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La Ira de los Justos - La incursión de la Herida del Mundo

3. Entre las ruinas

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05/06/2014, 20:58
Narración

En cuanto salieron a la superficie a través del corredor que se fue transformando poco a poco en escalera, que a su vez daba a una cueva que daba a un subterraneo que desembocaba en una puerta en una de las murallas interiores, supieron que no sería tan fácil ir a buscar a sus seres queridos como pensaban.

Los oriundos de Kenabres tardaron en darse cuenta de que estaban en el distrito de Nuevo Kenabres. Las calles estaban llenas de humo, polvo y escombros. Aquí y allá había restos humanos, sangre filtrándose por los adoquines y casas con las puertas claveteadas como si hubiesen intentado parapetarse al otro lado para protegerse de los demonios. Algunos tejados estaban hundidos, otros ardían en llamas. Como heridas en la ciudad, gruesas grietas se extendían durante cientos de metros cortando calles y líneas de casas. El cielo sobre sus cabezas empezaba a brillar con la luz del amanecer, pero aún podían verse seres alados y demoníacos riendo en la noche, algunos de ellos comiendo de los restos de los muertos.

Todos tenían algo que hacer y que buscar. Kevveon ya había dado su opinión, pero Aravashnial, Horgus y Anevia también tenían algo que decir. Como ellos, querían volver a sus casas y buscar a sus seres queridos, y el estado de la ciudad sólo avivó su ansiedad.

-Tengo que ir a casa. Si Beth está en alguna parte, será allí... espero. Además, debemos contarle lo que hemos averiguado. ¡Es de vital importancia si queremos defender la ciudad!

-Yo quisiera ir a la Alanegra. Tengo amigos allí y quiero saber si están bien.

-Yo quiero ir a mi casa. -Y no dijo más.

Estaban cansados, hambrientos y sedientos, y sin duda asustados. Pero la única manera de ponerse a salvo era moviéndose de allí. ¿Qué harían primero?

Notas de juego

No marquéis a Lili por el momento.

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05/06/2014, 21:23
Narración

Búsquedas disponibles

*Rastrear a Anay, la pupila de Coriander. Se la vio por última vez en el Viejo Kenabres, epicentro del suceso.

*Encontrar la posada de los Gunn. Se encuentra en Viejo Kenabres.

*Escoltar a Anevia a su casa, en el Distrito de la Puerta, al este.

*Escoltar a Aravashnial a la Biblioteca de Alanegra, en el Distrito de la Puerta, al sur.

*Escoltar a Horgus a su mansión, en el Distrito de la Puerta, no muy lejos de Alanegra.

[Mapa]

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06/06/2014, 13:34
Ioseph Merrion

Ioseph se había deshecho de su antorcha en la guarida de las cultistas. No necesitaba más que a Resplandor para ilumar el camino. Avanzaba orgulloso y contento de volver a Kenabres. Estaba deseando unirse a las fuerzas defensoras de la ciudad, si es aún quedaban demonios de los que defenderse.

No se le había ocurrido pensar que las hordas de la Herida del Mundo hubieran vencido, ni se le había pasado por la mente que Kenabres podía haber sido destruida. Se sentó sobre una roca y contempló el paisaje, desolado. Aquella visión probablemente le hubiera destruido sólo un día antes, pero bajo Kenabres había encontrado una nueva determinación, y aunque la incertidumbre sobre el destino de su familia le apretaba el corazón, sabía que lo único que podían hacer era seguir avanzando.

-Yo también tengo que encontrar a mi familia. Y tenemos que encontrar los escondites de los cultistas. -Apartar la vista del paisaje resultaba casi imposible. Suspiró y sacudió la cabeza-. Creo que deberíamos ir hacia Viejo Kenabres primero.

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07/06/2014, 13:14
Kevveon Gunn

El tiflin se limitó a asentir. No podía esperar a ver si sus padres estaban bien, o habían huido de la ciudad... o algo peor. Observó el paraje de muerte y destrucción que les rodeaba y no pudo sentir más que tristeza por la gente que había fallecido. Acarició el plumaje de Sir Alas Negras para tranquilizarlo y miró a sus compañeros con el rostro serio, esperando a ponerse en marcha.

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07/06/2014, 15:06
Coriander

A Coriander le lloraron los ojos con el cambio de iluminación, y aunque el sol aún estaba saliendo, aquella luz ya era suficiente para que tuviera que mirar a su alrededor entrecerrándolos. Tardó algo en acostumbrarse, pero no mucho, y cuando lo hizo no se alegró de volver a ver la ciudad en la que había nacido. No así.

