Partida Rol por web

Al escuchar el estruendo dibujó con su cuerpo un semicirculo cuando se volvió con rapidez a la vez que se agachaba. Gruñó por lo bajo sintiendose cada vez más acorralada. Se mantuvo en aquella posición intentando pensar.

- Yo estoy bien. No es la primera herida que sufro sin recursos - hundió sus dedos en la tierra mojada por el agua de la orilla y la olió para ver si entrañaba peligro

- Creo que deberiamos mimetizarnos con el medio lo máximo posible y caminar lo más sigilosas posibles. Estar cerca del rio no es buena idea pues somos más visibles. - la miró a la cara para ver que opinaba

¿Mimetizarnos? – Al principio no entendió exactamente a qué se refería, enarcando una ceja mientras miraba cómo se agachaba para coger tierra. Tardó unos segundos en relacionar ambos conceptos, abriendo levemente la boca en una pequeña “o” mientras asentía.- Dije caminar por el río para tener la fuente de agua y alimento en caso de poder pescar, pero es cierto que estamos demasiado expuestas.- Miró al horizonte, como si buscase algo en la lejanía.- Acabarán por cercanos en la parte central, eso es inevitable.- Intuía que el círculo se cerraría por el centro del mapa, al sur de su posición, pero teniendo en cuenta cómo era el Capitolio podían esperar cualquier cosa.- Pero sí, tienes razón, aunque recomendaría no alejarnos demasiado de la orilla, por si necesitamos agua. Por el mapa parece ser la única fuente.- Imitó los movimientos de Kumi, cogiendo un poco de tierra húmeda y untándosela en los brazos, quitándose después lo sobrante.- Cuando escapé del centro buscaba una zona con árboles, para poder tener mejor visión, pero sólo encontré un campo llano. Tal vez el terreno cambie más adelante.

Me quede mirando y vi sus ojos como estaban, era un guerrero y para uno como el hacer esto era una miseria. Tener que entrenarse duramente, para decidir ellos de ir hasta aqui para luego no poder pelear como se merece sino como animales.

- El enemigo de mi enemigo es mi amigo 1. Le di mi mano. - Drew.. Es momento de ganarles en su propio juego, ya que no somos animales que pueden enjaular y luego matarse a muerte. Si algun dia volvemos a una arena espero que sea diferente asi nos enfrentaremos como debe ser, ahora a sobrevivir.

Parece que pasaba algo de donde venía, lo mejor era irse.

Consigues trepar al árbol y ves cómo el tributo 10 sale del almacén y del puente por el lado oeste. Aún está lejos de ti y parece que no ha reparado en tu presencia.

Decides dar tiempo para que el tributo se aleje. Te pones cómodo mientras esperas a que cruce el puente y se pierda por el oeste.

Te saca de tu quietud un rudio enorme. Ves que el puente que tú cruzaste se derrumba, impidiendo el paso por allí.

Continúas hacia el noroeste dejando atrás a los otros tributos.

Detienes momentáneamente tu carrea ya que, de nuevo oyes ruidos, al norte. La brisa te trae el sonido de dos voces distintas.

Apenas acabáis de embadurnaros la cara cuando, desde el sur os llega un ruido de pasos. Como si alguien se estuviera abriendo paso entre la maleza.

El tributo acepta tu mano y asiente con firmeza.

Me llamo Armand. Vamos a demostrar a los del Capitolio que una Arena como esta no nos va a matar.

El oeste no es viable, todo se derrumba. El norte tampoco parece buena idea. ¿Para dónde vamos?

Como corroborando las palabras de Armand, el puente con el almacén en el que los dos habéis estado se derrumba con un fuerte estrépito.

Las avispas te rodean. Cuando te percatas ya es demasiado tarde. Comienzan a picarte y a inyectarte su potente veneno. Para tu suerte no es algo doloroso. Entras en una duermevela hasta que poco a poco tu corazón se para y dejas de respirar.

Un nuevo cañonazo resuena en la Arena.

Una vez en lo alto del árbol, Hiroshi aprovechó para mirar a su alrededor y para ver si el tributo 10 estaba a tiro de su arco o si por el contrario lo mejor sería esperar a que otro tributo se acercase al centro. Luego miró hacia arriba, pensando si podría trepar algo más alto para tener mejor ángulo de visión.

Desde la altura a la que estás no divisas aún a nadie. Sí que puedes oir pasos al nordeste pero no localizas nada. Trepar más alto resultaría muy arriesgado ya que las ramas superiores son bastantes jóvenes y endebles.

Ante el ruido de pasos preparó su arco y le hizo una seña a Gretchen para que se escondiera mientras ella se movia hacia algún lugar donde hubiera maleza para agazaparse. Intentó ralentizar su respiración y estar bien alerta.

Terminado de pasar parte del barro por sus brazos y cuello, alzando el rostro para cubrir toda la piel que pudiera pasó sus manos por parte del rostro, sobre todo por las mejillas, antes de enjuagarse las manos en el río. En el momento en el que tocó la fresca agua escuchó un ruido, girándose de inmediato hacia su compañera y poniéndose en alerta, dándose cuenta que no había sido su imaginación, ella también lo había escuchado.

Retrocedió un par de pasos del río y se agazapó al tiempo que un cañonazo sonaba por el horizonte, camuflándose en la hierba más alta o tras un árbol si hubiera, agarrando con fuerza sus armas: A la derecha la larga lanza, ahora mismo tumbada en el suelo, y a su izquierda el afilada hacha.