Partida Rol por web

La Edad Oscura

CAPITULO I : Argos

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19/02/2020, 02:22
Director

PROLOGO

Muchas lunas han pasado desde que partiste. Has caminado en soledad desde entonces cruzando ríos y valles siempre rumbo hacia el sur de donde vienen los vientos cálidos y el aire se torna pegadizo. El mundo es más grande de lo que pensabas. Agotado y desesperado piensas que haría el viejo shamán en tu situación y rezas a Turul para que te envíe una señal. Turul no se hace esperar y responde en forma de pájaro con blancas alas que emite un silbido. Corres durante mucho tiempo tan rápido como puedes  en la dirección del pájaro hasta que, sudoroso y jadeante, llegas  a un acantilado. Ante ti aparece una vastedad azul que se  extiende hasta el infinito. Se oye un rumor sordo como si hubiera cascadas de agua cerca. Es la primera vez que ves tanta agua junta y realmente te sientes intimidado. 

 

 

Y entonces lo ves. El animal de madera que vas buscando, se ve minúsculo por la lejanía pero no tienes dudas, lo has encontrado. Para tu sorpresa descubres muchos más flotando en las aguas. Con gran destreza desciendes entre los riscos y llegas a la playa donde está parado. Es más grande de lo que pensabas, tan grande como una colina, tiene la piel rugosa como la corteza de los árboles y te extraña que no emita ningún sonido ni movimiento. Cansado del esfuerzo pero satisfecho por haber cumplido con los designios del todopoderoso Turul te sientas en la caliente arena y descansas vigilando de reojo al monstruo porque aunque no se mueve no terminas de fiarte.

Hace un día claro, con un radiante sol de primavera, el insondable mar, de transparentes aguas turquesas cerca de la orilla se encuentra en calma chicha como si fuera un inmenso lago. Una voz interior te susurra: Grûnk, descansa y espera al hombre blanco.

Notas de juego

Grûnk piensa que su destino está ligado al hombre blanco.

A partir de aquí la voz interior corre de tu cuenta ;)

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06/03/2020, 19:24
Grûnk
Sólo para el director

  Grunk permanece sentado tranquilo y contento. Sonríe al cielo mientras respira profundamente para poder saborear los nuevos olores que desprende el enorme lago sin fin que se abre ante él. Al final se tumba boca arriba y deja que el calos que desprende la blanca arena reconforte sus huesos y músculos. 

   Tras eso se incorpora, sereno. Mira al cielo y agradece a Turul su benevolencia. Se sabe sobre el camino. Desliza con cuidad sus dedos dentro de la bolsa de cuero sin curtir y extrae un buen trozo de cecina que mastica lentamente mientras observa a su alrededor. 

    - El gran Turul me guía y me observa orgulloso. Grunk esta preparado Padre .- Acaricio con mi mano izquierda las cuentas de mi collar . Mientras espero al hombre de blanco u otra señal equivalente que Turul tenga a bien de enviarme

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06/03/2020, 19:56
Director

PROLOGO

Es un día tranquilo y soleado. Os encontráis en una taberna portuaria de Temenio llamada “El Tritón Perlado”. Sentados en el patio exterior y bajo la sombra de un toldo apurando unas refrescantes cervezas de fabricación casera. De fondo se escuchan gaviotas y  ruidos rudos del puerto. Maldecís vuestra suerte.

Hace doce días partisteis de las costas Fenicias cargados con buenas sedas, refinados aceites y costosos perfumes para los desposorios de la hija de Fidón de Argos, un usurpador apodado “El tirano”. Era un negocio redondo, materia prima de calidad vendida a precio de reyes. ¿Quién podía imaginar que a pesar de utilizar una ruta poco transitada sufriríais un ataque pirata?

Nada de valor habían dejado y habían muerto el capitán y  varios marineros en el asalto. Por su aspecto, más que piratas parecían campesinos, gente temerosa de los dioses, y Adon había llegado a un acuerdo, la vida a cambio de las mercancías. Sin nada que ofrecer habíais llegado a Temenio. Yorgos , segundo de abordo en el barco y ahora responsable, estaba preocupado por los desperfectos  que había sufrido la nave. Adon contaba su dinero para ver si llegaba para las reparaciones. Buntalos aun se hacía de cruces preguntándose porque Adon no le había dejado masacrar a esos imberbes aficionados.

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06/03/2020, 19:58
Director

PROLOGO

El Reino de Urmia queda a vuestras espaldas, tan lejos que os parece que nunca ha existido. Lleváis meses recorriendo vastas llanuras, vadeando ríos, atravesando bosques y montañas. Habéis visitado decenas de ciudades, puertos y pueblos y por el momento todo es en vano. Nadie sabe de los seguidores del Dios Eferro.

