Partida Rol por web

La fortaleza móvil número 4 (+18)

Spin-Off - En manos enemigas

Cargando editor
28/03/2019, 14:45
Kabane no Omo (Zombie Master)

¡Kotaroooooo! - la niña de pelo blanco y ojos amarillos intenta alcanzarle mientras grita su nombre con toda la fuerza de sus pulmones. Dos manos la retienen impidiéndole llegar hasta él. El joven Kotaro patalea mientras intenta liberarse del hombre que lo está alejando de la niña. Pero aún es demasiado joven, demasiado pequeño.

Demasiado débil.

Así que lo único que puede hacer Kotaro es patalear mientras grita el nombre de la niña.

¡AIRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN!...

La consciencia vuelve poco a poco acompañada por un dolor sordo en el hombro izquierdo. El traqueteo y los rítmicos sonidos que oye bajo su cuerpo le indican que está en una hayajiro en marcha ¿Está de vuelta en la Ryugujou? Las imágenes de Mibu pasan volando por su cabeza: el enfrentamiento con Saito, la agresión de los guardias, la ira de Sonbei... y el ataque de la kabaneri.

Esa maldita fiera de ojos rojos.

Kotaro se revuelve incómodo ¿Qué está haciendo en el suelo? Luego está el sonido de la hayajiro. No es el mismo que el de la Ryugujou. Los ojos se abren, tardando unos instantes en adaptarse a la escasa luz ambiental. El hombro izquierdo palpita cuando apoya los brazos para incorporarse dentro de su...

... ¿jaula?

La jaula está hecha de hierro reforzada con metal. Kotaro ya ha visto antes jaulas parecidas, diseñadas para contener a personas que están a punto de convertirse en kabane. Un grueso vendaje le envuelve el hombro izquierdo taponando el destrozo que hizo aquel soldado.

Bien, estás despierto - dice una voz agria - Ya iba siendo hora...

Notas de juego

Kotaro ha recuperado la consciencia con 1 Punto de Vida. Todavía necesitará un tiempo para recuperarse. Para él será una eternidad, pero por suerte nosotros haremos una elipsis llegado el momento.

Cargando editor
28/03/2019, 15:00
Munetani Hirotsuna

Siguiendo la dirección del sonido Kotaro descubre a un anciano observándolo desde dos brazos de distancia sentado en una silla plegable. Su rostro está marcado por una horrible cicatriz que le cruza el lado izquierdo del rostro y el ciego ojo izquierdo. Contempla a Kotaro con expresión avinagrada mientras éste se esfuerza por sentarse de forma más cómoda.

A su lado se encuentra la kabaneri, mirándolo con sus ojos de fiera. No hay regodeo ni triunfo en su expresión, sólo la misma rabia animal con la que lo atacó en Mibu.

Soy Munetani Hirotsuna - se presenta el anciano - Soy uno de los múltiples enemigos de la familia Zweihänder. Por suerte para ti, por ahora soy uno de los que cree que puedes resultar más útil vivo que muerto. Si me demuestras que me equivoco, mi pequeña Nami se ocupará de sacar la basura - ¿a eso se refería Arisa cuando habló de la "ola blanca" (1) que venía a por él? Menudo chiste - Bien, te diré lo que vamos a hacer: supongo que tendrás muchas preguntas que hacerme, igual que yo a ti. Así que haremos un intercambio. Pregunta por pregunta. Yo no tengo por qué mentirte así que no lo haré. No obstante si me mientes lo sabré y las consecuencias serán muy desagradables para ti - señala con un gesto una palanca en la pared de la que salen dos cables que van a parar a la jaula - Te sorprenderá saber cuántos choques eléctricos eres capaz de soportar antes de venirte abajo. Bien, primera pregunta: ¿Cuál es el objetivo de la Ryugujou?...

Notas de juego

  1. "Nami" significa "ola" en japonés.
Cargando editor
29/03/2019, 00:45
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Kotaro se despertó con todo el cuerpo entumecido y cada articulación recordándole con pequeños pinchazos que debe cuidarlas mejor.

Una sensación muy similar a una resaca propia del peor de los borrachos ralentizó su pensamiento durante varios segundos, dejándole totalmente desorientado.

¿…Una jaula? ¿Otra vez? – por un momento creyó que había vuelto a prisión. El refuerzo de metal en la jaula le dio una pista, y ver a la kabaneri fuera, observándole, terminó por darle una respuesta más cercana a la realidad.

Entonces he perdido contra la enana monstruo... – Sonrió con melancolía, pues se acordó de sus “hermanas” de Kongoukaku, quienes eran más duras en combate que muchos soldados, pero con la tristeza y frustración que acompañaba el haber sido capturado por sus enemigos, haciéndole asumir que su sentencia de muerte acababa de firmarse. Observó a la kabaneri con recelo, pero no se sentía con energías ni ganas de sacar el característico odio que tanto martirizaba su alma.

Mientras el agrio anciano se presentaba y le describía la situación, Kotaro observó sus alrededores, tratando de buscar una posible salida. Con su brazo derecho se agarró a uno de los barrotes de arriba y, con la excusa de intentar acomodarse mejor, tiró con fuerza hacia abajo para comprobar la resistencia de la jaula. El dolor de todo su cuerpo y en especial su pecho, le dijeron que no valía la pena el esfuerzo – Puto montón de mierda… me has jodido bien – pensó recordando al guardia que le disparó en Mibu.

Je… -- la propuesta de Munetani en cierto modo le resultó graciosa. No distaba mucho de lo que él había hecho en otras ocasiones, con la diferencia de que esta vez era él la parte débil.

La familia Zweihänder… ¿me dices eso para que te haga preguntas estúpidas e irrelevantes, o de verdad esa gente que me abandonó como a un perro debería tener algo de importancia? Mi única familia está en Kongoukaku, aunque no necesitas saberlo – piensa con rabia tras escuchar al hombre.

Kotaro se toma su tiempo para responder, observando al anciano y a la kabaneri con una tranquilidad y un aire de superioridad que no le debería corresponder a una persona enjaulada y moribunda. – Así que te interesa la Ryugujou… A veces con preguntas se puede sacar más información que con respuestas… ¿o no lo sabías? Jeje…

Con la típica sonrisilla irritante que le caracteriza, responde – Debería haber muerto en el momento en que ese monstruo – señala a Nami con la mirada, pero manteniendo un tono de tranquilidad – consiguió vencerme, pero parece que sus amos quieren algo que tengo aquí – se señala la cabeza – y que no pueden conseguir si muero.

>> ¿Por qué cojones debería deshacerme de lo único que me mantiene con vida? ¿AAAH? …Pero al menos habéis tenido el detalle de vendarme la herida en condiciones – dice la primera excusa que se le ocurre, queriendo dar a entender que responde por una cuestión independiente a su posición de debilidad.

Y como soy un buen tipo, como muestra de buena voluntad te responderé – dice de tal manera que no se sabría si está hablando en serio o jugando.

El objetivo de la Ryugujou es el de recoger a alguien cerca del epicentro de la infección kabane. – dice lo justo para cumplir en sentido estricto con la duda planteada, pero limitando la información con cuentagotas-- Solamente una hayajiro de suicidas aceptaría una misión así – añade, para justificar y dar fuerza a su respuesta mientras trata de encontrar una postura menos incómoda dentro de la jaula.

Aargh… -- se queja incómodo al no encontrar mejor postura – Bueno… mi turno: ¿qué es todo lo que queréis saber de mí? O dicho de otro modo, ¿qué esperáis sacar de mí como para mantenerme con vida?

Obstinado por encontrar una posición cómoda sigue revolviéndose tras los barrotes, escuchando al anciano pero con la vista ocupada con la maldita jaula. En el fondo quiere transmitir a sus captores que no les presta toda su atención porque no se siente intimidado.

