Partida Rol por web

Si en una palabra tuviera que describir a Gonkar, Kroner lo haría con la palabra "Valiente". No todos se animarían a adentrarse en una aventura como la que estaban por vivir con solo una lanza de madera y un cuchillo.

-Gonkar, si necesitas un arma mejor, te puedo prestar mi hacha- le dijo ofreciéndole el hacha de mano -No es demasiado, pero al menos es un buen acero.- agregó con una leve sonrisa -Es de mi pueblo-

Si él la aceptaba, estaba dispuesto a prestarla. No quería verlo morir por romperse la punta de su lanza, o por no poder traspasar una armadura con su cuchillo. Él tenía la suya de batalla...

El frío que se encontraron durante el camino realmente era mucho más de lo que el iluskano se podía esperar. Aún con su resistencia por tanta exposición al frío parecía ser nada frente a ese viento helado, esa nieve que lograba penetrar en todas sus ropas, y esa falta de sol que podía volver loco a cualquiera que pasara demasiado tiempo en esa situación.

La vida ha escapado de estos parajes... pensaba Kroner mientras observaba el paisaje gris por debajo de su capucha y bufanda... Completamente inhóspito...

El montaraz había estado compartiendo bastante tiempo con Wim, pero no lo encontró de suficiente interés. Aunque guiarlos por esta zona no podría catalogarse de cobarde, estaba seguro que en un enfrentamiento poco o nada podrían contar con el trampero. También se dio cuenta de las miradas que le dedicaba a Dalla, y no pudo contener una leve sonrisa de sarcasmo. Dalla nunca se fijaría en un hombre como él. Ella venía del Clan del Águila Blanca, sobrina de Grank, el caudillo del Clan. No, ella se fijaría seguramente en un hombre que pudiera defenderla cuando ella no pudiera hacerlo con su magia, un hombre que pudiera demostrar su valía. O eso creía él.

Cuando finalmente encontraron el torreón, y Wim mencionó que ya sería el ocaso, Kroner sintió el cansancio del viaje. Ahora quedaba lo más difícil.

-Buena pinta no tiene, eso seguro- dijo Kroner mientras armaba su arco para tenerlo listo de ser necesario -Pero antes de que te acerques, podríamos investigar un poco antes de entrar- agregó mirando a Elden -¿Me acompañas a rodearlo? Puedes ir por un lado y yo por el otro, así no tardamos mucho.-

El iluskano tensó un momento su arco para revisar que estuviera bien armado, y luego sacó una flecha.

Karian se sentía complacido ante la decisión de ir al torreón, pero se sentía más satisfecho por no tener la responsabilidad de decidirlo él. Aunque en su pueblo fuese un héroe, él no se sentía así y prefería que los demás tomasen las decisiones, que cargasen con la responsabilidad. Sólo se sentía cómodo con el mango de la espada en su mano. Así que siguió al grupo desde su puesto de retaguardia, silencioso y pensativo.

Divisó las cuatro torres y sintió algo de vértigo, no era un experto en magia, pero había algo allí que le ponía nervioso, aunque no tenía porqué ser magia, sólo peligro. Miró al cielo para intentar saber qué hora del día podría ser, pero la gruesa capa de nubes le mantenía en la ignorancia. Lo único que sabía es que era demasiado tarde para entrar. Vio a Dalla acercarse y estuvo tentado de agarrarla por el brazo.

- ¿No sería mejor esperar a que la luz del día guie nuestros pasos;

Al ver que todos sus compañeros se disponían a hacer algo, Bofrund se sacó la mochila de encima y se dejó caer pesadamente al suelo. Casi compadecía a su mula, que tenía que cargar con bastante más cosas.
—Definir "luz del día" parece un poco más subjetivo aquí, pero estoy de acuerdo. Karian, Wim. Denme una mano para que terminemos esto más rápido.
Dado que poco entendía de magia y tampoco era el mejor vigía, el enano estaba ya desplegando la tienda y poniendo las primeras estacas. No iba a dormir en medio del viento frío y a la mirada descubierta de la sombría torre, que le resultaba bastante inquietante. No sería mucho pero cualquier refugio era mejor que nada.
En todo el rato que estuvo ocupado levantando campamento, Bofrund no quitó la mirada de la estructura de piedra, intentando deducir alguna cosa sobre quién podría haberla edificado, sin embargo le costaba encontrar nada particular sobre la arquitectura de la Torre, por lo menos desde fuera.

