Partida Rol por web

Matagigantes I: La Batalla de Colina Marcasangrienta.

2. - ¡Trunau bajo asedio!

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22/07/2019, 05:49
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU: ZONA DEL MANANTIAL DE LA ESPERANZA.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El gato cree que el comentario de Win es muy divertido, a lo que responde con gracia:

 - "Mrriauu." (Bueno, sobre tus hombros, caída incluida, me fue mejor que sobre mis patas y bajo las armas de los orcos.)

Peludo ve alrededor y escucha lo que dicen el resto de los compañeros, acerca de que una de las catapultas debe ser neutralizada para que deje de llover munición letal sobre el pueblo. Mira al ciego y le asiente, confiando a que los sentidos de Win le ayuden a entender su gesto como positivo para ir a la catapulta a poner de su parte para acabar con el asedio. Si los orcos no tienen más de sus maquinarias de guerra, sumado a las almenaras encendidas, podría hacerles retroceder e incluso abandonar este terrible ataque.

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22/07/2019, 07:46
- Trunau.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La sensación en el Bajo Trunau era desoladora. Tras encender el verdoso fuego alquímico de la última Almenara, cuatro milicianos supervivientes malheridos acudieron a defender el lugar, varios de ellos tras recuperar el conocimiento tirados entre los cadáveres de orcos y conciudadanos.

La luz permitía también ver los destrozos, los saqueos y los muertos. El Barrio estaba ahora extrañamente silencioso, el silencio tan sólo roto por el sonido lejano de lucha fuera de las murallas y en zonas del Alto Trunau.

El Capitán Kurst debía de haber cumplido su propósito, neutralizando al menos una de las tres catapultas orcas, pero la tercera seguía disparando, al ritmo de tal vez una vez por minuto. Con la guía de las ojeadoras Strix estaba causando estragos en el pueblo.

Tras recuperar el aliento como pudieron, si bien muy debilitados y todavía heridos casi todos ellos, los héroes de Trunau emprendieron el camino hacia la destruida barbacana de madera de la Puerta Norte del pueblo, completamente quemada y destrozada. Aquí y allá se veían cadáveres, muchos eran Orcos, pero muchos otros eran habitantes de Trunau.

La noche seguía siendo oscura, aunque la luz de las almenaras proporcionaba algo de esperanza. También proporcionaba luz, aunque no esperanza, el incendio desatado en el Barrio Interior.

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22/07/2019, 19:24
Acechante.
Sólo para el director

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Era refrescante. La sensación constante de estar al borde de la muerte causaba en Acechante una sensación de euforia que, estaba seguro, si decía palabra, se mostraría en toda su evidencia. Tanta muerte a su alrededor, tanta causada aunque fuera indirectamente por él en el ejercicio de su función como "jefe de salvadores" le revitalizaba hasta un punto que era imposible describir más que con metáforas poco afortunadas respecto al sexo. 

Por supuesto, no era comprable al acto de eliminar una vida personalmente. De agarrar a un otro, preferiblemente de la misma raza, y eliminarlo con frialdad y elegancia, observando como la vida se retiraba de los ojos de la víctima. 

Pero, al menos, estaba matando orcos. Y traidores. Casi mejor que las demás opciones. Por supuesto, hacia eones que había dejado de prestar atención a sus compañeros. Era cierto que le hubiera gustado dirigirlos pero era demasiada sangre. Demasiado miedo. Demasiadas emociones. Quizás la próxima vez fuera posible.

Escuchó las palabras del gran trasgo. La catapulta. Cierto. Asintió en su dirección aun cuando en las sombras no podían verle. Y avanzó dispuesto a segar la vida de unos cuantos de esos pútridos orcos.

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22/07/2019, 19:31
Piero Augustus.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Hubiera podido decir que el cuerpo le dolía como si le hubieran golpeado con esas armas media docena de veces... pero sin dudar hubiera sido un mal simil ya que, en efecto, media docena de veces había sido golpeado. Y Piero había dejado hacia mucho de ser un joven.

