Partida Rol por web

Mira, estos tíos nos van a meter en un lío, ¿vale? ¡Venga ya! Eres un tipo listo, tienes que darte cuenta.—Sabina miraba directamente a los ojos de Martin. Se la notaba realmente triste, pero aguantando la situación, aunque parecía que la costase. La gorda esa que parece que la debo dinero se ha aliado con la otra tipa. ¡Se abalanzó como una loca sobre nosotros cuando oyó a Helena gritar nuestros planes! ¿En serio? ¿Crees que es medianamente inteligente entrar ahí de esa forma? ¿Con esas dos que nos vendería para aprobar? ¡Venga ya!

Sabina rebuscó en la mochila haciendo caerse casi la radio y sacó la radiografía. Te he enseñado a abrir la puerta. Ya no me necesitáis, pero si eres un poco listo te darás cuenta de lo que hay.

Desde lejos se veía a Sabina gesticular muy seria señalando algo. La chica de pronto abrió la mochila y sacó de él un papel oscuro que entregó a Martin.

Martin tomo la radiografia pero sujeto suavemente la muñeca de Sabina.

-Mira, a mi tampoco me hace ninguna gracia. ¿Pero hemos venido aqui por algo no?.- Dijo Martin mientras conservaba la calma.- Y te puedo asegurar que a mi me gusta esto tan poco como a ti, y que la gorda esta esta haciendo cosas cero productivas por el plan. Pero en un momento dado, si consiguieramos las preguntas del examen...- Dejó caer Martin en un tono interesante.- Solo tendriamos que escabullirnos con ellas y que la den por el culo. Y si intentan acusarnos tenemos que ir a por el notable y nadie sospechara nada, se que no eres tonta y que no copiaras al pie de la letra estudiando solo lo que pone en las preguntas, cosa que visto lo visto, seguro que no hacen todos.- Dijo Martin decidido.

Sin lugar a dudas lo que habían hecho no estaba nada bien, claro que el fin justificaba los medios al fin y al cabo, las cosas no se hacían asi. Pero ahora lo que importaba era tener a Sabina en el grupo pasase lo que pasase.

Sabina bajó la barbilla en un gesto que la daba un aire pícaro, con los mechones cayendo por encima del rostro. Sus ojos sin embargo no parecían tener un aire pícaro. Era la mirada de una mujer cabreada. Perdona—dijo suavemente—¿Has olvidado mi razón de robar el maldito examen? Yo no lo necesito.

Sabina miró de reojo al equipo, y vio a Ricardo con aspecto sorprendido, pero aún muy cerca de Helena. Los celos la asaltaron. En todo caso lo ideal sería darles preguntas falsas...no...tranquila, tiene derecho a ir con otras..

¿Por qué tanta obsesión con que vaya? No voy a avisar a nadie ni mucho menos si es lo que te asusta.

Ainhoa echó una cara de desagrado a Sabina. Por alguna razón aquella acción no le había pillado por sorpresa, sentía que Sabina tenía que ser el centro de todo, y en cuanto perdía un poco de protagonismo se marchaba de allí como si fuera una loba herida. Afortunadamente para ella, consiguió lo que quería, y eso era que alguien fuera tras ella para hacerla caso.

Ainhoa negó con la cabeza y se frotó el rostro con las dos caras, luego frotó también sus ojos e hizo unos gestos de relajación con su cuerpo. En fin, esta tía siempre va a lo suyo. No entiendo muy bien qué la pasa, así que si se quiere rajar ahora, no veo razón por la que ir tras ella. Al menos tengo algo claro, no se chivará.

Luego comenzó a mirar las entradas de la universidad, recordaba que había alguna entrada que o estaba mal cerrada, o no la cerraban bien por la noche. Seguidme. Dijo acercándose hacia una de las puertas traseras de la universidad. Tiene que ser alguna de estas. Ayudadme.

La situación había empeorado nada más llegar a la Universidad. Habíais empezado esto todos juntos y, si ahora se iban yendo, era muy probable que el plan saliese mal.

Además, Sabina y Martin no habían entendido la importancia de tener a Beatriz entre vosotros. Quizá mejorasen las cosas si alguien se las explicase.

Aún así, caminasteis tras Ainhoa. Intentó abrir varias de las puertas, pero no lo conseguía. Sólo se dio cuenta de que una de ellas parecía atrancada.

La situación se había desmadrado. No os habían explicado qué hacía Beatriz allí, pero seguramente tenía una explicación que os podría ayudar con el plan de robar el examen.

Mientras habláis, veis como los demás se apartan y dejan de estar en pleno aparcamiento, dirigiéndose a las puertas traseras de la Universidad.
 

