Partida Rol por web

SUCESOS DE OTOÑO:

- Una patrulla especial de cinco caballeros hijos del Knezi Blaatu Basarab aparece muerta una mañana en un callejón. El lugar es escenario de una terrible carnicería, incluso los caballos están muertos. Todo el lugar está anegado de sangre. Los rostros de los caballeros muertos expresan terror e incredulidad.

     -- Con gran pena y tristeza, pues cuando vuelva a casa tendre que informar del fallecimiento de Fuksas, a sus seres queridos y a mi señor y con un poco de miedo por lo que me ha sucedido, decido seguir mi camino hacia Bucarest, pues tengo una mision que cumplir, encaminandome hacia Hermanstad, donde espero pasarlo mejor que en Balgrad.

Duriu el Mensajero abandona Balgrad a toda prisa, aunque los recuerdos de este lugar le perseguirán durante el resto de su vida. Se dirije hacia el sudeste, atraviesa la ciudad de Balgrad y sale por la puerta Sur hacia la región de Hermanstad.

El mensajero muere en Balgrad.(la dificultad era 60)

El mensajero del Anciano Zakov es asesinado por Niksaa Basarab (vampiro Tzimisce hijo del Conde de Balgrad y chiquillo del Koldun Boru), a pocas millas en el camino norte antes de llegar a Balgrad.

TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y DOS

TERMINÓ EL OTOÑO Y HA TRANSCURRIDO EL FRIO INVIERNO.

PRIMAVERA

- La intranquilidad y el pánico cunden en la región. Todos hablan de la invasión magiar. Mucha gente se prepara para huir a Hermanstadt.

Un grupo de hadas llega a Balgrad procedente de Hermanstad.

Durante el camino no os ha pasado desapercibido los numerosos grupos de personas que iban en dirección a Hermanstad. Parece que todos huyen de una posible invasión magiar desde el norte.

Hemos avanzado 2 estaciones (más o menos equivaldría a 1 entrenamiento por estación siempre que se haya roleado).
Todo lo que roleais y vuestras experiencias es tenido en cuenta, por lo tanto tenemos en cuenta tu pelea. Sobre el relato probablemente Dark lo tenga en cuenta (supongo que si se lo mandaste lo ha leído y no está puesto en la ficha).

El abrazo de Sheil Aerell me hizo despertar mientras aun sangraba de las terribles heridas causadas por aquel terrible hombre lobo. Su calido contacto me devolvió a la vida y supe que no podia desfallecer, no solo por mi seguridad en aquel paraje hostil, que hasta a nuestra magia rechaba, sino por sobre todo, por quienes me aman y dependen de mi.

 - "Ya estas aqui, es la hora de partir. El peligro es inminente y no sé si podré defenderos nuevamente de aquel enemigo. Debemos ser mas rapidos que el viento entre las montañas para salir de este infierno de vacio y salvajismo."

Rapidamente marchamos por el bosque y sin descanso alguno cruzamos las tierras desoladas e infestadas de criaturas medio-humanas que atacan a los extraños para alimentarse de sus carnes.

Una vez nos sentimos seguros, me recoste contra un arbol, en un sector de espesura y dije a mis acompañantes:

 - "Me fundiré con la naturaleza hermosa y maravillosa para curar mis heridas. Descansen, ya estamos a salvo."

El mundo desapareció cuando mis ojos dejaron de ver y solo sentí el palpitar de la vida en los arboles. Senti las caricias del viento y el cantar de las hojas. La dulzura del agua y la energia de la tierra. Me sumí durante siglos de dicha interminable en el pulso absoluto de la vida misma. Una vez regrese a este mundo, me dí cuenta que solo habian sido unas horas y que mis compañeros de viaje aun descansaban. Ellos dormian apasiblemente, ya que jamas sabrian el horror y la desesperacion a la que me enfrente entre los bosques malditos de las tierras que habiamos dejado atras. No tenía ninguna intencion de revelarles la terrible realidad que se esconde a los ojos de hadas y hombres, maldiciones terribles y peligros inmensos que quienes conocen, rara vez viven para contarlos. Ese es mi caso, pero al ver a quienes de mi dependen durmiendo en sueños de calma y dicha, mi sentido protector me mantuvo en silencio. Preferia que pensaran que fui atacado por una bestia salvaje o por un ejercito, pero la horrible verdad de lo que se esconde y repta en estas tierras romperia su cordura o a lo menos su tranquilidad.

Despues del descanso, anime a mi compañia para que me siguieran, era hora de alcanzar el nuevo territorio que se nos ponía delante, pero el invierno se acercaba y el viento me contaba al oido que sería una estacion cruda y fria. Busque refugio para mis gentes y en una caverna en las montañas nos guarnecimos de la nieve y la tormenta. El alimento fue suplido por las provisiones y por nuestras habilidades magicas, ademas de mi habilidad de cazador y recolector, que mantuvo nuestras energias en impecable estado. Pero este no era tiempo de perderse para mi, no despues de lo vivido y sufrido.