Hacía lo que podía, cierto, y había logrado tomarse tres vidas de aquellos terribles enemigos. Pero ni de lejos era suficiente. No era suficientemente mortal y un combate así no era para nada su capacidad. Pero aquí estaba. Matando orcos y protegiendo a su querida Trunau.

Escuchó las palabras del gran trasgo. La catapulta. Cierto. Asintió en su dirección aun cuando en las sombras no podían verle. Y avanzó dispuesto a segar la vida de unos cuantos de esos pútridos orcos.

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23/07/2019, 00:02
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU: ZONA DEL MANANTIAL DE LA ESPERANZA.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La imagen del espacio alrededor del grupo es sumamente desoladora para Peludo. Los gatos, en general, temen a los cambios y les gustan las cosas constantes y fijas en su mundo. No se necesita más que un pequeño vistazo a Trunau para entender que, ganen o pierdan, nada de ese pueblo volverá a ser igual.

La luz de las almenaras brindan la visibilidad que se necesita para apreciar todos los detalles, pero después de ver el estado en que está el pueblo, poca es la esperanza que brinda.

Peludo baja la cabeza, triste por lo que ve y sin dejar de pensar en que no sabe si con sus esfuerzos bastará para detener aquella implacable marea de destrucción.

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23/07/2019, 00:20
Tronquito.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Hacía poco más de media hora que el sol se había puesto. Y en ese breve tiempo, la realidad de Trunau había cambiado de forma irremisible. De la tranquilidad y la feliz convivencia en armonía se había pasado a un contexto de guerra, donde la destrucción y la muerte reinaban por doquier.

En su avance, Tronquito no podía dejar de vislumbrar los edificios derruidos, las casas saqueadas, los techos hundidos, los incendios que calcinaban las estructuras de madera que contaban con décadas de existencia cuando no siglos. Pero la destrucción material no era lo importante. La muerte sí lo era. Cadáveres de hombres, mujeres y niños salpicaban las calles y sus rostros eran máscaras de horror, miedo o estupefacción. Vio una madre aferrada a su hijo, ambos sumergidos en un sueño eterno. Quizá dos amantes o quizá dos desconocidos, tendiéndose la mano en un intento de no separarse, congelado su gesto para siempre. Quería gritar pero no podía. Quería llorar pero no podía. Quería cerrar los ojos pero no lo hizo.

Debía grabar todo aquello en su mente e impedir que volviera a ocurrir. No solo en Trunau, sino en todo territorio que visitara en un futuro si es que lograba sobrevivir. Y en medio del caos, los cadáveres de los orcos. Causantes de todo aquello pero en el fondo, quizá no tan distintos en su muerte a los humanos. Quiso sentir odio y rabia por ellos, pero solo sentía pena. Una pena profunda, casi telúrica, arraigada en lo más profundo de su ser y que dejaba su marca en la semilla que un día germinaría dando lugar a un nuevo ghoran que, sin embargo, ya sería viejo.

Equilibrio. Era cuanto se necesitaba. La ruptura del mismo solo generaba anarquía y caos, destrucción y mal. Y para restablecerlo, debían vencer en primera instancia. Ganar aquella batalla para quizá ganar la guerra y establecer las bases de una convivencia. Sería difícil por no decir imposible conseguirlo, porque la falta de equilibrio también generaba odio y el odio impedía que las heridas cicatrizasen.

Fijó su mirada en la catapulta orca que, desde la lejanía, seguía vomitando fuego, rocas y muerte. Debían eliminarla. Intuía que no sería fácil. Aún estaban heridos. Y ello podía determinar la diferencia. Debía recoger la varita de manos de Win y tratar de seguir impartiendo curaciones. Quizá entonces tuvieran una oportunidad.

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23/07/2019, 12:35
Tronquito.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Súbitamente, Tronquito se detuvo y se giró hacia el este. Un gran estruendo, como el de un trueno solitario en una tormenta de verano, se extendió por todas partes, arrastrado por el viento. Frunció el ceño y aguzó la vista en aquella dirección, allí donde sabía que la batalla proseguía cruel y sangrienta.

