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Matagigantes I: La Batalla de Colina Marcasangrienta.

2. - ¡Trunau bajo asedio!

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29/07/2019, 21:59
Haluk Molok.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El cruzado seguía avanzando en aquella noche rodeado de humo, destrucción y caos provocados por los pieles verdes. Salió de la muralla de Trunau y avanzó a paso ligero, tan rápido como podía con aquellas piernas cortas. En la lejanía pudo escuchar la voz del ciego que le apremiaba a que corriera más rápido, ofreciéndole la justicia de Iomedae y la venganza de Asmodeus.

El hobgoblin farfulló algunas palabras en idioma goblin dejando escapar algún que otro gruñido, no necesitaba la justicia de ninguna otra deidad con Asmodeus ya tenía todo lo que necesitaba para aniquilar a todos aquellos seres, aunque no le importaba tener como ayuda al ciego guerrero, era una alianza fructífera.

Sin perder más tiempo pudo ver en la lejanía unos enemigos, una serie de tres orcos y allí que el cruzado fue con todas las ganas que tenía para golpear a uno de ellos. El mazazo golpeó al viento y eso hizo que la rabia se incrementara en el cruzado.

- ¡Voy Win! ¡Voy! ¡Malditos pieles verdes! ¡No pararé hasta reventaros la cabeza con mi maza!

Sujetó con firmeza la maza mientras miró a su enemigo con gran rabia, pudo ver como el orco golpeaba a la gnoma.

- “¡Terminaré contigo!” -

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29/07/2019, 22:06
Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

¿Cuánto tiempo había transcurrido desde que abandonaron el barrio interior? ¿Media hora? A Rabus Clarenston, un posadero aficionado a las destilaciones de bebedizos caseros y a su consumo lúdico, ahora armado con una ballesta de excesivo peso y aspecto sólido, se le antojaba que solo habían pasado unos raudos segundos. El tiempo y la memoria se había deslizado como una piedra plana lanzada con fuerza sobre la superficie de un lago: saltando sobre las aguas —una, dos, tres veces...— sin dejar más huella que unas ligeras ondas separadas entre sí por espacios vacíos.

Recordaba haberse descolgado por el farallón del que se despeñaba el Arroyo de la Esperanza, temiendo resbalar a cada paso en las musgosas y húmedas rocas. La explosión de la almenara de Bajo Trunau se venía a su mente como un instante de estruendoso calor, y poco más. Otra imagen que sí podía rescatar de ese incierto lapso de tiempo era la alegría que había sentido al ver aparecer al joven Cole, todavía vivo aunque hecho unos zorros. ¿Y el resto? El resto era una niebla confusa de gritos, carreras, gemidos y muerte. 

Mientras seguía trotando, acercándose ya a la oscura mole de las Piedras del Trueque, Rabus logró abstraerse del entusiasmo homicida que le rodeaba y su paso fue sosegándose hasta que se detuvo. Algunas de sus nuevos compañeros, meras sombras en esa penumbra reinante, le adelantaron entre resuellos y gruñidos de esfuerzo. ¿Se puede saber qué demonios haces, viejo idiota?, se preguntó asustado. ¡Van a matarte! Su respiración se aceleró y empezó a hiperventilar. Su vista periférica se pobló de luces parpadeantes de brillo cegador, mientras el pánico le atenazaba el corazón. Las tinieblas de la llanura, henchidas hasta el momento con el fragor de la batalla que parecía estar librándose más al este, cayeron en un mutismo frío y asolador. Lo único que podía escuchar el tabernero era el latido de su corazón; un latido irregular, rápido pero débil.

No puedo... No puedo... —murmuró hincando un rodilla en el suelo.

Otra figura pasó cerca de él, a pocos pasos pero sin verle. Era Momo, la pequeña alquimista. Con esa poca luz, parecía una niña correteando por el campo, tal vez buscando un escondrijo en el que ocultarse durante uno de su infantiles juegos. La noche se la tragó en un instante, como si jamás hubiera estado ahí. ¿Fue realmente Momo o una infausta visión del futuro? Los orcos continuaban castigando la aldea y bien podría ser ésta la noche que se tragara Trunau y a todos sus habitantes. ¿Qué sería de todas las familias que se habían cobijado en lo alto de la colina, si la batalla no se inclinaba a favor de los defensores? Desaparecerían como si jamás hubieran existido, viejo estúpido...

Rabus dio una palmada en el suelo, levantando una nube de polvo que no pudo ver, y reinició su marcha.

