Con un habilidoso movimiento el fugitivo se protegió del ataque de Sigmund interponiendo el brazo en la trayectoria del golpe. Había logrado resistir los dos ataques a pesar de que el primer golpe aún lo producía una palpitación de dolor en la cabeza. Era evidente que aquellas dos personas no pretendían matarlo, solamente dejarlo inconsciente.
Aprovechando el segundo posterior al ataque dio un salto hacia atrás alejándose de Oliver y Sigmund pero manteniendo la espada en alto protegiéndose.
- ¿Quienes sois y por qué me seguís? -preguntó a voz en grito el individuo. Su voz parecía la de un hombre joven.
Oliver viendo que la situación se les escapaba de las manos guardo su daga y empuño su espada bastarda para desenvainarla y presentarla ante el encapuchado.
Te podemos contestar a una de las preguntas, la segunda en concreto. Dijo Oliver con voz rigurosa.
Pero antes, como estas en inferioridad numerica nos gustaria que contestaras primero a nuestras preguntas. Oliver miro de soslayo a Sigmund para continuar con las preguntas.... ¿ Quien eres ? y ¿ porque intentaste esconderte mas aun tras esa capucha cuando mi compañero y yo entramos en la posada?,¿ porque saliste a escondidas por la puerta trasera de la posada en vez de la principal? y lo que mas me inquieta.... ¿ Porque tapas tu rostro, quien eres ?. Todo esto sin dejar de amenazar al individuo con la espada.
Oliver dirigio la mirada hacia su amigo.... ¿ Alguna pregunta que hacerle ?
Sigmund Saco si hacha de batalla con la mano derecha mientras que con la izquierda afianzaba fuerte su escudo y se colocaba en pose de combate mientras Oliver realizaba sus preguntas, cuando este termino de hablar, la voz de Sigmund se asomó desde el yelmo fría y tajante.
-No, Contestar a esas me parece un buen comienzo...
El encapuchado pareció relajarse ligeramente cuando Oliver le realizó las preguntas. Enfundó la espada y alzó las manos mientras respondía.
- Mi nombre es Gurt. Huí de vosotros porque os confundí con un grupo de guerreros que no hace mucho me persiguieron para darme muerte. Y oculto mi rostro porque... -exhaló aire produciendo una instantánea risa- bueno... mejor que lo veais.
Llevando las manos a la capucha la echó hacia atrás sin llegar a retirarla del todo pero mostrando una cara horriblemente desfigurada. Tenía quemaduras a ambos lados y la piel totalmente arrugada. Ni Oliver ni Sigmund pudieron evitar un gesto de asco al ver su rostro lo cual pareció divertir al joven.
- Cicatrices de una vieja misión.
Al ver que el encapuchado envainaba su espada el paladin hizo lo mismo en un gesto de reciprocidad. El encapuchado alzo las manos a modo rendicion mientras contestaba a varias de las preguntas formuladas.
Oliver miro a Sigmund antes de pronunciar sus proximas palabras, esperaba que este no bajara la guardia como habia echo el paladin...No hace falta que levantes las manos, tranquilo, has dado muestras de buena voluntad al guardar tu arma.
Cuando el encapuchado mostró parte de su rostro Oliver puso cara de asombro y asco al ver aquellas asquerosas cicatrices en el rostro de aquel hombre y no pudo mas que comparecerse de el.
Bien Gurt....¿ porque te perseguian para darte muerte ? ¿ Que has echo para tal suerte ?
Nae se levanta de la mesa en la que se encontraban Aeldar y ella sigilosamente para no llamar la atención. Dirige una mirada de soslayo al resto de compañeros que están en la posada y se encamina hacia las escaleras para subir a su cuarto. No duda en ningún momento en que Aeldar le sigue de cerca. Si hubiera alguna manera de avisar al resto y reunirnos todos...
Antes de abrir la puerta de su habitación comprueba que nadie les siga. Aparentemente y después de prestar atención a cualquier tipo de sonido, la joven elfa está bastante segura de que nadie les pisa los talones. Nada más entrar, cierra puerta y se gira hacia su compañero.
