Partida Rol por web

- Honestamente no sé cómo funcionaría, pero imagino que mi tamaño y mi armadura me harían muy pesado para volar... digo yo, no?- dice Andor mientras camina dejando atrás la plataforma. 

Tras abandonar Crum el portal del aire regreso a la sala central, tras el iban Andor y la señora del Alba, más rezagados les seguían Ilene y Tom los cuales habían comentado varias maneras para intentar hacerse con la gema. Antes de traspasar el portal del frío, un mal presagio golpeo el pecho de Crum, su  temor se hizo realidad cuando entro en aquella cámara de planta rectangular similar a las anteriores. Con lágrimas en sus ojos vio en la mitad de la sala 8 estatuas de enanos congelados en diversos estados de movimiento, víctimas sin duda de una trampa elemental similar a la del fuego. Cerca del altar, más alejado del resto yacía Thorgar Battleheart, se encontraba tumbado boca arriba sosteniendo en la palma de su mano abierta la gema azulada que brillaba con energía palpitante, a su lado descansaba su poderoso martillo de guerra.  Restos de dos estatuas de algún material similar al hielo aparecían esparcidas alrededor del altar y las escalinatas. El caudillo enano había caído combatiendo contra estas destruyéndolas en un alarde de heroísmo y valentía. Nooooo! exclamó con un terrible grito al ver la dantesca escena.

Ilene observaba la dantesca escena sin decir una palabra, solo puso su mano sobre el hombro de su compañero. Tras un breve instante habló en apenas un susurro.

- Tranquilo, aún no sabemos si están realmente muertos o se pueden recuperar.  No te precipites, aunque parece que el combate terminó, aún pueden haber trampas ocultas.

Desde la zona de seguridad sentís un frío innatural recorrer vuestro cuerpo, el único que parece evitar este efecto es Crum.
Ilene intenta percibir alguna trampa desde su posición sin mucho exito, sin embargo las custodias mágicas parecen estar activas, ya que desde la zona de seguridad, a 4 metros de vosotros, veis que el suelo de piedra se encuentra cubierto por una capa de hielo y nieve.

Andor sintió que el corazón se le helaba al ver al compañero de Crum en el suelo y sus acompañantes congelados como frías estatuas. - Lo siento mucho Crum- dijo con la cabeza abajo.

Luego de las palabras de Ilene agrega - Pero debemos averiguar cómo llegar a ellos sin congelarnos. Además, por qué Thorgar no se congeló como sus amigos?-

Tom se queda congelado al ver el sufrimiento del enano, no congelado de verdad, pero tan petrificado externamente como helado y compungido su corazón.

No dice nada.

Mira a Mancha Gris, que descansa en un amplio bolsillo interior de su abrigo, y se arrebuja en él para calmar el frío que lo atenaza de pies a cabeza.

...No te preocupes... Dice mentalmente a la criatura.

Se acuclilla, con gesto sombrío, y entrecierra los ojos mientras frunce el ceño, decidido a hallar la mejor manera de evitar las defensas de aquella sala… Quizás la clave esté en la respuesta a la pregunta de Andor.

Comenzaba a pasar el umbral y su corazón se detenía lentamente, sus pulsaciones bajando. Aquel era el último portal, los enanos tenían que estar allí. No había ningún lugar más al que ir. Ocho enanos congelados en la sala, ocho enanos caídos por corresponder a aquella estúpida dragona verde. En el fondo pudo ver a Thorgar, que parecía haber luchado valientemente contra varias criaturas que ahora yacían a su alrededor pero por desgracia acabo cayendo. Lo habían encontrado pero habían llegado demasiado tarde. Aún así el enano había conseguido su objetivo pues la gema estaba en sus manos.