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29/07/2019, 22:26
Willbur Cole.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO

Era el momento de vengarse. De por sí odio a los orcos, pero estos malnacido hijos de perra me han tirado una piedra encima. Una piedra, joder. UNA PUTA PIEDRA EN LLAMAS.

Sujeto el arco y, mientras mi sangre hierve de rabia, intento tranquilizarme para poder disparar. No lo consigo con la primera flecha, pero la segunda vuela, esquivando a Tronquito, hasta arrancar un gemido del orco. Una sonrisa y dos nuevas flechas para mi arco es la única respuesta.

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29/07/2019, 23:35
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El pequeño Peludo avanza un par de metros rodeando esas enormes rocas cuando entiende que no conseguirá rodearlas completamente antes de que todos sus amigos estén muertos. Lo medita solo un momento antes de tomar una decisión:

"Es hora de tomar una decisión arriesgada."

El felino cambia de pronto y lo que eran ligeros e indetectables pasos de una figura tan agazapada que parece casi invisible, se torna de pronto en el clásico gato corriendo. Así continúa su marcha, intentando llegar al otro lado de las rocas antes de que la acción termine.

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30/07/2019, 12:37
Ertiznao.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Corría como alma que llevaba el diablo, el pequeño goblin movía sus pies a toda la velocidad que era capaz. Sus pequeñas piernas se cruzaban constantemente mientras él levantaba su enorme cabeza en un vano intento de dinamizar sus movimientos. Si sobrevivía a aquella batalla contaría una historia diferente a la real. Decir que se había pasado la mayor parte del tiempo corriendo de un lado a otro persiguiendo enemigos a los que en ocasiones no llegaba a ver, no era un relato muy heroico.

En la distancia podía ver a sus compañeros los cuales tenían por norma general unas piernas más largas que las suyas y menor propensión a quedarse adormilados en mitad de un combate, dos importantes ventajas. Sin embargo él seguía vivo y poco herido, si se obviaba el tema de la roca gigante que le había aplastado, se sentía confiado y capaz de vencer la batalla contra los sucios orcos. Emocionado por lo que él creía como una cercana victoria gritó.

¡Tranquiloch que ya llego a ayudaroch!

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30/07/2019, 15:01
Haluk Molok.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La tensión era palpable en el ambiente, pudo escuchar el ruido de sus compañeros combatiendo contra los otros orcos. El sonido de la catapulta en reposo que escasos minutos antes no paraba de lanzar pedruscos a Trunau. Aquellos desgraciados estaban sentenciando la vida del pueblo lanzando pedruscos en llamas.

- “¡Eres fuerte engendro de piel verde!” – el golpe de Haluk impactó en su enemigo y allí pudo ver que seguía acechando a la gnoma – “¡Date la vuelta! ¡O te meteré la maza por el culo y te empalaré con ella desgraciado!” – los pasos del cruzado de Asmodeus seguían al orco que no paraba de acechar y atacar a Momo.

- “¡Ten cuidado Momo!”

Las palabras iban dirigidas a la alquimista para que pudiera prevenir los golpes de su enemigo, el cruzado junto a la gnoma intentaba flanquear a su contrincante para así beneficiarse de los ataques.

Avanzando con cierta ligereza, al ser movimientos cortos, se preparó para golpear de nuevo con la maza. Necesitaba terminar con la vida de ese orco y así centrarse en el siguiente, tenía que hacerlo por los habitantes de Trunau, debía de aniquilar la raza orca.

- "¡POR TRUNAU!" – gritó con rabia y odio, intentando elevar los ánimos de sus compañeros y despertar la adrenalina interior.

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30/07/2019, 17:51
Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Rabus supuso que ya estaban a los pies de las Piedras del Truque cuando parte del firmamento quedo oculto por una negrura más profunda que la noche. Los inmensos peñascos, recubiertos por un denso manto de tinieblas, se asemejaban a grotescos gigantes negros que dormitasen en la llanura. El posadero aceleró el paso, temeroso de que uno de esos titanes despertara y decidiera aplastarlo como un insecto.

