Partida Rol por web

Las crónicas de Hogwarts: No me olvides

Capítulo 4. El Quidditch y otros deportes de riesgo

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08/08/2022, 19:30
Directora
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El expreso de Hogwarts avanzaba sinuosamente a través de la campiña en dirección a Hogsmade, la parada habitual. No solía llevar demasiada gente pero sí con regularidad, aunque aquel día, tú también ibas en él, una rareza, pues pocas veces un alumno volvía a Hogwarts después de haberse marchado.

En tu casa las cosas no estaban mejor pero tú al menos ya te sentías con fuerza para ir a la escuela e iniciar tu preparación como mago, aunque también allí había peligros. Había llegado a oídos tuyos que en el mismísimo expreso, cuando todos los alumnos y las alumnas se dirigían al castillo, había aparecido el cuerpo de una chica desconocida en mitad de uno de los vagones. Ese maldito mago, Ryland Shadefian, dejaba eso como única prueba de que había estado allí pero nadie sabía ni quiénes eran ni de quiénes se trataba.

Tu padre estaba desaparecido* pero sospechabais que él tenía algo que ver con ese mago porque quién si no iba a hacer algo así.

También habías oído que el cuerpo de un muchacho había aparecido el primer día de colegio y que hasta habían suspendido las clases ese mismo día. Al igual que en los otros casos, nadie lo conocía. Eso significaba que había peligro allá donde fueras, así que... ¿para qué quedarse en casa? Así al menos no estarías solo y podrías volver a ver a algunos de los chicos con los que te encontraste en el callejón Diagon, cuando estabas haciendo las compras.

Se hacía todo muy extraño, pero estabas decidido a ir a Hogwarts. Debías hacerlo, por ti, por tu madre, y por tu familia, que esperaba precisamente que actuases como un Wildsmith.

Finalmente, tras un viaje de varias horas, acabaste por llegar a la estación Hogsmeade. El tren se detuvo y te bajaste a tiempo para ver que eras el único chico que había viajado en él. ¿Cómo ibas a llegar a Hogwarts? Quizás tuvieses que preguntarle a alguien.

Y entonces, casi como si lo hubieses expresado en voz alta, una voz melodiosa sonó a tu espalda.

-Bienvenido, mi querido. Supongo que tú serás el joven Percyval. Mi nombre es Eleanore Borealis y soy la guardana de las llaves y los terrenos de Hogwarts, así que si quieres venir conmigo, te acompañaré al castillo.

La mujer estaba blanca como la leche y sonreía mucho, pero parecía tener muy claro quién eras tú y a donde ibas. Se dio la vuelta y empezó a caminar para salir del andén, moviendo el cuerpo sinuosamente, como si fuese una serpiente. Se adentró en un sendero estrecho y oscuro, flanqueado por sendas hileras de enormes árboles parecidos a cipreses creando una especie de columna que impedía incluso la llegada de la luz de la luna, la cual tampoco es que iluminase demasiado, todo había que decirlo.

-No te preocupes por tu equipaje, querido. Será llevado al castillo -añadió la mujer, sin volverse hacia ti ni tampoco detenerse, mientras continuaba avanzando por aquel camino.

La mujer continuó la marcha y en breve, apareció un ligero destello de claridad que fue haciéndose mayor a cada paso que dabais, hasta que finalmente, salisteis a una especie de lago enorme y oscuro, justo a los pies de una montaña, sobre la cual había un impresionante castillo lleno de torres con ventanas brillando.

-¡Bienvenido.... a Hogwarts, mi querido!

 

Notas de juego

Me acabo de dar cuenta de que no podemos hacer lo que te dije, pero sí suponer que está desaparecido debido a él y que tú te quedaras en casa, preocupado, y cuidando de tu madre. Lo demás, lo dejamos igual ;)

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08/08/2022, 19:47
Directora
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La visión del castillo de Hogwarts, reflejado además en la superficie de aquel lago, resultaba de lo más fascinante. Aquel lugar no solo era mágico sino que lo parecía. Era todo un espectáculo contemplar aquel luminoso lugar que parecía formar parte del paisaje con tanta naturalidad que resultaba imposible imaginarse que allí hubiese existido alguna vez algo diferente.

En el borde del lago había una gran cantidad de botes, cada uno de los cuales tenía una linterna que se encontraba colgada de una vara en el centro del mismo. Borealis se dirigió hacia uno de ellos, descendiendo por la pequeña pendiente que había, con su particular manera de caminar, y sin volverse hacia vosotros mientras hablaba.

-Bien, mi querido. Tenemos que coger uno de los botes. Con cuidado, vayas a caerte a las aguas-advirtió, mientras ella misma se encaminaba hacia uno de ellos y subía.

La señorita Borealis extrajo su varita, la agitó en el aire y de repente, el bote comenzó a moverse, o más bien, a deslizarse, por encima de aquel agua que se comportaba casi como si no existiese. En realidad, el bote apenas se movía y casi parecía que estuvieses flotando en el aire.

Pero nada era tan fantástico como ver aquel castillo cada vez más cerca y saber que dentro de poco, habrías llegado.

El bote continuó su camino con suavidad, flotando sobre las calmadas aguas y avanzando lentamente, como si fuera una manera de deleitarse por la vista, y a medida que estaba más cerca, veíais con más detalle la roca sobre la cual estaba situado el castillo, lúgubre e imponente.

El bote se dirigía siguiendo la corriente, por debajo de un pequeño risco cubierto de hiedra, que daba lugar a un oscuro túnel que seguía durante todavía unos cuantos metros, por debajo del castillo, y poco a poco fuiste viendo como se alejaba de vuestra vista.

Finalmente, llegaste a una especie de muelle cubierto por una elegante construcción de madera. El bote se situó justo delante de unas escaleras que conducían al interior de aquel enorme cobertizo.

 

-Ten cuidado vayas a caerte, mi querido -advirtió Borealis, que prácticamente levitó por encima de las escaleras. Los botes parecían ser estableces y no moverse aun cuando te pusiste de pie, pero era difícil no sentirse inseguro al levantarse y justo en el momento de subir a los escalones.

Para tu desgracia, al mirar para ver si habías llegado, visteis unas larguísimas escalinatas que ascendían hasta las puertas del castillo, y parecían no acabar nunca.

Las escalinatas estaban iluminadas cada tramo, pero eso no podía evitar la sensación de que el camino que os quedaba era aún largo y cansado.

-Las puertas de Hogwarts te esperan arriba. ¡No te retrases, querido! -comentó Borealis, iniciando el ascenso de la última parte de tu camino.

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08/08/2022, 19:54
Director
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Notas de juego

Empezamos con esto y así puedes ir dejando tus impresiones. ¡No vamos a ir de golpe pa' dentro!

