Partida Rol por web

Me apoyo con cuidado sobre la puerta e intento escuchar cualquier ruido que se filtre a través de ella en el silencio de la noche.

Escuchas pasos que van hacia la puerta.

- Alguien se acerca... susurro asustado apartándome de la puerta.

Konrad se apoyó en la pared junto al marco izquierdo de la puerta, y le hizo señas a Harper para que hiciera lo mismo en lado derecho. Preparó la pistola y esperó; si iban a abrir la puerta, se encontrarían con dos cañones apuntándole desde ambos lados.

Y si no, tiraría la puerta abajo.

Apostado en el lado derecho sigo las instrucciones de Konrad, con el arma en ristre esperando el momento de actuar.

La puerta se abre y por ella asoma un hombre alto y fornido, moreno con el pelo muy corto, viste un mono de color caqui y unas botas altas de goma, os fijáis que sobre el pecho lleva una insignia de "visite el criadero de cocodrilos" como la que encontrastéis en el cementerio, el tipo se ha vestido apresuradamente, pues lleva el mono desabrochado y tiene cara de sueño. Al veros da un respingo...

Konrad apuntó al hombre con la pistola, directamente a la cabeza.

- Sé que es tarde y todos queremos irnos a dormir, así que no haga ninguna tontería y podrá volver a su cama enseguida, ¿de acuerdo?

Asentí con la cabeza en silencio y acerqué ligeramente el arma al recién llegado, dando así más peso a las palabras de Konrad.

El hombre hace un gesto con la cabeza desde detrás hacia delante, es un gesto de estupefacción pura y dura, asiente con la cabeza y dice tartamudeando

- ¿... qué qué qué co co cojones pasa?

- Vamos adentro y se lo explicaremos. Si hay alguien más con usted, dígale que no haga ninguna tontería o será usted quien la pague. -respondió Konrad, haciéndole una señal al hombre para que volviese a entrar en la casa

Sigo a Konrad tras el hombre y voy mirando por encima de su hombro, atento al horrendo ser que antes se asomó a la ventana, tiene que estar dentro y no quiero que nos sorprenda.

- ¿pero cómo que dentro? ¿qué se han creído? ¿quiénes son ustedes y qué hacen aquí? yo no me muevo de donde estoy y ustedes no tienen derecho a entrar en mi casa a menos que sean policías. ¿Lo son? -el hombre preguntó sin moverse si quiera, no parecía muy intimidado por el hecho de tener un arma apuntándole, a decir verdad.

Konrad hizo retroceder el martillo de su arma; ese "click" solía ser mucho más intimidante que una amenaza, pero quedaba mejor si se acompañaban ambas cosas. Además, las amenazas de Konrad no eran vacías; si tenía que volarle una rodilla a aquel tipo, lo haría.

- Aquí somos nosotros los que hacemos las preguntas, ¿de acuerdo? Ahora pase dentro de la cabaña.

El tipo arqueó las cejas y asintió, parecía que  podía intuir que le iban a coser a plomo si no se movía de una vez. Se metió dentro y le seguísteis hacia una salita minúscula en la que apenas había una mesita pequeñe con cuatro sillas sobre la que había un candil encendido.

- Bien... ya pueden tener un buen motivo para esta mierda.

Mientras Konrad amenaza al tipo me dedico a recorrer con la mirada la cabaña, si tiene una sola estancia el monstruo de la ventana debe haber salido por algún lado y tampoco hemos oído nada que delate su huída. Así que repaso la salita concienzudamente en busca de trampillas o puertas traseras.

Sin dejar de apuntar a aquel tipo, Konrad fue directo al grano. Él no era de los que avisaban a los "testigos" de que les pasaría si sus respuestas no le complacían; primero preguntaba y luego golpeaba.

- El padre García. ¿Que sabe de su asesinato?

A vuestra izquierda se escucha un ruido...

Casi no os da tiempo ver al tipo de la ventana con el rostros deformado que aparece a vuestra izquierda rifle en mano, antes de que podáis reaccionar hace un disparo que impacta en la pared contraria (la de la derecha) reventando un cuadro y haciendo un boquete.