La mujer miró con desprecio el cadáver del decano, aunque tal y cómo acariciaba su arma, daba a entender que había sido ella la que había apretado el gatillo. Mientras Ainhoa hacía la pregunta, el hombre se movió tras la mesa del decano y sacó una mochila, comenzando a buscar algo en su interior.
¿Qué dices de un examen, imbécil? la contestó con desagrado ¿Te crees que voy a matar a alguien por un examen de mierda? Algo en la mente retorcida de esa mujer hizo que sonriera. Se colocó tras Ainhoa y la empezó a acariciar el pelo ¿Y tú? ¿Matarías por ese examen? Sí... Puedes llevarte ese examen, pero con una condición... Dispara a tu amiga.
En el exterior, estaba el carrito del conserje, así que tus oídos habían escuchado perfectamente. Aquel hombre estaba metido en el ajo de los disparos. ¿Podría hacer algo por Ainhoa y Beatriz? Estaba claro que ese hombre tenía algún tipo de remordimiento.
Es siempre mejor hacer tirada, por si las moscas, así no te quedas con las ganas :)
Como Ricardo parece que no está, decide qué hacer y él te seguirá.
El móvil sigue sin cobertura, me temo.
Martin no contesta, así que tendrás que decidir qué hacer y él te seguirá.
"Bfff... Es hijo de puta esta matando a todo el mundo." Pienso mientras lo observo con una mirada asesina. "Qué podría hacer..."
Miro a Ricardo para ver si se le ocurría algo, pero al parecer estaba exhausto. Me asomo por la puerta de nuevo y en cuanto el conserje se da la vuelta, salgo escopeteada, intentando no hacer ruido hacia la puerta de enfrente. A ver si hay había una ventana.
¿Una leve descarga eléctrica?¿Ese era el plan? ¿ESE? ¿Habían sacrificado su mayor ventaja para que aquel idiota pudiese hacer una broma de instituo?
Se acabo Martin, Hasta ahora te he hecho caso porque soy gilipollas. Eres perfecto haciendo sentirse culpable a la gente ¿verdad? manipulandome como lo hiciste en el aparcamiento. Pues conmigo no te va a funcionar más. Voy a sacarlas de allí. Si te da la gana me ayudas y si no te piras. Sabina se guardó la navaja cerrada entre el vaquero y la piel, para que, en caso de que la capturasen tuviese alguna oportunidad. Con la radiografía en la mano se dirigió al pasillo, no sin antes mirar ceñuda al chico. Tienes dos opciones, hacer saltar la alarma de incendios de otra habitación para darme tiempo o esconderte como la rata que eres.Sin darle tiempo a contestar Sabina siguió hacia el pasillo por donde habían desaparecido los captores, controlando una gran papelera para esconderse detrás de ella si Martin tiraba de la alarma.
Ricardo decidió seguir a Hellin. Fuese por temor a quedarse sólo o porque ella no se quedara sola, siguió sus pasos hasta la clase de enfrente.
PNJ
El conserje ya no estaba allí, así que no tuvisteis que correr para esquivarlo ni esconderos. El pasillo estaba tranquilo.
La siguiente clase parecía una copia de la que salíais. Misma distribución y mismos muebles, sin nada en particular. Las ventanas como las anteriores también. Imposible de abrir de par en par, ya que se abrían por la parte de arriba.
Martin se quedó asombrado ante las palabras de Sabina. Sin saber muy bien qué decir, se quedó paralizado mientras su compañera se iba de la clase.
Sabina abrió de la puerta sin llevarse un calambrazo y se marchó, dejando atrás hasta el que ahora había sido su compañero. La muchacha subió las escaleras por donde se habían llevado a Ainhoa y a Beatriz.
Un escalofrío la recorrío, sintiendo que había alguien tras ella. Y, aunque al volverse no vio nada, esperó que fuera Martin.
Al llegar al siguiente piso, giraste a la izquierda. Ese pasillo lo reconocías perfectamente. Allí estaban los despachos de diferentes profesores y, en el fondo, el despacho del decano.
Si algo llamaba poderosamente la atención, es que la puerta estaba abierta y una luz débil iluminaba levemente. Allí donde daba la luz en el suelo, parecía señalar a un charco denso y oscuro.
Sabina se deslizó en silencio, tratando de captar el más minimo sonido o señal de la presencia de los dos extraños. El líquido viscoso la revolvió las tripas ante la idea de que fuese sangre. Sin embargo, dada la carrera que había elegido, sabía que no podría librarse de ver esa y otras cosas más terribles. Además, salvar el culo a las chivatas merecía la pena el peligro.Aunque no fuesen santo de su devoción la vida de una persona estaba por encima de todo...Aunque seguía sin estar muy segura de su implicación. Al fin y al cabo todo el mundo podía fingir miedo
¿Pero tan bien?
Sabina alejó aquellos pensamientos. No, aquello era muy real, por mucho que los tacones de la pelirroja recauchutada pareciesen surrealistas.
Motivo: Advertir
Dificultad: 0
Habilidad: 5
Tirada: 1 5 10
Total: 5 +5 = 10 Éxito
Motivo: Sigilo
Dificultad: 0
Habilidad: 8
Tirada: 2 3 6
Total: 3 +8 = 11 Éxito
- Genial, estupendo, fantástico, espléndido, magistral... ¿Qué hacemos?- Digo super nerviosa. - Vamos abajo, a la planta de abajo del todo.
Salgo sigilosamente arrastrando a Ricardo escaleras abajo.
