Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 1: Nueva York, dimensión paralela.

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22/01/2014, 10:47
Timoty Pooster

Yo ya lo he pasado, la verdad es que es una tarea dura y los que no estamos familiarizados lo pasamos mal, la verdad. ¿sabiais que llevaremos maquinas tractoras en cajas, demontadas? Es increible. En fin, apurad el desayuno, qe os va a hacer falta a todos.

Tim se calla para lorder un trozo de pastel de manzana y un poco de te, los abores frutales se mezclan en su boca,, formando una mezcla bastante dulzona. Continua hablando segun mordisquea la porcion.

mmmññm,... ademas, esta muy bien que el comandante Douglas se haya unido, creo que ya estoy...mñnnnmñ .. mas contento, la verdad.

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22/01/2014, 19:15
Patrick O´Malley

O´Malley tras repasar el contenido de su lista mientras esquiva los mordiscos de los perros ¿cómo cóño saben estos animales que en esas latas hay sardinas?, le hace entrega con gesto preocupado un listado a Moore de cosas que faltan.

No hay equipo topográfico, ningún teodolito, ni miras, ni ninguna carta astral, también ha echado de menos la presencia de una pequeña armería, y lo que es peor, la ausencia total de algún cajón de botellas de whiskey, ¿cómo coño van a sobrevivir a base de zumo de uvas SIN FERMENTAR? Por Dios…

Patrick rumia su descontento mientras engulle su cena.

Listado:

3 teodolitos con esfera de alcohol-eter

10 miras (en cm y pugadas)

10 fusiles, 10 escopetas, 25 cajas de munición y lubricante para frio extremo.

2 cajones de 20 botellas de whiskeyTullamore Dew.

 

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22/01/2014, 22:49
Guardián de los Arcanos

Packard emergió a última hora de la tarde de entre varias de las jaulas de madera recién reformadas.

Todavía no estaban los perros, gracias a Dios por los pequeños favores, pero era ya bastante con los científicos poco duchos en moverse por un barco, menos por un almacén de esas características, sus ayudantes, que normalmente eran gente joven y poco paciente, los marinos, que tenían sus propias tareas que hacer, poco tiempo para preguntas y menos paciencia aun.

Hubo un par de broncas y varios dedos machacados, así como un casi descalabro que hubo que atender en el botiquín, donde Green tenía harto trabajo sin accidentes.

Peabodie acabó harto de albaricoques secos. No aparecieron en toda la mañana, y según el albarán habían sido entregados. Aparecieron por fin, claro, tras echar una breve siesta de cinco minutos y aclarar sus ideas. Ciruelas, judías cocidas... todo aquello le supo a hiel (se suponían pertrechos en buen estado, pero se entiende que fue un sabor metafórico, dado el esfuerzo que había que hacer)

Poco a poco la gente tomó la costumbre de poner las cosas que había encontrado en determinados rincones que eran capaces de defender con su vida, antes de que nadie moviera las cosas. Se formaban colas ante la mesa de Moore (en la que no estaba Moore) para consignar pedidos que estaban bien o, peor, que estaban mal. El teléfono resultó ser una bendición, eso y el maravilloso listín telefónico, donde estaban todos los datos de posibles proveedores presentes y futuros consignados en entradas redundantes (según varias denominaciones).

Al final del día Tim se ha atascado con los generadores eólicos. Vive Dios que es un hombre ilustrado y que, más o menos, aprende a reconocer la maquinaria. Pero, como debe ser, en cada paso debe consultar a un técnico. Peabody, o Mike, o Huston o algún otro que sepa de estas cosas, y ellos suelen estar también ocupados, así que cada paso es casi una tortura... pero los generadores... eso si que no aparece. Desesperado, se encuentra en la mesa de Moore, pensando y repasando los albaranes por enesima vez cuando, bajo un par de mamotretos de libros de normativas de la marina estadounidense, ve asomar una notita amarilla: en dicha nota consta que los generadores han sido pedidos a la Compañía de Abastecimiento de Maquinaria Agrícula Willard y Vall de Chicago, Ilinois. Así que toca coger el teléfono. Llama. Una señorita le atiende casi por potra, ya que están a punto de cerrar. Al parecer los envíos no han sido hechos porque todavía no se ha hecho efectivo el pago, así que toca rellenar un cheque, buscar a Moore para que lo firme y mandarlo cagando leches al banco que le dice la empleada, para que lo cotejen, lo cobren y den el visto bueno al envío. Más o menos en 48 horas puede estar aquí el dichoso cargamento de generadores eólicos.

