Partida Rol por web

Alcanzados los cielos, la siguiente decisión aguarda a los supervivientes del Centro de Mando:

¿Adónde?

- A todos los pasajeros. Presten atención a la pantalla, la película va a comenzar.

Las palabras de Marron por megafonía se ven acompañadas por la retirada de dos paneles verticales junto a la pared que da a la cabina. Tras ellos un amplio monitor chisporrotea con algo de nieve hasta formar fluidamente imágenes de la cámara exterior de proa, permitiendo a la tripulación ser consciente de las mismas circunstancias que el piloto.

La escena es desalentadora. Bajo la nave, el Centro de Mando aparece medio destrozado, con los cadáveres de dos gigantescos seres sangrando sobre él en mitad de un cráter al rojo. Media base arde en llamas, lo que incluye el garaje de reparaciones en la sección sudeste, el cual parece haber reventado desde el interior como si hubieran guardado una bomba atómica en un microondas y lo hubiesen encendido a máxima potencia. Los depósitos de suministros desmoronados en montones de metal retorcido, vehículos emitiendo negras nubes de humo aceitoso y cadáveres por doquier. Cadáveres de soldados con armadura y personal militar regando con su sangre roja el suelo de Antiga.

De los barracones y del hospital de campaña, empapados en una extraña sustancia rojiza que ha derretido parcialmente el blindaje de sus sólidas paredes, salen grupos de xenomorfos como las que habéis visto atacando el hangar, arrastrándose y corriendo a una velocidad demencial hacia la sección nordeste. Allí puede verse un foco de resistencia en lo que fuera la factoría de vehículos y ahora asemeja unas trincheras formadas por vehículos, bidones contenedores y cadáveres que vomitan fuego incontroladamente sobre el masivo enjambre de criaturas que asedian la posición. Varios tanques de asedio hacen temblar la tierra levantando columnas de plasma y restos de caparazones con cada terrible golpe de su cañón de impacto. Goliaths y marines disparan contra todo aquello que corra y no sea de este mundo. Pero poco a poco parecen ir perdiendo terreno y efectivos. Las torretas de defensa se desmoronan ante la avalancha de criaturas, un xenomorfo tan grande como varios tanques abre un búnker como si de una lata de sardinas se tratase acabando con su dotación. Sólo el muro norte parece intacto, con las criaturas cercando a los supervivientes sin concederles tregua pese a las cuantiosas bajas que están sufriendo.

En el monitor aparece un símbolo de comunicación detectada. Se trata de una frecuencia de radio, que Brian se encarga de identificar como la misma en que el sargento Razcjenko enviaba mensajes mientras estabais en el centro de mando.

Una sombra aparece sobre la pantalla y sentís el giro brusco de la nave al ejecutar Jonas Marron una maniobra de esquiva para evitar la colisión.

Atrás dejáis a la inmóvil y flotante criatura que se había interpuesto en vuestra trayectoria. Y más allá de ella podéis ver un ala de tres cazas Wraith acercarse a ella en vector de ataque. La insignia de los Halcones Sangrientos está pintada sobre sus blancos habitáculos. Una ráfaga de misiles Gemini y la criatura revienta como una pompa de jabón rojiza. Un rugido reverberante de dolor puede oírse desde el punto en que ha sido aniquilada.

Al reventar el extraño ser flotante la insidiosa sensación grasienta que impregna los límites de tu psique resbala violentamente dejándote libre y limpia. La impresión de ahogo desaparece por unos instantes, pero no dura mucho. Ahora que conoces la influencia pegajosa, sientes que más consciencias aceitosas se hallan en las cercanías. Y ellas te sienten a ti, llenándote con la amenaza de su proximidad.

Pánico. No recordaba si en el pasado, el lejano pasado de su infancia pre-fantasma, había llegado a sentirlo. Sabía que ahora sus objetivos solían sentirlo, aunque fuése unas milésimas de segundo antes de que su cabeza fuese atravesada limpiamente por un disparo.

Entonces la criatura apareció.