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08/08/2022, 20:46
Percyval Ignatius Wildsmith
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Por fin viajaba en el expreso en dirección a Hogwarts. Finalmente no había sido como esperaba hace un tiempo. Se había imaginado un tren mágico rodeado de niños, en el que alumnos de cursos superiores hacían magia por los pasillos, pero nada de eso había ocurrido, al menos no para el joven Percy. Finalmente había tenido que postergar su entrada en el colegio de magia más famoso del mundo debido a los problemas que habían ocurrido en casa. Se sentía triste, frustrado y muy enfadado, más de lo que se había sentido nunca. Después de mucho insistir consiguió que su madre le dejara unirse al resto de los alumnos, había costado, pero no podía hacer nada en casa, necesitaba educarse como mago para poder hacer frente a algo así y también para encontrar a su padre allí donde estuviera. 

Una leve tos provocó una leve convulsión en el joven, nunca había tenido muy buena salud y la tensión de los últimos días, acompañada de momentos donde casi parecía olvidarse de respirar parecían empeorar ligeramente su estado últimamente. Ryland Shadefian, el mago tenebroso del que todos hablaban, él era su objetivo y precisamente iba a un lugar donde se decía que también había actuado. No hacía falta ser un cerebrito, aunque Percy lo fuera, para saber que Hogwarts era uno de los edificios más mágicos y con más secretos de toda Inglaterra, puede que ese malvado quisiera algo allí oculto. Si así era, el pequeño Wildsmith esperaba encontrarlo primero y buscar la manera de derrotarlo. Todos estos pensamientos cruzaban la frente fruncida en un gesto de concentración absoluta del joven Percy. 

Finalmente el tren alcanzó el destino del alumno, siendo el único en bajarse algo extrañado y tratando de arrastrar un baúl demasiado grande y pesado para él. Estaba a punto de conseguir alcanzar el segundo escalón con el baúl cuando una voz le sorprendió haciendo que soltara el baúl que cayó hasta el suelo (Quizás hubiera sido más rápido haber hecho eso desde el principio. El baúl no parecía dañado) y se diera la vuelta sacando la varita del bolsillo de su pantalón, aún sin saber bien que hacer con ella. Desde luego, el viaje en el expreso pensando en aquel mago tenebroso había puesto los nervios de Percy a flor de piel, pero una cosa tenía clara, si venían a por él no se rendiría sin luchar, a pesar de... bueno, de no saber. Se sintió muy estúpido cuando se presentó la guardiana de Hogwarts que venía a por él, haciendo que las mejillas del alumno se volvieran rojas de vergüenza, guardando de nuevo la varita y susurrando quedamente un breve - lo... lo siento - Siguió las indicaciones de la guardiana aunque no sin echar tres vistazos al baúl que quedaba atrás como si dudara de que fuera a llegar con bien al castillo. 

Siguió a quien se había presentado como Eleanore, un poco receloso por el extraño caminar, casi parecía una criatura más que otra cosa, recordaba alguna lección de los muchos estudios que le había obligado su padre a realizar. Parecía querer que su hijo supiera todo lo que le debían enseñar el primer año antes de llegar al colegio propiamente dicho. Pareciese una Veela, o algún tipo de ser emparentado, quizás medio Veela. No lo tenía claro y estaba seguro de que sería de mala educación preguntar. Tuvo que apresurar el paso, pues entre las miradas de soslayo a su equipaje y el divagar de su mente se había retrasado bastante y caminando a un ritmo que casi corría hizo por alcanzar a la guardiana. 

Durante el trayecto, Percy hacía lo posible por mantener el ritmo, se mantenía en silencio, pues no tenía muy claro que se esperase que dijera algo. Finalmente Hogwarts apareció ante él, la cara de asombro con los ojos y la boca abiertos del todo dejaba a las claras que la impresión que causaba el castillo en la mente del alumno colmaba todas sus expectativas. Ese era el lugar del que había oído hablar, sobre el que había leído y al que siempre había querido ir. Ahora con más motivos. Debería estudiar duro para convertirse en un gran mago y que algo como lo que estaba ocurriendo no pudiera volver a ocurrir. No quería que ningún niño perdiera a un padre, ni que ninguna mujer (pensando en su madre) perdiera a su marido por culpa de un villano. Desde luego que tenía esperanzas de que su padre apareciera, pero la ausencia aunque fuera temporal, la incertidumbre, el no saber de él, era extremadamente doloroso. Siendo niño parecía que el mundo estuviera construido por fuertes muros, unos muros cuyos cimientos eran los padres. Ver esos cimientos dañados, derruidos hacía que el mundo pareciese más inseguro, más peligroso, más endeble y mucho más duro. 

La vista del joven Wildsmith estaba embebida en el castillo, el lugar que colmaría todas sus mágicas expectativas, un lugar en el que cada puerta, cada ladrillo, cada partícula había sido testigo de obras mágicas impresionantes, así como de la misma historia que había conformado el mundo en el que vivían. Con premura alcanzó a la guardiana algo temeroso por miedo a perder el bote ahora que estaba tan cerca. Se subió con bastante inseguridad al bote mientras miraba con cierto temor a la gran masa de agua helada que les rodeaba. De pequeño se había caído a un lago parecido en invierno y estuvo con pulmonía más de dos semanas, lo recordaba vívidamente lo que hizo que se sujetara con más fuerza de la necesaria al borde del bote y algún pedazo de ropa de su guía. Por suerte, ver como el castillo aumentaba de tamaño según se acercaba le hacía olvidar levemente el agua fría que le rodeaba por todos lados. Trataba de fijarse en cada detalle del castillo, embeberse de cada piedra, cada figura de piedra, localizar cada ventana iluminada tratando de relacionarlo en el futuro con la habitación que le correspondiese, aunque se contaba que hasta las habitaciones eran cambiantes dentro de aquel magnífico castillo. Una vez que el muelle estaba cerca, Percy se trató de levantar para dar un salto cuanto antes y salir del bote, pero según se levantó, una inseguridad por falta de equilibrio le alcanzó haciendo que prefiriese esperar. Una vez que el bote se detuvo, saltó con bastante ímpetu fuera del bote para poder pisar una zona firme. 

Los avisos de Borealis, aunque oportunos, resultaban irrelevantes en este caso, pues el pequeño ponía todo el cuidado del mundo en no caerse. Una vez dejado atrás el muelle pudo observar la siguiente fase de su llegada, aunque su rostro estaba emocionado por alcanzar Hogwarts, no pudo reprimir un leve deje de desilusión al comprobar lo que aún quedaba por, casi diría escalar para alcanzar el destino final. Con gesto de convicción, cerró los puños con energía y se dispuso a subir las escaleras por mucho que le costara, mientras pensaba que si su equipaje no había llegado, casi no le importaría, pues jamás hubiera sido capaz de subirlo por aquellas escaleras. Con gran esfuerzo coronó la cima, llegado al final, se encontraba más cansado de lo que hubiera estado nunca, su frágil constitución había supuesto que pasara más tiempo encerrado leyendo y estudiando que fuera disfrutando como la mayoría de los niños. Pero al menos lo había conseguido. Se encontraba exhausto, sudoroso, hambriento, dolorido, pero allí estaba, había alcanzado la primera parte del que sería su viaje... Había alcanzado Hogwarts... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Off: Si ves que en algo me he extralimitado o algo, sólo házmelo saber y lo corrijo en futuros post. 