Cargando editor
29/03/2019, 10:11
Munetani Hirotsuna

Los barrotes de la celda son sólidos. Ni tan siquiera se sacuden cuando Kotaro los utiliza para ayudarse a moverse. Los pernos que fijan la jaula al suelo, techo y paredes son gruesos y bastante nuevos. Es muy posible que la jaula pueda mantener encerrado incluso a uno de esos monstruosos Fundidos.

Lo más molesto es el tenue zumbido en sus oídos. Kotaro ya ha estado conmocionado otras veces (el hijo de perra de Hoshi se aseguró de eso. Muchísimas veces) pero ese pitido nunca le había durado tanto.

Comprendo - aunque Kotaro duda que este hombre haya sido comprensivo desde hace muchísimo tiempo - Durante toda tu vida te han insultado, humillado y apaleado tanto que necesitas que alguien, aunque sea tu enemigo, te diga que no eres el despojo humano que todo el mundo te ha dicho que eres desde que tienes memoria. Salvo otros despojos como tus protegidos del orfanato. Parece que ellos no cuentan. Interesante - Se vuelve hacia la kabaneri - Apaga eso Nami. Las amenazas de dolor y muerte no van a servir de nada contra él. Kotaro acaba de ponerme en bandeja algo mucho más efectivo.

Ella lo mira sin comprender, pero al final decide que no le importa y hace lo que le dice.

Muy bien. Veamos si mi respuesta satisface tu ego. Sigues vivo por tres motivos - Levanta tres dedos y empieza a enumerar - Primero: eres una moneda de cambio, por supuesto. Segundo: me vas a ayudar a recuperar toda la inversión que he hecho en ti. Y tercero: me caes bien ¿Te sorprende? No deberías. Nos parecemos mucho más de lo que te imaginas. Si hubieras tenido la oportunidad habrías sido un rival político digno de temer.

La puerta se abre y una mujer con el rostro oculto por un velo translúcido entra en el vagón llevando una bandeja con comida y una pequeña bolsa de medicina. El viejo le hace un gesto para que se acerque a la jaula.

Tranquila, no te matará a menos que haya podido utilizarte ¿Verdad, Kotaro? Como Yahiko, aquel crío al que enviaste a su muerte en Shinshu - la mujer se acerca e introduce la bandeja a través de una ranura de la jaula y se marcha a toda prisa.

Bien, sigamos. Mientras nos alejábamos de Mibu estaba pensando en tu estancia en la Ryugujou. La verdad es que esperaba que a estas alturas ya hubieras asesinado a ese imbécil de Mogami Tomohiro, así que en eso has resultado ser una decepción. Eso me lleva a la siguiente pregunta ¿Crees que la tripulación intentará ir a buscarte o dará por hecho que asesinaste al otro crío para escapar?...

Cargando editor
30/03/2019, 08:55
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Mientras seguía intentando acomodarse, Kotaro para en seco unos instantes al escuchar a Munetani referirse a sus hermanos del orfanato como despojos. La reacción podría considerarse equivalente a la de un tigre acostumbrado a estar enjaulado, el cual se resigna sin aparente agresividad tras haber recibido una pedrada desde el exterior, pero que si no existieran los barrotes su reacción habría sido muy diferente. – Bastardo… estás cometiendo un grave error manteniéndome con vida. -- A pesar de todo, disimula lo mejor que puede cuánto le han afectado las palabras del hombre.

Finalmente encontró una postura relativamente cómoda dada su situación: tumbado bocarriba con las piernas flexionadas hacia un lado. Queriendo dar un aire de despreocupación pone su mano derecha bajo su cabeza, a modo de almohada, mientras que su brazo izquierdo descansa sobre su torso.

Escuchar el primer motivo por el cual le mantiene con vida casi le hizo soltar una carcajada. Disimuló como mejor pudo cualquier mueca de diversión que pudiera dar alguna pista sobre su pensamiento -- ¿Moneda de cambio? ¡¡JAJAJA!! Tan viejo y tan pardillo… ¿Crees que estás muy informado, pero no te has enterado de que no soy más que un peón prescindible? Para la Ryugujou no he sido más que carne de cañón desde antes de tan siquiera poner un pie en ella.

El segundo motivo no le dejó indiferente y, de hecho, le inquietó mucho más de lo que le habría gustado. Estar tumbado bocarriba le hacía observar constantemente la jaula y lo tan reforzada que estaba. -- ¿…Para qué diablos tomar tantas precauciones con un tullido? ¿No habría bastado con un grillete en el tobillo? Y más estando la hija de puta de la enana kabaneri por aquí… -- Un angustioso escalofrío recorrió su espalda, y en su interior parecía tener altavoces que le gritaban cuál debería ser su siguiente pregunta. De nuevo, una vez más y aprovechando su postura de despreocupación, trató de disimular lo mejor que pudo su nueva inquietud.

Con el tercer motivo le habría gustado responderle, pero por experiencia propia sabía que en un interrogatorio lo peor que podía hacer era perder la calma y hablar más de la cuenta. De nuevo, buscó desahogo únicamente con su pensamiento. --  ¿Qué nos parecemos? No me hagas reír. Más quisieras tú parecerte lo más mínimo a mí. Aunque tienes razón en lo de rival político; puedes estar seguro de que en tal caso la menor de vuestras preocupaciones serían los kabane. – En el fondo, en cierto modo se había sentido halagado. Nunca se habría esperado tal reconocimiento por parte de alguien que parece estar ligado a la dirección política del país.

Con calma sigue escuchando a Munetasi, pero es interrumpido por la… ¿sirvienta? Nunca había visto a alguien con un velo translúcido como ése -- ¿Qué coño lleva ésta en la cabeza? – se pregunta mientras la observa con curiosidad. Tenía hambre, pero no la suficiente como para abandonar tan pronto la relativa comodidad de la postura que al fin había encontrado, por lo que la comida quedó apartada para un momento posterior.

La nueva provocación de Munetasi sobre la muerte del niño de Shinshu le hizo apretar con fuerza su puño derecho y mandíbula, mientras su expresión se endurecía con un enfado muy difícil de contener. – Bastardo hijo de puta… no le maté yo, fue tu puto cazarrecompensas… el cual, por cierto, acabó recibiendo su sentencia. – Para calmarse se dedica a recordar por unos instantes los momentos de tortura que disfrutó antes de acabar con la vida de Kyozo. – Lo que le hice a ese cabrón no será nada en comparación a lo que os haré a vosotros.

Finalmente, al escuchar la pregunta del viejo decide romper su silencio, y lo hace tomándose una pequeña venganza dialéctica. Primero, dando un rodeo y tomándose su tiempo para contestar, y segundo, intentando provocar a la kabaneri para que hiciera algo que les dejara en evidencia.

Me estoy dando cuenta de que con esta jaula os habéis tomado muchas molestias para manteneros a salvo de mí –dice, queriendo dejar claro que se ha dado cuenta de que algo huele a chamusquina.-- Me halaga que me temáis tanto.

Dirige la mirada a Nami y se dispone a comprobar cuánto consigue mellar su paciencia. -- He de admitir que la monstruita me ganó porque me dejé. Si no hubiese sido una chica – remarca el género como el motivo – estoy seguro de que el resultado habría sido muy distinto. Al fin y al cabo una pequeñaja como ella no vale para el combate; como mucho y en el mejor de los casos, sólo vale para ataques furtivos y cobardes… Je… -- ríe provocativamente mientras sigue mirando a la kabaneri a los ojos, despreciándola y burlándose de ella abiertamente.

Perdona, a veces me distraigo fácilmente cuando una mujer me mira tan fijamente – se disculpa hipócritamente a Munetani, buscando provocar a Nami un poco más.

Que si los de la Ryugujou irán a buscarme… mmmh… -- Se toma su tiempo pensando la respuesta. Podría parecer que está jugando con la paciencia de su interlocutor, pero en realidad es cierto que no está seguro de qué responder.

No soy más que un preso “forzado” a ejercer de infantería de primera línea, pero el blandengue de Tomohiro fue capaz de arriesgar a la bruja noble, al niño de papá y hasta a su guardaespaldas para salvar a una niña de unos bandidos… mmh… Venga no me jodas, seguramente quiso rescatar a una niña para inflar su ego de noble; yo no soy más que un paria al que le vendría bien quitarse de encima.