La Fantasma comenzó a retorcerse como una demente, gritando y pateando a su alrededor con todas sus fuerzas.

- No! No! No no no no NOOOOOOO...!!!! - Su último grito terminó en un barboteo sin sentido que dió paso a una fuerte arcada que la hizo vomitar.

Tras eso logró quedarse en calma unos instantes, medio inconsciente, con el rostro manchado por el vómito y cubierto de sudor. Logró alzar el rostro, con una trémula sonrisa que no duró mucho.

- Hay mas, me sienten y yo a ellas... Quieren nuestra destrucción. Sin tregua, sin concesiones, sin piedad... Son como lagostas que se avalanzan sobre un campo... Son El Enjambre y nosotros su presa. - Murmura, con un hilo de saliva escurriéndose desde sus labios entreabiertos.

Finalmente queda inconsciente.

Tras esquivar a la criatura flotante con alguna innecesaria maniobra para recolocar la nave en su trayectoria el pilotó miró al panel de comunicaciones.

—¡Joder! Habéis visto eso —resonaba su voz por el altavoz.

—Tenemos un canal de comunicación abierto, voy a intentar comunicar con alguien. Si alguien quiere enviar recuerdos a su mamá, es el momento.

En ese momento cayó en la cuenta del derrumbamiento de la fantasma.

—¡Ey, nena! No me digas que te has mareado... ¿Qué cojones dice de enjambre? ¿Alguien entiende algo? —refunfuñaba mientras trataba de establecer la comunicación saliente de la nave.

—¿Hay alguien del otro lado? —preguntó a través del comunicador—, repito. ¿Hay alguien del otro lado?

- Pero qué coño !!...

Es lo que consegui pronunciar antes de balancearme de un lado al otro de la bodega de la nave en la que viajábamos. Las imágenes del vídeo que nos mostró el piloto, Jonas Marron, torcieron mi gesto en una mueca de incredulidad, pese a que las últimas horas de mi vida no había viso otra cosa.

- No sé que carajo dice la "señora", pero desde luego es de lo más apocalíptica. Deberíamos enfrentarnos al hecho de que la base va a ser completamente destruída. Demonios de bichos, y demonios de Confederación ! malditas ratas traidoras, no les importa lo más mínimo nuestra supervivencia.

Me había soltado y desprendido parte de la tensión acumulada. Era lo único que necesitaba, así que me tranquilicé y hablé con más cordura y tranquilidad.

- Eh Jonas, adónde diablos te diriges ?

Viendo las estrecheces que hay en la cabina con mi presencia, me dispongo a salir hacia la popa. Me quedo ensimismado observado como descienden del techo de la nave las dos pantallas, me coloco en primera fila para no perderme ni un detalle de la retransmisión.

-Toma! Vamos a tener cine!- exclamo en un alegre tono.

Al ver las imágenes del exterior por as dos pantallas la sensación de euforia y entusiamo del principio se torna en tensión y desasosiego.

Tras escuchar la pregunta de Connor sobre hacia donde nos dirigiamos, asiento con la cabeza y comento: -Muy buena pregunta sargento, eso mismo me preguntaba yo también.

Un segundo después comienzo a escuchar las arcadas de alguien a mi espalda, me doy la vuelta y observo la pálida cara de la fantasma, que evidentemente no está bien, intento darle un poco de aire agitando la mano, aunque esto no funciona y finalmente cae desmayada.

-Algo, MÁS, no va bien. Alguien debería tratar de reanimarla, creo que si mis zarpas de acero lo intentaran le partirían el pecho.

La tensa tranquilidad tras haber alcanzado la nave permite a sus tripulantes tomar conciencia de la situación. Mientras la fantasma cae de bruces junto al contenido de sus tripas a los pies del Firebat, los demás pueden ver la comunicación entrante. Una señal de vídeo sumamente distorsionada por la estática, que a pesar del continuo crepitar permite al piloto entablar conversación con el emisor.

