Partida Rol por web

ya había vuelto de los rezos en el templo de poseidon, y al llegar a la posada, veo que Adon tiene su una armadura nueva, la cual no parecía tampoco gran cosa, aunque no sabía mucho de armaduras, así que me calle mi opinion, pero al ver mi dinero miro la armadura, ya tenía una armadura, así que no necesitaba otra, pero escucho las palabras del egipcio "¿como?, ¿y sabéis quien es ese bastardo como para exigir pago a un lugar sagrado?" no era religioso, pero aquello me parecía muy raro, posiblemente aquel hombre fuera un soldado corrupto que robaba a todo aquel que se acercara al templo de su creador o tal vez viera en el anciano sacerdote una presa fácil, "Mefred, si queréis volver a ese lugar, avisarme y os acompaño, veremos si con tu "gualdaespaldas" es tan valiente para ir cobrando a la gente"

Adon asiente las palabras de Mefred, lo mismo le da moneda que perla, mientras el trato sea justo.

-De acuerdo santo Mefred, déjeme echarlas un vistazo, hay ciertos factores que indican su pureza…

El comerciante escucha con cierta preocupación las vicisitudes de sus compañeros. Soldados corruptos, robo, violencia… Debido a su carácter prudente e innata torpeza no es muy partidario de las batallas.

-Amigos, me parece buena idea poner en aviso a las autoridades de Temenio, necesitamos informarnos sobre ese soldado…

-Querido Buntalos, ya recibiste tu paga y me gustaría que en lo posible no te alejaras demasiado, ya sabes que no soy hombre ducho en combate y tal vez nos encontremos de nuevo con ese guerrero.

El fenicio medita sobre las crípticas palabras de Tomiris, quizás no sea un ferviente religioso pero respeta las palabras de un oráculo.

-El mensaje de tu diosa es algo contradictorio princesa, “Carne fue, sangre es…” como bien dices, la carne se convierte en sangre cuando se hiere… Pero luego dice “camina y respira”, palabras que dan a entender que está vivo. Quizás este malherido o al borde de la muerte. Tal vez el tabernero tenga razón y su hermano se encuentra en peligro...

-Ahora si me disculpan regresaré al Tritón Perlado con Mefred, como ya dije también me gustaría orar a Melkart, señor de Tiro,  en privado.

-Las perlas no son muy grandes, unos dos gramos, pero son de gran calidad. Su valor aproximado es 55 óbolos por perla. Mefred, deme dos perlas y guarde bien el resto.

Dicho esto acompaña al anciano egipcio hasta la taberna.

-Y dígame su santidad, ¿Cómo le ayuda su dios Peta?

  Grunk sigue dando vueltas... Le encanta es cueva de mentira de los hombres que olvidaron. No pierdo de vista al resto del grupo pero eso no impide ir dando un buen paseo de inspección mirando las estatuas y los adornos del templo.

Mefred inclina la cabeza en señal de agradecimiento por el útil servicio realizado por Adón.

Con mucho gusto iremos ahora a la posada.

A Mefred se le ilumina la cara al escuchar el interés de su amigo por su Dios.

El Gran Ptah, es uno de los Dioses más antiguos de mi tierra, Egipto. Su imperecedera acción es anterior a los Dioses más nuevos y conocidos. Suyas son la medida y la sabiduría de la creación. Él creó el mundo, y el resto de los Dioses vinieron después a gobernarlo. Así es el Gran Ptah. Con su vara de medir -en ese momento Mefred señala su curioso bastón. Una vara muy recta, con bandas de colores de aproximadamente cinco dedos cada una, de colores. la base es una especie de horquilla, y el extremo tiene tallada una cabeza de animal, probablemente una cabeza de chacal del desierto. Una forma de cabeza muy alargada y estilizada, en el que se distinguen sobre todo lo que podría ser un hocico muy alargado apuntando hacia abajo y dos orejas también muy estilizadas, apuntando hacia arriba.- el Dios sopesa todas las cosas y asigna su lugar a cada una. Es gran venerado por los médicos y por los agricultores, a quienes ayuda cada año disponiendo que la gran crecida llegue sin daño, extendiendo la vida en toda la extensión de las tierras ribereñas del Gran Río. El Río más grande del Mundo: el Nilo.

A continuación, el Egipcio le explica cómo sus rezos son escuchados, y la protección y el favor del Dios desciende sobre él.

... y sobre todos cuantos, con sincera devoción y de corazón quieren rezarle. ¿Por qué deseas conocer más a mi Dios, oh Adón de Tiro?

Adon de Tiro escucha con devoción las palabras del egipcio, un hombre con una cultura y una fe dignas de alabar. Observa el báculo de bella factura.

-Oh Mefred, adorador del creador Peta, el dios de los dioses. Habla usted con tal pasión y sabiduría  como si fuera el mismo dios. Debe ser muy poderoso Peta aunque siempre creí que  Ra era el más grande para los egipcios. ....

