Partida Rol por web

Karian no quitaba la vista del prisionero, no se terminaba de fiar de aquella extraña criatura, y la verdad es que no terminaba de entender que siguiese con vida, pero él ya había dado su opinión, e incluso se había ofrecido a hacerlo, poco más podía hacer.

- Buscar la cabaña parece la mejor opción ahora, sobre todo desde que Elden nos ha dicho que penetrar en la torre puede llevar su tiempo y sus complicaciones.

Igual era meterse en una ratonera, pero ahora mismo lo único que necesitaba era descanso y alimento, lo demás le parecía secundario.

El Elfo volvió a lanzar su conjuro para hablar y entender a los Animales, inició, como todo buen interrogante, con una amenaza apuntando a su compañero.

El ratuno no logró entender lo que el Elfo decía. Él solo lograba entender el común y hablar el dracónido. Empezó a chillar de nuevo, y sus aullidos penetraban la silenciosa noche...

... Y de repente calló, calló cuando el afilada hacha de Kroner atravesó su cuello y separó su cabeza del cuerpo. Kroner era de los que actuaba, sus compañeros debían darse por bien servidos al haber advertido y dado una oportunidad antes de matarlo. Y la verdad es que habían hecho todo lo posible para lidiar con aquella bestia desconocida, seguro ellos sabían algo, pero de nada servía si no entendían.

Wim, asustado por toda la situación, solo repitió que la cabaña se encontraba a una hora de viaje al sur, y que ellos ya sabían el lugar. Mañana, al despuntar el sol, Wim cogería rumbo a la aldea a contar todo lo visto. No pensaba quedarse más tiempo del debido en ese lugar maldito. Con la información que tenía, ya era suficiente para alertar al resto que el inusual frío era mágico y provenía de aquel lugar abandonado hace siglos.

Salvo que se interesaran en algo más, el grupo apago las llamas del fuego y emprendió camino al sur. Efectivamente hallaron la cabaña construída en fuertes troncos de madera que habían resistido años de inclementes inviernos y fuertes tormentas primaverales.

Según Wim, la cabaña era usada por tramperos o cazadores de la zona, pero ya nadie se aventuraba por estas tierras y debía estar vacía. Efectivamente así fue al abrir la desvencijada puerta, el punto débil de la cabaña.
La cabaña era una sola planta vacía, salvo un hogar en el centro, lleno de cenizas y madera rostizada sin utilizar hace mucho tiempo. En un rincón había madera seca que podía usarse como leña y como material si querían reforzar la puerta.

Dalla entró en la cabaña y, rápidamente, apiló algo de leña y la encendió con un truco sencillo. El crepitar del fuego la envolvió y alejó por fin aquel horrible frío sobrenatural que parecía siempre presente en aquellas tierras. 

-Si no os importa, preparé mis conjuros y cuando acabe haré mi guardia. Estoy agotada y tengo la impresión de que mañana necesitaré toda mi magia.

Bofrund entró primero, empujando la puerta a lo bruto. Avanzó atolondradamente hasta un lado de la habitación, tiró descuidadamente la mochila a un costado y se derrumbó sin parcimonia. Luego apoyó la espalda contra la pared y comenzó a sacarse la nieve de la barba.
—Como lo veas mejor. Yo tomaré cualquiera de las guardias, me da igual.— dijo, jadeante de frío. Pero por lo menos el fuego ya estaba empezando a calentar la habitación. El enano ya no podía ver su aliento.

Elden lamento que su intento de interrogar a aquel extraño ser, fallara. Sabía que ya no quedaba mas remedio que acallarle con el filo de un arma. Y así, finalmente el hacha de Kroner acalló el chillido de la ratuna criatura.

Luego de esto, el grupo se dispuso a marchar a la cabaña nombrada por Wim. Era necesario moverse rápido, pues después de tanto ruido, era seguro que mas de esas criaturas pudieran aparecer. Afortunadamente, después de 1 hora de camino hacia el sur, pudieron llegar a la cabaña.

