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La hija de Chronos

Jornada 3: El sueño del príncipe Tenji

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04/06/2017, 16:55
Dastan

Tenji me animó, era un amigo increíble. Aunque el saber que se podía hacer para arreglar lo que estaba pasando me hizo sentir algo mejor también. En el fondo, lo que éramos Tenji y yo era una pareja de tercos. Habíamos llegado al castillo y subido y encontrado a su único habitante.

Nos invitó a tomar el té —Vaya, en Ora ya hemos visto que pasaba algo similar, pero sólo en una zona particular y lo arreglamos con un reloj que se hundía en la tierra.

Le ayudamos a ordenar la mesa para colocar las tazas y tomar el té con él de forma amable.

—Debemos buscar a alguien que tenga un poder similar... ¿Pero esa persona que tendría que hacer? ¿Ir a algún sitio? ¿Simplemente ocupar su lugar? ¿Y que pasa con la gente que hizo esa malvada magia? Tendríamos que encontrarlos también. 

Había tantas preguntas, pero me di cuenta que atosigaba a nuestro anfitrión. —Perdón, soy un preguntón. 

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06/06/2017, 19:33
Hamo

Llegaron al otro lado, y Hamo no pudo por menos que quedarse boquiabierto... otra vez. Desde que había emprendido su Viaje junto a sus nuevos compañeros - ¿qué demonios? ¡Amigos! - había visto cosas de auténtico ensueño, pero lo que estaba viendo ahora mismo escapaba a toda comprensión. Era un escenario sacado de novelas de fantasía, de caballería, de dragones y princesas.

¿​Era eso la vida real? ¿O sólo fantasía? Se sentía como atrapado en un corrimiento de tierras, sin escape de la realidad. Debía seguir adelante. Tomar las riendas de su propio destino.

Kivo le enseñó cómo hacerlo, pero dudaba que él tuviera tanto equilibrio como su compañero. Así que se descolgó en la cuerda, con las piernas cruzadas y avanzó lento pero seguro. Así no miraba abajo, porque sabía que se asustaría si miraba al vacío. Avanzar. Una mano detrás de la otra. Y cuando se quiso dar cuenta, escuchó la vocecita del Oobi y vio su manita extendida para ayudarle a subir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cruzar el Precipicio: 9

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11/06/2017, 12:57
Detlef

A Detlef se le ocurrían un montón de preguntas que podría hacerle a la bruja del bosque, después de ver cómo hacía aparecer el portal. Había oído hablar de los portales, claro. Pero solo como algo teórico, algo que supuestamente podía hacerse, que se daba en casos extraordinarios de alineaciones planares, o que ocurría cuando un grupo numeroso de magos elaboraba un ritual, on incluso cuando los dragones se despalazaban por la tierra. Pero esto no era una teoría. Era algo real que le estaba mirando en los morros, y que había sido convocado así, sin más, por la bruja. Como si fuese una magia que hiciese todos los días, como si fuese tan fácil para ella como para él era conjurar hojas secas o la luna en el cielo.

Pero no había tiempo. Sabía que le llevaría unas horas explicarlo, y a él quizás semanas o meses empezar a entenderlo... y sus amigos no podían esperar tanto. Los demás ya se habían metido en el portal, de modo que decidió aparcar su curiosidad para mejor ocasión y ayudarles.

Tras cruzar el portal, Detlef tuvo que frotarse los ojos para asegurarse de que no era algún efecto óptico provocado por la extraña luz. Las piedras flotaban en el cielo, pasándose a la torera las reglas de dinámica geodésica de Arcturus de Cromwell. Las flores que en su mundo sólo crecían en lugares muy específicos aquí proliferaban como si tal cosa. Bueno, eso explicaba muchas cosas, pero seguía siendo desconcertante. El color del cielo sugería una concentración de cobalto en el aire que les debería haber matado casi nada más entrar. Los restos de armas y armaduras parecían de un periodo temporal totalmente en contradicción con la arquitectura del castillo. Ni una sola de las reglas del mundo parecían aplicarse aquí.

