Partida Rol por web

Espero poder seguir el ritmo, de lo contrario no me esperarás, eso ya lo sé.

Supongo que tampoco me ayudarás con estas heridas, o ¿me equivoco?

Mientras hablo, guardo mis armas y pertenencias en la alforja del garrón, además de amarrar otro caballo para tenerlo de refresco. Le comento a Brandon que haga lo mismo, así nos pueden servir para alternar su monta, o en caso de necesidad, sacrificar uno para alimentarnos.

Monta con soltura, pasando el arco tras su espalda junto a las flechas.

- No habrá tiempo para eso. Solo podemos detenernos lo justo para descansar nosotros y las monturas. A menos que quieras pedirle atenciones a los hombres del clan Burley. Seguro que podrás hacerlo mientras explicas lo ocurrido en la mina.

Su gesto es sarcástico, pero que otra cosa podría ser sino sincero? Dependiendo del fanatismo de los hombres del Clan, lo que seguía sería una cacería mayor o menor. Y el zorro que se detiene a lamerse, cae en los colmillos de los perros…

Bien, pues partamos cuanto antes para poner tierra de por medio, le comento mientras me subo al caballo con dificultad.

Será mejor que me ayudes a curar estas heridas, si calbalgamos sin parar apenas corro el riesgo de que esto se infecte, y si muero ya sé que no te pararás a enterrarme siquiera, pero supongo que te sería más util con vida.

Me tienes que reconocer que si no fuera por mí, no hubieras escapado con vida tú solo de esa mina, termino con semblante serio. Me lo debes, sugiero

Sujeta las riendas de su montura con firmeza. Entrecierra los ojos duramente.

-¿Deberte? ¿Por lo que es tu obligación? +replica en tono incrédulo+ Eres un hombre de la Guardia en una misión para defender a los reinos de los hombres... Te sugiero que recuerdes tus votos.

Encauza su garron por el valle que escapara el otro minero, el cual parece ser de todas formas el mejor camino al sur.

- Tampoco creas que seré tan cruel. En caso de que mueras te llevare sobre el caballo hasta Último hogar. Si te incinero en el camino delataras mi posición, y de enterrarte ni hablar… lo único que falta es que regreses como espectro.

Casi parece decir en broma la ultima frase. Casi. 

Era imposible dialogar con este hombre; tenía la cabeza más dura que una piedra y nunca daba su brazo a torcer. No gastaría más palabras para con él, ni podía contar con su ayuda. Me limité a seguir cabalgando a cierta distancia suya sin hablar.

Un detalle el no dejar mi cuerpo valdío. Todos los dioses antiguos te bendecirán por tan loable obra, me limité a decir con sarcarmo.

Cabalguemos pues, concluí. Ya intentaré mirarme las heridas cuando descansaramos por la noche.

Los caminos son duros por decirlo suavemente. En realidad no existen como tal. Solo tierras y rocas más o menos transitables, por donde conducir los garrones es una batalla en si misma. Incluso el riesgo de las heridas y la sangre presentes en la mina se mantienen.

Hablando de tales, las tuyas reclaman atención. Pero no es hasta tarde que se detienen finalmente, entre dos riscos bastante protegidos, y puedes dar un vistazo. Brandon busca leña para hacer un fuego pequeño para cocinar, nada que llame la atención ni sea visible, en tanto tú debes trabajar igual preparando las pieles donde dormirán y una lona de resguardo.

Recién entonces puedes verlas. Darles una lavadita. Pero atenderlas… ¿con qué? ¿Cómo? Incluso improvisar un vendaje cuesta. Por eso lo mejor es cuando toca dormir, tras comer apenas nada más que una sopa de raíces. Ahí es cuando toda la fatiga desciende, tapando el dolor con el sedante del cansancio… al menos hasta el amanecer.

