Partida Rol por web

Sí, puedes intentarlo, Sería a mayor dificultad pero sí.

Es al nordeste. Deste tu casilla, la siguiente al nordeste es agua, pero la siguiente es tierra ya.

Al otro lado del río y, un poco al nordeste

La clave está en al otro lado del río.

Es decir, el río esta entre vosotros.

Entró semiagachada y cautelosa en el almacén, sin creerse del todo que aquella rubia le hubiera dejado via libre de verdad. Pero tras mirar bien, parecia que así habia sido. Dudó un momento antes de coger el arco con las flechas y la mochila del kit de primeros auxilios. Si había más incidentes como el de los zorros le haria falta. Comida siempre podia conseguir y si permanecia cerca del rio podia tener el agua a mano.

Se aproximó a la puerta, la otra, y la abrió de golpe manteniendose ella a un lado de la puerta sin asomarse. Si nada sucedia, se asomaria rápido varias veces, siempre a distintas alturas, para saber si habia alguien esperando fuera.

El corazón de Hiroshi empezó a latirle con velocidad, a medida que iba avanzando podía sentir como se iba aproximando a sus enemigos. Podía escucharles cerca de él, aunque realmente no tenía ni idea de a qué distancia estaban.

Después vio un almacén no excesivamente lejos y pensó que sería una buena idea dirigirse hacia allá cuando de pronto pudo ver que una persona salía de allí. Quizá ese fuera el primer enemigo al que tendría que vencer si quería ganar en aquellos juegos. Sorprendido por lo pronto que iba a llegar su batalla, se fijó en él para contemplarlo detenidamente y ya de paso saber si iba o no armado.

Después le seguiría en silencio evitando ser así descubierto para poder pillarle por sorpresa.

Reconoces sin dificultad a la persona de la orilla opuesta. Es el tributo del Distrito 5. Lo examinas detenidamente. Puedes ver que lleva un arco y unas cuantas flechas, una mochila colgada a la espalda y, en las manos, lo que parece ser un martillo de combate. Al acabar este reconocimiento te das cuenta de que él ha reparado también en tu presencia, pero parece decidido a seguir su camino hacia el suroeste.
 

Sigo mi movimiento aunque haya visto otro tributo no quería pelear antes con personas desarmadas aunque mis ideales me podrían matar no quería esta mierda.

Ya eran horas avanzadas de la tarde y de repente el antinatural silencio de la arena es interrumpido, otra vez, por el estruendoso sonido de un derrumbamiento dirigido desde el sur de mi posición.

Me había detenido a las orillas de ese turbulento río para beber de sus aguas y saciar por completo mi sed, además de tomarme un respiro. Luego de este pequeño descanso, continuo hasta lo más al norte de la arena.

Hiroshi vio como el muchacho del distrito 5 huía de un posible combate. Sopesando las posibilidades de que le quisiera hacer una emboscada, el muchacho se arriesgó y se adentró en el edificio que había visto. Pensaba que lo más probable es que ya lo hubiera saqueado él, y que hubiera llegado tarde, pero quizá se hubiera dejado algo que le hubiera pasado desapercibido en un primer momento.

La puerta del almacén situado en medio del puente se abre. Ves que otra puerta dentro de él también se abre dando acceso al otro lado del puente.

Dentro ves que aparecen diversos tipos de armas, y mochilas con alimentos, otras con kits de primeros auxilios. Encima de una mesa hay varios mapas.

Un letrero en una pared es toda la decoración de la sala:

Coge solo una cosa de cada: un arma, una mochila y un mapa.

No tenía más opción que atravesar ese puente de piedra, así que camino sobre este y me fijo en ese extraño almacén a mitad de este antes de terminar de cruzarlo.

Kumi asoma con cautela la cabeza por la puerta del almacén. Va a Gretchen, que se ha acercado un poco, con las manos levantadas y a la vista.

¿Kumi?- dice la chica del Distrito 7- No voy a hacerte nada
 

La puerta del almacén situado en medio del puente se abre. Ves que otra puerta dentro de él también se abre dando acceso al otro lado del puente.

