Partida Rol por web

La gema de Willem

Capítulo II: Camino del sur

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22/10/2010, 12:48
Gurt

Con un habilidoso movimiento el fugitivo se protegió del ataque de Sigmund interponiendo el brazo en la trayectoria del golpe. Había logrado resistir los dos ataques a pesar de que el primer golpe aún lo producía una palpitación de dolor en la cabeza. Era evidente que aquellas dos personas no pretendían matarlo, solamente dejarlo inconsciente.

Aprovechando el segundo posterior al ataque dio un salto hacia atrás alejándose de Oliver y Sigmund pero manteniendo la espada en alto protegiéndose.

- ¿Quienes sois y por qué me seguís? -preguntó a voz en grito el individuo. Su voz parecía la de un hombre joven.

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22/10/2010, 15:17
Oliver Trastel

Oliver viendo que la situación se les escapaba de las manos guardo su daga y empuño su espada bastarda para desenvainarla y presentarla ante el encapuchado.

Te podemos contestar a una de las preguntas, la segunda en concreto. Dijo Oliver con voz rigurosa.

Pero antes, como estas en inferioridad numerica nos gustaria que contestaras primero a nuestras preguntas. Oliver miro de soslayo a Sigmund para continuar con las preguntas.... ¿ Quien eres ? y ¿ porque intentaste esconderte mas aun tras esa capucha cuando mi compañero y yo entramos en la posada?,¿ porque saliste a escondidas por la puerta trasera de la posada en vez de la principal? y lo que mas me inquieta.... ¿ Porque tapas tu rostro, quien eres ?. Todo esto sin dejar de amenazar al individuo con la espada.

Oliver dirigio la mirada hacia su amigo.... ¿ Alguna pregunta que hacerle ?

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22/10/2010, 17:45
Sigmund Belmond

Sigmund Saco si hacha de batalla con la mano derecha mientras que con la izquierda afianzaba fuerte su escudo y se colocaba en pose de combate mientras Oliver realizaba sus preguntas, cuando este termino de hablar, la voz de Sigmund se asomó desde el yelmo fría y tajante.

-No, Contestar a esas me parece un buen comienzo...

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22/10/2010, 17:59
Gurt

El encapuchado pareció relajarse ligeramente cuando Oliver le realizó las preguntas. Enfundó la espada y alzó las manos mientras respondía.

- Mi nombre es Gurt. Huí de vosotros porque os confundí con un grupo de guerreros que no hace mucho me persiguieron para darme muerte. Y oculto mi rostro porque... -exhaló aire produciendo una instantánea risa- bueno... mejor que lo veais.

Llevando las manos a la capucha la echó hacia atrás sin llegar a retirarla del todo pero mostrando una cara horriblemente desfigurada. Tenía quemaduras a ambos lados y la piel totalmente arrugada. Ni Oliver ni Sigmund pudieron evitar un gesto de asco al ver su rostro lo cual pareció divertir al joven.

- Cicatrices de una vieja misión.

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22/10/2010, 21:17
Oliver Trastel

Al ver que el encapuchado envainaba su espada el paladin hizo lo mismo en un gesto de reciprocidad. El encapuchado alzo las manos a modo rendicion mientras contestaba a varias de las preguntas formuladas.

Oliver miro a Sigmund antes de pronunciar sus proximas palabras, esperaba que este no bajara la guardia como habia echo el paladin...No hace falta que levantes las manos, tranquilo, has dado muestras de buena voluntad al guardar tu arma.

Cuando el encapuchado mostró parte de su rostro Oliver puso cara de asombro y asco al ver aquellas asquerosas cicatrices en el rostro de aquel hombre y no pudo mas que comparecerse de el.

Bien Gurt....¿ porque te perseguian para darte muerte ? ¿ Que has echo para tal suerte ?

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22/10/2010, 23:17
Naedunëa Elwing

 Nae se levanta de la mesa en la que se encontraban Aeldar y ella sigilosamente para no llamar la atención. Dirige una mirada de soslayo al resto de compañeros que están en la posada y se encamina hacia las escaleras para subir a su cuarto. No duda en ningún momento en que Aeldar le sigue de cerca. Si hubiera alguna manera de avisar al resto y reunirnos todos... 

Antes de abrir la puerta de su habitación comprueba que nadie les siga. Aparentemente y después de prestar atención a cualquier tipo de sonido, la joven elfa está bastante segura de que nadie les pisa los talones. Nada más entrar, cierra puerta y se gira hacia su compañero.