Un grito de rabia se escapó de su boca mientras sus compañeros intentaban consolarle. El frío azotaba la zona y todos pudieron ver como de forma totalmente antinatural sus músculos crecían y su piel parecía más dura de lo normal. Enfundó sus hachas en el cinturón y se puso unos guantes de su ropa de invierno. Si la muchacha tenía razón tenía que intentar sacarlos de allí. - Porqué Thorgar era un guerrero consagrado con cientos de años de experiencia y más de un truco bajo la manga. Pero al final no pudo sobreponerse al frío. Cayó unos instantes y de su mochila sacó toda la ropa de invierno que tenía para protegerse aún más. Le tendió la mochila a Andor y les dijo. - Esperad todos fuera, voy a intentar sacar a todos los enanos de esta tumba, quizá Elentari pueda hacer algo para que vuelvan a su ser si en su interior siguen vivos. Y si no, no puedo dejar que esta sea su tumba. No os preocupéis por mi, debería resistir sin problemas este frío. Recordó que fue el propio Thorgal el que le dijo que se quedara aquel objeto, quien iba a decirle que hoy lo usaría para sacar su cuerpo de una tumba helada.

Decidido comenzó a moverse hacia el primer enano, se acercó hasta él, alerta de cualquier cosa que ocurriera y cuando llegó comenzó a tocarlo con cuidado para ver si podía levantarlo sin resquebrajarlo. Exploró con atención si el hielo estaba fusionado con el del suelo y en cuanto viera que no haría problemas lo levantaría para sacarlo de aquella sala y llevarlo con el resto. Si habían conseguido recuperar a un enano, porque no a estos ocho.

En cuanto Crum empezó a moverse, Ilene empezó a tocar el laúd. Era una canción marcial, de las que gustaban a los enanos cuando tenían que ir a la lucha y que encendía el ánimo en su corazones. La clara voz de la muchacha se oía con nitidez minetras ella centraba toda su empatía en que su amigo pudiera hacer lo que se había propuesto.

Crum tras cubrir su cuerpo con toda la ropa de invierno que pudo comenzó su andadura en dirección a las estatuas de enanos congelados con la intención de sacarlos, al llegar a la zona se activó la salvaguarda mágica y de súbito sintió el frio invernal  golpearlo de lleno, pero gracias a su colgante mágico y a las ropas de invierno que lo protegían apenas sintió daño o dolor. Sus músculos se tensaron sintiéndose capaz de derribar a un gigante y cogiendo al primero de los enanos de un tirón lo desanclo del frio suelo, con cuidado lo traslado hasta sus compañeros y volvió a por los siguientes. Otros 3 pudo sacarlos de la misma manera pero los 4 restantes estaban demasiado anclados al suelo y temiendo partirlos por la mitad, comenzó a golpear con sus puños de acero el suelo helado resquebrajando el hielo que aprisionaba las estatuas, pudiendo sacarlos finalmente, mientras sus compañeros lo animaban desde la distancia de seguridad, ya que se sentían incapaces de soportar una temperatura tan extrema. Ilene le infundía energías con su inspiración bardica sabedora de que Crum no podría mantenerse de manera permanente en aquel lugar.

Con paso firme avanzo hacia Thorgar, el cual yacía cubierto de escarcha, con sus azulados ojos abiertos y una sonrisa de triunfo en sus labios tras el mortal combate. Cuando Crum presento sus respetos al heroico enano, cerrándole los ojos y rezando una plegaria por su alma mientras que las lágrimas corrían por su mejillas, maldiciendo y soltando improperios, su martillo resplandeció con un fulgor azul mostrando el símbolo de Moradin en su cabeza de adamantina.

Su tenacidad y empeño hicieron frente a cualquier custodia mágica que apareciera ante él y fue llevando a los enanos uno a uno fuera de la sala, haciendo lo que fuera necesario. - Elentari, por favor, en el interior de esta cascara de hielo aún permanecen con vida. ¿Puedes intentar que vuelvan a la normalidad o conocer que es lo que debemos hacer? Hemos de salvarlos. la dijo tras haber sacado a los ocho enanos. Se giró hacia atrás. Aún quedaba uno, el enano a quién habían venido a buscar, pero se temía lo peor. A diferencia del resto Thorgar había luchado y acabado con las salvaguardas de aquel inmundo cristal. Se acercó despacio temeroso de enfrentarse a la realidad. 

