Partida Rol por web

Tras saludar a la Sargento retrocedió con ella hasta el grupo. Lengua Negra y Vieja Gloria permanecían atentos y también los habían visto llegar, no se podía decir lo mismo del resto del grupo a los que la llegada de Falce y sus hombres había pillado por sorpresa.

Espero que cuando se trate de enemigos estén más atentos.

-Será un placer poder contar con vuestra compañía Sargento.

Y además de la compañía de los exploradores traían un par de jabalíes y buenas noticias, eso siempre era bien recibido.

-Lo dispondremos todo. Seguro que necesitáis descansar así que yo y mis hombres nos ocuparemos de montar guardia y de cavar el horno en la tierra. ¿Y cuales son esas buenas noticias? ¿Que otras piezas habéis conseguido atrapar?

Matagatos esperaba que se tratara de los primeros enemigos, así la Compañía Negra comenzaría a marcar su terreno y ser temida aún más de lo que sería ahora.

Reyezuelo continúa los días de interminables marchas y acampadas húmedas rezando a unos dioses que presupone ya extintos con su pueblo.
Sus idas y venidas para soltar todo cuanto lo conforman por dentro son incesantes.
Pero siempre regresa a su formación.
Cada parada la agradece para poder descargar sin necesidad de una nueva carrera para seguir el  ritmo de la escuadra.

Cuando se encontraba con alguno de los compañeros, no dirigía palabra alguna a ellos, puesto que las nauseas se adelantaban a las palabras.
Pero cuando Pulga le dirigió la palabra un fuerte apretón le sobrevino y antes de poder salir corriendo para aliviarse este le lleno de fluidos corporales los pies.
En circunstancias normales lo habría golpeado hasta la muerte, pero ahora solo podía limitarse a esbozar un ademan de amenaza con la mirada y salir corriendo.
A su vuelta la respuesta es breve:

-¿Tú qué crees? Me siento como si me estuviera muriendo lenta y patéticamente, pero no abandonare mi posición ni mis obligaciones.-

Las palabras de Lengua Negra solo servían para minar más la moral y enojarle más haciéndole al joven recluta tener más ahínco de demostrar que podría con todo sin necesidad de nadie.

Cuando llegó la Sargento Falce y su pelotón se sobresalto y el brusco movimiento que resulto y el olor a comida  le hicieron vomitar  no muy lejos de donde se encontraban sus compañeros.

-Señor Matagatos, diga los turnos y nos pondremos a ello inmediatamente. -Susurro intentando hablar lo más alto posible mientras se limpiaba los restos de los labios.

-Puedes recoger madera para la hoguera en la que asaremos los jabalíes. Con trece bocas, seguramente hasta sobrará comida -le dijo en un susurro. Tras aquel breve comentario, centró su atención en la Sargento. Parecía satisfecha y sus palabras parecían el preludio de una buena noticia que serviría para paliar un tanto las miserias del grupo. Pero la presencia de los exploradores era para él motivo de cierta esperanza. Quizás ellos conocieran de algún remedio para acabar con el mal que aquejaba a muchos y evitarlo en el futuro. Sin embargo, estaba dispuesto a esperar a que la Sargento respondiera a Matagatos, aunque la impaciencia le quemaba.

Ante de irme a recoger leña para el fuego en el que asaríamos los jabalís, me acerqué a Pulga, Reyezuelo y Avestruz

¿Qué tal muchachos? supongo que estaréis como si toda la caballería hubiera pasado por encima vuestra. Lo del agua nos ha pegado fuerte, aunque parece que se ha ensañado con vosotros.

Aprovechad la comida que nos han traído para recuperar las fuerzas y beber agua limpia, pues no sabemos cuándo tendremos que volver a arriesgarnos y beber agua de algún pozo o de otro lugar que no podamos asegurar su calidad. Descansad mientras podáis esta noche. Si es necesario yo haré parte de vuestra guardia y hablaré con Matagatos y Lengua Negra para ver si podemos dispensaros para que os recuperéis de cara a la marcha de mañana.