Por otro lado, ¿serán tan gilipollas de pensar que me he escapado? No toqué a Sonbei en Shinshu ni me escapé, ¿por qué ahora pensarían que lo he asesinado? – De repente, como si algo pegara un chispazo en su mente recordó el ataque por la espalda que sufrió el soldado por parte de la kabaneri.

De nuevo alza la cabeza para mirar a Nami a los ojos, pero esta vez no con sorna sino con odio. ¿Al final acabó matando al único tipo que, quizá junto a Shimazu, se mostró empático con él? – Hija de puta...

Respirando profundamente trata una vez más de calmar su ánimo. Se resigna, de nuevo, como un tigre enjaulado.

Al final la respuesta acaba siendo decidida por su pragmatismo. ¿En qué lugar le dejaría el decir que no dan un duro por él y que lo dejarán tirado? Más todavía si el jodido viejo pretende utilizarlo como moneda de cambio.

Saben que me pude haber escapado en Shinshu y no lo hice. Por otro lado, no hay muchos voluntarios dispuestos a subirse al tren de la muerte; muchos menos todavía que sean capaces de sobrevivir al disparo de un rifle de vapor en el pecho – exagera, sabiendo que la herida cubre más el hombro que el pecho. – Además, Tomohiro arriesgó a su guardaespaldas para salvar a una niña de unos bandidos cuando no tenía motivos para hacerlo.

>> Sí… creo que sí me buscarán – fanfarronea, asumiendo en su interior que la afirmación queda lejos de lo que cree que en realidad ocurrirá.

A ver ahora qué te puedo preguntar… mmh… -- se hace el despistado, como si no tuviese ya mil preguntas en su cabeza queriendo salir. Aunque ello no quitaba el problema de la prioridad: no sabía hasta cuándo iba a durar la posibilidad de recibir respuestas tan fácilmente, así que tenía que priorizar.

La más evidente era la que respondiese a por qué diablos le han enjaulado ahí. ¿Van a meterle en la jaula un puñetero kabane? Si lo hacen entonces poca moneda de cambio iban a tener con él. ¿Entonces qué pretenden? En cualquier caso, la respuesta iba a tenerla antes o después, así que hacerla sería desperdiciar su turno.

¿A dónde diablos se dirigen? La hayajiro está en movimiento y no es la Ryugujou. De todas formas, de nuevo, antes o después lo sabría sin tener que preguntarlo.

¿Por qué él y no otro tripulante de la Ryugujou? Podría sacar más información de Yûki, Arisa o cualquier otra persona cercana a Tomohiro. Quizá ésa sería una buena pregunta.

Sin embargo, que le dejara claro que quería ver muerto a Tomohiro despertó su ambición. La idea de una guerra civil dentro de la nobleza sonaba como música celestial para sus oídos. ¿Iban a hacer su trabajo por él? Ni en sus mejores sueños habría ocurrido algo similar. Quizá con la información adecuada podría conseguir avivar el fuego mucho más, y esto era algo que no iba a conseguir tan fácilmente sin preguntárselo a la persona adecuada.

¡Ah, sí! –exclama con una ingenuidad artificial-- ¿Qué os hace desear la muerte de Tomohiro? Me cuesta comprender que vosotros, la propia nobleza, quiera acabar con uno de los vuestros. – Añade a la pregunta una afirmación aparentemente ingenua; si el viejo se iba de la lengua corrigiéndole podría sonsacarle algo más información.

Notas de juego

*Kotaro debería ir todavía con la gabardina de Kyozo. Te lo digo por si te puede dar algo de juego en caso de que la reconozca Munetani o incluso Nami.

Cargando editor
01/04/2019, 16:28
Munetani Hirotsuna

Admitir abiertamente tus debilidades ante tu enemigo no es señal de grandeza sino de estupidez - no sonríe ni se regodea. Simplemente lo describe como un hecho - Si te dejaste engañar por su aspecto es problema tuyo, no de ella. Pero ya que lo mencionas te diré que el grupo de extranjeros del que la rescaté hace diez años pensaba lo mismo que tú llevado a su extremo: una "pequeñaja" como ella sólo podía ser útil por su coño. Así que ya ves, Kotaro: todos esos aires de superioridad moral que te das por ser una víctima de la "malvada" sociedad de Hinomoto y para gente como ella tú, y los que son como tú, sois el monstruo. Lo que hay destruir.

>> Sí… creo que sí me buscarán.

Ah, por lo que veo sí que es posible ganarse tu confianza. Bien. Tomaré medidas por si acaso tuvieras razón.

¡Ah, sí! –exclama con una ingenuidad artificial-- ¿Qué os hace desear la muerte de Tomohiro? Me cuesta comprender que vosotros, la propia nobleza, quiera acabar con uno de los vuestros.

Te equivocas. Yo no deseo la muerte de Mogami Tomohiro. Si ese fuera el caso ya estaría muerto o infectado. Sólo pienso que es un estúpido al que no merece la pena proteger de su propia estupidez y que sería una bonita metáfora que fuera precisamente alguien como tú quien lo asesinara - se encoge de hombros - Quizá esta traición tuya le haga reconsiderar su postura, aunque eso no nos importa a ninguno de los dos ahora mismo.

Se pone en pie apoyándose en un bastón - Bien, ésta será mi última pregunta y el fin de nuestra conversación por ahora ¿Qué esperas conseguir con todo lo que haces? Ya sé que odias mucho a la nobleza de Hinomoto y que nos consideras a todos un ente único, algo bastante necio y corto de miras, y que nos matarías a todos si pudieras y derribarías esta sociedad si pudieras ¿Y después qué?...

Notas de juego

*Kotaro debería ir todavía con la gabardina de Kyozo. Te lo digo por si te puede dar algo de juego en caso de que la reconozca Munetani o incluso Nami

Lo sabe. Y también sabe del "mensaje" que dejaste en el capítulo 3. Sólo que ahora no le interesa. Sus objetivos son unos que tal vez como jugador te los estés viendo venir (no me tengo por un genio de la intriga, la verdad) pero Kotaro no ;)

Cargando editor
02/04/2019, 09:23
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Admitir abiertamente tus debilidades ante tu enemigo no es señal de grandeza sino de estupidez - no sonríe ni se regodea. Simplemente lo describe como un hecho - Si te dejaste engañar por su aspecto es problema tuyo, no de ella. Pero ya que lo mencionas te diré que el grupo de extranjeros del que la rescaté hace diez años pensaba lo mismo que tú llevado a su extremo: una "pequeñaja" como ella sólo podía ser útil por su coño. Así que ya ves, Kotaro: todos esos aires de superioridad moral que te das por ser una víctima de la "malvada" sociedad de Hinomoto y para gente como ella tú, y los que son como tú, sois el monstruo. Lo que hay destruir.

Vamos, vamos, abuelito, tampoco te pongas así. Creía que un viejo cabrón como tú compartiría algo de mi humor – es lo primero que piensa Kotaro al oír la seria respuesta de Munetani ante su provocación.

Por otro lado, que nunca pusiera en cuestión que de verdad hubiera podido vencer a la kabaneri le reconfortó -- ¿Entonces qué habría pasado si no hubiera estado medio muerto? Al final resulta que la monstruita tuvo su día de suerte…

A su vez, el pasado de Nami le desconcertó – ¿Cómo que una pequeñaja como ella sólo podía ser útil por su coño? ¿Qué puta clase de enfermo mental querría follarse a un monstruo como ella? – La propia morbosidad de la pregunta y, por qué no, el poder molestar a la kabaneri tenía un peso significativo para gastar su próximo turno formulándola. De hecho, qué diablos, ¿cómo cojones “nacen” los kabaneri? Era una pregunta que tenía reservada para el mecánico de la Ryugujou, pero que podía esclarecer ahora mismo. La lástima era la poca relevancia que podía tener la respuesta bajo estas circunstancias.

