Partida Rol por web

Tom mira durante un instante su arma con curiosidad.

…¿Acaso cambiará el efecto si brilla con un color diferente?...

De pronto, el varonil bramido de Andor lo saca de su ensimismamiento, y reprimiendo su curiosidad decide no girar la rueda para ver qué pasa. Si consiguiera paralizar de nuevo a aquel horrible ser, les daría a sus compañeros la oportunidad de escapar sanos y salvos.

Sin pensarlo un segundo más, dispara de nuevo mientras recula preparado para salir pitando.

¡Piiiium!

El haz de luz que surge de su extraña arma impacta contra la pared del fondo, errando su objetivo.

-¡Maldita sea! ¡Huid! – Exclama a la vez que pone pies en polvorosa, decidido a que la heróica acción del humano para salvarlos no sea en vano.

- No podemos luchar contra él, ¡ largémonos de aquí ! - grito Ilene a sus compañeros. Ya lucharían más tarde contra el extraño ser cuando tuvieran que salir de nuevo a la superficie.

Sin esperar ninguna reacción de la extraña sombra, Ilene corrió todo lo que pudo en la misma dirección que ya lo había hecho Crum y Skraag, redordó las palabras de Bromm.

- No dejéis que os toque u os quitará vida.

El guerrero enano no sacaba fuerzas para volver a la habitación del espejo. Le dio pena el pobre guerrero, a saber lo que había tenido que sufrir ante aquella criatura que le había echo huir hasta a él. - Espéranos aquí, no puedo dejarles solos. 

Y con un bramido salió corriendo hacia el lugar por donde había venido en busca de sus compañeros con sus hachas de mano de plata listas para cortar lo que fuera necesario.

Replegándose con rapidez los compañeros comenzaron a huir en dirección a la siguiente estancia, interponiéndose valientemente Andor protegiéndose con su escudo. Tom e Ilene se movieron con presteza y casi se llevan por delante a Crum cuando este entro en la sala hecho una furia con sus hachas de plata en mano, buscando venganza. Las caras de terror de sus compañeros le mostraron al aguerrido enano lo que Bromm le había querido dar a entender, enfrentarse a la criatura era enfrentarse a la misma muerte. Salgamos de aquí! Grito Ilene a Crum.

Elentari y Andor aferraron al enano en su carrera y atravesaron el brumoso portal corriendo por sus vidas, dejando atrás a la sombra que pareció chocar contra una barrera invisible que le impedía acceder a la siguiente cámara. 

Veis a Brom abatido, compungido y avergonzado. En esta cámara de aspecto cuadrado, la luz brilla con intensidad, en el centro de la estancia hay una especie de sello construido en lo que parece ser plata pura o algún tipo de metal extraño que refulge, representando una figura circular que no veis bien desde donde estáis. Sus paredes y suelos están decorados finamente, veis tres pórticos, un portal se abre en el centro de cada pared, el de la cara izquierda mostraba en su dintel una runa o marca que os recuerda al hielo, el de la derecha mostraba una marca que parece ser un torbellino de aire y el último al fondo manifestaba una llama imperecedera.

No hay rastro de Skraag.

Ilene observó la nueva estancia mientras tomaba un respiro tras la carrera.

- ¿Estamos todos? - miraba a su alrededor, comprobando, hasta que se dio cuenta que faltaba Skraag.

- El orco no está, mirad si encontráis alguna huella que nos indique por dónde ha ido. - Ilene observaba de lejos la figura, pero sin atreverse a aproximarse. El parecido con la plata era demasiado evidente para su gusto. - ¿Podéis ver esa figura qué simboliza o si tiene alguna marca?

Si no había ninguna evidencia que les permitiera elegir, tendría que ser al azar.

Marchaba a toda velocidad cuando vio a todos correr hacia el sentido contrario al que él iba y lo agarraron para ir en dirección a Brom. Al principio forcejeó ya que no vio a Andor con ellos pero en cuanto este apareció por el pasillo se quedó tranquilo y dio media vuelta. Estaban todos reunidos de nuevo salvo el orco que a saber donde había ido.

Se acercó a Brom y le dio una palmada en la espalda, - Vamos muchacho, rescataremos más tarde al resto. Thorgal sabrá como solucionar esto. esperaba animarlo un poco más.

Ahora se giró hacia el resto y les miró un tanto avergonzado. - No sé bien lo que ocurrió en aquella habitación. Cuando llegué aquí el orco ya no estaba, quizá Brom le viera marchar hacia otra habitación aunque lo dudo ya que el maldito marchó antes de que le sacáramos.

Andor entra corriendo a la recámara con el resto del grupo. Estaba francamente aliviado que esa cosa no los siguió. - Wow, eso estuvo cerca. Esa cosa era muy tenebrosa... Y a dónde se habrá ido Skraag?-

Adentrándose en la habitación, envainó su espada y colocó su escudo a su espalda. Ante la solicitud de Ilene inspecciona de cerca el sello de plata. Lo observa de cerca buscando descifrar el motido del grabado y alguna pista sobre su función y método de fabricación.