Tras palmear las espaldas de los Campamenteros, me dirijo a recoger la leña Yo recogeré la leña, vosotros descansad.

- No bebiendo de ese agua…- respondió señalando al odre de Pulga.- La edad a además de dolor de huesos también trae experiencia, muchacho.- Y a él su experiencia le había dicho que no debía beber del agua que traía Matagatos. Lamentablemente para todos los que ahora se licuaban por el culo sus sospechas se habían probado ciertas.

Vieja Gloria no había conocido más que la sabana y sabía que estaba plagada de peligros, pero para sus hijos los k’hlata su trato no era muy diferente al de una madre severa. Les enseñaba con mano dura, pero no por ello dejaba de ser generosa con quienes la conocían y respetaban. Ahora, en aquellas tierras todo era diferente y no podía dejar de pensar en que la aparente exuberancia era muy traicionera. - “O a lo mejor es que Matagatos ha buscado agua donde no debía”- pensó. Esa era otra posibilidad.

La llegada de la Sargento Falce y sus hombre no le pasó desapercibida y mucho menos los jabalíes que traían. Al ver tan hermosas piezas al anciano casi se le hace la boca agua, pero no fue así pues desde hacía días la tenía prácticamente seca.

 - Yo cavaré el horno. Y Avestruz también. Tú muchacho te nos puedes unir también si quieres- le dijo a Pulga.- Si a Lengua Negra y a Cochinillo les parece bien- añadió.- La comida sabe mucho mejor cuando eres tú quien la caza y la prepara. Nosotros no la hemos cazado pero podemos prepararla. Ya veréis cómo después de comer esto se curan todos nuestros males.

Antes de partir, me giro para mirar a Vieja Gloria

Está bien. Creo que no les hará mucho mal el cavar un pequeño hoyo entre todos. digo asintiendo a Vieja Gloria

Gracias - le digo sabiendo que, a pesar de todo, este acto parecía sincero. Tal vez a los muchachos les valga para no parecer un estorbo y sentirse útiles para el pelotón.

El Cabo le da una palmada en la espalda a Matagatos y responde la pregunta que éste ha formulado a su superior, la Sargento Falce.

- "Prisioneros, Matagatos, espías al servicio del Triplete. Traidores en su mayoría, parece. Casi una docena.

El Alto Mando los tiene a un día o dos hacia el Norte. Van a hacer que Sedoso les saque todo cuanto saben. Necesitamos que eso sea rápido. Aunque diría que hoy podemos descansar, comer y recuperar fuerzas." -

- "Me alegro de veros en buen estado, primos." - Dice saludando con una sonrisa a Matagatos, Cochinillo y Lengua Negra.

"Bueno, nuestro Lengua parece más macilento aun que de costumbre." -

Hermana saluda y comienza a buscar un buen lugar para plantar su tienda.

- "Matagatos... Algunos de tus chicos parecen enfermos, ¿qué les ha pasado?" -

¿Macilento? Lengua Negra se volvió ante aquel curioso comentario habida cuenta que el pelotón estaba en horas bajas como consecuencia de sus problemas intestinales, problemas a los que él había escapado.

-Esas son buenas noticias. Y en cuanto a mi aspecto, llevo varios días bebiendo poca agua. Las aguas estancadas de estas tierras no me inspiran confianza y creo que es la razón por la cual algunos de los nuestros andan con los intestinos flojos. Pero no es más que una intuición -señaló como apunte-. ¿Sabéis si el mismo mal afecta a otros pelotones y a qué puede deberse? Y de ser así, ¿conocéis remedio alguno?

Apenas llevaban unos pocos días de misión y ya se habían capturado casi una docena de prisioneros. Seguramente la información que Sedoso podría sacarles les sería de mucha ayuda, quizá así descubrieran la posición de alguno de los campamentos que buscaban.

