Partida Rol por web

El lord te mira seriamente,  y se retira de la habitación sin decir nada mas, con un seco asentimiento que no deja mucho de entrever.

Sin embargo, un poco después un sirviente trae un cuenco con potaje de avena, pan y algo de queso, asi como vino tibio. Despues de semanas comiendo hierbas o lo que cazaran, y carne tan solo de vez en cuando, cada sencillo bocado se siente suculento… Notas, sin embargo, que se cuidan de no darte nada que requiera el uso de cuchillos.

Ahora, sin embargo, que puedes hacer? Todo cuanto resta es esperar. En el mejor de los casos, tomara semanas para que los mensajeros comprueben todo. Mientras solo queda esperar que Brandon aparezca, y aprovechar el tiempo en curar tus heridas… Lo demás se vera a su tiempo.

Y recuperarte toma lo suyo. El viejo sanador te ayuda a reestablecerte rapidamente de tus heridas menores, pero la mas grave requiere de mucha mas pericia. Tu convalescencia se extiende 3 semanas hasta que finalmente estas del todo recuperado.

No ves a lord Umber, o a nadie del castillo salvo tus guardias y algunos sivientes, en ese lapso. Pero finalmente una buena mañana tu curador te anuncia que stas bien como para salir a dar una vuelta por el patio (acompañado, por supuesto) y desentumecerte.

Despues de ese dia todo cambió, ya no volví a hablar con lord Umber y el aburrimiento era supino. No tenía nada que hacer y estaba medio prisionero. Tan solo intercambiaba algunas palabras con el curandero de Ultimo Hogar, un tipo entrado en años y poco hablador. Pero era bueno en su oficio y en unas semanas consiguió curarme por completo las heridas.

Por fin pude salir al exterior y tomar el fresco aire norteño. Eso sí, siempre vigilado de cerca por si intentaba escapar, suponía.

Me dirigí a uno de los que vigilaban

¿Se han ido ya esos hombres que me perseguían? le pregunté.

Los guardias norteños no son tan diferentes a la mayoria y no les importa hablar un poco. Ellos estan armados y tu no.

-Si, se fueron hace semanas... Despues de la ultima paliza que les dimos, no les quedo mas que irse. Pero perdimos a 3 compañeros cuando entraron detras tuyo. Sera mejor que no seas un desertor, porque nadie aqui estara contento de que fallecieran por nada.

Ciertamente, eres objeto de miradas por la gente del castillo. Se ve que todos han oido hablar del prisionero y rumores de lo que te trajo. Entre ellos, distingues un par que por su corpulencia, rasgos y atuendos, seguramente sean hijos o parientes del Lord. Son ellos sin duda los que peor te observan...

Lamento oir eso, digo al soldado.

Nunca fue mi intención causar problemas aquí. Sólo queda esperar a que se solucione esto, aunque es un tiempo precioso el que estamos perdiendo mientras el verdadero enemigo planea sus movimientos, digo.

-Si, ya oímos de eso… +resopla el guardia. Todos han oído rumores y nadie les da mucho crédito.

Sin embargo, no continúa. Se queda mirando el portón, deteniendo el paseo. Otros guardias del perímetro también van hacia él, pero a paso tranquilo en su mayoría, con curiosidad.

Ahí fuera se ve llegar a otros guardias Umber, trayendo consigo un caballo de corta alzada, un garrón como los que suele usar la Guardia en el Muro, así como muchas casas norteñas. Sobre el mismo, viene desplomada una mujer. O al menos eso deja entrever su vestido rasgado ondeando a los lados. Alcanzas a notar un pelo oscuro y una tez algo mas morena de lo habitual… ¿una salvaje?

La ves mejor cuando ordenan llevarla a uno de los cuartos laterales y pasa cerca. Sin duda, se trata de una salvaje, pero viste como una dama norteña… y es mucho mas atractiva y limpia que las que has visto nunca, incluso en ese estado.

Una salvaje? me pregunto. Qué hará por aquí? quizá la hayan capturado al sur del Muro, pero sería poco probable que anduviera sóla. Intentaré averiguar algo más,... si puedo.

Intento concentrarme y observar bien a la mujer por si la he visto antes o hay algo en ella que pueda darme alguna pista, algún detalle.

Me dirijo de nuevo al guardia:

Quien es esa mujer? por sus ropajes parece una salvaje. Me gustaría verla mejor y hablar con ella.

Sí, ya sé que no soy de fiar aún, pero pueden estar presentes, sólo quiero corroborar mi teoria; esa mujer puede conocer algo sobre lo que he dicho y tambien saber algo sobre los planes del enemigo.