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09/08/2022, 12:19
Director
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Notas de juego

Nada, nada. Está todo muy bien. Todo lo que sea iniciativa vuestra me parece magnífico y si algo no me cuadra, ya os lo digo, así que no te cortes ;)

Me ha gustado que dijeses que era una veela. Quizás lo sea o quizás no, o a lo mejor medio. :)

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09/08/2022, 12:21
Directora
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El agotamiento que te invadía era más que evidente, pero la emoción de estar en Hogwarts hacia que incluso eso no fuese tan importante. Los últimos escalones te permitieron divisar ya de cerca el castillo, y eso te dio fuerzas para terminar de llegar arriba. En cuanto lo hiciste, accediste a un pequeño patio que daba a una puerta de roble enorme. Borealis se detuvo justo delante y se volvió hacia ti por primera vez en todo el ascenso.

-¿Estás aquí, mi querido? Ah, veo que sí. Algo cansado, por lo que ve -dijo Borealis, acercándose a ti para arreglarte un poco la vestimenta.

Después se volvió hacia las puertas y golpeó muy suavemente, casi como su estuviese arañando la puerta.

A los pocos segundos, las puertas se abrieron sin emitir un solo chirrido, y delante apareció un hombre alto y serio que hizo que retrocedieses un paso. Borealis, en cambio continuó sonriendo. A su lado también apareció una mujer, con aspecto algo más distendido.

-Aquí traigo al nuevo alumno, profesor -le dijo  Borealis en tono musical.

-Muchas gracias, señorita Borealis. Yo me encargo de ellos desde aquí -respondió con seriedad el hombre -. Soy el profesor Cletus Partwulf, subdirector de Hogwarts. Le presento a la jefa de Ravenclaw, la profesora Emerald Cassowary. Hemos consierado que en base a sus características y genealogía, Ravenclaw sería el lugar en donde mejor encajaría. Ahora, acompáñenos.

El hombre abrió completamente la puerta, mostrando un gran vestíbulo envuelto en sombras. Las paredes de piedra tenían antorchas que iluminaban el lugar, pero dejando la zona central en penumbra, justo en donde había unas escaleras de mármol que llevaba a los pisos superiores.

-La casa de Ravenclaw tiene su sala común en la Torre Oeste, en la séptima planta. Ahora mismo la mayor parte de los alumnos y las alumnas están en la biblioteca, trabajando. Profesora Cassowary, creo que debería acompañarle hasta allí para que conozca a algunos de sus compañeros y estos le ayuden a familiarizarse, ¿no cree?

La profesora te miró fijamente unos segundos.

-Sí, yo también creo que eso será lo mejor. Además, por lo que nos dijeron tus padres, ya conociste a alguno de ellos en el callejón Diagon, antes de que... bueno, tuvieras que irte apresuradamente, ¿verdad? No te preocupes. En realidad, tardarás muy poco en acostumbrarte. Mañana ya tendrás tus primeras clases y dentro de poco te sentirás como si ya llevases aquí mucho más tiempo. 

La profesora se volvió un momento hacia el subdirector.

-Ya me encargo yo a partir de aquí, profesor.

Cletus asintió con la cabeza y se retiró, mientras la profesora Cassowary empezaba a subir las escaleras.

-Sígueme, por favor -te dijo, dando los primeros pasos hacia las plantas superiores.

Notas de juego

Si te parece, otro post tuyo con impresiones y cualquier pregunta que tengas y ya te meto en la biblioteca con los demás en el siguiente, ¿vale?

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09/08/2022, 17:12
Percyval Ignatius Wildsmith
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La frágil constitución de Percy había sido un problema en algunas ocasiones. Esta vez sin embargo, a pesar del agotamiento y la falta de aliento nada evitaba sentirse emocionado por pisar por primera vez aquel castillo. El patio era precioso y la puerta de roble magnifica, sin embargo un pensamiento cruzaba la mente del joven. ¿Cómo iban a cruzar aquella inmensa puerta? Él, desde luego no disponía de muchas fuerzas en ese momento. Quizás aquella extraña mujer usara magia para abrirla. Mientras su mente divagaba en distintas conjeturas, aquella nívea mujer se giró y le observó, advirtiendo que parecía cansado. Algo de vergüenza embargó el rostro del pequeño Wildsmith, que enrojeciendo procedió a mirar hacia el suelo mientras pronunciaba un susurro apenas audible - ssh... si - pronunció avergonzado mientras le arreglaba algo la ropa, algo que hasta ahora sólo había hecho su madre lo que hizo que se sintiera muy extraño, sin tener claro que decir, obviando sus modales al menos de momento. 

Después de que Borealis llamara a la puerta con extraña suavidad esta se abrió dando paso a un hombre y una mujer. Él sin duda parecía muy serio y hosco, incluso algo amedrentador. Ella por le contrario parecía más cálida. Su reacción instintiva había sido dar un paso atrás con cierto temor, algo que trató de superar volviendo a su posición original. Se presentaron como el subdirector y la jefa de la casa de Ravenclaw. Hizo una breve inclinación de cabeza como le habían enseñado - Un placer. Disculpen las molestias - afirmó con más fuerza y energía de la que sentía, pero los modales que le habían inculcado salieron a relucir aportándole algo de confianza. Se sentía aliviado por el hecho de que fuera a estar en Ravenclaw, aunque eso aportaba cierto temor. Pues había oído maravillas del sombrero seleccionador y había duda dentro de si mismo... ¿Y si el sombrero hubiera decidido ponerlo en otro sitio? ¿Y si se equivocaban y no estaba capacitado para estar a la altura que se espera de un alumno de Ravenclaw?. 

Entró finalmente una vez que le invitaron a acceder al interior, acompañado de bastantes dudas. Dudas que fueron disipadas momentáneamente por la presencia del vestíbulo. Estaba deseando ver los cuadros que inundarían las paredes de Hogwarts. Había leído mucho al respecto y aunque en esos momentos la mayoría de las pinturas estarían dormidas estaba completamente pendiente de cualquier movimiento que viniera de las paredes. 

