Partida Rol por web

- Entendido, desde la GAT hasta los ALFA y BETA harán eso Sargento. - Digo de la forma más breve que me sale.

Todo parecía acelerarse por momentos, ya podían sentir como la horda se les echaba encima. La niebla ocultaba el horizonte, pero no cabía duda que en cualquier momento les atacarían, los bichos iban a lanzar un ataque descomunal al menos eso era lo que pensaba el artillero, si se habían cargado uno de esos enorme bichos tanques y les habían tirado de este pedazo de hielo que era la colina, eso tendría una respuesta y contundente, aunque no entendía muy bien que importancia tan vital tenía ese pedazo de tierra yerma.

Pero allí habían venido a hacer su trabajo, y eso es lo que estaban haciendo. Eso nos vendrá bien ... pensó en cuanto escuchó por radio que a pesar de los daños de los vehículos que controlaban los drones aéreos estaban operativos. Había llegado el momento, tenían que estar preparados, un poco más ... un poco más ... se decía a si mismo intentando no precipitarse a disparar antes de tiempo, y aprovechó para cambiar el modo de visión a infrarroja.

¿Por donde vais a venir hijos de puta? ..... 

Vandel se mantenía firme, quieto, esperando a tener una visibilidad de esa marabunta para abrir fuego en cuanto dieran la orden. Tenía el vector de tiro claro, pero para asegurarse, cambió el modo de visión a Infrarroja, a ver si así conseguía una visibilidad mejor.

-Vandel en su puesto y con vector de tiro asegurado, esperando órden de abrir fuego -informó al sargento y al resto de su unidad. Sabía bien donde iba a poner las balas y esperaba que no se le escapara ni un solo bicho.

La visión del campo de batalla a través del modo infrarrojo de su casco era, si cabía, más terrorífica. Una negrura infinita con una enorme masa rojiza que se acercaba imparable dejando una estela tras de sí. Parecía que por fin se encontraban frente a frente con el mismísimo infierno. Pero McNillon sabía a lo que se enfrentaban y estaba seguro de que esos arácnidos no tenían nada que envidiar a cualquier demonio mitológico. Por lo que abstraerse con la ayuda de su visor le ayudaba a concentrarse y asimilar lo que estaba por llegar.

Sin dejar de apuntar su morita contra el gigantesco bloque alienígena, Jenkins escucha a Rivas. -Recibido. Mis coordenadas son I60.- Le comunicó a su compañero. Con la visión infrarroja de poco serviría hacer señas con el movimiento que todavía imperaba en la defensa que estaban armando todavía. -Todavía queda sitio en primera fila para ver el espectáculo.- Bromeó sin perder de vista al enemigo. Los fugaces destellos y el sonido atronador de las ametralladoras de los TACs marcaban oficialmente el inicio de una nueva lucha a ultranza por mantener lo poco que habían podido ganar en esta fría y desangelada roca.

Frost recibió la comunicación de Miller mientras descendía del vehículo blindado.

- Recibido fuerte y claro Miller. Comunicaré el plan a todos los infantes. Dado a que tendremos a García ocupada manejando todos los drones, le cedemos el control de fuego de los geckos al escuadrón Eco -

- Los seis TAC UAV están comenzando a disparar supresivos cruzados sobre los flancos - 

Tarcus sabía lo que hacía, gracias a la correcta aplicación de sus abundantes drogas, el hombro de Frost se desinflamaba y volvía a estar operativo. 
- Buen trabajo soldado, se siente casi como nuevo... es una vieja herida - le comentó al médico de su unidad mientras se tocaba el hombro y los hacía girar lentamente. Luego agregó una leve sonrisa mientras recordaba la espina del rippler que lo había atravesado en el Fuerte Helado.
- Parece que esas criaturas voladoras me seguirán siempre... - meditó y se dispuso a bajar del vehículo.

Una comunicación le llegó por radio, escuchó atentamente, replicó a la brevedad y dio un salto, sintiendo nuevamente el suelo frío y calcinado nuevamente. Los supervivientes parecían inquietos algunos, otros, resignados a morir estaban más tranquilos, dispuestos a darlo todo.

Se comunicó nuevamente con su escuadrón por radio.