Un día, descansando en una destartalada taberna un viejo campesino os hablo de un mar, el gran mar al que los griegos llaman Talasa. Os dijo que era en Talasa donde moraban los dioses. La información era muy vaga pero al menos ahora teníais un objetivo.

Cansados de hacer y deshacer caminos contratasteis a un guía. Un picto huraño y silencioso llamado Jarith. Era poco sociable pero hacia bien su trabajo y conocía los atajos. Tras atravesar unas nevadas montañas donde casi perdéis a las monturas os adentrasteis en tierras griegas de clima benigno y templado. El aire se torno pegajoso y sentisteis que Talasa estaba cerca. Tras cruzar una fastuosa polis llamada Argos, blanca como el marfil y resplandeciente con el oro de sus templos, llegasteis por fin a las orilla del mar. Os alojasteis en una posada llamada “El Tritón Perlado” situada en el puerto de Temenio, pueblo portuario cerca de Argos. Petiascles, su dueño, un atento posadero, os dispuso las mejores habitaciones y a Jarith lo acomodo en la sala común.

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06/03/2020, 19:59
Director

PROLOGO

Aunque cumplir con los caprichos de un ser corrupto y moribundo no era de tu agrado preparaste el viaje con meticulosidad como era tu costumbre. Tras consultar de nuevo los milenarios jeroglíficos donde habías visto los indicios del conjuro, llegaste a la conclusión de que se hacía mención a una isla situada justo en el medio del gran mar, cerca de otra gran isla que los maestros geógrafos del faraón habían identificado con el nombre de Siracusa. Siracusa era un conocido puerto donde fondeaban los navegantes que dirigían sus naves hacia la lejana Iberia. Pensabas que podía ser un posible comienzo y realizaste los preparativos necesarios para el viaje.

El día justo antes de partir ocurrió un infortunio y tu ayudante de confianza Haji, tu diligente criado que te iba a servir en el viaje, enfermo repentinamente aquejado de unas fiebres y grandes dolores. En su lugar y por orden directa del faraón le suplió una joven Nubia de cuerpo menudo y  rostro demacrado. Al parecer era diestra en el manejo de las armas y haría las labores de ayudante y guardaespaldas.

- Mefred, el faraón estaba preocupado por el buen fin de la misión y por  tu seguridad -Eso fue lo que te dijo su ministro Tarik.

La galera partió rumbo a Siracusa y aunque hacía un día despejado al cabo de unas horas el cielo se cubrió de un negro plomizo. Unos cirros densos y abigarrados chocaban en la lejanía produciendo centelleantes relámpagos. Los truenos se sentían más cerca y la tormenta se acercaba a gran velocidad. Entre los avezados marineros empezó a cundir el pánico y de oreja en oreja circulaba el nombre del “Hechicero Negro”.

 La galera se preparo para la tempestad. Se recogieron los remos y se aseguraron las cargas. Pero como si fuera el enviado un dios maligno un rayo partió el barco en dos y  fue tal la violencia del viento y el empuje de  las olas que pronto no quedaron del barco más que trozos de madera, despojos y los gritos de los ahogados. Te rescataron del agua y te subieron en una balsa improvisada. Navegasteis varios días a la deriva. Tu compañero y  salvador murió deshidratado. Agotado como estabas nada pudiste hacer por salvarlo. Te recogieron unos pescadores griegos. Te dieron de comer y tras recuperar fuerzas te dejaron en el puerto de Temenio. Buscaste alojamiento en una taberna llamada “El Tritón Perlado”.

Notas de juego

En el naufragio has perdido el arco, el carcaj, las flechas, el equipo de escritura y el estatera de oro.

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06/03/2020, 20:15
Buntalos el íbero

estaba en la taberna, junto con mi amigo y protegido, Adon, el no me había dejado que atacara a los piratas cuando estos habían asaltado nuestra nave y se había llevado todo, por lo que no estaba de buen humor, y si a eso le sumaba que no tenía nada que hacer, empeoraba la cosa "Adon, ¿por que no me has dejado que matara a esos indeseables?, has visto la pinta que tenían, he visto terneros mas peligrosos que esa panda de idiotas, un par de golpes con mi espada y la mitad de ellos muertos y los otros con..." ahora no me acordaba de ningún dios del mar, ni de uno fenicio ni griego con el que habría mandado a con ellos a esos muertos de hambre que se creían piratas.