-Dioses... -murmuró tragando saliva-. Anay desapareció en Viejo Kenabres. Yo lo siento, pero tengo que encontrarla. No puede valerse sola.

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07/06/2014, 16:55
Cage

Miré alrededor y bajé la guardia durante unos segundos. Cerré los ojos y respiré profundo. Tal vez sería la última vez que podía tomarme un momento de respiro. Lo que teníamos entre manos bien podría acabar con nuestras vidas. Y la mía peligraba especialmente, ya que parecía que no agradaba a ninguno de ellos.

Era normal, me imagino. Ellos habían tenido siempre todo lo que habían querido al parecer. Sino no entendía porque tenían tantos reparos cuando cogía cosas que no pertenecían a nadie o que pertenecían al enemigo o a los propios muertos. Veían robar como algo sucio. Bueno, otros lo veíamos como la única forma de sobrevivir. Cuestión de perspectiva, me imagino.

Cuando Coriander habló fijé mis ojos de felino en ella. Parecía buena gente, aunque demasiado dura. Hasta entonces creía que solo con los demás, pero tal vez consigo misma también. No nos olvidamos de ella, pero hay otros sitios que nos pillan de paso. Además, podemos preguntar a los amigos del elfo lo que ha pasado y cual es la situación actual. No podemos atravesar Kenabres, sin más, y ponernos a buscar alrededor de la gran grieta. No le vas a servir de nada muerta.

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07/06/2014, 19:44
Ioseph Merrion

Ioseph había nacido en Kenabres, pero se había criado muy lejos. Sólo había tenido unas semanas para hacerse una idea de la ciudad, y ahora el paisaje había cambiado por completo. Negó con la cabeza y señaló con Resplandor hacia el lugar donde se los había tragado el suelo.

-Nada nos pilla de paso. Viejo Kenabres está por allí, donde... donde atacó Khorramzadeh. Horgus y Anevia viven en la otra dirección, y la Biblioteca también, me parece. Yo también vivo en el distrito de la Puerta -dijo casi con sorpresa, como si acabara de acordarse-. Da igual hacia dónde vayamos, todo está lejos. Pero si aún hay gente peleando... Es posible que estén ahí, donde empezó la invasión, ¿no?

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07/06/2014, 19:46
Horgus Gwerm

-Yo quiero ir a mi casa -insistió Horgus-. Me tenéis de burro de carga, como si no me hubiese dado cuenta a estas alturas...

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07/06/2014, 19:47
Aravashnial

-No quiero quitarle importancia a buscar a Irabeth, Anevia, pero coincido con Ioseph a pesar de que deseo ir a la biblioteca enormemente. Será mejor que empecemos por Viejo Kenabres. Allí es donde vimos por última vez a los líderes de la ciudad. Si queremos encontrar algo de orden, será mejor que empecemos por los gobernantes. Y aparte de eso, gracias, Horgus, por recordarlo, sería bueno que distribuyéramos lo encontrado para aumentar nuestras posibilidades de supervivencia aquí arriba.

Notas de juego

Tened cuidado con enviar post a Liliana.

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07/06/2014, 23:47
Anevia Tirabade

—Horgus... si no combates, puedes llevar los suministros. No es tan grave.

—Sinceramente creo que deberíamos encontrar a Irabeth. Ella estará en casa... bueno, no estará en casa pero se habrá pasado por ella y me habrá dejado algo... algún indicio...— de que está bien. Anevia no se percató de lo desesperada que sonaba, pero al menos luego compuso la voz.

—Tenemos que avisar de lo de los Templarios, podemos vitar que otras ciudades caigan. Si hay algún movimiento de resistencia, si todavía resisten los nuestros, Irabeth estará con ellos.

Ofreció un compromiso. —Vamos al viejo Kenabres si queréis, pero esta noche intentemos refugiarnos en mi casa... es un sitio tan bueno como cualquier otro.

Notas de juego

Creo que estamos abajo del todo en el mapa, no? Podemos subir pasan

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08/06/2014, 09:42
Narración

Estaba, por tanto, decidido por mayoría. El grupo se desplazaría hasta Viejo Kenabres para localizar a los padres de Kevveon y a la pupila de Coriander, que de estar en alguna parte sería allí. El sol se elevaba en el cielo como una promesa. Puede que la ciudad hubiera quedado devastada, pero el astro de Sarenrae surgía de entre las tinieblas para dar a todos esperanza. Si había un nuevo día, había vida, y si había vida, podían recuperar lo que era suyo.