Había llegado el momento. Las expectativas eran muchas y la situación parecía empeorar cada vez mas. El frio de aquella mañana, estaba por fuera de los parámetros imaginables y era seguro que podía empeorar mas. Elder dejó su caballo en el potrero, dejándole al cuidado de un joven que parecía tener mucha afinidad con este tipo de animales, diciéndole que cualquier gasto lo compensaría al volver y sino lo hacía, podía disponer de el como suyo, estaba seguro de que lo cuidaría como es debido.

Acarició el lomo de su montura por última vez antes de dejarle. Aquel animal le había salvado la vida, al sacarlo rápidamente del bosque, pero ahora las condiciones eran otras y los posible enfrentamientos con criaturas hostiles, podían significar una muerte segura para el equino. Una vez concluido el arreglo con su cuidador, volvió con sus compañeros.

Noto la preocupación de Gonkar, al no tener un arma que fuera de una mejor calidad, aquellas cosas eran de mucha importancia y de haberlo sabido así, se hubiesen tomado algunas de los Kobolds con los que se habían enfrentado, la diferencia de altura entre el mediano y estos, no era mucha. Ya Elder no podía hacer nada, pues era poco su dinero y no contaba mas que con su arco y una espada ropera.

Se trata de la líder de una cuadrilla de exploradores de la orden a la que pertenezco. Seguramente fueron a investigar, pero el que no se haya vuelto a escuchar nada de ellos, no es una buena señal. respondió al montaraz y atendiendo a su iniciativa, pidió al sacerdote de Lazander, vendas y otros utensilios que ayudaran a atender a los posibles heridos.

Fue una larga caminata a pie, después de todo no le pareció tan buena idea viajar sin montura. El torreón estaba al fin frente a los ojos de todos. La maga habló sobre un mal presentimiento y la imagen de aquella lúgubre edificación, no daba para menos. Asintió a la idea de Kroner Será mejor explorar la zona, mas aún si pensamos acampar por fuera del torreón, aunque francamente parece mejor estar adentro que afuera, acá somos muy vulnerables a los peligros de la noche. dice a sus compañeros, pera luego ponerse en lo de la exploración.

- Ser buen grandullón, pero Gonkar no necesitar hacha de gran hombre. Lanza moldearse mejor a los dedos de Gonkar*, pero lanzas no resistentes. Si lanza partirse, Gonkar necesitar hacha.

Ambos guardabosques fueron a hacer lo que mejor sabían: Explorar.

Mientras el resto del grupo ayudaba a Bofrund a instalar su tienda, tratando de cubrirla por algunos árboles, Elden y Kroner se dispusieron a batir el área circundante al torreón. Acampar en ese sitio era buena idea para explorar al día siguiente, sin el peso del viaje a cuestas, pero significaba un gran riesgo porque sí o sí debían encender un fuego para calentarse y era imposible ocultar ese fuego.

Kroner cogió por la derecha y Elden por la izquierda. El lado de Kroner contenía más follaje y algunos troncos muertos y secos, no fue lo sigiloso que quería, pero era muy poco probable que se escuchara desde adentro del torreón.
Al acercarse, observaron que las ventanas estaban compuestas por un vidrio completamente opaco por el paso de los siglos, pero se conservaban intactos. Estaban reforzadas con barrotes de hierro que impedían la entrada de cualquier hombre o mediano. La piedra era gruesa solida y mohosa, treparla era una tarea difícil.
Las tres torres en pie no tenían acceso desde afuera y tenían aspilleras ascendentes como en espiral (las escaleras internas subían en forma de espiral). En lo alto de las torres habían almenaras, pero nadie vigilaba.

Ambos guardabosques se encontraron en la parte trasera del torreón, no habían encontrado gran cosa. Pero Elden, con sus sentidos sin iguales, observó dos cosas:

La primera, cerca de la pared del torreón había un montículo de densos matorrales, hasta ahí todo normal, la zona estaba lleno de ellos. Pero el Elfo fue más allá y señaló a su amigo que enseguida compartió lo que pensaba: Una trampilla olvidada tiempo atrás y en completo desuso, al acercarse y limpiar un poco la zona observaron que se trataba de una puerta doble instalada de forma horizontal (es normal cuando la entrada da a unas escaleras o a un subterráneo). Aún con el pasar de los años, la puerta se conservaba en perfecto estado a pesar de ser devorada por la fauna reinante de la zona.