A pesar de sus cortas piernas Tom corre cual comadreja ante Ilene, que apenas puede alcanzarlo. Se hubiera quedado un rato más con aquel ser de otro mundo, pero Andor había insistido en que era mejor salvar la vida. Y Rosmarino tenía la opinión de Andor en alta estima.

Así pues, el mediano llega, resollando, hasta aquella extraña cámara, y saludando a Brom con un gesto de la cabeza, otea a su alrededor apoyando sus manos en las rodillas y observando los tres pórticos. Uno tras otro.

Cuando el resto de sus compañeros llegan finalmente, Tom ya está mesándose su afilada perilla mientras la figura plateada con gran interés. Cuando Andor se aproxima a su lado, Tom le habla sin siquiera mirarlo, quedándose ambos mirando la figura uno junto al otro.

-No sé… ¿Tu qué opinas? –

Ilene y Crum observaban mientras recuperaban el aliento, habían pasado mucho y el destino sin duda les debía deparar algo mejor que morir en aquellas extrañas y antiguas catacumbas. Andor se aproximó a investigar el sello junto con Tom, el cual no quitaba ojo elucubrando las ideas más descabellas que le venían a su mente. Lo que en un principio parecía ser plata resultó ser un metal similar a la espada del caballero. Si lo veo no me lo creo! Andor estaba seguro. Su conocimiento de los metales adquiridos a lo largo de su dura vida en la herrería le habían enseñado bien. -Metal estelar,- exclamó sin duda. Fijándose los dos con más detenimiento descubrieron que el sello formaba un dibujo en relieve,  con forma circular dividido en tres hojas que parecían danzar entre sí, cada una de ellas albergaba un depresión del tamaño de un puño que señalaba a su correspondiente portal. Una Puerta, exclamo convencido Tom. Es una puertaaa, -grito eufórico mientras mancha gris profería gritos de triunfo rarunos alabando a su amo.- indicando con su mano los portales que había en aquella estancia. Debe haber un objeto en cada portal que insertado correctamente quizás abra o provoque algún efecto. Orgulloso sonrió a sus compañeros.

Un atisbo de esperanza recorrió los corazones de los héroes, ya que parecían más cerca de alcanzar su objetivo…

Ilene observó reticente el objeto. Por mucho que le dijeran que no era plata, a ella le parecía que sí lo era. Y si era de algún metal mágico tampoco se atrevería a tocarlo no le diera un ataque de "alergia".

Tres objetos... tres puertas... era obvio.

- No creo que tengamos que elegir mucho. Skraag no está, así que no hay guía y, por lo que veo, tendremos que pasar por los tres portales para obtener los tres objetos. 

Así que mirando a sus compañeros concluyó.

- No importa realmente cual sea el primero. ¿Por cual os gustaría empezar?

- Metal estelar... Mi padre siempre quiso trabajar ese metal... Ahora lo encuentro más de una vez, tal vez me toque a mi cumplir ese anhelo.-  luego de darse cuenta que pensaba en voz alta sacudió la cabeza para concentrarse en el tema actual.

-- Bueno, no tengo apuro en congelarme o quemarme... Pero como eventualmente llegaremos a eso creo que me da igual. Por qué no lo dejamos al azar? Tom, alguna idea? -- dijo dando una palmada en el hombro de su pequeño amigo.

Luego, preparando su escudo y su espada de plata, comenta - sea cual sea la opción, voy al frente.-

Tom estaba eufórico por haber llegado a tal conclusión con tan pocas pistas. Ahora que lo pensaba era bastante obvio, pero no al principio.

Cuando Andor le pregunta a él directamente por dónde empezar, Tom medita unos instantes mientras mira sus dedos repletos de anillos. Cualquiera que se fijara en su mano podría darse cuenta de que el número de alianzas que la adornan ha ido creciendo exponencialmente desde que iniciaron su marcha hacia la fortaleza de Lord Gunthar.

-¡Fuego!- Dice decidido mientras chasquea sus dedos y una efímera llama aparece teatralmente*.

Tom saca su nueva arma**, y gira la rueda hasta que cambia de color. La sopesa con decisión mientras espera a que el grupo avance, él irá tras Andor y Crum.

No se separó de Ilene mientras miraban los simbolos de las puertas, aquellas sitios en los que las puertas no eran puertas y había que rellenar los huecos no eran su fuerte. Con sus dos hachas de plata aún en la mano comenzó a chocarlas. - Maldito Skraag nos ha dejado tirados y ahora no sabemos donde ir o seguir, cual será el camino elegido por Thorgal. Debemos llegar a él para liberar al resto de enanos y salir de aqui. Crum parecía haber olvidado el trato con la dragona tras lo ocurrido en la habitación anterior, él ya sólo quería ir a un lugar dónde entendiera las cosas, es decir, lo que es de matar se deguella y se muere. No pasa el hacha a su través. 