Por otro lado, el hecho de que Munetasi lo metiera en el grupo de los “monstruos extranjeros” le dejó con bastante indiferencia. Habiendo vivido toda su vida en Hinomoto le costaba darle a insultos como “mestizo” o “extranjero” más importancia que a los típicos como “cabrón” o “hijo de puta”. Simplemente los consideraba como una pequeña ampliación de la paleta de insultos de quienes no tenían un apellido raro o una apariencia diferente, como quien con ánimo de ofender llama “calvo” a un calvo o “viejo” a un viejo*.

Te equivocas. Yo no deseo la muerte de Mogami Tomohiro. Si ese fuera el caso ya estaría muerto o infectado. Sólo pienso que es un estúpido al que no merece la pena proteger de su propia estupidez y que sería una bonita metáfora que fuera precisamente alguien como tú quien lo asesinara - se encoge de hombros - Quizá esta traición tuya le haga reconsiderar su postura, aunque eso no nos importa a ninguno de los dos ahora mismo.

Ooooh… --La decepción de Kotaro al escuchar que en realidad no tenían intención de acabar con Tomohiro fue similar a la que recibiría cualquiera al que, a última hora, le deniegan un regalo muy esperado.— Demasiado bonito para ser verdad…

Por otro lado, que citara una “traición” le volvió a dejar pensativo -- ¿De qué traición habla éste? Si ya he perdido la cuenta de las veces que he podido morir por subirme a su puta hayajiro. Imagino que habrán metido mierda para que parezca que me he escapado… Psé.

Se pone en pie apoyándose en un bastón - Bien, ésta será mi última pregunta y el fin de nuestra conversación por ahora ¿Qué esperas conseguir con todo lo que haces? Ya sé que odias mucho a la nobleza de Hinomoto y que nos consideras a todos un ente único, algo bastante necio y corto de miras, y que nos matarías a todos si pudieras y derribarías esta sociedad si pudieras ¿Y después qué?...

 

Nadie viviría bajo el techo de una casa cuyos cimientos estén podridos y a punto de derrumbarse, a no ser que a pesar de todo, no tenga mejor opción –por un momento recuerda las casas en ruinas en las que tuvo que malvivir durante largas temporadas.-- Imagino que la nobleza está demasiado cómoda en sus palacios como para darse cuenta.

Cuando una casa está podrida, lo mejor que se puede hacer es derrumbarla para reconstruirla de nuevo, erradicando los fallos de los que adolecía para que no se vuelva a pudrir.

Hinomoto está podrida y sus cimientos deben ser destruidos para que, una vez reconstruidos, gente como nosotros tres no exista. Si no lo consigo yo lo conseguirá otro. Es cuestión de tiempo que vuestra tiranía acabe –termina su respuesta, utilizando un tono tan tranquilo como la seguridad con la que habla.

Sin hacerse esperar, esta vez Kotaro lanza su pregunta casi de inmediato.

Parece que queréis hacer ver a Tomohiro que soy un traidor. ¿Entonces por qué me habéis elegido a mí y no a otro? Nadie daría nada por un traidor, así que no entiendo mi valor como moneda de cambio. Y si queréis súbditos que os hagan rico, ahí fuera hay perros más domesticables que yo. Espero que no sea porque la monstruita solamente puede cazar a tullidos caballerosos – sonríe, consciente de lo absurdo que suena calificarse precisamente como caballeroso.

Cansado y con la “tranquilidad” que le transmite el saber que enjaulado apenas tiene más opciones que dormir, cierra los ojos, prestando la atención mínima e imprescindible para enterarse de la última respuesta de Munetani. Tenía la esperanza de que el maldito zumbido que llevaba molestándole desde que despertó, desapareciera con un sueño algo más reparador.

Sin embargo, en cuanto escucha las pisadas de Nami marchándose, antes de que saliera del vagón le dice en voz alta –Solamente los perros y los débiles se someten a un amo. Me pregunto cuál de las dos opciones eres tú.

Notas de juego

*Esta aclaración la hago porque Kotaro nunca había sentido ningún tipo de discriminación “especial” por ser un mestizo. De hecho el orfanato callejero de Kongoukaku está lleno de chiquillos mestizos (también hay japos de pura cepa): la razón que le veo es que son hijos de extranjeros (comerciantes, militares…) que, por el motivo que sea, tienen con japonesas a las que abandonan. Éstas, en su mayoría por vergüenza, acaban abandonando a sus hijos mestizos y la “organización” de Kotaro los “adopta”.

Si recuerdas la historia de Kotaro, la niña que raptaban unos y que rescatan otros se llama Cristina, y uno de sus compañeros que aparecen en la historia se llama Rick.

Esto te lo cuento porque si quieres que Kotaro sienta de verdad que hay una fuerte fricción contra los extranjeros y que él no se escapa, quizá habría que ser un poco (mucho) más explícito xD Esto es en plan como cuando una chica a la que le gustas te lanza señales indirectas y no te enteras, pues Kotaro igual xD

Cargando editor
02/04/2019, 12:32
Munetani Hirotsuna

La última respuesta de Kotaro consigue arrancar una sonrisa cínica del viejo - ¿Ves? En algo estamos de acuerdo: ambos queremos un mundo en el que sabemos que no tenemos cabida. La única diferencia es que yo sé con seguridad que no viviré en él mientras que tú... bueno, en caso de que consiguieras lo que quieres me sorprendería que no encontrases alguna excusa para seguir viviendo e imponer tu tiranía después de derribar la "nuestra".

Parece que queréis hacer ver a Tomohiro que soy un traidor. ¿Entonces por qué me habéis elegido a mí y no a otro? Nadie daría nada por un traidor, así que no entiendo mi valor como moneda de cambio. Y si queréis súbditos que os hagan rico, ahí fuera hay perros más domesticables que yo. Espero que no sea porque la monstruita solamente puede cazar a tullidos caballerosos.

El viejo se encoge de hombros - No tengo especial interés en él. En cuanto a ti no quiero domesticarte. Requeriría un tiempo y una paciencia de los que no dispongo. Simplemente te utilizaré y cuando tu utilidad haya acabado me desharé de ti.

Solamente los perros y los débiles se someten a un amo. Me pregunto cuál de las dos opciones eres tú.

Dímelo cuando nos encontremos en el infierno...

Cargando editor
02/04/2019, 12:43
Kabane no Omo (Zombie Master)

La distinción entre día y noche pierden su significado para Kotaro, que se obligado a medir el paso del tiempo por el intervalo entre las comidas que le traen. Los sirvientes siempre van con la cara tapada y nunca se quedan más que el tiempo justo para poner una nueva bandeja y retirar la anterior. La comida es abundante, buena incluso y las medicinas calman el dolor de su hombro herido. Algunas comidas (Kotaro supone que el almuerzo) se acompañan de vendajes limpios para que Kotaro pueda cambiarse él mismo los vendajes. Todo indica que mientras el anciano tenga un uso para él no debe temer por su vida.

La hayajiro sigue avanzando y haciendo paradas de vez en cuando. La soledad y la incertidumbre son enloquecedoras. El cerrojo de la jaula es demasiado complicado como para forzarlo con los palillos de la comida, de modo que Kotaro pasa largos períodos de tiempo en los que está a solas con sus miedos y sus pensamientos. De vez en cuando la niña de ojos amarillos vuelve a visitarlo en sus sueños. Kotaro la ve riendo, llorando, jugando, abrazada a una mujer con el rostro cubierto de sombras o escuchando junto a Kotaro a un hombre de voz potente pero cálida. El zumbido en los oídos va y viene, llegando a ser molesto en ocasiones, aunque a veces llega a ser preferible que el solitario traqueteo de la hayajiro.

