimientos y su participación en el rescate de los hombres de Peregrino. Ahora sería un auténtico mago y su rango dentro de la Compañía Negra aumentaría mucho, aunque parecía que el destino lo mantendría ligado a los Hostigadores. Matagatos no tenía ningún problema con el mago, pero si con la persona y el soldado. Ambos le sacaban de sus casillas más de lo necesario, pero ya había suficientes malas noticias con lo de Lengua Negra, dejaría que su otro primo disfrutara de su éxito, aunque seguía pensando que esa magia que utilizaba le estaba arrastrando a la perdición.

-Yo no tengo ningún problema con Serpiente como mago. Dijo serio.

Ojalá en esta nueva etapa se tomara las cosas de una manera no tan dañina para los que tenía alrededor. En todo caso no estaba de más que el Capitán le recordara el obligatorio cumplimiento de las normas y la jerarquía, al menos mientras estuviera con los Hostigadores.

- Un momento Matagatos, antes de dar respuesta alguna usa tu cabeza- dije enarcando una ceja.- Recomiendo tener cuidado con el perro al que se le quiere poner correa. Mago, a secas, sé que soy por mucho que legos en lo Arcano no me den o me quiten después de dado un título. “El respeto y la consideración de un suboficial” me habéis dicho que obtendré. Es como prometer amor o felicidad. Ilusiones que satisfarán a los que buscan ser satisfechos.- Reí.- La mitad de la gente me quiere muerto y la otra mitad estaría dispuesta a matarme, y los dos a los que queréis dar el otro extremo de mi correa nos son la excepción. ¿Acaso cuando se haga público mi nombramiento como Mago de la Compañía cambiará todo en ese instante? No, ¿verdad?- Sonreí.- Luego además está lo de “la paga de un sargento”… El dinero es útil, no lo niego, pero soy un mago de caprichos baratos. Además no podemos olvidar que Matagatos tuvo a bien retirarme mi soldada además de darme cinco latigazos. Cinco.- Sonreí.- En cualquier caso el doble o triple de cero sigue siendo cero. ¿De qué me sirve entonces la paga de un sargento si no tengo paga?- Con un amago de carcajada seguí hablando.-  Así que después de pensar en todo eso, ¿no veis que ser un Mago de la Compañía no supone beneficio alguno? No a menos que revoquéis el castigo impuesto por Matagatos para que mi sueldo de Sargento pueda ser efectivo, además de que le pidáis amablemente que me exima de cualquier guardia. Al fin y al cabo si soy un Mago de la Compañía necesito tiempo y descanso para poder ejercer como tal.- Razón por la que nunca había visto a Sedosos o a mi maestro haciendo estúpidos turnos de guardia.

La tienda estaba tan llena de gente que resultaba difícil hacer cualquier cosa que no fuera hablar o encogerse de hombros. También era posible alargar el brazo para derribar una de las figurillas de madera que con tanto cuidado había colocado Analista en el mapa pero me controlé para no hacerlo.

- Por cierto, ¿quién ha tenido la rocambolesca idea de poner a Lengua Negra al mando de los Campamenteros? Y no es que a mí me importe demasiado, más cuando resulta tan divertido ver la cara de Lengua Negra después de recibir la buena noticia de tan meteórico ascenso. Porque la habéis visto, ¿no? Es el epítome de la felicidad.- Reí con ganas. Había pasado de formar parte de los que cagaban a ser el jefe de los que cavaban letrinas.- ¿Qué creéis que pasará cuando mandéis al cuervo dirigir a los grajos?- Todos veníamos del mismo nido, sí. Pero en el momento en el que unos fuimos a la batalla mientras el resto se quedaba cuidando el campamento se creó una separación y un sentido de pertenencia. Diferencias que crecieron entre los dos grupo cuando unos se convirtieron en pupilos de los otros.- Y tú, Matagatos. ¿proponer a Peregrino?- Reí.- ¿En serio pretendes premiar al temerario inepto que casi cuesta el fracaso total al Grupo III? ¿No sientes ni un ápice de remordimiento por todas las muertes que ha causado tu decisión de ponerle al mando? Eres un monstruo.- Sonreí.- Un monstruo sin cabeza que debería ascender a Soldado Novato a Caracabra. Si no fuera por mí y por él ese extranjero, al que desafiando a toda lógica sigues apreciando tanto, estaría muerto.