Ainhoa señaló la puerta atrancada. Mira Ricardo. Dijo señalándola. Esta parece que si tiramos fuerte la podremos abrir. Yo no tengo mucha fuerza, pero quizá con alguna palanca o algo podamos forzarla. Aunque claro, quizá eso luego levante sospechas... dijo encogiéndose de hombros a la espera de la respuesta de los demás.

Al menos tienen dos un dedo más de frente de lo que esperaba y se alejan de la luz...—gruñó por lo bajo antes de enfrentarse a Martin—Y tu...¿Me estás diciendo que quieres "traicionar al resto"? Después de haber pactado el repartir el examen entre todos los alumnos? ¿Y si te delatase al resto ahora? Por otra parte; si insistes en que vaya por miedo a que diga algo tranquilo, no soy una chivata como esas, ni una trepa como me estás insinuadno que nos comportemos. Yo me piro a dormir tan feliz. O a leer, o salgo a correr un rato, o lo que me salga de las narices, pero no soy de las que venden a nadie.

Sabina le miró de forma retadora, evaluando su sinceridad. De sus siguientes palabras dependía si realmente se iba caminando hacia su casa o se quedaba con ellos. 

Martin se sintio intimidado por las palabras de Sabina pero a pesar de eso mantuvo la calma

-Llamame hijo de puta si quieres. Yo ya me siento traicionado, que me delates o no me da igual. No esperaba ningún cambio de ultima hora, y si no me fiaba de la gorda, de Beatriz menos, es la ultima persona a la que veria robando un examen y su aparición a ultima hora me quita las ganas de ir pero...

Aunque era verdad que no tenia problemas con Ricardo ni con Helena, aunque quizas se habia dejado llevar por la pasión y le habian traicionado los nervios.

-Desgraciadamente hay que hacerlo, te necesito, algo aqui huele mal y eres una chica lista, quizas puedas ayudarme a desenmascarar todo esto con un final feliz a medida que vaya pasando la noche.

Preferi no mentar ni a Ricardo ni a Helena, no fuera a ser que se montase una escenita otra vez.

-Y si te digo todo esto es porque, eres la unica persona en la que confio ahora mismo.

Con todo Martin no entendio su berrinche. ¿No estaba tan enfadada?. Pues no lo parecia, quizas era hora de tocar un poco la fibra sensible, la de Martin, porque todo esto le estaba empezando a cabrear bastante.

-Aunque por lo que me dices, parece que el examen te importa un pimiento, y si es asi, estoy perdiendo mi tiempo contigo, no te lo tomes a mal, pero si estuvieras en la situacion que yo...

Dejo la frase a medias, le temblaba la voz, realmente estaba muy nervioso. Iban a colarse en la universidad a robar EL PUTO EXAMEN. Y ya tenian la mierda hasta el cuello antes de empezar.

-Me cago en dios, se me esta yendo de las manos...

Se tapo la cara con ambas manos y se quedo en cuclillas, con el unico sonido se una respiracion fuerte intentando calmar el nerviosismo que llevaba dentro. Habia que hacerlo y lo haria, aunque fuera solo. Pero duro era mentalizarse de algo asi.

Examinando la puerta para ver si de verdad se podía abrir dije. - Si no has encontrado ningún otro sitio, tiene que ser por aquí por dónde lo intentemos, no hay otra opción. La idea de volver a casa sin intentar entrar en la Universidad me parecía ridícula. 

- Como queráis, si estamos todos de acuerdo intento forzarla. Quería saber la opinión de todos los que estábamos ahí. 

Si había algo con lo que se podía derrotar a Sabina era, desde luego con la sinceridad y con el sufrimiento ajeno. La chica tenía un corazón demasiado bueno y no soportaba ver a nadie pasarlo mal. Era su punto débil. Por ello cuando estaba a punto de soltar una réplica mordaz y ligeramente cruel a Martin, se quedó paralizada al ver como aquello cambiaba de rumbo. Instintivamente se agachó a su lado y le posó la mano en el hombro tratando de hacerle sentir mejor. Aunque no sabía como. Pues sí, me importa un pimiento el puto examen; me gusta Ricardo y tuve la idea de robarlo para conocerlo mejor, pero el está como loco detrás de Helena ¿Y qué? ¿Me hace eso menos válida para esto? Tu no sabes lo que es que cuando te miren no te vean, que solo vean una parte de ti que no significa nada; o que se crean que eres una presa fácil a la que abatir y olvidar, o saber que...—Sabina se enfadó con ella misma por decir aquello, pero era como se sentía. Al fin y al cabo era ella la que iba a vivir como una amargada rodeada de gatos que acabasen devorándola y no el "perfecto" Martín.—Eso sí. Como le digas una sola palabra de lo que te he dicho más te valdrá haber aprendido a correr en el dichoso fútbol porque no te librarás de mí. Y si te pillo no podrás contarme lo que te pasa si lo necesitas; de hecho no podrás contárselo a nadie porque "Guiz" tendrá comida para un par de meses ¿De acuerdo?

