Partida Rol por web

El grupo siguió a John mientras rodeaba la casa, al final del camino del lateral de la casa se encontraba un hombre maduro y corpulento que llevaba una azada al hombro. Tenia un aspecto bonachón y alegre.

-¿Que hacen por aquí?- dijo sorprendido -¿Se han perdido? No hace una tarde muy apacible para que gente de ciudad venga a visitarnos.

Casi había anochecido completamente y se oían presagios de tormenta en el ambiente.

-¿Quieren pasar a dentro?- continuó amablemente -no tardará en llover y me vendrá bien un poco de compañía.

Dicho esto tendió la mano señalando a la puerta de la casa invitándoles a entrar.

- saludos! buen hombre, lamentablemente nos hemos accidentado en el camino por ello hemos tenido que venir hasta su hogar, la verdad no queremos importunarle de ninguna manera...- respondo a la lugañero intentando de romper la frialdad que nos separa por ser unos completos desconocidos para él

El clima hace notoria su precensia y el lugareño hace notar la evidencia de un muy probable mal clima para salir a investigar -... pues ya veo que si, el amenaza no ser clemente con nuestra fortuna...- refiriendome a las desventura de estar practicamente sin más opciones que aceptar la oferta del lugareño.

Volteo a ver a mis compañeros, no se realmente si aceptar por ellos la invitación pero me preocupa que las ropas de la dama terminen encharcadas de lobo y agua de lluvia, quizas sea mejor aceptar aun así expreso abiertamente -por cierto, mi nombre es John, John Grayson; Detective de la policia ¿y usted es es? ¿creo no haberle escuchado decirlo?...- pretendia que al presentarme, el sujeto se sintiera traquilo por ser un hombre de la ley... 

-David pueden llamarme- dijo despreocupadamente, y continuó con un tono alegre -Aunque veo que sus compañeros no hablan mucho. Pueden pasar todos y así hablamos tranquilamente al calor de la lumbre, el perro puede pasar, pero téngalo controlado.

Su ultima frase la dijo ya desde el interior, aunque con su voz profunda se le oyó desde el exterior sin problemas, no parecía querer insistir mas en invitarles a entrar.

James asintió con gesto agradecido que les dejarán pasó y saludó. Se quitó la gorra en el interior para no parecer un paleto y se sentí cerca del fuego.

- No se preocupe jefe, el perro seguro que no le da problemas - le miró de soslayo, todavía no sabía por qué lo habían traído.

Echó un vistazo alrededor y después volvió a mirar al tipo. 

- Lamentamos presentarnos así de esta manera, pero ya sabe que el día que más lo necesitas esos montones de chatarra te dejan colgado. - se encogió de hombros - esperamos no molestarle demasiado David.

Me quito el sombrero y sostengo la puerta de la casa esperando cordialmente que pasen todos mis compañeros y se arreglen en el interior

Antes de entrar quiero dar una última mirada al exterior, al clima y los alrededores esperando ver qué todo está en orden, para que mentir cierta parte de mi deseaba que el clima no empeorara, estaba aún muy ansioso por el tema que hemos tenido que postergar, aunque quizás David tenga algo de información, el punto es: ¿Cómo sacarle la información sin ser invasivo en sus tierras? Para un pueblerino que gente de la ciudad venga casi siempre significa problemas; aunque parece que David no es de esos, quizás sea más amable y cordial que lo que podríamos esperar...

John revisó con la mirada de manera disimulada según fue entrando en la casa, la cual no parecía tener nada destacable, era bastante normal, desordenada, pero no atiborrada de trastos, tenia lo necesario para que una persona pudiera sobrevivir en aquel entorno, dedicándose a la caza y algo de cultivo para uso personal.

Todos se sintieron aliviados al encontrar un sitio donde parecía que iban a poder pasar la noche, la cual no iba a ser muy apacible en el exterior, la lluvia ya había llegado para quedarse, y el viento le acompañaba.

Fuyur, el perro de Camille, entró tras ella y se sentó junto a Camille tranquilamente, mientras su dueña le acariciaba.

-Y bien, buena gente- continuó David mientras amontonaba troncos en la chimenea y les prendía fuego -¿que les trae por estas tierras?

El temporal me ha provocado un cigarrillo, pero creo que me he dejado el encendedor y mi cajilla de cigarros en el carro o quizas en el carro. mientras me palmeo el saco buscando comento abiertamente a bueno de David -...estamos siguiendo el rastro a un suceso astronomico importante; ha visto algo fuera de lo normal ultimamente por la zona?- pregunto de vuelta, esperando poder conseguir alguna pista en aquel hombre...

La verdad es que ha sido una suerte poder encontrar un refugio como este. La tormenta se notaba en el ambiente y me resultaba agradable seguir investigando ante la perspectiva de empaparnos. Ya habría tiempo de eso.

De momento estábamos a cubierto, secos y calientes. Además seguro que el granjero podría darnos alguna información que nos aclarase por dónde empezar a investigar.