El olor a humo y a azufre les llenó las gargantas cuando se toparon, tras recorrer varias calles llenas de escombros y de muertos, y de ojos que los contemplaban desde el interior de las ventanas con ansiedad, con un espectáculo dantesco.

La calle había sido despejada de carromatos y vehículos que traían y llevaban mercancías la mañana anterior, cuando todo había empezado. Se habían dispuesto de manera que en el centro quedaba una pequeña plaza empedrada. En el suelo había un charco de sangre fresca y alrededor, cuerpos asesinados que habían sido arrastrados a un lado por las huellas que habían dejado, líneas rectas y rojas ya coaguladas.

Un hombre y una mujer vestidos con una armadura acolchada y un yelmo de cuero, con espadas melladas y escudos rotos, se miraban el uno al otro sin dejar de temblar. Más allá, sentados junto a un carromato, esperaban otros dos. Sobre uno de los carromatos, un demonio alado, muy pequeño, jaleaba a sus gladiadores para que empezasen a luchar. Otro, en el extremo opuesto, se entretenía tirándoles piedras. El hombre dejó escapar un grito aterrado y atacó a la mujer, que esquivó casi resbalándose en la sangre del suelo.

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08/06/2014, 10:11
Narración

Liliana y Kale dejaron la tienda cuando empezaba a amanecer. No había cambios considerables en el paisaje respecto a lo que ya habían visto. Todo era escombros, muertos y azufre. Pero, por duro que pareciera, ya empezaban a acostumbrarse. Casi no les atenazaba el corazón como antes, no ahora que tenían a Iomedae de su parte y estaban decididas a luchar para defender Kenabres.

El olor a humo y a azufre les llenó las gargantas cuando se toparon, tras recorrer varias calles llenas de escombros y de muertos, y de ojos que los contemplaban desde el interior de las ventanas con ansiedad, con un espectáculo dantesco.

La calle había sido despejada de carromatos y vehículos que traían y llevaban mercancías la mañana anterior, cuando todo había empezado. Se habían dispuesto de manera que en el centro quedaba una pequeña plaza empedrada. En el suelo había un charco de sangre fresca y alrededor, cuerpos asesinados que habían sido arrastrados a un lado por las huellas que habían dejado, líneas rectas y rojas ya coaguladas.

Un hombre y una mujer vestidos con una armadura acolchada y un yelmo de cuero, con espadas melladas y escudos rotos, se miraban el uno al otro sin dejar de temblar. Más allá, sentados junto a un carromato, esperaban otros dos. Sobre uno de los carromatos, un demonio alado, muy pequeño, jaleaba a sus gladiadores para que empezasen a luchar. Otro, en el extremo opuesto, se entretenía tirándoles piedras. El hombre dejó escapar un grito aterrado y atacó a la mujer, que esquivó casi resbalándose en la sangre del suelo.

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08/06/2014, 10:28
Narración

-¡Jijijiji! ¡Luchad, luchad, mis pequeños! -reía uno-. ¡Que vea fiereza! ¡Jijijiji! ¡Si lucháis bien, quizá hasta os demos de comer!

-¡Más fuerte! -gritaba el otro tirando piedras-. ¿Eso es lo que tú llamas un espadazo, muchacho? ¿Quién es ella, tu abuelita? ¡Mátala! ¡Mátala si puedes!

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08/06/2014, 11:33
Liliana Drauss

Cuando vieron actividad delante, Liliana alzó el escudo y se llevó la mano a la espada... pero la escena que encontraron le hizo hervir la sangre. Miró a esos diminutos demonios, intentando recordar si le resultaban familiares de cuando se documentó sobre los peligros de la Herida del Mundo. Luego susurró a Kale:

-Vamos a acercarnos... Una vez ahí, yo contendré a los demonios y tu pon esa gente a salvo. Luego ven a ayudarme, y les enseñamos a qué llamamos nosotras "un espadazo".

Empezó a acercarse a la escena, con la mano cerrada alrededor de la espada aún envainada.

- Tiradas (2)
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08/06/2014, 11:47
Ioseph Merrion

A duras penas reprimió el impulso de gritarles un desafío a los demonios. Se volvió hacia sus acompañantes y dejó claro con una sola mirada que si deseaban aprovechar la ventaja de la sorpresa tenían un sólo instante para hacerlo. 

Apretó con fuerza el asta de Resplandor entre sus manos y el filo dorado se iluminó. Corrió entre los escombros, arma en alto, para encararse con los demonios. Por desgracia estaban muy lejos, y era difícil no tropezar entre los escombros, de modo que no podía hacer otra cosa que acercarse tan rápido como podía, sabiendo que no iba a ser suficiente.

