Partida Rol por web

Después de que madame Thelma le ofreciera una copa de vino tinto caliente con canela que le he pedido y unas sales por si el malestar de la tremenda impresión continuara, le agradezco amablemente y me paso el pañuelo por la frente con pequeños toquecitos para no arruinar mi maquillaje.

-Gracias madame Thelma...- asiento con la cabeza de manera cortés y enseguida escucho las indicaciones del Doctor Bradley, tiene razón el ambiente aquí es muy pesado con esa bestia y además son las recomendaciones de un doctor. -Le agradezco su atención Dr. Bradley, lo tomaré en cuenta.- asiento gentil a su recomendación y lo veo salir, espero un momento para terminar el vino y la copa luego la dejo en una de las mesitas que se encuentran a un costado del sillón donde me encuentro reposando.

Me incorporo y me dirijo al recibidor para tomar un poco de aire fresco.

- No se que lamento mas en este momento Sir Robert Smith, la reacción violenta e irracional de Sir William o que debido a ella o con pretexto de la misma usted y el resto no puesto atención en mis válidas y analíticas preguntas previas, ni se haya molestado en responder me ... es una falta de cortesía Sir Lloyd Grimshaw de algunos de su invitados y también de su parte, así que me daré un momento afuera de su casa para pensar si continuo en la reunión o me retiro - Digo Samara Azkarizade con ligera teatralidad antes de salir de la sala para alcanzar la puerta de la casa tras atravesar el recibidor evidentemente molesta

-EEEEHH...- Sir Hebert escucha la indignación por su falta de cortesía de la señorita azkarizade, y suelta del brazo gentilmente a Delacroixe y con una breve reverencia se disculpa con su acompañante. -Disculpeme usted Dominique, es mi deber de anfitrión atender a todos mis invitados por igual.- Se disculpa y corre a alcanzar a la señorita Samara. -¡Discúlpeme usted madame Azkarizade!, le acompaño a los jardínes...- Gentilmente le toma del brazo y la conduce a la entrada para ir hacia los jardínes.

Todavía con el hedor de la noche y el andar del largo camino en sus carnes, arrastrando sus pesadas maletas y ese extraño abrigo, el descomunal hombre atraviesa el portico dando fuertes golpes en cada paso recorriendo el camino que le conduce al Salón Principal en donde la multitud se aglomera a la distancia, alcanza a ver a algunos de los presentes asombrados, otros atemorizados con otra cosa que por primera vez no es él... a lo lejos distingue en una jaula el motivo de la admiración de los presentes pensando - Pero si sólo es un pequeño animal asustado. - Esboza una cínica sonrisa que muchos pudieran creer es una mueca - Habemos 'monștri' más atemorizantes entre la raza humana. - ¡Que alguien lleve mis maletas a la mazmorra que me corresponda!, supongo que yo también soy parte de este 'spectacol morbid'. - Se dirige a todos los presentes en la sala, mientras arroja su pesado abrigo al suelo descubriendo su tatuado y magro torso, con un estruendo capta la atención de los que a su rededor no habían tenido ya la "dicha" de apreciar su fétida presencia.  

Una incomodidad repentina se apodera de mi y ahora aparece un nuevo "visitante". -Como siempre, no hablan de nada concreto y es como si vivieran en un mundo aparte. -Pienso mientras voy relajando mi postura al tiempo que voy respirando para liberarme de la sensación que me había capturado y me dirijo al siguiente salón junto con el resto de las personas.

La necesidad de orinar se perdió entre la curiosidad de ver que había debajo de aquel trapo. Sin duda era una jaula, muchas había visto Judd en sus años de circense pero el contenido sin duda seria lo nunca visto, porque para ver un león, elefante o perro del desierto bien podría verlo en el propio circo. Por lo que cruzo piernas y espero a la presentación del señor de la casa.

No se hizo esperar y al mostrar aquella criatura todos sus músculos se tensaron de tal manera que incluso aquella necesidad antes reprimida ahora fue olvidada. Judd vio un par de pasos hacia la jaula con cautela, para poder verla mejor, si era humana era horrenda y si era animal también. Fuera lo que fuera era algo que nunca antes había visto. Y como no, las palabras de elogios y repulsión llegaros por igual contra el anfitrión y el cazador, a los que el pequeño hombre decidió retirarse -Como esto se incendie acaraban queriendo darme de comer a esa cosa, para seguir discutiendo de algo.- Y buscar una de esas copas, la cual dejo al instante recordando que hacia escasos segundos su vejiga estaba llamando a las puertas y ahora que lo había superado no deseaba recaer tan pronto, era incomodo para el, orinar en un retrete de altura normal. -Que asco, si fuera brandy me arriesgaría, pero por bebida de mujer...