Cuando llegó a él le vio con los ojos bien abiertos y una sonrisa feliz, había muerto como un verdadero héroe, sin embargo las lagrimas brotaron del rostro de Crum pues el había fallado. Había llegado demasiado tarde y eso era imperdonable. Maldiciendose asi mismo una y otra vez acabó parando, no era el lugar donde lamentarse había muerto un héroe y debía presentarle sus respetos. A diferencia del resto el no estaba congelado y podría sacarle con facilidad de allí.

Se arrodillo y cerró los ojos de este con sus manos, recogió la piedra en uno de los bolsillos y puso su mano izquierda en el pecho de este y comenzó a rezar a Moradin para que le acogiera en su seno. De pronto el martillo de Thorgar, aquel que había empuñado una vez con consecuencias indescriptibles brilló mostrando el símbolo del mismísimo Moradin. Con la otra mano agarró el martillo y continuó rezando a Moradin por la caída de aquel gran héroe que había visto su última batalla.

Sientes una calidez reconfortante recorrer tu cuerpo y espíritu al empuñar el fabuloso martillo*. Una visión te golpea de lleno, en ella ves a Thorgar sentado en el Gran Salón de Moradin junto a héroes del pueblo enano, brindando con el padre de Todos. Es la mayor gloria que puede recibir un enano, con esa certeza vuelves devuelta a la realidad, feliz por su destino. Miras su cuerpo frio y te prometes darle un entierro digno, cuando desaparece de entre tus recios y fuertes brazos, quedando como vestigio de su existencia el arma mágica que empuñas.

Tus compañeros te observan impresionados, mientras avanzas hacia ellos algo confuso. Le pides a Ilene que haga todo lo posible para devolver a la vida a las estatuas de hielo, pero nada puede hacer, está muy lejos de su capacidad mágica. Dubitativa toca su misterioso anillo y lo gira pensando si quizás una de las cargas podría realizar tal proeza.

Tras esto, ya solo queda ir al Portal del aire. Ilene observa su laúd y con una sonrisa busca un voluntario.....

De una cosa estáis seguros, hay que pronunciar el nombre de la fuerza elemental para poder coger la gema, de lo contrario seguro que nada bueno le ocurrirá a aquel que se presente voluntario, así que discurrís e intentáis recordar el nombre de la diosa del aire.

Al tocar el martillo sintió algo diferente a la vez anterior, muy diferente. Con la mano posada sobre el pecho de Thorgal pudo verle en el Gran Salón de Moradin junto a este festejando y disfrutando por su última gran batalla. El enano no podía estar en un lugar mejor y aunque le apenaba y en mucho a Crum no le quedaba otro remedio que aceptarlo y con su aceptación comenzó a desaparecer el cuerpo de Thorgal de su mano acabando de traspasar su cuerpo ya inexistente y tocando la mano contra el duro hielo.

Volvió con gesto solemne aunque notaba algo de confusión, un camino tan largo recorrido para acabar perdiendole, sin duda era un duro revés, peor aún si no conseguían salvar a los ocho enanos. Miro a Ilene, con cara de no saber que necesitar pero de pronto se le ocurrió una idea, los enanos estaban ya condenados por lo que por intentarlo no perdía nada. Llamó a Tom para que le ayudase y comentó al resto del grupo que avanzaran mientras el intentaba revivir a los enanos. - Muchacho necesitamos que uses el anillo para activar las llamas, avivar el calor de la sala y ver si este enano vuelve a su ser. Tengo que intentarlo. Por Thorgar tengo que intentar rescatar a sus hombres. Si esto no funciona no tardaremos Ilene pero sabes que no puedo dejar a estos valientes guerreros así.

Juntos cogieron una de las estatuas y la llevaron al otro lado del portal de fuego.