Y por si fuera poco, había un precipicio. Y la única forma de cruzarlo era una cuerda. Con sus dotes físicas, sería un milagro que no se ahorcase con ella si intentaba cruzarla.

Sin embargo, ahí iba todos. Unos mejor, otros peor, Hamo y Kivo ya habían cruzado. Notó su voz interior, esa que solía aflorar cuando se enfrentaba a teoremas complejos y a textos por encima de su nivel. La voz que le decía que tenía que conformarse. Que todo el mundo tiene límites. Que cada cual nace para una cosa. Que forzarse no lleva más que a la desilusión. Que el no está hecho para balancearse en el abismo sobre cuerdas. ¿Qué pinta un erudito triscando sobre precipicios como las cabras?

Casi podía ver esa voz dentro de sí, su manifestación ante él. Tenía... es curioso. Tenía una figura un poco como su madre. O como Hilde. La buena, sencilla Hilde, de su pueblo de toda la vida. La Hilde que representaba estabilidad, comodidad, una vida sin desafíos. Normal. 

Miró a sus compañeros, a Kivo alargando su mano para tirar de la de Hamo. A Sasha, que nuca parecía tener un plan e ir donde la llevaba quién sabe que viento. Y miró a su propia voz interior.

¿Así que crees que puedes lapidarme y escupirme en el ojo?¿Así que crees que puedes amarme y dejarme aquí para que muera? Bueno, chica, no puedes hacerme esto. Tengo que salir. Tengo que salir inmediatamente de aquí.

Y dicho y hecho, Detlef dio un par de pasos firmes, se montó a horcajadas sobre la cuerda, y empezó a avanzar, con tirones enérgicos, pensando solo en sobreponerse a esa voz interior.

Y no pensando en que el peso de su mochila le iba inclinando...

Y no pensando que no había cogido bien la posición para montarse y tenía el cuerpo escorado. 

Y no pensando que cuanto más deprisa tironeaba para impulsare, menos equilbiro tenía...

No pasó mucho rato antes de que el aturullado joven se encontrase cabeza abajo, agarrado a la cuerda pero sin fuerza en sus endebles brazos para avanzar o retroceder, con el peso se su equipaje intentando tirar de él hacia el fondo del precipicio.

Y ahora qué...

- Tiradas (1)
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11/06/2017, 13:37
Sasha

El basto panorama que mis ojos tuvieron delante al cruzar el portal de la marmita, fueron suficientes para entender porqué el abuelo impulsaba a todos los miembros de la familia a reaizar el viaje. Para ver mundo y comprender que no es tan pequeño como nuestra pequeña aldea. Que fuera de nuestro hábitat acomodado había mil mundos y realidades que era necesario conocer (al menos en parte) para valorar más nuestra vida tranquila y nuestras siestas. Saber que ahí fuera había peligro y mil cosas mas.

Apenas soy consciente de como mis compañeros van usando la cuerda para pasar al otro lado. Me encuentro completamente absorbida por aquel mundo que parece desafiar toda ley en el mundo que conocía. Las piedras flotantes me hacen querer poder llegar a ellas y cazarlas... 

Sin embargo, algo llama mi atención. Detlef parece tener problemas en la puerta.

- !Ups...! - digo con una mueca con preocupación. Usando más destreza que fuerza, camino sobre la cuerda como hizo Kivo. Acercándome a mi compañero atorado, sin prisa pero sin pausa, sin perder el equilibro. Llegado a su altura - Tendrás que soltar tu equipaje, todo saldrá bien - me siento sobre la cuerda, acabando por quedar boca abajo, agarrada a ella con las piernas cruzadas en x. - Voy a soltar tu equipaje.... y después avanzaras poco a poco.

- Tiradas (2)
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04/09/2017, 18:59
Naga

Detlef consiguió cruzar con ayuda de Sasha, que soltó parte de su equipaje y lo dejó caer al vacío. No oyeron el golpe del fondo cuando las cosas llegaron abajo, porque estaba demasiado profundo como para ello. Que hubiera caído el viajero hubiera sido fatal. Los reflejos cuasi felinos de Sasha habían conseguido no solo que cruzara con facilidad sino evitar un accidente funesto.