El lejano sonido de la batalla quedó casi silenciado al alcanzar la cara oculta de las Piedras del Trueque. A ese lado, los orcos habían conseguido arrastrar una pesada catapulta a salvo de las miradas de los centinelas de los muros de Trunau. Los pieles verdes no necesitaban luz en esa oscura noche y lo único que pudo distinguir Rabus fue una mole desdibujada por la penumbra que parecía la silueta de un escorpión de pasmosas dimensiones. Pero las voces que provenían de ahí eran inconfundibles. Rabus, que se jactaba de poder venderle una copa a miembros de cualquier raza usando su mismo idioma, logró a comprender la tosca jerigonza que le llegaba desde la catapulta: los artilleros orcos estaban preparando un nuevo y devastador disparo sobre territorio trunauano, jaleándose entre ellos entre gruñidos de esfuerzo.

Antes de que el tabernero atinara a avisar a sus compañeros, un alarido rasgó la noche como un cuchillo bien afilado. Dagfinnr se lanzó a la carga sin más dilación, recortando la distancia en apenas dos latidos e impactando contra uno de los orcos con el escudo por delante. De la rodela del muchacho emanaba un luz lechosa que iluminó su trayectoria hasta que éste chocó con violencia contra el sorprendido orco. La claridad que rodeaba al vikingo permitió distinguir a tres pieles verdes, que rápidamente sacaron su acero a relucir para acabar con el recién llegado.

La escaramuza no tardó en recrudecerse cuando el resto de los defensores de Trunau asaltaron la posición orca. Rabus, en cambio, no corrió hacia la pelea: con paso vivo rodeó a los combatientes intentando alcanzar el pesado artefacto que había estado martilleando la ciudad sin piedad con sus proyectiles de fuego. Serás más útil inutilizando esa máquina, viejo, se persuadía el posadero mientras el entrechocar de las armas estallaba a pocos pasos de él. Un gemido de dolor, claramente humano, le hizo volver la vista atrás. En la oscuridad, los contendientes no eran más que un confuso borrón de barzos y piernas. Era imposible distinguir amigos de enemigos, puesto que el brillante escudo de Dagfinnr quedaba escondido tras las anchas espaldas de los orcos. ¡Estoy tras ellos!, dedujo Rabus sorprendido de haber avanzado tanto. Entre temblores, alzó la ballesta hacia el desprevenido enemigo, pero la cruel lucha llevaba a sus participantes a cambiar de posición caóticamente, como en una danza de borrachos. Por miedo a herir a uno de sus aliados, el posadero disparó bajo y el virote se perdió en la negrura sin despertar ningún chillido de dolor, ni amigo ni enemigo. Rabus miró por un momento la descargada arma, atónito, antes de sacudir la cabeza en una impotente negación y continuar su marcha hacia la silenciosa catapulta.

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30/07/2019, 20:14
Dagfinnr el Vikingo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La carga del vikingo había sido ciertamente temeraria, y no había logrado arrollar al primer bombardero como había sido su plan. Así que pronto se vio luchando contra dos. Aguantó los primeros envites, devolvió golpes y vio cómo Win y Haluk llegaban para acabar la faena. Cuando a uno de los orcos se le rompió su arma, Dagfinnr se confió en que la victoria estaba al alcance de su espada. Fue un terrible error, ya que los orcos son viles y traicioneros, y letales si se les da la oportunidad. Un tajo limpio le barrió las piernas, y el guerrero de Ulfen cayó...

Sintió cómo todo se volvía oscuro, y estuvo a punto de perder el conocimiento.

Aún no... No te caigas niñato debilucho. No vas a morir contra dos miserables orcos. No te has ganado el derecho de cruzar las Puertas.

-Por... Trunau...

Las palabras eran apenas un susurro, pero seguía en pie un poco más, aún cuando debería haber caído ya.

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30/07/2019, 23:03
Dragos Florescu.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Desde hacía algunos segundos, Dragos apenas había sido consciente de sí mismo. Casi como si otro ente le controlara, avanzaba con la simple intención de terminar esto cuanto antes, aún a costa de proseguir sin cuidado alguno por su seguridad o la de aquellos que le rodeaban. Simplemente quería acabar con todo ello y dormir, para recuperarse de la herida. Así fue como, sin saber muy bien como, se vio envuelto en un nuevo combate. 

Y cuando se quiso dar cuenta, casi habían acabado. Al menos sus compañeros, porque él no había hecho nada más que moverse y buscar un fin rápido a todo aquello...

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31/07/2019, 15:33
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

"Apúrate, apúrate, Peludo. Ya se están dando con sus armas."

El felino se lamenta lo pequeño que es y lo cortas que son sus patas, que no le permiten avanzar más rápido a pesar de la gran velocidad a la que sus extremidades son capaces de moverse. El cuerpo de los gatos es una máquina asesina sumamente eficiente... en miniatura.