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06/03/2020, 20:38
Adon de Tiro

Adon, que esta ensimismado contando monedas, deja sus quehaceres y le responde a su compañero con el ceño fruncido:

Amigo Buntalos cuánta razón hay en tus palabras. Ahora me arrepiento pero ya es demasiado tarde. Quiera el gran Melkart que no volvamos a encontrarlos pero te aseguro que no te volveré a impedir  que hagas tu trabajo. Lo peor es haber perdido la mercancía, una desgracia… Alguien debería avisar al rey Fidón, quizás lo mejor sea mandar un emisario con las malas noticias. No me gustaría comprobar porque le llaman El Tirano.

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06/03/2020, 20:39
Director

DIA 1 (Primavera)


 

 

Os encontráis en la magna Grecia, en la aldea de Temenio, puerto natural de la polis Argos.

Situado a una distancia de 25 estadios de Argos, Temenio es un pueblo pequeño con un gran puerto y sendos templos consagrados a Poseidón y Afrodita. Por coincidencias del destino todos estáis en la fresca terraza de una taberna llamada “El Tritón Perlado”. Aunque sopla brisa marina hace un día claro, con un radiante sol de primavera. El insondable mar, de transparentes aguas turquesas cerca de la orilla se encuentra en calma chicha como si fuera un inmenso lago. Desde la terraza podéis ver el puerto y  playas de blanca arena.

 

La penetrante melodía de unos aulos invade el ambiente. En el puerto acontece una procesión religiosa en honor a Poseidón. Podéis  oler el dulzón olor del incienso quemándose.

Ungidos en un yugo dorado y engalanados con coloridas telas y guirnaldas acarrean dos bueyes de esplendido porte. Cierra la comitiva un nutrido grupo de mujeres que llevan crespones negros. Entre ellas camina un tipo esquelético de longas barbas  que únicamente se cubre con un taparrabos blanco y con una flexible vara va flagelándose la espalda, ya amoratada y sanguinolenta. Balbucean unos cánticos que llegan hasta “El Tritón Perlado” y ruegan por la piedad del todopoderoso señor de los mares.

Un sacerdote engalanado con una tiara y una larga túnica purpura sacrifica los animales con diestros machetazos. Dos golpes certeros y los animales bañados de sangre yacen pétreos en el suelo. A continuación mientras el sacerdote entona una letanía destripa a los animales y tras escudriñar sus vísceras y alzarlas al cielo con una plegaria las incinera junto con pingües aceites y especias incensadas.

Envueltos por la calma y con el místico espectáculo que estáis observando os olvidáis por un instante de las fatigosas jornadas y de los acuciantes problemas personales. En el dintel de la puerta, os observa el tabernero, un tipo de entrado en años y de mirada aviesa que se frota las manos. A vuestro alrededor por las mesas varios marineros ya borrachos y otras personas de diversas culturas que llaman la atención.

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06/03/2020, 20:41
Petiascles

El dueño de la taberna ignorando al resto de borrachos se dirige hacia vosotros con una especie de reverencia:

Carísimos forasteros sean ustedes bienvenidos, mi nombre es Petiáscles, de Temenio natural y  dueño de esta humilde casa. Que  el gran Zeus les haya guiado hasta aquí este día es una clara señal.

Nobilísima señora- dice dirigiéndose a Tomiris- disculpe mi atrevimiento pero nací con dos orejas y por fortuna aun las conservo, y por el tridente de Poseidón que no me gusta incomodar a mis clientes pero sus palabras me llegaron como llega el viento a los oídos. He oído de esa leyenda que usted habla, son muchos los que por aquí pasan y de muy diversas naciones y con un poco de buen vino ya saben ustedes que todo se canta y se cuenta. El caso es que puedo ayudarla… y tenga usted clemencia con este pobre tabernero pues no es otra mi intención que la de servir y ser diligente.

Ahora bien forasteros, en estos tiempos difíciles es poco honroso de cara a los dioses el dar y no recibir algo a cambio, y como hombre que me tengo por prudente no quisiera desagradar a los divinos, y en cambio, más bien quisiera yo honrarlos. E aquí pues mi propuesta, forasteros de naciones lejanas.

Viudo y sin hijos me hallo, y también huérfano por edad, y ya no tengo a nadie preciado más que un hermano. Carisimo Kalimos que me ayudo con sus manos a levantar estos muros... Y aunque por buscar su fortuna se fue a la lejana isla de Askania, donde las tierras eran fértiles y la pesca muy abundante, siempre en las vísperas del duelo, todos los años sin falta, venia por Temenio ya que juntos honrábamos la tumba de nuestros padres. Y eran quince lunas y cuando no mas las que pasábamos  recordando y alabando.

¿Comprenden ustedes cuanta dicha para un anciano que vive encerrado en estos lúgubres muros? – Petiascles hace una pausa, su rostro se contrae y su sonrisa se ve alterada por un ligero tic- Desde la última vez que vino han pasado ya cuatro años. No ha vuelto. Ni él, ni noticias de sus criados. ¡Oh forasteros intrépidos que venís de lejanas tierras ayudadme pues!

