Partida Rol por web

Alain conjura otro proyectil de temible precisión. Este ultimo ataque del estudioso arcano sentencia el combate, dando muerte finalmente a la monstruosa serpiente.

 -Vaya, menos mal que ha muerto la cena, empezaba a preocuparme...gracias a todos por la ayuda - dice entre jadeos, pues la presa de la serpiente a poco estuvo de axfixiarlo- este maldito bosque no trae más que sorpresas. Pero por la grandeza de Erathis que saldremos de aquí con vida y con información suficiente para volver con un nutrido grupo y civilizar este recóndito lugar!!! - dice totalmente convencido, y con voz solemne-

Pock, aún estando acostumbrado a estar a la intemperie en zonas de densa naturaleza, se encuentra muy inquieto en esta nueva zona de la donde quiera que estén...

Tras la muerte de la serpiente, jadeando, se sienta en el suelo con evidentes signos de debilidad y lejos de cantar, no puede más que murmurar...

Creo que deberíamos cocinar a la serpiente, comer y descansar un poco para proseguir nuestro camino... No es que me apetezca demasiado pararme aquí en el claro... Pero debemos descansar...

¿Que opinas Damaia?

 Alain adoptó una postura más relajada. El ataque por sorpresa de la serpiente le había puesto en tensión, y de repente recordó como había empezado todo aquello.

- Puedo purificar algunos litros de agua con una solución alquímica.

El mago sacó un par de pastillas de color blanco de su zurrón de cuero y las examinó.

- Espero que esa charca no nos de más... sorpresas. ¿Podría alguno cubrirme mientras tomo una muestra?

Alain volvió a acercarse al borde de la laguna, mirando de reojo a la serpiente. Hizo una mueca de disgusto con la boca.

- Supongo que asada será comestible...

Entre lo andado y vivido, un día más empieza a llegar a su fin. El sol se pone y el cielo enrojece con los últimos atisbos de luz que se escapan del horizonte, justo antes de desaparecer.

Alain consigue hacer potable unos cuantos litros que prolongaran el viaje. En cuanto a la necesidad de bebida queda cubierta y gracias a la anaconda, también la comida. Debido a su gran tamaño conseguís raciones para la noche y puede que el resto, envuelto en especias, dure para un día más, evitando así tener que cazar al próximo descanso.

La capitana observa al gnomo un tanto decaido y no puede evitar pensar que si el bardo esta deprimido de verdad tiene que estar muy mal.

-¡Alain! ¿Pero como se te ocurre matar a esa anaconda? -Damaia deja un par de segundos de pausa para observar las reacciones- Si llego a saber antes que era capaz de hacer callar a Pock solo con su presencia la nombro miembro honorifico de nuestra tripulacion.

Termina con una sonrisa picara. Esperando que la situacion se destense un poco, espera que la noche llegue para sacar un nuevo tema en la cena.

-Bien, ahora hemos visto señales de civilizacion eso quiere decir que por estos lares pueden haber criaturas mas inteligentes que simples bestias asi que habra que tener los ojos muy abiertos. Lo que me lleva al siguiente punto... Esta noche como castigo por perderse en la jungla y no cumplir con su cometido realizaran todas las guardias esta noche. Asi que Pock, Gaaki y Heskan. Organizaos las horas de sueño como mas os gusten.

Gaaki le clavó una mirada glacial a Damaia y sus protuberantes colmillos se agitaron, cuando hizo rechinar los dientes.

—¿Castigo por perderse? —espetó con la voz ronca por la furia contenida—. ¿Y a ti quién te castigará por haber perdido nuestro barco? Esta es una compañía libre, no un jodido reino y aunque así fuera, a su majestad se le caería la corona con semejantes cuernos.

Aquel maldito lugar había hecho perder los estribos a Gaaki y la actitud de Damaia no ayudaba para nada a calmarla.

Damaia no parece inmutarse lo mas minimo ante las palabras de de la semiorco.

-El castigo no es tanto por perderse si no por no cumplir ordenes. Acordamos el reagruparnos en un tiempo concreto y no solo no cumplisteis con ello, si no que ademas no cumplisteis con vuestra mision de conseguir comida. Respecto al barco. No iva yo sola en el barco cuando se encallo, yo hice todo lo que estaba en mis manos para que no se hundiera, y creo que todos lo hicimos asi que si se hundio no creo que fuese unicamente culpa de una persona. Ya deje bien claro cuando llegamos a esta isla que hasta que llegaramos a puerto os seguiria tratando como mi tripulacion y que me encargaria personalmente de que todos y cada uno llegaseis sanos y salvo.

Pero como capitana no puedo permitir que incumplais las ordenes, si hubiese sido una falta menor no habria habido el menor problema, pero por esa causa perdimos varias horas de luz y para colmo comprometimos nuestra posicion. Asi que la decision ya esta tomada. No me creo ninguna reina Gaaki, pero no olvides que estas hablando con tu capitana, y que solo pretendo lo mejor para los que estan a mi cargo.

Como siempre ver a Damaia encararse a Gaaki parecia una broma, la pequeña tiflin era casi un tercio mas pequeña que la guerrera, pero no apartaba los ojos de los suyos ni un instante y todo el fuego que llevan los tiflin en sus venas parecia convertirse en el mas frio tempano cuando la capitana se ponia seria.

Tras la respuesta de Damaia, Gaaki permaneció en silencio, sosteniendo la mirada desafiante de la capitana, con el rostro congelado en un rictus de disgusto. Tras unos segundos, resopló con fuerza y escupió en el suelo. Soltó una gutural maldición en orco por lo bajo, que sonó como una mezcla entre el gruñido de un jabalí y el sonido de un enano atragantándose.