Enma se encuentra con problemas nada más empezar. Los juegos de herramientas que tiene que buscar son encontrados con relativa facilidad, y parecen raros, nuevos y brillantes pero, cuando como casi un trámite busca a algún aviador para que confirme el albarán, y encuentra a Miles, (ingeniero aeronáutico, debería valer) este pone el grito en el cielo. Se trata de herramientas pesadas para motores marítimos, y solo los artículos de menor tamaño resultarían de alguna utilidad a la hora de reparar un aeroplano, mientras que buena parte de las tenazas y llaves inglesas que necesitan los Boeing no están presentes. Enma investiga un poco, junto con el exasperado Miles por qué este descalabro y ven que el pedido es ni más ni menos el que hizo Starkweather. Ahí está su firma. Hay que devolver estos juegos a su fabricante: fundiciones Bertram, de Baltimore, y comprar nuevos juegos de herramientas a la Boeing. El nuevo encarto, tras casi una hora al teléfono, parece que podrá llegar en tres días. El resto del día se lo pasa cerca de los operarios, que están usando las herramientas de carpintería que tenía que revisar. Parece que funcionan y que están todas, pero tendrá que reponer los consumibles y asegurarse de que lo dejan todo donde ella (histérica del todo) les dice que debe estar.

Por todas las cabezas pasa la tétrica voz de Moore, esa mañana diciendo: es necesario revisar todo una y otra vez, porque si lo echamos en falta cuando estemos en la Antártida, nuestras vidas estarán en serio peligro. Y parece que ya se han encontrado un par de fallos bastante serios...

Mike no tiene demasiados problemas, aunque el trabajo es pesado. Pero él está bastante acostumbrado a este ritmo. Si le hubieran encargado cosas de mecánica... pero no. Y parece que se ha hecho aposta, para que entiendan para qué sirven algunas de las herramientas en las que otros son especialistas, así que se dedica a molestar durante todo el día a cada miembro del equipo de guías polares, perreros o lo que sea que puede encontrar. Nils, el serio montañero, completamente parco y frío en el trato, resulta ser el más atento y eficiente, derrochando tiempo y esfuerzo en comprobar cada cosa que tiene que mirar, y enseñando con pocas palabras a Mike cómo tiene que empaquetarlo todo... La cuerda... oh, los pitones no están. Buscan juntos hasta que Nils le deja buscar solo, dandole una descripción de cómo es el equipo. Finalmente, llama desesperado a Darlymple's de Boston, el proveedor, para darse cuenta de que fueron enviados al hotel Amherst por error. Va al hotel en taxi y ahí interroga a cada empleado, hasta que un botones le señala las habitaciones de Starkweather, donde están empaquetados junto con todo su equipo de montaña. Y eso le lleva toda la mañana. Por la tarde se entretiene con las hachas y los trineos nansen, que no son moco de pavo.