-¡Si queréis un combate, enfrentaos a mí, cobardes!

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08/06/2014, 11:49
Narración

-¡Brrrr! ¡Un paladín! -dijo uno de los demonios mientras aleteaba-. ¡Guerrerillos! ¡Mis pequeños! Defended a vuestros amos. ¡Matadle! ¡Jijiji! ¡Matadle y os daré la libertad!

Los improvisados gladiadores, contentos de no tener que matarse entre sí, se volvieron hacia Ioseph y tragaron saliva. Pero los demonios habían hecho un buen trabajo "persuadiéndolos". Cómo de malo tendría que haber sido su trato para volverse contra el paladín como si fuese un terrible enemigo.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Turnos: Liliana, Anevia, Kevveon y Cage, ciudadanos, Ioseph, Kale, Quasits y Coriander.

Los escombros son terreno difícil.

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08/06/2014, 12:08
Liliana Drauss

Alguien irrumpió en la plaza, desafiando a los demonios y gritando amenazas. Los quásit (recordaba haber leído ese nombre, junto con algunos datos sobre ellos, durante el viaje desde Andoran hasta Mendev) chillaron en respuesta, instando a los pobres ciudadanos a  luchar contra sus rescatadores.

Ni hablar. No os voy a dar esa oportunidad. Diosa, dame fuerzas.

Echó a correr hacia el ser que estaba encima del carromato, desenvainando su espada a media carga. Esperaba que la distracción del paladín entrando de frente fuese suficiente para pillar desprevenido al demonio y, con suerte, darle muerte rápidamente.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tengo un -2 a la CA hasta mi siguiente turno por haber cargado.

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=74424

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08/06/2014, 21:05
Anevia Tirabade

Anevia avanzó cojeando hacia los gladiadores, con el arco en las manos.

—¡Ciudadanos de Kenabres, uniros a nosotros contra los demonios! Podemos con ellos...

Sí, y yo sin flechas de hierro frío ni nada similar... pero un golpe de Resplandor puede partir en dos a un demonio y Coriander puede dormir al otro... odiaría matar a los ciudadanos... eso es lo que los demonios quieren, sembrar el caos y la destrucción.

En el otro lado, una mujer con una espada cargó contra el Demonio más lejano. ¡Refuerzos! Pensó Anevia. 

Quien la contemplara vería a una mujer con el pelo corto y cojeando, con una armadura de cuero y un arco corto en la mano.

Notas de juego

Doble movimiento. A la mitad, claro.

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

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08/06/2014, 23:32
Cage

Cuando llegamos a la ciudad lo que vi no me gustó nada. Gente escondida cual ratas en la oscuridad, gente muerta, sangre, escombros... Aquello no pintaba bien, aunque ya iba con las peores perspectivas y ver a gente con vida hizo que me mostrase más optimista. Los demonios todavía no habían acabado con todo, o al menos eso parecía. 

Avancé con el grupo, manteniéndome en silencio, pero sin perder detalle de lo que ocurría a mi alrededor. Cuando llegamos a la plaza suspiré cuando Ioseph hizo su varonil e inútil entrada. Adiós a lo de pillarlos desprevenidos. Sin embargo, seguí a mis compañeros.

No dudé en decidir mi objetivo. Cargué una flecha y apunté a la criatura alada que tenía más cerca. Si los humanos a los que habían torturado veían caer a sus verdugos, probablemente se sentirían más propensos a unirse a nosotros, o al menos a no oponerse a nosotros. Normalmente era el terror por sus torturadores lo que los mantenía en su frágil lealtad.

- Tiradas (4)

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

13 de daño al demonio en teoría, pero fijo que he hecho algo mal o tiene algo cheto que hace que le duela menos XD

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10/06/2014, 14:12
Kevveon Gunn

Kevveon se adelantó unos pasos y fijó la vista en los dos ciudadanos que delante suyo, al fin y al cabo eran unos pobres desgraciados que no tenían culpa alguna. Extendió el dedo, dejó caer un pétalo de rosa y susurró unas palabras con los ojos cerrados.

-¡אַופּאַ יידיס!

Notas de juego

Dormir. Voluntad. CD 15

http://paizo.com/pathfinderRPG/prd/spells/sleep.ht...

Me quedan.

Nivel 0:

Leer Magia.

Detectar Magia.

Confusión (Daze) x2.

Nivel 1:

Sueño x 1.

Rociada de color.

 

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...