Al otro lado y ante ellos se erigía el enorme edificio que habían visto, unas largas escaleras llevaban hasta la puerta de aquel fuerte, castillo o lo que fuera. Sin duda la envergadura del edificio era impresionante. Aquella especie de castillo que había al otro lado era enorme, hasta tenía un lago delante de él y estaba rodeado de una muralla. El edificio era diez veces más grande que el castillo del Reino del Peligro. Las hierbas crecían en sus muros, como si estos llevaran tiempo descuidados. Delante de ellos, los viajeros encontraron un enorme portón de madera maciza.

En el suelo había huellas que llevaban a un lateral del muro, parecía que lo habían escalado para llegar a la fortaleza. ¿Estarían sus amigos dentro?

Notas de juego

FUE+DES dif. 6 para subir.

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04/09/2017, 19:09
Morfeo

Morfeo soltó una carcajada y acercó una taza de té a los dos viajeros y al príncipe, se sirvió otra para él. El té olía muy bien, a tarde de verano. A un rayo de sol rozando tu piel y calentándola. A la brisa fresca del mar. A la hierba recién cortada y regada del jardín. A muchas cosas que evocaban recuerdos felices. Y es que en ese mundo las cosas no tenían porque ser degustadas solo con un sentido porque era el mundo de los sueños y todo lo imaginable era posible.

-Seguramente debáis buscar a quien obró esto, pero os será más fácil si encontráis antes a quien ocupe el cargo de Chronos- dijo con calma y dio un trago a su té. -Tengo entendido que Chronos una vez decidió mezclarse entre los humanos, o intentarlo. Se sabe que los dragones a veces lo hacen como guías de algunos viajeros, pero nosotros... Bueno, tenemos otro trabajo que hacer como para mezclarnos en vuestros asuntos...

Tocó la punta de su bigote con aire pensativo y luego retomó lo que contaba. -Se dice que Chronos se enamoró de una muchacha hace tiempo y bajó a vuestro mundo a observarla más de cerca. Las historias cuentan que la observaba y que incluso se dejó ver por ella un par de veces. Lo que no cuentan las leyendas e historias es que puede que de esa visita naciera una hija. De ser eso real, tendríais alguien que os ayudara en esta misión.

-Por mi parte creo que no podré hacer mucho más, nuestro acuerdo estaba cerrado y bien cerrado. Todos en tu reino van a quedarse dormidos, pero despertarán cuando se reinstaure el orden- comentó al príncipe Tenji. -Lo siento por eso, pero los desequilibrios en el tiempo crean desequilibrios en otros mundos.

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05/09/2017, 00:25
Hamo

Cuando Detlef se vio obligado a dejar caer parte de su equipaje al vacío, Hamo se asomó con cuidado mirando con cara de preocupación.

- Espero que no hubiera nada realmente valioso ahí dentro - mencionó, aunque viendo la capacidad para memorizar que tenía el sabio, probablemente sería capaz de volver a plasmar en papel todo lo que había terminado en el fondo del barranco - O a lo mejor, al ser un reino de sueños no lo has perdido realmente. ¡No pierdas la esperanza!

Aquel castillo era formidable, y se permitió unos segundos para verlo en toda su inmensidad. Sus murallas, capiteles y formas no se parecían a nada que hubiera visto antes. Ni siquiera en grabados, esculturas y pinturas, y se preguntó qué tipo de ingenios se habrían visto obligados a utilizar para erigirlo. 

- Este lugar merece ser recordado - pensó para sí, guardando esa imagen en su cabeza con intención de plasmarlo en el mango de su ballesta. Y diciendo esto, se dirigió hacia las enredaderas para ascender por ellas - Echaré un vistazo desde arriba y os confirmaré si hay peligro o no.

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Notas de juego

Trepar: 10

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05/09/2017, 14:57
Sasha

Lo que yo esperaba es que dentro del equipaje del compañero que había acabado en el abismo, no hubiera comida. Si, eso es lo que esperaba. Aquella fortaleza invitada a escalar y a hacer cosas divertidas. Por eso, sin pensarlo dos veces, sigo a Hamo muro arriba.