Nadine no tiene problemas con el timón. Tampoco con la hélice: son cosas grandes y evidentes aunque le toma toda la mañana conseguir que se los muevan de sitio, hasta que ella misma con unos guantes que roba por ahí, ayuda a mover todo a un pobre marinero al que ha engatusado. Por la tarde ya tiene más problemas con el cemento rápido, que parece que aun no está ni siquiera pedido. No es problema, es un producto que se consigue en cualquier polígono industrial de américa... hasta que ya acabada la tarde (buscando la dinamita ¿¿??, que tampoco aparece) viene uno de los guardas a decirle que hay un palét a su nombre en la puerta: ¡Y ahí están los sacos! Los tipos los han dejado ahí, a más de 30 metros de donde tienen que estar. Parece que el guardia, con afan colaborativo, ha firmado el albarán de entrega, diciendo que está bien, que él entiende de cemento. Bien, pero ahí están, y hay que llevarlos... así que, cuando pasa el mismo marinero, ya cambiado, ha de engatusarlo de nuevo para que, carretilla en mano y con su propia ayuda, entren los sacos mientras el último coche del hotel le espera, lleno de gentes sudorosas e impacientes por que acaben su tarea.

Las treinta latas de sardinas de O'Maley resulta que tienen aceite de sardinas, no sardinas, y la pimienta resulta que no tiene tal, sino que son cuatro cajas de tres kilos de pimientos rojos desecados. O'Maley tiene que conseguir la complicidad del proveedor del mismo hotel Amherst para conseguir que, en un viaje extra, se le entreguen dichos productos tal y como deberían estar. Ese trámite, esperar a que lleguen mientras prueba mostaza, tabasco y mermelada (todo en buenas condiciones tal y como anuncia su pobre estómago estragado) y la traslada a su sitio, comprobando los albaranes y consignando que todo está bien con su propia firma, le lleva todo el día. Pero finalmente también llega, y hay que moverlo hasta el barco. Son muchos kilos y mucha la indigestión. Nada tiene el sabor que debiera y se va tirando cuescos disimuladamente por ahí, hasta que se le pasan los efectos, provocando chistes nada amables sobre la atmósfera que le rodea.

En resumen: todos acaban el día cansados, con ampollas, con algún dedo machacado, con sabores extraños en la boca y los nervios de punta.

Durante la noche, y ya limpios y duchados, llega la puntilla para el equipo de aviadores y mecánicos. Los aviones están junto al barco y hay que revisar la descarga y la estiba. Mike y Peabody vuelven de nuevo, a las tres de la madrugada literalmente agotados... ¿será así todo el rato? Esto parece más bien un infierno que una aventura.

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23/01/2014, 09:52
Timoty Pooster

¿Maldita sea, donde demonoios esta Moore?, necesito su firma urgente en este talon que me han entregado, o eso, o nos quedamos sin generadores. ¿por que me tiene que pasar a mi?.......Oye, chico, has visto al señor Moore?

Tim pregunta a todo el mundo y pasea por el barco buscando a su objetivo, llama al hotel, buscando desesperado a Moore, para que estampe su firma y pueda enviar urgentemente el cheque de pago.

Tras una laboriosa busqueda, cree dar con el, para tratar de agiilizar el tramite.

Esto ha de salir ya mismo a la Compañía de Abastecimiento de Maquinaria Agrícula Willard y Vall de Chicago, Ilinois. Dos malditos dias mas, a esperar, y eso si todo llega como tiene que ser y esta en optimas condiciones, no se si me he equivocado al aceptar tan alegremente este odioso trabajo... Maldita sea!

Al pasar por la sala de descanso, extenuado y cansado, se acerca a los miembros que ve de su afamado grupo. Ve a Patrick, con no demasiada buena cara y se sienta en su bancada.

Algo le hace sentir fraimente incomodo y comenta en sususrros.

Tio, creo que este barco no desagua bien, hay un problema con las aguas fecales o algo de la cocina esta fermentado, aqui apesta a metano puro, es como si alguien se estuviera cagando sin parar, ¿no hueles ese hedor, O'Maley? Que asco, macho, como sea asi el viaje me quemo las fosas nasales y me mato los nervios de la pituitaria, olian mejor los monstrous y las bestias que hemos visto en nuestras anteriores correrias, que Peste, DIOS!

Notas de juego

jojojo..