Como ven ya soy anciano y no soy hombre de armas ni puedo tomar un barco e irme a la ventura. ¡Cumplid por mí y darme noticias de mi hermano! Y si el siniestro Hades ya se lo llevo a sus dominios, traedme si es que existe su cuerpo para que pueda honrarlo en digno entierro y disponga las argentas monedas para el barquero. Realmente estoy preocupado ya que ahora son muchas las cosas malas que se escuchan de Askania, antaño fuente primordial de vida.

¡Ayudadme os lo suplico! ¡Y por el gran Zeus que seré generoso! Cubriré con todos los gastos, repararé el barco del fenicio, gratificaré a quien se embarque y  le diré a la nobilísima señora lo que se de esa leyenda, que no es tal cosa y no hay que tomárselo en chanza, pues es muy probable que sea cierta.

Petiascles os observa mientras espera vuestra respuesta. ¿Hay trato dignos señores?

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06/03/2020, 22:02
Mefred "El Egipcio"

Mefred, "El Egipcio", llegó apoyándose en su curioso bastón tallado con numerosas rayas y colores. Era un señor ya mayor, vestido con una sencilla túnica blanca y un zurrón, que pese a su delgadez se movía con agilidad. Su mirada era serena, aunque la expresión que dominaba sus facciones, surcadas por innumerables arrugas, mostraba que últimamente sus días habían sido duros. Varias señales y algún moratón indicaban que había sufrido algún tipo de percance, y era como después se supo, el naufragio del navío que le transportaba desde el lejano Egipto. Se habían salvado sólo unos pocos, aferrados a una exigua balsa construida en el momento con los mismísimos restos del barco.

Tras él, avanzaba una mujer, pequeña, de andares felinos, con brazos delgados pero con músculos bien marcados. Su pelo era ensortijado y abundante, tan oscuro como su piel. Se mantenía a una distancia corta pero respetuosa, pendiente de sus movimientos.

La vista desde "El Tritón Perlado" era espléndida, pero la cuesta hasta allí era empinada, por las estrechas callejuelas blancas que le habían traído desde el puerto. Se había recuperado un poco gracias a los cuidados de los humildes pescadores que le habían acogido. Habían sido unas horas preciosas para poder pensar un poco en qué hacer. Los Dioses le habían traído a aquella tierra extranjera, y era su deber averiguar al motivo.

Por lo tanto estaba despierto y atento a las nuevas señales que sin duda aparecerían.

Y así había sido. Al parecer habían coincidido varios viajeros de lejanas tierras en la griega ciudad de Temenia, en la Argólide, cuna de grandes héroes griegos. Y Petiáscles, "El Griego", necesitaba ayuda.

En el nombre del Faraón, Ramsés, El Justificado, y en el de todos los Dioses de todos los pueblos, doy gracias por estar aquí hoy en esta bella mañana. Las manos de Ra calientan mi piel pero sus caricias sin duda que pronto serán pesadas. Necesito descansar mis viejos huesos a la sombra del emparrado... ay, así. Mi nombre es Mefred, El Egipcio, y soy Iniciado de los misterios de Ptah, el Divino Creador. He dedicado mi humilde vida a los Dioses, y ellos me envían por las tierras más lejanas en una Búsqueda Sagrada.

Tras presentarse y escuchar al resto de los allí presentes, el posadero hizo su petición. Necesitaba su ayuda para viajar a una isla llamada Askania.

Se queda un momento con la mirada en la lejanía, murmurando...

Crucé el Maaty... hum y después continúa en voz baja: encontré un hombre que se hallaba de pie al principio del camino. Él me mostró el temor de los Dioses

Luego sonríe amablemente con muchas arrugas junto a los ojos. Observa a todos cuando continua y concluye:

yo diría que no es casualidad el que hoy estemos todos aquí.

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07/03/2020, 01:55
Adon de Tiro

Adon se dirigía a Argos para llevar unas caras mercancías por encargo del rey "Fidón" de Argos, cuando fueron atacados por unos piratas que dejaron varios muertos en la tripulación, incluido el capitán, y las bodegas vacías. 

Sentado entre el bárbaro Buntalos y  Yorgos de Rodas,  no ha dejado de colocar las monedas en montones mientras escucha al viejo posadero contar su historia. Reprime una sonrisa ante la sencillez del aldeano. Como viajante que es, está acostumbrado a escuchar relatos de desconocidos, pero sabe cuando alguien exagera y desconfía del tal Petiascles cuando ofrece las recompensas. Al fin y al cabo la tarea parece sencilla, visitar una isla y buscar a una persona. El mar siempre es peligroso y no por eso no da buenos frutos.

