Partida Rol por web

La gema de Willem

Capítulo II: Camino del sur

Cargando editor
11/10/2010, 09:48
Sigmund Belmond

Sigmund miraba la escena con preocupación, la aparición del mono y su captura no auguraban nada bueno. Dirigió su mirada hacia Thorin y con voz fría le sugirió- Destrúyela con tu hacha Thorin, si es algo que traía ese mono, mejor no tenerlo con nosotros. Además la magia negra siempre se sirve de este tipo de gemas.

Se levanto de su saco y camino hacia el mediano- Bien hecho Picco, podríamos intentar agarrarlo por el pescuezo con un guantelete como el mío con la bolsa bien cerrada en torno a él, así podríamos ver si es el mismo mono y si tiene alguna herida.

>> ¿Que me decís? ¿Alguna otra idea?

 

Cargando editor
11/10/2010, 10:36
Picco

Picco sonrió orgulloso cuando Sigmund le felicitó por la captura. No era muy mañoso en tareas que requiriesen velocidad y destreza, pero unos años atrás había tenido que lidiar con una familia de escurridizas ratas en una de las bodegas del palacio. Había requerido un gran esfuerzo pero al final las había conseguido capturar a todas. El mono aquel había resultado algo más sencillo de atrapar pues cuando el mediano se despertó permanecía absorto en aquella piedra blanca.

- No sé si será el mismo, pero si no lo es, es muy parecido. Por otro lado, no parecía estar herido ni presentaba señales de haber sido ensartado con una flecha.

Cargando editor
11/10/2010, 14:49
Oliver Trastel

Algo despertó a Oliver mientras dormía plácidamente. Se despertó desorientado, no sabia que pasaba, el sueño se acumulaba en sus ojos y su mente apenas podía reaccionar a los estímulos que eran ajenos a el. Poco a poco iba cobrando conciencia y lo primero que le vino a la vista fue la figura algo distorsionada de Picco alzando una bolsa en la cual decía que dentro estaba el mono que robo la joya de Nae anteriormente. ¿ pero como es posible ?, si Nae hizo un disparo certero y la flecha estaba totalmente limpia, sin rastro de sangre, y aquel disparo era mortal de necesidad.

Oliver se levanto torpemente y limpiandose los ojos de las legañas que en ellos habitaban se acerco a picco y con un par de golpes suaves en el hombro de el mediano le dijo intentando limar asperezas...... Bien hecho picco, ahora veamos si es el mono que robo el amuleto a Nae.

Oliver aprobó la idea de Sigmund con un gesto de cabeza y se aparto un poco para dejar espacio a su amigo para sacar al mono de la bolsa.

Cuando el mono fue expuesto al grupo nos dimos cuenta de que aquel mono era bastante parecido al que todos teniamos en mente pero parecia imposible que fuera el mismo ya que no parecía tener ninguna herida.

- Amigos, creo que este no es el mono que todos esperabamos ver.

Cargando editor
11/10/2010, 15:50
Thorin

Thorin miró la piedra tras las palabras de Sigmund.''De todas formas, no es nada importante''pensó el enano cuando se le pasó por la vabeza que quizás seria una estupidez.Así que sin mas dilación, el fornido enano colocó la piedra sobre una roca grande y preparó su hacha, colocandola sobre la blaca piedra, para levantarla tras su cabeza y descargar sobre ella un potente golpe.

Cargando editor
11/10/2010, 22:20
Aeldar Tinúviel

Tras la dura jornada anterior y el encontronazo con aquel sospechoso mono, Aeldar cayó rendido cuando pararon a descansar.

No duró mucho el descanso, puesto que de pronto el elfo se despertó sobresaltado por los gritos que emitía Picco, alegando que había capturado al mono del otro día.

No puede ser, ¿cómo lo has hecho? Aeldar se levantó y fue enseguida a corroborar lo que acababa de oír asomándose al saco donde se encontraba.

Pues parece el mismo, pero no veo ninguna herida en él. Aún así bien hecho Picco. Dijo el elfo dándole una palmada en la espalda al mediano, que parecía realmente emocionado.