-En mi profesión es necesario conocer y respetar la cultura allá donde vas a comerciar, el mundo es inabarcable y hay tantos dioses como estrellas en el cielo. Es evidente no pretendo conocerlos todos… He de confesarle que a pesar de respetar cada uno de los dioses soy un hombre de poca fe. Sí, soy seguidor de Melkart, pero eso es algo más práctico… El Señor de Tiro se encarga de los asuntos más necesarios, civilizar tribus salvajes de costas lejanas, bendecir la fundación de nuevas colonias o introducir la ley y el orden entre los hombres…

-Aunque también tiene su lado místico. Poseo una estatuilla bendecida por un sumo sacerdote de Melkart, y usted me creerá si le digo que, con el ritual adecuado,  me enseña visiones del futuro…- Adon hace una pausa para sonreír al sacerdote- No siempre claro…Mas de una flota he salvado por el augurio de Melkart. Si hay ocasión podrá ver el poder de Melkart en el mar… Y dígame que opina de las palabras de la princesa, mujer guerrera de gran carácter, sin duda goza también de los favores de su diosa, Argimpasa, creo recordar…

-Y ya que es hombre que da confianza, ¿podría, oh santo varón, instruir a este comerciante en el idioma del país del Nilo?. Sería maravilloso visitar el país de los faraones con usted, haríamos grandes negocios. Mi flota volvería a ser poderosa…

El fenicio se frota las manos elucubrando imaginarias y fructuosas transacciones.

Camino dentro del templo de Poseidón, asombrado por la gran estatua que le representa - Gran Dios Poseidón, danos buena ventura en nuestro viaje, que tus rayos nos iluminen en la noche, nos salvaguarden de los peligros que nos esperan y que los mares permanezcan en calma- Haría una donación como muestra de tu gratitud, pero debido al ataque que nos ha acontecido, mis pocos ahorros se han desvanecido.

Escucho en silencio el relato de la bella  Tomiris, sin saber muy bien que quiere decir "...Carne fue, sangre es, camina y respira..." tengo la sensación de que ya no forma parte de este mundo, pero aun así sigue estando entre nosotros por algún extraño motivo...

- No me gustaría encontrarme de nuevo con esas bestias. El recuerdo de Mefred cayendo al suelo (un escalofrío recorre mi cuerpo) y del pobre Grunk poniendo su vida frente a aquella bestia. No hemos salido bien parados, pero al menos hemos conservado nuestras vidas.

Por gracia de Dios yo no fui herido, y no deseo jugar con el destino, ya que a veces no te da una segunda oportunidad.

Decido volver al Tritón Perlado, necesito descansar y meditar sobre los hechos acontecidos.

Las palabras de Tomiris siguen resonando en mi cabeza

                                                     ...Carne fue, sangre es, camina y respira...

Adón y Mefred llegan al Tritón Perlado, hablando animadamente de Dioses y otros temas. Adón quiere aprender egipcio, parece. Todo lo que venga de su tierra apasiona a Mefred, así que le habla de jeroglíficos y de los escribas, los guardianes de los escritos  de Egipto.

poco a poco, los compañeros van volviendo a la Posada.

Pero Mefred necesita ponerse en paz con su Dios. Así que se retira con su nuevo equipo de escritura. Toma unos papiros, y con mucho cuidado va dibujando las figuras sagradas, que luego va colgando de las paredes en las cuatro Direcciones del Mundo. Ya tiene su templo sagrado portátil.

Lo primero es realizar el ritual de Adoración a Ptah, que hará la conexión entre él y el Dios. Recita las letanías de consagración prescritas por la tradición, quemando el incienso y encendiendo las velas.

Una vez que está satisfecho, ¡por fin! puede relajarse y sumergirse en sus meditaciones y rezos.

No sabe cuántas horas está allí, parte de la noche, en comunión divina.

Finalmente, agotado, se acuesta y duerme unas horas, para poder levantarse por la mañana, al alba, con sus energías repuestas.

Por la mañana se encuentra en la terraza desayunando unas gachas, sentado en el banco de piedra. El sol sale justo por encima del horizonte, sobre una linea perfecta, azul sobre azul.

Mientras está esperando a que el resto de sus compañeros se despierte, no puede evitar recordar las palabras de Tomiris sobre el oráculo.

Podría ser que el hermano de Petiasclés estuviera prisionero, o bajo los efectos de algún encantamiento...

... no sabía que pensar.

Las sombras se apoderan de las calles con la llegada del ocaso. Ya en el Tritón Perlado Petiascles enciende unas lámparas de aceite y os sirve una sabrosa cena.

-Carísimos forasteros, espero que hayan disfrutado de su visita al pueblo. Por mi parte ya he arreglado los pequeños detalles. Higinio el pescador, gran amante de los caldos y la excelsa comida, os llevara a Askania en su veloz nave. Partiréis por la mañana cuando despunte la aurora de rosáceos dedos   después de visitar el templo  y si los hados están de nuestro lado, con mar en calma y viento favorable, en cinco días llegareis a Askania.

-Estimada princesa, tengo buenas nuevas, el pescador habilitará un espacio íntimo en la nave para su mayor comodidad, y por supuesto que jurare delante de Poseidón, pues nada temo y nada escondo más que esta angustia que me devora.