Adicionalmente, Elden observó una extraña estalagmita de hielo, de dos metros de altura que apuntaba hacia el cielo opaco. Había pasado desapercibida porque su color era similar al de la pared del torreón, pero desde donde se encontraban, era más perceptible.

Por otro lado, el Enano observó la esctructura de piedra a la distancia, al ver la torre derruída enseguida se dio cuenta que no era de manufactura Enana. Los de su raza habrían hecho un mejor trabajo, sus estructuras duraban milenios sin que el tiempo les hiciera daño. Eso si, el torreón era muy antiguo.

No era recomendable explorar un lugar medio derruido en ningún momento del día y mucho menos si es una trampilla subterranea, pero hacerlo a mitad de la noche era incluso más peligroso. Una vez la tienda estuvo montada Bofrund se entretuvo acomodando y reacomodando las piedras alrededor de la fogata. La torre seguía siendo un gigante negro recortado contra el cielo, pero pasado un tiempo el enano superó su temor y ya no estuvo inquieto. La estructura no tenía nada de particular, y no recordaba ninguna mención puntual a ningún edificio similar en la zona. Probablemente fuera solo una fortaleza más de las tantas que se habían usado durante los primeros conflictos contra los orcos.

Una vez encendido el fuego, trató de pasar el rato enseñandole a Gonkar a jugar a las cartas, pero era imposible hacer que el mediano se concentrara más de cinco segundos por lo que fue poco productivo. El enano pasó la cena mascando carne seca lentamente y tan inclinado sobre el fuego que casi se le chamusca la barba, e insistiendo en que quería hacer la primera guardia porque una vez que lo despertaban no podía volver a dormirse una vez terminado su turno, por lo demás estuvo callado tratando de concentrarse en no pensar en el frio.
 

-Parece que tendremos que entrar por aquella puerta- le dijo el explorador al elfo -No pareciera haber otra entrada...- y luego señaló la estalagmita -Es raro...-

El iluskano se mantenía alerta. Observaba los alrededores, buscando cualquier cosa que pudiera significar una amenaza para ellos y sus compañeros. Pero lo que le llamó la atención lo dejó sin palabras. Sólo señaló el fuego que se veía desde allí.

-Han hecho un fuego... no puedo creerlo- dijo molesto -¿Pero es que preferían avisar que llegábamos? Mejor sería que volvamos y los instemos a avanzar, de nada sirve quedarnos aquí...-

Luego, pensando mejor, miró al elfo.

-¿Encontraste algún rastro de los exploradores?- preguntó extrañado.

Mientras devoraba los alimentos que Kroner le había asignado, Dalla discutió un poco con Bofrund por las guardias, ya que la maga necesitaba dormir un mínimo de horas seguidas para recuperar la capacidad de lanzar sus conjuros. Lo mejor era que ella hiciera siempre la primera guardia.

La verdad es que estaba nerviosa por acampar tan cerca del torreón y se temía que, de cualquier manera, no pasarían la noche sin sufrir alguna clase de ataque. La noble esperó ansiosa al regreso de Kroner y Elden. Estaba nerviosa por la responsabilidad de permanecer alerta en plena noche. 

Karian no estaba muy convencido sobre la conveniencia o no de encender un fuego, pero allí fuera hacía demasiado frío y dudaba de que fuesen capaces de sobrevivir sin el calor de la hoguera. Era cierto que Bofrund había preparado muy bien las tiendas y que el viento apenas se colaba entre ellas, pero Karian era incapaz de imaginarse dormir allá fuera sin el calor de la lumbre.

Dejó al enano y la maga discutiendo sobre las guardias y salió a ver el torreón, parecía demasiado abandonado como para resultar una amenaza para el pueblo, pero había algo en aquella silueta recortada contra la fría noche que le erizaba el vello de la nuca. Bueno, tendría que esperar a ver qué era lo que contaban Kroner y Elden.

