Partida Rol por web

Cuando fueron a subir al coche los tres vieron el primero de los problemas, el coche contaba con 3 plazas delante y un cajon trasero sin techo en la parte trasera, el cual si llenaban de herramientas igual iba a ser un problema para transportarlos a todos.

-No se si esto nos va a valer- dicho Camille mirando el coche -porque yo voy a llevar a mi can Fuyur, y veo que va a faltar espacio.

Pese al comentario James arrancó el coche y comenzaron a avanzar en dirección a la calle Mayor, donde se encontraba la ferretería B.F. James.

Pues a menos que Fujur sepa conducir o volar me temo que tendrá que ir detrás... - comentó Poole. - Igual vamos a necesitar que alguien más lleve un transporte o que alguien alquile un coche para poder movernos todos. 

Arrancó el coche y se dirigió a la ferretería. Allí buscó el aparcamiento más cercano y entró en el establecimiento. Saludó al hombre que atendía detrás de un mostrador surtido de herramientas.

- Muy buenas tardes amigo - había ido varias veces allí a buscar suministros y tenía bastante familiaridad con el sitio y su gente... aunque le avergonzara terriblemente haber hablado con ese hombre docenas de veces y jamás acordarse de su nombre al completo. ¿Pero a quién no le ha pasado?

- Tengo que hacer una buena chapuza esta semana y voy a necesitar algo de material ... - le pasó una lista en la que había notado todo aquello que cree que necesitarían - ¿Crees que puedo tener suerte? Si tienes que ir a buscar algo al almacén creo que podría esperar unas horas... Por cierto ¿Qué tal tu chaval? Creo que recordar que me dijiste que se había caído jugando. - recordaba algo similar de la última vez que estuvo por aquí - El mío tiene la misma edad... esos condenados diablillos siempre están de un lado para otro... - algo de charla informal con el tendero, nada que debiera sorprender a nadie. 

-El chaval, bien- dijo despreocupadamente el señor Jones -ahí detrás está organizándome el almacén, ahora vuelvo con el y traemos lo que necesitan.

Al poco volvió el señor Jones, acompañado de su hijo, con un par de cajas, que llevaban sobre un carrito, en las que habían metido cuerdas, un par de palas y otro par de picos, y unas cuantas lamparas, con sendas botellas de combustible para las mismas.

-Aquí tienen caballeros- dijo sonriendo -espero que esté todo según han solicitado. Lo apunto en su cuenta James.

-Pues algo tendremos que hacer con el tema del vehículo- dijo altivamente, como esperando que alguien diese una solución -porque considero que Fuyur nos puede ser de mucha ayuda.

Luego miró a los dos compañeros y quedo esperando.

Percyval se paseó por las estanterías, observando cuerdas y piolets. Se acercó a la altiva arqueóloga y formuló su pregunta con una medio sonrisa.

- Señorita Dorée, nos vendría bien que con su experiencia en muestreos y excavaciones, hiciera una lista completa de piquetas, cuerdas o lo que nos sea necesario para la expedición.

-No estaba mal la lista que le usted livró al tendero- dijo Camille despreocupadamente mientras revisaba lo que había en las cajas -mi inquieter es sobre el vehículo.-

Dejo de un lado las cajas y se dirigió al comerciante, sin importarle el usar su acento marcadamente francés -¿No sabrá usted de alguien que alquile vehículos para ir la campagne?-

- Todo perfecto sí, añádelo a mi cuenta - se encogió de hombros - en cuanto llegue final de mes te lo abono todo. 

Se volvió hacia sus compañeros.

- Por mi parte está todo. Si quieren alquilar un coche, es mejor que avisen a la empresa de alquiler donde vamos... es un terreno difícil y si devolvemos el coche en mal estado sin haber avisado les pueden pegar un palo en la fianza que les dejará tiritando.

Si ya estaba todo, tal vez incluso podría aprovechar a pasar a despedirse de su mujer y su hijo. Estaría fuera unos cuantos días y no quería que se preocuparan demasiado.

- ¿Alguna cosa más? - preguntó mirando tanto a Camille como a Percyval.

En ese caso hablaré con mi secretario en la empresa. Si es menester un automóvil y un cochero  me encargaré de que nos acompañe alguien no se preocupen. Haré un par de llamadas, si ya tenemos todos lo necesario cuando quieran podemos ir a ver como van los preparativos del señor Fillmore.

Dice al tiempo que se dirige de nuevo a la calle, se enciende un cigarrillo y aspira el humo de tabaco. Una costumbre que escandalizaba a su madre pero que le hacía sentir mas cosmopolita.

Lo he pensado mejor, pasemos por la casa de subastas antes de volver a la universidad. Allí podremos arreglar lo que falta para traer otro coche con chófer. Tomar el refrigerio prometido y dirigirnos cargados y listos para la universidad

Al salir nuevamente a la calle vieron como el sol se ponía en el horizonte, y el frío y húmedo clima de Arkham comenzaba a adueñarse de las calles, casi empezaba a vislumbrarse una ligera niebla nivel del suelo.

Los tres se miraron y pensaron en si aquello era un mal presagio de lo que podía suceder en los siguientes días. Ninguno de los tres se libró del escalofrío que les recorrió la espalda al tener aquella sensación y se miraron cómplices de saber que es lo que estaban pensando los tres a la vez, a la vez sorprendidos de aquella sensación pues eran tres personas bastante distintas que habían coincidido.

Se acercaron a la casa de alquiler de coches y les dijeron que tendrían un coche dispuesto a la mañana siguiente, a primera hora, mientras podían, como había dicho Percyval a su local, y allí se dirigieron.

- Pues parece que está todo en orden... - dijo de forma fingida, ese atardecer se le antojaba como un mal presagio. 

- Si no les parece mal, en lo que los demás terminan, yo quería pasar a despedirme de mi mujer y mi hijo. Si les apetece, Erin hace un café estupendo y nos queda algo de pudding del fin de semana... - se encogió de hombros - solamente si les apetece.

Será todo un honor conocer a su familia, y probar la veracidad de su afirmación señor Poole. 

Dijo con una sonrisa Percival mientras acababa de asegurar el contrato del chófer y el coche de alquiler.

-Si no les incomoda- dijo con su acento frances Camille -yo iré a mi casa a prepararme, esta es mi dirección.

Sacó una elegante tarjeta de dentro de la chaqueta y se la tendió a ambos esperando que alguno la recogiera.

-Mañana nos vemos para el voyage.