Cosas divertidas.

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07/09/2017, 12:21
Kivo

Kivo había pasado por la cuerda bastante bien y había ayudado en lo que pudiera a sus compañeros. ¡Pero se llevó un susto cuando el pobre Detlef casi no consigue pasar! Su equipaje, que seguro que tenía mucho libros, pesaba bastante y dificultaba las maniobras. Por suerte, la buena de Shasha fue rápida y Detlef consiguió pasar. Había perdido algunas de sus cosas, pero al menos no había perdido la vida.

A Kivo eso le dejó muy mala sensación y el disgusto en el cuerpo. ¡El compañero había estado a punto de caer al abismo! Ese nervio quedó ahí, en su cuerpo, y aunque creyó dejarlo atrás y olvidarlo cuando observó aquel castillo sorprendente, muy pronto quedó claro que le temblaban las manos.

Después de haberse maravillado con la fortaleza, de haber mirado hacia arriba buscando un final en las alturas para aquellas murallas, que para él eran como montañas, después de la sorpresa... llegó el miedo. Porque ese edificio imposible retaba a la razón y te hacía sentir muy, muy pequeño, diminuto, como una hormiga. Y esa sensación oprimía y se mezcló con el mal cuerpo que le dejó el susto de Detlef.

Por eso, cuando encontraron un acceso por el que escalar, le fallaron las manos y los brazos y, sin más, se cayó de culo a un metro del suelo. ¡Estaba nervioso!

- Tiradas (1)
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11/09/2017, 09:13
Dastan

A Dastan le daba reparo hasta beber un té que olía tan bien. Si olía tan bien... ¿Como sabría? En realidad igual si lo bebía quizá dejaría de olerlo. Y olía a recuerdos felices en playas lejanas bajo un sol suave, antes de refrescarse en el mar y pescar la comida de varios días. 

Morfeo les contó lo que debían hacer. Y que los habitantes del reino de Tenji quedarían dormidos. 

—¿Y Tenji y Kon y yo quedaremos dormidos también? Si ocurre no podremos buscar a esa hija de Cronos. ¿Sabes por donde podemos empezar a buscar?

Ya estaba pensando en como solucionar las cosas. Como contárselo a sus amigos para explicarles todo. Pero no podía hacer otra cosa, Dastan era así. Esperaba no quedarse dormido con la solución y una aventura delante. 

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13/09/2017, 16:24
Morfeo

Morfeo miro a Dastan por su pregunta y mesó su barba pensativo.

-Os permitiré despertar, pero tenéis un tiempo límite. Tenji tendrá que quedarse, dentro de poco no tardará en llegar su familia poco a poco. El castillo es grande y podrán quedarse el tiempo necesario- explicó, mirando a al príncipe, que asintió un par de veces. Comprendía que aquello era la mejor. -Sé que hay bestias peligrosas que rodean vuestro reino, pero podría controlarlas con algo de magia.

Fue entonces cuando miró a Kon.

-Es por ello que me ayudaría bastante que vuestro compañero se quedara- señala a Kon. -Siento su magia y una manera de mantener a las bestias fuera sería hacer crecer una enredadera alrededor del reino. Una grande que nadie pueda cruzar.

Kon parecía estar a favor de quedarse, si era por el bien común. Los Trece Reinos estaban en peligro y era necesario la ayuda de todos para restituir la normalidad. 

-Oh, parece que tenemos visita. Vuestros amigos han venido a buscaros...- sonrió y fue a preparar más té.

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13/09/2017, 16:24
Naga

Kivo cayó de culo, pero Detlef no fue mucho más diestro. Ambos necesitaron ayuda de sus compañeros para trepar por las piedras de la muralla. Tanto Sasha como Hamo subieron ambos sin mucha dificultad, por lo que ayudarles fue simple.

