Partida Rol por web

Cuando tus ojos se recuperan del fogonazo, te encuentras en un lugar desconocido, como inmerso en la más oscura negrura. Y pese a esa negrura logras ver una columna de humo rojinegro que avanza hacia ti.

Cuando tus ojos se recuperan del fogonazo, te encuentras en un lugar desconocido. Parece ser la parte superior de algún tipo de pirámide escalonada. ¿Un templo azteca o maya, quizá?

Michael, tras un instante de sorpresa, intenta mirar alrededor, al lugar e incluso en su interior para intentar saber donde está.

Un ruido - ¿un rugido? - interrumpe tu introspección antes incluso de que empiece. Buscando su origen lo ves: alguien se acerca hacia ti desde la parte inferior de la pirámide, blandiendo un extraño arma en una mano y un escudo en la otra.

Al día siguiente se levantó tarde, su madre se fue a misa y por suerte ni si quiera le insinuó que fuera. Recogió su cuarto y preparó el almuerzo: Colcannon, de repente le apetecía comerle y sabía que los ingredientes eran tan sencillos que su madre los tendría en casa (puré de patatas, col, mantequilla, sal y pimienta...hasta sabía que las recetas más antiguas añadían un diente de ajo)....le puso triste preparar el plato, le hubiera gustado mucho conocer a Evelyn en persona y no a través de recuerdos.

Su madre se quedó muerta la llegar y ver la mesa puesta y que había cocinado Rachel...y no eran patatas fritas o hamburguesa. Su madre disfrutó de los intensos sabores del plato y no pudo evitar preguntar qué le había hecho cambiar tanto. Rachel miró a su madre a los ojos, quería hablar con ella pero no podía...nunca podría entender su nueva condición y menos que "el alma de otra persona se hubiera reencarnado en ella". Le dijo que lo había pasado mal al principio en L.A, cosa que era cierta, y que gracias a que encontró a Jenny (chica ordenada y hacendosa) se tuvo que poner las pilas. Su madre sabía que ocultaba algo pero no insistió.

Por la tarde se arregló informal y salió camino del Cherry Street Coffee House, cerca del muelle. Había localizado a algunas antiguas compañeras de clase y quedaron para verse. Fue una tarde....agradable y correcta. La imagen de Rachel y su historia de haber huído de casa distaba mucho de la seria Anne, la médica, de la pija Rose, casada con un concejal, y de la abogada laboralista Ivonne...al final risas recordando situaciones graciosas del instituto y promesas vanas de llamarse otro día.

Y por fin los días previos a Acción de Gracias y lo mejor de todo la llegada de su hermano, todo un universitario cursando la carrera de psicología...no era raro después de todo lo que había tenido que soportar de ella misma. Estaba más guapo, sin ser pasión de hermana, más alto y echando tripa cervecera jajajaja

Esos días previos a la comida fueron intensos: cuando no estaban de compras o preparando cosas, estaban de confidencias. Su hermano se había echado novia, los estudios le iban bien y se había buscado un curro de camarero en un pub los viernes y sábados noche para sacarse unos pavos. Ella le contó que se había ido a vivir con un grupo de amigos intentando montar un negocio en común, hacía reparaciones por su cuenta y tenía un algo con una de sus compañeras de piso....también sabía que no se lo contaba todo.

Michael lo observa acercarse con su cuchillo de obsidiana descansando en la palma de su mano, en un gesto de respeto y no de amenaza.

¿Quien eres guerrero?

Es tarde, ya ha oscurecido y apenas queda nadie por las calles de la ciudad dónde te criaste de pequeña. El invierno ha decidido dar un pequeño adelanto en la forma de descenso brusco de temperaturas, cuando ayer estabas bien con ropa de entretiempo hoy echas en falta más abrigo... Y las calles se llenan de brumas al anochecer.

Las farolas crean pequeñas islas  de luz desiertas en el oscuro mar brumoso. Te sientes inquieta. No porque temas que te asalten o nada parecido - a estas alturas ya tienes una cierta idea de cómo defenderte y cómo curarte si fuera preciso. Es algo más... abstracto.

Por el rabillo del ojo ves que una de las farolas del otro lado de la calle parpadea varias veces. Cuando la luz vuelve a estar fija, ilumina una silueta alta, esbelta y crees que femenina, aunque no marca curvas que lo confirmen. Jurarías que tiene la mirada fija en ti.

El guerrero se detiene un instante a echar la cabeza atrás y volver a rugir antes de reemprender la subida, ahora con más velocidad.

Jurarías que, por un instante, has visto la figura del enmascarado que os secuestró superpuesta sobre él.

