Partida Rol por web

La gema de Willem

Capítulo II: Camino del sur

Cargando editor
18/10/2010, 01:58
Thorin

Thorin gruñó satisfecho al escuchar la elección del guerrero.Queria estar cerca de aquel mago, le agradaba ser él el que le vigilase.Tras la aparición del ser volador Thorin habia estado mas ausente y cabizbajo de lo normal.El hecho de llevar un mago en el grupo no le agradaba demasiado, pero aceptaria con honor cualquier carga con tal de ayudar.Así, con un gruñido de aprobación ante la idea de dormir en un colchón y el sabor de la cerveza perfilandose en su mente, el enano sonrió por primera vez tras casi un dia.

-Bien compañeros, me gusta el nombre de Puerta Dorada, así que vamos para allá.Nosotros entraremos primero, si te parece bien Sigmund, entrad los demás en una media hora o así.Nos vemos.-Cargando su hacha de nuevo, el enano miró a sus altos compañeros de habitación.

-Calypso, si me invitas a una ronda te cuento un par de batallitas...y a tu amigo tambien.-Thorin guñó con picardia al semielfo, pasando su mirada por el extravagante mago.Aquella noche iva a ser interesante.

Notas de juego

Sigmund, eres brillante ^^

Perdonad que haya tardado tanto, pero vuestro cabezota enano preferido está de vuelta^^

Cargando editor
18/10/2010, 13:03
Sigmund Belmond

Después de la contestación de Aran, Sigmund miro a la elfa y le susurro también - Ves, Áran es un buen chico, además tiene pinta de saber desenvolverse bien en las calles, creo que es el más indicado para vigilar a Picco. Por si fuera poco, Lihem es un noble y sabe lo que se hace, con el estarán seguros.

Escuchando todo lo que decían sus compañeros, mientras iba asintiendo "parece que se agradece el pasar una noche en una cama y comer algo caliente para variar".

Cuando todos hubieron hablado, prosiguió - Bien, entonces iremos entrando a intervalos, el grupo de Nae y Calypso irán a la Puerta dorada y el resto a la otra. Iremos intercalando llegadas a las posadas, así pasará bastante tiempo entre que un grupo entra a una misma posada y otro.

>>A la mañana siguiente- dijo mirando a Áran, Lihem y Picco. - Iréis a finalizar los términos del embarco. Cuando sepáis que barco es, que amarre, y hora de salida, nos lo hareis saber a Oliver y a mí con una nota o como veáis conveniente sin ser llamativo, será fácil ya que estamos en la misma posada.

Se aclaro la garganta y tomo aire para proseguir, su voz seguía siendo más cálida y cordial de lo normal- Finalmente... -cruzo los brazos y se llevo la mano al mentón de forma pensativa- Calypso y alguien más de su grupo, se reuniran con Oliver y conmigo - Los ojos de Sigmund se posaron en la cara de Calypso- En la tienda de aventureros más concurrida y ahí os diremos el plan discretamente. Despúes ya os encargareis de avisar a Nae y Aeldar.

El guerrero se acerco hacia el mediano cogiendo un palo y dándoselo para que dibujara un pequeño mapa le dijo:

Indícanos como llegar a las posadas y donde está situada la tienda, por favor, Picco. 

Tras saber y memorizar como llegar a los sitios, Sigmund se subió a su caballo - Nosotros seremos los últimos en marchar - dijo a su viejo amigo paladín- no hace falta que os diga que ante todo discreción y Picco, consigue que el barco zarpe a partir de la tarde para que podamos completar el plan, preferiblemente la noche.

Nos vemos entonces, amigos, id con cuidado.