Kotaro termina por perder la cuenta de las comidas que le han llevado y el tiempo que ha pasado ahí encerrado. El brazo se ha recuperado bien y ya puede usarlo con normalidad pero aún duele bastante. La hayajiro se encuentra detenida y desde fuera llegan los sonidos amortiguados de una estación. Mientras Kotaro disfruta de su comida e intenta pensar en algo que le saque del aburrimiento una trampilla se abre en el techo. La fresca brisa nocturna aligera la viciada atmósfera del vagón y desembota por completo los sentidos de Kotaro. Una figura con ropas oscuras se descuelga del techo aterrizando sin hacer apenas sonido. A través del embozo de su rostro sólo pueden verse dos ojos azules muy abiertos por la tensión. Tras mirar a un lado y a otro la figura se acerca sigilosamente a la jaula y se planta delante de la puerta.

El encapuchado dice algo en un idioma ininteligible que contiene el nombre de Kotaro. Al ver que no éste no le entiende repite la frase en la lengua de Hinomoto con un acento inidentificable.

Vamos, Kotaro Zweihänder. Tengo que sacarte de aquí.

Saca unas ganzúas y empieza a hurgar en la cerradura...

Notas de juego

Kotaro ha recuperado 30 Puntos de Vida, lo que le pone en 31. Desde que se despertó han pasado dos semanas, que ha pasado solo y encerrado en la jaula mientras la hayajiro se movía. Interpreta esto como quieras: que se entretenga haciéndoles trastadas a los que le traen la comida, haciendo ejercicio o comiéndose la cabeza.

Vamos a ver qué pasa ahora con este PNJ :)

Cargando editor
02/04/2019, 16:14
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

El abrir de la trampilla le sorprendió, más por la rotura de la monotonía que por cualquier otro motivo. En un principio le hizo pensar que sería alguien realizando labores de mantenimiento, pero que alguien entrara al vagón y además tomándose tantas molestias para ser sigiloso le dejó claro que se trataba de algo fuera de lo normal.

Qué cojones… ¿Un ladrón? ¡¡JAJAJA!! Ya hay que ser desgraciado para jugártela entrando a una hayajiro a robar y que elijas justo este vagón. – La posibilidad de que se tratara de un ratero quedó lejos de asustarle, dejándole al borde de soltar una sonora carcajada. Si algo consiguió que se quedara en silencio fue el pensar que si conseguían robarle algo a Munetani, podría reírse de él en su cara y con recochineo la próxima vez que le viera.

Por otro lado, que lo que parecía un ladrón se plantara delante de su jaula le hizo pensar que era un primerizo, o que simplemente robar no era lo suyo. – Este tipo es gilipollas o qué. ¿Soy demasiado pequeño y no ha visto que en esta jaula solo estoy yo? ¡Busca en el resto del puto vagón!

La idea de sacar su brazo derecho de la jaula y pegarle un collejón se esfumó en cuanto le escuchó hablar en un idioma incomprensible. – Pero qué… ¿El aislamiento ha hecho que se me olvide mi propio idioma? ¿¿Me he vuelto loco?? – Después de tanto tiempo incomunicado, irónicamente fue justo ahora cuando por un momento sintió miedo de verdad.

Cuando volvió a hablar y consiguió entenderle, la tranquilidad que podía transmitirle confirmar que no se había vuelto loco se esfumaba al ver que alguien cuya voz no reconocía supiera su nombre y apellido. – Entonces no eres un ladrón… ¿Qué y quién coño eres entonces? ¿Por qué vienes a sacarme de aquí? ¿Ese maldito viejo quiere ponerme a prueba?

Muchas preguntas que prefirió guardárselas, al menos de momento. Fuera una prueba de Munetani o no, con la jaula abierta las posibilidades de largarse de ahí siempre iban a ser mayores que quedándose dentro.

Por su experiencia sabía empatizar bien con tipos que se colaban en lugares ajenos y lo importante que eran tanto el silencio como la concentración. Dejó que el hombre hiciera su trabajo con las ganzúas sin distraerle, mientras que él se dedicó a vigilar que no se vislumbrase ningún peligro por las puertas del vagón ni por la propia trampilla.

Cargando editor
03/04/2019, 06:35
Kabane no Omo (Zombie Master)

El encapuchado trabaja todo lo deprisa que puede intentando forzar la difícil cerradura.

Ya casi lo tengo... - susurra.

En ese momento la puerta del extremo del vagón se abre dando paso a Nami. El aspirante a rescatador y la kabaneri se estudian mutuamente durante unos segundos.

Battousai Hutatabi

Verdammte borste - escupe él temblando de rabia. Intenta echar mano de la espada corta que lleva atada al muslo, pero al igual que pasó con Kotaro la kabaneri no pierde el tiempo con charla. Se lanza hacia delante a toda velocidad. Su oponente intenta parar el golpe con ambas manos pero ella consigue meter el brazo por debajo y alcanzar el abdomen con un puñetazo que lo lanza hacia la pared del fondo. Las ganzúas caen al suelo con un tenue tintineo.

¡SAFTSAAAAAAAAAAAAAAAAAACK! - grita él desenfundando su arma...

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Puñetazo de Nami

Tirada: 4

Resultado: 4+8+4 = 16

Éxito

Tirada oculta

Motivo: ¡Parada! (Henrik)

Tirada: 5

Resultado: 5+3+3 = 11

Éxito

Tirada oculta

Objetivo: Daño (Puñetazo de Nami)

Tirada 1d4: 1

Resultado:(1)x6 = 6

Notas de juego

Puedes recoger las ganzúas y liberarte tú mismo de la jaula con una tirada de Destreza + Actividades criminales con un modificador -4 mientras Nami le zurra al otro.

Se me olvidó decírtelo en el tema anterior: la habilidad de Pelea de Nami es 4. Su ventaja es su tremenda Destreza.

Y no, el encapuchado no tiene posibilidades de vencer a Nami, así que depende de Kotaro (¡La dura vida del secundario!) :9

Cargando editor
03/04/2019, 10:28
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

La aparición de Nami le frustró y divirtió a partes iguales: por un lado parecía que se acababa de esfumar el “milagro” que le iba a sacar de ahí, pero por otro lado no dejaba de serle gracioso ver “en primera fila” el enorme marrón en el que se había metido el pobre desgraciado. -- ¡JA! ¿Has visto qué perro guardián tan bueno me han puesto? Es tan pequeña que creo que es un shiba inu – dice en voz baja al encapuchado, pero con la intención de que le escuchara la verdadera destinataria de su burla.

Chaval – le dice ya en tono serio – si crees que puedes hacer frente a una kabaneri déjame las ganzúas y ya me encargo yo de abrir esto. De lo contrario mejor largat… -- no le dio tiempo a terminar la frase cuando el hombre era lanzado por la kabaneri. – Joder…

Escucha el tintineo de las ganzúas al caer al suelo, reconociendo el sonido como algo con lo que está especialmente familiarizado. -- ¿Crees que conseguirás durar vivo aunque sea cinco segundos? – pregunta, como si pudiera comunicarse con él telepáticamente.

La jodida cerradura se le resistía más de lo que esperaba, quizá porque estuviese del revés o porque fuera más compleja de lo previsto. – Bueno, quien dice cinco dice diez segundos, tú me entiendes… -- piensa mientras continúa manipulando la cerradura y trata de calmar los nervios.

- Tiradas (1)

Motivo: Abrir cerradura

Tirada: 1

Se repite la tirada: 6

Resultado: 1+6+5 -4 = 8

Fracaso

Notas de juego

Pues nada, este turno se pierde. Avísame si ocurre algo más allá de la pelea para tirar de nuevo o no.

Si Kotaro consigue salir a tiempo va a intentar sorprender a Nami por la espalda mientras está entretenida con el encapuchado. Te lo digo por si hay que tener en cuenta algún otro penalizador o tengo que hacer alguna tirada adicional (para abrir la jaula con cuidado de no hacer ruido, acercarse sigilosamente...).