Soy Hellin no Sabina xD
Ainhoa puso cara de horror cuando escuchó las palabras de la pelirroja, y también trató de zafarse de sus caricias. Estaba loca. ¿Cómo iba a ser ella capaz de disparar a Beatriz a cambio de un examen? ¡Menuda tontería! Pero entonces, una idea se le encendió en la cabeza. Podría salir bien, siempre y cuando actuase de forma correcta.
¿Si la mato, me dejarás salir de aquí con vida y con el examen? Preguntó con cara y voz de niña buena. Como quien hablaba a una madre tratando de convencerla para que la dejara repetir postre.
-¿Pero tú estás loca??? No pudo evitar que las palabras escapasen de su boca al oir hablar a Ainhoa, ¿de verdad pensaba dispararle?Una cosa estaba clara, se había equivocado en todo.Nunca debía haber accedido a aquel absurdo plan, y menos rodeada de desconocidos...
Trató de razonar con ella, -Piénsalo, por favor.No dejes que el miedo te gane.¿De verdad me vas a disparar por un estúpido exámen?Piénsalo mejor... seguro que luego dicen que también fuiste tú quién mato a este pobre hombre... continuó hablando, su mirada de dirigió por un instante al charco de sangre que cubría el suelo del despacho. Las lágrimas brotaban de forma instintiva. Iba a morir, a manos de una alumna de la universidad...
Ainhoa miró directamente a Beatriz con una cara de odio que nunca jamás se le había visto. Sus dientes chirriaron con fuerza e hizo gestos a la pelirroja para que le tendiera de una vez por todas la pistola. ¡Cállate! Gritó ahora Ainhoa. Claro que estoy dispuesta a eso, a eso y cualquier cosa más. Ya veré como salgo luego de todo este lío, pero no tengo ninguna intención de después de haberme jugado la vida, suspender ese examen. Cállate y vete poniéndote de rodillas, no quiero que me manches de sangre cuando todo esto acabe. Ainhoa estaba nerviosa, muy nerviosa. Jamás le había dicho unas palabras como aquellas a nadie, nunca jamás había estado tan enfadada, y eso no hacía más que provocarle un estado de ansiedad que la hacía sofocarse y todo. ¡Vamos! Espetó a la mujer para que le tendiera el arma.
Beatriz no podía creerse todo aquello,¿en serio Ainhoa iba a matrala por un exámen? Comenzó a temblar y notó como algunas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Era la primera vez en su vida que veía una pistola y nunca habría imaginado que la iba a tener tan cerca.
-Por favor... no lo hagas.Por favor, dejad que me vaya, no le dire nada a nadie lo juro por Dios Nuestro Señor.Seré una tumba, pero no me dispares...
Comenzaba a desesperarse,verdaderamente aquella mujer pelirroja era un ente demoníaco,¿como si no había podido convencer a Ainhoa para semejante brutalidad?Conocía poco a la chica antes de aquella noche,m pero nunca la habría creído capaz de matar a una persona a sangre fría por un exámen.
-No... Por favor, no....
Era incapaz de decir otra cosa.No le salían las palabras, sólo cabía apelar a la benebolencia de Ainhoa, sabía que en el fondo de su alma habría hueco para el remordimiento y la cordura.
Recorristeis el camino inverso al que habíais hecho. Pasaste por las plantas que ya conocías, llegasta incluso hasta la puerta que daba acceso a la calle y continuaste bajando. Y allí, en el propio gimnasio, donde estabas en ese momento, había dado lugar toda esa locura. Dos de tus compañeras apresadas por algún tipo de loco, otros dos que bien podrían estar muertos y vosotros dos ahí, sin saber qué hacer.
He entendido que bajábais hasta la zona del gimnasio, que es el piso más bajo de todos. Si no, quedate en la planta que quieras XD
La mujer, aunque Ainhoa no podía verla, sonrió y miró a su compañero. Negó con la cabeza mientras chasqueaba la lengua y se acercó hasta la muchacha que la exigía la pistola. Acarició su cabeza, incluso se restregó contra su cara.
¿Así, sin más? ¿Crees que he matado a tu decano porque me chupo el dedo? Demuestrame que lo quieres hacer de verdad... Golpéala, dejala inconsciente a golpes. Después, te dejaré rematarla.
¿Si la mato, me dejarás salir de aquí con vida y con el examen?
¿Pero tú estás loca???Piénsalo, por favor.No dejes que el miedo te gane.¿De verdad me vas a disparar por un estúpido exámen?Piénsalo mejor... seguro que luego dicen que también fuiste tú quién mato a este pobre hombre...
¡Cállate! Claro que estoy dispuesta a eso, a eso y cualquier cosa más. Ya veré como salgo luego de todo este lío, pero no tengo ninguna intención de después de haberme jugado la vida, suspender ese examen. Cállate y vete poniéndote de rodillas, no quiero que me manches de sangre cuando todo esto acabe. ¡Vamos!
Por favor... no lo hagas.Por favor, dejad que me vaya, no le dire nada a nadie lo juro por Dios Nuestro Señor.Seré una tumba, pero no me dispares... No... Por favor, no....
¿Así, sin más? ¿Crees que he matado a tu decano porque me chupo el dedo? Demuestrame que lo quieres hacer de verdad... Golpéala, dejala inconsciente a golpes. Después, te dejaré rematarla.
Alguien estaba subiendo por las escaleras. Si se dirigía al mismo despacho, te vería.