Busco un asiento no muy alto para poder aposentar su trasera, pero pronto Sir Lloyd, menciono moverse a otro lugar para hablar de aquella criatura, con su cazador. -¿Y dejarla sin vigilancia? Bueno es su caza y su problema. -Pero pronto el hombre perdió los pies por una mujer y ambos se fueron lejos, por lo que el cazador se quedo solo contra el resto y Judd tuvo una idea.

-Sir Robert. -Llamo la atención del cazador. -Ya que parece que el anfitrión a salido en busca de aire, porque no se dejanos de paseos y nos habla aquí con la bestia presente de como cazo a esa cosa. -Señalo con su pequeño y rechoncho dedo lo todos habían visto y muchos bautizaron.

Sir Robert se queda esperando un momento en la puerta de "La Guarida" y cuando menos lo espera el anfitrión lo deja plantado en la entrada. -Ser Hebert... las mujeres serán su perdición...- El cazador se retuerce el bigote y entre el tumulto escucha a Milton -El hombre Bala- preguntarle por su orgullosos trofeo. Los efectos del alcohol en conjunto con la euforia de su presentación comienzan a hacer efecto, el pecho de Sir Robert se hincha de orgullo al escuchar el interes de Judd

-¡Aaaah! Excelente pregunta mi amigo...- El cazador se vuelve a la gente retorciendose el bigote embriagado por la atención prestada.

-¡Que no les engañe su horrible apariencia damas y caballeros!, esta criatura  puede adoptar cualquier forma humana... incluso la de usted...- señala a la bella actriz con su fusta. -Ella ó él, -señala a la bestia- quería ser mi esposa en uno de mis viajes a las islas filipinas, ¿Que como la atrape?... ese es un secreto que me reservaré, pero bien puedo contarles algunas de sus aterradorras habilidades.- El cazador hace un ademán con su mano para que le lleven más whisky. -Esta criatura tiene la habilidad de reemplazar a cualquier persona ya sea viva a o muerta.- Da un fustazo a la jaula y la criatura vuelve a chillar furiosa. -Es muy inteligente así que no deben tratar de entablar conversación alguna, bajo su propio riesgo...- le da un trago a su whisky y baja el nivel del vaso a la mitad.

-Este maldito ser ataca a las personas por el sabor de su carne y en efecto su postre preferido son los bebés nonatos... es una abominación total...- El cazador se mueve hacia el salón. -Pero vámos compañeros, y damas, esta es una charla que continuaré en el salón de descanso, me encantaría un buen habano con este delicioso whisky...- el cazador hace una reverencia y se dirige al salon de descanso.

A nadie parece importarle la apariencia de la mole humana que recién entro al Salón, ni disgustarles los llamativos ademanes de éste - Quién lo hubiera pensado, no soy la atracción principal de este circo. Se acerca hacia la caja en donde la criatura yace encerrada - Los barrotes me traen no muy gratos recuerdos, hace tiempo que estuve en tu situación y jamás volveré a donde te encuentras. Mientras pensaba en ello alcanza a escuchar la vaga plática entre un diminuto hombre y un para nada humilde cazador orgulloso de contarles a todos sus logros, interesado les sigue de manera nada discreta. - 'Cu respect cavalerii', mi nombre es Ion y vengo de muy lejos, invitado, como todos aquí. Mientras toma una botella de la camarera más cercana - Y alcancé a escuchar que contará como dio captura a la 'scârbă' que exhibe en el salón.

-¿Tratos? ¿Con esa cosa encima de nosotros?  Esto va a salir mal, va a salir mal, esto no es seguro- La verdad es que esa criatura le daría para uno de esas cosas tan macabras que le encantaban, pero al verlo de cerca... la realidad le golpeo en la cara.

​Necesitaba salir de allí. Y la verdad se le estaba revolviendo el estomago. Seguro que un té le vendría bien.

​Olvidando lo que dijo su jefe, Jonathan se acerco temblando hacia la cocina a pedir algo.
 

Ni si quiera al anfitrion le interesó la historia de Sir Robert y se fue al jardin.
Y a mi el cazador me caia tan mal como el.monstruo aquel. Y lo que acaba de contar no aumentaba el encanto de ninguno de los dos. Abrase fuerte el cachorro asegurandome que esté en mis brazos y me diriji a la cocina. El pequeño tenia hambre y era mejor alimentarlo y no tenerlo inquieto todo el tiempo.

-¡Vaya! Al menos no tuve que pagar la entrada...- Alega socarrón Bill ante tremendo espectáculo el cuál desde una esquina de lo más apartada había estado observando todo lo sucedido en el salón principal fumando un puro de los más finos se acerca a paso lento hasta la entrada del salón mientras observa su reloj de bolsillo -¿A que hora se sirve la cena en esta casa?... Mi doctor me ha recomendado aperitivos ligeros para evitar pesadillas, creo que también daré un breve paseo para abrir el apetito.

