Partida Rol por web

En este punto, Alejandro abandona su pose indiferente al mundo y sonríe abiertamente a María. Era el mejor encuentro que podría haber tenido esa noche, y sin duda, mejora su ánimo. Siempre le ha llamado la atención y le interesa indagar sobre las ideas que predica, para ver hasta qué punto coinciden con La Verdadera Fe.

- Buenas noches, sin duda tu presencia me ha animado la velada. -Le dedica una leve sonrisa y se acerca hasta ella. Una vez a su lado, añade:

- Podría decirse así. Por ahora me necesitan en mi propia coterie. Sabrás que no es fácil hablarles de La Verdadera Religión... 

Desvía la vista hacia el cuadrado de San Cayetano y sin dejar la sonrisa, vuelve a observarla a ella. 

- Son muchas las señales, pero pocas las mentes capaces de verlas.

 - Convertir a un prepuber y dejarlo así para toda la eternidad. A quién se le ocurre...

Aquellas palabras me dolieron como una puñalada al oírlas, aunque hice un esfuerzo por no mostrar mis emociones ante un peligroso antiguo como Cucaracha.

"Tiene razón, sabe que soy una rotura de la mascarada andante y yo también lo sé. Que ponga este hecho por delante de cualquier otro argumento solo me indica cuán lejos estoy de ser realmente aceptado por esta corte."

Su siguiente frase en tono de broma y la sucesiva carcajada pero, ayudaron a sacudir aquellos pensamientos y volver al juego de ajedrez social que era el Elíseo.

—Si te preocupa tanto el asunto del poli, quizás deberías hablar con los Anarquistas. Ese despropósito ocurrió en su territorio. 

 - Seguramente lo haga.

Digo convencido mientras correspondo a su gesto y me pongo a caminar a su lado, cruzando las manos por detrás de la espalda.

—Cambiando de tema. Dime, Dieguito, ¿te gusta el arte?.

 - Si te refieres a los cuadros... - pienso en mi interacción previa con Alicia y Adrien  "espero que no me quiera dar otra lección de arte y ensayo este también." - soy más partidario de eso que dicen sobre que la belleza está en el interior.

bromeo refiriéndome al indeseable aspecto que ambos representamos, él como nosferatu y yo como prepuber; y dejando claro que los cuadros o el arte pictórico no son mi mejor fuerte.

- Pero hay muchas formas de arte, ¿no es así?

—Coincido con eso de la belleza interior.— Se vuelve hacia ti, todo él moho y espantosa sonrisa burlona. —A mi lo único que me interesa del arte es la pasta que genera —dice con una mueca torcida— compra-venta, "recuperación"... ya sabes, la parte menos aburrida del arte.

Continuáis caminando.

—He oído que eres un tío con recursos y... ciertos contactos. Quizá algún día podemos hacer negocios juntos.

Antes de que puedas contestar a eso último giráis y os adentráis en otra de las galerías principales. Allí os topáis de frente con un Vástago que nunca has visto. Lleva unas botas marca Red Wing, vaqueros, y lleva puesta una chaqueta de piel, una como las de antes, como las que llevan los soldados americanos en las películas de la Segunda Guerra Mundial. Tiene más o menos la estatura que Cucaracha, probablemente una treintena de años, el pelo desgreñado de un color entre gris y castaño, ojos azules y alerta y la piel tan blanca que también parece un poco azulada. Tiene la nariz larga, los pómulos altos y los labios delgados.

No sabes por qué, cuando te mira, te sientes inquieto. Y acaba de hacerlo.

Cucaracha te da un par de palmaditas en la espalda. —Mira. Ahí tienes a uno de tus anarkas. ¿No querías preguntarles algo?.

Se toca el ala del sombrero, como si saludara al tipo que tenéis en frente. —Vamos, hijo, no seas tímido— ríe entre torcidos y deslustrados dientes.

Tecleas un par de cosas en el buscador del navegador web del móvil y no tardas en encontrar el artículo:

HOMBRE DA BRUTAL PALIZA A DOS JÓVENES Y ATACA A OFICIAL DE POLICÍA ANTES DE HUIR.