Dentro ves que aparecen diversos tipos de armas, y mochilas con alimentos, otras con kits de primeros auxilios. Encima de una mesa hay varios mapas.

Un letrero en una pared es toda la decoración de la sala:

Coge solo una cosa de cada: un arma, una mochila y un mapa.

Una alarma atronadora suena en el almacén que, inmediatamente es iluminado por haces de luz provenientes desde las alturas. Una voz metálica resuena por toda la arena: Cornucopia tres abierta, cornucopia tres abierta.

Una voz metálica y estridente resuena por toda la Arena a la vez que otro punto es iluminado por nuevos haces de luz que provienen desde las alturas.

Cornucopia tres abierta, cornucopia tres abierta.

- ¿Y como lo se? No te conozco de nada. - pegada contra la pared del interior y con la cabeza girada hacia la puerta abierta el corazón le latia rápido sin saber que decisión seria la correcta. - Y tu no me conoces a mi -

Al ver que estaba pegada a la pared, cubriéndose de ella, se sintió horrorizada por cómo la vería. El Capitolio los habían convertido en máquinas de matar y ahora dudaban hasta de su propia sombra cuando, en otras circunstancias y ajenas al puro instinto de supervivencia, incluso podrían haber sido buenas amigas.

- Te vi en la fiesta.- Sabía que era mutuo, ambas destacaron por una razón u otra aunque fueran los juguetes de los juegos. Se apartó un poco más para que no temiera, alejándose un par de pasos aunque manteniendo la mirada clavada en ella, notando que las piernas le temblaban.- Ninguna quiere estar aquí. Al igual que tú tengo una familia, amigos, un lugar al que volver.- Alzó la mirada buscando de nuevo esa atención que seguro les estarían dando el Capitolio, posiblemente esperando a que se mataran entre ellas. Al bajar el rostro su voz era triste y sincero, hablándole en susurros esperando que sólo ella pudiera escucharla.- No soy una asesina, ni les pertenezco.

Sabía que no formar parte de los juegos le ocasionaría una muerte prematura, pero desde que su nombre salió en la cosecha ya se estaba concienciando que no perdería la humanidad que le quedaba ni mancharía sus manos de sangre inocente.

Tragó saliva al notar la garganta seca a pesar de haber bebido agua hace apenas unos minutos, dejando que el murmullo del río rompiera el silencio.

- Entiendo que no confíes en mí. En tu lugar haría lo mismo.- Miró hacia atrás, donde el mapa le había señalado que perdía terreno, antes de seguir hablando.- En ese almacén encontré armas y una mochila, yo tengo el kit médico. Sólo se puede coger una por tributo, creo.- Se ladeó un poco para que viera su mochila colgada en la espalda.- Si quieres avanzar no tomes el camino norte, el terreno está desapareciendo. Hay que cruzar el río por el sur. Eso es todo lo que sé.- Sonrió con tristeza mientras escondía un mechón de cabello tras la oreja.- Puedo tomar la dirección contraria que tú escojas si quieres ir sola, pero necesito cruzar el puente.

No sabía qué haría Kumi al final y en gran medida le aterraba que en realidad fuera a atacarla, pero era uno de los defectos de Gretchen, la inocencia y exceso de confianza que a veces podía dar a ciertas personas aunque éstas quisieran en realidad matarlas.

"Lotería" Pienso para mis adentros al ver semejante botín. Rápidamente cojo uno de los mapas que, ahora que la arena había sufrido grandes cambios, tendría que adaptar. Seguido voy a por una de las mochilas con suministros y traspaso el kit de primeros auxilios a esta. Por ultimo estuve indeciso por que arma escoger, había entrenado para el uso de cualquier arma que pudiera encontrar en la arena y además, tenía buena condición física y una destacable soltura en el combate cuerpo a cuerpo. Al final me decanto por el arco, colocando el carcaj tras mi espalda y el arco entre mi hombro.

Enseguida salgo de ese almacén y termino de cruzar el puente de piedra. Ahora, con ojos y oídos activos, me adentro en el área que se divisaba al otro lado del río.