Partida Rol por web

Nada me gustaría mas que saborear un dulce trago de licor, sin mas que decir me levanto al ver que el comedor se esta vaciando y me dirijo a la cantina.

¿Orden? - No es por levantar los ánimos, pero es para aclarar. Me parece que tienes un problema de sordera, dije me gustaría y no yo te ordeno... Y estamos aquí para proponer ideas y aunar esfuerzos y no ser unos niños que quieren ver quien mea más lejos. Uno siempre tiene que planear que va a hacer, pero obviamente no todo siempre sale como uno quiere y tiene que pensar en variantes. ¿Y si de golpe el cañón se recalienta rápido a pesar del frío reinante? ¿Qué van a hacer? ¿Seguir disparando hasta que reviente o usarlo a intervalos para poder tenerlo funcionando más tiempo? ¿Quién te asegura que puedan estar tus hombres mirando siempre al cielo? Por eso prefiero tener a pocos siempre atentos a algunos que quizás, si son varios blancos que avisen. -

El intendente miro el escrito y se lo envió a su supervisor. El tramite duro mas de 2 horas y Frost tubo que esperar sentado todo ese tiempo. Al final le devolvieron la hoja con un sello que indicaba que la asignación había sido aprobada, sin embargo, en palabras del intendente, no le entregarían nada hasta mañana a las 5:00 horas.

Sin más que decir, Frost se retiró de la intendencia hacia la cantina del Sirius Beta, en busca de sus compañeros de la 2º compañía.

Mutsafa se mostraba indiferente a los alegatos de Kaylan, no parecía estar de acuerdo aunque en parte parecía que mas bien no quería reconocer ciertos errores en su planteamiento. –Que el cañón se use solo para disparar a tanques no es lo mismo que moderar su cadencia para evitar que reviente. Sigo pensando que esa decisión la deben tomar Wolf y su artillero.-

Carraspeo un poco antes de decir:

 - "Focker y su artillero."

Luego, vuelvo a hablar:

 - "Señores, me han quedado muy claro sus sugerencias. El objetivo de esta reunión era plantear coordinación de los escuadrones y deberíamos acotarlo a ello. Como dijo el Sargento Wolf, mantener lo más organizada la retirada para no dejar a nadie. Como dijo el Sargento Rendor, optimizar el uso de recursos, tanto pertrechos como humanos para su mejor uso y el uso de cargas como carta de despedida. En lo personal, si se nos da la oportunidad, intentaré prender fuego en las cercanías de las murallas, para que así los bichos no se acerquen por todos lados, controlando así el flujo de objetivos. Una cosa que me preocupa es el uso de granadas y explosivos cerca de las murallas. Veo que sería una buena forma de despejar de cadáveres de arácnidos que intenten escalar, pero temo que destruyan nuestras murallas, entregándonos a su merced. Creo que deberíamos tener cuidado con su uso, sobre todo tomando en cuenta el radio de acción de las explosiones. Finalmente, reiterar mi petición, sugerencia, de que si alguno de los escuadrones está muy desocupado, no escatime munición en apoyar a alguno de los escuadrones adyacentes que esté siendo superado. No importa cual muro sea, si uno solo cae, todos caemos. No se me ocurre nada más que agregar. ¿Alguien tiene algo que aportar?"

Remarco un poco la palabra aportar, pues las discusiones de poder entre los Sargentos no es algo que aporte mucho. En lo personal, siempre soy gentil con mis alternos e ignoro cualquier intento de imponerse, pues al fin y al cabo soy yo quien ordena en mi escuadrón y no necesito recordarselo a mis hombres ni hacer alarde de mi rango.

-Claro claro- comento Mutsafa medio entre risas, -por un momento olvide que era a ti a quien le había tocado la mejor tajada del pastel. Y pues estoy de acuerdo con todo lo que has dicho. Por mi parte intentare cubrir los flancos aledaños de tener la oportunidad.- Mutsafa claramente cansado comenzaba a bostezar indicando al grupo lo tarde ya de la noche –Me marcho ya señores, y creo todos deberían hacer lo propio, serviremos mas frescos que cansados, nos espera un ardua labor mañana.-

La mañana decisiva había llegado, hacia ya mas de 30 minutos que la mayoría se habían despertado tras la larga noche. Algunos no habían podido dormir, otros por propia voluntad habían decidido pasársela despiertos la mayor parte de ella. Ahora frescos y listos para lo que se les venia encima los infantes pertenecientes a la compañía guardianes de Sirius se disponían a llevar a cabo sus labores del día. Algunos desayunaban presurosos a estar listos a tiempo, otros preparaban su armamento y equipo el cual primero tuvieron que ir a pasar al arsenal, había incluso quienes habían pasado la mañana ejercitándose para tener los músculos listos.
Lo cierto es que la hora ya estaba cerca, y si alguno había estado intentando no tenerlo tan presente, las bocinas de la nave ser habían encargado ahora de que supieran donde estaban y que venia a continuación.