- Miller ha comunicado su estrategia: los geckos dispararán sobre los flancos, los drones apoyarán esto con fuego cruzado y finalmente nosotros vaciaremos el plomo sobre el frente central -

- Todos con fuego supresivo y visión infraroja, al menos inicialmente - Aspiró una gran bocanada de aire y continuó avanzando para colocarse en el perímetro defensivo.

- García, le he informado a Miller sobre la acción que han tomado los TAC y ha ordenado que los misiles disponibles serán reservados para objetivos específicos -

Comenzó a hacerles señales a sus hombres, nuevamente su posición con el estandarte de los Guardianes de Sirius haría de faro en la oscuridad que se cernía sobre ellos. El campo había perdido toda luz, era ahora negrura con pinceladas de colores claros... y delante una mancha roja, implacable, que no se amedrentaría ante nada.

- ¡Gatling! vamos a comenzar de nuevo el baile que ya conocemos, emplacensé en el perímetro y cuando tengan un tiro claro, centren fuego a discreción en el centro de la marabunta. Si tienen que moverse, busquen mi estandarte, no se posicionen demasiado lejos -

El ataque se viene encima y una gran marabunta de arácnidos viene directamente hacia nosotros a gran velocidad. Es probablemente la hora más oscura para todos nosotros pues estamos completamente solos en este momento. No tendremos apoyo alguno, no tendremos extracción y solo la muerte viene por nosotros.

Me muevo lo más al norte que puedo para poder situarme junto con mis compañeros y hacer una primera línea de defensa con la que atascar y detener a los atacantes. Solo una gran cantidad de fuego puede mantenernos con vida... por un tiempo.

El enemigo avanzaba apresuradamente en una clara carga total contra sus líneas. La visión infrarroja no les permitía ver aun a que se estaban enfrentado, pero fuera lo fuera se expandía por todo el horizonte y se hacia mas grande a medida que se acercaba. El vibrar de la tierra y el ruido que empezaba a escucharse ya, les dejaba en claro que enfrentarían a un número tan grande de enemigos con jamas antes en su vida lo habían conseguido.

Los infantes del escuadrón Gatling, tras llegar en el ultimo de los Geckos, se posicionaban ya en el centro del frente de batalla junto con el resto de infantes del escuadrón Eco y los otros escuadrones conjuntos. Así, ya todo estaba preparado y había llegado la hora de resistir o morir.

Stukov se giró hacia Frost cuando escuchó al Sargento hablar de re-posicionarse siguiendo a su estandarte. Tenerlo localizado ahora le ayudaría a tener una referencia cuando debiera hacerlo más adelante. Volvió la vista hacia la marabunta, comprobando su arma, comprobando la munición y quitandole el seguro, preparandose para disparar.

Vamos, Mijail. Saldrás vivo de aquí.

Cerró los ojos durante un instante y colocó una rodilla en el suelo, apuntando con el arma hacia la marabunta enemiga, estimando cuando entrarían en el rango de tiro optimo del arma para comenzar a disparar sin parar.

Avanzo poco a poco hacia la posición que me ha indicado McNillon. La defensa se está formando y todos están atentos al horizonte.

-McNillon...-voy a decir algo, pero se me va de la cabeza en cuanto estoy mirando al frente. -Se acabó- pienso mientras vuelvo a girar el arma para ver la munición que me queda después de haber recolocado algunos cartuchos.

Los segundos pasan despacio y a mi cabeza llegan pensamientos que no tienen nada que ver con lo que se nos viene encima.

-Joder, me he dejado la lizard en el gecko cuando hemos levantado el vehículo.

No es nada importante, pero con la sensación de que nos van a destrozar, un pequeño detalle parece relevante.

-Esto es una mierda, así no hay quien distinga nada más allá de un borrón.

- Recibido Gatling, en cuanto pueda me comunicaré con el Puesto de Mando informándoles de nuestra situación.

Mia no cejó en su empeño de abatir el mayor número posible de enemigos con los drones antes de que éstos se les echasen encima. Repitió su estrategia de diezmar los flancos. Estaba muy concentrada, tanto que ni reparó en los diálogos de sus compañeros (a no ser que recibiese una orden directa, pero su entrenamiento y disciplina militar ya le había preparado para actuar como un resorte ante la voz de sus superiores), pero la situación era demasiado para ella y el tiempo corría en su contra: no logró que todos los TACs abrieran fuego al unísono, pese a poner todo su ímpetu en ello. Concentración Mia... te necesitan...

