Partida Rol por web

Al tratar de volver hacia la salida, os disteis cuenta que al llegar al templo del mal (Sala 14) la salida de esta estaba bloqueada por una gran cabeza de demonio verde con la boca abierta. Ya habíais coincidido con esa aberración en otras ocasiones y sabíais que todo lo que entraba por su boca era volatilizado por una esfera de antimateria. Estabais atrapados en la tumba. Solo quedaba una salida, seguir avanzando hasta encontrar otra salida o derrotar al liche y terminar con su maldad.

Bueno, parecer que la salida del cobarde no servir. Buscar cuerpo de mago e usar objetos ¿si? Pago por devolver su cuerpo a familia.

Miro con odio hacia las fauces que nos cierran el camino, e increpo ligeramente a Kumal. - Pues es muy probable que no salgamos, maldito mago de las narices y del príncipe que nos metió en este berenjenal. Ante la imposición de huir, no nos quedaba mas remedio que hacer lo que decía nuestro fornido paladín. - Busquemos pues los restos de nuestro compañero, eso si lo que fuera lo que le cogió en al niebla ha dejado algo. 

Retrocedéis de nuevo a la sala de las brumas, ahora la bruma se ha retirado completamente dejando al descubierto una sala tallada en la roca. En la sala no hay nada, no hay rastro de Auris ni de aquello que le hubiera atacado. La sala está completamente vacía.

Volvéis a la encrucijada de la trampa del foso (A). El camino que desciende hacia el Sur termina en una puerta falsa, igual que las puertas falsas de las dos entradas. El pasadizo que sube hacia el Norte termina en una puerta forjada con una aleación de metales brillantes con grandes bisagras reforzadas. Tres ranuras verticales desfiguran la superficie de la puerta a la altura de la cintura. Cada ranura es de 1 pulgada de ancho por 3 de largo.

Sinceramente, acabo de caer....me gustaria probar una cosa en ese demonio verde....sin meter la mano claro. Os parece si regresamos e intentamos algo creativo para salir enteros de aqui?

El semidrow ya estaba preparando sus utensilios para lidiar con aquella puerta reforzada cuando Kaothi aportó una nueva posibilidad.

"-Yo no me opongo, visto que ni nosotros ni esta puerta nos vamos a mover cualquier opción parece de lo más válida".

- Kaothi, cualquier intento, por mínimamente que se nos pueda ocurrir a mi me vale. Maldito mago, malditas puertas, le voy a dar en el cadáver hasta el verano que viene. - Vamos por el demonio. 

El grupo vuelve a la capilla del mal, la cual sigue bloqueada por la cabeza del demonio verde. Salvo por la salida bloqueada, la sala sigue igual. Un montón de equipo parece llenar esta sala, incluyendo grandes bancos de madera a ambos lados de una senda hecha de mosaicos que conduce a un altar en el lado opuesto de la sala, separados de éstos por una barandilla de madera. Escenas de la vida cotidiana están pintadas en las paredes, pero todas las personas retratadas con la carne podrida, las manos esqueléticas y orificios horadados por gusanos. Sin embargo, en medio de estas inquietantes imágenes, se encuentran símbolos que se pueden reconocer fácilmente como si fueran deidades benevolentes.

Detrás de la barandilla de madera hay un altar azul opalescente, un estrado con gradas sobre el que hay una silla de madera, bellamente tallada y tapizada, pero nada extraordinaria, dos grandes candelabros de bronce con 5 velas cada uno se ubican a cada lado del estrado, y dos urnas de cerámica blanca cada una en cada rincón con tapas de madera y bronce. Un esqueleto humano con una cota de mallas negra tremendamente agujereada y oxidada yace muerto en la parte suroeste de la cámara, con un brazo extendido que parece apuntar a un arco lleno de niebla en el extremo sur del muro oeste de la capilla.

El grupo comenzó a cavar cerca de la cabeza del demonio verde. La piedra era dura y no disponíais de las herramientas adecuadas, habíais venido a explorar no ha cavar en una mina. Con más o menos destreza improvisasteis un par de palas y picos. La piedra dura se rompía con mucha dificultad, pero el trabajo avanzaba. El motón de escombros se acumulaba a vuestra espaldas. Tras un par de horas de trabajo os fiajsteis en un curioso efecto, el montón de piedras no había aumentado de tamaño, a pesar de que seguíais añadiendo palmadas de escombros; y el hueco no aumentaba de tamaño a pesar de que cada golpe de pico arrancaba una nueva piedra. Pero el trabajo no avanzaba. 

Vamos a probar algo.... tendra que ser rapido. Prepararos para excabar rapido.

Kaothi se concentra y lanza un conjuro, los capacitados descubren que es el de ablandar tierra y piedra

"-Uff...arg...ggññ...", las manos del pícaro definitivamente no estaban hechas para el trabajo duro. No habían pasado ni diez minutos y ya tenía llagas en las manos del tamaño de ciruelas y dicho sea de paso del mismo tono rojizo.

"-¿De verdad este era tu gran plan maestro?", la pregunta malintencionada o no le salió del alma.

