Partida Rol por web

Un campesino sucio os mira con recelo, aunque se tranquiliza un poco al ver que pareceis al servicio de un noble y no unos simples matones.

-Señor, una desgracia ha venido sobre nosotros. La banda de la Ensarta corazones llegó hasta aquí y saquearon el pueblo, matando a todos los milicianos y a los pocos campesinos que tuvieron el suficiente valor para atacarles. Quemaron casas y se llevaron la mayoría de las cosas de valor. Estamos aterrorizados y la mayoría no quiere salir de casa por miedo a que vuelvan de nuevo. Ahora no hay ni miliacianos que nos protejan. Uno de los soldados del castillo vino por aquí y luego se marchó, espero que hagan algo o puede que muchas familias decidan irse de la región, nadie quiere vivir tan cerca de una banda de bandidos tan peligrosa y cruel.

La banda de la Ensartacorazones? Hay demasiados bandidos en Transilvania...- su mano derecha masajea su sien, como si de repente tubiera un gran dolor de cabeza- Campesino, se sabe algo de esos bandidos, quien es su lider o de donde vienen?

Ensartaojos, Ensartacorazones... que esta pasando en esta tierra? Ya no hay ni originalidad...

-Señor pocas cosas se saben de esa banda y de su líder, aunque se cuentan muchas historias. Es una banda terrible de bandidos dirijidos por una mujer cruel que se hace llamar la ensartacorazones. Algunos dicen que su nombre viene porque se come los corazones de sus víctimas. digo con cara de asco Como podeis ver aquí mataron a toda la milicia y a algún campesino sin apenas tener bajas. Parece que tienen el campamento en alguna zona de esta región y aquí estamos todos aterrados de que se produzcan más ataques. Esperamos que los señores del castillo cumplan con su deber de protegernos. Poco más puedo deciros señor, quizá si os acercais al castillo puedan deciros algo más allí. Está a 25km en esa dirección

Zort asiente con la cabeza al campesino, como dandole a entender que ya se puede retirar.

Que piensas hijo? Nos acercamos o seguimos nuestro camino. A mi me intriga saber algo mas al respecto.

Escuchó las palabras que su padre le dirigía en absoluto silencio, sin hacer ningún gesto, fuese éste de aflicción, alegría o lo que fuera. Cuando Garlu terminó de hablar, Sveta tomó las manos de su padre y se las acarició suavemente para luego posar un beso en ellas.

No le dijo nada, no era necesario. Del mismo modo que ella había podido leer en la mirada de su padre una súplica de perdón, éste podía ver en los ojos de su hija que no tenía que suplicar por nada, pues ese perdón lo tenía hace mucho.

Se mantuvo a prudente distancia junto a su madre. No podía oír lo que su padre y los hombres del Voivoda hablaban, pero si seguir sus movimientos. Desgraciadamente -o quizás no- la conversación fue interrumpida cuando apenas estaba comenzando, las mujeres no tuvieron que hacer esfuerzo alguno para saber el por qué.

-Tranquilízate, padre, permaneceremos en el castillo -le dijo sin perder en ningún momento su actitud serena-. Nosotras nos ocuparemos de atender a los enviados del Voivoda... Ve tranquilo.

Iovanna irguió su espalda orgullosa de su hija y esperando responder como debia a su esposo. Un simple beso en la mejilla como señal de respeto, y la mirada firme le dijeron a Garlu lo que necesitaba saber: que podia contar con ella para todo.

Cuando habló lo hizo con el aplomo del pasado, cuando su familia estaba intacta:

- Sveta tiene razón. No te preocupes más. Nosotras sabremos ocuparnos de cuanto en el castillo suceda.

Se quedó al lado de su hija, mirándola con una suave sonrisa. Quien lo hubiera dicho, dos hijos varones, y la que me llena de orgullo es la hembra.

Yo optaria por ir al castillo, puede que ellos sepan mas sobre este grupo de bandidos- contesta a su padre- Ademas, toda informacion que saquemos, sera buena para Satu Mare si en un futuro optaran por dirigirse alli, dios no lo quiera.

Gracias por la informacion, campesino. Has sido de gran ayuda y suerte con los bandidos- dice al campesino antes de dirigirse hacia el castillo con su padre.

