Partida Rol por web

Me senté en la mesa, ya que a mi compañera no le importó, y cuando me disponía a comenzar a comer, ella me hizo una pregunta. Me ha gustado, es diferente a lo que estaba acostumbrado y bastante duro, la verdad es que estoy cansado. Pero tengo ganas de más, en cuanto termine de comer volveré a entrenarme.

Me gusto que Savera quisiera entablar una conversación, me sentía un poco sólo, aunque siempre me había sentido así.

Cuando terminé el entrenamiento me encaminé al comedor. Suponía que allí ya habría gente pues he tardado más de lo que esperaba. Entré silenciosa y comprobé que no me equivocaba, allí ya había bastante gente. No sabía si realmente quería entablar conversación con alguno de los allí presentes. Soy una persona que coge enseguida cariño a las personas e imaginarme matando a alguno de aquellos o, ellos matándome a mi, me pone los pelos de punta.

Echo un vistazo a toda la sala y me decido por saludar tímidamente. Tampoco puedo estar en plan autista constantemente.

-Hola-digo con una clara carraspera aclarándome la garganta-. Liberty Flyer-me presento.

Luego lentamente me encaminó a la mesa y cojo algunas cosas de comer. Me ocurre lo mismo que siempre, no sé cuánta hambre tengo hasta que comienzo a comer. Sigo comiendo mientras echo un vistazo a todos los presentes. Soy una de las más pequeñas y eso me asusta.

-A ti te lo voy a decir.-respondo secamente al del distrito 3, después sonrío lentamente y me río a carcajadas al ver la cara de contrariado que se le queda.-Que esté dispuesto a tener conversación no quiere decir que te vaya a decir lo que se hacer,...-"¡Qué simple y predecible!" pienso en mi fuero interno.-...eso lo dejo para la segunda cita como mínimo.-continuo burlón.- Además sigo sin saber ni tu nombre, y lo mismo puedo decir del resto de la mesa.

Todos los presentes sacarían provecho de lo que escuchasen, si se hablaba de eso. Compartir la mesa con un profesional podía ser positivo, o no, en función de la opinión que guardasen para él el resto de los profesionales y si pensaba trabajar solo o acompañado.

-Supongo que podría estar más dispuesto a compartir mis conocimientos si supiera si eres un lobo solitario como ese de ahí.-digo señalando al Tributo del distrito doce.- o eres de ir en manada.

- Oh, vamos Sam ¿que querías que hiciera? Ya sabes como soy – pienso al sentir sus ojos clavados en los míos, levanto mis hombros a modo de respuesta a su mirada.

Aún así creo que es justo que sea claro con la tributo del distrito 5 - No es nada personal, Caryl, seré directo ya que prefiero dejar las cosas claras desde el principio – comienzo a decir mientras noto la boca seca. Las palabras las tengo en mi mente pero cuesta pronunciarlas en alto- No tengo ningún problema en que te sientes aquí y comas con nosotros, ante todo somos personas, pero espero que entiendas que no podemos ser amigos, y más cuando en unos días vamos a estar peleándonos por sobrevivir y ganar los juegos del hambre – termino diciendo dando un trago al vaso de agua.
 

Le guiño un ojo al tal Jerome. Me cae bien, pese a esa marcada egolatria.

-Uy picaron, ¿Tres palabras y ya piensas en una cita?- Rio al ver que muerde el anzuelo-. Me llamo Mark, Mark Dubrinsky.- Digo tras devorar un muslo entero de ave de corral. Mucho mas satisfecho me centro en el chico mirandole detenidamente. Era un chico joven, pero se le veia avispado. Eso podia ser o algo genial, o mortifero y no se que me convenia ahora mismo.- Sinceramente aun no lo tengo claro, Jerome, depende en gran medida del resto de personas de esta sala.

Parece que entre todos ellos ya han empezado a hablar bastante, entre conversaciones, discursos y puyas están pasando el rato. Yo simplemente miro mi plato y como en silencio. No quiero entrar en esa especie guerrilla que llevan a cabo, no antes de que empiecen los juegos. Ya demostraremos cada uno lo que somos capaces de hacer en la arena.

