Partida Rol por web

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Negando tristemente con la cabeza. Su tono denota tristeza al contestarte después de unos minutos de silencio.

– No, nunca ha sido así. Tu eras una niña pequeña cuando el llego. Aunque sabía que lo habían destinado como Maestre acolito nada mas llegar intento convencer a Lord Kevan de que el Maestre Gilbert confiara en mi, – echando fuego con los ojos, – una salvaje. Era una prueba evidente de que había perdido la cordura. No conocía bien a Lord Kevan y lo que le ofende que alguien ponga en duda sus decisiones.

Con un tono de orgullo. – Nunca le estaré lo bastante agradecida al Maestre Gilbert que me defendió demostrando que mis conocimientos como sanadora han sido siempre superiores que los del Maestre Stuart y también de los suyos. Nunca. Se limita a tolerarme.

En aquel momento oís la voz de Lady Selyse pidiendo a los guardias que la dejen pasar.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha escuchó la explicación de Berta con atención asintiendo levemente, en señal de entendimiento. Su atención se desvió bruscamente al oir la voz de la señora. Instintivamente hizo un gesto para arreglarse el pelo, aunque Janet ya se hubiese encargado de ello, así como de alisarse el vestido, aunque estuviese en perfectas condiciones.

Casí como si de la lengua de un camaleón se tratase, lanzó un rápido beso a la mejilla de Berta y y se quedó expectante de la puerta y la posible entrada de la señora.

Berta procedía de lo que los reinos denominaban "los salvajes". No conocía sus costumbres, pero Berta ya llevaba tiempo suficiente entre ellos y la conocía desde niña para que Vanesha esperase que entendería lo que aquel gesto había querido significar. Y es que sus enfados eran intensos como el alcohol ardiendo, pero igual de volátiles.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Los soldados os franquean la entrada a los aposentos de Cedric.

Estos constan de una sala de estar con una mesa y algunos asientos. Esta comunica a las habitaciones de Cedric y Vanesha.

Aunque están cerradas los guardias os indican la puerta donde se encuentra Vanesha. – Milady aquella es la habitación de Vanesha. La señora Berta, la sanadora, se encuentra con ella.

La puerta esta cerrada.

Lady Selyse se acerca a la puerta, toca y pregunta.  ¿Vanesha, estas ahí?  ¿Nos abres?   Vengo con Johanna. 

Joana se coloca justo detras de su tía, esperando a que Vanesha abra la puerta. Mientras tanto, en las facciones de su cara se puede ver claramente el malestar que le está provocando todo lo sucedido hasta el momento.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Lord Kevan espera a que tome asiento para volver a tomar la palabra. Mientras lo hace Alia le apoya la mano en el hombro para demostrarle su apoyo.

La inmensa mayoría no recordáis una reunión con un silencio tan intenso, no es que hayan habido interrupciones o gritos normalmente pero siempre se oían quedos murmullos, alguien bebiendo de su jarra o el ligero golpe al depositarla en la mesa.

Lord Kevan sólo debe picar un instante con los nudillos para que todas las miradas se centren en él. – El juicio lo celebraré esta tarde. De momento no logramos encontrar a ninguno de los mozos de cuadra de Fuller a excepción de Martin. En él ofreceré una recompensa por ellos y el Maestre Gilbert enviada cuervos a nuestros vecinos advertiéndolos de que a pesar de saber su oficio son unos delincuentes.

Centrando su mirada en Cedric. – ¿Estará en condiciones tu hija para asistir? – Señalando a su suegro Lord Steven Ferragut, – Si hace falta para que este recuperada retrasarán su partida.

Escucho con atencion lo que tiene que decir el Lord, al parecer, se juzgará al despojo de Fuller esta misma tarde y se pondrá una recompensa por los mozos de cuadra. No me queda claro si es por traerlos con vida o muertos, pero es un avance. Una vez acabado el discurso se interesa por el estado de Vanesha. Algo que agradezco mostrando una leve sonrisa ladeada y asi tiendo con la cabeza.