Con bastante esfuerzo, Kivo, Hamo, Detlef y Sasha subieron la muralla y la bajaron por una de las escaleras al otro lado. Aquello fue mucho más fácil. Quizás luego, si querían salir, podrían buscar el mecanismo que abría la puerta. Sería más simple que descender aquel enorme muro de piedra del otro lado, porque no era lo mismo subir que bajar. A no ser que te dejaras caer, pero ahí la gravedad era amiga de facilitar las cosas.

La puerta del castillo era grande y pesada y no tenía pinta de moverse fácilmente. Sin embargo, algún tipo de mecanismo hizo que comenzaran a moverse hasta abrirse con un chirrido de par en par. Frente a ellos había un vestíbulo enorme y sobrecogedor.

Tras atravesar el vestíbulo no tardaron en llegar a un enorme pasillo, que concluía en una gran sala. La sala parecía las enormes salas del trono, con techos altos, mucha luz y donde debiera estar el trono encabezando la habitación, había un sillón cómodo y vacío.

El sitio estaba tan abandonado que el polvo había comenzado a depositarse sobre el suelo, dejando una fina película gris. Además los pasos de los cuatro jóvenes retumbaban en la estancia. Hacía mucho tiempo que no se usaba, o que no había gente en aquel lugar como para que fuera útil. Aunque había unas huellas que bordeaban la habitación.

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14/09/2017, 06:42
Hamo

El majestuoso - y abandonado - castillo abrió sus puertas para ellos, permitiéndoles entrar a su interior. Allí, si no era ya evidente por las elefantiásicas piedras que flotaban alegremente sobre todo el escenario, había magia implicada. Magia poderosa. Con la boca abierta, observó las columnas que sostenían el subnivel que permitía, presumiblemente, observar coronaciones y audiencias desde un lugar privilegiado. Deslizó los dedos por ellas, disfrutando del mismo con que un artesano las había dado forma. Observó las esculturas y la forma del arco que enmarcaba al trono, sin reconocer un estilo definido.

Entonces vio las huellas en el polvo, y una sensación de desasosiego inundó su pecho. Pues sólo había un par de huellas ahí - ¿Dastan? ¿Kon? ¿Algún otro? - y eso podía significar muchas cosas. Quizás sólo perseguían un fantasma. Quizás era una trampa. O quizás alguien no regresaría jamás del Sueño.

Decidió seguir las huellas.

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13/09/2017, 17:00
Dastan

Mis amigos Tenji y Kon se quedarían en el mundo de los sueños. 

—Se que estaréis bien aquí, sobre todo si Morfeo cuida de vosotros y el reino. Yo intentaré encontrar a esa persona y tratar de conseguir que sustituya a Cronos. ¡Haz una buena enredadera, Kon!

Lo siguiente que dijo Morfeo me llenó de alegría. 

—¿Aquí, han venido al mundo de los sueños? —me apetecía verlos y contarles todo. Tenía que armarme de determinación, habíamos perdido muchos compañeros en el viaje, pero la parte más importante de la aventura estaba a punto de comenzar. 

 

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15/09/2017, 23:32
Kivo

Con ayuda, Kivo se recuperó enseguida y todos subieron por aquellas ciclópeas murallas. Todo era sorprendente. ¿Cómo se podría haber construido semejante castillo? Kivo era un oobi campestre que vivía en una región donde los edificios eran pequeños. El molino de Arti, el que está en lo alto de la colina del otro lado del Nogueral de las Lilas, era la construcción de piedra más grande por la comarca de Kivo. Las mansiones-panal que los duendes de las flores tenían en los gigantescos árboles-nimo del Bosque Nimo eran todavía más grandes. Pero Kivo no tenía claro que esas casas se construyeran, no que crecieran en o de los propios nimo.

Y los edificios, castillos y palacios de los humanos que Kivo había encontrado en su viaje también eran enormes. Cien veces mayores que el molino de Arti. Pero aquel sitio en el que estaban ahora se salía de cualquier intento de comprensión. Le sorprendía más el tamaño que el lujo o que la curiosidad de que la puerta se abriera sola. Al fin y al cabo, un mago podría haber hechizado la puerta. Pero ¿qué mago podría levantar todo aquello?

A lo mejor era el mago que había dejado las huellas en el polvo. Kivo se agachó a husmear.