La primera noche es dura, pero el segundo dia no se queda atras… Ahora llegan a una zona de colinas bajas y es apreciable como desciende el terreno. Brandon decide acortar la jornada, pero no para atenderte, sino para buscar provisiones mientras descansas junto a un farallón, en esta zona más propicia. Sin algo de comer y agua, ninguno de los dos llegara. Regresa con los odres llenos, un pequeño conejo (que le costara una de sus flechas) y una expresión seria.

-Tal como pensaba, nos están cazando. +comenta, mientras desuella el animal + Justo antes de volver vi el humo de su campamento, unos 7 u 8 kilómetros al noroeste…. Nos alcanzarían si cabalgan toda la noche, pero dudo sean tan estúpidos. Esperaran que abandonemos la montaña para cazarnos a campo abierto. Ya no podremos darnos el lujo de detenernos para reabastecer ni nada. Tendrás que montar a todo lo que de tu cuerpo o nos alcanzaran antes de llegar a las tierras Umber.

No me gustaba la idea de estar cabalgando todo el dia sin descanso,  pero peor sería que nos alcanzaran.

Justo cuando me temía lo peor, encontré una posible solución.

¿Qué te parece que intentemos engañarlos?

Te irás tú solo. Ellos te seguirán a tí y tus huellas mientras yo me escondo un par de dia por las montañas. En un par de dias doy un pequeño rodeo y me dirijo hacia las tierras de los Umber. Puedo sobrevivir unos dias más, o eso espero.
 

Medita sobre eso mientras pone el conejo a las brasas. Luego se limpia con la ropa, analizando las opciones.

-No es mala idea. Esta el tema de los caballos. Sin duda notaran que solo siguen a un jinete y si me llevo todos para mantener la charada, te quedaras sin montura, en estas montañas… Entonces puedes olvidarte de salvarte. A pie te tomara una semana llegar, y eso con suerte. Por otro lado, las huellas solas no les dirán a quién siguen. Si nos separamos, cada uno con sus caballos, como mínimo se dividirán para seguir ambos rastros.

De acuerdo, continuaremos como hasta ahora, pero si mañana no puedo continuar el ritmo cabalgando no tendré más remedio que quedarme y ocultarme como te he dicho. Tendrías que cabalgar sin mí e intentar despistarlos, dije.

Ahora voy a descansar, concluyo

Se encoje de hombros, aceptándolo. De todos modos era lo que pensaba hacer si el guardia se volvía un inconveniente. La cena no tarda mucho en estar y con un poco de carne, el sueño es mejor.

Temprano, apenas rayando el alba, ya están arriba de sus caballos de nuevo. El humo al norte no es visible, señal de que sus perseguidores también han madrugado…

Ahora es la última parte peliaguda. Las colinas son más fáciles de transitar que las montañas sin duda, pero no por ello un paseo, y después solo quedan los llanos despoblados, donde la vista puede extenderse a kilómetros… Es tiempo de apurar el paso y exigir a los caballos.

Como algo y pronto soy vencido por el cansancio y el sueño.

Tras unas pesadillas nada gratas, llega el alba y de nuevo a cabalgar. No era mal jinete, pero las heridas me pasan factura y pronto no puedo continuar el ritmo, quedando atrás de Brandon.

La caída es dura y no es de extrañar que te sumerjas brevemente en el sueño de la inconsciencia cuando tocas la hierba.

Cuando recuperas el sentido tras la caída, estas tendido en la colina. Tal como prometiera, Brandon no se ha parado a ayudarte, ni tampoco lo ves en la cercanía. Solo a tus dos garrones.

En el lado positivo, librarte de su compañía no es malo. Dista muchísimo de ser un compañero alegre o animoso. O de ser un compañero simplemente. Pero después de todo, él es el rey en el Norte.

Fuera de ese detalle, estas solo. O desearías estarlo. Los perseguidores aun vienen por este camino después de todo, ¿no? Eso aliviara tu necesidad de compañía, aunque crea otras nuevas.