-Ella es fuerte, Lord Kevan, muy fuerte. Más incluso que su padre. He tenido que convencerla de que el juicio no era ahora y que podía descansar un poco. Así que sí, podrá asistir sin ningún problema. -Levanto la mano un poco, como pidiendo la vez justo al terminar de hablar, para seguir captando la atención de Lord Kevan. -Respecto a los mozos... ¿La recompensa es por traerlos vivos o muertos, o por capturarlos? Y... perdón por el atrevimiento, pero ampliaría la búsqueda a la niña de lla cuadra, ella también ha desaparecido... y eso no puede indicar nada bueno en su favor.

Miro a los presentes, esperando conocer el veredicro final de Lord Kevan con respecto a lo que le he dicho. Quizá con esto podamos quitarnos otro problema de encima.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Unos pasos se oyeron acercándose a la puerta, la cual se abrió un instante después. Vanesha pareció un poco avergonzada, incómoda. Como si el que Lasy Selyse la viese así le generase cierto pudor, aunque sin duda el servicio se había encargado de asearla y vestirla de forma adecuada.

-Mi señora...Joana. - Saludó con la mirada un poco baja haciendo la pequeña inclinación de rodillas habitual en ella como gesto que lo acompañaba. -Disculpad, Berta aún estaba dándome algunas explicaciones referentes a mi cuidado.-

Abrió la puerta de par en par echándose a un lado para que pasasen y rápidamente se apresuró a colocar unas sillas para ofrecérselas junto a lo que tuvo más a mano...algún cuenco con fruta, frutos secos, pan, un poco de queso. No era gran cosa lo que había, pues hacía nada que había vuelto a empezar a comer de una forma corriente tras su convalecencia...y tras ello su primer atracón y empacho posterior, el día del baile.

Hizo un gesto hacia la mesa y las sillas por si querían tomar asiento.

Al llegar al sótano, la visión de los soldados me confirma dónde está el prisionero.

- Buenos días, cabo - digo dirigiéndome a Thomas - estoy aquí para hablar con Fuller. ¿Está consciente? - pregunto, con la certeza del que sabe que le van a dejar pasar sin ningún problema.

Espero a la reacción del cabo, ya que los soldados parecen algo nerviosos al verme - es normal teniendo en cuenta lo que ha ocurrido, todo el mundo tiene los ánimos a flor de piel - pienso mientras espero respuesta. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Los soldados están con las armas desenvainadas bajándolas al reconocerte quedándose mirando a su superior.

El cabo Thomas baja su hacha de batalla mirándote un poco confundido antes de responderte. – Maestre Stuart, diría que estabais presente cuando Lord Kevan impartió las ordenes. ¿Traéis una autorización de Lord Kevan?

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

- Cabo Thomas, aprecio tu celo, pero sabes bien que el Lord está reunido ahora, ¿esperas que lo interrumpa para esto? - le digo con voz autoritaria.

- No me gustaría enemistarme con un guardia del castillo por algo así, pero sería útil para el juicio si pudiera haber hablado con Fuller antes - pienso mientras espero su respuesta.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

—Tranquila, querida— dijo Joana mientras tomaba asiento en una de las sillas que tan amablemente Vanesha había dispuesto para ellas.

—Veníamos a ver como te encontrabas en esta, problemática, mañana. ¿Te encuentras mejor?— tomó con cuidado algunos de los frutos secos del cuenco, mientras se intentaba acomodar en la silla, evitando que su, ya de por si revuelto, vestido se arrugara aun más.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Sólo los que lo conocen de mas tiempo logran percibir en el rostro de Lord Kevan un descanso al saber que las heridas de Vanesha no eran finalmente tan graves.

– Lo celebro Cedric, que dentro de lo sucedido no haya sucedido nada irreparable.