-¿crees que deberíamos reunirnos con los demás? Me imagino que todos ellos escucharon la conversación. ¿De qué manera podremos avisarles para que vengan aqui?- le pregunta Nae

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+1)
Motivo: comprobar si me siguen
Resultado: 14(+1)=15

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22/10/2010, 23:50
Director

Nae comprueba disimuladamente si alguien sigue sus pasos pero no detecta ninguna presencia.

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22/10/2010, 23:51
Gurt

Gurt observó a los dos guerreros con desconfianza antes de hablar.

Parecéis personas justas y de honor ¿Qué tipo de justicia u honor es perseguir a un desconocido, atacarle y luego exigirle respuestas amenazándolo con vuestras espadas?

No dejó de escrutarlos durante unos segundos. Finalmente se encogió de hombros.

No es ningún misterio. Hace aproximadamente cuatro años me embarqué en una misión junto a un grupo de guerreros. Viajamos hacia el este hacia una aldea donde vive la familia de una persona querida de Port Voynod. Estos se veían atacados cada semana obligados a pagar un desorbitado tributo a un grupo de bandidos. Acudimos para plantarles cara pero no todo salió como teníamos pensado. Hubo una batalla y finalmente los bandidos prendieron fuego a la aldea. Hubo muchas muertes, algunos amigos míos y yo sufrí quemaduras muy graves. También hubo bajas en el grupo de los bandidos que persiguieron a los supervivientes entre los que me encontraba. Hubo más peleas. Por suerte o por desgracia sobreviví y después de tres años volví a aquí. -Gurt hizo un gesto de dolor, parecía haber recordado algo que le producía aquella sensación -Ya nada era como antes. Lo que me importaba ya no estaba y desde entonces me refugio aquí, malviviendo con la ayuda de amigos y familiares, paranoico y desfigurado.

Hablaba así de si mismo sin apenas inmutarse.

- Ahora, si lo consideráis oportuno podéis darme muerte o dejarme ir, pero sintiéndolo mucho volveré a la posada. El amable posadero me deja dormir allí cuando hay habitaciones libres. Creo que esta noche tendré suerte, no tiene mucha clientela.

Sin mediar más palabra comenzó a caminar con calma hacia el pueblo. Sostuvo antes de alejarse la mirada a Sigmund y Oliver esperando a ver si querían decirle algo antes de que se marchara o si tal vez quisieran acompañarle de nuevo hasta la posada.

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23/10/2010, 02:07
Sigmund Belmond

Perdona pues nuestras maneras buen hombre- Dijo Sigmund envainando su hacha y escudo- Se que no ha sido justo lo que hemos hecho y tal vez esto no lo repare pero te invito a una cena, una jarra de cerveza, y aunque no haya habitación vacía, a pagarte una.

 

Sigmund se quito el yelmo revelando su larga cabellera rubia y con una sonrisa le tendió la mano a Gurt- Mis más sinceras disculpas, te confundimos. Nosotros también somos unos paranoicos. Me llamo Sigmund.

Vayamos a la posada y tratemos de pasar la noche con una pequeña charla, buena comida, bebida y un sueño reparador.

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23/10/2010, 11:39
Oliver Trastel

Oliver ante las palabras de Sigmund hacia Gurt se queda sinceramente algo sorprendido, no sabían si aquel individuo estaba diciendo la verdad ( aunque parecía que asi fuera ) o simplemente seria una artimaña para engañarles y salirse con la suya, aun así Oliver asintió a todas y cada una de las palabras de Sigmund.

Oliver se abstuvo de presentarse, prefirió guardar ese dato.

Si, vayamos de nuevo a la posada y continuemos saboreando la buena comida que nos habían dispensado y la jarra de vino de la que estábamos disfrutando..

Los tres hombres emprendieron la marcha de nuevo hacia la posada.

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23/10/2010, 22:04
Calypso Darren

Tras pasar un buen rato en la taberna de la posada, Calypso se dió cuenta que Nae y Aeldar habían desaparecido. Hacía bastante rato que ya no les veía.

Calypso llamó al posadero, y le pidió una habitación para él y sus dos compañeros. También le preguntó -Oiga ¿no sabrá cuál es la tienda más concurrida por los aventureros en el pueblo? Mañana iremos a por unos ... suministros.

Recordó el plan que Sigmund había trazado. En teoría, Picco, Áran y Lihem irían temprano al puerto para comprobar los pasajes en el barco, y posteriormente, deberían reunirse representantes de los tres grupos en los que se habían dividido en la tienda más concurrida de ese tipo.