Seguramente el tal Kalimos haya muerto o no quiera saber de Petiascles, que en parte se entendería. Después del infortunado incidente con los piratas, un poco de beneficio suena suculento. Reparar sin gastos su amado “Delfín” y quien sabe quizás pueda hacer algún contacto, o encontrar una mercancía atractiva. Debería honrar a Melkart más a menudo, al fin y al cabo siempre me ha proveído.

-Estimado Petiascles, tiene usted una bonita posada en un lugar muy agradable. Mi nombre es Adon,  fenicio como bien ha dicho, pero hombre de mundo. Hijo y nieto de mercaderes no le temo al mar ni a las tempestades y estoy dispuesto a aceptar su propuesta –El fenicio mira a los ojos del tabernero- Pero esa isla, Askania, ¿A qué se refiere cuando dice que ahora son muchas cosas malas las que se escuchan de Askania? Y esa recompensa de la que habla  ¿cuántos dracmas serían? -Adon exhibe su sonrisa cordial de comercial- En los negocios son los detalles lo que más importa.

 

A continuación observa al anciano vestido de blanco, un tal Mefred de Egipto:

- Veo que el mar depara infortunios y no entiende de razas. Sin duda los dioses se han aliado hombre santo.

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07/03/2020, 12:45
Director

Estas sumido en un agradable sopor cuando te sobresalta un sonido muy penetrante, parecido a la flauta mágica del chaman pero más intenso y prolongado. Tu desarrollado olfato detecta nuevos  olores, dulces y agradables. Como si se quemaran flores o hierbas aromáticas. No muy lejos se oyen voces y una letanía incomprensible. Escudriñas el horizonte y como a doscientos metros detrás de un saliente rocoso que entra en el  mar se alza una columnilla de humo blanco. Allí se ven esas especies de construcciones civilizadas que has descubierto en tu nueva andadura pero que nunca te has atrevido a acercarte.

De repente recibes un golpe seco de algo duro en la cabeza, te llevas la mano instintivamente al cogote y esta se cubre de sangre. Cuando te das la vuelta descubres un grupo de niños, como a 20 metros subidos en un montículo, tienen la piel blanca y van vestidos con ropas ligeras y no llevan pieles. Muy alterados te señalan y te tiran piedras mientras gritan:

- Ντέμο! Κόλαση! Είναι ένας δαίμονας του κάτω κόσμου!

Aunque los impactos no llegan a herirte te sientes aturdido por la  lluvia de proyectiles.

Notas de juego

La primera piedra te ha hecho una pitera, pierdes 1PG en la cabeza.

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08/03/2020, 00:31
Grûnk
Sólo para el director

   Grunk mira incrédulo como su sangre mancha su mano y se desliza entre sus dedos de la mano. Poco después alza su mirada hacia el montículo dónde un grupo de cachorros de hombres de las casas de piedra emiten sonidos extraños y empiezan a lanzar piedras en su dirección. 

   Su primer instinto en ir hacia los cachorros, pero ni Grunk es un asesino de niños ni considera que pueda ganar una pelea a piedras contra varios tiradores. Así que al final se aleja del lugar cubriéndose la cabeza con las manos mientras acelera el paso en dirección a la columna de humo.

   En cuanto este lo suficiente alejado del grupo de "tiradores" aminoraré el paso. Los hombres de las casas de piedra siguen sin gustarme lo más mínimo y prefiero aproximarme con cautela al lugar.  Si hay posibilidad y vegetación suficiente me acercare sigiloso y medio escondido. Sobretodo si oigo voces de personas en el lugar.

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08/03/2020, 16:08
Tao Wing

Debido al sol de la mañana y a la colocación de la terraza, se vislumbra una silueta que llama la atención. Detrás de la procesión, ni dentro de ella ni fuera, como ausente. Montado un en lo que parece un burro, más bien famélico, se consigue deslumbrar una silueta que no pasa desapercibida.

Encima de ese animal y por sus vestimentas, una larga capa con capucha, que cae tapando casi a su montura, se consigue intuir que es un forastero. El cual según se puede distinguir, no deja de escribir lo que acontece en la procesión, en unos pergaminos de piel de cabra.

Debido a la sangre que corre por la calle, a cada paso del animal, la sangre del sacrificio mancha las patas y la capa, siendo una imagen que roza lo estrambótico.

Según avanza la procesión, ese extraño ser se va aproximando a la taberna, deteniéndose a la altura del tabernero, y según se puede apreciar está más atento de lo que este dice, de lo que acontece en la procesión.

Bajando de su montura, dándole unas palmadas en el cuello agradeciendo el esfuerzo del pobre animal, y descubriendo su rostro, quitándose la enorme capucha, se distingue a un hombre de una raza no muy vista por estas tierras, sus ojos rasgados dejan claro, que viene del lejano oriente.