Se le ocurrió una idea, ya que eran seis, ¿porqué no hacían las guardias dobles? Tenía la extraña premonición de que iban a necesitar cuatro ojos. Volvió con el resto y se lo comentó.

Dalla sonrió ante la propuesta de su compañero.

-Es una magnífica idea, Karian. Yo dormiré (y vigilaré) más tranquila sabiendo que son cuatro los ojos que permanecen atentos.

Elden discutió con el montaraz sobre los hallazgos encontrados. Aquella, tranpilla pudiera ser una entrada mas segura que la puerta principal, su desuso hacía suponer que podría tener menos vigilancia. Al elfo no le gustaba la idea de acampar afuera, prefería entrar sin ser visto y seguir buscando a los otros exploradores. Algo aquí no esta bien. Debemos seguir avanzando. esa era su opción, pero algunos podrían verlo como una idea obcecada de encontrar a sus camaradas elfos.

A su regreso, encontraron fuego y una tienda armada. Elden comentó sobre los hallazgos y luego objeto sobre el fuego Me preocupan mas los enemigos que podamos encontrar acá afuera que a allá adentro. Aún no hay señales de los exploradores, pero es seguro que se dirigieron a este lugar. Creo que debemos de hacer los posible por entrar o buscar algún otro lugar para acampar.

Kroner pensaba lo mismo que Elden, como se lo había dicho antes.

-Una vez dentro dará lo mismo que sea de noche o de día, pero estar aquí a la intemperie, con un fuego como faro, creo que sería aún más peligroso- opinó el iluskano -¿Están muy cansados como para continuar? Porque tal vez podemos encontrar algún refugio apenas entramos al torreón-

Dalla era la que podía llegar a estar suficientemente cansada como para querer no continuar, de un enano no se esperaba tal delicadeza. Hasta Gonkar seguramente querría continuar.

-Por más que a este punto, si hay alguien dentro ya sabe que estamos aquí...- no agregó más nada con respecto al paradero de los exploradores porque él ya no creía encontrarlos vivos, por lo que eso generaba una nueva incógnita: ¿qué había acabado con ellos?

Como dices, si nos tenían que ver, ya nos han visto. No sé si sería buena idea dormir DENTRO del torreón. Por lo que sabemos, quizás nos caiga una horda de fantasmas nada más entrar pero confiaré en vuestro juicio como exploradores. Kroner tiene más experiencia que yo en el campo de batalla, así que apoyaré su propuesta.

¿Qué me dices, Bofrund? ¿Entramos? 

Bofrund miró a su alrededor y se encogió de hombros con resignación.
—Meh...Dormir dentro ciertamente será más cómodo, pero acá ya está todo montado. Dudo que sea más seguro. Sin embargo, ya accedí al cambio de guardias asique otro cambio más... Pero sepan que aun dentro va a hacer un frío de mil demonios, el fuego va a seguir siendo necesario.

Kroner frunció el cejo ante tal faro de fuego que podía ver desde su posición, acostumbrado a las largas jornadas de viaje y a las sigilosas escaramuzas. Siempre intentaba evitar el fuego en las noches o por lo menos buscaba un buen lugar donde esconderlo lo mejor posible, pero en esta ocasión no había un lugar así. Iba a correr a apagar las llamas con sus propias botas, pero Elden lo detuvo.

Entrar por esas puertas parecía una buena opción para el Elfo, pero no lo harían solos, tendrían que contar con el resto del grupo. Pero antes probaría conseguir más información:

Sigilosamente se acercó a la Estalagmita para examinarla, al acercarse lo suficiente entendió que la extraña estalagmita contenía algo en su interior: Un humanoide del tamaño de él. Más detenidamente observó unas orejas puntiagudas, de Elfo. Un Elfo congelado y atrapado dentro de la cristalina estalagmita de hielo. Su expresión denotaba horror y miedo.

Todo tipo de pensamientos pasaron por su cabeza, y todos ellos convergían en un nombre: Risiel. 

Desesperado buscó en los alrededores algún animal con el que pudiera usar su habilidad especial de hablar con ellos. Lo único que encontró fue un cuervo de mirada desdeñosa, posando en la rama de un árbol muerto. Su pico negro solo graznaba a los oídos de Kroner, pero Elden entendía lo que decía y preguntaba sobre lo que sucedía.