El guardia se encoje de hombros; el estaba al lado tuyo cuando la mujer llego.

-Yo que voy a saber… En todo caso ahora vuelves a tu cubil. Ya veremos.

No logras sacar nada en limpio pues, mientras te llevan de vuelta a la “convalecencia”. Sin embargo notas que se encuentra sin duda exhausta y desplomada sobre el caballo, como si hubiera tenido una larga carrera; es decir, no muy distinto a ti cuando llegaste, salvo que no se aprecian heridas en ella.

En todo caso, su presencia no vuelve a ser de tu incumbencia hasta la noche, cuando recibes una visita que se extrañaba; lord Umber. El vigoroso hombre no viene solo, sino que lo acompañan un par de guardias.

-Levántate. +ordena bruscamente+ Quiero que vengas a escuchar algo.

Como vos ordeneis, lord, digo al tiempo que me levanto bostezando y algo intrigado por el asunto que apremia mi presencia.

Despues de vos, digo cortesmente.

En compañía del Lord y sus hombres, recorres el castillo hacia otra ala sombria. Alli divisas a tu sanador, junto a una puerta. El les franquea el paso. Dentro, se halla una habitación no muy distinta a aquella donde te atendieran originalmente.

Su contenido, no obstante, varia en la persona. La mujer salvaje reposa en medio de abrigadas pieles, y bebe lentamente de un cuenco humeante. Se detiene al verlos llegar sin embargo, inclinando la cabeza en deferencia a lord Umber.

-Esta es Niamh, de la tribu del oso. Dice que ha venido con un mensaje. +hace la presentación el robusto señor+ Quiero que repitas a este hombre lo que me has dicho, lo principal.

Ahora que la ves bien, es ciertamente una salvaje, aunque atractiva y limpia. Sus ojos son algo extraños, muy tranquilos. Cuando habla también se nota la diferencia, lo hace mesurada y educadamente; no se parece al nervio que suelen mostrar. Sin embargo al no saber quien eres…

-Como desee… Tal cual les dijera antes, la situación en el Norte es critica. Un ejercito de hombres libres, comandados por un cruel jefe llamado Azoth, ha traspasado el Muro. Ha reunido a la mayoría de las tribus, sea por su liderazgo o por la fuerza. Venció a la casa Flechanegra, por lo que ya tiene un bastion, y esta comenzando a expandirse por el Norte. Deben reunirse cuanto antes para detenerlo!

Resopla alzando un tanto la voz al final, pero conscientemente se modera. Esta hablando en presencia de un lord. 

Este, cuando ella termina, te mira y adelanta la barbilla.

-Conoces ese nombre o de lo que esta hablando esta mujer?+te interroga, cruzando las manos tras la espalda sombriamente.

Azoth?? de qué me suena ese nombre? pienso en voz alta.

Sí, creo recordarlo de boca de Joramun. Según él, ese tal Azoth el Desolador es aliado de la bruja que os dije.

Brandon contó que ataco el Túmulo largo con su ejercito y vencieron. Han cruzado el Muro. No tengo muchas más noticias, pero los espias de Joramun han confirmado que al menos Antorchas y Puertaescarcha también han caído. Los hombres de Azoth tienen abierto el paso hacia el sur y probablemente estén atacando a la casa Stark.

Brandon opinaba que sería dificil aunar fuerzas con los pueblos y casas del Norte, pues cada uno recela del vecino y prefieren esperar atrincherados que entrar en conflicto; incluida su Casa, lord Umber. Una espera que no es más que dar ventaja a ese cruel Azoth, opino.

Pero el enemigo está unido y posee un gran ejercito consolidado. Si el Norte no se une y hace frente a esta grave amenaza, todas las Casas norteñas caerán una a una.

Su ceño se frunce todavía más. Algo en lo dicho no concuerda. Claro, lo del ataque…

-Invernalia esta mucho mas al sur que aquí. Si un ejército de ese tamaño marchase hacia allá lo habría sabido.

Resopla, y se lleva una mano a la barbilla.

-Por otra parte, ninguno de nuestros mensajeros han vuelto, ni los que fueron al Muro ni quienes envié a ver a los Stark. Es evidente que algo sucede, pero no tengo forma de comprobar que ninguno diga la verdad. En todo caso, mujer, ¿Qué ha sido de los Flechanegra?

La expresión seria del lord dice muchas cosas. Es evidente que también desconfia de ella.