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23/01/2014, 11:46
Alexander Peabody

Tras la cena, por fin algo aseado y con ropa limpia, parece un buen momento para comentar los acontecimientos del día con mis compañeros. Trato de pensar en algún pensamiento positivo que transmitirles, pero las caras de desolación y angustia de la mayoría me hacen morderme la lengua. Enma, en particular, parece a punto de perder los nervios definitivamente; parece que Nadine afronta estas dificultades con más entereza, aunque siempre ha sido hábil al ocultar sus emociones.

¿Os habéis dado cuenta de lo caótico que está resultando todo? - me decido a preguntar por fin - Nuestras tareas están repartidas de manera enormemente desigual, y sin considerar las especialidades de cada uno; bueno, quizá de Patrick si se ha tenido en cuenta su afición a la gastronomía... - añado tratando de hacer un chiste para aliviar en algo la tensión, contando con que O'Maley lo encajará con humor - Y faltan un montón de cosas importantes, o lo que es igual de malo, nadie sabe donde están.

Al menos en la enfermería han hecho un buen trabajo con mi uña; ahora tengo un dolor sordo en vez de uno agudo, y ha pasado de incapacitante a muy molesto - trato de sonreir animoso - Mañana será solamente incómodo, espero.

Deberíamos hablar con Moore, si tenemos ocasión - continúo, cambiando de tema - Creo que debería revisar el criterio de asignación de tareas, y sustituirlo por otro más eficaz... - en ese momento, llega la noticia de que hay que estibar los aviones. Mike y yo nos miramos desolados, estamos al borde del agotamiento, y la tarea no podría ser menos apetecible.

Está bien, vayamos ya... - digo a Butterfingers, levantandome lentamente, sin ganas - y mejor que lo hagamos bien y tengamos los ojos bien abiertos, o me temo que tendremos que repetir ese maldito almacenamiento de aviones durante todo el viaje, lamentándonos de no haber hecho un buen trabajo esta noche; mañana podemos recuperar el sueño - termino, tratando de animar en lo posible a mi compañero, aunque mi voz trasmite a las claras mi incomodidad.

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23/01/2014, 17:52
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Ese día tan cansado, por la mañana, Simkins había hablado en un aparte con Moore... 

Señor Moore ¿no me comentó que nadie debería de enterarse de que venía el Sr Douglas hasta que nos lo dijera Starkweather? no es que me afecte demasiado, pero quizás no le haga mucha gracia cuando lea el periódico, y tendré que ser yo quien lidie con la situación digo alzando las cejas, un tanto a la defensiva.

Él respondió tranquilo: evidentemente, el señor Starkweather se ha sentido lo suficientemente seguro del trato como para anunciarlo a la prensa. No. Lo importante es que no se corriera el rumor antes de estar seguros de que venía y, sobre todo, de que nadie sepa dónde se va a hospedar, para que los periodistas no le importunen. No se preocupe, Starkweather habrá dejado todo bien zanjado.

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23/01/2014, 19:46
Enma Friederick

Mientras intento comer con las pocas fuerzas que me quedan, miro un tanto confusa a Alex Si te digo la verdad, no te entiendo bien. Supongo que han intentado repartir las tareas de forma equitativa, independientemente de que sepas o no para lo que valen.

Supongo que se podría convertir en una ventaja. digo encogiéndome de hombros, de esta forma sabemos lo que son algunas cosas que, quizás, nos sean útiles en un futuro, y más vale estar familiarizado con ellas ¿no creeís?

En ese momento, me meto un trozo de pescado en la boca y lo mastico rápidamente. Una vez vaciada la boca, alzo el tenedor lo que más me irrita es comprobar todas las imprecisiones que ha tenido el Stakeweather de las narices. Si ha realizado toda la planificación del viaje con la misma eficacia lo llevamos claro. Al acabar de hablar, miro a mi alrededor para comprobar que no he hablado demasiado alto

Notas de juego

¿y el equipo que ha echado en falta Patrick? XDXDXD

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23/01/2014, 22:19
(Starkweather-Moore, técnico) Lawrence Longfellow

Bu... bueno, tartamudea Longfelow, se... ñorita, está claro que si se ven aislados en una tormenta con un tractor de nieve y el conductor tiene heladas las manos, estará bi... bien que sepan, al me... menos, cómo se a... arranca.