Cargando editor
04/04/2019, 10:49
Kabane no Omo (Zombie Master)

¡Gilipollas! ¡Estoy intentando ayudarte! - maldice el encapuchado a Kotaro en respuesta a su pulla de antes. Las ganzúas casi resbalan de las manos de Kotaro cuando éste vuelve la vista hacia el encapuchado con una expresión de incredulidad y sorpresa. Ese tono ronco al levantar la voz y la forma de hablar son las de alguien que vivió junto al peliblanco una época más sencilla que la de ahora.

¿Qué demonios hace Rik aquí?

Incorporándose rabioso el muchacho agarra su espada con ambas manos y la dirige hacia el corazón de la kabaneri. Sin embargo su ataque es torpe, cegado por la furia, por lo que Nami desvía la hoja con insultante facilidad y aprovecha el impulso de Rik para rodar hacia atrás con él lanzándolo al otro extremo del vagón. La espada se le cae de las manos y queda en el suelo fuera de su alcance.

Cansada de jugar, Nami hace surgir la hoja de su guantelete metálico...

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: ¡Ofensiva total! (Henrik)

Tirada: 1

Se repite la tirada: 2

Resultado: -3+3+3+2 = 5

Tirada oculta

Motivo: Parada (Nami)

Tirada: 3

Resultado: 3+8+4 = 15

Tirada oculta

Motivo: Proyección (Nami)

Tirada: 10

Se repite la tirada: 5

Resultado: 10+8+4 = 22

Tirada oculta

Objetivo: Daño (Proyección)

Tirada 1d4: 1

Resultado:1+3 = 4

Notas de juego

Puedes volver a intentar la misma tirada (Destreza + Actividades criminales con un modificador -4). Cuantos más Niveles de éxito tengas más rápido conseguirás salir y menos tiempo le dejarás a Nami para machacar a Rik.

ZM edit: además de la respuesta en el Off-topic he hecho una modificación aquí para aclarar la situación. Menos mal que no tengo que ganarme la vida como escritor ^.^U

Cargando editor
04/04/2019, 14:01
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

No me lo creo… ¿Eres Rik? ¿Desde cuándo coño hablas como un poseído? -- por unos instantes Kotaro se queda congelado, sintiendo temor por primera vez. Gran parte de la entereza psicológica del matón estaba en la ausencia de vulnerabilidades evidentes, pero que Rik apareciera repentinamente y bajo estas circunstancias lo cambiaba todo.

Estúpido… ¡¡ESTÚPIDO!! ¡¡Te necesitamos más en la maldita Kongoukaku que aquí!! ¡Si no me puedo cuidar yo solo debo ser yo quien asuma el pago, no el orfanato! – Un subidón de adrenalina comienza a recorrer sus venas, consciente de que hay algo en juego mucho más importante que su vida y libertad.

Con toda la diligencia y concentración que es capaz de reunir, intenta una vez más abrir la cerradura lo más rápido que su habilidad le permite. Si la kabaneri pudo matar a Sonbei de un golpe, a Rik no le queda mucho más tiempo de vida.

Ver a Nami desenfundar la hoja que le vio en Mibu le hace confirmar sus temores. – No sé si eres tú lo que la bruja me dijo que no matara*, pero si le matas espero que no se refiriera a ti – piensa con una creciente ira.

- Tiradas (1)

Motivo: Abrir cerradura a toda castaña

Tirada: 7

Resultado: 7+6+5+6 = 24

Éxito

Notas de juego

Punto de drama para meterle +10 a la tirada (+6 quitándole el penalizador de -4). Me quedan 7 puntos de drama, ¿no?

*Sé que le dijo que no “luchara” contra ella, no que no “matara”. Lo dejo a propósito como un lapsus mental de Kotaro dadas las circunstancias.

Cargando editor
06/04/2019, 10:29
Nami

A pesar de su incómoda posición Kotaro consigue ir abriendo poco a poco la compleja cerradura de la jaula. Sin embargo no es lo bastante rápido: Nami carga hacia Rik, que aún está intentando levantarse del suelo. La kabaneri recoge la espada del suelo y la utiliza para empalar el pulmón derecho del humano y clavarlo en la pared. Rik suelta un gemido ahogado mientras un vómito de sangre se filtra a través del embozo de su cara.

Mons... truo - dice antes de perder el conocimiento.

Nami se vuelve hacia Kotaro. Podría impedirle que terminase de abrir la puerta y ambos lo saben, pero la kabaneri tiene otros planes. Su mano derecha desaparece bajo la bufanda...

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: Empalar a Henrik (Nami)

Tirada: 7

Resultado: 7+8+4 = 19

Tirada oculta

Motivo: Defensa (Henrik)

Tirada: 3

Resultado: 3+3+3 -1 = 8

Tirada oculta

Objetivo: Empalamiento

Tirada 1d6: 2

Resultado:(2+2)x6 = 24

Tirada oculta

Motivo: Supervivencia (Henrik)

Tirada: 9

Resultado: 9+3+3+1 = 16

Éxito

Notas de juego

Kotaro tarda 6 turnos (medio minuto) en abrir la cerradura, pero por desgracia Rik no ha aguantado ni un turno (5 segundos). La herida que tiene no es inmediatamente mortal, pero Rik morirá si no recibe ayuda pronto (Debe hacer Chequeos de Supervivencia cada minuto). Quizá Nami lo quiera vivo y por eso no lo remata, o tal vez sólo esté demasiado ansiosa por vengarse de Kotaro. Tú decides la importancia de esa distinción.

Si decides seguir adelante y salir de la jaula Nami se te echará encima utilizando el mismo poder que le mostró en Mibu. Ambos tenéis Reacción Rápida, pero en este caso Nami será la primera en actuar cada turno porque su Destreza supera con mucho a la de Kotaro (De ahí su rapidez de movimientos).

Cargando editor
06/04/2019, 12:38
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Mierda… ¡MIERDA! – las manos comenzaron a temblarle al vislumbrar el destino de Rik. -- Estúpido… ¿Has venido para ponérmelo todo más difícil? ¿Tantas ganas tenías de cabrearme? Debiste haberte quedado en Kongoukaku…

Sus propias manos parecían tener ojos y vida propia, pues el mero tacto le bastaba para forzar la apertura de las cerraduras con la suficiente precisión. Sus ojos, sin embargo, estaban ocupados observando la pelea, o paliza, entre Rik y Nami.

En cuanto la kabaneri agarró la espada corta, supo que nunca sería lo suficientemente rápido como para llegar a tiempo. – No…

La boca de Kotaro permanecía sellada, como si una de sus mayores máximas fuera la de no mostrar ningún signo de camaradería ante nadie, a no ser que estuviera “en terreno controlado”. Lo contrario solamente complicaría todo aún más. Sin embargo no se podía decir lo mismo de su aura, si es que había alguien que pudiera sentirla.

Ver a Rik ensartado en la pared hizo que para Kotaro se parara el tiempo. – …Adiós… amigo… -- Sus manos seguían moviéndose, pero todo en su cabeza estaba preparando una despedida que nunca debió haber tenido lugar; no tan pronto, no aquí.

En cuanto la cerradura hizo el “clic” que tanto necesitaba, ya no sentía ninguna necesidad por abrir la puerta de inmediato. Por unos segundos seguía cerrada y todo estaba en silencio, como la inquietante tranquilidad que precede a cualquier tormenta. No pasó mucho tiempo cuando ésta se abrió bruscamente de una fuerte patada.

El “tigre enjaulado” había sido liberado, y toda la resignada calma que lo hacía parecer tan dócil tras un montón de barrotes de hierro, desaparecía para dejar paso a un instinto asesino que no había hecho más que acumularse durante dos largas semanas. Un instinto asesino que, ante la visión del muy moribundo cuerpo de su hermano, era potenciado hasta cotas que no había alcanzado hasta ahora. ¿Podría la pequeña asesina sentir la peligrosidad de ese aura tan familiar?

Kotaro sale con una inquietante tranquilidad de su prisión, como un tigre seguro de sí mismo y que sabe que ya no hay nada que le pueda parar. A un lado tenía la trampilla del techo, y en el otro a Nami y el cuerpo de Rik. Observa unos instantes la salida hacia la libertad, para acabar dándole la espalda y volverse hacia la kabaneri. Su instinto asesino tenía hambre, mucha, y delante suya tenía el mejor plato con el que podía calmarla.

