Partida Rol por web

Un sudor frío recorre a Touran mientras Amilcar abre el cofre. Tras un suspiro de alivio, el solámnico comenta.

Será mejor asegurarse si alguna de estas cosas es más de lo que parece antes de hacer nada.

Dicho esto, coloca todo lo que han encontrado cerca del cofre, mira a los objetos y entona una oración.

Que tus ojos de águila revelen el poder tras estos objetos...

Con voz cansada, abro un poco los ojos para ver los tesoros que han hallado mis compañeros. Lentamente, levanto un brazo para señalar las estatuillas

esas...esas, estatuillas, son.......élficas logro decir antes de que las fuerzas me vuelvan a abandonar y mi brazo se desploma de nuevo

Touran escruta con su magia los objetos encontrados.

Touran se queda mirando lo que han reunido y por un instante se queda sorprendido. Tras unos segundos más, cierra los ojos y se dirige a sus compañeros.

La magia de la caja es ciertamente potente. Si la llave que buscamos es mágica es posible que esté ahí dentro. Amilcar, ¿crees que puede haber alguna trampa?

Tras registrar la caja, no encuentras ninguna trampa.

-¡La llave! Mmm. Sí, podría ser.

-Veamos...

Amílcar examina la pequeña cajita exhaustivamente, pero no parece encontrar nada. Es más, el arquero está tan confiado que, después de unos segundos, la abre para ver qué se oculta en su interior.

En cuanto Amílcar abre la caja, su contenido queda revelado: una pequeña elfa de madera. Enseguida, comienza  a sonar una canción mientras la mujer elfa gira en una lenta danza.

Kolthar da un pequeño respingo, asustado por la música repentina. Poco a poco comienza a disfrutar de ella y su aspecto fiero se disipa con cada nota, ensismismado, pregunta.

¿Será esto lo que busca el bardo?

Touran mira abobado a la figurita.

Espero que sea esto, si no, está claro que es un tesoro importante pues su magia es intensa.

-¿Esto? ¿Una llave?--se pregunta Amílcar confundido mientras se rasca la calva con una mano y se lleva la otra a la cintura.

Vuestro regreso a Pashin es lento y aprovecháis para dar gracias por estar vivos: no todos pueden decir lo mismo. Está claro que la búsqueda de esa llave ha comenzando con contratiempos. Y, lo peor, es que ni siquiera tenéis una llave que mostrar.

En cuanto llegáis a Pashin, como es lógico, algunas miradas se posan en vostros, pues algunos parecen estar más cerca de los reinos de Chemosh que de los de este mundo. Cuando entráis en Los Cinco Dragones, la gente os mira con curiosidad.

Touran dice a sus compañeros.

Lo primero es lo primero. Hay que dejar a Quivalen y Hank en una cama para que terminen de recuperarse.

Diciendo esto se dirige a la posadera que conocen de antes.

Necesitamos un par de habitaciones y algo de agua caliente y gasas limpias. No escatime en gastos.

¿Qué ha sucedido? Sé que el Heraldo me ha preguntado un par de veces si habíais vuelto. ¿Dónde habéis estado?  Viendo vuestro estado, la mujer no espera respuesta. No, mejor no me lo digáis. Venid por aquí. La posadera, visiblemente preocupada, os guía hacia la segunda planta y os lleva a una habitación en la que podéis atender a los heridos. Mientras Touran se ocupa de Quivalen y Hank, principalmente, la mujer os mira como queriendo preguntar algo. No obstante, parece que no acaba de decidirse.

Touran encomienda a su dios la recuperación de Hank mientras le cambia las vendas.

Extiende tu bondad sobre esta criatura, señor de las aguas.

Los cortes se van cerrando y el color negro de las heridas y cicatrices adquiere un tono sonrosado mucho más saludable.

Sonriendo, Touran vuelve a poner su mano sobre él.

Descansa y recupérate.

Tras esto acude a Quivalen.

Creo que me quedaré esta noche contigo compañera. Lo peor ha pasado. Habbakuk quiere que vivas...

Y el sedante calor que viene de la mano del clérigo hace sentir mejor a la elfa.

Mientras le sigue cambiando las vendas, Touran pregunta a la mujer.

Así que ha preguntado por nosotros. ¿Está aquí?

Salió a dar un paseo por la ciudad. Si queréis, puedo arreglarlo para que os reunáis con él después de que haya contado su historia de hoy, durante la cena.

La mujer no deja de observar como Touran trabaja. En particular, el momento en el que hace uso de la magia para sanar a Hank y Quivalen.

¿Ya no pegan al bardo? después del último recibimiento que le dieron no debería andar solo por la ciudad.

Kolthar se deja caer sobre una de las camas, que protesta con un crujido como si se fuera a partir. Su aspecto es tan lamentable como el del resto y las sábanas se manchan en seguida al contacto con el pelaje del minotauro.

Al oír la palabra cena, Touran no puede evitar levantar la cabeza.

¿Podría traer una sopa, un caldo o algo similar?