Partida Rol por web

Arthedain y Bhain todavía observaban la puerta cuando un movimiento delató a alguien al fondo del pasillo por el que habían venido. Por fortuna eran solo sus compañeros y la mediana, que parecían asomarse para ver que pasaba. Algo extraño sucedía porque tanto Robin como el mediano tenían un gesto torcido, como de enfado...

- Si quieres averiguarlo solo debes intentar escapar - contestó el druida, de mal modo a la prisionera - Sigue avanzando, no es bueno que estemos separados... aunque no dudo que a ti te gustaría -

Perfectamente montado sobre su fiel Remo, Rómulo se mantuvo en el último lugar. No confiaba en la prisionera... de hecho más pasaba el tiempo y menos le gustaba y no quería dejarle la ocasión de huir.

"No le provoques", le dijo Robin a Imanthia; "nada de lo que puedas hacer o decir va a mejorar su opinión sobre ti, o sea que intenta, al menos, no empeorar tu situación con palabras mordaces".

Robin e Imanthia avanzaron hasta ponerse por delante de Bhain y Arthedain

El grupo avanzó hasta reunirse todos de nuevo en la zona donde se ancheaba el pasillo y se encontraban las dos puertas de madera hacia el sur, así como el pasillo lateral que conducía a la sala de los gemidos. El otro pasillo, que iba hacia el norte, conducía a la prometedora libertad. Pero aún no habían terminado su misión.

El rastro de agua se perdía tras la puerta de la izquierda, que daba al sur. Aquella que, según la mediana, debían seguir. Pero aquella puerta estaba tan cerrada como antes.

- Tiene una trampa de descarga de electricidad.- informó la pequeña guía - Y si no la han cambiado puedo abrirla sin problemas.- se adelantó a las posibles preguntas - ¿Lo hago?

Encogiéndose de hombros, Robin le pidió con un gesto que continuara.

- No vamos a detenernos ahora... Valor y al toro.

El mediano asintió con la cabeza, mientras murmuraba, para si mismo "Bueno, es lógico que sepa hacerlo... quizás finalmente resulte una ayuda" Con cuidado se alejó unos pasos de la puerta antes de comentar en voz alta, reacio a cambiar de opinión - Trata de no intentar escapar cuando la abras. Sería un poco sospechoso -

El mediano se mantuvo atento, tratando de mantenerse (y a sus animales) fuera del alcance de la trampa, pero con su varita preparada por si hacía falta.

- Si eres tan amable, te estaremos agradecidos, no querría quemarme la barba

La muchacha observó la puerta un momento y parecía dispuesta a seguir las órdenes cuando repentinamente se dio cuenta de algo evidente.

- Vaya.- se giró hacia el grupo - Me temo que sin mis herramientas no voy a poder hacerlo, y no las llevo encima como podéis comprobar. ¿Quizás alguno de vosotros me pueda prestar algo con que abrir la puerta?

Miraba directamente a Gaius con una sonrisa medio dibujada en el rostro.

- ¡Ten cuidado, esta puerta casi achicharra a nuestro amigo! - dijo Mosest, aunque casi al momento se dió cuenta que la advertencia sobraba. La mediana parecía toda una profesional.

El mediano miro a Gaius esperando que le respondiera. El pedido parecía lógico, sin embargo no sabía si a este el gustaría "prestarle" sus herramientas a la mentirosa.

Con sus objetivos claros, la "salud" del grupo le parecía lo prioritario, se acercó al pícaro y bajando la voz le comentó - Mejor que el riesgo lo corra ella, no crees? -

"¿Podríamos POR FAVOR hablar un poco menos y más bajito, y aligerar?, masculló Arthedain en voz queda pero tensa.

"La verdad es que casi prefiero a los monstruos, por lo menos no se pasan la vida hablando y hablando."

Gaius parecía algo dolido porque Mosest había referenciado el desgraciado incidente que casi había acabado con la vida del asesino, aunque su constancia consiguió que atravesaran aquella maldita puerta. No era el recuerdo en si, sino que lo supiera aquella ladrona de poca monta que según la opinión de algunos, y que él compartía, debía estar callada para toda la eternidad.

Sus herramientas era la prolongación de sus manos y uno de sus bienes más preciados, en muchas ocasiones su precisión y calidad le habían salvado de una muerte segura. Por todo esto no estaba por la labor de dejárselas a Imanthia, pero solo la pequeña posibilidad de ver a la mujer freída por la electricidad compensaba el préstamo.

- Aquí las tienes, pero ten en cuenta dos cosas, te estaré vigilando y las quiero devuelta en cuanto termines este burdo trabajo – espetó arrogantemente mientras le arrojaba el conjunto de herramientas bien organizadas en su funda enrollada de cuero.

Bhain se acerco a Mama y le susurro al oído - No crees que se pasan un poco...

-Mmmmsssí...parecen un tanto nerviosos; está claro que, tanto para bien como para mal, la mediana ha causado un fuerte efecto en el grupo, más incluso que la presencia de los muertos vivientes helados. Algunos sólo por mentir,ya le hubieran cortado la cabeza hace rato...desproporcionado sin duda querido BhaAAain, muy desproporcionado...mentir para salvaguardar su misión ¿No lo haríamos cualquiera de nosotros en las mismas condiciones que ella? Aún no ha cometido pecado y ya la hemos condenado a la hoguera...parecemos inquisidores. Sin duda, en cuanto la mediana tenga ocasión, saldrá corriendo...pero no por traicionarnos, no...más bien, saldrá huyendo de nosotros pues, por nuestra forma de comportarnos, parecemos más un grupo locos que nos hemos escapado del sanatorio. De momento prefiero mantenerme al margen...a mí también me están empezando a asustar. -Dijo guiñando un ojo al enano.

Aiiiisssss, tienes razón, después de todo y se encuentra en medio de una panda que se comportan como unos fanáticos ¿  si huye quien la podría culpar ? Creo que tienes razón y es hora de darle un voto de confianza. No te preocupes, te prometo que hablare con ellos y que me encargare de que la cosa se suavice -Dijo Bhain devolviendole el pique de ojos a Mama -  La verdad es que cuanto mas te conozco mas me sorprendes, y para bien. -Dijo Bhain rojo como un tomate, alejandose de mama y acercandose a la mediana y dejando de hablar en susurros para adaptar un tono un pelin mas normal se dirigió al grupo. - Venga chicos, dejadla respirar, cualquiera que nos oiga pensaría que los monstruos somos nosotros

- Monstruos? - el pequeño druida observó curioso al enano que abogaba por la mediana antes de contestar - No lo creo... aunque quizás tienes algo de razón, los monstruos TAMPOCO confían en quien les miente - agregó sin perderla de vista y con su varita preparada

- Quizás haber sido sincera desde el comienzo hubiera sido mejor - Rómulo se encogió de hombros, consciente que Imanthia podía escuchar al enano y a el mismo - Podíamos haberla dejado encerrada. Si realmente esta vez es sincera, lo que está por verse, la dejaremos en libertad. Si no lo es... ya me agradecerás que parezca un monstruo -

- Me resulta curioso como algunos por aquí dan más credibilidad a una desconocida que ya ha demostrado mentir claramente, a costa de compañeros con los que se han jugado la vida unos minutos antes. Estoy con Rómulo.