La idea desesperada de Crum no funcionó, ya que Tom había deshabilitado las custodias mágicas al pronunciar el nombre de Kossuth. Nada paso, haciendo que el enano maldiciera su mala fortuna por no poder ayudar a los enanos.
Quizás Emerald poseyera tal poder!

Ya solo quedaba el otro portal, atravesándolo volvieron a encontrarse con la misma escena. Una zona de seguridad que acaba en un acantilado con una caída interminable. En la distancia observaron la gema brillando radiante sobre una especie de altar que parecía mantenerse en el aire por medios mágicos. Torbellinos de aire se mueven de manera caótica. Sabéis por vuestra experiencia anterior que para coger la gema debéis pronunciar la palabra de la Señora elemental del aire “Akadia”, de lo contrario el desdichado voluntario se enfrentara a sus guardianes.

Ilene saca su espléndido laúd y comienza a entonar una canción que permitirá volar al voluntario. Tom intentó usar una argucia* intentado atraer la gema por medios mágicos pero ve que no puede. Estaba claro que había que llegar hasta el altar. Os miráis esperanzados, os queda poco para obtener la gema y abrir la compuerta situada que guarda lo que tanto ansia Emerald.

Andor mira con recelo las ráfagas de aire y la caída hacia el vacío. Suspirando profundamente dice a la bardo con su laud - Antes de decir que me ofrezco de voluntario, necesito me expliques... El vuelo lo controlas tú o yo? El peso de mi armadura influiría en el vuelo?-

Ilene aún no se había restablecido de la muerte de Thorgal y miraba a los ocho enanos que habían sido rescatados mientras dudaba de hacer uso de uno de los dos deseos que le quedaban disponibles. Al final decidió no hacer nada, siempre podría hacerlo más tarde si Elentari no era capaz de recuperarlos.

Un gran poder debía ser usado con cuidado.

Ilene mira a Andor con una sonrisa.

- Apenas conozco el instrumento, solo se que interpretaré una determinada melodía y uno de nosotros podrá volar. No se más, no lo he probado antes y solo lo puedo usar una vez cada día.

- Así que... ni idea - se alzó de hombros - Supongo que el voluntario podrá volar, pero será su problema cómo llegar allí. - Miró a Andor dubitativa - No se si con esa armadura que llevas podrás maniobrar bien...

La idea desesperada de Crum no funcionó, ya que Tom había deshabilitado las custodias mágicas al pronunciar el nombre de Kossuth. Nada paso, haciendo que el enano maldiciera su mala fortuna por no poder ayudar a los enanos.
Quizás Emerald poseyera tal poder!

Maldeció el momento en el que habían decidido ir al templo del fuego primero, él había dicho de seguir explorando pero el pequeño Tom tenía el poder de desactivarlo sin saber que quizá más pronto que tarde hubieran necesitado las llamas. Pero no podía culparlo, lo había echo con toda su buena intención pero habían perdido a ocho enanos. Sólo Brom había sobrevivido, pedirle a la dragona que les ayudara era una total locura, pero imaginó que una vez obtenido el tesoro pudiera marcharse de allí.

Tenía que enterarse una vez le entregaran las gemas, eso o si decidían matarla, a estas alturas su rabia era superior y la muerte de los enanos le afectaba con fuerza. Aún así Amra quizá pudiera hacer algo, ayudarles a devolver a la vida a los enanos. Ella era poderosa y sabía que por la gente de Thorgar podría hacerlo.

Se junto al resto del grupo y escuchó a Ilene decir que necesitaba un voluntario. Dejo caer su mochila, se quitó su ropa de invierno y posó sus armas sobre esta y se ofreció como voluntario. - ¿Cúal es la palabra que tenía que decir? Akadia, ¿no?. No estaba muy seguro de si iba a decirlo bien por lo que retomo el martillo de Thorgar. Si salía alguna criatura acabaría con ellas. - Venga muchacha acabemos con esto de una vez.