Pincho algo rojo y redondo de mi plato y lo mastico tranquilamente mientras los escucho. Parecen intentar medirse entre ellos antes de entrar a los juegos a pesar de que uno de ellos ha dicho abiertamente que ya tendrán tiempo cuando estén en la arena. No discuten, pero si juegan a ver quien es el más ingenioso.

Dejo escapar una sonrisa y me mantengo atenta a mi plato.

-Es que los chicos rubios...- dejo en el aire mientras levanto un hombro y me tapo la boca con la mano opuesta. Era divertido, claro que iba a intentar ganar, pero por si acaso era mejor que los buenos recuerdos superasen a los malos. Este chico me caía bien, igual que Keara, solo esperaba no tener que enfrentarme a ninguno de ellos.- Supongo que ninguno de nosotros lo sabrá hasta que termine la Cornucopia.-noto un escalofrío que recorre mi espalda. La Cornucopia era un baño de sangre inicial, la verdadera inauguración de los juegos del Hambre.

Esas palabras me dolieron bastante, aunque tuve que aguantarlas y no montar un numerito. - Yo estoy contigo Sean, pero dudo mucho que podamos sobrevivir solos, si tienes a Sam, pero nunca está de más tener "amigos", hasta cierto punto claro está. Pero en fin, cada uno tiene su opinión, claro... - Dije tomando un sorbo de agua.

Escucho divertido como el llamado Jerome se refiere a mi como "Lobo Solitario".

- Mejor sólo que mal acompañado. - pienso mientras esbozo una medio sonrisa.

El único que parece pensar como yo es el chico del 7, ese tal Sean. La única diferencia entre él y yo es que él está apegado a su hermana y yo no.

- Ya tiene un punto débil.

Había estado tan absorta en el entrenamiento que ni me percaté del hambre que tenía. No estaba del todo disgustada con el tiempo invertido, aunque esperaba que la tarde fuese un poco más provechosa.

Entro l comedor dándole vueltas a todo lo que había estado observando a lo largo de la mañana (estar en uno de los puestos más demandados tiene sus ventajas) y me costó un tiempo percatarme de la cantidad de gente que ya hay en la sala. A pesar de eso, no necesito ni un segundo para distinguir a Jerome de todos ellos. Al hacerlo sonrío de manera inconsciente - Nadie diría que está a las puertas de la muerte - pienso divertida.

Necesito un par de segundos para alcanzar la mesa en la que se encuentra y me sitúo detrás de él. En el camino no dejo de analizar ni un momento a aquellos que le acompañan, especialmente al tributo profesional. - Tú no pierdes el tiempo, ¿eh? - le digo a Jerome inclinando mi cuerpo hacia él para observarle de cerca. Acto seguido me siento a su lado, picando un poco de comida de su plato. Con la tontería, todavía no he ido a por la mia. - Soy Keara Blaine - concluyo. - Una pena que no pueda decir 'un placer'

Siento el calor del cuerpo de Keara en mi espalda, su aliento en mi cuello hace que se me encrespe el vello mientras un sensación de placer invade súbitamente mi cuerpo. No pude evitar sonreir mientras bromeaba al sentarse con nosotros.

- Buena comida caliente y bellezas exóticas a mi alrededor,...- Digo mientras palmeo en el muslo a Keara y a Mark.-... ¿Qué más puedo pedir al Capitolio? Ya puedo morir a gusto, con que no sea doloroso, me conformo. Coje, coje.- le ofrezco a Keara mi plato.- Me he servido como para cinco. Por suerte solo como cómo tres.

Cuando Jonas entra en el comedor observa a los otros tributos ya sentados en las mesas en pequeños grupos. Ve a Faile con el chico del 11, el del 3, los dos del 7 la chica del 9, y el chico del 2. Ver a su compañera con este último le hace hervir la sangre, pero se contiene.

Toma una bandeja y se sirve ensalada de remolachas y varias salsas. Mientras toma un pedazo de pan y se lo mete en la boca antes de retirarse del lugar donde está todo servido.