Notas de juego

Ale tocho final xDDD

 

Modificado, Gracias Nae. COsas de escribir rápido jajaja

Cargando editor
18/10/2010, 13:30
Naedunëa Elwing

Sigmund, el grupo de Calypso y el de Picco no están en la misma posada. Segun pusiste al principio tu y Oliver vais con el grupo de Picco y yo y Aeldar con el grupo de Calypso ;)

Cargando editor
18/10/2010, 13:44
Sigmund Belmond

Notas de juego

Modificado, Merci Nae ^^

Cargando editor
18/10/2010, 16:35
Director

El sol amenazaba con ocultarse en el horizonte cuando los viajeros decidieron hacer noche en Port Voynod y dividirse en grupos para no llamar la atención. Así, el primer grupo compuesto por Nae y Aeldar abandonó el bosque para dirigirse hacia la posada Puerta Dorada. Los siguieron Calypso, Thorin y Liozard que se dirigieron a la misma. A continuación el grupo formado por Áran, Lihem y Picco se encaminaron hacia la posada Cofre del Mar y finalmente, Oliver y Sigmund los siguieron a cierta distancia.

Notas de juego

A partir de ahora tened cuidado con los destinatarios. Dejo a vuestro criterio a quien tenéis que incluir como destinatario, pero no lo hagáis por ejemplo, con los que están en la otra posada xD

Cargando editor
18/10/2010, 16:37
Director
Esperaron convenientemente a que Calypso, Liozard y Thorin se alejaran, y cuando lo hicieron, se encaminaron al pueblo en busca de la posada Puerta Dorada. Nae conocía la ciudad, ya había acudido a ella y aunque no se había hospedado en las posadas (lo solía hacer en las viviendas de los nobles de la zona en virtud de invitada) estaba acostumbrada a moverse entre aquellos muros. Por el contrario, Aeldar no dejaba de sentirse incómodo internándose en las claustrofóbicas y artificiales poblaciones humanas, por suerte, en aquel momento las calles estaban bastante vacías y tranquilas.
 
 No les costó mucho encontrarla y comprobaron que a pesar de que la entrada al local no se correspondía con el nombre del mismo, un tenue resplandor salía por los bordes de la puerta dándole la apriencia de brillas. 
 
En cuanto abrieron la puerta se dieron cuenta de que el local estaba abarrotado y las gentes que lo ocupaban se encontraban celebrando algo. La multitud les dificultó localizar a Liozard, Calypso y Thorin, pero finalmente comprobaron que se encontraban cenando en una mesa situada en la esquina. Se encaminaron hacia la barra donde pidieron al posadero habitación. Este les otorgó una habitación doble de dos camas y les sirvió una copiosa cena en una mesa cerca de la puerta a la vez que les servía dos cervezas. 
 
- Esta noche celebramos la vuelta de un joven a la ciudad y este ha pagado varios barriles de cerveza para invitar a quien así lo quiera. 
 
Los elfos cenaron, bebieron y disfrutaron del espectáculo que ofrecía la fiesta en la posada. Los cánticos se sucedían y alegraban el ambiente. Durante un rato los dos compañeros olvidaron todas sus preocupaciones y se disfrutaron de aquella alegre fiesta que, aunque era totalmente diferente a las fiestas élficas, no dejaba de ser un momento de disfrute y algarabía.
Cargando editor
18/10/2010, 16:38
Director
Áran y Lihem fueron guiados por Picco a través de las diferentes calles de Port Voynod hacia la parte oeste de la ciudad. El mediano caminaba delante y los dos hombres a un metro de él en paralelo en parte porque era Picco el que conocía el lugar y en parte para dar esa apariencia de escolta. Allí, cerca de la zona portuaria, se encontraba la posada del Cofre del Mar cuyo exterior estaba compuesto totalmente de madera y sobre cuya puerta lucía un gran timón sobre un cartel que indicaba el nombre de la posada. Se adentraron en ella cuando el sol ya estaba oculto y el cielo mostraba un color azul eléctrico que anunciaba la inminencia de la noche.
 
Nada mas entrar observaron a los individuos presentes: dos marineros bebiendo en la barra, una pareja discutiendo en una mesa central y un personaje encapuchado instalado en una oscura y apartada esquina.
 