Una vez tuviera la llave de la habitación y supiera dónde estaba esa tienda, subirían a descansar (si eso es lo que mis compañeros quieren, claro).

 

 

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25/10/2010, 08:48
Aeldar Tinúviel

Los jóvenes elfos abandonaron la sala y se dirigieron a su habitación después de haber escuchado las palabras de aquel hombre.

Creo que lo mejor será que esperemos a mañana, a que la cosa se calme. Puede que si le volvemos a sacar el tema a Liozard se altere de nuevo y nos descubran. Aeldar se queda un momento pensativo.

Descansemos, cuando nos reunamos todos de nuevo hablaremos del tema... creo que es conveniente que estemos todos juntos.

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25/10/2010, 09:22
Naedunëa Elwing

Nae escuchó con astención la respuesta de su compañero.

-Pensado así, tienes razón será mejor hablar mañana todos juntos y ahora descansar.- al acabar la frase, la joven se giró hacia una de las camas para posar su mochila y seguidamente echarse a dormir.-Buenas noches Aeldar, que descanses.

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25/10/2010, 09:31
Sigmund Belmond

Notas de juego

Básicamente el resto de la noche es intentar emborrachar al hombre este asi a royo colegeo y sutilmente sacarle algo. Tampoco un interrogatorio simplemente a ve rsi estando embriagado suelta algo extraño.

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25/10/2010, 16:07
Gurt
Oliver, Sigmund y Gurt volvieron a la posada juntos. En un primer momento el joven voynodeño que se había vuelto a colocar la capucha sobre la cabeza se mantuvo algo distante y desconfiado, pero en cuanto hubieron llegado a la posada y sus acompañantes le hubieron invitado a unas cervezas, todo recelo se evaporó y Gurt comenzó a comportarse como un amigo de confianza a partir de la tercera jarra de cerveza. Comentaba entre risas viejas batallitas y anécdotas de su misión, de la gente del pueblo o de su infancia, todas ellas irrelevantes, hasta que le dio por contar una historia que pareció afectarle en mayor medida.
 
- Conocía a una chica. Era una chica fantástica, guapísima, inteligente, con carácter, cariñosa, agradable... Era de aquí, de Port Voynod y su nombre era Wuenipa. Teníamos una relación, e incluso estábamos pensando en formar una familia con el paso de los años. Entonces llegó un hombre al pueblo, un hombre que nos transmitió la historia de esa aldea acosada por los bandidos cada año. Eran familiares mios así que aunque yo no quería, me vi obligado a abandonar el pueblo. En un principio la misión duraría cerca de un año. Se trataba de ir a la aldea y prepararla durante meses para disponer la defensa con murallas y torres. La misión parecía ir bien hasta que llegó el día clave. Los bandidos atacaron y se vieron sorprendidos por la defensa que se presentó. Parecía que habíamos logrado la victoria, pero al día siguiente los bandidos volvieron más preparados y esta vez prendieron fuego a la aldea y se marcharon. Hicimos todo lo posible para extinguir las llamas pero todo fue inútil. Sin darme cuenta me vi rodeado por las llamas y perdí el conocimiento convencido de que se trataba de mi fin. Pero alguien me rescató. Mis heridas eran graves y tardé varios meses en recuperarme, pero finalmente tuve fuerzas para valerme por mí mismo. Volví al pueblo ocultando mi rostro desfigurado temeroso de asustar a mis conocidos y cuando lo hice me enteré por algunos conocidos que Wuenipa había abandonado el pueblo y se había convertido a sirviente de Pelor, dios del Sol. Aquello me dolió pero lo acepté. Ella había retomado su vida. Esperé durante meses en el pueblo esperando su visita hasta que un día llegó. Estaba más guapa que nunca, pero no tuve valor para hablar con ella. No quería ver el rechazo en sus ojos cuando viera mi rostro y parecía feliz con su nueva vida. No quise entrometerme y desde entonces vivo aquí. Malviviendo de la caridad de las buenas personas de Port Voynod esperando con resginación poder verla cada cierto tiempo.
 
Se calló y empezó a sollozar y respirar entrecortadamente.
 
- Lo mejor será retirarse a dormir -se limpió las lágrimas con torpeza mientras se levantaba -Ha sido un placer ser perseguido, atacado, interrogado y posteriormente invitado por ustedes, caballeros. Buenas noches. Os deseo lo mejor en vuestros propósitos.
 