Con el cuerpo relajado como tenia el menudo hombre se bajo presto de aquel sillón y continuo el camino con el cazador. -No pienso quedarme solo con aquella cosa, por muy enjaula que este. -Si esa cosa se librara de su jaula en algún momento, Judd no tenia duda alguna que el mejor sitio y mas seguro seria cerca del hombre que le dio caza, por muy pomposo u orgulloso que sonara, no tenia dudas de que de ser el su cazador, podría volverlo a cazar o mejor aun darle muerte. -Espero que su titulo no sea solo de boca. - Pues una bestia que pueda adoptar la apariencia de cualquiera bien era mas peligroso que espectacular.

Aunque siendo el hombre de circo, bien sabia que las historias estaban hechas para ser exageras y no tenia dudas de que aquel Sir le gustaba alardear y exagerar toda hazaña. Pero no le culpaba después de todo el hombre nació para ello. -Sino que narices pinta la existencia de los circos en este mundo. Por lo que Milton se dispuso a seguir a aquel caballero como lo haría el gigante.

-Supongo que en aquel salón se servirá algo de comida, después de todo se huele desde aquí. -Comento en alto, para responder las palabras de alguien que parecía interesado en cenar cuanto antes.

Parece que se sirve la cena. Sin tiempo a llegar a la cocina y sin poder alimentar al cachorro me muevo a donde nos indican, espero que el pequeño no siga inquieto, aunque si me ve comer y todo el olor a comida, va a ser tan molesto como el que más, como un gatito hambriento.

Seguía paralizada y entristecida. Parecía que la gente que iba a acompañarme no tenía ningún tapujo ni ninguna clase de empatía. Me parecía curioso pensar que yo, YO, fuera la más empática del lugar. 

Vi como un gran aroma salía de la cocina y todos iban como corderitos a comer. Yo, sin embargo, estaba a régimen y mi dieta era absolutamente cuidadosa. Una gran actriz no podía perder el físico. 

Miré al pobre ser de nuevo, esta vez más detalladamente. Le saludé con la mano, entristecida. ¿Sería capaz de reconocer un saludo? 

"No sé cómo, pero te sacaré de aquí" Le intenté decir con la mirada. No me acerqué a él, no sabía si realmente era peligroso o no. 

El aroma a comida me guió sin problemas hasta el comedor. No queria seguir pensando en esa cosa enjaulada, sobre todo cuando escuché eso de que puede tomar otras formas. Creo que nunca habia oido algo como aquello y eso que conocí a un tipo que afirmaba tener una sirena en una enorme pecera. Noté que varias personas parecian simpatizar con la bestia, lo que me hacia pensar porque demonios nadie simpatizaba conmigo. Esta bien que no fuera tan horrendo, pero era simpatico y aguerrido en la cama. ¡Cuanta injusticia! Me desquitaré comiendo hasta reventar.

De pronto vuelves en sí, pareciera que te haz quedado catatónico, como si hubieras estado en dos lugares al mismo tiempo, puedes sentir, escuchar y percibir todo con la misma normalidad como el desayuno que tomaste ese día, en esa mansión  tus habilidades se han sensibilizado y percibes que hay muchas amenazas incluso advertencias de gente muerta a la cuál estas acostumbrado comunicarte.

Al pasar por la jaula notas que está más quieta que de costumbre, los terribles chillidos han cesado y la gruesa tela se encuentra inmóvil.

De pronto vuelves a sentir esa sensación ya acostumbrada cuando un espíritu ronda cerca de tu aura, otra vez el niño con la máscara, te sigue a cierta distancia.

-Ya no me da miedo, es mi amiga, algo cambió en ella, me ha encomendado decirte que ella no es ella que en verdad se llama Sibyl y que otra Sibyl anda pululando por la casa, que ella no es ella...- El niño corre y desaparece entre unas cortinas.

Algunos huéspedes en medio de la plática pueden escuchar un violento ajetreo que se sucede en el salon principal al ir a inspeccionar un terrible y desastrozo escenario salpicado de sangre, el cuerpo del mago se encuentra salvajemente destrozadodo, rasguños en el rostro y la garganta destrozada por un enorme mordisco y lo peor sin un brazo, el  cuál sigue un rastro de sangre hasta dentro de la jaula de metal a medio tapar.

Un poco adelante del cadáver del mago se encuentra también el cuerpo de la periodista con una terrible herida hecha con algún objeto punzocortante en la garganta, un tajo limpio, totalmente desangrada.
 

Una vez que entro en el Salón Principal, mis pasos se vuelven acelerados y, apartado ya de los ojos ajenos, decido dejar de caminar encorvado y débil para dirigirme a toda prisa hacia el recibidor y salir de la Mansión Grimshaw, decidido a reunirme con mi hermano, el señor Itchvenko, en la Cabaña Abandonada.

Al entrar en el salón principal, me agacho junto al cuerpo sin vida de la señorita Harrington y, abriéndole la boca, procedo a derramar en dirección a su garganta el contenido de la Poción de Vida. Los enemigos acechan por doquier y, ahora más que nunca, los lobos necesitamos a nuestra hermana a nuestro lado.