Partida Rol por web

Tom había permanecido callado, observando la sala con atención mientras sostenía su nueva arma con una mano y giraba uno de sus anillos con los dedos restantes de su mano.

Enfunda el arma en uno de los amplios bolsillos de su abrigo, y después se despoja de él, al igual que de su mochila, mientras sus compañeros conversan.

-Yo voy… tranquilos… –

Ante la atónita mirada del resto de aventureros, Tom se quita los guantes, el peto de cuero, la camisa, el cinturón y los pantalones, quedándose tan solo vestido por sus calzones. Desenvaina su espada de plata y sopla sobre ella para que un resplandor blanquecino empiece a refulgir a lo largo de su hoja.

-Confiad en mí, vuelvo en menos de un minuto... –

Y sin mediar palabra, el mediano empieza a andar con sus toscos pies peludos hacia los restos calcinados de aquella tropa, directamente hacia la piedra preciosa, que, con su brillo carmesí, promete un épico desenlace.

Tras unos segundos analizando la escena, empieza a correr como alma que lleva el diablo.

Crum parecía haber convencido al resto para que fueran en busca de Thorgar cuando el mediano como acostumbraba a hacer hizo lo inesperado, una cosa a todas luces sin sentido. Despojándose de sus ropajes comenzó a andar en dirección al altar y la gema carmesí tan solo protegido por unos calzones que no se distinguían bien si podían estar manchados o no, un anillo lampeado en la cripta de Sir Valistan, otro anillo regalado por Emeraldz que extrañamente no podía quitarse aunque usara todas sus fuerzas y la espada corta, sin duda mágica, que habían encontrado en una de las salas anteriores, recuerdo de otros aventureros caídos tiempo ah. Con valentía afronto la prueba y aunque no presionó trampa o placa alguna en su recorrido fue golpeado por una corriente de fuego que surgía de todas partes, era como si el mismísimo infierno hubiera abierto un portal en aquella área de piedra chamuscada. Incólume siguió avanzando hasta llegar a la escalinata del altar, casi pensó en más de una ocasión que las estatuas saltarían a por él para despedazarlo pero nada ocurrió. Atrás quedaba la cortina de fuego entreviendo a lo lejos las sombras de sus compañeros. Tom, estaba solo ante la gema, casi se disponía a cogerla y salir por patas cuando leyó unas extrañas runas indescifrables para otros, debía ser un lenguaje antiguo, sin embargo él podía leerlo. Mirando su anillo supo el porqué, es ignaro. Sobre el pedestal donde descansaba la gema receba así: Ääntää nimi Lord of Fire ja sinun aion!*

Acababa de comenzar a darse la vuelta cuando escuchó al pequeño Tom hablar y les pidió confianza. Sabía que era curioso y aventurado por naturaleza pero no creía que fuera un suicida. Un plan debía de tener y un as bajo su manga. En carcarrabias enano simplemente le dijo: - Ten cuidado y miró a la muchacha atónito viendo como pasaba entre las llamas.

Ilene también estaba a punto de darse la vuelta cuando observó atónita a su atolondrado compañero meterse de lleno a por la gema de fuego. Contemplaba al mediano alucinada, con la boca abierta, mientras intercambiaba una rápida mirada con Crum.

No se atrevía a decir ni una palabra.

Tom había planeado llegar raudo hasta aquella gema, ignorante de lo que realmente le depararía aquella extraña sala. Sin embargo, cuando la tormenta de fuego apareció de la nada, no pudo sino taparse el rostro con su mano libre y afianzar sus pies para no ser arrastrado por las ígneas corrientes de aquel infierno desatado.

Sentía el calor y las llamaradas en su cuerpo, pero no sentía dolor, ni tampoco ardía… De eso ya se había asegurado el mediano.

Girándose hacia sus compañeros durante un instante de respiro, los ve distantes, borrosos, como en otro mundo. Sin pensarlo dos veces se gira y continua con su travesía.

Finalmente llega hasta la meta, y se queda admirando aquella piedra preciosa sobre la que reza un verso que sin duda la liberará.