Tomó nota mental de la situación de la sala común de Ravenclaw, preguntándose como averiguaría donde se encontraba el lugar en que debería dormir, pero pensando que ya llegaría el momento de averiguarlo. Por lo visto acudiría en primer lugar a la biblioteca, donde se encontraban varios alumnos trabajando. Temiendo que los días perdidos pudieran pasarle factura, al no estar al mismo nivel que sus compañeros se mostró decidido a acudir a la misma para poder empezar a estudiar con tesón. Tenía muchas obligaciones, no sólo para ponerse al mismo nivel que sus compañeros, si no que además tenía pensado aprender suficientes hechizos para poder encontrar a su padre y si era necesario enfrentarse a cualquier malvado que se encontrara en su camino. Estos pensamientos vagaban libres por su cabeza acompasados por una mirada de fija concentración y convicción en su rostro. 

- Si profesora - dijo al tiempo que se disponía a seguirla por aquellas extrañas escaleras que se movían con la libertad propia de un ser vivo y sintiente por si mismo... Estaba dispuesto a causar una buena impresión, pero también estaba dispuesto a encontrar el sombrero seleccionador y aprender muchos hechizos... 

Notas de juego

Por mi perfecto ;)

Dispuesto y con ganas ^^U

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14/08/2022, 12:55
Directora

La Sala de Trofeos en aquellos momentos no estaba tan vacía ni tan silenciosa como cuando habíais ido la tarde-noche anterior. De hecho, había unos cuantos chichos y chicas de primer curso sobre todo, pero también de algunos otros, mirando los trofeos que había en las vitrinas.

También distinguiste la alfombra que había en el centro de la sala, debajo de la cual estaba la trampilla por la cual habían entrado tus compañeros para ir a encontrarse con los jefes de sus casas, aunque destaparla ahora resultaría complicado, sobre todo con tantos testigos.

Y había un testigo que no esperabas encontrar.

Alondra. Ella también estaba allí, paseándose y dando la sensación como de que estaba haciendo tiempo mientras esperaba a hacer otra cosa. Quizás también hubiera pensado en bajar por la trampilla. Obviamente no tardasteis más de unos segundos en veros.

Afortunadamente, lo que no parecía haber era profesores, ni tampoco el señor Finch estaba por allí para guardar el lugar. Eso era un alivio porque aquel hombre con aspecto de gato tenía fama de agarrar a los alumnos por cualquier cosa, incluso aunque no hubieran hecho nada, y pedir castigos para ellos.

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15/08/2022, 16:19
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

Ivy se había alejado de la biblioteca con la excusa de ir al aseo, así se aseguraba de que nadie le acompañase. Su idea inicial era ver a Salazar Slytherin, al igual que Alondra y Kyle, un ídolo que le habían inculcado amar desde que era pequeña, pues su madre y abuela siempre habían pertenecido a la casa de la serpiente.

Hay mucha gente por el pasillo. Espero mejor que el sitio se despeje un poco.

Por un lado, le agradaba que hubiera gente en dicha sala, pues la noche anterior había pasado mucho miedo al caminar por los oscuros pasillos. Pero por otro lado, la presencia de más alumnos le molestaba, pues no tenía claro de si iba a poder acercarse a la trampilla y abrirla con disimulo para no ser vista.

La pelirroja se fue acercando despacio al lugar donde Michael, su adorado héroe, consiguió hacer el hechizo Alohomora, cuyo efecto les dio acceso a una vía de escape cuando Tauris estaba persiguiéndoles. Ivy llegó donde estaba la alfombra, y cual fue su sorpresa de ver a Alondra, la cual parecía actuar de una manera muy similar a ella misma.

Quiere volver a bajar...

No había adultos en la zona. Tan solo alumnos curiosos y la odiada Spark. Jade entrecerró los ojos y se acercó a ella. Ya no había dulzura ni candidez en sus palabras.

- ¿Vas a repetir experiencia? - Se cruzó de brazos mirando alrededor - Hay mucha gente y tenemos el mismo objetivo. Si quieres que esto sea rápido sal corriendo hacia la puerta y di que Tauris está en la sala castigando alumnos. Ya verás como todos salen despavoridos. Y luego entra hasta aquí, estaré abriendo la trampilla mientras tanto - Comentó de forma seca, dejando claro que aquello eran negocios. No había amistad de por medio.

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15/08/2022, 16:57
(1S) Alondra Sparks

Los deberes. Eso debía haber ocupado todo mi tiempo, desde luego. Pero había algo todavía más importante que todo aquello.

Desde que había bajado por aquella trampilla, ya nada era igual. De pronto, aquel mago que había sido la inspiración para mi familia, había dejado de serlo. ¿Por qué? Porque según él, yo no daba la talla; no era lo suficientemente buena para la casa.

Pues si yo no lo era, ¿quién, entonces? Había sido cruel y completamente deshumanizado lo que había hecho. Lo odiaba; de hecho, lo odiaba tanto que había deseado no pertenecer más a Slytherin.

Así que tenía que volver a verle. Si no me enfrentaba a él, no podría seguir como hasta ahora, fingiendo que era digna para mi casa.

Pero al llegar, me di cuenta de que no iba a ser nada fácil. Había demasiada gente y de pronto, no solo eso. También estaba la Ivy, que al verme, se acercó a mí con cara de enfado.

-¿Y qué si lo hago? No es asunto tuyo –le dije, buscando con la mano mi varita, por si me hacía falta. Pero entonces caí en que ella no había ido y que obviamente, deseaba hacerlo. Por eso estaba allí -. Ah, y tú quieres hablar con… con él. Pues ten cuidado con lo que deseas porque puede que te ocurra lo mismo que a mí y te arrepientas después.

Y entonces se cruzó de brazos, mirando a su alrededor. Obviamente, a las dos nos molestaba que hubiese tantos testigos. Así que hizo una sugerencia que no me pareció del todo mala. Me lo pensé unos momentos y finalmente, asentí.

-Está bien. Lo haré. Pero como no estés esperándome, no serán aplausos lo que recibas cuando salgas –le dije.

A continuación, me dirigí hacia la puerta e hice como que miraba afuera, y tras esperar unos segundos, entré con gesto de sorpresa y terror.

-¡Atención todos! La profesora Tauris viene hacia aquí. Creo que ha dicho que hay demasiados alumnos fuera de la biblioteca y va a castigar a unos cuantos para darnos una lección.

Intenté ser todo lo creíble que pudiera, porque de ello dependía que Ivy y yo tuviésemos vía libre... y me parecía que lo había conseguido.

- Tiradas (1)
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16/08/2022, 07:58
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

El encuentro con Alondra no iba a ser agradable, de eso estaba segura antes incluso de que se acercara. Sparks tenía la misma cara de pocos amigos de siempre, y tras recriminar que no era asunto de Ivy preguntarle si iba a descender por la trampilla, comentó que quizás pudiera arrepentirse de hacerlo.

- ¿Cuidado? Ni que ahora te preocupases por mi - fue la fría respuesta de la pelirroja, la cual ya no se dejaba engañar más. Alondra no le daba un consejo desde la bondad, pues no podía mostrar rasgos de los que carecía.