-¡Eso son excelentes noticias Cabo! Entonces aprovecharemos esta pequeña pausa porque seguramente los desgraciados cantarán pronto todo lo que Sedoso quiera y tendremos que movernos rápido.

Respondió Matagatos al Cabo Berrinche, mientras Ridvan se acercaba y saludaba también.

-Nosotros también nos alegramos de verte, aunque como apuntáis hemos tenido algún problema.

Astado también se había dado cuenta y Lengua Negra había expuesto la teoría que poco a poco comenzaba a tomar forma, aunque él todavía no estaba totalmente seguro. Sin embargo ante ellos se encontraban los mejores exploradores que había conocido nunca y era buen momento para plantearles el problema.

-En realidad no estoy muy seguro de lo que sucede. Como apunta Lengua Negra podría ser el agua, pero me he asegurado de filtrarla como hemos hecho siempre y parece salir limpia. A Cochinillo y a mi no nos afectó apenas, quizá alguna molestia el primer día, pero el resto padeció fuertes dolores de estómago, vómitos y diarreas, excepto Lengua Negra y Vieja Gloria que no han querido beber, de ahí su aspecto.

-No te preocupes, yo parece que empiezo a sentirme mejor, quizá haya sido algo pasajero.

Pulga contestó a Reyezuelo que también lo estaba pasando bastante mal y encima se había llevado su vomitona, así que esperaba que se recuperara lo antes posible pues así era imposible presentar batalla si los atacaban. Además Vieja Gloria le había dicho que él no se había puesto malo porque no había bebido del agua de aquellas tierras.

Quizá tenga razón. Lengua Negra tampoco se ha puesto malo. Maldito Matagatos, pensé que era más competente. ¿Que pretendía envenenarnos? Seguramente sabía lo del agua y se lo ha dicho a Cochinillo, por eso ellos no se han puesto malos tampoco.

-Creo que seguiré tu consejo Vieja Gloria, procuraré no beber más de ese agua.

Cuando llegaron los Exploradores se ofreció a Lengua Negra para ayudar y este le recomendó que recogiera madera, pero Cochinillo enseguida se presentó voluntario. La alternativa parecía ser cavar un agujero para hacer un horno donde asar los jabalíes. Ninguna de las dos opciones le atraían demasiado.

-Vaya, parece que lo tenéis todo bajo control, demasiadas manos podrían entorpecerse entre sí sin embargo. Respondió a Chochinillo y Vieja Gloria para volverse hacia Lengua Negra, que al fin y al cabo era el que ahora mandaba directamente sobre él. ¿Que ves más conveniente? Dijo mostrándose dispuesto a colaborar en cualquier cosa que Lengua Negra le dijera, aunque esperaba que al Oscuro se le ocurriera una tarea más adecuada a sus habilidades y sobre todo a sus gustos, como entretener a los recién llegados con alguna historia amena, o supervisar la recogida de madera o la profundidad del horno, alguien tenía que echar un ojo o podrían quedar mal frente a los Exploradores. ¿Ayudo a recoger leña o a cavar? O quizá se te ocurra otra cosa que pueda hacer para los recién llegados.

Peor que cargar con madera o estar cavando no puede haber nada, y si no pues tendré que hacer lo que me diga no vaya a ser que piense que quiero escaquearme.

Lengua Negra miró un instante a Pulga y sonrió. No le engañaba bajo su disfraz de dispuesto a todo sin rematar faena, aunque se desenvolvía bien y no podñía negar que su pupilo le caía bien.

-Nunca deja de haber trabajo para las manos bien dispuestas. Dado que Cochinillo va a recoger la leña y los otros cavarán el hoyo, bien puedes ayudar a limpiar los jabalíes. Ya sabes, eviscerarlos -dijo con una amplia sonrisa, esperando ver su reacción.