El mediano, posa su mano sobre la gema, y con el ceño fruncido por la concentración y el esfuerzo, gruñe unas palabras en un tono que ninguno de sus compañeros ha escuchado ni escuchará jamás…

- Tulipalon sydän, minä vapautan teidät ...-*

…. Kossuth! Exclamó finalmente el mediano. Conocido como la Deidad del fuego, señor de la Llama enroscada. La gema pareció pulsar con energía durante unos latidos respondiendo al comando de activación. Tom vio como las salvaguardas mágicas comenzaban a desvanecerse, las amenazadoras estatuas que hacía unos pocos segundos parecían dispuestas a aplastarlo como a un gusano, ahora se le mostraban inertes, carentes de poder mágico. Finalmente la cortina de fuego se deshizo dejando el paso libre.

El pequeño Rosmarino había conseguido la primera gema.

Tom se gira hacia sus compañeros, mirando a su alrededor sorprendido.

... Hay que ver, que derroche de poderes hay aquí abajo. Me pregunto quién construyo este lugar... Piensa para sus adentros.

Levantando la mano con la que empuña la gema, el mediano la mueve de un lado a otro para llamar la atención del grupo y mostrar que ha cumplido con su cometido.

-¡Ya la tengo!- Exclama alegremente, como un niño que consigue por vez primera una moneda por sacar lustre a unos zapatos.

Y sin más, Rosmarino empieza a andar despreocupado de vuelta al grupo, habiendo conseguido la joya del Dios Llameante tan solo armado con unos calzones y un anillo, y convencido de que la decisión de bajar a la tumba de Sir Valistan fue tomada por él mucho antes de que naciera, así como las consecuencias que aquel hecho pudiera conllevar.

Crum se quedó con la boca abierta y buscó con su mirada la expresión de Skrag, había perdido a su batallón de orcos entero en esta sala y el mediano sin despeinarse había conseguido con facilidad coger la gema. Aún así no podía negar que había estado muerto de preocupación viendo al mediano pasar entre las llamas. - Pequeño bribón, casi me matas del susto. le dijo medio en regañina pero cuando llegó hasta ellos le soltó un abrazo. - Buen trabajo.

Ilene mantuvo la boca abierta todo el tiempo, hasta que vio regresar a Tom ileso y sin ningún problema. Entonces soltó una gran carcajada.

- ¡¡ Están locos estos medianos !! Nos has preocupado mucho...

No pudo reprimir un abrazo.

- Bueno... ya tenemos una. ¿Y ahora, a dónde?

Andorra sostuvo la respiración por todo el proceso. Al ver a Tom volver ileso con el premio en la mano soltó el aire, junto a una gran carcajada. 

- Jajaja!! Bravo mi amigo!! De verdad eres tan loco como valiente!!- dijo dándole un manoton de felicitación en la espalda que casi tumba al mediano al suelo.

Tras felicitar al mediano regresaron al centro de la sala. Tenían una gema, sólo quedaban dos para engarzar en aquel extraño sello de metal estelar que sin duda provocaría algún efecto extraordinario. Ahora tocaba a los héroes decidió que portal tomar si el de la runa del hielo o el del aire o dividirse. Era hora de tomar una decisión .

Todavía contento por el éxito de su amigo, Andor comienza a andar devuelta al pasillo mientras dice - Les parece si seguimos? No vaya a ser que el fuego se encienda nuevamente. Nos queda viento y frío. Voto por el viento está vez, qué opinan?-

Tom se había pertrechado nuevamente, guardando aquella gema a buen recaudo.

Ante las palabras de Andor, se alza de hombros inocentemente y le sonríe con picardía.

-Por mi perfecto…-

- Sin problemas - respondió la trovadora con una sonrisa... de momento todo iba bien y esperaba que la cosa siguiera así.

Salieron de la sala del fuego y Crum estaba de lo más inquieto. Las otras dos salas debían de ser igual de debastadoras y Thorgal y su cuadrilla de enanos debía de estar en una de las otras dos. Sabía que los enanos tenían más cabeza que los orcos y que no se habrían tirado de cabeza a las trampas y habrían debatido la mejor forma de aproximarse para conseguir la maldita gema.