Jade había tenido una idea, que Sparks entretuviera a todos mientras ella se ocupaba de abrir de nuevo la trampilla. Y, aunque su compañera de Slytherin accedió a hacerlo, la amenazó por si era una jugarreta lo que le tenía preparado.

- No me amenaces, porque sabes que soy buena con la varita y no te tengo miedo. No soy el perfil de chica de la que puedas abusar - Le dijo dejando muy clara su posición. Si iba contra ella, se enfrentarían.

Y tras eso comenzó el espectáculo. Alondra era una bruja mentirosa de categoría. Tras asomarse a la puerta de la Sala de Trofeos, dijo que Tauris se aproximaba hasta allí con ánimos de castigar alumnos. Y cómo sería de malvada e inflexible en las clases, que los congregados en la estancia comenzaron a salir como borregos despavoridos ante la perspectiva de que el lobo llegase.

Hay que reconocer que ha sido un gran plan con una mala bruja como directora de orquesta...

Ivy se fijó en las espaldas de varios alumnos rezagados. Cada vez se iban alejando más de ella, así que la pelirroja comenzó a caminar disimuladamente hacia atrás hasta llegar a la alfombra y se agachó, como si se escondiera de Tauris. Miró alrededor para asegurarse que nadie le veía. No deseaba que todo el colegio intentase pasar por debajo de aquel sitio durante la próxima semana, y es que los rumores a veces viajaban muy raudos y veloces.

Levantó la alfombra y vio la trampilla, la cual debía estar abierta, ya que desde que Michael la abrió, nadie debía haberla cerrado. Y así parecía haber sido. Tiró de la manivela y abrió la oquedad para poder deslizarse al interior del agujero oscuro que servía de acceso al túnel que le llevaría hasta Salazar Slytherin. La pelirroja estaba nerviosa y deseaba que la estúpida de Alondra apareciese de una buena vez y se metiera en aquel hueco que le llevaría a su destino.

- Has tardado demasiado. Solo espero que no nos pillen por tu lentitud - le recriminó disgustada

No tardó mucho en verdad, pero se jugaban el tipo metiéndose en aquel espacio prohibido, y el recuerdo de Tauris siempre era algo que Jade tenía presente. Una vez que ambas estuvieran dentro, Ivy fue a cerrar la trampilla, sumiendo a ambas en una oscuridad total, ahogante y envolvente.

- Necesitamos hacer un encantamiento de Lumos - Comentó la joven recordando que era muy común vérselo hacer a sus padres. Desde pequeña, antes de dormir, encendían la varita antes de leerle el cuento antes de dormir, apagándola posteriormente con un Nox. La realidad es que nunca lo había hecho, pero no estaba de más probar - Es la primera vez que lo hago, a ver si hay suerte...

Ivy movió la muñeca haciendo una floritura, imitando a su padre cuando ejecutaba el encantamiento y, tras decir las palabras mágicas, se maravilló del resultado.

- ¡Lumos! - Lo sorprendente fue que de la madera canalizadora de magia emergió una brillante luz que iluminó el camino, dando a Jade una sensación de bienestar y seguridad en sí misma que nadie iba a poder arruinar - Adoro la magia. Es maravillosa...

Miró a Alondra y no tuvo problema en achantarla - ¿Ves como soy buena con la varita? Si sigues metiéndote conmigo, quizás la próxima vez te convierta en un sapo. Yo de ti me lo pensaría dos veces - Y comenzó a caminar siguiendo la dirección del túnel, sin tener claro por dónde se movía.

Qué pena que los demás no me hayan visto hacer esto. Sobre todo Michael, seguro que si ve que soy inteligente le gusto al menos un poco.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He mirado lo que pediste para Alohomora la primera vez que abrimos la trampilla:

+PARA ABRIRLA HACE FALTA USAR EL HECHIZO ALOHOMORA y antes hay que conocerlo. Conocer el hechizo por haberlo leído, visto usar o escuchado, es válido solo para IVY, LUNA, ALONDRA y MICHAEL. Tirada de DESTREZA + ENCANTAMIENTOS, 3 éxitos.

Como Lumos es un encantamiento común, he interpretado que la regla de antes sea válida para ahora. Si no es así, corrijo el rol...  ^^

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16/08/2022, 12:09
Director

Notas de juego

Se me olvidó recordártelo, así que todo perfecto, y con lumus igual ;)

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16/08/2022, 12:58
(1S) Alondra Sparks

La tensión entre ambas era más que evidente, pero estábamos allí para conseguir lo mismo y al menos por un instante, era capaz de dejar mis problemas con ella a un lado. La necesitaba, sobre todo porque no podía echarla de la sala de trofeos.

Durante unos segundos consideré la idea de sacar la varita y lanzarle el primer hechizo que me viniese a la cabeza, pero no necesitaba hacerlo. No iba a hacerme perder el control ni tampoco olvidarme para lo que estaba allí.

-Yo no abuso de ti, pero si crees que eres lo suficientemente buena, no tengo ningún problema en comprobarlo. Lo que sucedió en clase fue casualidad. Ten por seguro que la próxima vez no te resultará tan sencillo –le dije, antes de darme la vuelta para ejecutar su estúpido plan, que no era tan estúpido, pero que de ninguna manera iba a reconocérselo.

Los alumnos que estaban en la sala de trofeos salieron a toda velocidad de allí, dejándonos el campo libre para que Ivy abriese la trampilla. Cuando llegué, estaba esperándome con ella abierta.

-Si he tardado más tiempo es porque tenía que asegurarme de que no había nadie cerca o nos hubieran atrapado. ¿Te hubiera gustado eso? La verdad es que así te habrían podido quitar otros cincuenta puntos a ti también y a ver cómo lo explicabas –te dijo Alondra, mientras bajaba por las escaleras detrás de ella.

Cuando cerramos la trampilla detrás de nosotras, todo se quedó completamente a oscuras. Ivy probó a hacer unencantamiento Lumus y afortunadamente, le salió bastante bien.

-No ha estado mal… para ser la primera vez –le dije, conteniendo una sonrisa, porque por un momento fue como si estuviese con una amiga.

Pero solo por un momento, porque Ivy se aprovechó de su pequeño momento de gloria para volver a amenazarme.

-Si quieres puedes probar ahora –le dije, sacando mi varita y colocándome en posición defensiva. Si de verda quería atacarme, no había por qué esperar. Podía hacerlo aquí mismo -. A ver si eres tan valiente como bocazas.

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16/08/2022, 12:58
Directora

Los escalones eran estrechos y no estaban preparados para que varias personas bajasen a la vez, pero gracias al encantamiento de Ivy, pudisteis descender una detrás de la otra sin complicaciones. El descenso no fue demasiado largo aunque perdisteis la orientación y no sabíais exactamente a qué nivel os encontrabais, si habríais bajado una planta o mucho más, porque la falta de luz y la sensación de aprensión lo llenaban todo.