-¿crees que deberíamos reunirnos con los demás? Me imagino que todos ellos escucharon la conversación. ¿De qué manera podremos avisarles para que vengan aqui?- le pregunta Nae
Tirada: 1d20(+1)
Motivo: comprobar si me siguen
Resultado: 14(+1)=15
Nae comprueba disimuladamente si alguien sigue sus pasos pero no detecta ninguna presencia.
Gurt observó a los dos guerreros con desconfianza antes de hablar.
Parecéis personas justas y de honor ¿Qué tipo de justicia u honor es perseguir a un desconocido, atacarle y luego exigirle respuestas amenazándolo con vuestras espadas?
No dejó de escrutarlos durante unos segundos. Finalmente se encogió de hombros.
No es ningún misterio. Hace aproximadamente cuatro años me embarqué en una misión junto a un grupo de guerreros. Viajamos hacia el este hacia una aldea donde vive la familia de una persona querida de Port Voynod. Estos se veían atacados cada semana obligados a pagar un desorbitado tributo a un grupo de bandidos. Acudimos para plantarles cara pero no todo salió como teníamos pensado. Hubo una batalla y finalmente los bandidos prendieron fuego a la aldea. Hubo muchas muertes, algunos amigos míos y yo sufrí quemaduras muy graves. También hubo bajas en el grupo de los bandidos que persiguieron a los supervivientes entre los que me encontraba. Hubo más peleas. Por suerte o por desgracia sobreviví y después de tres años volví a aquí. -Gurt hizo un gesto de dolor, parecía haber recordado algo que le producía aquella sensación -Ya nada era como antes. Lo que me importaba ya no estaba y desde entonces me refugio aquí, malviviendo con la ayuda de amigos y familiares, paranoico y desfigurado.
Hablaba así de si mismo sin apenas inmutarse.
- Ahora, si lo consideráis oportuno podéis darme muerte o dejarme ir, pero sintiéndolo mucho volveré a la posada. El amable posadero me deja dormir allí cuando hay habitaciones libres. Creo que esta noche tendré suerte, no tiene mucha clientela.
Sin mediar más palabra comenzó a caminar con calma hacia el pueblo. Sostuvo antes de alejarse la mirada a Sigmund y Oliver esperando a ver si querían decirle algo antes de que se marchara o si tal vez quisieran acompañarle de nuevo hasta la posada.
Perdona pues nuestras maneras buen hombre- Dijo Sigmund envainando su hacha y escudo- Se que no ha sido justo lo que hemos hecho y tal vez esto no lo repare pero te invito a una cena, una jarra de cerveza, y aunque no haya habitación vacía, a pagarte una.
Sigmund se quito el yelmo revelando su larga cabellera rubia y con una sonrisa le tendió la mano a Gurt- Mis más sinceras disculpas, te confundimos. Nosotros también somos unos paranoicos. Me llamo Sigmund.
Vayamos a la posada y tratemos de pasar la noche con una pequeña charla, buena comida, bebida y un sueño reparador.
Oliver ante las palabras de Sigmund hacia Gurt se queda sinceramente algo sorprendido, no sabían si aquel individuo estaba diciendo la verdad ( aunque parecía que asi fuera ) o simplemente seria una artimaña para engañarles y salirse con la suya, aun así Oliver asintió a todas y cada una de las palabras de Sigmund.
Oliver se abstuvo de presentarse, prefirió guardar ese dato.
Si, vayamos de nuevo a la posada y continuemos saboreando la buena comida que nos habían dispensado y la jarra de vino de la que estábamos disfrutando..
Los tres hombres emprendieron la marcha de nuevo hacia la posada.
Tras pasar un buen rato en la taberna de la posada, Calypso se dió cuenta que Nae y Aeldar habían desaparecido. Hacía bastante rato que ya no les veía.
Calypso llamó al posadero, y le pidió una habitación para él y sus dos compañeros. También le preguntó -Oiga ¿no sabrá cuál es la tienda más concurrida por los aventureros en el pueblo? Mañana iremos a por unos ... suministros.