Alia, Zane y el Maestre Gilbert, los que siempre han tenido mas relación con ella también expresan alivio al sentir a su padre.

El rostro de Lord Kevan vuelve a endurecerse al preguntar Cedric por los mozos de Fuller. – Estas jugando con sus vidas al no presentarse. ¿Por cierto de que niña hablas? ¿Que ocurre con ella?

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

-Bien...- Asintió con cierto deje de duda, como si tampoco quisiese hablar mucho del tema. No debía agradarle mucho la idea.

-Gracias...- Dijo, en cualquier caso en tono agradecido.

Esperó a que la señora tomase asiento, o de no hacerlo, a que diese algún indicio de que aprobaba que ella lo hiciese. En cualquier caso sí que quizás se vio en la obligación de dar alguna explicación más, aunque aquello le asquese y le trajese a la mente algo de lo que sin duda prefería pasar página.

-Bueno, aún algo nerviosa, pero bien. Berta y las criadas me han atendido rápido y con dedicación, y al final la cosa quedó solo en un susto...gracias a Alia.- Explicando aún con la mirada baja, casi avergonzada.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

Querida Vanesha.  Se que es doloroso cada recontar, pero quiero saber qué fue lo que pasó.  -Tomó una actitud respetuosa y solidaria para con ella.  Continuó:

Lo hago no sólo para que la justicia se haga, para tí y toda mujer que sea así agraviada en nuestras tierras, sino también para descubrir si esto fuera algo más que un abuso de impulso hecho por unos idiotas.  Quiero detectar cualquier conspiración que pretendiera usar esta violencia como un distractor, o un incio de presión hacia la familia.

Discúlpame por pedir que lo recuentes.  Tus lágrimas son las mías también. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

Vanesha miró a la señora y a Joana un instante y asintió con cierta duda. Y aunque seguro no era de su agrado, pocas cosas podía negarle a Lady Selyse¹

-Tenía que tratar unos asuntos con Fuller, así que me dirigí a hablar con él. - Dijo alzando la vista.

-Nada más entrar, ya me miró con esa lascivia sin pudor, gracias a la impunidad de la que ha estado gozando debido a su cargo e  importancia dentro del castillo.-Y aunque sin duda, al menos Lady Selyse ya debía de estar al corriente de que Fuller era un miembro de cierta importancia dentro de la organización de mando del Lord, se permitió remarcarlo, quizás también por la presencia de Joana.

-Me dijo que si quería aprender a montar, él podría enseñarme y que nadie tendría por qué enterarse. Y que nadie ha tenido quejas sobre sus lecciones.- Estas palabras parecieron salir de su boca tratando de mantener la educación y el protocolo que la presencia de la señora le provocaban, pero sin duda, no pudo dejar escapar cierto deje de asco.

-Yo...bueno.- Dijo bajando nuevamente la vista. -Respondí algo como "he oído que solo sois hombre con las niñas que no llegan ni a su primera luna", o algo parecido.- Seguramente le avergonzaba reconocer una respuesta así, ya que Vanesha sin duda se esforzaba por ser responsable con sus tareas y ser madura. Pero por más que lo intentase, la sombra de la adolescencia y su temperamento replicón y en ocasiones rebelde típico de la edad, aún estaban presentes en ella en ciertas ocasiones.

Alzó nevamente la vista como si hubiese reparado en algo que no había explicado y quizás debería para darle sentido a lo dicho.

-Por lo visto, yo debo de estar en los límites de los gustos de Fuller, prefiriendo a muchachas mucho más jóvenes- Dijo casi como aclaración a lo anterior. -Preguntad al Maestre Stuart¹¹. Puede que él sepa más sobre esto, ya que creo que mantiene una relación de cercanía con Fuller.-

Tras la aclaración continuó el relato.