-Eh, ¿has vuelto a sacar el culo de la barbacoa Jonas?- disparos retumban como fondo de la conversación, entremezclados con cañonazos, el desagradable sonido similar a un escupitajo que emitían los últimos seres que visteis y particularmente gritos de muerte, tanto alienígenas como humanos.- Por si no lo has notado la situación aquí abajo es bastante mala. Una pequeña fuerza ha logrado recuperar el arsenal de un depósito de suministros cercano, pero esa munición no durará eternamente. ¿Nos buscas refuerzos o prefieres empezar a tomarte cervezas con las gallinas sangrientas?

Una segunda transmisión entrante es anunciada por la inteligencia artificial del prototipo y la nítida imagen del líder de los últimos marines Alpha aparece en pantalla.

- Intrusos de la nave prototipo. Han tomado posesión de forma ilícita de material perteneciente a la Confederación. Considérense arrestados. Programen el vector adjunto a esta transmisión en la nave para ser escoltados. Cualquier intento de resistencia nos obligará a emplear la fuerza y derribarles.

La nave prototipo mantiene su posición mientras los Wraiths Alpha se sitúan a cola. Los instrumentos indican que la nave está seleccionada como blanco por los sistemas enemigos.

Con un rápido repaso al tablero de mandos barajando opciones emites un gruñido de disgusto. El acumulador de energía que alimenta el dispositivo de camuflaje muestra pérdidas de potencia severas, por lo que no debisteis salir tan bien parados de las últimas andanadas en el hangar. Aun así, tal vez podrías desviar energía de otros sistemas para intentar que funcionase. La nave perdería potencia y maniobrabilidad, pero unos instantes de invisibilidad resultarían útiles.

Tu vista también pasa por los accionadores de las cúpulas de los Goliath que podrían servir como artillería de misiles, siempre y cuando alguien los pilotase. Una desagradable sorpresa para cualquiera que conozca la capacidad destructora de sus misiles Hellfire.

En los breves segundos que empleas en echar ese vistazo, la nave recibe un impacto mínimo en el habitáculo. Ese marine va en serio, o al menos eso pretende dar a entender con el impacto de laser. Su mirada en la pantalla deja entrever que el carácter disuasorio de este ataque puede dejar paso a otros más letales.

Tras las palabras del sargento Alpha la nave vibra ligeramente a causa de un impacto en la sección posterior. No parece haber daños.

Mientras, en el suelo, la fantasma se agita discretamente.

La niña ya es mujer. El mundo se ha llenado de espejos y no para de correr rodeada por pasillos de cristal. ¡Corre, corre, corre, busca una salida! Pero los pasillos no tienen fin y se pierden unos en otros, reflejando el inacabable laberinto en cada pared, hasta un enloquecedor y diminuto infinito de reflejos.

Detiene su carrera y se gira despacio, el rostro terso húmedo por las lágrimas. Tras ella una figura oscura. Le conoce. Y le teme. Pero no puede continuar huyendo, no tiene fuerzas suficientes para continuar huyendo. La figura se acerca, y un rayo de luz reflejado por los espejos ilumina su mentón barbado. Su sonrisa satisfecha se dibuja en los labios enmarcados por la barba entrecana.

La muchacha llora en silencio y cae de rodillas, agotada, mientras él se acerca inexorablemente con una mano enguantada tendida en su dirección.

El mundo tiembla. Abres los ojos enfocando una enorme bota roja de metal. El olor ácido a vómito inunda tu olfato, que dado el sabor en tu boca sabes que es obra tuya. Recuerdas rápidamente: os encontráis en una nave escapando de la muerte. Las mentes de los demás te ofrecen prontas los detalles que has perdido durante unos segundos de inconsciencia. Horrorizada, levantas a toda prisa el muro de espejos que separa tu mente del exterior. Podrían estar ahí. Podrían entrar y verte, y es lo último que quieres.

- Bastardo hijo de puta.

Las palabras escaparon de mi boca bruscamente tranquilas.