-Atención a todo el personal del segundo pelotón de la 47 compañía de la infantería móvil, atención a todo el personal del segundo pelotón de la 47 compañía de la infantería móvil, se les informa que deberán presentarse cuanto antes a los hangares armados y listos, el descenso proyectado al fuerte helado esta pactado para llevarse a cabo dentro de 20min. Atención, esto no es un simulacro, repito esto no es un simulacro. 2° pelotón de la 47 compañía preséntese cuanto antes al Hangar, el descenso al fuerte helado se llevara a cabo dentro de 20min.-

Evans fué directo a las literas de los reporteros de guerra, que retransmitian el lado bueno de la lucha por la televisión para que más gente se uniera a la causa. No estaba en contra de que se unieran, pero no le gustaba que engañaran de esa manera a los ciudadanos. Nunca sacaban en la tele a tus compañeros mutilados, ni la angustias de antes de la batalla. Acabó el mensaje dándoles las direcciones donde debian enviarlo, después se fué a la cama poniendo el despertador a las 4:00 am.

El zumbido del despertador indicaba que había llegado la hora. Se levantó, se dió una ducha y comenzó a despertar a sus compañeros.-Vamos señores y señoritas, es la hora de ajustarles las cuentas a esos malditos bicharracos. Tienen 15 minutos para prepararse y vestirse. El sargento quiere vernos listos para el combate a las 4:30. ¡ARRIBA!.-

Al haber llegado a los dormitorios esa noche, al final, no había tenido el valor, por así decirlo, de lanzarse para buscar lo que necesitaba antes de ir en busca de su casi segura muerte. Así que se había ido a dormir pronto, quedándose con las ganas de echar un polvo, y se había levantado bien temprano para asegurarse de que todo el equipo y demás estaba en correcto orden. Tras eso, se "vistió", revisó el arma y se plantó en el hangar poco antes de que empezaran a sonar los avisos.

El baile iba a comenzar...

Después de terminar la reunión con el resto de los Sargentos, me despedí y me fui al bar a beber un par de cervezas antes de ir a dormir. Mientras lo hacía, pensaba en que quizás sería la última cerveza que bebería en esta vida y jamás me había tomado el tiempo en pensar si había una vida después de está, por lo que quizás sería definitivamente la última cerveza. Después de acabarla, recordé que había tenido ese mismo pensamiento antes de cada una de las misiones y siempre había vuelto. Me puse de pie y miré el vaso vacío, mientras le dije:

 - "Algún día si que será la última. ¿Eres tú acaso?"

Al terminar me fui a mi habitación, donde dejé mi ropa, mi armadura, mis armas y todo lo que tenía conmigo listo y dispuesto antes de dormir. Fue una noche sin sueños, solo descanso para lo que al día siguiente nos esperaría. A las 4 me levanté, fresco como una lechuga y descansado, más de lo que había logrado descansar desde llegar por primera vez a la órbita de aquella roca helada. Me duché, me afeité, me vestí, me puse mi armadura, mis armas, fui a la armería por lo que me faltaba y me presenté en el Hangar, esperando a que mis hombres se presenten listos y dispuestos para la revisión.

A las 4:30 estaba parado firme, sin decir palabra alguna y en completo silencio, mirando a los soldados llegar. Todos los de mi pelotón sabían que no diría nada, que tenían que formarse frente a mí para la revisión. Quien no lo supiera o lo olvidase, debería pagarlo.

Dormir no fue una tarea sencilla.
En parte por la cantidad de café y en parte por los nervios precios al descenso.
Al final y cansado de dar vueltas en la cama, me levante para ducharme, fue una ducha larga, y la disfrute a fondo. Luego me cambie tranquila y metódicamente.
Prepare todos mis pertrechos y escribí una carta post mortem, en caso de que no regresase de esta empresa.
Cuando sonó la llamada mucho tiempo después, ya estaba listo entre los primeros que formaban filas en el hangar, a esperas de escuchar las peroratas que escupieran los sargentos.

Despues de aberse relajado en la cantina, era tiempo de descansar. Un ultimo sueño antes de regresar a aquella roca helada, donde las ordenes eran suicidas, pero abia que cumplirlas. Le parecio poco tiempo de aber dormido cuando escucho la voz del cabo, sin embargo se sentia tan relajado para salir. Tomo todo lo que era necesario para la mision y fue al punto de reunion donde se encontraba el sagento focker.

Al llegar ahi simplemente se paro en fomracion esperando la revision de equipo como era costumbre ya para el escuadron.

Después de algunas copas más, y sus respectivos brindis entre los que quedamos en la cantina. Me despido efusivamente de todos, el alcohol está haciendo más efecto del que creía. Les deseo suerte para lo que se nos viene encima.

Mañana os espero aquí otra vez, no os vais a librar tan fácil  de las copas que me debéis - digo en tono de broma - y tu cabo Alex Jane oDonell, me debes la revancha - digo siguiendo la broma, esperando que mis palabras además nos den algo de suerte extra.

Cuando ya iba a los dormitorios, el sargento Focker entraba a la cantina y después del saludo formal, le deseo suerte para la misión que tenemos encima.