No le costó deducir que el ataque orco había fracasado y que la mayoría de los incursores habían muerto. Sus cuerpos salpicaban las calles de Trunau y los exteriores de la ciudad, pero la batalla no había terminado. Muchos habitantes habían caído y los que aún se mantenían en pie, muchos de ellos heridos y debilitados, necesitaban el tañido de una campana de esperanza, una bocanada de aire fresco que les mantuviera donde estaban y no huyeran. Debían destruir las últimas catapultas. Y así y solo así, Trunau se alzaría con la victoria.

-En el este algo ha ocurrido. En perjuicio de los orcos. Diría que están en las últimas pero hasta que no acabemos con esas catapultas, la victoria no será de Trunau. Necesitan que apaguemos esas máquinas de guerra -dijo en un tono ardoroso-. Necesitan esperanza.

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24/07/2019, 01:54
Willbur Cole.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Finalmente la alocada carrera me lleva a ver gente. Algunos milicianos, tan o más heridos que yo mismo, guardan la almenara. Pero mientras esa cosa siga disparando, seguiremos en peligro. Además, que tenemos cuentas pendientes.

Un grito y un gesto agrio convence a los milicianos de indicar la dirección. Como imaginaba, hacia la catapulta. No esperaba menos.

Avanzo rápido y veo a Garinya, distraída viendo la destrucción a nuestro alrededor. Vamos, Garinya digo sin pararme.

Un poco mas allá está Ekaterina. Esto sí me hace pararme, pero no mucho. Alzo la mano, como saludo, y sigo avanzando.

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24/07/2019, 11:56
Ertiznao.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO:4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Rocas caídas del cielo, fuego perverso, destrucción por doquier, enemigos salvajes y malvados y sin embargo él seguía vivo. Ya no estaba intacto pero continuaba muy vivo. Si alguien dudaba del poder de Shelyn, él era la viva prueba de su protección. Ayudó a Willbur a orientarse y trepar, el hombre era bueno con el arco pero sin la capacidad estratégica y de gestión de Ertiznao quizás se hubiera muerto rodeado por el fuego. 

Para alumbrar el oscuro camino de la destrucción Ertiznao recurrió a la sagrada luz de la belleza de Shelyn que iluminó la punta de su guja haciendo que iluminara sus pasos y sus decisiones. Gracias al poder de la diosa no tardaron en recorrer el camino de la perdición y salirse de él para reencontrarse con sus viejos compañeros que correteaban, como de costumbre, pérdidos sin las órdenes del goblin, como de costumbre. Para tranquilizarlos Ertiznao elevó su guja brillante todavía más y gritó con su aguda e incómoda voz.

¡Chorprecha! ¡Echtamoch aquí! ¡Tranquiloch ya he vuelto! ¡Chelyn echtá con nochotroch!

No detuvo sus pasos en toda la carrera pues tenían cosas que hacer, el goblin no sabía cuales pero algo habría que hacer eso era seguro. La batalla no había terminado y él debía contribuir a la victoria. Contento de reunirse con sus compañeros, magullado pero con una sonrisa en la boca se dispuso a ayudar a los suyos. La victoría estaba cerca Shelyn se lo había dicho.

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24/07/2019, 16:01
Tronquito.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Con paso raudo, iluminado su derredor por la miríada de luciérnagas que habían emergido de las fisuras de su corteza y que lo bañaban en una luz levemente espectral, Tronquito seguía la estela de Dragos, que como un barco capitán, había tomado la delantera a todos y se dirigía hacia la última de las catapultas.

Aquel hombre era un verdadero enigma para él. No recordaba haber cruzado palabra con él, algo que tampoco era difícil de entender teniendo en cuenta los curiosos hábitos de sueño del melenudo. Parecía sentirse más cómodo en la noche que en el día, a diferencia del propio Tronquito, para quien la luz era vida y la oscuridad tiempo de reposo.