El pasado Viernes, un hombre de mediana edad, presuntamente bajo los efectos de sustancias estupefacientes, dió una brutal paliza a dos jóvenes en un local de moda. Las víctimas se encuentran en estado grave en el hospital. Poco menos de una hora después del ataque el sujeto fue detenido por un oficial de policía. Parecía no estar oponiendo resistencia pero súbitamente, probablemente bajo el efecto de las drogas que había consumido, perdió los estribos, rompió las esposas, hizo añicos la ventanilla del coche patrulla y lanzó por los aires al policía como si fuera un maniquí de unos grandes almacenes.

Terminas de leer el artículo, del que no sacas mucho más de lo que ya habías oído comentar con anterioridad. Cuando levantas la vista ves a Sebas frente a ti. El Azote debe de haber terminado ya su labor de "portero" o, quizás, habrá delegado tan ingrata tarea en algún otro desafortunado. Intuyes que ya deben estar presentes la mayoría de Vástagos en el Elíseo, al menos los que se espera que aparezcan.

—¿Aburrido?. —pregunta cuando te ve con el teléfono. —A mi tampoco me entusiasman demasiado estas formalidades.

- Bastante. - contesto con mi habitual estilo laconico.
- ¿Te enteraste de esta mierda? - le digo enseñandole la noticia del móvil y dejando que lo coja si quiere para verlo mejor.

—He oído que eres un tío con recursos y... ciertos contactos. Quizá algún día podemos hacer negocios juntos.

- ¿Algún día? ¿y por qué no hoy mismo?

La inquietante mirada del anarquista interrumpe mi descarado intento de abordar al nosferatu con una propuesta comercial; y cuando el antiguo se da cuenta que el tipo ha captado mi atención, no duda en insistirme que me acerque a saludarlo.

Durante un segundo me planteo si hacerlo o no. La parte de mí más curiosa así lo deseaba, pero algo de aquella criatura no me transmitía buenas vibraciones.

- No vayas de misterioso conmigo Cuca. Si aceptas una comisión del 25, no tengo problema en proporcionarte o mover obras de arte hacia otros compradores. Así que si tienes una oferta de negocio que valga la pena, simplemente lánzamela. Los dos somos mayorcitos para andarnos con rodeos.

Sonrío seguro de mi mismo. Era un Ventrue, y no me asustaba el mundo de los negocios por muy turbios que fueran.

- Y si, una de mis formas de arte favorita es la de hacer negocios.

Le doy una palmada en la pierna despidiéndome y me acerco al anarquista a paso rápido.

- He visto que me observabas ¿Va todo bien?

Le comento al anarquista en tono amistoso y con una leve sonrisa en los labios.

—Un jodido problema —dice Sebas tras quitar los ojos de la pantalla. —Un grande y jodido problema— dice las palabras como si le costara masticarlas.

Luego se encoge de hombros. —Al parecer hay hasta un video de esa mierda rulando por ahí— dice— Así que imagino que a estas alturas el asunto debe estar a punto de preocupar a alguien importante. —Mete las manos en los bolsillos del pantalón y se mantiene pensativo durante un instante. —Me parece que alguien se va a tener que encargar de patear algunos culos. —sonríe.

Sabes que ese "alguien" eres tu, y el primero de esos "algunos culos" que hay que patear va a ser el de ese gilipollas que agredió al policía.

—Bueno bueno bueno. Ya hablaremos de comisiones cuando llegue el momento. —contesta— tengo algo calentito en el horno. Tendrás noticias mías cuando esté listo para "servir". —dice cerrando la conversación.

—Todo bien, tranquilo. —responde— Formáis una extraña pareja tú y tu amigo. Sólo eso. —sonríe.

Acto seguido te extiende la mano a modo de saludo. —Soy Albert, ¿tú eres?.

- Diego.

Le devuelvo la sonrisa y le estrecho la mano de forma amistosa

- Si, me dicen eso a menudo.

Y relajando un poco mis facciones para tratar de hacer sentir cómodo a mi interlocutor.

- Ha llamado bastante la atención vuestra aparición en la ciudad, si no quieres hablar de ello lo entenderé. Pero, puedo preguntar a qué debemos vuestra visita?

El apretón de manos es fuerte y firme. Transmite seguridad en si mismo.

