Partida Rol por web

Te adentras entre las estrechas callejuelas con casas de paredes encaladas con un blanco reluciente. A pesar del tumulto de la procesión y del movimiento continuo de marineros y mercancías que llegan a Argos, Temenio es relativamente pequeño, apenas dos puñados de casas diseminadas por el acantilado que linda con el mar.

Siguiendo las indicaciones del tabernero desde el puerto coges el camino hacia el oeste. Todo es silencio en el pueblo, olores de guisos  saturan las calles. Pronto queda a tu derecha el Templo de Poseidón, un edifico clásico de gran belleza construido en blanco mármol con vistas al mar. Junto a él se levanta un pequeño faro. Una atalaya de unos diez metros de altura con un gran pebetero ardiente en su parte superior.

El templo, de tipo Próstilo (un rectángulo con 4 columnas en la entrada orientada hacia el mar  y un altar al fondo), está fuertemente incensado y se está oficiando una ceremonia por un sacerdote. El mismo que realizo los sacrificios, lo reconoces por su túnica manchada de sangre:

….Cuando transitas, soberbio,

por el mar burbujeante,

las ondas temblorosas acatan tu bronco mandato.

La estremecida tierra y la inmensidad líquida,….

Una docena de fieles guardan silencio mientras el sacerdote realiza sus plegarias. El ambiente es lóbrego, parece que no se trata de una celebración sino mas bien de temerosos ruegos. Una estatua de Poseidón elevada en un pétreo pedestal en forma de prisma preside la sala en el centro. En unas enormes bandejas de plata los fieles dejan sus ofrendas.

Te adentras entre las estrechas callejuelas con casas de paredes encaladas con un blanco reluciente. A pesar del tumulto de la procesión y del movimiento continuo de marineros y mercancías que llegan a Argos, Temenio es relativamente pequeño, apenas dos puñados de casas diseminadas por el acantilado que linda con el mar. Todo es silencio en el pueblo, olores de guisos  saturan las calles. 

El templo de Afrodita está situado en el centro de Temenio rodeado por humildes viviendas. Se trata de una construcción sencilla y de reducido tamaño, un rectángulo con dos columnas a la entrada y con el  techo plano.

Dentro, un espacio diáfano con pebeteros y velas armónicamente colocados, el suelo de mármol pulido está cubierto de pétalos de flores, aun frescas y fragantes. Preside la sala en el centro una bella estatua de afrodita de reducido tamaño. Esta engalanada con floridas guirnaldas, amuletos, anillos, colgantes…

Cuando llegas el lugar esta vacío, así que con gran satisfacción y paciencia realizas los rituales. El vapor del tilo al arder inunda al ambiente, envolviéndolo todo en una niebla mística, con un corte limpio desangras el ave y la ofreces en el altar. Veterana de estos ritos, una sonrisa de satisfacción se dibuja en tu rostro cuando notas que Argimpasa acude a tu llamada, te abstraes del mundo que te rodea y realizas tu pregunta que resuena  con eco en la sala:

“- ¿Está el hermano de Petiascles vivo si es que existe y es de fiar Petiascles? –“

Tienes algunas visiones difíciles de interpretar y poco consistentes pero escuchas una voz nítida y serena:

-Oh, solicita Tomiris, favorita de Argimpasa...

…Carne fue, sangre es, camina y respira…

…¿Por qué temes de un hombre sencillo?...

Es difícil calcular el tiempo que has pasado en trance, pero te envuelve una sensación de paz y armonía que te impide abandonar el templo. Solo se rompe el hechizo cuando una ardorosa jovencita, que porta una ofrenda de flores,  entra a rogar a la diosa por sus amores.

Uff, no tengo ni idea.

Bueno, pues va

Me temo, amigos, que mi anterior naufragio me ha dejado sin dinero alguno. Treinta óbolos están en este momento totalmente fuera de mi alcance.

Me temo que deberemos dejar nuestra salutación al gran héroe Témeno para otra ocasión buen guardián, a no ser que nos permitas pasar brevemente.

   Grunk avanza hasta ponerse al lado de Mefred y observa la escena divertido. Después se quedara mirando muy de cerca al guarda. No deja de ser gracioso ver gente vestida de chapa, pero no es idiota, quizás lo de los gorros emplumados no lo haya visto nunca pero conoce muy bien las lanzas. Básicamente se queda al lado de Mefred mientras mira con detenimiento al soldado acercándose y alejándose del soldado. 