El cuervo pudo suministrar poca información, al parecer dos lunas atrás observó un grupo llegar, pero la "muerte fría" rondaba los alrededores y los convirtió en cristales. "La muerte fría" obedecía a "hombre sin rostro" y "hombre sin rostro" era capaz de hacer magia. Hombres bestia que comen pájaros y ratas andaban con "hombre sin rostro".

Interrogar o sacar más información al cuervo le resultó imposible a Elden y el pájaro emprendió su vuelo, advirtiendo el devenir de la muerte para todos.

Elden buscó rastros en los alrededores, huellas que pudieran servir para rastrear. Pero la noche era oscura y la nieve caía ocultando huellas que no eran frescas. Sin más que hacer, volvieron al campamento.

Encontraron al grupo debatiendo los turnos de vigilancia. El Enano masticaba carne seca mientras la escarcha se le acumulaba en sus barbas y el mediano insistía a Bofrund con "Esta vez si aprenderé a jugar". Dalla repasaba su libro, pero lo cerró ante la llegada de su protector y Karian contemplaba el torreón, su próximo desafío para demostrarse como un verdadero aventurero.

Kroner dijo lo que tenía que decir con respecto al fuego y a continuar y nadie opuso particular resistencia. El Enano desenfundó su hacha, Karian su espada y Gonkar su lanza. Estaban listos para seguir a los exploradores, pero antes escucharon atentamente lo que habían encontrado en su pesquisa.

Al parecer habían dos entradas a la estructura: La puerta principal y la puerta al subterráneo abandonada.

Elden estaba realmente impactado Quien o que cosa es capaz de manejar el hielo de esa forma? El vigía comentó a sus compañeros lo que descubrió No sé bien a lo que nos enfrentamos, pero lo que sea que esté allá adentro no son fantasmas ni nada que se le parezca. Hablamos de alguien capas de usar la un magia poderosa, al que el cuervo llamó Hombre sin rostro, quien parece ser quien lidera; lo otro es una criatura capaz de manejar el frio a tal nivel que puede encerrar a cualquiera en un bloque de hielo y este anda con algunos Hombres bestia, tal vez pueda tratarse de licántropos o algo similar. Son enemigos verdaderamente fuertes. Si los enfrentamos a todos a la vez, no sé si tendremos oportunidad. El cuervo dijo que el grupo que llegó hace 2 noches fue perseguido y atrapado en esas estalagmitas. Hasta ahora solo hemos visto una, pero seguramente hayan mas. Tal vez alguno se las haya arreglado para escapar, tal vez este a allá adentro, tal vez este siendo perseguido en el bosque mientras nosotros hablamos. Elden parecía estar alterado; aquella imagen no se quitaba de su mente. El temor de que Riseli fuera quien estaba atrapada en la estalagmita le producía una angustia que no lograba borrar.

Dalla tiritaba mientras escuchaba la narracion de Elden.

-Tiene pinta de tratarse de un elemental o algo así. Eso sugiere una magia invocadora poderosa. En cuanto a los hombres-bestia... vete a saber. Quizá se trate de gnolls o algo así, no sabemos mucho sobre la clase de monstruos que habitan por la zona. En cualquier caso, si teníamos alguna duda sobre si entrar o quedarnos, por mi parte ha quedado resuelta. Entremos por el subterráneo, y que sea lo que Tempus desee.

La dama se acercó al elfo y le puso la mano en el hombro.

-Ánimo. Si ha sobrevivido tiene que estar dentro de la torre. Y, si lo está, lo encontraremos.

¿Un elfo atrapado en una estalagmita y un cuervo que habla? No sabía cual de las dos cosas le erizaba más el vello de los brazos. Bueno, si, el elfo atrapado en un bloque de hielo. Sobre todo si era uno del grupo que les había precedido. Aquello no presagiaba nada bueno, y ellos iban a meterse de cabeza en la torre, sin descansar siquiera. ¡Con el cariño que había demostrado Bofrund al montar el campamento! De todas formas él no iba a protestar, no terminaba de entender demasiado bien el motivo para no esperar a que algo parecido a la luz les ayudase, ni entendía qué había de malo en esperar a que viniesen a por ellos allá fuera en lugar de meterse en la boca del lobo, pero todavía se sentía un pobre campesino al lado de sus nuevos camaradas.

