Partida Rol por web

Escena genérica para ilustrar los caminos y desplazamientos entre diversos territorios.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y DOS.

PRINCIPIOS DEL VERANO.

- Tras vender algunas cosas y comprar provisiones, la Condesa Dubieta y el Caballero Schaar cabalgan hacia el sur.

- Poca información ha sido posible recabar sobre el camino hacia el Sur. Por lo que dicen nadie que haya ido por allí en los últimos meses ha vuelto. Claro, que eso tiene lógica dado que los que hayan recorrido esta ruta será porque están huyendo del país.

- Por otra parte, más al Sur quedan las tierras de griegos y romanos de oriente. No son gentes muy acogedoras, pero lleváis sacas y alforjas con monedas de plata y riquezas. Debería de ser suficiente para comprar una nueva hacienda.

- Queda en el aire el asunto de vuestro señor demoníaco, el Knezi Radu Szantovich. Es imposible que se haya olvidado de vosotros, sin embargo una criatura inmortal como él puede que se tome su tiempo. Pero antes o después aparecerá en vuestra parte, dispuesto a exigir total obediencia...

Dubieta entiende el Griego, así que no es mala opción. De momento apunto que tengo que quitarme lo que no llevo del equipo y mañana podemos ir posteando en Caminos de Transilvania la mejor opción. Hay que rolear ;)

- Durante tres semanas, Schaar y Dubieta cabalgan hacia el sur, hacia la frontera.

- Finalmente la alcanzan una noche. Justo a tiempo por lo que parece, ya que desde Alexandria se aproxima una turba de gente con antorchas. Deben de ser un centenar. Cuesta verles bien, pero parece  que visten harapos, tienen la piel grisácea y los ojos y dientes amarillos...

El viaje estaba resultando largo y agotador, parecía que nunca saldrían de los territorios del Voivoda. Además, el camino estaba bastante transitado por los que, como ellos, también huían de las huestes bárbaras más allá de las fronteras.

- Mi Señora, ¿veis aquel extraño comité de bienvenida? Creo que no sería muy conveniente cruzarnos con ellos; no sé por qué, pero no parecen presagiar un encuentro halagüeño - comentó a medida que desmontó y comenzó a prepara su armadura - ¿me ayudáis? - pidió a las damas.

CABALLERO SCHAAR DVY:

- Si os detenéis para que te pongas la armadura, probablemente les dará tiempo a cerrar la frontera.

- Si cabalgáis ahora a toda velocidad puede que consigáis cruzar antes de que lleguen.

Después de estudiar rápidamente la situación, el Caballero volvió a subir al caballo, dejando bien fijada su armadura a éste - ¡Vamos, no debemos perder tiempo! ¡Si queremos continuar, deberemos hacerlo antes de que nos cierren el paso! - comentó mientras azuzaba a los caballos de sus compañeras para, finalmente, hacerlo con el suyo también, de manera que pudiera cubrirles las espaldas a éstas. Habían recorrido un largo camino para quedarse a las puertas de su objetivo, lo que le recordó su historia personal con Dubieta - irónico, pero no creo que me deba conformar con probar las mieles del éxito también. De ésta huída depende que todo culmine como realmente debe - pensó mientras cabalgaba, lo que le sirvió para espolearlo hacia delante.

Resultaba incómodo viajar en aquellas condiciones, sobretodo para una mujer que había crecido con ciertas comodidades. No obstante, desde su boda con Radu “el Menor”, había comprendido que debía adaptarse a la pérdida de lujos; como era el hecho de viajar en carruajes. De todas formas había sido una excelente decisión, ya que avanzaban con mayor premura y llamaban menos la atención. Sin embargo, cercanos a la frontera, la presencia de un gran número de extrañas personas comprometió su emigración.

- Su aspecto es… extraño –comentó al Caballero- Sí, apresuremos el ritmo pero evitémoslos a toda costa.

TIRADA: Destreza + Equitación, dificultad 6.

- La Condesa Dubieta azuza a su asustada montura hacia el camino. Parece que va a conseguir pasar antes de que la horda de hambrientos no muertos logren bloquear el paso...

