Partida Rol por web

Kenneth entró en la habitación pistola en mano tras Tom. Observó a su alrededor, desde luego era una trastienda bastante pintoresca aunque por suerte para ellos no parecía que hubiese nadie en casa. Observó el pozo desde donde estaba, pues era extraño que hubiese un pozo allí dentro y menos tapado de aquella forma tan compleja.

-Profesor eche un ojo a esos tambores y miré a ver si hay algo que pueda tener relación con el asesinato de Elias, nosotros vigilamos que no venga nadie-dijo el detective.

-Veamos....- murmuró Michael mientras observaba atentamente a su alrededor, dividiendo un poco su atención entre los tambores, los mecanismos, las inscripciones y las tiras de cuero de las columnas Y mientras ponía cara de haber encontrado alguna cosa volvió a murmurar -Lo que me intriga es lo que habrá ahí detrás...- mientras señalaba la cortina.

Tom entró el primero en la sala con la pistola en mano, y tal y como esperaba no había nadie. Pero lo que vió no le gustó nada, rápidamente se imaginó la utilidad de los postes con correas y supuso que si habrían en pozo encontrarían algo parecido a un nido de víboras o una charca de cocodrilos.

La gente que usará esa sala sería perfectamente capaz de cortarle a alguien el vientre y dibujarle un símbolo en su frente, como habían hecho al pobre Elias, pero nada de lo que encontró aportaba más que suposiciones.

Solo habrá un disfraz de atrezzo- le dijo al profesor aparentemente desilusionado-  el que organiza estás reuniones necesita un lugar para cambiarse.

Luego, mientras Michael rebuscaba, se quedó en la entrada de la cámara escuchando en silenció, por si oía abrir la puerta de entrada, no quería que los pillarán por sorpresa en aquella ratonera.

Kenneth se había quedado junto a la puerta por la que habían entrado vigilando el camino de llegada mientras sus compañeros registraban el lugar. Las palabras de Tom le dieron una idea.

-Oye Tom-susurró- busca en las pertenencias del tipo ese quizás, con mucha suerte, haya dejado algo que lo identifique. Si es tan estúpido como para eso le tendremos en nuestras manos y podremos ir a la policía para que lo busquen y lo detengan.

Haciendo caso a las palabras de Kenneth Tom cruzó la cámara y apartó un poco las cortinas para echar un vistazó a lo que había al otro lado.

Sabía que no me iba a gustar!

En la alcoba, de pie junto a las paredes, hay cuatro... seres que permanecían inmóviles y de pie. Al apartar la cortina, es como si una luz se hubiera encendido en los ojos de cada uno, y empiezan a moverse lentamente hacia la entrada.

Su aspecto es humano, pero como si llevaran muertos bastante tiempo y, sin embargo, de alguna forma estuvieran vivos... o algo parecido.

¡Ahhh!-

Tom apartó la cortina lo justo para permitirle ver a a sus objetivos.

Bang,Bang, Bang - Tres disparos resonaron en la cámara mientras el ex-policía retrocedía asustado ante lo que había visto.

Kenneth se giró sorprendido en la dirección de los disparos mientras apuntaba con la pistola.

Michael quedó unos segundos aturdido por el estampido de los tres disparos reverberando en las paredes de piedra para terminar con el arma en la mano y la espalda contra la pared, justo al lado de los tambores.

Tom ha disparado contra algo que ha visto en el interior de la alcoba, y en el reducido espacio del sótano los disparos han retumbado como cañonazos. A la luz de los fogonazos podéis entrever contra qué disparaba: cuatro figuras que acechaban inmóviles en la alcoba, pero que ahora empiezan a moverse lentamente hacia vosotros.

Admás, y pese a que dos de los tres disparos de Tom han acertado de lleno, el daño causado parece mínimo, como si la carne muerta de los seres les hiciera parcialmente inmunes a las balas.

Kenneth no podía creer lo que veía. Aquellos cuatro tipos andaban como si estuviesen sonambulos. Ni siquiera les habían escuchado al entrar allí. Pero aquello no era lo peor, los disparos no parecían dañarlos. Cualquier persona estaría en el suelo inconsciente y desangrandose por los disparos recibidos pero esos tipos parecían drogados.

El detective imitó a su compañero y disparó, sintiendo el peligro. Los nervios hicieron que fallase uno de los disparos pero el otro impactó en el hombre que había junto al que había disparado Tom. 

-Joder...-masculló apretando los dientes.

"¿Pero qué coño......?" fué todo lo que pensó Michael y, sin siquiera completar la idea ya se encontró disparando en rápida sucesión hacia "esos" que de pronto habían ¿despertado? allí para hacerles compañía.

Los zombis avanzan lentamente hacia vosotros, estorbándose en su lento deambular, y os tocan a uno per capita, menos el cuarto, que no tiene sitio para pasar y se limita a moverse estúpidamente detrás de los otros.

Los tres atacan con intentos de mordisco, pero fallan.

Al acercarse esas cosas y reconocer el símbolo Michael palidece. Ya ni siquiera va a intentar explicarse como "eso" se mueve y además intenta atacar, el espectáculo es de por sí bastante repugnante como para ponerse a hacer conjeturas, y el tarascón al aire que le ha pasado cerca lo impulsa a hacer lo único que su instinto le dicta, retrocede un paso y suelta dos disparos más apuntando a la cabeza del que ha querido morderle pero lo bizarro de la situación unido a lo incongruente de la misma hace que falle ambos disparos horrorizándose, si cabe, aún más.

¡oh,Dios mio! Esas cosas no están vivas.- Nadie a quien le colgaran los intestinos como lo hacían a aquellas cosas podía estarlo, le había descargado medio cargador de su revolver a uno de ellos y ni siquiera se había inmutado. Tal vez pudiera llenarlos de plomo y seguirían caminando como si tal cosa.

Pero Tom ya tenía lo que había ido a buscar, la marca de la frente de Elías coincidía con la de aquellas cosas, estaba claro que sus asesinos se había reunido en aquellas paredes. - Reunión. Maldita sea, reunión - Acababa de darse cuenta que en aquella sala se reunían los asesinos del escritor y aunque esperaba que no fuese así, los disparos podían haber resonado por todo Harlem e igual esa gente se encontraban ya de camino.

¡Correr, salgamos de aquí! ¡Son más y nuestras balas no les hacen nada!- les dijo a sus compañeros mientras reculaba saliendo de la sala en dirección al pasillo por el que habían entrado.

Kenneth dio un paso atrás hacia la puerta y volvió a disparar contra aquel tipo que debía estar muerto pero alguna clase de brujería, si es que eso era posible, lo mantenía con vida. De nuevo una de las balas pasó rozando su cabeza pero la otra le acertó de lleno.