- Capitán Tsumina - Mia optó por operar la radio para evitar la frustración - Aquí la Consejero Táctico de la Gatling. El contraataque arácnido a nuestra posición es inminente. Nos superan ampliamente en número. No obstante, la defensa está dispuesta en la colina. Contamos con 32 infantes, 6 vehículos de apoyo y 9 TAC-UVACs. Solicitamos órdenes. Cambio.

Frost avanzó a paso vivo pero sin necesidad de trotar, colocándose entre McNillon y el cabo White, en la esquina del frente que daba de cara a la marabunta que se acercaba.

Estaba en una posición cerca de Miller y desde allí podía estar equidistante de todos sus hombres, le importaba saber que tenían el estandarte a la vista. Estaba comprobado que aquello era definitorio para mantener la moral alta. Habían caido demasiados y no debían pensar en ello.

Otros ianfantes se movían cerca, se giró para ubicarlos rápidamente.

- Tarcus, ve hacia el norte, junto a Maynard. Rivas, colocate junto a Stukov -

Cuando terminó de hablarles se concentró al frente, los drones seguían disparando, aunque parecían detenerse por momentos, haciendo fuego unos y no otros.

Tomó su morita con ambas manos, lo colocó con cuidado contra el hombro y comenzó a apuntar hacia aquello que se movía más allá de la densa niebla. Respiró una vez, sintió su pecho expandirse, seguido de una punzada en el hombro y otra en el muslo. Al exhalar fue consciente de varios lugares por dónde el frío se colaba. El traje contaba con aislación e intentaba mantener junto a su cuerpo una temperatura agradable. notaba la forma en que trabajaba, pues sabía un poco de la teoría detrás de ello.
Sintió la firmeza de sus manos al tomar el arma, intentó controlar su pulso y centrar la puntería con la ironsight. Exhaló otra vez y pudo ver un leve vapor emerger y empañar el vidrio que le proyectaba en mundo filtrado por la visión infraroja.

Asiento a las palabras del Sargento y me muevo a una posición desde la cual puedo apuntar y disparar en contra de los enemigos que rápidamente vienen hacia nosotros. La cantidad es enorme, por lo que entiendo que solo el detener su avance es lo que puede darnos la esperanza de sobrevivir.

Apunto con cuidado sobre la zona y disparo con todo lo que tengo, intentando hacer movimientos que eviten el avance de los enemigos y les suprima por el miedo a la salva de municiones.

Desde su posición y con el visor activado, McNillon no veía más que una enorme marea roja que no cejaba en su avance. El modo infrarrojo no le permitía saber a ciencia cierta la distancia a la que se encontraban los arácnidos, aunque la niebla seguramente le hubiese supuesto un problema sin usar la visión infrarroja. No obstante, todavía podía percibir que se encontraban demasiado lejos como para que valiese la pena gastar una bala.

Con su morita siempre en alto, Jenkins continuó su particularmente tranquila guardia frente a la marabunta alienígena sin dejar de apuntar al sólido e imparable bloque. Los primeros disparos desde diferentes puntos de la línea que formaba la Federación ya se oían en aquella fría mañana, pero McNillon no se dejó arrastrar por la impaciencia. Sabía que no debía precipitarse si de verdad quería hacer que cada bala contase. Así que, con la respiración acompasada y tranquila, el fusilero apretó el gatillo en cuanto su intuición le indicó que lo hiciese liberando una certera ráfaga sobre el enemigo.

Estaban llegando los malditos bichos llegaban, no los veía pero ahí estaban. Dentro de la niebla que les cubría era difícil saber a que distancia exactamente estaban, o cuanto estaban por llegar pero no le cabía que iban a ser muchos. 

Ajustó de nuevo el visor, el modo infrarrojo parecía que iba a funcionar, colocó la shredder e intentó apuntar hacia donde intuía que el grueso de la horda iba a llegar. Una vez creyó estar en el punto corrector disparó una ráfaga supresiva, quizá así pudieran llegar de forma menos brutal hasta ellos.