-Muchos campesinos lograron escapar al bosque y refugiarse en unas ruinas cercanas, donde yo me encontraba. También vinieron algunos de los nobles, entre ellos el heredero Anibal Flechanegra, su hermano Tyr y su tio Rorgo. Ellos recuperaron algunas tropas y volvieron al castillo de Robledo a rescatar a los rehenes que quedaban de su familia.

Se muerde el labio inferior, bajando el tono.

-No se que fue de ellos. Cuando demoraron en regresar, hice lo que pensé mejor y vine en busca de ayuda. Es mucha gente la que queda en las ruinas y apenas tienen suministros.  No había forma de traerlos a todos juntos, pero yo sola… ¡Por favor, se lo imploro, deben ayudarles!...

Lord Umber, creo que está mujer dice la verdad, al igual que yo. Debe hacer algo o pronto será demasiado tarde. No puede quedarse con los brazos cruzados esperando que se confirmen todas estas malas noticias.

Soy su prisionero, si así lo desea, pero debemos hacer algo al respecto, muchas vidas están en juego, incluyendo la seguridad de sus gentes, concluyo.

Se cruza de brazos, con expresión severa, mirando a alternativamente a ambos.

-Desde luego que hare algo. Protegeré mis tierras y pondré mas patrullas. Pero no iré en ayuda de los Flechanegra. Ellos son poco más que salvajes, similares a los hombres de los clanes. Que se arreglen con los suyos.  

Resopla, para luego encaminarse a la puerta.

 -Puede que a ellos los hayan vencido, pero ya quiero verlos intentar asediar Último Hogar. Sea quien sea ese Azoth, lo pagara muy caro. Ustedes dos pueden elegir; se quedaran a luchar o se irán. No tengo pruebas de que seas un traidor, Osfrid de la Guardia y nada me importa tu gente, mujer, asi que no los ajusticiare ni mantendre prisioneros . Pero por lo mismo no los retendré más bajo mi techo si no seran de utilidad.

Pienso en cuales son mis opciones, y por más que no me importa quedarme en Ultimo Hogar sano y salvo durante algún tiempo más, opto por intentar encontrar a Brandon, él es quien tiene maś poder de conviccion y quien realmente podrá recutar gentes para la causa contra los conspiradores.

Le planteo mi postura a lord Umber, al tiempo que me disculpo frente a la dama al no serle de más ayuda por el momento.

Necesitaré un caballo y algunos suministros para unos dias, lord Umber. Debo encontrar a Brandon.
 

Cerró los ojos, suspirando. Dioses, porque eran tan tercos todos los norteños? Trago saliva y acomodo su espíritu. Estaba cansada, pero el mensaje debía seguir.

-Me iré también. +anuncio a lord Umber, para luego añadir en tono algo mordaz+ Quizás encuentre a otros mas dispuestos a escucharme. ..

El lord asintió con sequedad, ignorando la inocente provocación, y les volvió la espalda sin siquiera un ademan, saliendo para hacer sus preparativos al tiempo que les dejaba solos. La mujer volvió la vista hacia Osfrid. Hacia tiempo que no veía uno de cerca… Tendría que servir no obstante. La travesía por el bosque le había confirmado algo que ya sabia perfectamente.

-Iré contigo. +dijo sin rodeos. No era una petición tampoco, sino una declaración.+ Si ese tal Brandon sabe de Azoth y de lo que ha hecho, el puede ayudarme. Y no puedo seguir viajando sola… nunca había venido tan al sur...

Señora, no es que me niegue a que sea mi acompañante, pero venir conmigo es casi como ir sóla. Si somos atacados, dudo que pueda protegeros, ni siquiera sé si podría defenderme a mí mismo. Es una temeridad viajar en un grupo tan escaso y más aun en estos tiempos oscuros.

Ruego que se replantee la idea de venir conmigo. No sé si conseguiré encontrar a Brandon, concluyo

Alza los ojos, evidentemente sorprendida un momento. Luego sonríe levemente de medio lado.

-¿He dicho que desee viajar contigo para protegerme?.... Permíteme aclararlo, te necesito como guía, ya que no conozco estas tierras. Para lo otro, puedo arreglarme perfectamente.

Se tapa los labios para contener la risa que empieza a brotarle mientras habla. La presunción del guardia es simplemente muy graciosa... quizás se piensa que las mujeres de mas allá del muro son como las del sur. Pero igualmente se escapa entre sus labios una risita divertida. Este hecho le suaviza el semblante. Llevaba algún tiempo sin reír.

-Jajaja… En última instancia, si alguien nos ataca me basta con cabalgar mas rápido que tú. Así que, ¿cuando partimos?