- Disculpe mi intrusión, mi nombre es Tao Wing, no he podido dejar de escuchar la historia que cuenta, y si no le importa a usted ni a sus acompañantes, me honraría que me dejaran acompañarles en esta aventura, ya que soy hombre que recorre el mundo en busca de la plena sabiduría y así alcanzar la paz espiritual, y nunca reúso de una intrépida aventura, las cuales voy plasmando en mis preciados pergaminos, que si saben ustedes leer (Chino) estaría encantado de compartirlos – hablando en un perfecto Griego.

Buscando en su manojo de pergaminos, como nervioso y moviendo la cabeza de un lado a otro, aquí esta – hace como 90 lunas que encontré a un personaje, que no me hablo bien de esa isla, Askania, comentándome, según puedo leer, que acontecen extraños sucesos que no tienen explicación, por más que intenté, no conseguí más información, ya que ese hombre estaba más preocupado de irse que de contarme, como si alguien estuviera observando sus pasos.

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09/03/2020, 02:42
Tomiris

Aldea de Temenio, muy, muy, muy lejos de Urmia.

 

   Tras llegar junto con Zeionises, espero que despeje de borrachos una de las mesas antes de sentarme y hacerle un gesto para que siente a mi lado. Observo con curiosidad los ritos, cuando esa vil sierpe de tabernero me interrumpe. Intentando sacar algo, siempre los de su clase intentan sacar algo. Mantengo la mano sobre la daga, por si hay que rebanar la poca hombría que pudiera tener. Aunque disimulo la sorpresa de que no pida dinero.

   Antes de pronunciarme, escucho a aquellos que parece que los hados nos han reunido. Aunque claro, no hay muchos otros lugares donde reunirse para descansar en este poblacho... quizás sepa algo de Talasa ese viejo.

   Primero hablo un hombre calvo que se presento como Mefred, El Egipcio, dándose a conocer como iniciado de "Ptah". Luego un hombre que atendía al nombre de Adon El Fenicio, y si había entendido bien, tenía un barco, mercader o no, se comportaba como tal. Luego un hombre, en una montura famélica alza su voz al presentarse como Tao Wing, que algo ha oído de ese lugar donde quiere que vayamos el viejo tabernero y pide acompañarnos.

   Hago un gesto hacia mi persona mientras hablo con voz suave y clara.

   - Soy Tomiris, y este apuesto noble - señalo a mi lado, - es Zeionises "El Afortunado" y por ahí - hago un gesto vago a algún lugar de la posada sin especificar, - está nuestro guía, Jarith. -

   Fijo mi mirada en el viejo tabernero.

   - Si es verdad lo que dice, no le importará jurar en el templo en nombre de los dioses, poniendo a Poseidon, Argimpasa y Afrodita por testigos y en su nombre que nada nos oculta ni ninguna maldad nos prepara y que en verdad es su intención de gratificarnos como nos merecemos. -

   Acaricio y estiro un rizo de mi caballera mientras le dedico una gélida sonrisa.

.

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09/03/2020, 12:50
Director

DIA 1 (Primavera)


 

 

Al tiempo que te levantas para alejarte, los furiosos  cachorros salen corriendo entre un gran nerviosismo y griterío. Huyen en dirección hacia un pequeño bosque que linda con la playa.

Según te acercas al saliente y comienzas a escalarlo la extraña música se hace más patente y se escuchan voces como si un chaman realizara su plegaria. Cuando ya estás  en lo más alto, te asomas entre las rocas con sumo cuidado, puedes ver las cuevas de piedra de los hombres de ligeros ropajes que ya están cerca. También ves muchos animales de madera parados junto a la orilla, hay de diversos tamaños y formas. Te quedas observando la curiosa escena que acontece. Una especie de procesión sagrada, como cuando tu tribu le hace ofrendas a Turul el día del Gran Sol.

Ungidos en un yugo dorado y engalanados con coloridas telas y guirnaldas acarrean dos bueyes de esplendido porte. Cierra la comitiva un nutrido grupo de mujeres que llevan crespones negros. Entre ellas camina un tipo esquelético de longas barbas  que únicamente se cubre con un taparrabos blanco y con una flexible vara va flagelándose la espalda, ya amoratada y sanguinolenta. Un hombre engalanado con una tiara y una larga túnica purpura, que identificas como el chaman de la tribu,  sacrifica los animales con diestros machetazos. Dos golpes certeros y los animales bañados de sangre yacen pétreos en el suelo. A continuación mientras el chaman entona una letanía los destripa y tras escudriñar sus vísceras y alzarlas al cielo con una plegaria las incinera junto con hierbas aromáticas que llegan hasta tu pituitaria.