"¿Por qué mierda no nací tigre?"

Pero no es el momento para que el gato se haga preguntas existenciales, por lo que continúa moviéndose lo más rápido que su pequeña anatomía le permite, para ver si alcanza a aportar algo antes de que se haya acabado la lucha.

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01/08/2019, 01:04
Willbur Cole.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Ver que algunos orcos siguen manejando la catapulta, pese al evidente fracaso de su asalto, hace pensar en unos locos ansiosos de morir. Y yo les cumpliría sus ganas.

Las flechas vuelan, pero no van tan rectas. El arco canta, pero son acordes desafinados. Mi estado general me afecta más de lo que quiero reconocer.

Tomo aire y me muevo, buscando un mejor tiro.

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01/08/2019, 10:46
Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Rabus avanzaba entre las densas tinieblas acercándose a la silente figura de la catapulta. La pelea se desarrollaba a su espalda y no tenía visos de durar mucho más: los defensores de Trunau se habían arrojado sobre los escasos orcos como una jauría de lobos sobre un cordero enfermo y aislado. El húmedo chasquido del acero traspasando la carne sonaba grotesco a los oídos del tabernero. Esos desagradables crujidos se asemejaban mucho a los que llegaban de la cocina del Campo de Muerte cuando Dorsie macheteaba las costillas de cerdo con su enorme cuchillo carnicero, pero éstos reverberaban de un modo mucho más ominoso...

Rabus asió la descargada ballesta con la mano izquierda, mientras con la diestra buscaba en su cinto la daga que siempre portaba envainada. No recordaba haberla usado nunca para nada más amenazador que mondar alguna fruta o tallar alguna astilla de madera durante las aburridas noches invernales. Ahora se disponía a emplearla para inutilizar un artefacto de guerra que había causado seguramente más de una muerte entre sus vecinos. ¿Por dónde empezar? La solida estructura del arma de asedio orca era apenas visible entre la oscuridad reinante: una maraña de cuerdas, engranajes y vigas de madera toscamente labradas. Cuando el tabernero acercaba ya el filo de la cuchilla a una cuerda escogida al azar, un ardiente dolor le atravesó la espalda desde el hombro derecho hasta la cadera opuesta.

Uno de los orcos, recubierto de sangre propia y ajena, se había escabullido de la lucha y había corrido en pos del desprevenido posadero. Rabus cayó de frente contra la catapulta, impelido por la fuerza del tajo. Rápidamente se dio la vuelta, hiriéndose la ya maltratada espalda con las astillas de uno de los deformes travesaños de la máquina de guerra. El piel verde volvía a levantar su alfanjón para terminar el trabajo y no había salida alguna. Estaba acorralado. Sacando fuerzas de flaqueza, tal vez por una inspiración heroica o, lo más posible, por un impulso suicida nacido del pánico que le embargaba, el posadero se tiró a fondo con su daga por debajo de los brazos alzados de su agresor.

En la negrura reinante, posiblemente nadie se percató de que atacaba con los ojos cerrados...

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01/08/2019, 12:08
Win.

PUEBLO DE TRUNAU: PIEDRAS DEL TRUEQUE

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La carga tuvo su efecto y por enésima vez su negra mandoble volvió a teñirse con negra sangre. Tan pronto golpeó al enemigo y advirtió que aguantaba bastante bien el ataque, supo que estos oponentes eran bastante más duros que los enfrentados en el interior de Trunau. Y más taimados. Empleando grandes alfanjes de combate, trataban de defender la catapulta que pretendían emplear contra la ciudad, pero a la vez parecían fijar su atención en los más débiles, ignorando a los más fuertes. Como si supieran que contra estos últimos no tendrían muchas posibilidades y tratando de llevarse por delante a los defensores más vulnerables o amenazantes de su artilugio.

Dagfinnr cayó bajo serios tajazos de sus filos, aprovechando que se había adelantado y pudiendo atacarle entre dos antes de que los compañeros del ulfen acudieran en su ayuda. A pesar de la llegada de Win, de Haluk y de las flechas del recién aparecido Willbur, loada sea Iomedae, los orcos se centraron en el viejo Rabus o la pequeña Momo. Amenazaban su catapulta y aparentaban ser más frágiles que el resto. Como así era.

Su mandoble volvió a probar la sangre orca de un oponente y un buen golpe de Haluk terminó por acabar con él. Las flechas de Will y los demás finalmente abatieron a un segundo. El ciego no lo dudo y rajó al tercero que parecía sacar fuerzas para aguantar e intentar matar al viejo Rabus. Win no lo permitiría.