Me levanté y le propiné un brusco puntapié a la radio por la que el sargento Alpha confederado nos exigía violentamente seguir sus irrespetuosas órdenes. Inmediatamente noté el temblor de la nave, la cual se zarandeó tan levemente que apenas tuve que agarrarme a una barra metálica enganchada al chasis de la nave prototipo para mantenerme erguido. Entonces me fijé en la operativo fantasma, agitándose discretamente por el suelo.

- Qué coño te pasa ahora ? - le pregunté sin dejar mi previa posición, observándola en la diminuta distancia que nos separaba.

Se incorpora despacio, con un fugaz momento de sorpresa al ver la pequeña distancia que la separaba de Connor. Respira jadeante, aún con temblores en los hombros y el rostro empapado en sudor. Escupe a un lado, con desagrado, la acided del vómito inunda su boca.

Pasa unos minutos quieta, sin moverse apenas, controlando su respiración, reordenando su mente y ejecutando algunos de los numerosos ejercicios mentales de auto-dominio.

- Esos putos bichos tienen... - le cuesta admitir la posibilidad, pero no puede ser de otra forma - tienen consciencia psíquica, algunos o quizás todos. Así acabaron con mis compañeros Fantasma. Pero eso ahora no es lo importante, algo ha impactado la nave? Qué ha pasado en mi ausencia?

Estaba claro que no contaba la verdad, ni un mísero 10%. Pero algo contaba y siendo una Fantasma, ya era bastante por poco que fuese.

—¡Y una mierda! —masculló entre dientes el piloto.

Rápidamente movió las manos sobre los controles tocando aquí y allí. Una vez cerrada la comunicación exterior volvió a dirigirse a la tripulación.

—Nenes, me he tomado la libertad de decidir dar por culo a esos bastardos. Voy a intentar derivar energía a los sistemas de camuflaje. No será mucho tiempo pero nos puede dar unos minutos de ventaja. En la parte de arriba hay dos cúpulas Goliath. Si alguno sabe manejarlas... vamos, no tengo que deciros lo que hay que hacer, ¿verdad?

De nuevo los dedos del piloto accionaron unos cuantos botones más intentando derivar ese volumen de energía.

—Agarraos que vienen curvas —dijo antes de proceder a la activación de los sistemas de camuflaje

Lo cierto era que no entendía nada de lo que la operativo fantasma me estaba contando. Conciencia psíquica ? A mi, como marine, nadie me había enseñado nada acerca de poderes psíquicos. ASí que por lo pronto, ayudé a la muchacha a reincorporarse y escuhé atentamente las palabras del piloto, Jonas Marron. Ese bastardo me caía bien, y más ahora que escuché cómo mandaba a tomar por culo a ese cerdo confederado. Resultaba irónico que tomara por enemigo a mi propio bando, y más existiendo tales xenomorfos invandiéndonos literalmente, pero ellos se lo habían buscado. Sin embargo, pensé, qué haremos ? Por lo pronto, Razcjenko parecía de nuestra parte, pero no había que vender la piel del oso antes de cazarla.

- Bien, has dicho la palabra mágica, Jonas - sonrío bruscamente y me dirijo a paso lento hasta la cúpula del Goliath, sujetándome a los soportes de la nave para llegar sin tropezar.

Me puse cómodo y encendí los pilotos de rastreo mientras agarraba los mandos del panel de control. Al parecer íbamos a divertirnos un poco, e imaginé el rostro de aquél sargento Alpha en cada nave enemiga.

La situación se tornaba tensa para nosotros, todavía confundido con todo el politiqueo que se traían los de la Confederación, trato de sacar todos los prejuicios de mi cabeza y dejo de pensar en como era todo en el pasado para vivir la situación actual. Ahora estabamos escuchando a Razcjenko, bastante amistoso, por cierto, y éste nos estaba poniendo un poco al tanto de lo que estaba pasando bajo nuestros pies. Tras escuchar todo lo que tenía que oir, comienzo a inspeccionar la nave en busca de alguna munición a la que poder echarle el guante.

- Si nos atacan estos cerdos no nos pillarán desprevenidos. Pero, bueno, primero tendrán que pillarnos, dale caña Marron! Nosotros estamos aquí preparados para lo que nos venga!