Envuelto en un aura mística, alzas los ojos al cielo para rezar a Turul y cuando abres los ojos, en las edificaciones construidas en la ladera de la colina, en lo alto, bajo un emparrado y deslumbrado por el sol descubres una túnica blanca radiante, escudriñas un poco más tu vista y distingues al Hombre Blanco que se asoma a una especie de balcón. Parece que está observando también los oficios religiosos y habla con alguien aunque sus palabras no son audibles desde tu posición.

Notas de juego

Si quieres que no te vean haz una tirada de Esconderse.

 

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09/03/2020, 18:19
Grûnk
Sólo para el director

  Grunk observa la escena. Durante unos segundos observa como los hombres "civilizados" realizan sacrificios a sus dioses. Puede reconocer el tono de la escena pero no su sentido. Turul pide sacrificios pero la tribu no desecha la carne de los animales por eso. Respetar la ley natural es respetar a Turul.

  Pasados unos minutos Grunk vuelve a centrarse y entonces ve en la lejanía al hombre de blanco de las visiones que le envió Turul.

  Lentamente Grunk se intenta acercar hasta el hombre. Pero despacio sin llamar la atención sobre su persona. Si es verdad Turul ha marcado el destino de Grunk, pero los hombres de la casas de piedra nunca gustaron a Grunk, por lo que la discreción es sin duda la mejor opción. 

 

- Tiradas (1)
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10/03/2020, 21:18
Petiascles

Petiascles observa con curiosidad como entran en la conversación los personajes venidos de lugares remotos. Escucha pacientemente a cada uno con las manos cruzadas a la altura del pecho y la espalda ligeramente inclinada hacia delante. Parece que disfruta escuchando las variadas historias, los detalles de los viajes, los nombres de dioses extranjeros…

 

Atiende con una sonrisa amable al místico egipcio, saludándolo con reverencia y gran respeto. Sus enigmáticas palabras todavía resuenan en su cabeza, incomprensibles para Petiascles, pero sin duda palabras de un hombre docto.

-Sumo Mefred “El Egipcio”, es un honor conocer a un hombre de tanta  santidad y sabiduría como usted. Mi casa es su casa. Ojala, Que el gran Ptah y los demás dioses a los que ora le escuchen y se pongan de nuestro lado.

 

Sus cejas se arquean cuando habla Adon de Tiro, y con mucha calma responde al mercader:

-Apreciado Adon, fenicio y hábil delfín de los mares y de los negocios, tu fama te precede en estas tierras. Tal como me preguntas de forma tan directa asuntos más propios de la discreción, te responderé de igual manera aunque no sea costumbre griega, que hablando de dineros y tratos es mejor dejar en reposo las bebidas y tomárselo con filosofía como haría el alado Hermes.- El posadero mira de reojo al resto de parroquianos, como queriéndose asegurar que todos siguen “a lo suyo”, navegando en sus bebidas.

-¿Que qué ocurre ahora en Askania? Mucho no os puedo contar. Apenas habladurías por aquí y rumores por allá… La tierra dejó de dar fruto, la pesca murió y en grandes bancos de masa sin vida llega a las playas, la gente dejo de orar a los dioses, los templos arden, los niños enferman, las doncellas desaparecen… cada uno que crea lo que quiera…Pero Askania era un paraíso, o al menos eso decía Kalimos.

-Yo Petiascles de Temenio, nací en el mejor lugar de la tierra, poseo “El Trtitón Perlado” orgullo y referencia entre las tabernas portuarias del mundo civilizado…  y aun así a veces envidiaba su vida. Era tal la pasión con que hablaba de la isla… Siempre me decía:

- Amado Petiascles, la hierba crece tan alta y pura en Askania que podrías hacer camas para los  dioses en sus prados, – La voz del tabernero torna con falsete y con las manos emula gestos que no son suyos- y la cosecha? tan abundante como si la hubiera plantado la misma Hera, y de tal calidad, que jamás probarías manjares mas exquisitos que los hechos en esa tierra. El viento es puro, hay montañas,  playas de arena blanca, por la gracia de Zeus el sol es generoso todo el año y llueve más que suficiente, un rio de aguas transparentes apacigua la sed de la isla. Oh Petiascles, los hombres…, los hombres son libres de verdad en Askania. Nadie toma de nadie nada, todo se comparte y se intercambia,  no hay castas por encima ni por debajo y todos los hombres son iguales en asamblea, voto y  derechos. Oh hermano, mi corazón se regocija con estos recuerdos de mi amada Askania. Soy feliz y honro a los dioses por sus regalos. Unas lágrimas se deslizan por las mejillas del anciano-Oh Kalimos… Amaba tanto Askania…

Petiascles se sonroja avergonzado por sus propias lágrimas y se las enjuaga con un trapo. A continuación toma aire y adopta una pose más digna.