A continuación, y si no deseáis alguna cosa más Petiascles, una vez recogida la mesa, se retirara a descansar.

-Descansad forasteros pues la mañana llega rauda y en alta mar solo los avezados marineros pueden descansar sin turbarse.

El fenicio cena en silencio apenado por no poder navegar en su amado Delfín de Oro y se retira para orar  a Melkart en privado.

-Gracias por la cena Petiascles, ha sido un día muy intenso, sera agradable dormir en un lecho en tierra firme.

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   Miro fijamente a Petiascles y luego sonrío y digo un escueto - Gracias. Eso soluciona muchas cosas. - Luego señalo a Zeionises. - Él se hará cargo de Medianoche, mi caballo, y podrá cuidar de las monturas que no entran en el pequeño barco de ese pescador. -

   Luego nos retiramos a descansar Zeionises y yo. Por supuesto que atrancamos la puerta antes de retirarnos a dormir. El día llegara pronto y aún quedan cosas que hacer, como pasar por el templo de Poseidon para el juramento, la casa del prelado para denunciar el asalto de Mefred y luego embarcar.

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Ceno ligero y en silencio, los viajes en barco no son de mi agrado, prefiero pisar tierra firme.

Después de cenar voy a ver a mi fiel burro para comprobar que esta siendo bien atendido y que Petiascles cumple lo prometido respecto a sus cuidados. Observo que tiene pasto de sobra y le han limpiado la sangre de las patas. -Querido amigo espero que podamos viajar juntos mañana.

Regreso al comedor, me despido de mis compañeros con una reverencia y subo a mi habitación a descansar, mañana sera un día duro.

Saco mi pergamino y anoto lo acontecido en el día, lo sucedido en Temenio y lo impresionante que es el templo de Poseidón, esta es mi ofrenda, que quede a perpetuidad su majestuosidad ya que no dispongo de óbolos para él, como marcan los Dioses.

Las palabras de Tomiris siguen resonando en mi cabeza...

Adon sube a su habitación y después de despojarse la ropa prepara un altar improvisado con velas y enciende incienso, coloca la estatua de Melkart en el centro de las velas y en postura reverencial comienza a murmurar una letanía:

Oh, Melkart, rey de Tiro, señor de la civilización, 

Oh Melkart, el que todo provee,

que no me falte nunca tu gracia,

te ofrezco estos ruegos para que atiendas mi plegaria

Oh Melkart, pastor de hombres, todopoderoso señor,

dime que ves en mi futuro...

¿Donde encontraremos a Kalimos, el preciado hermano de Petiascles?

Despues se sume en un trance y cierra los ojos.

Tienes la siguiente visión:

Primero ves un mar negro anegado de peces muertos. Luego un rio de sangre hirviendo. Por último unas montañas entre las nubes.

DIA 2 (Primavera)

El canto del gallo anuncia el nuevo día. Una mañana fresca de cielos despejados. El sol tímidamente despunta en el horizonte. Los primeros rayos son como lanzas invisibles de color amarillo pálido e iluminan las oscuras aguas del mar que refleja como si fuera un espejo de plata. El olor del mar se mezcla con el de la verde hierba aun cubierta de rocío.

El diligente griego Petiascles os da los buenos días y os sirve un desayuno compuesto por variadas frutas, aceitunas, queso, pan, miel, vino especiado y leche de cabra recién ordeñada.

-Comed forasteros pues ya despunto la hija de la mañana con sus rubias trenzas, el mar está en calma y los cielos despejados, un buen augurio para la partida. Vayamos al templo, hagamos libaciones y ofrendas a Poseidón y juremos ante los dioses, Higinio el pescador nos espera. Por el rayo de Zeus que ya veo más cerca el fin de mi angustia.

Una vez que el hambre matutina esta saciada os dirigís hacia la casa del Prelado.

La hacienda del Prelado de Temenio, apenas a cien metros de la posada, es un amplio terreno de cultivo con un vistoso palacete que luce ostentosos remates de pulido mármol blanco. Se trata de un edifico de dos plantas con amplios ventanales y un pórtico rematado con dos recias columnas dóricas.  Anexionado a él se encuentra  otra construcción más pequeña y simple que asemeja unos barracones. Pendones con el emblema de Argos ondean al viento en ambas puertas.

Atravesáis el florido jardín de la entrada que está adornado con una hermosa fuente y varias estatuas. A pesar de lo temprano de la mañana dos guardias de la milicia de Argos, con sus características túnicas purpura y casco rematado con una cresta a franjas blancas y rojas vigilan la entrada principal del palacete. Ambos llevan escudos aspis, vistosos linotorax, grebas y amenazadoras lanzas las cuales cruzan en forma de aspa, con un sordo ruido  de la madera al entrechocar, cuando os aproximáis a la entrada.

-¡Alto! ¿Quién sois y porque queréis molestar al Prelado en tan temprana hora?

-¡El Señor de la Casa es un hombre muy ocupado y no recibe a plebeyos sin tener una cita! ¡Dadnos vuestro mensaje y se lo transmitiremos!