Terminasteis por llegar a una especie de salita, justo en el momento en que vuestras amenazas alcanzaban el nivel necesario para batiros, pero antes de que pudieseis hacerlo, varias luces se encendieron a la vez, provenientes de velas colgadas en las paredes, que parecían haber detectado vuestra presencia nada más llegar.

La pequeña salita parecía ser en realidad una especie de corredor que se estrechaba y continuaba avanzando, hasta llegar unos metros más adelante a una nueva sala que mostraba en el suelo reflejos de diferentes colores, y cuando mirasteis hacia delante supisteis por qué

Al fondo de la sala había varias puertas, cuatro para ser exactos, que permanecían cerradas como esperando a que las probaseis, y cada una de ellas resplandecía y mostraba en el centro de la misma el símbolo de una de las casas que parecía estar llamando vuestra atención mediante una explosión de energía que iluminaba todo el lugar de diferentes colores: rojo, amarillo, verde y azul.

Desde luego, aquel lugar no parecía estar hecho para que alguien anduviese por él sino más bien para ocultar algo que pocos más conocerían porque ninguno de vosotros había oído hablar jamás de un sitio así.

De no ser por los demás, no hubierais sabido lo que se escondía detrás de cada una de ellas.

Pero lo sabíais, muy bien, sobre todo Alondra, que ya había estado allí antes.

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17/08/2022, 08:26
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

Alondra e Ivy habían llegado a la misma conclusión.  Se necesitaban. Y ambas eran lo suficientemente astutas como para no dar la espalda a la otra, al menos de momento. Pero Jade ya no se engañaba con ella, Sparks era mala y sólo miraba para sí misma. Tener esa idea siempre presente le haría bien.

- Abusas y maltratas - la corrigió - pero no a mí porque no te lo permito. Y créeme, que lo más mínimo que hagas, a partir de ahora, que cause malestar en otros te lo haré pagar. Para mago tenebroso, ya tenemos uno en el mundo, no queremos a Shadefian y a su "mini malvada copia barata" - Jade no iba a achantarse. No le tenía miedo y callarse no era una opción - La próxima vez que atentes contra mí, comenzarán a pasarte cosas malas. Ten por seguro que seré yo haciéndotelo pasar mal.

Una vez que Alondra hubo bajado con Jade continuaron su marcha por el pasadizo, mientras se justificaba por su tardanza, algo que Ivy no estaba dispuesta a rebatir, puesto que ya estaba gastando mucha más saliva de la precisa con aquella idiota. Lo que sí le extrañó fue que le felicitara por haber ejecutado bien el Lumos, como si en ocasiones quisiera agradar, y en otras, como lo que vino a continuación, pelear con ella, justo cuando su caminar les llevó hasta una salita.

Alondra sacó la varita y se situó en posición defensiva, retándole a atacarle y tachándola de bocazas. Ivy sacó su varita y le apuntó con ella, con la seguridad de quien va a hacer algo deseado. Movió la muñeca en círculos, como si fuera a ejecutar el único hechizo medianamente ofensivo que habían aprendido.

- Te reto después de salir de aquí. No te vas a ir de rositas esta vez, Sparks - Levantó el mentón segura de sí misma - Pero no soy tan idiota como tú, pelear aquí es como poner un cartel luminoso que le diga a los profesores dónde estamos. No tengo prisa por hacerte pagar lo del empujón sobre la Testia, sé que no fue un accidente.

Y como si fuera arte de magia, las luces del lugar se encendieron, provocando que las velas de las paredes hicieran su función e iluminaran un nuevo corredor que les llevaría a otra sala, donde habían cuatro puertas, una de ellas con el impresionante y bello símbolo de la serpiente.

Jade se acercó a la misma y tocó el emblema de su casa con delicadeza, mientras planteaba qué sentido tenía todo aquello, puesto que no era normal que escondieran a los Fundadores de las casas de Hogwarts en un lugar tan subterráneo.

- Yo voy a entrar - dijo Connor decidida, haciendo girar el pomo de la puerta y adentrándose en el interior de donde quiera que la llevase - No es necesario que me sigas si no quieres. No necesito compañía para ver a Salazar Slytherin. Voy a vivir el sueño de mi vida - Y estaba convencida de que así era. La pelirroja había admirado a aquel mago gracias a las narraciones de su madre y abuela. De hecho, que Luna le hubiese regalado su cromo provocaba que la amistad entre ellas se afianzase. No podía echarse atrás ahora, en el último momento y teniéndole tan cerca. Así que avanzó segura de sí misma, dirigiéndose a su encuentro.

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17/08/2022, 19:27
(1S) Alondra Sparks

Por supuesto, Ivy no me soportaba, al igual que yo no la aguantaba a ella y su repipipose de qué-buena-soy-en-todo nanananana. Era sencillamente in-so-por-ta-ble. Sus palabras no me pillaron desprevenida y aunque no me causaron temor alguno, al menos sí que era lo suficientemente inteligente como para guardarle respeto. Era una buena bruja, pero necesitaba que le diesen una lección, por creída y amiga de sangres sucia.

Estuve a punto de lanzarle un hechizo en las escaleras, pero finalmente ambas nos contuvimos, sobre todo porque aparecieron aquellas cuatro puertas delante de nosotras, iluminadas como algo mágico, igual que la primera vez que había estado allí. Eso hizo que ambas bajásemos las varitas y nos aproximásemos a ellas.

Entonces, todo lo que me dijo Salazar Slytherin vino a mí de nuevo. Sus palabras, la dureza de su voz, y el efecto que tuvo en mí. Había ido allí para enfrentarme con él, pero ahora, cuando estaba a punto, sencillamente no me atrevía a hacerlo. ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía decirle al mago más poderoso de todos los tiempos, después de cómo me había recibido?

Ivy, en cambio, se mostró decidida a entrar. La odiaba, o la envidiaba, no lo sabía bien, pero en cualquier caso, lo que sentía al pensar en aquella puerta hizo que alargara la mano, para mi propia sorpresa, y agarrase de la manga a Ivy para impedir que entrara.

-No. Ivy, no entres. Yo... sé que me odias, y yo también te odio, pero no entres. Salazar Slytherin... no es bueno. Cuando Kyle y yo entramos no nos sirvió de nada. Bueno, quizás un poco, porque nos dio algo de información, pero... se metió con nosotros, nos insultó, nos despreció -le expliqué, a punto de llorar -, y también entró en nuestra cabeza. Nos... maltrató. No entres, Ivy, hazme caso. Vine para enfrentarme a él... y no me atrevo.

La poca dignidad que tenía se derrumbó como un castillo de naipes delante de la repipi de Ivy, pero era de mi misma casa y compartía clases y dormitorio con ella. No podía quedarme en silencio mientras ella entraba.