John comenzó a preguntar al granjero y me dediqué a observar con atención la sala dónde estábamos.

-Poco entonces creo que puedo ayudarles- dijo David sin pararse a pensar mucho en lo que le habían preguntado -pocas cosas pasan por este lugar abandonado.

El hombre quedo callado unos segundos, mesándose la barba, mientras el resto no se atrevían a decir nada a la espera de que aquel hombre hiciera una revelación.

-A parte de que cada vez somos menos en estos campos- continuó tristemente -y de que las razones por las que algunos han decidido ir a otro lado son bastante increíbles, realmente no pasa nada destacable por aquí. Pero la verdad yo lo que creo es que les afecta la soledad de estas tierras y eso les trastoca la cabeza.

Me he quedado en la mente con la frase:

bastante increíbles...

Mientras enciendo mi cigarrillo, ofresco del vicio a los presentes, comento mientras rasco con mi pulgar mi mejilla derecha, sosteniendo mi cigarrillo con la izquierda -​​​​​​-y cuáles han sido esas increíbles razones , si no es muy osada mi pregunta. Solo por curiosidad...- comento a David.

Me resulta extraño que mis compañeros sean tan callados, ni el perro si quiera a emitido algún sonido, o está muy aburrida la conversación o simplemente todos estamos muy en sintonía.

Por un instante recordé un caso que tuve hace unos años dónde las pistas estaban escondidas justo en mi narices y si no hubiese sido por el loco de  Estevan no me habría percatado de ellos. Solo esperaba que esté no fuese uno caso similar y me esté perdiendo algún detalle del amigo David o de la casa...

Agradeciendo el calor, me centro en las palabras del granjero. Una pregunta rondaba mi mente pero el señor Grayson se me adelantó. Yo también quería saber cuáles eran esas razones bastante increíbles.  Aunque otra parte de conversación seguía dándome vueltas en la cabeza.

Discúlpeme, David. Dice que usted que la soledad de estas tierras trastoca y hace perder la cabeza. ¿Conoce gente a la que le haya ocurrido eso? ¿Qué ha pasado exactamente?

Mientras sus compañeros le preguntaban, James estaba ensimismado en sus pensamientos. No le sorprendía que esa zona se estuviera quedando despoblada. ¿Quién iba a querer vivir en ese lodazal lejos de toda civilización? No era precisamente un paraje edénico en el que hubiera muchas oportunidades. Cayó en la cuenta sin embargo de que en comunidades tan pequeñas, basta que suceda algo para que todo se expanda como la pólvora. Es entonces cuando se le ocurrió preguntar.

- ¿Sabe algo de ese fogonazo que cruzó el cielo hace unos días? Imagino que desde un sitio tan aislado como este, se observa mejor el cielo que en la ciudad. Allí es imposible enterarse de nada...

-Vaya- exclamo David sin perder un ápice del carácter bonachón que había mostrado desde que lo conocieron -parece que les he despertado un poco la curiosidad. Aunque creo que estas son las razones por las que se han acercado a un sitio que les es tan diferente al que deben estar acostumbrados.

Hizo una pausa y en su respuesta y mientras el resto de los presentes calvaban la mirada fijamente en el, a la espera de alguna revelación extraordinaria, el hombre se levanto pesadamente, fue hacia un aparador que había junto a la lumbre y saco una pipa y una bolsa que debía de contener tabaco.

-Si no les importa- dijo preparándose el tabaco -mientras les cuento, les acompañaré fumando.

El hombre empezó a contar historias, de viejas decía, de que algo habitaba en el bosque, algún tipo de espíritu que había hecho que las cosechas se secaran en los últimos años y que desapareciera gente sin ninguna razón.

-El pobre Ben mismamente, vecino a un par de millas- dijo melancólicamente -salió al amanecer a recoger leña y nunca mas se supo de el. Dejó mujer e hijos, los cuales emigraron a la ciudad. Aunque yo creo que el hombre salió de esa casa porque no aguantaba a su familia, uno no se puede casar tan joven...

Contó varias historias mas del mismo tipo, sin ningún hecho mas destacable, los desaparecidos no tenían enemistades ni eran gente problemática, simplemente desaparecían.

-La cosas mas raras que he oído ha sido en los dos o tres últimos años- dijo con un tono un poco mas misterioso -cuando algunos campos de la zona norte, los que están mas alejados y casi tocando las montañas, en la parte donde los bosque son mas densos, empezaron a tener "plagas", los frutales se llenaban de gusanos y los huertos se secaban, pero con una tonalidad grisácea extraña. Creo que las fabricas de río arriba con su modernidad nos han traído males a la tierra. Y lo ultimo ha sido lo de los animales, dicen que en los últimos meses algunos granjeros han tenido nacimientos extraños y con deformidades, pero yo no vi ninguno.

Cuando James intervino, nombrando el "fogonazo" en el cielo, el hombre se quedo parado, con la mirada fija, como intentando recordar algo. Entonces recordó.