—Supongo que yo también oiría eso a menudo si viniera más habitualmente por el centro de Madrid. —dice lacónico.

Cucaracha pasa a vuestro lado y continúa su paseo por el Prado. No tarda en desaparecer tras una esquina.

—Imagino que acierto si doy por hecho que conoces el despropósito que causó uno de nuestra especie el pasado Viernes. —tuerce el gesto. Parece que ese tema lo pone de mal humor. —Eso es algo que nos afecta a todos independientemente de... ya sabes. —ahí estaba el motivo de la visita Anarquista.

Asiento a la explicación. Estaba al corriente y había acertado con la implicación de los anarquistas en el asunto.

- Es un gesto valiente el que habéis hecho dando la cara por un... ¿compañero de secta?

lanzo la asunción de forma interrogativa, pues no tengo aún claro si el causante de la transgresión fue un anarquista o un tercero.

- Aunque no lo creas, en la Camarilla también se valora el coraje.

- Sí – reconocí – me extraña que Casas todavía no me haya llamado.

>> ¿Tú viste ese video? – le pegunto mientras intento encontrarlo con el móvil aunque imagino que alguien se habrá encargado ya de borrarlo - Estaría bien confirmar antes a qué Secta pertenece ese capullo.

Me paro. Lo miro.

- ¿No te parece raro que primero se deje arrestar para liarla luego? ¿Por qué no liarla en cuanto se acercó el policía? – le pregunto pensativo frunciendo el ceño por el esfuerzo de pensar.

—El coraje es miedo sostenido un minuto más. —las palabras del Anarquista suenan a frase hecha— Eso se oía mucho en las trincheras. La decían los oficiales para infundir valor en las tropas pero, ¿sabes qué?. Ellos eran los que estaban más cagados de miedo.

Por un momento parece perderse en viejos recuerdos. Ahora cobra algo de sentido su indumentaria y esa chaqueta que lleva puesta. Desde luego no es un chiquillo Abrazado hace dos días.

—De todas formas, estás dando por hecho demasiado rápido que ese tipo es uno de los “míos”. —forma con ambas manos unas comillas en el aire al decir la última palabra— ¿Cómo sabes que no es de los “tuyos”. —vuelve a hacer gesto.

Su cuerpo se había tensado de manera progresiva y casi imperceptible mientras hablaba. —Discúlpame— dice relajando nuevamente la postura— A fin de cuentas es normal que llegaras a esa conclusión. —se encoge de hombros— Todos aquí pensáis lo mismo.

—Debe andar con Estela en el auditorio ultimando los últimos preparativos. —dice en relación a Casas. Luego mira la hora y añade: —no debe faltar mucho. Cuanto antes empecemos antes acabaremos.

—He visto el video, claro. Pero la cara del tipo en cuestión es una puta mancha borrosa. Todo el video es una mancha borrosa. La grabación tiene una calidad de pena. Me pregunto como es posible que hoy en día aún existan cámaras de tan poca calidad.

Coges nuevamente el teléfono. Suerte que tienes uno de esos modelos con teclas. Siempre te tocó los cojones pasar el dedo por la pantalla de un smartphone último modelo y que este no reacciona. Claro, estando muerto, eso era lo normal. Un dedo frío e inerte que carece de sudoración y de esa conductividad propia de un ser vivo es algo inexistente para esas pantallitas “inteligentes”. Un puto fastidio tener que adoptar el Rubor de la Vida para manejar esos cacharros. Sobre todo cuando estás en el refugio y coges el móvil para mirar cualquier chorrada antes de que salga el sol. Todo un desperdicio...

Como era de esperar, no encuentras el video. Alguien se ha encargado ya de enmascarar el asunto, al menos por encima. De todas formas, ya se sabe que pasa con esas cosas y la red. Hoy en día es muy difícil eliminar todo el material “incómodo”. Seguramente aún estará en la red viajando por sórdidos y oscuros laberintos formados por ceros y unos, compartido en alguno de esos programas p2p estilo Torrent o Ares. Quizás con un ordenador sería más fácil dar con él.

—Si, un poco raro si que es, —suelta el Azote. —​pero vamos, esto se va a aclarar más pronto que tarde, ya lo verás.