Partida Rol por web

Cuando Gordon Flemming deja de espiar a Mycroft Mallard y encamina sus pasos hacia la casa del periodista.

Llovizna. Si es que se veía venir que tarde o temprano pasaría. Gracias a Dios, no llueve en exceso, y como vas bien abrigado, de momento no sientes la fina lluvia calándote, pero sabes que de quedarte demasiado tiempo en la calle, acabarás calado hasta los huesos.

Regresas sobre tus pasos hacia el camino de la izquierda de la Iglesia, siguiendo por donde habías ido antes. Vuelves a pasar la tienda de comestibles, la casa amarilla, y andando durante un cuarto de hora bajo la fina y fría lluvia, llegas al senderito mal segado, tomándolo para llegar a casa de María.

Trotas por el camino a buen ritmo, y a los pocos minutos ves aparecer la humilde casa a lo lejos. Por fin, y notando que la lluvia ya comoenza a empaparte ligeramente, llegas ante ella.

By camember, shot with NIKON D50 at 2010-01-04

Repito descripción: Es una casucha minúscula, de piedra. Se ve que ha pasado por tiempos mejores, ya que es muy antigua y apenas ha sido reformada. El jardín alrededor de la casa crece a placer.

Las ventanas tienen barrotes, oxidados. La puerta de entrada es de madera, y se ve que ha sido comida por la carcoma. Está cerrada con llave.

Se acerca, tratando de librarse de la lluvia. "Maldita sea, primero no logro tomar una mísera fotografía y ahora esto" piensa frustrado mientras se acerca. "ok, este es el momento en el que dejamos atrás los escrúpulos póstumos..." y con vil intención, se acerca a la puerta, como detallándola y observándola. Toma aire... no es precisamente el sujeto más fuerte o más fornido que hay... pero tenía que intentar algo.

Da un paso hacia atrás. Luego otro. Luego otro. Está midiendo la distancia, la fuerza... toma aire, mientras no sale humo de su cigarro encendido (ahumándose bajo las goteras de la lluvia) y se lanza contra ella, tratando de echarla abajo de una embestida...

Llovizna. Si es que se veía venir que tarde o temprano pasaría. Gracias a Dios, no llueve en exceso, y como vas bien abrigado, de momento no sientes la fina lluvia calándote, pero sabes que de quedarte demasiado tiempo en la calle, acabarás calado hasta los huesos.

Regresas sobre tus pasos hacia el camino de la izquierda de la Iglesia, siguiendo por donde habías ido antes. Vuelves a pasar la tienda de comestibles, la casa amarilla, y andando durante un cuarto de hora bajo la fina y fría lluvia, llegas al senderito mal segado, tomándolo para llegar a casa de María.

Trotas por el camino a buen ritmo, y a los pocos minutos ves aparecer la humilde casa a lo lejos. Por fin, y notando que la lluvia ya comoenza a empaparte ligeramente, llegas ante ella.

By camember, shot with NIKON D50 at 2010-01-04

Repito descripción: Es una casucha minúscula, de piedra. Se ve que ha pasado por tiempos mejores, ya que es muy antigua y apenas ha sido reformada. El jardín alrededor de la casa crece a placer.

Las ventanas tienen barrotes, oxidados. La puerta de entrada es de madera, y se ve que ha sido comida por la carcoma. Está cerrada con llave.

Al acercarte, sientes un ruido fuerte, como de algo chocando, y un quejido de persona.

La puerta parece ignorar el hecho de que hayas decidido chocar contra ella. Pese a tener carcoma, es más gruesa de lo que habías pensado en un principio. De todos modos, una embestida más, y quizás la dichosa puerta decida caer abajo, pues un ligero sonido como de tablones cediendo has escuchado al rebotar en ella. Un impulso más y...

Te duele un poco el hombro, tras haber cargado contra ella. Una de dos, o en el próximo se te rompe el hombro, se rompe la puerta, pero los dos intactos no vais a quedar, eso lo sabes con toda seguridad.

Se acomoda el sombrero, se quita el abrigo, se soba el brazo. "Vamos Gordon, no te detuviste cuando tuviste olisqueando tu nuca a los sabuesos de los traficantes de alcohol, no te vas a detener por una puerta" piensa y mira hacia ambos lados. Toma aire, cierra los ojos.

"No voy a dejar que Mycroft deje todo a la lentitud de su rigidez mental" y dando tres pasos hacia atrás, bastante emocionado y apurado, decide cargar contra la puerta una vez más.