El enano fue el primero en entrar, asiendo valer su tosquedad haciendo que la puerta latigara al abrirse. La siguiente en ingresar fue Dalla, acompañada de Kroner. Elden fue el último en pasar al interior, miró para todos los lados, esperando que nada les hubiese seguido, tenía una extraña sensación de inseguridad, pero ya no podía ver casi nada, era una noche muy oscura. Aquella neblina ni siquiera dejaba ver el brillo de las estrellas.

La maga, encendió el fuego con uno de sus hechizos. El vigía se cuestionó sobre si esto sería una buena idea, pero el frío que había helado sus huesos reclamaban aquel calor. Elden se acercó al fuego, esperando recuperar un poco de su color, la estaba pasando mal después de aquella ráfaga de frío sobre natural. Será mejor que pongamos algunos troncos para atascar la puerta. Si nos atacan mientras dormimos, necesitaremos en mayor tiempo posible para incorporarnos y prepararnos para luchar. el elfo se dispuso a sellar puertas y ventanas (en caso de que hubiese varias). La madera seca, podía ser usada para reforzar la puerta y a ello se dedicó Elden.

Pues yo necesito descansar, por lo menos unas horas. Podría ser el tercero en tomar la guardia. dice finalmente.

Kroner había limpiado su hacha con el cuerpo de la criatura y la nieve circundante. En la Legión habían hecho mucho incapié en limpiar concienzudamente las armas que utilizaban, ya que debían estar listas y afiladas en cualquier momento.

-Si ese es tu deseo, mucha suerte, Wim, y que Tempus proteja tus pasos- le dijo a manera de saludo. Realmente le sorprendía que quisiera alejarse en ese momento, cuando ya faltaba poco para que la noche cayera sobre ellos.

La caminata siguiente había sido silenciosa. Kroner había estado cubriendo la retaguardia en todo momento, ya que Elden era el que podía llegar a conocer la dirección de la cabaña. Temía que los atacaran por la espalda, cansados y ateridos por el frío sobrenatural. Estaba de mal humor, además, ya que la rata había significado no sólo una pérdida de tiempo, sino también un enemigo peligroso.

Cuando Bofrund entró a la cabaña, seguido por Dalla, él los acompañó agradecido de poder tener un techo y paredes firmes que los separaran del exterior. En un momento así, cualquier ayuda venía bien.

-Descansa, Elden, con Karian podremos ocuparnos de tapiar lo necesario- dijo acercándose al elfo para recibir las maderas que ya había comenzado a juntar para usar como barricada -Yo puedo ocuparme de la primera... con tanta tensión dudo que pueda descansar aún-

El enano ingresó abruptamente a la cabaña, castigando la desvencijada puerta que a pesar de ello se resistía a ceder y caer. Aquella puerta poseía personalidad, dura y resistente como un enano a pesar de su apariencia frágil y vieja. Toda una puerta!

Inmediatamente la maga cogió un trozo de leña y la lanzó a la hoguera central mientras el resto buscaba como reforzar la entrada. Sin que nadie se diera cuenta, las cenizas se movieron y de un rápido movimiento una serpiente camuflada de dos metros de larga saltó y atacó a la maga desprevenida.

Los rápidos movimientos impidieron que la serpiente clavara sus colmillos en ella, pero el movimiento hizo que se cayera al suelo sobre sus posaderas.

Aquella serpiente se había camuflado lo bastante bien con las cenizas que yacían en la chimenea, seguramente ese era el lugar que tomaba de alguna manera como nido, ahora alguien llegaba a interrumpir su descanso y como animal territorial que era, no vaciló en atacar. Lo que le hacia mas peligrosa era su tamaño, si lograba envolver a alguno, la tendría difícil para escapar.

Tenemos que alejar a esa cosa de Dalla, lo antes posible. le dice a Kroner, mientras saca su arco y le dispara a la serpiente POR AQUÍ!! le grita a la boa. Elden suponía que ella atacaría a la figura que le viera con mayor amenaza.

-YYIIIIKKSSSS!!!...

Dalla se vió en el suelo antes de poder hacer nada. La enorme serpiente le había dado un susto de muerte. No es la primera que veía pero a nadie le gustan las serpientes! Y menos tan grandes! La hechicera dudó entre concentrarse en esquivarla o lanzar el último conjuro que le quedaba...