Ante el comentario sobre el jefe, agacha la cabeza y mira a los lados, algo temeroso.

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23/01/2014, 22:22
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Starkweather no está en la cena, pero el silencio que sigue al comentario de Enma, y el comentario de Longfellow, permite meter baza a Moore, que está al otro lado de la mesa. Por su contenido, está claro que no le han llegado sus palabras sobre el jefe, aunque puede que sospeche algún comentario incómodo.

Es necesario que aprendan a moverse en el barco, y a colaborar entre si, además de, como dice Lawrence, conocer por lo menos algo de lo que les rodea. Es necesario que haya ahora algún roce, al que se pueda poner remedio, por añadidura, ya que tendremos que convivir en estrechas y peligrosas circunstancias. Les aconsejo que practiquen la paciencia.

- Tiradas (1)
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24/01/2014, 18:23
Mike Butterfingers
Sólo para el director

Según esto:

...Va al hotel en taxi y ahí interroga a cada empleado, hasta que un botones le señala las habitaciones de Starkweather, donde están empaquetados junto con todo su equipo de montaña. Y eso le lleva toda la mañana...

Aunque sea solo un rato, tengo acceso a las habitaciones de Starkweather??

Echo un vistazo a todo lo que me llame la atención, y si tengo tiempo, a lo que no me la llama también...

Notas de juego

Procuro ser simpatico con el montañero, Nils...

Y tambeién intento enterarme de como funcionan los trineos... etc...

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24/01/2014, 18:47
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Nope, donde habéis mirado en primer lugar, una vez encontrada la persona responsable, es en la habitación donde se guardan los equipajes... digamos que Starkweather no guarda todo su equipaje en su habitación, sobre todo pitones de escalada en gran número :)

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24/01/2014, 22:30
Guardián de los Arcanos

4 de septiembre, lunes...

Una vez estibados los aviones en las bodegas, como si fueran las niñas de los ojos de la expedición, y tras una noche de sueños inquietos, por culpa del calor, todo el mundo se reunió, a las 8:00 en el salón rosa del Amherst. Las agujetas estaban haciendo estragos, los expedicionarios menos acostumbrados al trabajo físico se movían de manera mecánica, quejándose a cada rato.

En el barco, Peabodie siguió luchando con frascos y latas de conservas. Tras las judías cocidas, le tocó enfrentar el desafío de la nata agria. Esta, como otras cosas, también se resistió.

A los trabajadores tanto desorden no les parecía cosa natural: ahí no había podido obrar el natural descuido de un gentilhombre como Starkweather, y lo que había tocado él, mientras Moore se ocupaba del reclutamiento, estaba marcado y sellado con su firma de la manera más formal y seria, de modo que los errores achacables a él siempre quedaban caballerescamente al descubierto, y no eran tantos. Pero de alguna manera, las cosas no estaban donde se habían anotado, y nadie se imaginaba al capitán moviendo bultos de madrugada.

El Caso de la Nata Agria se resolvió cuando Peabodie se decidió a dejar de bucear en la nevera, donde parecía más natural que estuviese dicho producto, que era perecedero. Al lado de la mantequilla enlatada y la leche en polvo (en la bodega) aparecieron entonces los cinco tarros de 24 litros.

Las jaulas se terminaron de modificar y se montaron a media mañana.

Tim logró hacerse con las estufas de keroseno, con las pizarras y con los sopletes. Dejó todo bien ordenado, incluídas las necesarias entradas en la pila de albaranes, que cada vez era más alta.