Viendo que todos se adelantan para tener mejores posiciones para afrontar a la marabunta, entonces levanto mi posición y voy junto al resto. Me acuesto y tomo de nuevo una postura vigilante. - No se demoren muchachos, ya estamos por recibir visitas. -

El enemigo se encontraba ya muy cerca, en pocos segundos estarían sobre de ellos. El fuego de contención había iniciado ya, primero con los TACs que atacaban los flancos desde el cielo y luego con los infantes que disparaban sobre sus líneas apoyados por el poder de las ametralladoras gemelas de los Geckos, y todo ello complementado por el estruendoso poder de los Tunderstrike que con sus letales proyectiles hacían brillar todo el frente de un blanco brillante para después extinguir toda una zona de calor; la cual lamentablemente volvía a ocuparse en poco tiempo.

El enemigo se encontraba ya a solo unos 120m y avanzaba con decisión a pesar del fuerte poder de fuego al que era sometido. Al menos el plan inicial estaba funcionando y enemigo estaba siendo retrasado en su avance en los flancos, el centro por otra parte, apenas parecía sentir el efecto del fuego concentrado de la infantería. Dada la cercanía del avance, a pesar de la visión infrarroja, los infantes ya empezaban a distinguir formas pequeñas y grandes avanzando al unisono.

Hubo una espera eterna en las transmisiones para lo que Mia esperaría, tal como escuchaba, el operario de radio le comunicaba a alguien lo que había escuchado. Luego hubo silencio y voces a lo lejos. Y solo cuando parecía que habían olvidado responderle, el mismo capitán fue quien se puso en contacto.

-La órdenes son las mismas soldado- indicó el capitán. -Tienen que defender ese puesto a como de lugar. Por cada segundo que logren resistir menos infantes morirán y mas posibilidades habrá de conseguir la victoria. Ante todo, solo deben emprender la huida si ya no hay forma de retenerlos mas-.

Con la vista fija en aquella marabunta que se aproximaba, Stukov se quedó perplejo al ver como aquella masa rojiza iba creciendo cada vez más y más. Se quedó unos segundos en absoluto silencio, tragando saliva, y por un momento tuvo totalmente claro que de allí no saldrían vivos. Pudo sentir como el corazón se aceleraba, y como sentía la necesidad de dar media vuelta y salir corriendo por donde había venido, subirse a uno de los Armored Gecko y salir pitando de allí.

Pero aquello no habría sido de ser un soldado. De ser un buen ciudadano.

Sin contar que sabía que solo sobrevivirían si todos daban el máximo de sus capacidades, si cada uno sumaba su voluntad al a unidad y así podía imponerse al destino que se les desvelaba ante ellos. Por ello reafirmó su pulso sobre la morita, imponiendo su voluntad al temblor que ahroa sacudía sus brazos y cogió aire. ¡Vamos! Pensó mientras apretaba los dientes.

Alzó su arma, quitandole el seguro y apretando el gatillo solo para escuchar como la primera de las balas quedaba encallada en la recamara. - ¿Qué cojones? - Se preguntó, frunciendo del ceño y colocando el seguro para comprobar el arma. - Arma encasquillada. - Informó por radio a sus compañeros, procediendo a intentar sacar la bala mal colocada de la recamara y poder unirse a la orquesta mortal compuesta por decenas de fusiles que esperaban la marabunta.

Pero por desgracia, por el frio, no conseguía sacar de la recamara la maldita bala. - Venga... jooooder... no es momento... puta mala suerte... -

Mientras estoy acostado siento el temblor con demasiada claridad y ya no se si son los bichos los que me hacen temblar o es mi propio cuerpo al ver semejante cantidad de bichos. - Fuego supresivo al centro todos los infantes. García diles lo mismo a la Alfa y a... - Y ahí recuerdo que está con muchas más cosas para estar repitiendo órdenes. - ¿Miller cómo les damos órdenes a la Alfa Beta y demás? - Y supongo que sólo a mi se me ocurre preguntar semejante cosa en el medio de los disparos que van por suerte y por ahora de un sólo lado hacia el otro. Disparo de nuevo y con mucha menor puntería al no encontrarme tan concentrado, vuelvo a apuntar y vuelvo a fallar. Maldita sea, apunta bien hijo de put... Mascullo mientras saco el cargador y coloco otro en su sitio.