Entonces se encaminó hacia las escaleras que daban a las habitaciones. Oliver y Sigmund no tardaron mucho en retirarse también a descansar, el día siguiente sería duro y eran conscientes de ello.
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25/10/2010, 16:08
Director
A la mañana siguiente les despertó una serie de golpes de nudillo en la puerta. Oliver se acercó a ella y con cautela la abrió comprobando que no había nadie al otro lado y que una nota descansaba en el suelo bajo la ranura de la puerta. La cogió y la leyó en voz alta para que Sigmund lo oyera. Sin lugar a dudas se trataba de la elegante caligrafía de Picco, que habían tenido la oportunidad de ver en su estancia en el palacio del duque.
 
S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer.
P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos
instrucciones vuestras. A, L y P.
 
Después de desperezarse, los dos amigos salieron de la posada y se encaminaron hacia el lugar acordado, la tienda de aventureros más concurrida. Al salir a la calle fueron recibidos por una fría pero despejada mañana otoñal. El cielo se encontraba despejado, pero una ligera y fresca brisa acentuaba la sensación de frío.
 
Se encaminaron por la ciudad hasta una de las calles comerciales de la misma. Allí dieron rápidamente con lo que buscaban, una extensa tienda de artículos de supervivencia con su propia sección de armas. Una serie de peculiares personajes se encontraba en aquel lugar rebuscando entre los artículos resultando un lugar perfecto para pasar desapercibido. A lo lejos, entre las piernas de los presentes localizaron al pequeño mono del mago. Un poco más allá vieron a Calypso, acompañado por Liozard, y se dispusieron a establecer contacto con él.
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25/10/2010, 16:10
Director
La noche fue más larga de lo esperado, la fiesta decalló pero Liozard pareció tener una similación infinita de cerveza y seguía bebiendo animadamente cuando sus compañeros lo habían dejado. En aquel momento parecía que el mono ya no irritaba tanto al mago que aplaudía y reía sus acrobacias. Casi a rastras, Thorin y Calypso se llevaron a Liozard a la habitación y lo acostaron en su cama, donde el mono se acurrucó a sus piernas. Los otros dos durmieron plácidamente.
 
A la mañana siguiente, acordaron que serían Calypso y Liozard los que acudirían a la tienda de aventureros (no querían dejar al excéntrico mago sólo) para a la vuelta informar a los elfos de las instrucciones de Sigmund. Localizaron la tienda sin mucho esfuerzo en la calle más comercial de Port Voynod y allí vieron entre la gente a Sigmund y Oliver que no tardaron en localizarlos. Esperaron a que ellos iniciaran la cominicación.
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25/10/2010, 16:10
Director

 Áran, Lihem y Picco cenaron en silencio. La tensión generada entre el pícaro y el mediano no se vio suavizada por el efecto de las cervezas, y los silencios, alternados con pequeños comentarios entre Lihem y cualquiera de sus dos compañeros, resultaban incómodos. Enseguida se retiraron hacia sus habitaciones, pero cuando estaban a punto de echarse a dormir, desde una de las ventanas de la habitación Áran vio algo que le llamó la atención. A lo lejos, en la oscuridad de la calle caminaban tres figuras. Conforme se fueron acercando, el pícaro comprobó que una de aquellas figuras se trataba del encapuchado que había visto en la posada que mantenía aún su rostro oculto y para su sorpresa, identificó a las otras dos figuras como a Sigmund y Oliver que caminaban a su lado con total naturalidad.

Picco y Lihem se habían acercado al ver a Áran mirar por la ventana y también habían sido testigos de la escena. Se fueron a dormir intranquilos con aquella misteriosa escena en su cabeza.

Picco, ya vestido y totalmente despierto, agitó a Áran y a Lihem con cuidado para despertarlos.
 
- He pagado la estancia y he encargado algo para desayunar -dijo agitando unos apetitosos bollos frente a ellos- es hora de desperezarse y hacer esa visita al puerto.
 
Los dos compañeros hicieron lo que el mediano les indicaba y sin más miramientos salieron a la fría y despejada mañana otoñal y se encaminaron hacia el puerto guiados por Picco que buscaba con la mirada un rotro entre la gente que en aquel momento ocupaba la zona portuaria. Tras varios minutos dando vueltas el mediano localizó a la persona que estaba buscando, un hombre fuerte y corpulento con un aspecto muy rudo.
 
- ¡Mi buen amigo Picco! -exclamó con los brazos abiertos mientras se acercaba al mediano y lo abrazaba levantando sus pies del suelo.
 