-Si, claro- dijo chasqueando los dedos, no le había dado importancia al hecho hasta que lo nombro James -hace dos noches, sobre la media noche, me despertó un ruido como el de un trueno, pero mas seco, salí corriendo de la casa y vi como si el cielo se hubiera dividido en dos mitades, parecía que había pasado una estrella fugaz a muy baja altura, y al poco se oyó en el norte el ruido de una explosión, pero no he visto que haya habido fuego ni nada. De hecho pensé que lo había soñado y casi lo había olvidado.

Escuchar los relatos de David no conducian a ninguna parte pero no dejarón insatisfecha mi curiosidad, hacia tanto que relatos extraordinarios no me hacia viajar entre la fabula y la realidad, pinceladas que muchas veces sumergido en el día, a día simplemente se pierden de vista.

Al final de todo James ha logrado colar la pregunta en el idioma coloquial de David, por poco se nos escapaba la pista, obvio "hechos astronomicos" no es algo que David aparentemente maneje en su dialecto, pero eso sobra en importancia, lo que prima es seguir ese rastro.

Doy una calada a mi cigarro y comento a David -debio ser una sorpresa muy fuerte ese momento, de seguro aun recuerda en que dirección exacta se dio la explosión, cierto? - intentaba que con mi afirmación el hombre diera algo más de detalles al respecto...

El hombre dudo unos instantes y luego rascándose la mejilla y mirando al techo dijo:

-Creo que fue hacia el norte- dijo pero no muy convencido -a la zona mas boscosa del norte... eh si, eso es-

La lluvia estaba retirándose, pero debía de ser ya tarde, debían de rondar las 10 de la noche, no habían cenado y estaban cansados del día. Lo mas lógico sería pedirle alojamiento al hombre y proseguir la semana siguiente.

Así que hacia el bosque. Eso centraba un poco nuestra búsqueda. Pero ya tendría que ser al día siguiente.

Disculpe, David. Se hacer tarde y la lluvia nos ha sorprendido. ¿Podríamos alojarnos en algún lugar de su granja?. Mañana nos iremos temprano y no causaremos ninguna molestia. Por supuesto pagaremos lo que usted estime oportuno.

-Sin problemas- contestó David mientras se levantaba -algo de cocido de este mediodía me quedará y creo que tengo pan suficiente.

Se dirigió a la cocina y busco entre los cacharros unos cuantos platos y cubiertos. Luego los acercó a la mesa y los dispuso alrededor.

-Estaremos un poco apretados pero nos quitaremos el hambre- dijo mientras se volvía a la cocina a por un cazo grande en el que debía de estar el cocido -el tema de dormir es lo que igual es algo mas incomodo, solo tengo una habitación, en la que suelo dormir yo, podría cedérsela a la señorita, pero el resto dormiremos aquí, tendrá que ser en el suelo.

Después de servir los platos, se sentó y les hizo ademanes para que se acercarán a la mesa a comer.

Recibo con agrado la oferta de David, me parece muy gentil cómo abre l puerta de su hogar a un grupo de extraños, debe ser un sujeto de mente abierta.

Apagó la colilla de mi cigarro en la hoguera de la casa, en cualquier otra oportunidad la habría tirado al suelo y aplastado con mi zapato como quien pisa un insecto, restregando lo en el suelo pero lo medite mejor, prefiriendo arrojarlo a las llamas.

Me tomo una silla del comedor y comento alegremente al grupo y David -​​​​​​-debo decir que me siento agradado de compartír la mesa con todos ustedes, hacia tiempo que no disfrutaba de buena compañía, bon appetit, creo se suele decir en estos casos...-

de mis labios se aprecia una fea mueca no soy de sonreír y aunque trato de hacerlo con espontaneidad es poco probable que se vea bien.

...

Al terminar de comer con los presentes pido la silla para reposar cerca de la ventana justo a un costado como quien espía el exterior evitando ser visto esperando a que el sueño me venza y pueda dejarle más espacio y comodidades al resto del grupo.

- Gracias, David. Muy amable. No se preocupe, estaremos bien. Le agradecemos tener un techo bajo el que resguardarnos.

Mientras cenábamos intenté retomar el tema de las "cosas extrañas" a las que el granjero se había referido con anterioridad.

- Disculpe, David. ¿A qué se refería con "plagas? ¿Qué tipo de gusanos surgían en los cultivos? Y, ¿de verdad cree usted que las fábricas tienen algo que ver? ¿A qué se dedican esa fábricas?

-No me refiero a ninguna fabrica en concreto- dijo despreocupadamente David -es toda esta revolución, está cambiando todo y cada vez se tiene menos aprecio por el campo y la naturaleza que nos han dado la vida.

Hizo una pausa mientras seguía comiendo.

-Sobre las plagas- continuó -todos los cambios de esta nueva era han traído nuevas enfermedades a las plantas, lo curioso de estas, fue que aunque las frutas parecían jugosas por fuera, en su interior cada una era un inmenso nido de gusanos de gran tamaño que nunca había visto por estas tierras. Algo extranjero se nos está metiendo con tanta modernidad.