Recordó el plan que Sigmund había trazado. En teoría, Picco, Áran y Lihem irían temprano al puerto para comprobar los pasajes en el barco, y posteriormente, deberían reunirse representantes de los tres grupos en los que se habían dividido en la tienda más concurrida de ese tipo.
Una vez tuviera la llave de la habitación y supiera dónde estaba esa tienda, subirían a descansar (si eso es lo que mis compañeros quieren, claro).
Los jóvenes elfos abandonaron la sala y se dirigieron a su habitación después de haber escuchado las palabras de aquel hombre.
Creo que lo mejor será que esperemos a mañana, a que la cosa se calme. Puede que si le volvemos a sacar el tema a Liozard se altere de nuevo y nos descubran. Aeldar se queda un momento pensativo.
Descansemos, cuando nos reunamos todos de nuevo hablaremos del tema... creo que es conveniente que estemos todos juntos.
Nae escuchó con astención la respuesta de su compañero.
-Pensado así, tienes razón será mejor hablar mañana todos juntos y ahora descansar.- al acabar la frase, la joven se giró hacia una de las camas para posar su mochila y seguidamente echarse a dormir.-Buenas noches Aeldar, que descanses.
Básicamente el resto de la noche es intentar emborrachar al hombre este asi a royo colegeo y sutilmente sacarle algo. Tampoco un interrogatorio simplemente a ve rsi estando embriagado suelta algo extraño.
S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer. P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos instrucciones vuestras. A, L y P.
Áran, Lihem y Picco cenaron en silencio. La tensión generada entre el pícaro y el mediano no se vio suavizada por el efecto de las cervezas, y los silencios, alternados con pequeños comentarios entre Lihem y cualquiera de sus dos compañeros, resultaban incómodos. Enseguida se retiraron hacia sus habitaciones, pero cuando estaban a punto de echarse a dormir, desde una de las ventanas de la habitación Áran vio algo que le llamó la atención. A lo lejos, en la oscuridad de la calle caminaban tres figuras. Conforme se fueron acercando, el pícaro comprobó que una de aquellas figuras se trataba del encapuchado que había visto en la posada que mantenía aún su rostro oculto y para su sorpresa, identificó a las otras dos figuras como a Sigmund y Oliver que caminaban a su lado con total naturalidad.
Picco y Lihem se habían acercado al ver a Áran mirar por la ventana y también habían sido testigos de la escena. Se fueron a dormir intranquilos con aquella misteriosa escena en su cabeza.
S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer. P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos instrucciones vuestras. A, L y P.
Los elfos se retiraron a su habitación y pronto se dispusieron a dormir conscientes de que el día siguiente sería duro y posiblemente ajetreado. Se despertaron en cuanto el sol se asomó por el horizonte, bajaron y comieron algo para desayunar mientras esperaban a que Calypso contactara con ellos tal y como estaba acordado.
Lo siento, no tenéis mucho que hacer hasta que Calypso hable con Sigmund y este le diga lo que debéis hacer.
El corazón de Sigmund, no pudo evitar ablandarse por la historia de la vida de Gurt que, como muchos otros a los que había conocido en el campo de batalla, su vida empezó a ser miserable al volver de la guerra. Y habiendo pensado muchas veces que eso mismo le podía haber pasado a él, decide darle una oportunidad al hombre.
Esa noche, antes de subir, y con la escusa de conseguir agua para la noche, se separa de Oliver unos instantes para corroborar la historia de Gurt con el tabernero, dándole a este una propina extra por la información.
Habiéndose fijando en que habitación va a dormir esa noche Gurt, el guerrero antes de regresar a su habitación, cuela una nota en la habitación del hombre desfigurado que rezaba así:
"Buen hombre,
Si alguna vez os cansáis de la vida en Port Voynord,
Dirigíos al pueblo de Corlan al este. Allí buscar al herrero Patch.
Decidle qué vais de parte de un guerrero que hace tiempo le salvo la vida.
El os dará un duro pero buen trabajo, un sueldo y una casa.
Aunque siempre podríais probar antes a decirle a vuestra dama que la amáis.
Mucha suerte en esta desdichada vida."
Y finalmente, Sigmund duerme a pierna suelta esa noche.