Cargando editor
12/10/2010, 00:39
Naedunëa Elwing

Poco a poco todos se fueron despertando y acercándose al lugar donde Picco tenía al mono.

-Picco no te hice esas preguntas por mal, simplemente creo que es importante saber de donde apareció y si pudiste verlo para averiguar si hay alguien detrás de todo esto-dijo Nae al mediano a modo de disculpa por la manera en la que le había contestado anteriormente.

La joven elfa vio como Thorin cogía la piedra y al ver que no era nada importante la partía en pedazos. Decidió entonces inclinarse para ver al mono.

-Sin duda es exactamente igual que el del otro día pero no tiene ni un rasguño y todos pudisteis ver como le daba con mi flecha...es todo tan extraño...-Naedunëa decidió retirarse a pensar en todo aquello que estaba sucediendo mientras sus copañeros seguían mirando para aquel mono.

Cargando editor
12/10/2010, 11:51
Director

Tras varios minutos debatiendo acerca del mono decidieron atar el saco y mantenerlo cautivo. Volvieron a dormir y cuando el sol se asomó en el horizonte reemprendieron la marcha. Se encontraban a menos de una jornada de Port Voynod, así que Picco se acercó a Sigmund y le habló en voz alta para que todos lo escucharan.

- Llegaremos esta noche a Port Voynod, así que mañana por la mañana tengo que ir al puerto a hablar con el contacto y arreglar lo del barco. Si quieres puedes mandar a alguien que me acompañe o puedo ir yo solo. Aquí en Port Voynod no llamaré la atención, pues la gente me conoce como sirviente del duque.

El grupo se debatía entre dormir a la intemperie a las afueras del pueblo para no llamar la atención o darse un respiro y hacer noche en una posada. La segunda idea era tentadora y Picco aseguraba que conocía al posadero y podría convencerle de que mantuviera en secreto que alojaba al grupo. Cerca del mediodía, a unas horas del pueblo, alcanzaron un claro donde en el centro se elevaba una vieja ruina de una torre de guerra. Tenía unos diez metros de alto y unos seis o siete de diámetro, y en el lado suroeste una abertura de piedras desprendidas se abría desde la base hasta el techo permitiendo entrar por el hueco pero manteniendo el interior en penumbra. Tras comprobar que no había nadie por los alrededores se acercaron a la torre y aprovecharon las piedras que había en la base para sentarse y comer algo.

Llevaban varios minutos allí cuando desde lo alto de la torre llegó un cansado y desesperado bufido...

Cargando editor
12/10/2010, 12:00
Liozard

- Brrrrrffffffff... ¡Maldito renacuajo despreciable! -el grito llegó desde lo alto de la torre con total claridad. 

A continuación una piedra salió despedida y cayó a escasos centímetros de Aeldar. Una serie de ruidos de objetos arrastrados llegó hasta ellos.

- ¿Dónde estás, simio endemoniado? ¡Sal ya, bastardo!

Una vieja bota se proyectó desde lo alto para alcanzar a Thorin en un hombro, que a pesar de no sufrir lesión ni mal alguno gruñó molesto.

- ¡Cuando te pille te voy a desmembrar, botarate peludo! -gritó el anciano

El saco que guardaba al mono se agitó sonoramente cuando este grito llegó a ellos. Las voces y los ruidos cesaron. De pronto una cabeza se asomó por la grieta. Se trataba de un anciano con una poblada cabellera blanca. Sus cejas, al igual que su bigote y su barba estaban exageradamente pobladas y en ese momento los miraba ceñudo.

- ¡Buenas noches caballeros y señorita! Mi nombre es Liozard ¿Qué les trae por aquí? ¡No importa! ¿No habréis visto a un pequeño...? -se calló cuando vio a Caypso -¡Calypso! Viejo clérigo ¡Buenos ojos te vean! Me preguntaba donde estabas. Había viajado al círculo de piedra y me contaron que te habías marchado hacia el norte... -el anciano se apartó de la grieta y siguió hablando hasta que su voz se apagó por completo. Al poco, volvió a ser audible a medida que bajaba las escaleras del interior de la torre. Aparentemente no había dejado de hablar -...y entonces me dice, "Ha sido el maldito duende rosado". Jajajaja.