Enma se encarga de recojer y ordenar, además de sustituir los consumibles usados, cuando terminan las jaulas los carpinteros. Además es un alivio saber que los miembros del equipo de operarios está de nuevo libre para ayudar con las tareas más penosas. De repente todos los intelectuales conocen la utilidad del músculo y aprenden por las bravas la máxima (que un profesional de la carga y descarga conoce bien) "más vale maña que fuerza". Es el momento de que se encargue de los "trineos de madera" para la base. Resulta que no son trineos hechos de madera, sino que se supone que deberían ser montones de madera para construir el campamento base, que se atan en cuatro grandes paquetes a los que se añaden esquíes, improvisando un trineo que se desarma cuando se usa el material. Pero ni siquiera han sido pedidos. Por fortuna America del Norte es un pais donde la industria maderera tiene fuerza, y donde es fácil encontrar este material. El listín telefónico preparado por Moore obra de nuevo su magia, dotando a Enma Friederick de medios para pedirlo todo. Será madera robusta, adecuada para el fin al que se la destina.

Tras eso, encontrar los rollos de papel alquitranado, con su espátula, la caja de material líquido para el revelado y las cocinas Nansen y hornos Primus no resulta tan agónico.

A Mike le toca otra sesión con Nils Sorensen, que se dedica a estudiar y a comprobar con exactitud enloquecedoramente lenta y exigente los cronómetros y los medidores de velocidad. Resultan todos dispositivos muy similares a los que se usan en navegación marítima. Los cronómetros son eso: relojes fabricados para soportar mucho trote sin perder exactitud. Los medidores son un sistema de medición de corredera, que consiste en lanzar una sonda con marcas a igual distancia una de otra mientras el trineo está en marcha. Una vez lanzada la sonda, se cronometra una unidad de tiempo determinada de antemano, a más cuerda que se haya desplegado en ese tiempo, más velocidad se lleva, así, y junto a instrumentos para medir la altura del sol, la luna o las estrellas, se puede determinar la posición de un trineo en medio de la llanura helada. Las pistolas de señales, las bengalas normales. Las bengalas de calcio. Todos son útiles en la navegación por el mar de hielo. Los paneles señalizadores para los aviones no están. El fabricante, Manufacturas Crewford, de Brooklin afirma que se pagó el pedido y que éste llegó a tiempo al almacén, pero no hay indicios de él. Habrá que reemplazar esos pedidos, a riesgo de que aparezcan por ahí más tarde, sin embargo, un equipo que es tan barato no merece la pena el tiempo consumido en buscarlo, así que realiza de nuevo el pedido y se asegura de que, cuando llegue, le llamen a él para firmar el albarán, y así asegurarse de que está donde lo deje.

Nadine se dedica entonces a la dinamita... Son, se supone, varios estuches de dinamita de amonio-gelatina que no han llegado. No hay albarán de entrega, así que es de suponer que ocurre algo. Rebuscando, se da cuenta de que hay dos sobres con el membrete de la empresa de construcción Giordano's, la proveedora de dicho material, sin abrir. Los abre pues, y, al leerlos, sabe que, por culpa de una ley vigente en el estado de Nueva Jersey, que exige que todos los compradores de explosivos al por mayor dispongan de una licencia, la dinamita no ha sido enviada. Es necesario ir a Newark, Nueva Jersey, mantener un par de entrevistas con la policía del estado y adquirir una licencia por cinco dólares, lo que significa que Nadine toma un taxi y se pierde durante el resto del día. Llega ya bien entrada la tarde con la promesa de que durante la mañana siguiente vendrá un camión de transporte de mercancías peligrosas con los estuches de dinamita. Viene en una camioneta de la compañía, en la que traen, además, los detonadores. Sobre dicho material se abalanzan los ingenieros de perforación, O'Doul y Gilmore, pero solamente para llevarse una decepción. No son estos los detonadores que se necesitan, estos son detonadores eléctricos y lo que hace falta son de mecha, del nº6. El empleado de Giordano's se marcha prometiendo que mañana vendrán con la dinamita.