Siguiendo las indicaciones del campesino cogeis el camino hacia el castillo de los gobernantes de esta región. Allí os podrán poner al tanto mejor de la situación, o eso esperais, y puede que os ofrezcan su hospitalidad en medio de vuestro viaje. A los nobles les gusta relacionarse entre ellos y vosotros estais acostumbrados a tratar con la nobleza Transilvana.
Tardais unas horas en recorrer los 25 km de distancia que separan el pueblo del castillo.

Desde lo alto de la torre uno de los vigías avisa que se acerca una comitiva. Parece un carromato escoltado por un hombre a caballo.
Lentamente se acercan al castillo hasta quedarse a las puertas del mismo, que se encuentran cerradas desde la llegada de Dominik y como precaución ante las noticias de bandidos en la región.

Ya se encontraban solas en el castillo, su padre y Dominik ocupándose de los bandidos que asolaban el territorio. Desconocían el grueso de los detalles, pero estaba claro que la situación era lo suficientemente peligrosa como para que Garlu les pidiera tan encarecidamente que permanecieran en el castillo, cosa que habían hecho.

Sveta que de un tiempo a esta parte se había hecho con las riendas del personal de servicio, suerte de Ama de Llaves, daba órdenes a las sirvientas para que ventilaran las habitaciones y las prepararan para alojar a los enviados del Voivoda.

Todo estaba listo y terminaba de supervisar la preparación de la cena cuando le informaron de la comitiva que se acercaba la castillo.

-¿Dónde está mi madre? -preguntó tras recibir la información y le dijeron que estaba en el despacho. Hasta allí se dirigió.

-Madre -dijo una vez estuvo en la puerta-. Acaban de informarme que una comitiva se acerca al castillo, desconozco su procedencia, pero hay que recibirlos, saber qué los trae a Valcea.

Antes de partir, Dominik se apresuró para avisar a su señor.
Mi señor, una banda conocida como los ''Ensartacorazones'' han destruido todo el pueblo, apenas han dejado a unos pocos campesinos y casi nada de cosecha.
Miró hacia el pueblo y continuó.
Tengo la certeza de que si no les paramos, continuaran destruyendo nuestras aldeas hasta que se encuentren con el castillo y vengan a por nosotros.
Es un peligro menor pero que si no lo paramos cuanto antes, puede llegar a convertirse en un mal mayor.
Sin embargo, la protección del castillo también es importante.

Hizo una breve pausa para después continuar.

Así pués, quizás debería quedarse ústed aquí, con la protección de estos gruesos muros y sus guardias, mientras yo y mis soldados salimos a la caza de esa vil jefa llamada ''La Ensartacorazones''.

Así sea pues.
Dijo Dominik mientras su puño chocaba contra su pecho en forma de reverencia.
Si los informes son ciertos no deberían de estar muy lejos.
Hechó un rápido vistazo sobre el patio y dijo.
Volveré pronto y con mis dos hombres sanos y salvos.
Dicho esto, Dominik volvió afuera junto con sus dos mejores jinetes.
Miró al castillo por última vez, estaba seguro de que volvería, pero no quería irse sin observar por última vez su hogar.
¡En marcha!
Gritó a sus dos jinetes para cabalgar por la rampa que bajaba al pueblo y dirigirse al nordeste, cerca de las colinas del condado de Valcea.

Iovanna miró seria a su hija:

- Sé que hasta ahora te has ocupado perfectamente de todo Sveta. Así que sólo tienes que ordenar a los criados que preparen lo necesario para recibirles.

Miro pensativa hacia la ventana.

- Una comitiva es sólo eso hasta que se pronuncien. Vendrán a parlamentar por lo tanto no debemos ser desagradables. ¿Sabemos cuántos son?

Los viajeros se encuentran a las puertas del castillo, que habeis cerrado por precaución por el tema de los bandidos. Esperan que alguien abra y les reciba.

- Ya están aquí. Que uno de los criados vaya a abrirles. Nosotras esperaremos en el comedor. - Salgo del despacho, acompañando a Sveta en dirección al comedor, y de camino doy orden a uno de los criados de abrir la puerta del castillo y acompañar la comitiva a donde nos encontramos.

- Veamos qué quieren.- le sonrio tensa a Sveta. Con los bandidos rondando hubiese preferido mantener el castillo cerrado, pero eso podría haber dado lugar a un malentedido, y a una reacción de hostilidad.