Estalló en una sonora carcajada cuando alcanzó la base de la torre, pero al ver al grupo de nuevo lo hizo como si lo cogiera por sorpresa y los viera por primera vez.

- Buenas noches caballeros... y señorita -cuando vio a Calypso de nuevo pareció de nuevo sorprendido -¡Calypso! ¡Que alegría viejo amigo!

Se acercó a él con los brazos extendidos y una sonrisa detrás de su poblada barba.

Cargando editor
12/10/2010, 12:14
Director

Calypso reconoció el rostro de Liozard en cuanto lo vio. Era el mago que había realizado su profecía. Un loco pero brillante mago cuyos poderes superaban a los de cualquier otro que el clérigo conociera. Era excéntrico y disparatado, pero Calypso lo conocía y sabía que tenía buen corazón a pesar de que parecía no respetar ni temer nada.

Cargando editor
12/10/2010, 14:27
Áran Piedra

Áran descolgó su arco, cogió una flecha y lo tensó en dirección al viejo, mientras decía:

-Si este es el dueño del mono, entonces él le da las órdenes. Si el jodido mono inmortal que nos quiere matar es nuestro enemigo, entonces si matamos a este tres veces maldito mago el problema se resuelve, ¿me equivoco?

Dió un paso al frente decidido a disparar.

Preferiría sacarle las tripas con mis dagas y cortarle la cabeza con mis espadas, pero es mejor no darle tiempo a hacer magia...

Cargando editor
12/10/2010, 16:04
Oliver Trastel

Las voces de un hombre en lo alto de nuestro momentaneo cobijo nos sobresalto a todos. La reacción mas inmediata de Oliver fue levantarse y empuñar su espada corta, alerta por si aquel hombre estuviera acompañado por alguien mas y que todavía el grupo no hubiera adivinado su presencia.

La voz de aquel hombre hizo movilizar al pequeño mono cautivo el cual empezó a revolotear dentro del saco de tela.

Aran enseguida se puso en guardia y tenso su arco con la intencion de destensarlo contra aquel viejo hombre...Tranquilo Aran, dejemos que se explique este buen hombre. Oliver echo una mirada a Calypso ya que parecía que era un viejo conocido de Liozard.

Cargando editor
12/10/2010, 20:20
Aeldar Tinúviel

Una jornada para Port Voynod. Pensaba Aeldar mientras continuaban su camino con el mono cautivo dentro de un saco.

Antes de llegar al pueblo el grupo decidió parar a comer algo y descansar un poco en una vieja torre situada a las afueras del pueblo. Mientras comían, de pronto se oyó una voz que parecía provenir de lo alto de la torre, para acto seguido caer una piedra justo al lado del sorprendido elfo.

¡Qué pasa! ¿Quién anda ahí? Dijo Aeldar levantándose bruscamente de su sitio echando mano de la empuñadura de su espada.

Se trataba de un hombre anciano que tras asomarse unos segundos comenzó a bajar por las escaleras mientras hablaba sin parar, y para sorpresa del elfo, pronunciándo el nombre de su compañero Calypso.

Cargando editor
12/10/2010, 23:56
Calypso Darren

Calypso se quedó pasmado al oir la voz del anciano en las alturas de las ruinas de la torre a la que acaban de entrar:

"...no... no puede ser... " Pensó para si. "Por Pelor y todos los dioses de los cielos... no puede estar aquí... es su voz...¡¡pero es imposible!!"

Pero allí estaba el anciano frente a él, el viejo Liozard, y se aproximaba a él con una sonrisa y extendiendo sus brazos en señal de un gran abrazo. Calypso estaba anodadado.

Sin embargo, al ver a Aeldar y a Óliver echar precavidamente mano de sus espadas, pero sobre todo a Áran apuntándole con su arco decidido a disparar, Calypso supo que debía actuar rápido. Se avalanzó rapidamente hacia el anciano, recibiéndolo en sus brazos, e interponiéndose entre el mago y la trayectoria de la flecha -¡¡Yo también me alegro de verte, amigo!! ¡¡Tan inesperado como siempre!!!- Tras el fuerte abrazo, se encara hacia sus compañeros, levantando los brazos, pero cubriendo con su cuerpo a Liozard.