Michael tuerce el gesto al ver lo que ve. Respira y musita en Iwa´po

Espiritus, permitidme la victoria contra este enemigo de todo lo que debe ser

Guarda el cuchillo en su funda y saca las garras.

...¿me habrán encontrado?...Dios ¿no puedo ir a casa?...espera, tranquila, veamos primero de qué se trata....Confiado en que si quisiera hacerle daño no se habría dado ni cuenta se queda mirando intentando identificarla.

Al centrarte en ella puedes observar ahora los detalles que tu rito de visión te permite. Su aura es definitivamente sobrenatural. Te recuerda al aura de Mila, pero tiene un algo diferente... No sabrías bien a qué achacarlo, pero te vienen imágenes de hielo cuando intentas decidir cuál es la diferencia.

Saltas a la carga con las garras por delante y un rugido naciendo de tu garganta.

La lucha parece decantarse a su favor - no son tanto las armas como una maestría de la lucha. Logra ponerte contra las cuerdas casi sin sudar cuando de tu pecho brota el halcón y le araña el rostro dándote el tiempo necesario para reponerte y propinarle un garrazo que inutiliza su brazo del escudo. Por desgracia, eso no parece ser suficiente y cual caballero negro prosigue su embate contra ti, esquivando ahora en vez de bloquear.

Le cuesta más trabajo que antes, pero logra que tropieces y descarga el golpe de gracia. Ves esa extraña arma de madera incrustada de piedras descender a toda velocidad hacia tu rostro, incapaz de moverte a tiempo. En el último instante, una mano tatuada detiene el arma a apenas unos milímetros de tu cara. El guerrero gruñe sorprendido y ambos miráis al dueño de la mano. Animista aprieta sus dedos contra el arma y ésta estalla en mil fragmentos como si fuera una botella de atrezzo del cine western.

Es tu oportunidad. Una patada lo desequilibra y te da la ocasión de levantarte de un salto. Casi empalmas el salto con la embestida, tienes al guerrero clavado al suelo, tu mano izquierda inmovilizando su torso, la derecha en posición. El latido de tu corazón resuena en tus oídos como un tambor de guerra.

Rachel entona una suave canción que habla de lo ciega que está la gente cuando anda por la calle.

Las farolas parpadean a ambos lados de la calle, trayendo instantes de negrura casi absoluta bajo el nublado cielo nocturno. Cuando quieres darte cuenta, la mujer está bajo la luz de la farola más cercana a ti.

Ahora que la ves de cerca te das cuenta que tiene cierto aire a Mila más allá de lo que su aura te sugirió. Quizá sería una "Mila mayor" - la mujer aparenta una edad indeterminada entre los 30 y los 40 -, sólo que sin teñirse el pelo, una cascada de rubio platino casi etérea. Los ojos de la mujer son de un azul profundo y oscuro. Cuando abre la boca no entiendes lo que dice. Hace falta que lo repita para que te des cuenta de que te está llamando por tu nombre.... por los dos a la vez, el tuyo y el de Evelyn, como si fueran dos voces hablando por una única boca.

- Rachel Morgan

- Evelyn Keegan

No parece haber violencia en su ademán.
 

Rachel mira confundida a la mujer: ¿Mila? ¿Eres una versión del futuro? ¿O quizás su madre reencarnada?

Michael no busca la muerte del enemigo, no, aún no. Busca desjarretarle los tendones de las piernas y los brazos, incapacitarlo para aprender de él. Porque él, Michael lo sabe, siempre vuelve cuando muere.

La mujer te clava esos ojos azul oscuro que, por un instante, parecen refulgir como un relámpago.

- Mila... - repite ella con su extraña voz como de seda y hielo - ¿Nephilim? - pregunta más al aire que a ti - ¡La Adversaria! - exclama abriendo los ojos de par en par de pura sorpresa para volver a susurrar - No, pequeñas, no soy ninguna de ellas. Yo soy la Escriba y la Voz, la que está cerca del Trono Celeste. Sabemos de vuestras intenciones. Queréis deshacer aquello que tanto costó hacer, devolver el caos al orden. ¿Acaso querríais volver a tiempos pretéritos, pequeñas? - pregunta con un frío paternalismo - No se suponía que la estirpe de Adán tuviera acceso a los Nombres, eso era algo nuestro, de las Protectoras de la Creación. Ángeles, si te resulta más familiar - añade inmediatamente.

El guerrero aúlla de dolor durante el proceso. Grita algo en una lengua desconocida. Luego, en un castellano con acento mexicano - ¡Acaba ya conmigo, pues!¿A qué esperas, chingón?

- La verdad que solo conozco un poco de vuestra historia y estoy empezando a dominar la magia ¿qué buscáis vosotras?