"-Igual es cosa mia compañeros, pero esta tumba dejó de serlo para convertirse en una carcel laberíntica llena de trampas y acertijos que está pensada para evitar que lo que entre vuelva a salir, despues de entrar nosotros".

Tuviera o no razón, hasta el momento no habían encontrado nada parecido a un ataud ni nada que indicara que aquí hubiera muerto el dichoso mago.

Según el plan de Kaothi esto debería de dar algún que otro resultado, pero según iba pasando el tiempo las palas se rompían las piedras se agolpaban unas sobre otras y aun así no parecíamos avanzar, es más durante algunos momentos pensaba que no avanzábamos para nada. - ¿Vamos a seguir así mucho rato, o lo dejamos?. Digo mientras me apoyo sobre la pala, y es entonces cuando Kaothi lanza un conjuro y la tierra cambia de densidad rápidamente. - Por todos los dioses. 

El hechizo¹ de Kaothi consiguió ablandar la piedra y que el trabajo fuera más sencillo, pero el túnel no avanzaba y el montón de cascotes no aumentaba en tamaño.  Por mucho esfuerzo que pusieran no conseguían avanzar en el trabajo, solo estabais consiguiendo cansaros.

Se tenia que intentar.

Al volver por el pasillo hacia la cripta del mal, veis como un cuervo negro se posa sobre el esqueleto que se encuentra tendido en la capilla. Acto seguido, una bruma empieza a envolver los restos del esqueleto dándole poco a poco forma. Podéis ver como los huesos se cubren de carne y luego piel para ser finalmente envueltos en una túnica negra. El polvo de la sala se acumula dando forma a diversos objetos, hasta que finalmente un hombre se alza del suelo con dificulta. Podéis ver en su cara signos de agonía y sufrimiento, y como le cuesta trabajo ponerse en pie.

Con cada uno de los huesos de mi cuerpo, me voy alzando.

Cada músculo, cada pliegue de mi piel quiere aullar de pura agonía, y siendo el pesar de cada uno de los años vividos y sin vivir. ¿Cuanto tiempo ha pasado? ¿Una hora? ¿Dos horas? ¿Quizá un dia entero?

Con un gruñido, uso el asta de mi guadaña para intentar alzarme. Y entonces contemplo a los recien llegados ¿Son ellos los que me han ayudado ahora?
¿Y mis viejos compañeros? ¿Y Levín el hechicero, o Sir Rodrin el piadoso? En el nombre del gran Osiris ¿Que ha sucedido?

Por suerte, Arabel, mi fiel cuervo, sigue aquí. Sigue conmigo, sus aleteos me ayudan a mantener la cordura. Al menos, algo conocido. Mi fiel Arabel... y La Tumba. La infecta y malebolica tumba de Acererak

Con algo de extrañeza, me dirijo a estos otros caballeros. Al menos uno de ellos (Kumal Qun) me parece un hombre santo. Uno como yo mismo

"???" os pregunto en un idioma realmente extraño.

Kaothi se transforma en criatura para saltar sobre la nueva aparicion.

Viendo la reacción del que seguramente es un druida, mantengo una guardia, una actitud defensiva.

Y exclamo en varios idiomas, primero en Celestial, el idioma primordial de los ángeles y la creación, inmutable ante las eras. Luego en élfico, un lenguaje ancestral. Finalmente en Común, en una forma algo arcaica, y por último, en abismal. Aunque esto último es más como una maldición
 

"אם עלי ליפול שוב ולהניח את חיי, זה יהיה לגרור את אררק אל העולם התחתון שהוא שייך אליו!"
  
"¡Si debo de caer de nuevo y entregar mi vida, será para arrastrar a Acererak al inframundo del que pertenece!"

"Если я снова упаду и откажусь от своей жизни, это будет втянуть Аерерака в подземный мир, к которому он принадлежит!"

Mbbr, esperar. Hombre raro no parece agresivo. Levantando la mano Kumal se fijó en el tipo de la guadaña detectando si su alma era maligna.

Bah, no maligno, solo feo*. ¿Que hacer aquí, tipo feo con cara de muerto?

"Vaya, Común" pienso "Hicimos bien en estudiar la Lingüa Franca antes de salir en nuestra aventura"
"Pero ¿Donde están el resto de mis amigos?"

Aclarandome la garganta -pues salvo las últimas frases, hace años que no la he usado- me dirijo al resto

"Muy señores mios, mi merced es llamarme Yon Reise. En honor y piedad he ofrecido el trabajo de mi vida y la piedad mi alma en devoto servicio a la deidad Osiris"
"Junto con los honorables Caballeros de Cuatro Vientos, vinimos a este impío lugar con mis compañeros, con intención de acabar con su maldad y con la del Liche que aquí mora"
 

Alzo ligeramente para que se vea un simbolo sagrado, escondido tras mi pecho. Y a ojos de un observador zagas podría verse como está grabado también en mi escudo, asi como bordado infinitas veces en el borde de mi capa: Ese simbolo no es otro sino el Ankh. Un símbolo antiguo. Está rodeado con un simbolo de un ojo alargado, un sol, y un Halcón.

"Las vuesas mercedes... ¿Por casualidad  no han visto por aquí a Maese Levín, un alegre gnomo, o a Sir Rodrin el Paladín?"