-Tranquilos, compañeros. Conozco a este anciano. Es el portentoso, sabio y a veces algo ... eeeerrrrrr... excentrico ....mago Liozard. No temáis. ¡¡Fué él, el que me envió a ayudar al Duque en tan sagrada misión...!!- Calypso se gira y guiña el ojo a Liozard - A propósito, creo que hemos encontrado a tu mono

Notas de juego

Aaaaah..... si claro ....eeeerrrr... el díscolo mono del mago Liozard....   

^^U

Cargando editor
13/10/2010, 00:25
Thorin

-¡POR LAS BARBAS DE MARTHIAR NORTH!-Exclamó Thorin empuñando su enorme hacha.Se encaminó a la torre entre sonidos de metales saliendo de sus vainas cuando de pronto la cabeza de un anciano salió de una cavidad de la torre.Parecia que habia reconocido a Calypso.Con un gruñido se apoyó sobre su hacha y atendió a la conversación que mantenian en unos instantes el anciano y el clérigo.
El enano preferia mantenerse al margen de todo aquel que pudiese estar relacionado con la magia.Se sentia ligeramente enfadado y cascarrabias.El pan de elfo que acababa de comer le estaba revolviendo las tripas.

Cargando editor
13/10/2010, 00:34
Naedunëa Elwing

A la mañana siguiente continuaron con el viaje que les llevaría a embarcar en Port Voynod. Si todo se da bien llegaremos cuando caiga la noche-Iba pensando Nae cuando vieron unas ruinas en las que parar a almorzar. Al poco de estar allí sentados diversos objetos cayeron de la torre abajo y empezaron a escuchar una voz. Y como de la nada, surgió la cabeza de un anciano que al parecer era un viejo amigo mago de Calypso. Pero lo más importante es que el mono era suyo.

-Calypso, no te preocupes que a tu amigo no le va a pasar nada pero es importante que nos explique lo del mono...¿no os parece?-Le preguntó Nae a su compañero

A continuación se adelantó hacia Liozard y se presentó. Hola soy Naedunëa Elwing y debo decirle que su mono nos ha causado algunos problemillas que espero nos pueda explicar.

Cargando editor
13/10/2010, 02:44
Lihem Elitzur

Lihem se encontraba sentado comiendo algo con sus compañeros, mientra contemplaba a su nueva amiga "Shar-Hak-Dok". Cuando de repente, empezaron a caer cosa alrededor del grupo, tras el sobresalto y la explicacion, añadio. -En serio os conoceis? . . . y el mono es suyo? Creo que me he perdido algo. Su mirada corre entre calypso y Liozard con una expresion entre la sorpresa y la incredulidad.

Cargando editor
13/10/2010, 08:36
Liozard

El anciano mago se abrazó con Calypso y tras unos segundos se separó contemplando a los demás.

- Disculpen ustedes que no me haya presentado, mi nombre es Liozard, trigésimo segundo mago supremo de la orden de Liozard, perteneciente al ilustrísimo consejo de Liozard y vicedirector de la escuela Liozard de magia.

Con una exagerada reverencia a punto estuvo de perder el equilibrio y caerse al suelo. En cuanto se levantó de nuevo escuchó lo que los demás le decían. Cuando fue Nae la que habló, el anciano la miró fijamente.

- ¡Increíble! -dijo acercándose a la elfa- ¡No te muevas! -empezó a caminar alrededor -Es maravilloso.

Y sin más explicación observó a los demás detenidamente. De pronto reparó en el saco que se agitaba con el mono dentro.

- ¡Aha! ¡Ahí está, maldito embustero! -Liozard se internó de nuevo en la torre y salió portando un rudimentario arco -Ahora te tengo.

Sin previo aviso y sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo el mago cargó una flecha y la disparó al bulto que se movía en el saco, que se detuvo al instante. La flecha atravesó al mono y llegó a clavarse en la tierra. El mago alcanzó el saco, lo abrió y se puso a buscar algo dentro.