En el frio del invierno blanco, donde la lluvia y la tormenta atacan sin piedad la cabeza de quienes osan erguirse ante ellas, entrene mis habilidades. Todo a mi alrededor era entrenamiento, todo a mi alrededor era desafio. Las hojas cayendo con el viento eran cortadas con mis garras, la lluvia era detenida con mis puños en una danza de gracia y muerte, la maxima en mi capacidad. Dias completos de entrenar mantuvieron a mis gentes preocupadas, pues al hacerlo alejado de ellos, preocupados estaban de cual era aquella actividad diaria que me mantenia ajeno.

Los dias pasaron y luego llegaron las semanas. En ese interminable tiempo en que el viento y la lluvia no dejaron de caer, mi mano jamas dejo de atacar. La nieve se transformo en mi nuevo instrumento y mi propia Armadura de Viento elevaba las hojas en un baile giratorio de gran dificultad para mi cometido. Luego parado sobre la montaña, divise el pueblo que teniamos a lo lejos. Parecia de una poblacion mucho mayor a todo lo visto antes y senti miedo de pensar en las posibilidades que me habia enseñado la experiencia:

"Ser descubierto por los hombres o ser asesinado por las bestias. Ciudad o bosque, esas eran las opciones."

Aun no era momento de decidir, pues el crudo invierno arrasó con aun mas fuerza y la estacion parecia no terminar. La primavera ya estaba entrada y aun asi la nieve cubría los caminos. Me refugié entre los mios, quienes se mantenian calientes por el fuego imperecedero de nuestro improvisado hogar pasajero. Luego y como hice durante meses, revisaba los alrededores, buscaba alimento que llevar y luego entrenaba mis habilidades y mi destreza para tener la capacidad de defender a los mios. Jamas volvería a dejar morir a alguien como pasasé ante el frio del Bosque del Invierno y sería el mas poderoso de entre los seres de toda Transilvania, pues al fin y al cabo, el terrible atacante lupino me habia enseñado la terrible realidad de un mundo hostil, pero tambien me habia demostrado algo ... mi poder.

Quizas habria muerto contra un oponente con ese poder, pero no fué asi. Yo le vencí y si se hubiese quedado, le habria matado. Jamas lo sabre a ciencia cierta, pero es lo que pienso desde que le vi huir con todas sus fuerzas y aquella mirada en él, demasiado inteligente para ser un animal, mostraban una mezcla de odio y miedo. Sentimientos como ese se sienten hacia que hace peligrar nuestra propia existencia, quienes son un verdadero peligro.

Cuando la nieve dejó de caer y los caminos comenzaron a despejarse, mi compañía avanzó. Estabamos mejor preparados para el frio con las pieles de los animales que arranqué de sus madrigueras para alimentar a mis humanos. Caminamos desde el alba hacia la poblacion de la zona y a pocos minutos comenzamos a ver a gente que huia hacia las salvajes tierras de las que nosotros veniamos. Muchos nos hablaron, algunos desconfiando, pensando por nuestras ropas que eramos barbaros:

 - "Huid hacia Hermanstad. Los barbaros vienen del norte y nada queda vivo a su paso."

"¿Barbaros? Lo que menos me preocupan son los barbaros. He vivido a cosas mas horribles aun y por sobre todo, solo estamos de paso."

Avanzamos sin mirar atras con la intencion de cruzar el territorio lo mas rapido posible hacia Deva.

- El grupo liderado por Shigraat el Portador del Odio avanza de forma cauta y sigilosa hacia el Este, hacia Deva.

- Gracias a los poderes de los integrantes del grupo la comida, generalmente en forma de bayas y plantas silvestres comestibles, nunca falta, junto con la ocasional ardilla descuidada y unos pocos conejos y liebres.

- El grupo evita la ciudad de Balgrad, que parece convulsa. En las palabras de algunos fugitivos se habla de un "Caballero de la Muerte" que mata todo cuanto se cruza en su camino.

- Llegan muchos refugiados también desde el Este, con noticias de que los magiares asedian Deva e incendian de día sus famosas "Iglesias Negras" para eliminar así a los no muertos que se dice custodian esa región.

- Por las carreteras del Este, las que conducen a Deva, llega un carruaje noble con el emblema de la Casa Dravescu.

- Dentro viajan Zort y algunos criados. El carruaje es escoltado por dos guerreros a caballo: el Caballero Zuyla Dravescu y el joven escudero Andrei Dravescu.

- Por el camino se encuentran con un extraño grupo de desharrapados liderados por un hombretón enorme de aspecto tosco y una mujer increiblemente bella que va cubierta por resplandecientes velos multicolores.

El camino a Balgrad se hacía largo, monótono. Zort pretendía estar atento, pero su mente estaba fatigada, al igual que su cuerpo. Solo puedía hundirse en mil posibles conjeturas acerca de su Satu Mare, pero ninguna le daba paz. Finalmente solo clavó su mirada en el horizonte, tratando de no pensar en nada. Pero ni ello es posible. Pronto se vió distraido por otra comitiva.