Pulga nunca había hecho tal cosa, siempre había comido en una escudilla o plato y nunca había cocinado o preparado ningún animal para ello. Si la proposición de Lengua Negra hubiera sido hacía un día o dos probablemente hubiera vomitado solo de pensarlo, afortunadamente ahora se encontraba mucho mejor y tampoco le quedaba mucho que vomitar ya. Tampoco tenía ganas de contrariar a Lengua Negra y que le pareciera que se negaba, claro que a parte de sus recelos y ascos aquello podía terminar en un desastre, si destrozaba los jabalíes le matarían.

-La verdad es que nunca lo he hecho. Contestó Pulga algo compungido acercándose a Lengua Negra. ¿Tu me podrías enseñar? No se imaginaba a Lengua Negra sacando las tripas de ningún animal, pero el Hostigador era una caja de sorpresas que parecía saber de todo, quizá a diferencia de Pulga si que hubiera preparado algún animal. Quizá sea mejor dejárselo a Astado, ya sabes como se pone cuando alguien toca su comida. Aunque si quieres puedo ponerme a sus órdenes.

A parte de lo de sacar vísceras a los animales, cocinar no parecía una mala opción pero tampoco quería que Astado o el resto quisieran comérselo a él si estropeaba los jabalíes, ni tampoco perderse su parte después de haber estado comiendo gachas durante mucho tiempo.

Me había mantenido en un mutismo casi extremo durante los días que nos habíamos movido por estas nuevas tierras.
Cabalgaba en silencio y lo más atento posible durante el día y al anochecer comía mi ración sin decir palabra alguna retirándome pronto a dormir si es que me tocaba hacerlo.
Estas jornadas envueltas en soledad y el latente peligro de una posible emboscada me mantenían reflexivo en cuanto a los muchos asuntos que daban vuelta por mi cabeza.
Formulando y replanteando mil y una veces sobre asuntos que ya creía parte del pasado y que sin desearlo se tomaban nuevamente la solidez que el presente – aciago en parte – les brindaba.
Fue al tercer día, me parece, cuando los exploradores hicieron acto de presencia sin que notara su llegada.
Al parecer traían buenas noticias y comida fresca.
Salude con una respetuosa y breve inclinación de cabeza a los superiores presentes, mientras les veía llegar y los diálogos que algunos parientes compartían entre ellos.
Quiso la fortuna que entre el escueto grupo también estuviese mi hermano de capa Astado, al cual salude efusivamente y con la admiración de costumbre, cuando encontré el momento adecuado para hacerlo.
Y si bien al principio de este viaje me había sentido con un malestar que acrecentaba mi hosquedad, tal vez por las aguas que habíamos consumido en estas tierras, la verdad es que ahora me sentía tan fuerte como un roble y mis ánimos más ligeros ante la llegada de aquel al que consideraba en gran estima.

- "El agua estancada puede sentar mal, especialmente la de los pantanos, pues suele estar en contacto con vegetación en estado de putrefacción.

Creo que este mal no ha afectado a vuestras otras escuadras, pero si os sirve de consuelo creo que a Hermana le pasa lo mismo que a vosotros, pese a ser una avezada Exploradora." -

Ridvan le lanza a Lengua Negra un odre lleno de agua no contaminada.

PULGA:

- Tirada oculta de Supervivencia o de Profesión Cazador para intentar no hacer un desastre con los jabalíes...

- "Los Exploradores salimos en parejas y con el mínimo posible de carga. Los espías del Triplete apostados en la ciudad apenas se fijaron en nosotros... Pero reaccionaron ante la salida de dos Pelotones completos de la Compañía Negra: Hostigadores y Campamenteros. Nosotros estábamos escondidos observando todo, dentro y fuera de la ciudad. De este modo observamos y capturamos a los que se comportaban de un modo más sospechoso.

Ninguno de los espías se nos ha escapado para avisar a sus amos del Reino Pastel de que la Compañía ha empezado a moverse... Sin embargo, seguro que los Fantasmas Irredentos tienen exploradores y antes o después sabrán lo que ha pasado." -

- "Si Sedoso tarda más de la cuenta en sacarles la posición de los grupos de Fantasmas, se nos escaparán. Pero Sedoso nunca falla." -