- ¡No está! ¡Maldición! ¿Qué habrá hecho? -agitó el saco vacío y lo tiró al suelo, desclavando la flecha del suelo y guardándola en el carcaj. A continuación extrajo un roído pergamino de un bolsillo y con una vieja pluma hizo una sencilla marca.

En ese momento, surgió un extraño brillo cerca de la base de la torre y como por arte de magia el mono se materializó. En cuanto fue totalmente corpóreo se metió en la torre rápidamente. El mago desesperado se sentó en el suelo.

- Fue una de mis primeras invocaciones. Me precipité. Siendo aún un niño quise invocar a un imponente gorila antes de poseer los conocimientos necesarios. Desde entonces esta traviesa y ridícula invocación revive y revive sin motivo aparente. Ayer me robó un cristal de cuarzo que necesitaba para preparar un artilugio ¿No lo habréis visto por casualidad?

Cargando editor
13/10/2010, 09:37
Sigmund Belmond

Tras todo el sobresalto y envainar su espada al ver que no había peligro alguno, Sigmund se acercó al mago amigo de Calypso- Me temo, buen hombre, que su cuarzo está destruido. Temiendo que el mono fuera una invocación del enemigo, ya que nos había robado algo muy preciado, destruimos el cuarzo que portaba por prevención.

Algo rondaba la cabeza de Sigmund y era que si el mono había aparecido varios días atrás robándole el colgante a Nae, debía ser que el viejo mago les estaba siguiendo, pero, ¿Por qué?

Cargando editor
13/10/2010, 10:39
Director

Liozard observó a Sigmund con detenimiento cuando le habló.

- ¡Oh, es una lástima! ¡Era un cuarzo magnífico! -se acercó más a Sigmund con el ceño fruncido murmurando algo de lo que el caballero solo pudo entender las palabras "no puede ser" e "imaginaciones".

Finalmente pareció descartar una idea y continuó hablando dirigiéndose a todos y gesticulando exageradamente.

- Lamento que esta pequeña rata de los árboles les haya importunado. Es muy dado a apropiarse de objetos ajenos, sobretodo cuando estos llaman su atención por su brillo. Llevaba varias semanas sin verlo. Supongo que lo abatisteis y por eso se reencarnó de nuevo a mi lado. Me encontraba trabajando en un... bueno, en un artilugio, y este endemoniado simio se me apareció y me robó el cuarzo ¡El único cuarzo que tenía y que necesito! ¡Brrrrr! Es curioso que os haya encontrado de nuevo. Puede que retenga algunos recuerdos de su anterior reencarnación... Por si os interesa esta es su centésimo nonagésimo octava vida -dijo el mago mostrando el papel que había sacado antes lleno de marcas de pluma.

El mago, que hablaba medio encorvado, se puso tieso de pronto como si le hubiese alcanzado alguna especie de rayo.

- Pero qué maleducado soy. Por favor, pasad a mi humilde y circunstancial hogar. Podéis cobijaros de la fría noche de otoño -dijo el mago haciendo un gesto al firmamento en el que el sol brillaba con plenitud en lo más alto de su recorrido.

Acto seguido se internó en la torre. Con un rápido vistazo desde el umbral, el grupo comprobó que la torre se encontraba llena de objetos cada cual más extraño, con una precaria cama deshecha, y diferentes utensilios de cocina usados. Sigmund aclaró sus dudas al darse cuenta de que el mago parecía llevar allí varios días.

El mago se había sentado en el interior de la torre y aparentemente se había olvidado de su reciente invitación. Ahora se encontraba guardando objetos en una mochila murmurando "este sí... esto me hará falta... ¡Mil demonios, esto sobra!".

Cargando editor
13/10/2010, 14:18
Áran Piedra

Ese hombre está loco... debería acabar con su sufrimiento y evitarnos así más desgracias con su maldito mono...

Dormir en la casa de un mago o sus cercanías no era el ideal de tranquilidad para Áran, sobre todo teniendo en cuenta al mono. Aunque guardó el arco, se cobijó bajo la capucha de su capa y se cubrió todo el cuerpo con ella, de manera que nadie viese la daga que empuñaba. La próxima vez que algo apareciera no le pillaría por sorpresa.