En estos tiempos no se puede confiar en nadie. Zuyla... Dirije una mirada a sus jóvenes caballeros. Ellos deben ya estar preparados ante cualquier situación.

Al observar la comitiva se ve sorprendido por la bellaza de aquella mujer. Seguramente debía ser miembro de la nobleza. Decide dirijirse al lider de la comitiva.

La Casa Dravescu os saluda mi querido amigo. Ojalá fuera en condiciones mas gratas... Podrias decirme quien es tu señora? Hasta hace unos instante pensaba que solo existen desgracias, pero veo que aún en medio del caos, en medio e la oscuridad, existe un halo de luz y sobrevive la belleza.

Viendo la comitiva de hombres armados que aparecen ante mi, me tenso en respuesta a los posibles peligros que nos acechan en cada paso de este pais de horribles criaturas. Mirando fijamente al hombre que pregunta sobre mi acompañante, respondo en voz alta:

 - "Ella es mi esposa, Sheil y los demas son miembros de mi pueblo. Exiliados de una tierra hostil por criaturas innombrables. Mi nombre es Shigraat, representante de la Casa Dravescu. Nos dirigimos a tierras seguras, lejos de monstruos y de barbaros. Especificamente nos dirigimos a Oradea, a montar un nuevo pueblo en el que vivir en paz en estas inhospitas tierras y quisiera pediros ayuda en consejos sobre el camino mas seguro a nuestros destinos, pues como gran Casa noble, aquella sabiduria debe abundar para vos. Muy grande sería mi agradecimiento."

Espero atentamente su respuesta y la reaccion de los hombres armados que le acompañan.

Vivir en paz... Hacia mucho timepo que Zort viajaba. Habia visto mucho. Mil imágenes pasaron por su cabeza. Casi ninguna grata. Muerte, odio, destrucción, venganza. Un desierto.

Si queréis vivir en paz marcharos lo mas lejos posible de este condenado lugar... Esos eran sus pensamientos sinceros. Pero estaba claro que aquello no debía ser dicho. Mientras existiera esperanza, se debía insentivar. Quien sabe...? Tal vez no todo estaba perdido.

Sin lugar a dudas eres un hombre muy afortunado Shigraat. Aun en medio de la barbarie, puedes encontrar paz en los ojos de tu señora. Soy Zort Dravescu, y estos feroses caballeros son mi hijo Zuyla, y mi sobrino Andrei. Los señalo mientras los nombraba, con cierto orgullo de presentar su propia sangre.

Si quereis consejos, os los daré con mucho gusto. Pero mas que por pertenecer a una casa noble, serán por haber vivdo tantos años. Lo primero que puedo deciros es que elejais bien vuestro destino. Hace mucho tiempo que viajamos, y los caminos estan llenos de viajantes de diversos lugares. Lamentablemente los rumores dicen que Oradea... ha caido.

Andrei no puede evitar mirar maravillado a Malgorzata, cuya belleza sin duda no puede ser de este mundo...

- "Mi señora... ¿Habéis estado en la ciudad de Balgrad? ¿Podéis recomendarnos algún hospedaje?" -

Las palabras dichas torpemente por el escudero, parecen formuladas para disimular el hecho de que se ha quedado mirando fijamente a la dama, lo cual es un signo de muy mala educación.

Las palabras de Zort son desalentadoras, mas pocas esperanzas tenemos si no llegamos alla. Despues de pensarlo un momento, la duda me llena y pregunto:

 - "Señor Dravescu, si no fuese una impertinencia de mi parte, quisiera preguntaros una cosa: ¿Hacia donde vais? Imagino que vuestra casa no es indiferente a la destruccion magiar, asi que imagino que viajais para encontrar refugio o algun lugar donde luchar. Si tal fuese el caso, ¿Cual es este lugar que ofrece esperanzas para los tuyos?"

Espero su respuesta mientras pienso para mi mismo.

"Debo llegar al bosque, pero ¿Como evitar la invasion magiar en el camino?"

Sheil mira al escudero e intenta esbozar una sonrisa que espera sea amable, aunque la desconfianza y frialdad que emana su mirada parece desmentir el gesto de su rostro. Tampoco la voz monocorde con la que responde parece guardar aliento alguno, pues, en estos tiempos que corren, ¿qué otra reacción cabría esperar?

Nuestro destino no nos ha conducido a la ciudad que mencionas, aunque hemos pasado cerca, y por lo tanto no podemos brindaros ninguna información uqe pueda seros de utilidad, más que los rumores, indiscernibles, que nos han asaltado en nuestro caminar.

Luego de responder, apoya un brazo en Shigraat y presta atención al breve diálogo que está manteniendo con el noble. La perspectiva de dejar de huir, aunque sólo fuera por unas horas, es tan intensa que piensa que sin el soporte en el que aguanta caería de rodillas como una niña indefensa.