Kroner se sorprendió tanto como los demás, ya que cuando escuchó los gritos aún estaba soltando sus pertenencias.

-¡Dalla!- gritó intentando interponerse entre la serpiente y ella con el escudo en alto.

Su hacha descansaba en su cinto, lista para ser usada, pero ahora era momento de evitar un mal mayor: que la serpiente apresara a su protegida.

Bofrund se dio la vuelta sobresaltado al escuchar el ruido que hizo el animal. Estaba oscuro, pero sus confiables ojos de enano le dejaban ver claramente que una serpiente de buen tamaño estaba saliendo de la hoguera. Pero Bofrund no se asustó, el enano estaba demasiado cansado como para asustarse. En lugar de eso, tomó su martillo y aplastó el cuerpo del animal al grito de —¡Por la barba de Moradin! ¡QUIERO DORMIR DE UNA PUÑETERA VEZ!

Karian agarró con fuerza la espada y el escudo e intentó situarse junto a Kroner frente a la serpiente, suponía que la magia de Dalla podría protegerla del ataque, pero si podía evitar descubrirlo, mejor. Corrió rápido, y rezó a los dioses por que fuese suficiente. Intentó golpearla con fuerza, odiaba aquellos bichos.

La serpiente en primera instancia agresiva, pareció no querer combatir después de la flecha clavada de Elden. Empezó a huir de la cabaña en dirección a la puerta, pero para llegar a la salida, necesitaba cruzar por una lluvia de hachas y espadas...

Evidentemente no logró escapar de la cabaña y su carne se convertiría en carne para preparar. Kroner a pesar de no ser un hábil cocinero, sí sabía como preparar y destripar una serpiente. Precavidamente revisaron toda la cabaña para no sufrir más sobresaltos, sin hallar nada más que unas ollas y utensilios escondidos bajo una tabla suelta.

Ya acomodados y con la puerta reforzada, encendieron el fuego y aún así dividieron guardias. Comieron y charlaron plácidamente en la noche previa a lo que hasta el momento sería su mayor desafío como grupo. El torreón los esperaba para ser explorado para averiguar el origen de la maldición.

Nada sucedió en medio de la noche, ninguna criatura atravesó esa puerta y ningún sonido extraño se escuchó por fuera salvo el canto de los cuervos.

El sol salía de nuevo, y con él llegaba un nuevo mes. Khes, un mes que no presagiaba un clima ameno, y por lo contrario, era el mes más frío.

Wim, a pesar de estar rodeado de fuertes y valientes aventureros armados hasta los dientes, reflejaba en su rostro la falta de descanso y el miedo era evidente; Era un simple trampero que a pesar de vivir en una zona como aquella, prefería permanecer lejos de los peligros.

-Hasta aquí los acompaño, valientes. Hablaré sobre todo lo que he visto y los esperaré de regreso en Filo del invierno, ya conocen el camino de regreso y no siento que pueda ser de mayor ayuda!

Dalla se despidió de Wim poniendo su mano sobre el hombro del granjero. Demasiado había experimentado ya. Lo más seguro es que lo más peligroso a lo que se hubiera enfrentado hasta ayer fuera un lobo solitario y desesperado. Dalla le reglaó una sonrisa y le pidió que se asegurara de que Petrus no quisiera venir al rescate. Conocía al viejo explorador y era muy protector con ella.

Después calentó un poco de pan al calor del fuego de la chimenea y desayunó algo. Iba a necesitar las fuerzas más adelante. Intentó atesorar hasta la más mínima partícula de calor que el fuego ofrecía. Tenía que intentar aprender un conjuro de protección contra el frío cuando tuviera la oportunidad.

La serpiente no tuvo elección ante la ráfaga de golpes que recibió cuando atacó. Realmente no tenía opción, cualquiera hubiera hecho lo mismo, más por defensa que como ataque, pero estaba encerrada. De todas formas, sería un buen alimento para esa noche, no sería la primera vez...