Con la expresión más dura y seria que había tenido en mucho tiempo, le bastó dar un paso al frente en dirección a Nami, ignorando la trampilla, para hacerle a la asesina una cristalina declaración de intenciones.

Notas de juego

No está en las reglas por lo que no sé cómo va la maniobra que pretende Kotaro:

Al saber que el punto fuerte de Nami es la velocidad/destreza y que además toma la iniciativa en los ataques, va a "absorber" el golpe de la kabaneri (Kotaro se defiende para que no le deje hecho polvo, aunque usaré otro punto de drama de ser necesario para reducir el daño recibido). También quiere aprovechar que están en el interior de un vagón y ella no tiene mucho espacio en el que revolverse. Se la va a jugar porque "sabe" que todavía le quieren vivo, y por tanto no le va a hacer ningún ataque mortal.

Quiere "absorber" el golpe (que le clave la hoja en alguna zona no vital, o simplemente un golpe) para tener a Nami "a mano". No va a golpearla sino hacerle una presa/llave para inmovilizarla total o parcialmente, para que pierda la ventaja de destreza/velocidad. Si consigue que le salga bien, su "ofensiva" irá por aplastamiento/asfixia (chequeos de fuerza y constitución, supongo).

Ya me dirás qué tiradas hay que hacer.

Cargando editor
07/04/2019, 06:41
Nami

Nami no pierde el tiempo en regodeos ni provocaciones. Neutralizado Rik ahora puede liberar su rabia contra Kotaro, una oportunidad que él le ha puesto en bandeja. Moviéndose tan rápido que cuesta seguirla con la vista, Nami se abalanza de Kotaro apenas éste pone un pie fuera de la jaula dirigiendo su puño derecho descubierto hacia el estómago del prisionero...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: ¡Puñetazo rabioso! (Nami)

Tirada: 8

Resultado: 8+10+4+2 = 24

Éxito

Notas de juego

La maniobra que mencionas se llama Encajar el golpe y no se puede realizar contra ataques armados. Por suerte para Kotaro ha acertado en que el viejo lo quiere vivo por lo que Nami utiliza el puño en lugar de la hoja. La secuencia va a ser la siguiente:

  1. Haz tu tirada de Destreza + Atletismo de la forma normal. Si superas la tirada de Nami podrás intentar apresarla (Tirada de Destreza + Pelea)
  2. En caso de no superar la tirada de Nami puedes intentar Encajar el golpe haciendo una tirada de Destreza + Pelea. Cada nivel de éxito reduce el Multiplicador de daño de Nami en 2. Si lo reduces a 0 no sufres daño.
  3. Si Kotaro sobrevive al golpe puede hacer su tirada de Destreza + Pelea para hacer la presa y empezar a asfixiar a Nami. Ella no puede defenderse de esta tirada porque está usando una Postura Ofensiva, que le da un +2 a su tirada de ataque pero le impide hacer tiradas defensivas (Sí, está muy cabreada). Cada turno deberás superar a Nami en una tirada enfrentada de Fuerza. Si la mantienes durante el tiempo suficiente (Depende de la Constitución de Nami), tu oponente caerá inconsciente.

 

Para no perder tiempo con microposts te propongo lo siguiente:

  1. Haz una tirada de defensa (Destreza + Atletismo)
  2. Haz una tirada de Encajar el golpe (Destreza + Pelea)
  3. Haz una tirada de Presa (Destreza + Pelea)
Cargando editor
07/04/2019, 17:23
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Motivo: Defensa

Tirada: 10

Se repite la tirada: 5

Resultado: 10+6+5 = 21

Éxito

Motivo: Encajar el golpe

Tirada: 3

Resultado: 3+6+5 = 14

Éxito

Motivo: Presa

Tirada: 5

Resultado: 5+6+5 = 16

Éxito

Cargando editor
08/04/2019, 13:38
Nami

Cuando Nami llega hasta Kotaro éste ya está esperándola, irguiéndose en toda su estatura y tensando el abdomen para recibir el golpe. Los ojos de la kabaneri se abren por la sorpresa al ver que su puño rebota contra los durísimos músculos del peliblanco un segundo antes de que éste la atrape en una llave estranguladora y se la lleve al suelo. Los brazos de Kotaro encuentran un extraño collar metálico rígido en torno al cuello de su presa. Kotaro lo utiliza como elemento de palanca para obstruir la gargante de Nami y empezar a asfixiarla.

El cuerpo de Nami resulta monstruosamente fuerte a pesar de su tamaño, tanto que los brazos de Kotaro protestan al tener que soportar la presión que provoca. La kabaneri patalea y suelta pequeños gemidos ahogados, ruidos que delatan el pánico que se ha apoderado de ella. Kotaro ha oído ruidos similares antes: son los gemidos de una niña al ser estrangulada mientras su agresor la viola sin piedad. Es un terror que no se puede fingir y que puede llevar a la víctima a hacer cualquier cosa para librarse de su agresor.

Incluso morder como un perro rabioso...

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Librarse de la presa Turno 1 (Nami)

Tirada: 4

Resultado: 4+6 = 10

Éxito

Motivo: Mantener presa Turno 1 (Kotaro)

Tirada: 3

Resultado: 3+6 = 9

Éxito

Motivo: ¿Nami está fingiendo? (Kotaro)

Tirada: 4

Resultado: 4+5+5+2 = 16

Éxito

Notas de juego

Kotaro no ha recibido daño alguno del puñetazo de Nami. Estéticamente le saldrá un moretón o tendrá un arañazo, pero en ningún caso implica pérdida de Puntos de Vida.

Resulta que en el primer turno de la presa Nami y Kotaro han empatado en su tirada, lo que interpreto como que Kotaro se distrae un momento con los inesperados gemidos de pánico de Nami (Kotaro no es un violador después de todo pero ella lo percibe así y él lo sabe) pero que consigue mantener la presa a pesar de todo.

Te propongo dos opciones:

  • Soltar a Nami: no, no me he vuelto senil. No del todo al menos. Haciéndolo Kotaro estaría demostrando que no es el monstruo por el que lo tiene Munetani, lo que le valdría como recompensa 1 Punto Dramático.
  • Intentar mantener la presa: en este caso seguiremos haciendo tiradas hasta que Nami quede inconsciente por la falta de aire o hasta que ella consiga algo de ventaja y le arranque un brazo a mordiscos.

Tú decides

Cargando editor
09/04/2019, 18:22
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

En cuanto consiguió hacer que Nami cayera en sus “garras”, la sensación de Kotaro fue la misma que tendría un tigre lleno de rabia, un tigre que al fin tenía la oportunidad de desgarrar la vida de su cazador, de su maltratador y, en definitiva, su némesis. Nunca había tenido tan cerca la dulce sensación de venganza tan anhelada por años y años.

La kabaneri no era el objetivo final, pero la sentía como una pieza importante de la mano ejecutora que tantas pesadillas le ha provocado a él y a sus seres queridos; una sirvienta que carga un pecado tan grande como el de sus amos.

Seguro que has perdido la cuenta de los inocentes que has asesinado por placer, pero dime, ¿qué se siente ahora que eres tú la presa y no la cazadora? ¿Eeh? – le susurra al oído mientras termina de bloquear y afianzar su agarre sobre el cuello de Nami.

>> No importa, sé lo que dirías si te dejara hablar: “Solamente obedecía órdenes. No era mi intención, lo juro. Perdóname la vida, por favor.” La escoria como tú sois todos iguales, y todos merecéis el mismo destino. – El resentimiento se podía notar con total claridad en el tono de voz de Kotaro.

El escuchar los estertores de asfixia de la joven alimentó aún más su rabia, como si su muerte se acercara con insultante rapidez, negándole poder deleitarse debidamente con su venganza. Con una mano le agarró el brazo del guantelete, mientras que con la otra le apretó el cuello con toda su rabia y fuerza. – No… no me puedo perder esto. NECESITO ver cómo le dices adiós a tu miserable vida.