- Amigo Mefred, 30 óbolos es inalcanzable para mi.

- Vayamos a honrar al Dios Poseidón, que sin duda sera mas amable y menos codicioso.

.

   Salgo reflexionando y retorno junto a Zeionises.

   - Los dioses han hablado mi buen Zeionises, claro que son crípticos hasta en sus más claros mensajes, no te apresures a degollar a esa rata de posadero aún, salvo que tengas noticias de mi muerte, si supieras que he muerto entonces sí, mátalo sin ponerte en peligro. - Le susurro con vez queda al oído, lejos de oídos indiscretos.

   Recojo mis armas (salvo que el templo de Poseidon esté al lado) y me dirijo junto con Zeionises al templo de Poseidon, Buntalos quizás siga ahí, y no me quedo claro al final si también el sacerdote ese. Por el camino miro si veo algún mercado de equipamiento.

.

El guarda parece decepcionado:

-Me temo forasteros no me habéis comprendido bien, el pago no es por visitar la tumba del gran Temeno, sino por circular por la vereda sagrada…

-¡¡Aflojad las bolsas del oro y tiradlas al suelo!!

-¡Y por el todopoderoso Ares cuidaos de no buscar camorra hombrecitos! Os aseguro que estáis rodeados…

Jebunto el Hoplita avanza hacia vosotros empuñando la lanza y colocando su escudo en postura defensiva. El metal que cubre al guarda tintinea al caminar.

CLINC-CLINC-CLINC-CLINC...

Temenio es muy pequeño y pronto queda a tu derecha el Templo de Poseidón, un edifico clásico de gran belleza construido en blanco mármol con vistas al mar. Junto a él se levanta un pequeño faro. Una atalaya de unos diez metros de altura con un gran pebetero ardiente en su parte superior.

El templo, de tipo Próstilo (un rectángulo con 4 columnas en la entrada orientada hacia el mar  y un altar al fondo), está fuertemente incensado y se está oficiando una ceremonia por un sacerdote. El mismo que realizo los sacrificios, lo reconoces por su túnica manchada de sangre:

….Cuando transitas, soberbio,

por el mar burbujeante,

las ondas temblorosas acatan tu bronco mandato.

La estremecida tierra y la inmensidad líquida,….

Una docena de fieles guardan silencio mientras el sacerdote realiza sus plegarias. El ambiente es lóbrego, parece que no se trata de una celebración sino mas bien de temerosos ruegos. Una estatua de Poseidón elevada en un pétreo pedestal en forma de prisma preside la sala en el centro. En unas enormes bandejas de plata los fieles dejan sus ofrendas.

Buntalos el mercenario íbero esta en el templo, ajeno al culto que se realiza, mira embelesado la bella estatua de Poseidón.

¡¡¡NO!!!

La voz de Mefred, El Egipcio, se alza poderosa. Parece mentira que pueda resonar con tal potencia en un pecho ya tan marchito por la edad. El flacucho Mefred despliega toda la fuerza de su personalidad para intentar disuadir al hoplita de sus intenciones.

¡Eres tú el que no lo entiendes! ¡Te encuentras ante los servidores de los Dioses, loados sean! Egipto queda muy lejos de aqui, pero no dudes, o insensato, de que los servidores favoritos de los Dioses serán protegidos, y no permitirán que sean dañados... el Gran Ptah es mi protector, y mi Guía.

¡Desiste de tus locas intenciones por tu bien! ¡No había ningún letrero ni aviso de la tasa! ¡Haced mejor las cosas la próxima vez!

Mientras habla, Mefred levanta las manos, con su bastón multicolor, cuyo cabezal es una especie de cabeza de animal con un hocico muy largo, y dos cuernos u orejas también muy alargados. El otro extremo está formado por una base en forma de horquilla que permite afianzar el bastón cuando está en el suelo.

El aire se tensa, cuando el innegable poder del anciano empieza a concentrarse en su cuerpecillo. Parece como si los pelos se quisieran poner de punta estando cerca suyo....

   Grunk se sitúa delante de Mefred apoyando  la mano en la empuñadura del cuchillo de piedra y enseñando los dientes emite un sonido gutural.

   Grunk no entiende mucho de la conversación anterior pero desde luego la actitud y la postura del soldado no deja lugar a dudas.

Sacando ya la bolsa para pagar, pues no soy de problemas y menos con los guardias.

Me interrumpen las palabras de Mefred, guardo mi bolsa a la espera de ver que pasa.

Si Mefred falla le hago Disrupción.