Andor optó por entrar en la siguiente sala, siendo esta la del viento. A Crum poco le importaba cual de las dos fuera mientras esta fuera en la que estaban los enanos. - Lo mismo me da, pero si no está el enano, nada de proezas esta vez, salimos pitando y vamos a la sala siguiente. Thorgal tiene que estar en una de esas dos salas, las gemas pueden esperar por el momento. ¿Habéis entendido? dijo entre gruñidos mientras comenzaba a correr para cruzar el umbral y esperar ver al enano.

Tras discutir sobre que portal visitar, decidieron finalmente por unanimidad el del aire. Tras pasar a través de éste, se encontraron con una superficie de piedra de 3 metros de largo por 3 de ancho, que terminaba en una especie de saliente con forma de acantilado, era como si una parte del plano elemental del aire estuviera conectada con aquel lugar. Crum observó que no había huellas de Thorgar ni del resto de los enanos, ya que una capa de polvo cubría el suelo adoquinado.

Una luz que os parece natural ilumina  toda la escena, mostrándoos a unos 100 metros en la lejanía, una extraña estructura que parece mantenerse suspendida en el aire. Al agudizar la vista veis que parece una especie de altar, un destello brillante os indica que allí debe encontrarse la gema. Torbellinos de aire aparecen y desaparecen moviéndose sin sentido, por lo demás todo parece muy tranquilo

Al ver que no estaba allí Crum lo tenía claro, echo  un vistazo a la estructura de la sala y pudo ver el artefacto que tenían que recoger y los remolinos de viento. - Mirad bien la sala e id pensando como conseguir esa gema. Ahora nos vamos para la siguiente. Thorgal no está aquí y solo queda una sala. Se dio media vuelta y no espero al resto. Estaban tan cerca pero tenía por la vida de los enanos. 

A aquella sala parecía que no había entrado nadie en mucho tiempo mientras salía volvió a observar la capa de polvo que había sobre la superficie del suelo. No sabrían ni que trampas habría en aquel lugar. Y en la siguiente sala, ¿que habría? Él podría soportar el frío sin problemas y estar expuesto a bajas temperaturas. - Thorgal por favor no hagas locuras. se dijo en susurros.

Al escuchar a Crum, el gran Andor se encoge de hombros y se da la vuelta para seguir al líder que lo contrató. Al pasar junto a Tom le pregunta  - Y aparte de resistir el fuego sabrás volar?-

- Puede que él no, pero yo sí puedo. O al menos llevar a alguien allí.

Ilene señaló su laúd, una de los poderes que tenía era el de levitación.

- Creo que lo mejor sería que yo me dedicara a tocar el laúd y así mantener mi concentración en la música y el conjuro, mientras que otro es el que vaya y recoja la piedra.

- ¿Voluntarios? - Ilene mostró su sonrisa más encantadora, la que usaba cuando quería salirse con la suya y que no solía presagiar nada bueno para el que quedara cautivado por ella.

Cuando iba a responder a la pregunta de Andor con una pícara sonrisa, Ilene interrumpe diciendo que ella si puede hacer volar a alguien…

…Volar… Es lo único que pasa por la cabeza del mediano.

Sin embargo, al mirar el inabarcable abismo que debía cruzar quien intentara alcanzar la joya, el instinto de supervivencia de Tom llamo a la puerta de su cerebro.

-Mmmmmm… Yo creo que Crum tiene razón. Thorgal no está aquí y es nuestra prioridad – Dice el bribón disimulando su reparo a ofrecerse voluntario, y de paso haciéndole un poco la pelota al enano – Además, no tengo muy claro cuál es el plan… Si puedes hacernos volar, ¿Nos van a crecer alas para poder enfrentarnos a las rachas de viento? ¿O volaremos como un diente de león y bailaremos al ritmo que marquen las corrientes? – Después se queda pensando un segundo.

-Yo puedo hacer que la joya vuele hasta mí*, pero no desde tan lejos… Definitivamente no. Imposible…- Se rasca la cabeza haciéndose el despistado y empezando a seguir a Crum – Bueeeeeeeno, pues mientras lo pensamos quizás podemos ir moviéndonos hacia la otra sala, ¿No? –