Sacó la espada y se preparó para cerrar el grupo, siempre con la torre de fondo y con la sensación de que algo capaz de congelar elfos de aquella manera no debía ser nada bueno. Y cuando Elden Filo del Bosque habló de licántropos, sintió un leve temblor en el arma que sujetaba la espada.

Esto estaba mostrándose un desafío bastante mayor a lo que pensaba en un momento. ¿Un mago? No hay problema. Pero cuando ese mago se rodea de criaturas poderosas es otro cantar. Su afán de Gloria y Victoria parecía entrar en contradicción con lo que le habían enseñado en la Legión. Su parte bárbara con su parte civilizada, esas dos partes que había aprendido a equilibrar para sobrevivir en el descampado de la Marca Argéntea, pero que ahora lo ponía en una bifurcación.

Si obedecía a su parte bárbara, más primigenia, la que aprendió desde niño, debía avanzar con el arco y el hacha preparado para morir en combate por un bien mayor. Una muerte honorable, en combate, con Tempus junto a él acompañándolo hasta que su último suspiro escape de su cuerpo, dejando un cuerpo helado en aquella tierra inhóspita.

Si obedecía a la parte más bien civilizada, debía regresar, aprovisionarse para el enemigo que tenían delante. Debía armar un plan, reproducir un plano del torreón y averiguar más sobre él. "Información y planificación", eso siempre le decía su Capitán. Preparar la Victoria, dejarla servida, segura. No arriesgarse cuando no hay efectivos suficientes para hacerlo.

Kroner miró a los que lo acompañaban. Sus ojos se detuvieron en Dalla. Ella era su protegida. Daría su vida por salvarle la suya. ¿No estaba arriesgando por demás la vida de la sobrina del caudillo? Él estaba dispuesto a morir en combate, ¿pero podría verla morir a ella?

Ya vieron que los exploradores no habían podido hacer demasiado, ¿qué los hacía diferentes a ellos? De acuerdo, eran elfos y aquí había sólo uno, junto a un enano, una maga y dos guerreros. Wim no contaba realmente. Era un grupo diferente al que los había precedido, tenían más capacidad de combate, más versatilidad. Su Capitán estaría orgulloso de tan diverso grupo.

-Esperen un momento...- dijo el iluskano pasándose la mano por la cara y alejándose un momento.

Se podía percibir ya cómo la luz comenzaba a difuminarse cada vez más. Faltaría poco para que no pudieran ver nada. Y esa oscuridad los mataría, tanto o más que el frío. No podían volver, no en la oscuridad. Pero tampoco creía que sería buena idea enfrentarse a todo eso que los esperaba tan a la ligera.

Volvió sobre sus pasos. En su porte parecía mostrarse más erguido, más militar.

-Wim, ¿conoces algún refugio cerca?- preguntó el iluskano -Sino tendremos que pasar la noche dentro. La luz del fuego no sería un problema si la podemos ocultar, y si nos quieren atacar, mejor será estar en un lugar cerrado que en uno abierto donde los números nos pueden jugar en contra si nos superan o nos toman por sorpresa. De cualquier forma, apenas antes de que salga el sol, deberíamos regresar y buscar más información, aprovisionarnos para luchar con licántropos y crear un plan-

La parte civilizada había ganado la batalla, y una mirada hacia Dalla fue la prueba del arma utilizada para ganarla.

- Tempus será quien presencie nuestro destino, Gonkar demostrar su valía en combate y demostrar poder ser líder de Piel de Oso.

Gonkar no sabía que era un elemental, era la primera vez que escuchaba esa palabra, pero sí sabía que eran los Gnolls y escuchar esas palabras le entusiasmó -Gonkar y piel de oso haber enfrentado Gnolls de bosque, Gnolls ser buena presa pero ser duros como Grandullón (Kroner).

Con más ahínco preparó su lanza. -Decidir por una puerta, pero decidir entrar! -Se encogió de hombros al escuchar la pregunta de Kroner, pero se abstuvo de decir más.

Wim se mesó los tres pelos cortos de barba que tenía: -Jummm, conozco una casa abandonada que sirve para pasar la noche a los cazadores, se encuentra a más o menos una hora de aquí, hacía el sur!