La alarma suena, ya se escucha movimiento entre algunos infantes y con los ojos aún medio cerrados comienzo a vestirme y preparar todo el equipo para el descenso. Aunque parece mentira soy de los primeros en despertarse, mientras algunos aún duermen como bebés. Mientras estoy vistiéndome voy despertando a los infantes que duermen en las camas cerca de la mía, y una vez termino, me levanto respiro profundamente, y digo a los rezagados antes de salir hacia el punto de reunión.

Vamos muchachos, en veinte minutos tenemos una cita con unos bichos, y no tienen intención de matarse solos.

El paso por la cantina había sido más suave de lo esperado, sólo un ligero mareo debido a un par de cervezas. De regreso a los barracones acompañado por Ramírez, se notaba nervioso, si tenía suerte esta podría ser una gran noche antes del día D. Por algo había intentado invitar a la infante a unas rondas. Llegados a los dormitorios hightower intentó insinuarse a Ramírez, pero su inexperiencia con las mujeres en todos los aspectos se lo impidió. Ante este resultado sólo supo despedirse formalmente de ella y dirigirse a su dormitorio. Antes de eso decidió tomarse una ducha fría, ya que sino iba a ser una noche muy dificil para dormir en su estado.

Se despertó bastante relajado, había aceptado su destino. Con todo su armamento, equipo y 6 cervezas guardadas en los huecos vacíos del uniforme en los que la armería no consideraba necesario añadir cargadores o granadas, se presentó a la hora acordada ante el sargento Focker. Sin siquiera decir una palabra se puso en fila, firme y atento a las palabras del sargento por si eso le podría salvar la vida en unas horas.

Se acostó temprano, sabedor de que al día siguiente iba a tener mucho trabajo por delante: matar bichos y sobrevivir a ellos era una tarea complicada. Había dormido muy bien, y se levantó a los primeros gritos del cabo. Tras esto, comenzó a vestirse, para inspeccionar así con mas calma su equipo, el cual debía estar listo para su misión.

Su misión empezaría en breves... ya era hora.  

Alex casi se quedo sola en la cantina, no fue la noche esperada, pero fue algo parecido, se distrajo y hablo de todo lo que tenia ganas de hablar.

Cuando apenas quedaban unas 3 o 4 horas para el lanzamiento se fue a la cama ya con todo el equipo preparado, solo tenia que pasar por la armería de camino a la lanzadera.

Su equipo era de los mas ligeros de los infantes, solo llevaba lo reglamentario y apenas su cinturón estaba lleno de cargadores, aunque una cerveza sobresalía.

De camino a la lanzadera volvió a la cantina y dejo una de las monedas para el billar a un lateral escrita con rotulador su nombre: Cabo Alex J. Odonell.

Una vez en el hangar encontró a Stone, mientras esperaba la revisión. Hay una moneda en el billar con mi nombre, que esta esperando para darte otra paliza.

Frost bebió apenas en la cantina, intercambió algunas bromas e impresiones con sus compañeros, y se fue a dormir para estar fresco en el amanecer de la roca helada. Pensaba en su madre y en su padre mientras conciliaba el sueño, recordaba su vida entrenando solamente y se preguntaba como sería la vida los civiles. Qué los movería en su monotonía carente de las emociones de la batalla. Tuvo un sueño los suficientemente tranquilo, se aseó y pasó a retirar todo su equipamiento asignado, incluyendo las herramientas especialmente necesarias para la misión de mañana. Se reunió con su unidad, reportándose ante el sargento Wolf con el equipo de combate lustroso, esperando ser usado.

Frost reportándose para patear traseros de bichos, señor! Lo saludó con el respeto que se merecía, admiraba a ese hombre.

Se lo veia concentrado pero calmo y, de alguna manera obvia para quienes los conocían más de cerca, feliz.

Tras una breve pasada por la cantina y un par de cervezas decidí que lo mejor era descansar para lo que se venía encima , tras meditar un rato en la cama pensé que el sueño iba a ser difícil de conseguir sin embargo las cervezas ayudaron a cabecear, fue tranquilo y algo ligero . La alarma suena e instantáneamente me despierto , ya hay algún movimiento en el dormitorio sin embargo aun quedan infantes en sus camas , aprovecho el tiempo para vestirme e ir por algo ligero para desayunar , vuelvo por mi equipo y a ponerme el resto del uniforme, recojo las cosas y llego a prisa al hangar donde los otros pelotones ya están formando , busco el sitio de formación de los heat y espero a la llegada del resto de mis compañeros mientras reviso con un fugaz recorrido mental que mi equipo este completo.

Mkoll se había ido pronto a los dormitorios, asi que tuvo tiempo de revisar su equipo antes de dormir, no sin antes poner las alarmas para que pudiera estar presentable a la hora acordada.

Sin embargo, el despertador ya lo encontró despierto. Y no era por miedo o preocupación. Sonreía levemente, pensando en que pronto tendría la oportunidad de volver a ajustar cuentas a los bichos. Su rostro adoptó la seriedad normal en él cuando se levantó, y se aseó y preparó en silencio. Revisó otra vez el equipo, y marchó hacia el hangar.

-Sargento Focker, señor...-dijo, saludando a su superior.

Después, se quedó en su puesto, listo para embarcar.