Se acercaron al tabernero, un hombre extraorinariamente bajo que sobrepasaba en pocos centímetros la estatura de Picco y solicitaron habitación. Se hicieron con una habitación triple y pidieron de cenar tras lo que se sentaron en una mesa alejada de los elfos donde llenar sus estómagos con el caliente estofado de la posada.
Cargando editor
18/10/2010, 16:38
Director
El curioso grupo formado por un clérigo, un mago y un enano se adentró en el pueblo siguiendo las instrucciones de Picco que les había indicado previamente la localización de la posada Puerta Dorada. Se encaminaron entonces hacia la zona este de la ciudad y no tardaron en comprobar que la puerta de entrada a la posada no hacía honor al nombre de la misma. Un colo amarillento parduzco que en su día podía haber pasado por dorado cubría toda la entrada. Sobre ella había un roído cartel con el nombre del local casi borrado. La imagen exterior no era demasiado alentadora. 

 

Todo cambió en cuanto cruzaron la puerta. El cálido ambiente del interior, acompañado por la alegre canción que entonaba la clientela de la abarrotada posada sorprendió a los tres y pareció alegrar inusualmente a Liozard que comenzó a moverse rítmicamente al compás de la canción. Calypso, temiendo que el mago se subiera a una mesa y se pusiera a bailar en cualquier momento puso una mano sobre su hombro y lo dirigió hacia la barra. Allí, un corpulento posadero los recibió con una sonrisa.  
 
- ¡Vaya! Resulta extraño ver al viejo Liozard acudir acompañado a la posada, pero supongo que no es sorprendente que su compañía sean un hombre y un enano ¿Qué desean caballeros?
 
Con una voz profunda y una constante sonrisa en la cara el posadero les indicó que la muchedumbre que abarrotaba el local estaban celebrando la vuelta a la ciudad de un hombre que se había marchado hacía más de un año hacia las tierras del este, pero que ninguno de ellos dormiría allí por lo que no tuvo problema en asignarles una amplia habitación triple. 
 
Los tres compañeros ocuparon una de las pocas mesas que quedaban libres y dieron cuenta de una cena a base de carne y patatas. Sin pedirlo siquiera, el posadero les sirvió una cerveza a cada uno al grito de: 
 
- Esta noche, el joven que ha regresado invita a las cervezas. 
 
Poco a poco los tres compañeros se empezaron a contagiar de la alegría y los cánticos de los presentes y no fueron conscientes hasta un rato más tarde de que Nae y Aeldar habían entrado en la posada y se habían sentado en un lugar convenientemente apartado del suyo, tal y como habían acordado.
Cargando editor
18/10/2010, 16:39
Director
Sólo quedaban Sigmund y Oliver en aquel claro del bosque. En cuanto hubieron esperado un poco y la noche ya domiba ael cielo sobre el día se encaminaron hacia la posada Cofre del Mar, una sencilla posada con un enorme timón adornando la puerta. En cuanto se adentraron en ella comprobaron que la clientela no era demasiado numerosa: un par de hombres (aparentemente marineros) bebían en la barra sentados sobre altos barriles dispuestos a modo de asientos. En el centro de la posada un hombre y una mujer discutían frente a sus platos de comida y en una esquina, un misterioso personaje permanecía oculto bajo una capucha. Al notar la mirada de los recién llegados, el individuo pareció encojerse y hundirse un poco más en las sombras de aquel rincón. Por su parte Áran, Lihem y Picco permanecían sentados en un lateral dando buena cuenta de sendos platos de estofado.
 
El tabernero, un hombre excepcionalmente bajo casi como un mediano, les atendió con total naturalidad. Les ofreció dos habitaciones individuales o una habitación doble de dos camas y optaron por esta segunda opción al considerar que era mejor no separarse.
 