Luego de alistarse, Andor voltea a ver si Crumm tiene alguna objeción a la propuesta de Tom. Al no escuchar tal, asiente con la cabeza al pequeño amigo y se acerca al portal marcado con la figura de la llama.

Tratando de observar lo más posible hacia adentro del pasillo, da un paso al frente diciendo - Bueno, empecemos de una vez. Todos alerta.-

Justo cuando Andor atravesó el portal con llamas en su dintel, vio aparecer a Skraag portando una magnífica hacha de metal oscuro. Los demás entraron tras el valiente caballero encontrándose una amplia estancia de aspecto rectangular con profundos nichos a lo largo de las paredes y un oscuro altar al fondo. El suelo está embaldosado con un mosaico que muestra el emblema de la llama, por su aspecto parece que estáis en un antiguo templo. Sobre vuestra cabeza, una bóveda aristada sostiene un techo a 6 metros de altura. Los nichos contienen grotescas estatuas de horribles criaturas, con mandíbulas llenas de colmillos y viciosas púas. El altar se asienta sobre una plataforma elevada, y está decorada con siniestras tallas, una gema de color carmesí descansa sobre un pedestal. Flanqueando el altar hay dos braseros de hierro apagados. En las esquinas se alzan dos estatuas más altas de oscuros guerreros demoniacos revestidos con armaduras.

En la mitad de la estancia el suelo está sembrado con multitud de cuerpos chamuscados y restos de armaduras y armas, desperdigados e irreconocibles –debieron tener una muerte horrenda, sin duda- Las manchas negras sobre su superficie indican que debieron morir calcinados.

A Crum le dio un vuelco el corazón buscando con su mirada a Thorgar o cualquier otro de los enanos. En ese momento fue interrumpido por el orco: Ya era hora, piltrafilla!  Exclamó en tono burlón mirando a Crum. Tu amigo no está aquí! prosiguió con tono lúgubre. Aquí yacen mis mejores guerreros! Mis hermanos de armas, aquí fue donde casi caigo! Haciendo una pausa prosiguió con tono más serio. Tu amigo debe estar en alguno de los otros portales. Volviendo su atención hacia el altar señalo con su dedo índice: Veis aquella gema carmesí que descansa sobre el altar! Necesitamos conseguir ese objeto y no quemarnos vivos.

Ilene miró toda la estancia, escrutando cada rincón.

- ¿Sólo fuego? - observaba las figuras carbonizadas, o lo que quedaba de ellas buscando signos de lucha. Se colocó el maravilloso laúd y lanzó un par de brillantes notas con un movimiento ligero de sus dedos.

- Puedo proteger a uno de nosotros del fuego, aunque eso agotará la energía mágica del instrumento hasta el día siguiente. - miró con suspicacia a las figuras demoníacas que flaqueaban el portal - Si eso no se mueve, cualquiera puede ir a por la gema, yo me quedaré tocando aquí y hasta cantaré si queréis.

La joven miro a sus compañeros mientras le brillaban los ojos ante la posibilidad de volver a tocar el magnífico laúd.

- ¿Voluntarios?

Al entrar a la estancia, Andor observo primero a Skraag y luego a todos los cuerpos chamuscados. Luego de suspirar comento - Sep, lo supuse. Muerte calcinante, no me atrae para nada... A propósito, bonita hacha Skraag, se ve que está bien hecha y por alguna razón me recuerda a ti.-

Luego, el gran guerrero se puso al borde sin tocar las partes chamuscados pensando y esperando a ver si alguien le contestaba a Ilene.

- Bah resopló cuando el orco se dirigió a él. - Conseguimos sacarle a él. dijo señalando al enano - y sacaremos al resto una vez volvamos todos. Esa criatura del demonio sufrirá con su vida. y acabó escupiendo al suelo.

Miró la sala y no vio nada halagüeño. Los orcos se habían lanzado sin cabeza. Parecía que todos a una a coger la gema. No esperaba menos de aquellos cabezas huecas. Escuchó a Ilene y a Andor. - El fuego puede esperar y guárdate el conjuro por el momento muchacha. Será mejor mirar el resto de salas y encontrar a la partida de enanos. Una vez estemos todos y revisemos el resto de portales quizá encontremos algo que nos sea útil para pasar por el fuego.

Ilene ofrecio protección contra el fuego a uno de sus compañeros, pero las palabras de Crum que priorizaba buscar a Thorgar parecieron calar en el grupo, ya que se hizo un momentáneo silencio, mientras que Andor observaba el altar con curiosidad.