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02/08/2019, 18:57
Dragos Florescu.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Y finalmente logró hacer algo medianamente útil. De repente, la expresión del orco que quedaba en pie cambió. De la furia asesina pasó al alelamiento extremo, como si una cachiporra le hubiera impactado en la nuca y dejado fuera de sentido. No debía saber donde estaba ni qué hacía, y eso era justo lo que Dragos pretendía. Quizás así sus compañeros pudieran terminar con su vida de una vez, y con algo más de suerte, acabar con esta pesadilla. 

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02/08/2019, 19:17
Piero Augustus.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Había que eliminar esa catapulta. Esa era la única cuestión y, en virtud de la misma, disparó una saeta que, junto a la posterior flecha de Wilbur, eliminó a uno de los orcos. Otro cayó igualmente por la acción combinada de Win y de Haluk. Solo restaba uno y la batalla (salvo que pudieran localizar la otra catapulta y eliminarla, o salvo que un contingente orco les atacara) habría terminado por ahora. El granjero se cercionó que Dagfinnr, de alguna manera, habría logrado recuperarse tras el terrible ataque de hacía unos instantes.

De hecho, ahora que lo observaba, se daba cuenta que todos estaban vivos. Incluso Rabus (¿qué demonios hacía el tabernero metido en ese berengenal?... aunque hubiera podido decirse lo mismo de él). O Momo. Aunque sin duda ellos eran los más afectados.

El granjero sabía que debían eliminar pronto al último orco, antes que pudiera eliminar a alguno de los heridos compañeros, pero en ese momento observó como el orco se quedaba paralizado, sin duda por el conjuro que había visto realizar a Dragos

- Acabemos con esto- dijo antes de lanzarse a por el último orco que quedaba, siempre que no lo derribaran antes sus compañeros.

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02/08/2019, 20:06
Haluk Molok.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El potente golpe del cruzado de Asmodeus impactó en el orco terminando así con su miserable existencia, aunque fue gracias a la actuación del seguidor de Iomedae que destrozaba a golpe de mandobles.

- ¡Muere maldito orco! ¡Sucio hereje! – dedicó unos segundos en chafar la cabeza del orco y desincrustar la maza del cuerpo de este – “¡Ja! ¡Uno menos! ¡Buen trabajo Win!” – allí se podía apreciar el rostro del hobgoblin disfrutando de aquella matanza, disfrutaba purgando a los caóticos seres de la faz del mundo.

 - “¡Momo! ¡¿Estás bien?!” – le preguntó a la alquimista – “¡Terminaremos con ellos y salvaremos Trunau! ¡Ya lo verás!”

Los vivos ojos del hobgoblin se movieron para buscar a otro contrincante, necesitaba saciar esa ansia de sangre hereje.

- “¡A por los herejes! ¡Por Asmodeus! ¡Por Trunau!” – gritó allí para avivar la llama de la adrenalina e inspirar a sus compañeros a seguir luchando – “¡Independientemente de vuestra fe, terminad con esas sucias bestias orcas! ¡Matadlos a todos! ¡Bañaros con su sangre!” – golpeó repetidamente la maza con el escudo y allí que empezó a avanzar a trote ligero.

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03/08/2019, 08:58
Dagfinnr el Vikingo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Todo le daba vueltas a Dagfinnr, y le costaba fijar la vista. Estaba herido de nuevo, pero esta vez casi al borde de la muerte. Notó la boca seca, y se tambaleaba unos pasos hacia delante. La catapulta había sido silenciada, o eso parecía.

¿Había terminado el combate?

Cerró los ojos y trató de no desmayarse. Luego los volvió a abrir. Buscó a los compañeros más próximos y trató de acercarse a ellos, pero sus pies no le respondían.

-A-ayuda..., logró decir con gran esfuerzo.

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03/08/2019, 12:18
Win.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La lucha fue encarnizada y el trasgo de Asmodeus tuvo la víctima que deseaba. Sus gritos sobre matanza y derramamiento de sangre orca llegaban tarde para el ciego. Conforme destripaba al último orco, un jadeante y cansado Win se giró en el entorno buscando a otro nuevo oponente al que aniquilar, mas no lo halló.