-¿Estás bien?- le preguntó a Dalla una vez vio que la serpiente no se movía más.

Sólo esperaba que no fuera venenosa... porque realmente no reconocía la especie.

Aunque despellejarla no fue difícil, intentó hacer algo sabroso con lo que había. No fue una cosa de otro mundo, pero al menos se podía comer.

-Buen disparo Elden, vaya reflejos y puntería- dijo más relajado mientras revolvía la comida -Y Bofrund, has demostrado una vez más el valor de un enano en el combate... yo tuve un par de compañeros en la Legión, había uno especialmente...- dudó un momento -Grundar creo que se llamaba. Un buen explorador, sigiloso como un mediano y mortal como un enano-

Una vez comidos y bebidos, Kroner se dedicó con Karian a tapiar la puerta mientras los demás descansaban. Intentaban hacer el menor ruido posible, y apenas vieron que podían llegar a estar seguros, detuvieron la obra. Kroner observó el fuego y ante la voluta de vapor que salió de su boca se dio cuenta que estaban entrando a una temporada complicada en la Marca. Posiblemente tendrían que volver pronto, ya que las nieves se vuelven traicioneras. Tal vez podían ayudar con el muro. Dudaba que los orcos se animaran a salir con un tiempo así, pero también es verdad que podían estar desesperados ante tal panorama.

Cuando terminó su guardia, Kroner se dispuso a descansar. Dejó su hacha a mano, y el arco lo desarmó para que no se malgastara la madera.

A la mañana siguiente, luego de que desayunaron y cuando Wim se despidió de todos, Kroner se le acercó.

-Has sido de mucha ayuda, que tengas un buen regreso bajo la mirada de Tempus- le dijo mirándolo a los ojos.

Por más que no era un guerrero aquel trampero, había sido valiente al guiarlos hasta allí. Ahora les tocaba a ellos continuar con la misión.

Miró al elfo cuando ya tenían todos los pertrechos listos.

-¿Crees que tus compañeros entraron por aquel pasadizo?- preguntó el iluskano -Si ha sido así, deberíamos entrar también nosotros. Si había trampas seguramente las han desactivado, y si no ha sido así, las han activado- era pragmático Kroner -Además, podríamos encontrarlos refugiados dentro- aunque en el fondo no lo creía, pero le parecía que si eran compañeros de Elden, éste querría encontrarlos con vida -¿Qué les parece? Avanzamos lo más rápido posible hasta el pasadizo y entramos. ¿Es ancho o sólo para una persona?- le preguntó al elfo -Bofrund podría ir al frente con Gonkar, luego Dalla y tú, y yo cierro la marcha con Karian-

Aquella serpiente fue un verdadero imprevisto, pero afortunadamente no dio mayor problema al de un pequeño susto. Elden se complació antes las palabras de Kroner, mientras comía de su guiso de boa, la comida caliente le hizo recobrar poco a poco sus fuerzas, pero aún necesitaba de un descanso.

El vigía durmió casi al mismo tiempo de Dalla, pero despertó mucho mas pronto. Su lejano legado de las hadas, le hacia necesitar solo la mitad del tiempo de lo que un humano necesitaba para descansar. Su guardia fue tranquila solo en parte, su pensamiento le llevaba a pensar en la suerte de sus camaradas elfos y la posibilidad de encontrar a Riseli sin vida.

La mañana llegó con un frío aún mayor que el de la mañana anterior. Todo parecía anunciar la llegada de Khes, un mes que podría traer con sigo una helada imposible de soportar en las actuales circunstancias. Elden alistó sus cosas y volvió a calentar algo del guiso hecho por Kroner, aquella boa de dos metros, había dado carne de sobra, el vigía guardó un poco, salándola para que se conservara*. Luego vinieron las preguntas del montaraz. A las que el elfo respondió con algo de zozobra.