—Haré la primera guardia —declaró finalmente—. Pero no esperéis que vuelva a explorar, ni que ayude con la caza. Tengo miedo de lo que pudiera hacerme nuestra capitana, si llegase a fracasar nuevamente. Quizá ella debería probar suerte la próxima vez.

Se dio media vuelta en dirección a la línea de árboles, se sentó con las piernas dobladas y apoyó su masa sobre las rodillas.

Tras tomar las debidas precauciones y pasar la noche, despertáis un tercer día en aquel frondoso lugar.

Una vez más tomáis rumbo al interior de la selva, esperando encontrar más indicios de que exista una civilización, por muy primitiva que sea. Tras caminar un trecho más abandonáis, sin pretenderlo ni evitarlo, el suelo “seco” y termináis metidos en una zona pantanosa. Habéis llegado a una zona del bosque que se encuentra inundada, tanto que el agua os llega por la cintura, a excepción del gnomo, que prácticamente se ve obligado a nadar para cruzar ese tramo.

Los arboles son retorcidos, con una tonalidad verde por el moho que lo cubre. No solo sus troncos sobresalen, tambien hay raices retorcidas que sobresalen de debajo del turbio agua...

La concentración y el esfuerzo que le requerían mover las piernas contra la resistencia de aquella masa hedionda de barro y vegetación putrefacta, le había quitado a Gaaki hasta las ganas de refunfuñar, así que se limitaba a maldecir mentalmente.
Cada paso era un esfuerzo titánico y los agotados músculos de sus piernas amenazaban con acalambrarse.

Miró hacia un lado y vio a Pock, poco más que intentando mantenerse a flote, con la porquería hasta las orejas. Lo cogió por la parte de atrás del cuello de su camisa y lo levantó, cómo si no tuviera peso. Lo dejó senado a horcajadas sobre su cuello, con las piernas colgando frente a sus hombros.

—Ahí estarás más cómodo.

Pock, sigue al grupo más animado tras el descanso, la comida y beber un poco de agua...

No se anima a cantar pero tararea en un tono apenas audible una canción conocida de taberna, que habla de una pelea por una prostituta...

Cuando llegan al terreno pantanoso, comienza a renegar y a intentar que el grupo cambie de dirección...

Imaginaos con el tamaño de la serpiente como tienen que ser las sangrijuelas en este sitio... Volvamos y elijamos otra ruta...

Ante la negativa del resto, Pock los sigue a duras penas. Su pequeño tamaño a pesar de su buen físico dificultan su avance y a duras penas consigue mantenerse a flote.

Evidentemente agotado Pock, sobrevive a duras penas en el pantano.

Gaaki cruza el cenagal sin demasiada dificultad gracias a su constitución orca, mientras que la de Pock le hace una mala jugada. El gnomo hace un esfuerzo por mantenerse a frote, pero un traspie le hace caer y tomar un trago de esa malsana agua. Gaaki saca al bardo del fondo y se lo coloca a hombros mientras este, entre toses, intenta reponerse del mal sabor de boca.

Heskan intenta abrirse paso como puede, siguiendo los pasos de Gaaki como puede, sin embargo tropieza y cae hacia delante al enganchare contra una raíz.

Agotados por el nuevo ambiente en el que os encontráis, las fuerzas empiezan a flaquear otra vez, solo la tozudez o perseverancia os da fuerzas para seguir adelante. Algunos compañeros no lo resisten y caen, tragando agua insalubre sin pretenderlo, descuidos que podrían ser detonante de alguna enfermedad…

Mientras seguís cruzando sin saber como, un zumbido muy familiar llega a vuestros oídos, los reconocéis como el aleteo de los insectos que nada mas entrar en la espesura del lugar os atacaron. Teméis lo peor, sin embargo los gigantescos insectos no aparecen. Seguís caminando con precaución y miedo de encontraros con estos chupasangre. Sin ir mucho mas lejos vislumbráis la colmena de estos seres, sin embargo no os atacan por estar ellas ocupadas en otra lucha…

Unas criaturas semejantes a sapos, pero de tamaña mucho mayor, escupen a los insectos, empapándolos y haciéndolos caer al agua. Tras ahogarse son devorados por estos “sapos”. Al parecer son los depredadores naturales de esta zona.
A pesar de percatarse de vuestra presencia, no os atacan ni parecen alterarse al veros aparecer. Por su comportamiento parecen ser animales dóciles e insectívoros.

Su tamaño es menor al de un caballo, pero sus patas, fuertes y largas, les permiten andar con comodidad por esa zona inundada sin problemas, la anchura de su torso delata tambien robustez.

Alain abre la boca extrañado pero no dice nada. Se lleva la mano al mentón y observa a las extrañas criaturas.

- Parecen... amigables - murmuró el arcano

No podía no dejar escapar una sonrisa al ver a aquellos animales combatir a los malditos mosquitos.

- Capitana... puede que sea una locura, pero... - ahora la sonrisa de Alain era claramente amplia - Me pregunto si quizá podríamos usar a esos... animales como monturas. Conocen el terreno e iríamos mucho más rápido. Parecen... dóciles

Pock, tras estar desesperado en las aguas enfangadas, creyó desfayecer al ver los insectos...

Ante el comentario del mago, se le iluminó la cara y creyó ver la luz.

Yo intentaré domarlo, pero no tengo claro como podemos sugetarnos en la grupa de esas criaturas...

Quizás si cortamos algunas lianas y nos atamos a ellos... ¿Que os parece?