Nada mas alcanzar la casa, me apoyo sobre la pared, jadeando por el esfuerzo del trote. Puede que en mis tiempos mozos no rompiera a sudar debido a una carrera semejante, pero esos tiempos quedaron atrás hace ya tiempo. Mientras seguía tratando de recuperar el aliento perdido, escucho un quejido, así que después de un par de hondas inspiraciones y expiraciones me acerco al lugar del que procede la voz ¿Hola? ¿Se encuentra bien?

Gordon carga contra la puerta con todas sus fuerzas, y esta vez sí que cede a su embestida. Se abre por completo, saltando la cerradura, y Gordon da con sus huesos en el suelo de la entrada. ¡Pero ha entrado! Lo ha logrado.

En ese momento, Mycroft acababa de llegar a la casa, apoyándose contra la pared a descansar un ratito, llave de la puerta de entrada en mano. Presencia la carga de Gordon contra la puerta, y la siente ceder ante su golpe.

¿Pero, pero, pero? ¿Sera posible tamaño acto de impudicia? grito furioso mientras me acerco al tendido periodista, señalándole con el índice derecho, con la cara roja, no ya del esfuerzo sino de pura rabia, y con los ojos a punto de salirse de mis orbitas. Atrás quedaban ya las buenas maneras y las palabras amables, al parecer solo había una manera de tratar con este individuo.

Es usted el mayor sinvergüenza que he visto en toda mi vida. ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones con respecto a mi hermano? Hable rápido y tal vez sea benevolente con usted. Allanar de esa manera la residencia de un difunto, cuando podía esperar a que viniera con la llave, o habérsela pedido amablemente a miss María. No hay palabras en el diccionario para describir tal despliegue de mezquindad.

-La zalamería no le va a funcionar, sus elegantes calificativos de hombre recorrido son un regocijo para mi- dice mientras empieza a limpiarse el polvo, ciertamente, sus detractores no se cortaban tanto como el viejo profesor en decir lo que pensaban de él. Vaya inconveniente, haber tirado la puerta sin haber tenido paciencia. Aunque la verdad, desearía no haber tenido que coincidir con Mallard en aquel sitio.

-¿Benevolente? jajajajajajajajaja.- estalló en risas mientras lo miraba -Por favor señor Mallard, mis intenciones son la misma, recolectar información, pero mis métodos no son pasivos ni taimados, si necesito saber algo, seguramente iré a buscarlo, cueste lo que cueste...- sonrió -Ahora, si me permite, no he luchado en vano con esta puerta, estoy aquí por lo mismo que usted... o me dirá que ahora no le interesa que fue de su pobre hermano? entonces deje de hablar tanto...- dijo mientras se acercaba de forma amenazante, hasta encararlo, sacaba un cigarro y lo ponía, aún sin encender, en su boca (la de Gordon) -... y ayúdeme, es seguro que acá está la calve del destino del desdichado Charles Mallard... quiero decir, del desdichado destino de Charles Mallard-

Las palabras del periodista no hacen sino aumentar mi furia. Jamás me había sentido tan furioso con alguien en toda mi vida, y tenía que hacer auténticos esfuerzos para no pasar de las palabras a las manos. Sus métodos no solo no son pasivos ni taimados, sino que ni siquiera son legales le espeto mientras sigo señalándole, como si de esa manera pudiera hacer que la justicia divina callera sobre el y si ha sido capaz de hacer esto, solo dios sabe que más actos indecorosos ha llevado a cabo a lo largo de su vida con el simple objetivo de conseguir una historia.

Incluso empiezo a dudar de que lo que usted escriba sea cierto. No me extrañaría en absoluto que esas historias no sean más que un cumulo de patrañas. Que un periódico tan prestigioso como el Boston Herald tenga a alguien tan abyecto como usted en nomina me parece inconcebible.

Finalmente, tras haber despotricado  lo suficiente, consigo calmarme lo suficiente como para pensar con algo más de claridad creo que lo mejor será que use su propia medicina contra el. ¿No está acostumbrado a utilizar a la gente para su propio bien? Pues ha llegado el momento de que el sea el utilizado para poder así encontrar a mi perdido hermano. Y una vez lo haya conseguido, le denunciare a las autoridades locales, y hablare con mi hermano para que entre los dos consigamos que este individuo no vuelva a escribir siquiera una carta de felicitación.

Pero por mucho que me duela, coincido con usted en que en el interior de esta vivienda puede estar la clave para encontrar a mi hermano le digo con una sonrisa y haciendo un gesto para que vaya por delante usted delante por favor, al fin y al cabo ha sido el primero en llegar.

Mientras los dos discutíais, os fuisteis aproximando hacia el interior de la casa. Aunque seguíais elevando el tono, cada vez hablando con más violencia, no menos cierto era que tantas ganas teníais de sacaros los ojos el uno al otro como de conservar los propios para examinar la vieja casa en donde había habitado Charles Mallard.