Al paso en el que vamos, no creo que ninguno este con vida. Aquel portón no había sido usado en años. Si los exploradores de la orden entraron, no fue por ahí, así que si hay trampas, estarán a espera de los que quieran pasar, lo de la entrada fue sin duda una de ellas. No sé si sea mejor buscar otra posibilidad para ingresar al torreón o incluso, dejar la discreción y solamente ir por la puerta principal a enfrentar lo que haya detrás detrás de ella. Aquel pasillo de la puerta escondida, parece lo bastante amplio para ir dos en linea sin problema, pero con tanta oscuridad no pude precisar mucho. dice a espera de que se tome una decisión. Entrar por la puerta que estaba oculta, buscar otra forma, o entrar por la principal; esa seria ahora la cuestión.

Elden despidió al trampero deseándole buen viaje de regreso, parecía este lo bastante listo para llegar hasta la villa sin mayor percance, pero igual, con tantos peligros acechando, parecía mejor idea que no fuera solo. Si gustas puedes acompañarnos hasta el punto en el torreón. De ahí puedes seguir tu camino de regreso. Al menos que conozcas una ruta mas segura, desde este punto. le expresa aquella opción al trampero, mientras espera a que los demás se terminen de alistar.

Era la primera vez que Bofrund comía carne de serpiente. Era extraña y gomosa, pero tenía un sabor familiar que era dificil de identificar ¿Pollo quizás? No importaba realmente, servía para llenar el estómago y, después de cenar, el enano se hechó a dormir como un tronco.

Con las primeras luces de la mañana, el grupo comenzó a ponerse en movimiento. Los cazadores cambiaron las cuerdas de sus arcos, la maga se sentó a leer sus incomprensibles notas, y mientras Bofrund y Karian hablaban sobre las diferencias que puede haber en el balance de un arma a otra, el mediano se dedicaba a hurgarse la nariz.

Una vez el equipaje estuvo listo, el enano se sentó sobre su mochila a un lado de la puerta, esperando que el resto se decidiera a salir. No tenía mucho que opinar. No conocían el torreón, no sabían que podía haber adentro ni nada realmente, aparte de cómo se veía desde afuera. Cualquier opción le parecía igualmente válida y se limitó a asentir con la cabeza cuando comenzaban a hablar de una formación para explorar el lugar. El enano confiaba plenamente en que su escudo cubriría cualquier cosa que viniera desde el frente.

Después de haber ayudado a Kroner a apuntalar las defensas de la cabaña, Karian agradeció el poder llevarse al gaznate algo caliente, aunque fuese algo tan extraño para su paladar como un guiso de serpiente. Una vez había escuchado a un viejo explorador que el sabor de la serpiente era exquisito, algo digno de los dioses, pero a él se le hizo gomoso y correoso, pero sabía que las oportunidades debían aprovecharse, así que había tragado como había podido el guiso y se había retirado a dormir, confiando en que las defensas aguantasen.

Se levantó con la sorpresa de que Wim pensaba dejarles, no le parecía sensato que volviese él sólo, Karian se había hecho a la idea de que les esperaría en la cabaña, y por un momento estuvo tentado de partir con él, de escoltarle hasta la aldea, pero sabía que era ridículo, que Wim seguramente se apañaría mejor sin él, y además su lealtad era para sus compañeros. Con los que poco a poco, y a pesar de su silencio, se había ido sintiendo más cómodo.

Charló con Bofrund sobre las armas, tampoco él tenía mucho que decir sobre el torreón, la parte estratégica se la confiaba a Kroner y Elden, era plenamente consciente de sus limitaciones y de sus puntos fuertes, y para él eso significaban la espada y el escudo. Sonrió al enano y esperó a que partiesen hacia el torreón.

Kroner se quedó pensando y miró a los demás, especialmente a Dalla.

-¿Qué opinan?- preguntó el iluskano -Yo siempre me voy a decantar por el sigilo, aunque ello signifique arriesgarnos a alguna trampa...- se detuvo en la maga -¿Crees que si fuera mágica podrías encontrarla antes de que se active?-

Las palabras del conjuro de detección mágicabailaron en su cerebro antes de contestar.

-Si son mágicas, sí. El problema serían las de origen mecánico. Por mi parte pienso que es mejor intentar entrar por el sótano. Si esa entrada tiene trampas, la principal tendrá el doble.