Entonces me giré hacia Analista que hacía un rato había dejado a un lado, ya olvidados, las hojas y útiles de escritura con los que había apuntado tantos datitos irrelevantes. Aquel era el momento más adecuado para decirle lo que tenía que haber dicho hacía unos minutos.

- Ah…Casi se me olvida- dije llevándome las manos a la cabeza.- Dos de los rufianes de Usurero que nos ayudaron murieron. Para esos sí que tengo el número exacto, pero no los nombres. Son todos tan parecido a mi padre que si queréis podéis llamarlos Ikharus Uno e Ikharus Dos.- Sonreí. Era una pena que no estuviera allí para escucharlo.

Como era de esperar Serpiente aprovechó para quejarse y dar su particular opinión de las cosas.

-Por mi parte no hay problema en que recupere su soldada, ha demostrado ser útil en la compañía, tan solo le hace falta demostrar que sabe seguir órdenes para no volver a perderla, así como sus privilegios. Como soldado es anárquico e indisciplinado. Tampoco necesito que haga guardias, no confiaría la vida del resto de Hostigadores a sus vigilancias.

Como mago podría ser muy bueno, pero toda su magia estaba manchada por la muerte y la oscuridad. No tenía pensado decir nada más y menos aún criticar una orden de los mandos como había dicho Serpiente, pero creyó necesario justificar el porqué Peregrino debía ser ascendido.

-Peregrino es sin duda el mejor guerrero de los Hostigadores con diferencia. Desconozco las circunstancias en las que se produjeron los ataques y si las decisiones fueron desacertadas o simplemente el enemigo los superó en número. Cuando Peregrino vuelva en sí me dará un informe de todo lo que pasó, pero lo que no me cabe ninguna duda es que se merece ese ascenso. Es un soldado ejemplar.

No es que Caracabra o algún otro no se mereciera ascender, pero Peregrino había acumulado éxitos suficientes para ello.

El Capitán mira a Serpiente a los ojos, con una mirada fría como el hielo. Por un momento deja de ser el militar veterano casi burocrático y de aspecto paternal. Su mirada es por un instante la mirada de un asesino. La de alguien que ha dedicado su vida entera a matar gente, y que ha matado a docenas, a veintenas, tal vez a cientos.

- "O mueres como un héroe o vives suficiente para verte convertido en un villano." -

El Teniente se adelanta un paso hacia Serpiente.

- "¡Serpiente! ¡Puedes retirarte! ¡Ahora!" -

Intenté sostener la mirada del Capitán, pero no pude aguantar más allá del primer segundo.

Había salvado la despreciable vida del inútil al que ahora premiaban. Había cumplido con éxito la misión que a él le habían encomendado y en la que había fracasado estrepitosamente. Pero yo era anárquico por decir la verdad tal cual era e indisciplinado por decírselo a los que de algún modo podían cambiarla. El silencio por miedo a no incomodar era lo que se estilaba. Callar como Lengua Negra hacía aun cuando no estaba de acuerdo con la decisión de su padre.

Tragué saliva y bajé la mirada.

Viviría... Y como un villano si era ese el papel que todos querían que desempeñara. Nadie se había cansado de repetirme una y otra vez lo que me esperaba al otro lado del camino aun cuando no lo habían visto y no podían saberlo. Es más, actuaban como si hubiese un único camino que forzosamente debía de seguir sin margen alguno de maniobra por mi parte. No me podía salir, no podía crear yo mi propio camino paso a paso, no consideraban que tuviese fuerza de voluntad suficiente ni capacidad para hacerlo. No, lo único que me esperaba era lo que ellos, ignorantes, decían que me esperaba. Nada más. Pues…

- Así sea- mascullé.

Y salí de la tienda.

O mueres como un héroe o vives suficiente para verte convertido en un villano.