Se sentaron en una mesa convenientemente apartada y cenaron lo que el posadero les sirvió. No se trataba de una cena exquisita, pero agradecieron comer algo caliente y la perspectiva de dormir en camas de verdad.
Cargando editor
18/10/2010, 16:41
Oliver Trastel

Entraron cautelosamente en aquel pueblo buscando su destino, La posada cofre del mar, las exactas indicaciones de picco para encontrar dicha taberna les sirvió para no perder tiempo inútilmente buscándola y vagando por aquel pueblo.

El recorrido se hizo en casi en silencio, siendo cautelosos ante cualquier extraño movimiento, eramos forasteros en aquel lugar y nunca se sabe donde puede estar escondido el peligro.

Nada mas entrar en aquella posada una bofetada de olor a comida atizo los sentidos de Oliver al que enseguida empezaron a sonarle las tripas pidiendo con gran fervor algo de comer.

Oliver Ojeo lentamente lo que se mostraba ante el. Una rápida mirada al local vasto para ver como estaba la situación. Enseguida reparo en alguien medio escondido en un rincón de la posada, el cual cuando noto ser observado se encogió levemente sobre si mismo. En ese momento Oliver golpeo con el codo levemente a Sigmund indicandole con un gesto de cabeza a aquel individuo... No voy a perder de vista a aquel tipo.

Sin mas demora, se dirigieron hacia el posadero al que se le pidió alojamiento y cena el cual amablemente accedió a las peticiones de los dos forasteros.

Los dos amigos se sentaron en la mesa asignada, Oliver tuvo la precaución de sentarse frente al rincón oscuro donde se encontraba aquel individuo, puesto que el gesto que tubo al sentirse observado a Oliver lo inquieto. Echo una mirada furtiva a sus compañeros viendo como estaban disfrutando alegremente de la comida y bebida mientras llevaban una amena conversacion... Jejeje, de que estaran hablando estos tres.

Apenas unos dias de viaje y ya hemos sufrido varios percances. Que nos deparara el destino amigo mio. Dijo el paladin mientras disfrutaba de la cena con su viejo amigo.

Los ojos de Oliver se posaron sobre la figura de Sigmund mientras este devoraba un jugoso trozo de carne regado con un buen vino. Cuanto tiempo hacia que no nos sentabamos juntos a disfrutar de una buena comida compañero.

Cargando editor
18/10/2010, 18:46
Áran Piedra

Acompañaron a Picco hasta la posada, donde consiguieron una habitación triple en la que dejaron su equipaje antes de bajar a cenar. Áran no era demasiado confiado por naturaleza, y menos con los hechos recientes ni el aspecto de los clientes de la taberna.

Marineros borrachos, capaces de empezar una pelea en cualquier momento. Ya me conozco a los de su calaña. Pero el que más me inquieta es el encapuchado.

Como muestra de confianza se quitó por primera vez en lo que llevaban de viaje la capa, y se colocó un olgado jubón. Dejó sus espadas en la habitación, junto a su arco y dos de las dagas. Mostraba atada al cinturón una daga que pensaba usar para comer.

Cuando se disponían finalmente a bajar a la sala común, Áran se dirigió a sus compañeros:

-Picco, me gustaría que me contases cómo de amigo es el dueño de la taberna, y cómo anda la moralidad de la guardia de la ciudad (si aceptan sobornos, hablando en plata). Cuando bajemos abajo, mientras nos sirven la comida tengo pensado un plan en el que no quiero que intervengais ninguno de los dos a no ser que se me vaya de las manos. Aseguraos también de que los otros dos no intervengan. Espero no tener que llegar a las manos, pero la seguridad de nuestra misión debe anteponerse a todo. Si aparece la guardia y no puedo escapar de ellos, actuar como que no me conocéis. No debemos arriesgarnos todos a caer en una trampa. ¿Puedo contar con vosotros?

Notas de juego

La daga élfica y la modificada en la noche de la pesadilla siguen en su lugar hasta que diga lo contrario, master.

Cargando editor
19/10/2010, 02:12
Lihem Elitzur

Lihem ya podia saborear la cena que pronto tendrian ante la mesa cuando el mensaje de Áran le sorprendio - Como?