Áran y Lihem intercambiaron una peculiar mirada. El rostro del hombre se ensombreció considerablemente,
 
- Amigo ¿Cómo estás? Siento mucho lo del viejo duque y su familia.

- Te agradezco tu preocupación, Dabben. Vamos a necesitar tu ayuda.
 
Con las cejas fruncidas, el corpulento marinero pareción recordar algo.
 
- ¡Ah! Es cierto. El tema de aquella carta ¡Por supuesto! Contad con ello. Sin ningún problema.
 
Picco le tendió la carta del duque Jouheav, aunque ya era innecesaria. El marinero le echó una ojeada rápida y se la devolvió.
 
- ¿Cuándo podremos embarcar pues? -preguntó Picco animado.
 
Dabben se frotó el rostro pensativo.
 
- Tengo un barco que zarpará hacia Port Drofo esta tarde, pero a una hora punta. No creo que sea lo ideal.
 
Tengo otro que lo hará cerca del anochecer pero puedo hacer que se retrase y que zarpe de madrugada, de esa forma podréis embarcar de noche.
 
Al decir esto último miró hacia Áran y Lihem que se encontraban tras Picco. El mediano se percató y dio un respingo.
 
- ¡Oh! Discúlpame, Dabben, soy un maleducado. Estos son Plegor y Damel, hoy son mis guardias pero son dos de las personas que deben embarcar -dijo con una característica mirada hacia sus compañeros Áran y Lihem.
 
Dabben les tendió la mano y se la estrechó con fuerza sonriendo.
 
- Entonces lo hacemos así. Picco, un par de horas después de la puesta de sol pásate por la taberna del puerto. Estaré allí esperándote y os indicaré cómo embarcar ¿Sois solo los tres?
 
- Eh... no. En realidad seremos 8 o 9. Yo aún no sé si embarcaré con ellos o no.
 
Un gesto de sorpresa surgió en el rostro del marinero que justo después miró serio hacia los que él creía que eran Plegor y Damel. Estrechó la mano con Picco y los tres compañeros abandonaron el puerto y se reunieron a hablar en una esquina que les aportaba cierta intimidad.
 
- Según lo que nos indicó Sigmund -empezó el mediano- debemos comunicarle lo acordado con Dabben y él se reunirá con Calypso para que informe al otro grupo.
 
Volvieron a la posada, y en la habitación Picco redactó ante la mirada de sus dos compañeros una escueta nota informando de la situación en la que susituyó nombres por iniciales:
 
S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer.
P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos
instrucciones vuestras. A, L y P.
 
Colaron la nota bajo la puerta de su habitación. golpearon la puerta con los nudillos y se retiraron. Esperaron a que la nota fuera recogida por Oliver para asegurarse de que llegaba y volvieron a la habitación.
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25/10/2010, 16:14
Director

Los elfos se retiraron a su habitación y pronto se dispusieron a dormir conscientes de que el día siguiente sería duro y posiblemente ajetreado. Se despertaron en cuanto el sol se asomó por el horizonte, bajaron y comieron algo para desayunar mientras esperaban a que Calypso contactara con ellos tal y como estaba acordado.

Notas de juego

Lo siento, no tenéis mucho que hacer hasta que Calypso hable con Sigmund y este le diga lo que debéis hacer.

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25/10/2010, 16:15
Sigmund Belmond
Sólo para el director

El corazón de Sigmund, no pudo evitar ablandarse por la historia de la vida de Gurt que, como muchos otros a los que había conocido en el campo de batalla, su vida empezó a ser miserable al volver de la guerra. Y habiendo pensado muchas veces que eso mismo le podía haber pasado a él, decide darle una oportunidad al hombre.

Esa noche, antes de subir, y con la escusa de conseguir agua para la noche, se separa de Oliver unos instantes para corroborar la historia de Gurt con el tabernero, dándole a este una propina extra por la información.

Habiéndose fijando en que habitación va a dormir esa noche Gurt, el guerrero antes de regresar a su habitación, cuela una nota en la habitación del hombre desfigurado que rezaba así:

 

"Buen hombre,

Si alguna vez os cansáis de la vida en Port Voynord,

Dirigíos al pueblo de Corlan al este. Allí buscar al herrero Patch.

Decidle qué vais de parte de un guerrero que hace tiempo le salvo la vida.

El os dará un duro pero buen trabajo, un sueldo y una casa.

Aunque siempre podríais probar antes a decirle a vuestra dama que la amáis.

 

Mucha suerte en esta desdichada vida."

 

Y finalmente, Sigmund duerme a pierna suelta esa noche.