La frase flotó en el aire y demostró lo que Lengua Negra ya sabía. Su padre había vivido lo suficiente como para demostrar públicamente aquello en lo que se había transformado. Un villano.

Pero aquello tampoco era óbice para obviar la ingenuidad de su primo a la hora de callar sus reticencias para con Serpiente o a la hora de formular sus candidatos a soldados. Ni la de Serpiente, que haciendo gala de su acratismo, no supo mantener la boca cerrada ante quienes jamás escuchaban. Y su justiciero veneno se había encontrado con la correosa piel de quien era inmune al mismo, pero era capaz de morder como un perro de la sabana. Su expulsión de la tienda de mando era un claro ejemplo del proceder de la Compañía. Y la Compañía acababa de cometer uno de los peores errores registrados y aún por registrar de sus anales.

-Serpiente, primo. Hermano -dijo tras una breve pero marcada pausa-. De cuervo a cuervo. Así sea.

El Hiena asistió imperturbable a la escena. Lo que opinara o no, solo a él incumbía. Matar o morir era casi la única ecuación de su vida y el resto solo obedecía aquella máxima. No obstante, todo aquello empezaba a oler como la carroña abandonada de un ñú y frente a ello, solo habría lugar a la enfermedad y la podredumbre. Era hora de ventilar aquel hedor.

-Quiero decir cosa -dijo en su torpe oscuro, apenas afinado en los últimos meses-. Rastrojo actuó como héroe en batalla. Salvó de fuego a Enmascarado.

- Serpiente sale de la Tienda de Mando.

- "Lengua Negra, por favor, ocúpate de confeccionar la lista de los nuevos Soldados que jurarán mañana. Infórmales también de la tradición del hermano de capa, por si no la conocieran.

Como variante en esta ceremonia, pues no todos hemos sido testigos de los hechos, querríamos que cada Recluta que va a Jurar expusiera muy brevemente cómo derramó sangre por la Compañía. Esto se haría antes de pronunciar el Juramento, como fase previa en la ceremonia.

Matagatos, tenemos un nuevo Recluta que querríamos que aceptases en tu Pelotón, al menos temporalmente. Se trata de Ikharus el Leñador, el padre de Serpiente. Es, era, uno de los hombres de Usurero, un infame cobrador de deudas.

Creemos que debería de estar cerca de su hijo. Tal vez pueda recordarle... su humanidad.

Ballestero, para la próxima batalla, te incorporarás temporalmente al Pelotón de Exploradores." -

El Teniente asiente ante las palabras de Ponzoña:

- "Celebro que Rastrojo actuara con honor.

Matagatos, el ascenso de Lengua Negra al rango de Soldado Novato ya estaba previsto, por lo que puedes seleccionar a otro Hostigador para el ascenso." -

El Teniente hace una pausa y se sitúa ante el mapa:

- "Tenemos grupos de enemigos desparramados por todo el territorio de Cho'n Delor. Hemos comenzado la tarea de destruirlos, aunque pueden seguir llegando refuerzos desde Puerta de Galdan.

Para evitar que entren más fuerzas enemigas en este país, deberemos poner sitio a la Fortaleza de Puerta de Galdan. Para ello necesitamos ocupar esta posición." -

El Teniente señala en el mapa una posición marcada como "Fuerte Chuda".

- "Gracias a las informaciones obtenidas por los Grupos de Matagatos y Ponzoña conocemos la situación y composición aproximadas de todas las fuerzas del Triplete.

Es importante que seamos muy veloces a la hora de bloquear la entrada de nuevas fuerzas enemigas de refuerzo desde Puerta de Galdan. Por ese motivo, atacaremos dentro de tres días.

La mañana del día siguiente a la noche del Juramento, cada Jefe de Pelotón recibirá las instrucciones finales sobre el despliegue de tropas." -

- "Lengua Negra, cuando tengas tiempo hablaremos sobre el reparto del botín de las últimas batallas. Será tu último acto como Consejero y Tesorero del Pelotón de Hostigadores." -

- "¿Alguien desea añadir algo?" -