– ¡Sigámoslas, amigos!

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15/09/2017, 23:39
Sasha

Al ver lo majestuoso el castillo por fuera, se me vino a la mente que estábamos profanando el territorio de alguien.Por ello, durante la escalada, experimento un hormigueo de nervios en la tripa. Quizá por si nos encontrábamos una bienvenida hostil... Aunque lejos eso, no nos encontramos nada. O mejor dicho, a nadie... Por algo si que hay. Entre otras cosas polvo y pelusas del mismo... ¡Pelusas!

Me despisto un poco con ellas, más impresionada por eso que por lo fastuoso (aunque abandonado) del lugar. No es hasta unos minutos después cuando me doy cuenta que mis compañeros están siguiendo las huellas que pareces haber marcadas en la capa de polvo del suelo. Y les sigo.

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26/09/2017, 11:53
Naga

El Castillo era realmente enorme, pero caminar por él solo les confirmó lo que ya temían. Ahí no había ni un alma. El polvo se acumulaba en los muebles y en los suelos. Las ventanas hacía tiempo que nadie las limpiaba y dejaban pasar la luz de forma débil, dejando parte de pasillos y habitaciones en penumbra. El lugar no tenía nada de amenazador tampoco, era como cualquier castillo de un reino próspero.

Tras deambular un rato encontraron en uno de los pasillos unas marcas de pasos sobre el polvo. Siguiendo los pasos llegaron al comienzo de una escalera, que parecía subir en caracol hacia una torre.

Los cuatro subieron las escaleras que llevaban a lo alto de la torre. Los escalones ascendían en una espiral de forma de caracol. El camino era largo y empinado, girando y girando alrededor de la torre. Casi se podría decir que era un mareo y para cuando llegaron arriba los pies les dolían. Allí vieron un montón de cachivaches e instrumentos que no sabían para qué valían.

En medio de ese piso había como una barandilla que daba a una segunda altura inferior, de esa zona se oían ruidos. Abajo se oía la voz de Dastan y un aroma delicioso a té llenaba la estancia. El té olía muy bien, a tarde de verano. A un rayo de sol rozando tu piel y calentándola. A la brisa fresca del mar. A la hierba recién cortada y regada del jardín. A muchas cosas que evocaban recuerdos felices y reconfortantes.

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26/09/2017, 11:55
Tenji

Tenji sonrió a Dastan.

-Cuando todo vuelva a la normalidad y si aún continuáis con vuestro viaje, me gustaría unirme a vosotros- dijo el príncipe, tomando la decisión de salir a ese ansiado viaje que llevaba tanto tiempo posponiendo. Porque Dastan le había gustado y sabía que el resto de sus amigos no podían ser desagradables si él iba con ellos.

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26/09/2017, 11:55
Morfeo

-Sí, están aquí, pero no han venido soñando. Ellos vienen mediante otras artes, por lo que no han dejado su cuerpo físico fuera y si les ocurriera algo en este reino, sería fatal para ellos- Morfeo se puso a repartir tazas en una bandeja mientras la siguiente remesa de té se calentaba. –En este lugar hay que tener cuidado porque a veces los sueños son peligrosos y a veces nos topamos con pesadillas.

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26/09/2017, 13:53
Hamo

Durante la ascensión, Hamo tuvo que detenerse en un par de ocasiones porque se agotaba y aquella ascensión le daba vueltas la cabeza. Con un gesto hacia sus compañeros para que se adelantaran, inspiró aire y se tomó el tiempo que necesito para completar la ascensión. Al fin y al cabo, estaban en un lugar desconocido que, aunque apacible, podría esconder trampas y enemigos para los que deberían estar bien preparados.

Cuando llegó a aquella sala llena de cachivaches, sus compañeros ya llevaban unos minutos allí, y fue por ellos que se percató de la voz que surgía del piso inferior. Apartando la necesidad de echar un vistazo a esos artilugios, frascos y libros - ¡no podía irse de allí sin comprobar qué eran! - se asomó a la barandilla con una sonrisa. ¡Era la voz de Dastan! ¡Y estaba sano y salvo!