Al pasar por el grupo donde está Faile, tropieza y derrama el contenido de su bandeja sobre el muchacho del distrito 2. 

- Lo siento -le dice serio, con una actitud de desafío en la mirada que habla a las claras que las disculpas son fingidas.

Acto seguido, se aleja a buscar algo mas para comer.

La confianza que se toma Jerome tocándome la pierna no acaba de gustarme. Pero antes de poder decir cualquier cosa el 'accidente' del chico del distrito 10 se convierte en el centro de todas las miradas. Me mantengo al margen sin quitar ojo a ninguno de los presentes. - Empezamos bien - me digo.

Al ver que el recién llegado vuelve hacia la zona de la comida aprovecho para seguirle y cogerme algo de comer, sin dejar de darle vueltas a su comportamiento. - La gente no se anda con tonterías, está claro

Me sitúo a su lado y cojo con agilidad un poco de carne y verduras. - Si señor, muy sutil - comento antes de alejarme hacia otra de las zonas de comida. No sé lo que pretende con su actitud, pero ha sido todo menos inteligente.

La acción de aquel joven que acababa de llegar no puede ser ignorada. Lo malo de ello es que generaría tensiones tempranas. Ya habría tiempo de hacernos daño... ¿Para qué arruinar lo poco que nos queda? Incluso el joven grande del distrito 12 le parecía más inteligente y audaz.

Ella no se sentía amenazada por Leroy pues era menor que ella pero no debía establecer una relación cordial con él tampoco. Ahora, lo que sucedía con el profesional y aquel joven nuevo, parecía una lucha de distritos más que otra cosa. Eso era común pero eso no haría más que entretener al capitolio.

Savera permanece en silencio y en calma. Tal vez las mujeres eran más astutas que los hombres para pasar desapercibidas. ¿Será que en eso mi madre tenía razón?

-Jajajajajajajaja.- No puedo evitar echar a reirme a mandíbula batiente.- Parece que alguien tiene una lista de objetivos muy clara. 

Sonrío satisfecho, si se pegaban entre ellos antes de empezar mejor que mejor, más tiempo tendría para moverme a mi aire. Este chico del distrito 10, por lo que decía su vestimenta, no se andaba con tonterías, o moriría de los primeros o su fuerza nos arrollaría a todos. Ese ímpetu de desafío siempre estaba bien visto en el Capitolio, siempre que alguien le terminase parando los pies. El favorito del Capitolio debía ganar, esa era la forma de que estuviesen contentos y tranquilos en su torre de marfil, lo difícil, era convertirse en el favorito. Hasta que no terminase la Cornucopia no empezaría el verdadero concurso de popularidad.

Entro en el comedor, hay muchos comiendo y hablando. Miro hacia todos los lados y me decido por coger algo de comer, unas frutas que no había visto en mi vida, así que me lleno el plato.

Cogiendo el plato con ambas manos, paseo por el comedor hasta sentarme junto a una chica del distrito 9 que parece tener mi edad. Pruebo la fruta y no me gusta nada pero disimulo porque tengo el plato lleno y hago un esfuerzo por comerla mientras saludo a mi compañera de mesa.

-Hola- le saludo tímidamente- me llamo Sasha. ¿Que grandes son todos no?

- Lo siento -susurra Jonas a la chica del 11 casi sin abrir la boca mientras toma otro pan-, un tributo profesional mató a mi hermanita en otra cosecha, cuando lo vi no me detuve a pensar, mi rencilla personal es sólo contra ellos.

Su explicación me corta la respiración durante un segundo. El nudo que se me forma en el estómago apreta tanto que siento que voy a vomitar. La sensación me obliga a dejar en su sitio el bollo que estaba a punto de coger. - Lo siento, he sido un poco injusta - le contesto. Pensar en lo que le podía haber pasado a mi hermana si hubiese acudido a La Cosecha me encendía la sangre. - En tu lugar no sé si solo me hubiese contentado tan solo con tirarle la comida encima - pienso.