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18/08/2022, 17:02
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

Ivy tenía la decisión marcada en su mirada, la joven quería atravesar la puerta de Slytherin para encontrarse con su Fundador y así poder conocerlo en persona, o al menos una representación de él. Lo que no esperaba era que Alondra alargase la mano y agarrara la manga de su túnica, hecho que provocó que Jade dejara de caminar.

- ¿Qué haces? - La pregunta pronto obtuvo respuesta. Sparks le decía que no entrase, pues a pesar de su odio mutuo Salazar no era bueno, insultaba y despreciaba. Ivy estuvo a punto de decir que ella hacía precisamente lo mismo con el resto de los alumnos, pero tras verla a punto de llorar se mordió la lengua, conteniéndose.

- Entró en vuestra cabeza y os maltrató... - Dijo la pelirroja con cierta duda - Alondra, si has venido a enfrentarte a él, deberías poder hacerlo y no tener miedo. ¿Qué es lo peor que te haya podido decir? ¿Qué vas a suspender una asignatura? - La miró extrañada. Sparks estaba aterrada y se esforzaba, siendo su enemiga, de que no entrase. Algo que en el fondo determinaba que quizás no fuera tan malvada, aunque lo de insoportable nadie se lo iba a quitar.

- He llegado hasta aquí y quiero ver al fundador de mi casa en persona. Ahora eso sí, lo que me extraña es que esté en este sitio tan escondido para que los alumnos no lo encuentren y puedan disfrutarlo. Motivos habrá... Es hasta posible que quien hable no sea el verdadero fundador de Slytherin, sino una magia que le emule... - Dijo siendo consciente de que Salazar Slytherin llevaba muerto siglos - En cualquier caso Alondra, no te vas a quitar esa espina que tuviste si no te enfrentas a tu miedo. Es como volar. Hasta que no te elevas, no te atreves a disfrutar de la escoba - Le dijo con un suave tono de voz. No quería humillarla, en el fondo le salía su carácter dulce, a pesar de que había jurado venganza - Ven conmigo. Contra dos Slytherins no podrá seguro, así puedes enfrentarte a él... - Le tendió la mano para darle ánimos. Jade sí iba a cruzar la puerta, a pesar de que Sparks decidiese quedar en el otro lado.

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18/08/2022, 19:35
(1S) Alondra Sparks

La primera reacción de Ivy al agarrarla fue volverse hacia mí con una mirada de furia que en otras circunstancias me habría hecho agarrar la varita y ponerme a la defensiva. Pero al explicarle, como pude, lo que me había ocurrido, sin dar demasiados detalles, su rostro cambió. Al menos parecía que me creía, aunque por cómo repitió lo que le había dicho, me pareció que aún no confiaba completamente en lo que le había dicho.

Es más, su comentario fue indignante, tanto que de nuevo endurecí la mirada para enfrentarme a ella.

-No seas estúpida. ¿Crees de verdad que me echaría a llorar por eso? Te digo que... eso es malo y que te hará sufrir.

Pero Ivy seguía obcecada en entrar. Deseaba ver al auténtico y único Salazar Slytherin, dijera lo que dijese. Intentó darle la vuelta como si fuese un problema mío, algo que me estuviese carcomiendo por dentro. La verdad era que me había hecho sufrir y dudaba que fuese a olvidarlo, por mucho que volviese a hablar con él, pero es que además, el miedo que me generaba enfrentarme con alguien así, tan... terrible, era con mucho casi de lo peor que había sentido alguna vez.

-No es como volar. Creo que no me entenderás hasta que no lo vivas por ti misma. Iré contigo... pero te arrepentirás. Las dos nos arrepentiremos -le dije finalmente, dudando en coger su mano en un principio, pero haciéndolo al final, para entrar con ella a la vez.

Odiaba equivocarme, pero si lo hacía, al menos tendría algo de lo que acusar a Ivy, que se creía demasiado inteligente, como si todo fuese cosa de atreverse y nada más, cuando en realidad, había cosas que era mejor evitar. Estaba demasiado segura de sí misma y dentro de poco se daría cuenta de lo equivocada que estaba.

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18/08/2022, 19:45
Directora

Aquella puerta verde invitaba a entrar a cualquiera que formase parte de Slytherin. Los colores ejercían una poderosa fascinación sobre Ivy, y bastante menos sobre Alondra, que ya sabía lo que había al otro lado. La poderosa atracción que ejercía sobre la pelirroja era casi tan intensa como el terror que sentía Alondra, pero ambas entraron, empujadas por la curiosidad de la primera, o quizás la insensatez, y a pesar del miedo de la segunda.

En cuanto los dos pies de ambas atravesaron el umbral, todo a su alrededor se tornó de un fulgor que les hizo entrecerrar los ojos, sin ser capaz de ver más allá de su nariz durante unos pocos segundos, hasta que por fin, la luz regresó a su intensidad normal y delante de él apareció una figura que a ninguno le costó reconocer, más que nada porque Alondra ya lo había visto antes.

Era Salazar Slytherin en persona.

Los labios de aquel mago se curvaron con una falsa sonrisa y su voz grave resonó por el lugar.

-Vaya, vaya, qué tenemos aquí. Ha regresado la bruja más inútil que mi casa haya tenido nunca, llena de miedo y frustración, completamente estúpida. Y una chica nueva, ambiciosa y arrogante, hija de un padre que es otro idiota de Gryffindor y una madre que no ha sabido enseñarte como debía. Alondra Sparks, no perderé más tiempo contigo como no lo haría con un insecto. Eres insignificante para mí; tu vida es insignificante, porque a nadie le importas. No conseguirás nada más que mi desprecio. En cuanto a ti, Ivy Jade Connor...

Y entonces Ivy lo sintió, una mente extraña atravesando el tejido de sus recuerdos y conocimientos, las emociones que estabas sintiendo en esos momentos y por supuesto, todo cuanto habías vivido hasta entonces. En su cabeza pudo repasar toda su vida, como en una especie de carrusel a gran velocidad, sin poder impedirlo, como si fuese testigos de las experiencias de cualquier otro, solo que se trataba de la suya.

Sentía como si tirasen de ellas, arrancándolas a la fuerza pero sin demasiado dolor, puesto que no disponías de las habilidades mágicas para resistirte, o no al principio al menos, porque al cabo de unos segundos, empezó a hacerlo de forma involuntaria, apretando sus dientes como si intentase impedir que la arrastraran.

Y entonces, al cabo de unos segundos más, todo acabó. Ivy sintió como si de pronto volviese a respirar después de haber estado sumergida durante más tiempo del debido, y hasta estuvo a punto de caer de rodillas en el suelo.