Debido al mal terreno por donde cabalgamos y, como no, a mis heridas que no me permitían montar de forma natural, poco despues de salir esa mañana, mi caballo tropezó y me fui al suelo.

Al caer no me hice mucho daño pero sí permanecí aturdido unos instantes. Cuando me recuperé y me levanté del suelo, Brandon ya no estaba delante; no se había parado en mi ayuda. Fue como un alivio, pense al principio.

Pero ahora debia tomar alguna decisión; o seguir adelante o esconderme. Me volví a montar en el caballo al rato y avancé a un ritmo más pausado siguiendo las huellas de los garrones de Brandon.

Cuando llegó el atardecer decidí esconderme en un lugar más seguro y descansar unas horas.
 

Te las ingenias para seguir el rastro o eso crees, pero lo cierto es que Brandon te ha sacado más que una pequeña ventaja. Curioso…

Llegada la hora, la soledad de un refugio es lo que queda. A diferencia de las montañas, las colinas no ofrecen muchos abrigos naturales. En todo caso toca conformarse con unos matorrales espesos que brindan tanto cobertura como forraje a las monturas. Para ti en cambio no hay nada de provecho, salvo te pongas a buscar a toda prisa algo, ya que Brandon era quien tenía vuestras provisiones y ha estado a cargo del asunto.

La noche será tensa. Mañana estarás en el llano. Y ahí será una carrera para llegar al refugio y a las tierras custodiadas por los Umber, antes que los hombres del clan les atrapen...

Avancé a un paso más prudente intentando no perder mucho tiempo, pero sabía que no podría alcanzar a Brandon ni él se esperaría por mí.

Justo antes del atardecer decidí hacer una parada para buscar algo de alimento y descansar. Al dia siguiente antes del alba volvería a salir, ya en zona de los Umber, a las llanuras donde no podría esconderme y tendría que intentar llegar como fuese.

Con algo de comida las cosas se sienten mejor, aunque no se vean. Pero las bayas y unas raíces hervidas son fibrosas y consistentes.

Al otro dia eso se muestra necesario, pues no habrá más descansos. Al levantarte y otear el camino, distingues una nubecilla de polvo al Oeste, a unas pocas millas.  No cabe duda que no la trae el viento. Son jinetes.

Los hombres del clan deben saber tan bien como ustedes que si llegan a Último hogar los habrán perdido. Han cabalgado toda la noche, reduciendo la diferencia a 0 quien sabe a qué costo. Ahora que amanece, siguen sobre su rastro, o más exactamente, cabalgan hacia la casa Umber por la senda más corta, confiando en que asi los interceptaran sin importar por donde vengan tu y Brandon. Es la última carrera. 

No estaba en condiciones de cabalgar teniendo a los perseguidores tan cerca. Mis heridas no me permitirían galopar mucho tiempo.

Debido al poco tiempo del que disponía, finalmente decidí por intentar otra estrategia.

Espoleé al caballo más cansado de los dos que tenía para que los perseguidores siguieran su rastro por esa senda que llevaban. Una vez hubieran pasado de largo, tomaría otra dirección hacia los Umber, quizá algo más larga pero esperaba que fuera más segura y pudiera llegar sin forzar mucho mi garrón ni mi maltrecho cuerpo.

Una vez ejecutado el plan solo resta esperar a ver si lo tragan. Los minutos se hacen eternos y tu cuerpo herido se queja, pero no queda otra cosa.

La columna está lejos para divisar cuantos son, pero no son pocos. Ninguno se detiene en el cruce donde tus huellas se separan de las del otro garrón. Siguen adelante. Ha funcionado, al parecer!!

Eso alivia el problema de momento, pero no por mucho. Deberás esperar que te saquen bastante distancia antes de poder salir y encima una ruta más larga… No cabe duda que llegaran antes que tú a las tierras Umber. ¿Cómo vas a solucionarlo?