-Como? Que pretendes hacer? Sigmud está al tanto de esto? . . . Áran, confio en tu criterio . . . pero no hagas ninguna locura, quieres? No podriamos ayudarte? - Sinceramente esta situacion no me hace ninguna gracia, para una noche relativamente tranquila que podiamos tener.

Cargando editor
19/10/2010, 08:39
Picco

Picco se mostró sorprendido ante el comentario de Áran.

- Ehh... bueno, tenemos relación posadero-cliente, cada vez que vengo a Port Voynod me alojo aquí. Supongo que atenderá alguna petición que le haga pero no te prometo nada.

Lihem se mostró reacio a apoyar la misteriosa iniciativa de su compañero, mientras tanto Picco le daba vueltas a algo.

Áran, ¿puedo hablar a solas contigo un segundo? le dijo en cuanto Lihem terminó de hablar.

Acto seguido los dos se apartaron un poco y hablaron en privado durante unos segundos

Cargando editor
19/10/2010, 08:42
Picco

Picco habló con total franqueza cuando estuvo a solas con Áran.

- Áran, tú y yo no empezamos nuestra relación con buen pie, pero creo que podemos ayudarnos mutuamente. Prometo ayudarte en lo que te propones si tú me apoyas a la hora de decidir si puedo acompañaros en vuestro viaje a partir de aquí. Simplemente quiero que me ayudes a convencer a los demás de que soy de confianza, y que llegado el momento, apoyes que yo os acompañe en vuestro viaje hacia el sur ¿Puedo contar contigo?

El mediano escrutó a Áran con la mirada esperando una respuesta a la propuesta.

Cargando editor
19/10/2010, 08:46
Director

En medio de la fiesta que se estaba produciendo en la posada se empezó a formar un corrillo alrededor de una mesa con un grupo de hombres cantando y riendo alrededor. En uno de los momentos que un par de hombres se apartaron un poco, el grupo pudo ver que en el centro, sobre la mesa, el mono de Liozard bailaba animadamente.

- ¿De dónde ha salido esa pequeña bestia peluda? ¡Ya lo han vuelto a matar! ¡Bbrrrrrrrrr! ¡Maldito simio kamikaze!

Liozard gruño y bufó varias veces antes de terminarse la cerveza que tenía ante sí y pedir otra.

Cargando editor
19/10/2010, 14:49
Aeldar Tinúviel

Los elfos avanzaron por las calles de la ciudad hasta la posada donde pasarían la noche. Aeldar no era muy dado a visitar pueblos humanos, por lo que se notaba que no iba del todo a gusto, aunque aquellas calles no parecían muy transitadas, por suerte.

Entraron en la posada, y una vez hubieron cogido la habitación, se sentaron a cenar mientras las gentes de alrededor festejaban la vuelta de un joven a la ciudad.

Debe de ser alguien importante para haber montado todo ésto. Comentó el elfo mirando a Nae mientras cenaban y disfrutaban del ambiente.

Cargando editor
19/10/2010, 14:57
Áran Piedra

La mueca que se dibujó en la cara de Áran no podría identificarse con palabras humanas: asco, odio, sorpresa, temor, ... sí, temor, algunos temores antiguos le asaltaron al recordar en la magia negra del duque y sus sospechas inciales hacia él.

-Creí que tu misión era arreglar las condiciones de nuestro transporte en barco, y que luego volverías con el duque a cuidar de su salud. ¡En ningún momento dijiste nada acerca de acompañarnos! Por los dioses, ¡decías que eras un criado y que carecías de concocimientos de supervivencia, lucha o cualquier cosa útil para la misión! Lo que necesitamos es un aventurero experto en su campo, ¡no un criado al que sorprendimos espiándonos porque dudaba de la lealtad de un miembro del grupo! ¡DE MÍ LEALTAD!