Con la fuerza titánica que le daban tanta rabia, furia e ira contenidas, alzó a la chica del cuello como si se tratara de un ligero muñeco de trapo, haciéndole rozar la cabeza con el techo del vagón.

Haruka, Tora, Kazumi, Midori, Elisabeth, Hans, Miyuki, Yvar, los hermanos Smith, Yuri, Helga, Robert… A ellos y a todos mis otros hermanos que habéis asesinado, nunca les olvidaré… y nunca os lo perdonaré. – La rabia que estaba sintiendo al recordar a las víctimas de Kongoukaku no hizo más que crecer hasta cotas que en muy raras ocasiones había alcanzado*. Nami había caído en mal momento bajo la furia de Kotaro, pues iba a ser el chivo expiatorio con el que calmar temporalmente el veneno con el que el odio y el resentimiento martirizaban a su alma.

Con la adrenalina haciéndole olvidar cualquier dolor físico, tensa ambos brazos de tal manera que pudiera parecer querer desmembrar a la joven. Sus manos, a su vez, aprietan con tanta fuerza y rabia que llega a escucharse el crujir de sus nudillos: la mano que sujeta el brazo del guantelete no se siente satisfecha hasta que el metal del artilugio es deformado y puede sentir los huesos del fino brazo de la kabaneri. Su otra mano, por el contrario, hace caso omiso del collar; su objetivo es sentir cómo la tráquea de la joven deja de vibrar, cómo su nuez es bloqueada por la presión y cómo su yugular delata la desesperación de su corazón por hacer llegar sangre a la cabeza de su víctima. Por un momento, más que asfixiarla, comenzó a desear partirle el cuello.

Mientras la estrangulaba la expresión de Kotaro no era la de un sádico, un psicópata o un amante de la violencia gratuita. Si Nami le mirara al rostro, tal vez podría darse cuenta de que en él no hay más que un profundo odio y resentimiento; una sed de venganza genuina; un alma demasiado desgastada como para poder recuperarse de lo que demonios le haya pasado**.

A pesar de que los gemidos de la joven pudieran ir a menos por el estrangulamiento, el sonido de éstos era muy similar a otros que estaban grabados a fuego en su memoria. Solamente hacía falta el ligero sonido de uno de ellos para llevarlo de inmediato al pasado, a los momentos en que era demasiado débil, demasiado pequeño, demasiado joven… como para no ser más que un testigo aterrorizado y oculto en las sombras, alguien que no podía más que observar mientras abusaban de sus hermanas. Por un instante volvió a esa etapa de su vida en la que no era más que un corderito desamparado que temía por sufrir cualquier día el mismo destino o uno peor.

Ese recuerdo no pudo más que inflar su rabia con un odio renovado, pero a su vez ir a menos al tener en sus manos la vida de alguien que le comenzaba a recordar a sus hermanas.

-- Tú… ¿Por qué? – Él, a su manera, había conseguido que en los últimos años todas sus hermanas estuvieran a salvo. ¿Por qué era ella entonces su enemiga? ¿Qué le había hecho?

-- ¿A qué esperas? ¿Por qué dudas? Es el enemigo. Lo sabes. Mátala. – Esa parte de él que lo había mantenido a salvo; esa fiereza; ese arrojo; ese valor y valentía; esa fuerza e inquebrantable tenacidad que por tantos años han sido su único padre, guardián y mentor. Esa parte de él que lo hacía ver como un temible demonio a ojos de sus enemigos, y como un fiero tigre protector a ojos de sus aliados. Esa parte de él que siempre ha estado al mando desde que decidió dejar de ser débil, al menos en este momento, comenzó a dejar de estar en sincronía con lo más hondo de su alma.

-- ¿No te recuerda a nuestras hermanas? ¿No puedes notar que también ha sufrido? Tal vez está en un callejón sin salida. ¿Tal vez necesita nuestra ayuda?

-- Nosotros también hemos sufrido. A nosotros nos quieren dejar en un callejón sin salida; no lo podemos permitir. Nuestros hermanos necesitan nuestra ayuda, pero ella nos quiere asesinar. Es una enemiga. Lo sabes. Mátala. RÁPIDO.

Ésta sería la primera vez que Kotaro mataría a alguien que le recuerda a uno de los suyos, y ésta sería también la primera vez que mataría a alguien que le ha hecho sentir algo de lástima. Parte de él no estaba preparado y podía prever el remordimiento que tendría. Otra parte más profunda de él, además, de verdad creía que Nami podía necesitar su ayuda. -- …N… No… no puedo…

-- Seguro que ha matado a nuestros hermanos.

-- Eso no lo sabemos…

-- ¿Y Rik?

-- …A lo mejor sigue vivo…

-- ¡¿A lo mejor…?! – Con la paciencia consumida por la indecisión, la parte más agresiva de su ser comenzaba a perder el control – Grr… ¡¡¡MÁTALA!!! ¡¡Mátala de una vez antes de que sea demasiado tarde!! ¡¡Si la dejas viva volverá, y ya habrá pensado cómo poder matarnos!! ¡¡¡MÁTALA YA!!!

Una parte de él gritaba desesperada lo que su instinto y sentido común le dictaban. En esta ocasión, su instinto de supervivencia se estaba enfrentando frontalmente con esa parte de él cargada de esperanza y que le daba la fuerza necesaria como para querer continuar con vida día tras día.

Por primera vez en muchos años las mejillas de Kotaro se humedecían con un sin parar de lágrimas. La mezcla de la dureza del odio y resentimiento con la fragilidad e inocencia de un río de lágrimas sobre su rostro no hacía más que dar luz al choque de sentimientos con el que estaba teniendo que lidiar el joven paria**.

La balanza no podía decantarse a favor de ninguna decisión, y si algo le hizo reaccionar fue el negar que Rik podía estar muerto y la posibilidad, aunque fuera remota, de poder estar todavía a tiempo de salvarlo.

Si no fuera por la necesidad de mantener el subterfugio de la situación, liberaría su rabia con un grito ensordecedor que más se parecería a un rugido que a algo producido por un hombre.

Con parte de su ser frustrado por no acabar con la vida de su “enemiga”, se resigna a arrojar a la kabaneri contra el metálico suelo del vagón con tanta fuerza como rabia contenida tiene. Con un poco de suerte no solo se habría desahogado parcialmente, sino que del golpe dejaría a la joven con la respiración entrecortada y en shock el suficiente tiempo como para poder salir de la jaula y dejarla encerrada.

- Tiradas (1)

Motivo: Salir de la jaula y dejar a Nami encerrada

Tirada: 8

Resultado: 8+6+5+4 = 23

Éxito

Notas de juego

*Para que sea más fácil hacerse una idea de la expresión que Kotaro está manteniendo mientras la estrangula recitando algunos nombres de sus hermanos, en el gif de aquí abajo se puede ver a su tatarataranieta un par de siglos más tarde poniendo una expresión muy parecida (o la misma):

 

**Había pensado en tirar a “Intimidar” para esta parte, pero al no ser una acción voluntaria de Kotaro creo que lo que toca es que Nami tire a Notar para que se dé cuenta, igual que Kotaro se ha dado cuenta del fondo de sus gemidos de pánico. Tú dirás.

 


Tenía la siguiente parte del post planteada, pero como tienes que resolver la tirada la dejo en standby por si hay cagada.

De todas formas y por ir acelerando, en caso de que la cosa salga bien:

1.- Kotaro se va a llevar el cuerpo de Rik con la esperanza de que todavía pueda salvarlo (ya me veo quedándome seco de puntos de drama xD). ¿Cuándo y con qué dificultad debería tirar a medicina? Para mantenerlo con vida hasta dar con alguien que sepa curarlo en condiciones.

2.- Con Rik a cuestas se ve a escapar por la trampilla del techo. ¿Debería tirar a actividades criminales para marcharse sin que se den cuenta?