Con esa amenaza, claramente falsa, Sabina se levantó y le ofreció una mano para levantarse. Aquella era una forma de decir que podía contarle lo que le ocurría sin forzarle a ello, ya que ella comprendía que había muchas cosas que no eran fáciles de contar, como el secreto que acababa de revelar... o como los secretos que todo el mundo -ella misma incluida- tenían pero no eran fáciles de explicar (y por ello seguían siendo secretos).

Por favor, no me traiciones, que esto no sea un ridículo montaje para convencerme...

Venga, vamos...levanta. Tenemos que entrar allí. Ya veremos lo que va pasando...

-Todos hemos venido a esto. dijo seriamente Beatriz,acercándose a la puerta, -si solo está atrancado tal vez tirando entre todos podamos moverla.

Martin tomo la mano de Sabina, supo que un poco de teatro ayudaria a convencerla aunque tampoco habia habido mucho. El plan estaba bastante echado a la mierda y eso no le daba a Martin ninguna confianza. Asi que se limito a mirar a Sabina a los ojos y decir:

-Gracias.- dijo seriamente mas sereno.

Y apoyandose en ella se levanto de nuevo y acto seguido se llevo las manos a la cintura.

-Recuerda esto, cuando estemos ahi dentro hay dos personas de las que no podemos fiarnos. Asi que cada cosa que digan, cada movimiento en falso, sera muy sospechoso.

Noto por un segundo que se estaba poniendo otra vez muy organizativo y se sonrojo avergonzado. La verdad es que Sabina era una buena chica y su manera de pensar se compenetraba bien con la de Martin, el cual era de decepcionarse facilmente si las cosas no iban "segun el plan". 

-Y una vez mas gracias.

Solto la mano de la muchacha y giro la cabeza en direccion a los chicos, que al parecer ya se habían ido...

¿Solo de dos?

El murmullo fue tan bajo que a la propia Sabina le costó oírse pero no dijo nada más. ¿Cómo era posible que estando en la misma habitación Helena y Ricardo no supiesen nada? ¿Cómo había podido Ricardo traicionarla? ¿Cómo podía haber hecho tanto el tonto con él? ¿Cómo era tan idiota de confíar en la gente? Si. Seguía enfadada. De hecho estaba MUY enfadada, pero no debía dejar que aquello la agobiase.

Soy imbecil

Venga vamos. 

Finalmente Sabina se puso en marcha, aunque se notaba claramente que no estaba nada a gusto con aquella situación.

Los dos chicos se fueron acercando al lugar donde habían estado reunidos y, tras mirar unos segundos localizaron al resto. Sabina avanzó hacia ellos con el rostro inexpresivo y cuando llegó se apoyó en una pared, sin mirar a nadie directamente. Su actitud era claramente desafiante y decidida; como si no la importase nada de lo que pasaba allí ni de lo que la dijesen. Bueno, voy a abriros la puta puerta.

-Espera, no hace falta!-

Interrumpio rápidamente Martin, bastante decepcionado porque parecia que ninguno le había hecho caso, pero no era productivo dejarse llevar por el bajon asi que se limito a continuar.

-Conozco una puerta de atrás, por los gimnasios, se rumorea que siempre esta abierta.- Añadio haciendo incapie en la ultima palabra.- Y antes de hacer nada ilegal propongo que probemos suerte ahí.

Bueno, ya estaban todos juntos otra vez, que era lo que importaba...

Sabina miró a Martin y de pronto recordó algo que les había dicho en el piso. Es verdad, nos lo dijiste antes. Venga, vamos para allá. La chica se dispuso a seguir a Martin, no sin antes lanzar una mirada al resto entre enfurecida y cansada Ahora, una sorpresita más y me piro. Así que si de pronto va a aparecer Alfredo, Jenny o quien sea decidlo ahora.

Pues pírate. Pensó Ainhoa un poco harta de la actitud que tenía siempre Sabina. Hiciera lo que hiciese, tanto ella, como cualquiera, parecía que le molestaría. Y ahora comenzaba a comprender porque nunca había hecho nada por juntarse a ella. No lo tenía claro, pero empezaba a pensar que era jodidamente susceptible y eso a Ainhoa no le gustaba nada. Mordiéndose la lengua miró al otro chico, aún no se había aprendido su nombre. Pero si el conocía una entrada por los gimnasios, seguro que era cierto. ¡Vamos entonces! Exclamó ignorando, y sin tan si quiera mirar a Sabina para que no se creyese el centro de atención de todo lo que pasaba.

No se podía negar que Sabina tenía caracter, pero sacarlo en algunas situaciones era malo y ahora estábamos bastante en tensión como para que apareciera otro problema más.

Sigo a mis compañeros hasta la puerta que dice Martín, haciendo un gesto de complicidad a Hellin para que nos siga.