Soltó un fuerte puñetazo contra la pared, y el dolor de sus nudillos le ayudó a recuperar la compostura, al menos un poco. Se chupó la sangre que comenzaba a manar de los nudillos. Cogió aire e intentó contenerse para no sacar la daga y eliminar el quebradero de cabeza que representaba el mediano de una vez por todas:

-Bien, Picco, ahora vas a contarme qué es lo que pretendes exáctamente, cuál es tu verdadera misión y por qué quieres embarcar con nosotros si, supuestamente, careces de las habilidades necesarias para ayudarnos en nuestro viaje y solo resultarías un estorbo en el momento de luchar. Y esta vez quiero al menos una mentira que se mantenga en pié por si sola.

¡Relájate, Áran! Con todo el alboroto que estoy montando y el tiempo que esto me va a tomar, seguramente mi plan ya sea imposible de realizar, y el encapuchado haya ido a informar de que estamos aquí si en efecto era un espía.

Cargando editor
19/10/2010, 15:24
Calypso Darren

La posada, aunque no muy hernmosa, tenía buena comida, bebida y era un lugar caliente. Podrían descansar y recuperar fuerzas.

Cuando el posadero les puso las cervezas gratis a cuenta del jóven recién regresado, le contestó al posadero. -Muy amable, dele las gracias almuchacho y felicítelo de nuestra parte.-

Al ver al mono bailando, y tras un par de cervezas, Calypso se río -Ja, ja, ja. Pues a mí me parece muy gracioso, amigo. Para una vez que no está causando problemas. Déjale que se divierta. -

Al ver a sus compañeros entrar la posada, permaneció en silencio. Debían mantener su fachada.

Cargando editor
19/10/2010, 15:26
Naedunëa Elwing

Hacía mucho tiempo que Nae no viajaba a Port Voynod pero le alegró comprobar que la ciudad no había cambiado en absoluto. La noche ya había caído cuando encontraron la posada y las calles estaban bastante tranquilas, lo que contrastaba con el ambiente de la posada. Cuando abrieron la puerta pudieron comprobar que en el interior había un gran ambiente, se respiraba fiesta por todas partes. Después de que el posadero les diera la llave de su habitación los jóvenes elfos se sentaron en una mesa a cenar tranquilamente. Al entrar habían tardado un momento en encontrar a sus compañeros, estos se estaban situados no muy lejos e intentaban no mirar para ellos. Nae estaba pensando en el ave que habían visto en el cielo cuando Aeldar le habló.

-Sí, sin duda debe ser alguien muy querido por estas personas. Aeldar...ahora que nadie nos presta atención quería contarte que estoy algo preocupada por eso de aquello que surcaba el cielo... ¿fuiste capaz de distinguir lo que era? Nunca había visto nada parecido y creo que nos estaba buscando. Lindorie tenía razón cuando dijo que nos esperaban cosas oscuras en este viaje.- Nae agachó su cabeza, no tenía miedo pero aquello le inquietaba. Parecía que la noche iba a ser muy larga para ella.

 

Cargando editor
19/10/2010, 16:24
Picco

Picco se asustó al comprobar la reacción de Áran.

¿Qué clase de paranoia tiene este hombre? pensó para sí.

El mediano tensó el gesto convencido de no mostrar el miedo que sentía. Debía mostrarse firme.

- Lo cierto es que quiero acompañar al grupo hasta Willem porque soy el que más se juega en esta misión. Algunos lo hacéis por la aventura, otros por respeto hacia el difunto duque, tú lo haces por limpiar tu nombre... yo lo hago porque esas dos personas que queremos rescatar son mi familia. Son lo que queda de ellas, y porque el hombre que ha muerto hace unas semanas era un padre para mí. No espero que lo entiendas, pero por favor, controla tus impulsos.

El mediano dio media vuelta y se dirigió hacia los demás dando por finalizada la conversación y pensando si no se habría excedido en su valentía.

Quizás te has pasado Picco ¿Quien sabe lo que podría hacer este hombre en uno de sus ataques de ira?