Hincó una rodilla en el suelo y clavando la punta de su arma en tierra, aferrando la empuñadura del espadón con ambas manos y apoyando sobre ella su frente, agradeció a su señora por concederles una victoria, aunque dolorosa y exigua, contra los atacantes a la par que tomaba el aliento y aguzaba el oído, tratando de escuchar en las cercanías o lejanías griteríos orcos amenazantes o voces de auxilio trunai. En esa pose advirtió los gemidos de Dagfinnr a punto de ser ayudado por Tronquito y lo exhausto que se sentía. Y pegajoso.

El baño de sangre que acababa de proclamar Haluk se lo había dado. Literalmente. Había resultado ser una ventaja el ser ciego, aunque pareciera mentira. Así no había sido capaz de discernir los salvajes detalles cuando descuartizó, mutiló y decapitó a numerosos orcos, desmembrándolos y esparciendo sus vísceras y negra sangre por doquier de una manera que un carnicero se sentiría orgulloso de él. Nunca antes había arrebatado vidas y su bautizo de sangre no había sido tal. Había sido un baño total. Y pese a ser la odiosa raza asesina de inocentes, asesina de su mentor y culpable de su ceguera, el joven no se sentía bien. No por lo que había hecho, sino cómo lo había hecho. Pidió perdón en una jaculatoria a Iomedae si había caído en la crueldad durante la matanza, pero honestamente él no había sido consciente de ello.

Escuchó la voz de su amigo Will y la checheante de Ertiznao y suspiró aliviado, dando gracias a la Heredera y ahuyentando los pesarosos pensamientos. Con algunos ruidos líquidos y viscosos por lo empapado que estaba de sangre orca se acercó al arquero.

- Oí vuestros gritos durante el infierno de fuego y pensé que os habíamos perdido. Me alegro que lo consiguierais. Me alegro de volver... a sentiros - dijo sonriente palmeando suavemente el brazo del trunai... y ensuciando su camisa de negro sin ser consciente de ello.

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03/08/2019, 13:17
Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La desesperada estocada de Rabus, lanzada a ciegas, no encontró carne. La fuerza del impulso lo desequilibró y cayó como un saco hacia adelante. Un cuerpo maloliente y empapado en sangre amortiguó la caída. El posadero abrió los ojos al fin, temeroso, y encontró el rostro de un orco frente al suyo, mirándole fijamente. Rabus, asustado, dio un respingo y se apartó del piel verde, arrastrándose sobre sus posaderas hasta que su maltrecha espalda chocó contra la catapulta. El orco no se movía; seguía mirando hacia el firmamento con una mueca de rabia, odiando la titilante luz de las estrellas por siempre jamás.

Una sombra ominosa se cernía sobre el yaciente cadáver: Win, con el rostro crispado por el esfuerzo, respiraba entrecortadamente mientras de su espadón, que colgaba inerte a un lado de su cuerpo, goteaba la sangre del enemigo. La faz del seguidor de Iomeadae, iluminada a medias por la claridad de unas estrellas que él nunca podría volver a contemplar, era la cara de la venganza. Rabus rebulló intranquilo, inseguro ante el guerrero invidente. El tabernero había presenciado al paladín convertido en un avatar de la Heredera del Último Azlanti; un gigante que segaba las vidas de sus oponentes como la mies. ¿Sería el ciego capaz de diferenciar entre amigo y enemigo cuando la furia de la diosa inflamara su alma? La punta del mandoble parecía acariciar la suelo como una pluma besa el papel, escribiendo indescifrables mensajes de negra sangre en la arena. Pero en tan solo unos segundos, la respiración de Win fue sosegándose y a su rostro afloró la serenidad que siempre solía destilar.

Rabus intentó ponerse de pie, pero las piernas le fallaban. Sentía la espalda empapada y el frío de la noche le calaba los huesos. Un charco viscoso y oscuro empezaba a formarse bajo sus nalgas.

Necesito... Creo que... me han herido... —logró mascullar mientras la vista se le nublaba

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03/08/2019, 14:57
Dragos Florescu.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Parecía que aquello ya estaba. Sin duda, poco más que una pausa muy temporal, pero algo que podrían aprovechar... Si es que sus compañeros aún tenían algo con lo que remendarse a sí mismos, cosa que cada momento que pasaba escaseaba más. Se acercó con paso tranquilo al resto, mientras caía en lo recogido de los cuerpos... ¿Quizás entre los viales habría algo? No lo tenía nada claro, pero por echar un vistazo a las botellitas que había saqueado, realmente no perdía nada. Y quizás pudiera ayudar a alguno de sus compañeros.