Al entrar, os encontráis con cuatro puertas, dos a cada lado de un no muy amplio ni muy largo pasillo. Parece que eso es todo. La casa es casi raquítica en cuanto a espacio se refiere. Las 4 puertas están cerradas.

Al fondo del pasillo hay un armario, también cerrado.

No sabéis, a simple vista desde la entrada, si alguna de las puertas está cerrada con llave, pero no lo parece.

Seguro a que a no mucho tardar sugerirá que nos separemos para poder inspeccionar la casa de forma más eficiente pienso al ver el pasillo y las cuatro puertas sin embargo no creo que separarme de este individuo sea la mejor de las ideas, aun no tengo del todo claras cuales son sus intenciones.

Bueno caballero, teniendo en cuenta que es usted más experimentado que yo en lo que a indagar se refiere, ¿que curso de acción recomienda? le pregunto mientras me acaricio el mentón con el pulgar y el índice de mi mano derecha en actitud pensativa.

Gordon sonrió -No dejar tablón sin revisar, señor Mallard, creo que siendo dos, resultará mejor cubrir más terreno... lo importante es buscar cualquier pertenencia de su hermano, por insignificante que sea... podría decirnos que hizo, o que intenciones tenía al venir acá- explicó superficialmente. Claramente, el resto no era necesario de revelar.

-Yo revisaré estas dos puertas y usted las dos restantes- dice dividiendo el pasillo -le ruego sea sincero conmigo con respecto a lo que encuentre, si queremos hallar al desdichado de Charles, tendrá que revelarme cualquier porción de información... después de todo, y como usted lo ha dicho, tengo más experiencia indagando... así que es casi seguro que pueda obtener más de cualquier objeto que usted mismo, sin ofender. Así que adelante- comentó manteniendo la expresión tranquila.

Encendió su cigarro y exhaló con total cinismo. -Va a ser una buena tarde, después de todo- dijo aferrándose a su maletín.

Tal y como intuía no solo ha pedido que nos dividamos para poder indagar mejor, sino que encima tiene la desfachatez de pedirme honestidad, cuando hace un momento me ha manifestado que haría lo que estimara oportuno para alcanzar sus fines. Y algo me dice que las falacias son su método favorito.

Excuse mi osadía, pero pese a mi escasa experiencia en este ámbito, discrepo de sus palabras digo cruzando los brazos sobre mi pecho a mi parecer, al ser esta una residencia pequeña y ser poco el terreno a cubrir, juzgo más recomendable mantenernos unidos, pues cuatro ojos buscan mejor que dos, y puede que entre ambos seamos capaces de discernir detalles que uno solo no percibiría.

Así que si me lo permite, le acompañare allá donde vaya usted digo finalmente, invitando a mister Flemming con un gesto a que seleccione la primera de las estancias a investigar.

Gordon le sonrió de forma socarrona. -Un arranque de humildad... va progresando Mallard, ahora solo le falta conocer el sitio donde vive- dijo burlándose. Por dentro, le incordiaba un poco el hecho de que tuviese que estar pendiente de aquel molesto personaje. Pero lo mejor era dejarlo pulular por allí a su alrededor, a los enemigos, valía la pena tenerlos muy cerca.

-Siendo ese su deseo, quien soy yo para negárselo, estaré complacido de que me acompañe- anuncia con sarcasmo y abre la puerta de la derecha más cercana a por donde vinieron.

"A ver que hay por aquí" piensa.

Ratona, a partir de aquí, quiero tratar de hacer pasar desapercibido todo descubrimiento para Mycroft, el tio es un incordio, y la idea no es dárselo todo regalao, ve xD

En cuanto Gordon abre la puerta, os percatáis de que os encontráis ante el salón de la casa de Charles Mallard.

Está poco amueblado, pero de una forma más elegante de lo que esperábais. Los muebles son muy viejos, pero parece que habían sido bonitos y elegantes en el pasado. En el centro del salón hay una mesa y una silla, a la izquierda un armarito, y a la derecha una chimenea, llena de ceniza.

Me resulta sumamente increíble que este sujeto conozca el significado de la palabra humildad. Y dado el caso, está sumamente claro que no lo utiliza para consigo mismo pienso mientras le echo un vistazo a la habitación, girando lentamente sobre mí mismo, fijándome en cada detalle de la habitación, en busca del menor indicio del paradero de mi hermano.

Bueno caballero, ¿qué le parece si usted comienza la búsqueda en la mesilla, mientras yo me encargo del armario? Una vez hayamos terminado, podemos intercambiar hallazgos y proseguir con el resto de la estancia, para después adentrarnos en el resto de los aposentos de la vivienda.