O'maley tiene que comprar por si mismo la salsa Worchester, ya bien asentada su relación con el encargado de pedidos de las cocinas del Amherst, ya que no está por ningún lado. Las pasas, el zumo de naranja y el de uva, así como el chocolate, felizmente, aparecen, y están donde deberían estar. Está en busca de las galletas secas cuando suena la campana, por así decir, y se le ha pasado el día, se pone el sol y tienen que irse a dormir.

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24/01/2014, 23:14
(Capítulo 1) Eric Ruyler

5 de septiembre, hotel Amherst.

Esa mañana, y ya con las agujetas algo más dominadas (todo el mundo ha aprendido que se pasan tras más o menos media hora de trabajo, así que están resignados a aguantarlas hasta llegar al barco), se encuentran saliendo todos por el vestíbulo del hotel hasta los coches que les llevarán al Gabrielle cuando se hace notorio para el que mire en esa dirección que hay un hombre hablando con Tim, el recepcionista, que no está vestido como para frecuentar este establecimiento.

Se trata de un tipo con la ropa raída y vieja al que Tim está indicando en vuestra dirección. El hombre se acerca a O'Maley.

Disculpe caballero. Dice. ¿Es usted uno de los científicos que van a viajar a la Antártida? Un hombre en la calle me dio veinticinco centavos para que le entregara esto a alguno de ustedes. El hombre entrega el sobre, se disculpa por la intromisión y se marcha.

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24/01/2014, 23:20
Guardián de los Arcanos

La nota dice así:

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25/01/2014, 19:14
Mike Butterfingers

Espera…

Mike mira desconcertado al hombre... y antes si quiera de mirar lo que les han entregado se pone a interrogarlo:

¿Quién? ¿Cómo era ese hombre? ¿Está todavía por aquí?

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25/01/2014, 20:09
(Capítulo 1) Eric Ruyler

El hombre, en este mismo instante, se está abriendo paso por entre las puertas giratorias pidiendo disculpas si molesta a alguno de los expedicionarios que están saliendo.

Perdón. Disculpe.

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26/01/2014, 12:35
Mike Butterfingers

Mike echa a andar detras del hobre e insiste en preguntar:

¿Cómo era el hombre que le ha dado eso? ¿Está todavía por aquí?

Notas de juego

Echo a andar de tras de él sin correr, pero con la clara intencion de darle alcance...

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26/01/2014, 21:20
(Capítulo 1) Eric Ruyler

Mike ni siquiera tiene que cruzar la puerta giratoria, ya que el tipo, al ver que quiere hablar con él, le espera.

No, señor, ha debido irse hace un buen rato, ya que me ha pedido que le haga el recado cuando todavía no estaban ustedes por aquí, y he estado esperando a que salieran. ¿Que cómo era? Se lo piensa. Más joven que yo... pálido, pelo rubio y corto, cara redonda, completamente afeitado y vestido de chaqueta y pantalón... normales.

O sea, que no iba especialmente elegante. No he notado nada raro en su voz o algo así. ¿He hecho algo mal, señor?

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26/01/2014, 23:00
Alexander Peabody

Un tanto sorprendido por lo precipitado de los acontecimientos, veo como Patrick extiende la mano para recibir el sobre. Le animo con un gesto a abrirlo mientras, con el rabillo del ojo, intento no perder detalle de la conversación que Tim mantiene con el extraño tipejo.

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27/01/2014, 07:50
Mike Butterfingers

No buen hombre no, usted no ha hecho nada malo… es solo que me extraña el hecho de que alguien quiera entregarnos algo, pero no quiera hacerlo en persona…

Mike se echa la mano al bolsillo buscando alguna moneda…

¿Será usted tan amable de avisarnos si vuelve a ver al sujeto?

Muchas gracias.

Mike se vuelve hacia sus compañeros y, curioso mira el objeto que le han entregado a Patrick…

Notas de juego

Supongo que 25 centavos es una fortuna... procuro ser igual de generoso, aunque desconozco como anda mi economia...