- Entonces  me tomó por ambos brazos y me zarandeó enfadado, diciéndome que si estaba poniendo en duda su virilidad. Le respondí que era demasiado adulta para él y que un eunuco tendría más posibilidad de satisfaccerme.- Realmente se sonrojó al rememorar aquellas palabras frente a Lady Selyse. Sin duda avergonzada de reconocer que esas palabras tan impropias habían salido de su boca, delante de la persona que era un referente para ella y a la que le gustaría parecerse.

-Fue entonces cuando me arrojó contra la columna del establo y me golpeé en la cabeza. Intenté, ahí sí , huir arrastrándome, ya que empezaba a desahacerse de la parte inferior de su ropa, pero se detuvo y fue hacia mí de nuevo. Me sostuvo nuevamente y me golpeó diciendo algo sobre que era una ramera y que iba a...- Se detuvo un instante ahí, como si todo fuese una mezcla confusa y un deseo de olvidar.

-A partir de aquí es un poco confuso, mi señora. Recuerdo gritos y golpes. Yo grité pidiendo ayuda tan fuerte como pude. No se cuanto tiempo pasó, pero la primera en aparecer fue Alia, la espada juramentada del Lord y detuvo todo aquello...-

Concluyó de nuevo bajando ligeramente la vista, como si le costase mantenerlas la mirada.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

- Golpearte ya fue una acción grave, aún si todo lo anterior sólo hubieran sido agravios mutuos verbales.  Dijo Lady Selyse en un tono de calma determinación. 

- Y además, una siempre tiene derecho a responder con fuerza ante avances no deseados y comentarios irrespetuosos.  Siempre.   Concluyó, añadiendo a lo anterior. 

-  Además de los golpes, ¿que más hizo?  ¿Llegó a ser violación, Vanesha?  Le dijo, tendiéndole la mano, empática, gentil, sabiendo que confesar esto era duro, pero que ella estaba ahí para apoyarla.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298

Negó despacio pero sin duda a la pregunta de Lady Selyse.

-No mi señora. Pero estoy convencida de que así habría sido de no aparecer Alia.- Aseguró.

-Supongo que debí haber imaginado que algo así podía suceder.- Reflexinó en voz alta con la mirada en algún punto inconcreto.

-Ya costó incluso echar de mi habitación a sus mozos cuando trajeron las tinajas con el agua caliente para mi baño tras las fiebres. Como si quisieran ver algo de mi intimidad. Con total descaro.-

Explicó, como si en cierta manera ciertas cosas que en un principio no había entendido o dado mayor importancia, hubiesen cobrado un cierto sentido.

-Y la chica del servicio que se juntaba con ellos, con Fuller y sus mozos, Fany...- Miró a ambas.

-Da escalofríos mi señora. Tiene un gusto por lo sangriento y violento que pone los pelos de punta...- Aseguró.

Nuevamente bajó la vista casi lamentándose, quizás, de no haberse percatado antes.

-No son buenas personas...- Musitó casi para sí misma.
 

-Nos aseguraremos que sean castigados.  En mi particular me inclino por mandarlos a la Muralla.  El frío y el riesgo les enseñará a ser verdaderos hombres.  Hay que entrenar a todas las mujeres en defensa personal.  La vulnerabilidad por costumbre no es buena y sólo perpetúa la desigualdad.  Layd Selyse estaba decidida a cambiar esto. 

Acomodó algunas cosas para ponerla más confortable, y se aseguró que tuviera de todo para pasar este rato. 

- Bien, te dejamos descansar.  Dime si hubiera más necesidad de algo. 

- Joana, echarle un ojo a la Fany esa es también importante.  Gente rara hace cosas peligrosas cuando está arrinconada.  

Le dio un beso a Vanesha y salió del lugar, admonizando a los soldados para que estuvieran atentos, inclusive de sirvientes cualquiera.  Nadie entraría sin permiso de la propia Vanesha.  

- Vayamos a ver a Fuller, Joana.