-Lo que yo me imaginaba. Una estúpida niña enamorada de una vergüenza de Ravenclaw, con amigos sangre sucia e incluso de un monstruo. ¡Ja! Lo único que quieres es ser digna hija de tu madre, pero es tu abuela la única que de verdad es digna de mi respeto. Los demás miembros de tu familia no sirven para nada. No entiendo para qué has venido, cómo te has atrevido a ponerte delante de mí. Por desgracia, este hechizo me obliga a responder a tus dudas, así que venga, habla de una vez y no me hagas perder el tiempo. Y tú, Alondra Sparks, será mejor que no vuelvas o la próxima vez te expulsaré de este lugar.

La voz de Salazar Slytherin era tan dura como sus palabras. Quizás Alondra no estaba tan equivocada después de todo.

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19/08/2022, 10:47
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

Alondra pasaba del miedo a la furia con mucha facilidad. La joven Slytherin parecía que en unos momentos iba a ponerse a llorar, y en otros, daba la impresión de que decirle cosas feas era algo totalmente insoportable para su persona. Ivy no llegaba a comprenderla del todo. Tan sólo sabía algo, no temía pasar por esa puerta a pesar de las advertencias, incluso siendo su enemiga quien le instaba a no hacerlo. Que un amigo no quisiera que te dañasen era lo normal, que Alondra deseara evitarle ese daño implicaba que la experiencia para ella había sido terrible.

Y no, Jade no podía entender de qué iba aquello. Tan sólo debía saciar su curiosidad y aventurarse a cruzar el umbral. Comprobar quién era Salazar Slytherin y sacar sus propias conclusiones tras la experiencia. Kyle no lo había pasado bien, Alondra tampoco e Ivy, seguramente, también recibiría lo suyo. Creía estar preparada para ello.

- Arrepentirse no vale para nada. Aprender de los errores sí - Aquella frase de su padre la tenía grabada a fuego y, aunque muchas veces se arrepintiera de cosas, al menos consolaba el pensar que cada error le llevaba hasta un nuevo aprendizaje. El principal, no cometer la misma imprudencia dos veces.

Y así fue como las niñas cruzaron el umbral de la puerta, que tenía la serpiente luminosa que desprendía un fulgor verdoso. Jade miró los colores con intensidad, sintiéndose atraída por ellos, así como fascinada por continuar hacia adelante y visualizar delante de sí a Salazar Slytherin. La sonrisa de Jade se ensanchó, emocionada.

Salazar tomó la palabra, sorprendiendo a Ivy por las aseveraciones vertidas sobre Alondra, la cual fue llamada como la más inútil de Slytherin. A Jade la calificó como ambiciosa, ahí no había nada que recriminar pero ¿arrogante?... La pelirroja no iba a responder al comentario, hasta que Salazar tocó una tecla que no debería haber acariciado siquiera. Su fundador había insultado a su padre calificándole de idiota y si algo tenía inculcado Jade en su ADN era que su familia era intocable.

- Alondra no es una inútil. Ha conseguido puntos para la gloria de la casa Slytherin. Y si el Sombrero Seleccionador la ha puesto bajo tu nombre es porque de alguna manera se parece a ti - Y esta era la vena Gryffindor que a veces le salía, sacando la valentía, en este caso, de la ira que había despertado el fundador en ella al llamar a su padre idiota - Y su vida no es insignificante. A mí me importa ella, especialmente si hay que defenderla de esencias mágicas como la tuya, tan patética que no sabe valorar a las personas seleccionadas bajo tu nombre. Si quieres ver cómo Slytherin pierde fuerza, tan sólo debes seguir quebrándonos, y nadie querrá pertenecer a la casa de la serpiente, eso te llevará a la desaparición y al olvido a lo largo del tiempo. ¿Es eso lo que quieres?... - Entrecerró los ojos disgustada - Y mi padre no es un idiota. Seguramente el fundador de Gryffindor pensaría de manera muy distinta a ti... - Respondió con claro enfrentamiento antes de que sucediese lo inevitable.

Ivy notó cómo en su mente algo extraño aparecía, era como si una sustancia fluida recorriera la piel, solo que ésta se entrelazaba con sus recuerdos, conocimientos y emociones. Salazar lo vería claro, la fuerza que Ivy había sacado para responderle se basaba en su familia y el afecto que les tenía, era como un escudo mágico que le protegía del miedo, de los insultos y de que la hicieran quebrar. La seguridad de Jade era fuerte como la magia contenida en ella y, las dudas que solía albergar, era algo que la edad podría solventar con un poco más de madurez. Ivy Jade Connor era muy fuerte, más de lo que a veces mostraba incluso, y la mayor debilidad era su propio escudo, su familia y amigos.

- Para.... ¡Para!.... - Gritó a modo de orden la pelirroja cuando hubo recuerdos que ella intentaba retener para sí, intentando evitar que los viera, causándole daño la pretensión de reserva. Y al cabo de unos segundos paró, no por la petición de la niña, sino porque Salazar ya había obtenido todo lo que deseaba de la joven muchacha.

- No soy estúpida - Fue lo primero que dijo Ivy, herida en su orgullo - Mis calificaciones hablan por sí solas. Y mis amigos son mágicos, por eso estudian en Hogwarts, da igual si su procedencia es pura o mestiza. Y si hay algún monstruo en Hogwarts, ese eres tú... - Entrecerró los ojos, estaba muy enfadada, tanto como para decir aquellas palabras. Además, la aseveración de Salazar de que quería parecerse a su madre, pero su abuela era la única a la que respetaba, hizo que Jade levantase el mentón, orgullosa - Me pongo delante de ti porque estoy en tu casa, la que se supone que valora la ambición y la astucia por encima de todo. Pero me doy cuenta de que muy astuto no eres, despreciando a mi familia acabas de conseguir que yo te desprecie a ti. No puedo querer ser como tú y, cada vez que escuche tu nombre voy a recordar este día, que mi propio fundador se burla de los alumnos que buscan conseguir puntos para su gloria. ¡No quiero seguir en Slytherin para honrarte! ¡No te lo mereces!

Y el hechizo que contenía allí a Salazar le obligaba a responder sus dudas, cuestiones que en ese instante, habían pasado a un segundo lugar de importancia.

- No venía a preguntar nada. Tan sólo quería conocerte porque te admiraba. Resérvame la pregunta para cuando la necesite. Ahora mismo tengo todas las respuestas que preciso - Y dicho esto miró a su compañera - Vámonos Alondra, dejemos aquí al fascinante e increíble Salazar Slytherin, voy a pedirle a la directora que me cambie de casa. No quiero ganar puntos para este mago. No merece la gloria.

Ivy Jade Connor se dio la vuelta con la intención de salir de allí por donde había entrado, no sin antes coger la mano de Alondra. La pelirroja temblaba, la furia, el dolor y el miedo se habían entrelazado, y esa combinación había provocado su reacción, una que muy probablemente, tuviera sus consecuencias. Salazar había sido duro con sus palabras, así como había petrificado el corazón de Jade, la cual ahora mismo, odiaba al fundador de su casa.