-En cuanto a la paga. Teniendo en cuenta las reparaciones y gastos de transporte, os daré 1000 dracmas de plata que tengo en un cofrecito. Oh señora, para su nobilísima majestad será calderilla pero mi negocio es humilde, aquí no hay tesoros de reyes, ni oro de Iberia, ni gemas traídas del África y mucho cuesta ahorrar cada óbolo.

 

Escudriña con meticulosidad cuando llega el turno del enigmático sujeto venido de oriente. Y sorprendido por el correcto griego de este se fija en las tétricas manchas de sangre de la túnica y las patas del burro.

-Oh ilustrísimo sabio y caminante Tao Wing, juro por Poseidón que jamás conocí persona de lugares tan remotos y no tenga en cuenta mi perplejidad ya que al hablar un griego más que correcto me dejo más que impresionado. – y señalando al sudoroso burro manchado de sangre- Deje que un mozo lleve  la bestia a las cuadras y la limpie. Se ha ganado su descanso y un poco tierno forraje.

-Sería yo quien me sintiera profundamente honrado si usted, señor de tantos conocimientos, aceptara embarcarse en esta humilde aventura para mitigar los temores y la incertidumbre de un anciano solitario. Sea usted bienvenido a Temenio.

 

Cuando habla la princesa el posadero se yergue y se quede muy recto como si fuera de piedra. Un rictus helado contrae las facciones de su rostro. Sin duda es cierta la fama de de las mujeres nómadas. Cuando la mujer escita termina su pregunta un compungido Petiascles traga saliva.

-Oh digna señora Tomiris venida de las estepas más allá del Ponto, reina entre las reinas, domadora de caballos y hombres. Entiendo cuan precavida y justificada es la gente de su alcurnia, pero que un rayo me carbonice ahora mismo si Petiascles de Temenio oculta el mal como un mago, o tiene oscuras intenciones como un villano. Mi único mal es aguar el vino y mi única intención es saber de mi hermano Kalimos. Celebrar fiestas en su honor si es que vive o vestirme de luto siete lunas y proveerle un digno entierro si es que esta muerto...  Entiendo que estas vulgares ambiciones de un hombre sencillo  no son nada para usted, dama tan distinguida, pero por la piedad de la bellas Argimpasa y Afrodita, que le diré cuanto se del Dios Eferro, que como bien sabe es esquivo y etéreo como la niebla.

-¡Juraré ante quien sea si es necesario!

 

 

Mientras estáis imbuidos en la charla, oís un ruido a vuestra derecha. Os volvéis hacia el lugar de donde proviene el sonido y apreciáis como una cabeza se asoma por encima del murete de la terraza observando su interior como si pensara que permanece escondido y no le veis.

Es un niño, o tal vez un anciano. Tiene la piel oscura y surcada por tatuajes, cubre su pelo con un plumón blanco de aguilucho y en sendas orejas lleva dos plumas de adorno. La expresión de su rostro es de asombro y mira todo con gran curiosidad con la boca entreabierta.

 

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10/03/2020, 23:27
Mefred "El Egipcio"

Mefred EL Egipcio escucha complacido al griego hostelero.

¡Oh, fervoroso Petiáscles! La fama que tienen los griegos de gentes duchas en la oratoria no es, sin duda inmerecida. Tus palabras suenan justas, y tu sentir sincero. ¡Por el Avezado Horus, Set el Rápido y la Pluma de Maat! Este encuentro señala sin duda el camino a seguir. Que el Divino Faraón nos ayude a todos a expulsar el mal que encontramos.

Permitidme, que seamos unidos por los Dioses, y ello sea puesto en forma imperecedera según las costumbres, en papiro para los escribas. Que quede en el Registro del Templo como testigo y acuerdo de este trabajo que nos solicitas, con el recuento puntual de las tareas, los gastos y las ganancias para las partes.

Ello lo haremos según es costumbre, en que dando la palabra es compromiso. Bebamos pues y reconfortemos nuestros estómagos. Y demos en hablar y conocernos bien este día y esta noche. Los papeles se harán por la mañana...

Y en ello estaba el buen egipcio, imaginando sin duda las viandas ya puestas delante suyo, cuando apareció un nuevo participante en la reunión.

Mefred le miró con amabilidad y le hizo un gesto amistoso para que se acercara.

Acércate amigo, y cobíjate de la Fuerza de Ra. Ven y dinos qué te trae por aquí...

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11/03/2020, 15:16
Grûnk
Sólo para el director

Notas de juego

Hablo y entiendo Griego?? Si no lo tenemos complicado