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CASTILLO DEL KNEZI:PUERTA EXTERIOR

Al día siguiente del funeral se encontraba en la puerta del castillo de Bran una comitiva compuesta por Mihail Cortadedos, el guardabosques del condado, y 2 hombres a caballo listos para partir en busca del hijo del fallecido Knezi. Se encontraban también allí Balau, Crulu, y todos aquellos que habían participado del funeral la noche anterior. El sacerdote dió un paso al frente y habló con voz clara y fuerte.

Pueblo de Bran! Ahora decimos adios a Mihail! Le deseamos un viaje libre de infortunios y que regrese pronto con el legítimo heredero al trono!

Tras decir esto se acerco al guardabosques y con una leve reverencia se despidió del hombre que lo encontró en el bosque hace poco más de una semana para luego verlo partir por el camino.

En aquel día tan remarcado no pude dormir. Esperaba con ansias la mañana en la que partir para buscar al heredero.

Espero que los infortunios no se metan en mi destino y pronto volver a estos lares. le devuelvo la reverencia y miro al grupo que me acompaña. Juntos daremos con el heredero y la tarea se cumplira con sobriedad.

Dicho esto me giro para despedirme del condado, con algunas penurias camino y emprendo mi viaje hacia lo que no parece nada complicado.

La Condesa Dubieta Szantovich y el Caballero Schaar Dvy entran en la región.

Al fin habían entrado en la tierra de sus padres, y de los padres de sus padres. Schaar nunca había salido de allí hasta hacía un año, cuando fue a acompañar a su amigo y señor Andru de Bran.

Desde hacía unos meses, en los que el knezi había ido a vengar la muerte de su sobrino, Kronstadt estaba sin gobernantes. El viejo knezi había perdido a su futuro sucesor, así que poco importaba como quedaran sus tierras, ya que probablemente serían los hijos 'ilegítimos' de éste los que se harían cargo de la misma.

Por la mente de Schaar una gran sombra surcaba... "¿cómo estarán padre y madre? Saben cuidarse, pero los Szantovich no son famosos por su buen hacer...", pensaba mientras no perdía ojo de la dama que requería toda su atención... incluso más de la que debería.

"Solo espero que Dubieta sepa tener la templanza necesaria para acabar esta encomienda de la mejor manera posible"

A todas horas desde que comenzó el viaje, y ahora que no estaba Radu para 'espiarlo', Schaar se había mantenido como la sombra de Dubieta, incluso estaba más tiempo que la dama de compañía de ésta con su señora.

Hablaban de todo un poco por hacer más ameno el viaje, incluso habían practicado algo de esgrima para estirar músculos. Un creciente deseo en el Caballero le había evitado separarse de su objetivo, aunque tarde o temprano en este viaje lo iba a tener que hacer.

A medida que se alejaban del deteriorado castillo la incertidumbre sobre el viaje se iba incrementando, pues aunque el ejército de Kronstadt había sido derrotado no significaba que el territorio estuviera despejado.

Habían decidido aprovechar la noche para viajar por la frontera puesto que el movimiento era propicio para restar las duras condiciones del invierno. Aún así Dubieta disfrutaba del amparo del carro y unas buenas pieles que la envolvían con suavidad.

De vez en cuando asomaba su rostro por la ventanilla en busca de los salvajes lobos que acompañaban con sus aullidos su viaje, pero hasta el momento no divisó a ninguno. Durante muchos años había envidiado la libertad que aquellos animales tenían, y aunque ahora había cambiado su situación no había disminuido su aprecio a hacia ellos.

Los días transcurrieron y no era difícil advertir los sentimientos que su protector albergaba en aquellas tierras. Para ella le resultaba fácil leer sus contradictorias emociones, aunque él no hacía para ocultárselo. Una tarde, horas antes de partir y mientras mantenían su entrenamiento habitual, creyó oportuno mantener una conversación que aflorara los sentimientos del Caballero.

- Demasiados recuerdos... Estaba tan triste cuando llegué por primera vez a las tierras de mi esposo, y continué así durante demasiado tiempo... –sonrió abatidamente ante lo que ahora significaba Radu- Sentiré lo mismo que tú ahora, cuando llegue a mi hogar. Siempre lo ha sido, pese a las intrigas y confabulaciones que hay día tras día. Espero que tu familia sea más sencilla que la mía... No dudes de mi orgullo por la mía, pero de todos ellos sólo mi difunta madre forjó la mejor parte de mí.

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Schaar aprovechaba cada momento que podía para deleitarse viendo a tan bella mujer. Cada vez se le hacía más difícil mostrar atención a lo que le decía, ya que causaba en él un efecto embaucador que le hacía perderse en sueños y deseos. No obstante, gracias a su entrenamiento marcial, era capaz de abandonar dichos pensamientos para mantener a su 'protegida' relativamente ajena a lo que pasaba por su mente.

"¿Lo mismo que yo?, creo que no", pensó y respondió a Dubieta, "ahora conozco algo más de las 'intrigas palaciegas' y me parece que dista mucho de la vida habitual de cualquier plebeyo. Parece que vivís en un mundo de intrigas y confabulaciones completamente distinto al de respeto y trabajo que yo conocí. Pero seguro que vuestra difunta madre os enseñó que en este mundo sólo unos pocos afortunados podíais mantener esa vida en la que no se pueden tener sentimientos reales", al decir esto, una mueca de ironía se mostró en su rostro.

"¿Acaso pudisteis amar a quien deseabais?, ¿vuestros familiares y allegados, así como vuestros sirvientes, os hablaban desde el corazón?. Creo que, en esta sociedad, la nobleza crea una barrera que las separa de la realidad y le impide sentir las cosas como tales. Salvo las enseñanzas de vuestra madre, ¿cuanto de realidad habéis vivido, Dubieta?"

Schaar estaba algo crispado, como si el pasar por su antigua tierra le trajera recuerdos dolorosos, o como si aquellos recuerdos fueran agradables pero supiera que no se iban a poder repetir en lo que le quedaba de eternidad. Parecía como si Schaar estuviera intentando asimilar su nueva situación, oponiéndose a ella a la vez. Según le decía Radu, aún no había roto los lazos de su vida anterior y parecía a disgusto con ello, consigo mismo.

Se rumorea que una comitiva con gente importante está transitando por la región, ¿tendrán intenciones de quedarse o seguirán su camino?.