El joven Caballero azuzó a su bestia tras las damas. Sólo esperaba no tener que hacer uso de su espada, la cual la tenía en su sitio presta para atacar y más de una ve tuvo que lucirla en el camino para evitar encuentros 'indeseados'.

- El Caballero Schaar Dvy azuza a su caballo y al de la criada Enrieta.

- Junto con la Condesa Dubieta, logran salir de la frontera y abandonar así el Voivodato de Transilvania.

- Las tierras al sur son tierras disputadas entre griegos leales al Imperio Romano de Oriente y colonos búlgaros del, ahora decadente, Imperio Búlgaro.

- Allí, con su riqueza y títulos nobiliarios, y la fuerza de la espada de Schaar, se labrarán un futuro.

- Pero esa es otra historia, que no será narrada en esta ocasión.

Era increíble, lo habían logrado. El pequeño grupo había sacado el máximo a sus caballos para evitar que aquella gente les cerrara el paso, y no sólo eso pues habían logrado evitarlos. Ahora estaban en las Tierras del Sur, habitadas por griegos fieles al Imperio Romano y colonos Búlgaros… y ahora ellos.

No iban a aparar el paso para comprobar la suerte de los demás refugiados, eso no importaba. Habían lagrado salir de unas tierras que cada vez se complicaban más, y no sólo por la invasión magiar sino por criaturas peligrosas. Schaar y Dubieta también lo eran, pero de una forma diferente.

- ¡Al fin! –exclamó tiempo después, cuando por fin pudieron aflojar la marcha y parar a descansar. Los caballos no podían mantener un ritmo así por demasiado tiempo- Por un momento pensé que no íbamos a lograrlo. Ha sido…

El rostro de la joven Condesa era una mezcla de agitación por la frenética huída y excitación por la sensaciones vividas. Pero, además, sus ojos mostraban algo nuevo, algo esperanzador: la visión de un futuro mejor.

.

- En principio, y a falta de un posible post final-epílogo de Schaar Dvy, ya habéis terminado.

- Todo se acaba, antes o después ;)

Schaar nunca había dudado de su victoria, su ego de Caballero se lo impedía. Aquellos aldeanos no durarían mucho bajo el filo de su espada..., pero no hubo lugar a probarlo.

Siempre había sido un apoyo para Andru al trazar las estrategias antes de un combate, ya que no le costaba mucho el sopesar el nivel de los contendientes; y, en aquel momento, no había lugar a dudas. Con dos mujeres en el grupo, se vería expuesto en demasía y podría provocar decisiones apresuradas, así que, contraviniendo a su voluntad, jaleo a los caballos para huir de la confrontación directa - el mejor ataque, una buena defensa - repitió en un susurro aquellas palabras que había oído una vez de labios de - vaya cobarde - tildó. Cobarde, pero vivo.

Vivo para rehacer su fama en un nuevo sitio. Desde hacía unos años, muchos cambios de hogar. Krondstadt, Covasna, Ploiesti y, ahora, Grecia, ¿conseguiría establecerse en alguno?, y, más importante aún en ese momento, ¿lo haría junto a Dubieta?

Había sentido deseos por la joven Condesa desde el momento en el que la vió, pero ese deseo había ido evolucionando y, ahora, parecía como si ella fuera parte de su vida. Vida que, mientras mantuviera, quedaría lejos de las garras de Radu, o el demonio que lo albergaba.

- ...emocionante - concluyó las palabras de Dubieta - Como la vida que nos espera - sonrió intentando hacer una declaración de intenciones a su amada. Ahora debería crearse una sensación de poder a su alrededor para no sufrir ataques de aquellos a los que, con total seguridad, vendrían atraídos por sus compañeras. No le permitirían pasar desapercibido, eso seguro, así que debía trabajar duro si no quería que le separan de Dubieta.

Pero ésa, sería otra historia...

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y DOS.

PRINCIPIOS DEL VERANO.

CAE LA NOCHE EN EL CAMINO.

- Para cuando cae la noche, la comitiva liderada por los Dravescu ha logrado alejarse casi diez kilómetros de la ciudad. Toda una proeza para los carromatos de los refugiados.

- Es hora de establecer un campamento, pues con esta oscuridad sería complicado incluso seguir el camino. Además, todos están agotados y hambrientos, y una hoguera de campamento haría mucho por levantar la moral.