A su alrededor, todos mostraban rostros serios y decididos, la mayoría de las heridas, o cuando menos las más graves, restañadas. De todos modos, en su diestra, el ghoran llevaba la varita. No sabía sidebería unirse al combate o velar por la salud de los demás. Era una decisión que tomaría en el momento oportuno, cuando viera el número total de enemigos a los que deberían enfrentarse.

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25/07/2019, 01:13
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Peludo permanece con calma sobre el hombro de Win mientras mira al resto de los compañeros avanzar hacia las piedras donde está la última de las catapultas que bombardea Trunau. Win intenta reunir al grupo pero Peludo piensa en algo:

 - "Mrru. Miau." (Iré sigilosamente por el otro lado. No me expondré pero puede que sea más útil que por acá.)

Win sabe que si el gato desea desaparecer, lo conseguirá sin muchos problemas, por lo que está decidido a moverse de esa forma y así aportar al grupo con línea más directa, sin mencionar que no será objetivo de los enemigos al no ser detectado ni representar una amenaza.

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25/07/2019, 12:27
Win.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Cuando salió por las puertas de la ciudad, Win se sintió más ciego que nunca. Los espacios perdidos eran lo más calamitoso para él, sumiéndolo en una falta de referencia total. Afortunadamente la sensación cercana de sus compañeros, avanzando en cierta dirección y los maullidos de Peludo que constantemente le orientaban en un lado o en otro, hacían que el invidente pudiera moverse en una dirección concreta. No tuvo problemas para sortear piedras, acequias, charcos o irregularidades del camino. Era la sensación de no poder percibir a donde se dirigía lo que le daba una sensación de inseguridad. Pero los ruidos de pisadas, armaduras tintineando, jadeos durante la carrera, de todos sus aliados le dejaban un claro rastro que podía seguir.

- Dagfirnn, esperemos a Haluk - indicó al guerrero, reconociendo el sonido de este algo más adelantado y el del gran trasgo notablemente más atrasado. Lo ideal sería que los tres activos más aptos para el combate cuerpo a cuerpo entraran en liza al unísono. No sabían qué iban a encontrarse detrás de esas piedras grandes, aparte de una catapulta. O así se lo habían explicado. Fue entonces cuando sintió sus heridas sangrantes aun abiertas y una interna que le animaba a sanarlas. No dudó en que resultaba una inspiración de Iomedae, instándolo a estar lo mejor preparado para la batalla. Por eso se detuvo, cogió de una bandolera la poción que Rabus le diera, y se la bebió. De inmediato la mayor parte de sus daños sanaron y se sintió renovado para el combate.

- Esto sienta tan bien como un "Martillo de Trunau". Gracias - dijo al tabernero, justo detrás de él. Acto seguido prosiguió su avance aferrando su mandoble con fuerza. Peludo, en ese punto, manifestó su intención de acechar a quienes estuvieran detrás de las grandes rocas, con la catapulta.

- Está bien. Ten cuidado - instó a su amigo felino, sintiendo como el pequeñajo saltaba de su hombro y desaparecía al alejarse de él en la oscuridad inmensa.

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25/07/2019, 22:30
Haluk Molok.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Haluk maldecía en voz baja su lento paso, podía ver como sus compañeros se avanzaban pero las patas del cruzado de Asmodeus no podían mantener el ritmo de los suyos, también se sumaba la armadura que portaba encima.

Escuchó la voz del goblin en la lejanía, pudo percatarse que el escurridizo ser se mantenía vivo y junto a él estaba el experto arquero de Trunau.

Haluk era muy orgulloso y no pidió que lo esperaran, siguió avanzando e intentando ir lo más rápido que sus piernas podían permitirle.

<< No puedo retrasarme, si llego tarde ese ciego terminará con todos y no me dejará ¡Ni uno! >>

Allí fue avanzando con las narices hinchadas por el esfuerzo que hacía para ir lo más rápido posible.

- ¡Déjame alguno!

Berreó al final alzando escudo y maza, corriendo lo más rápido posible y dejando escuchar su característico sonido a causa de la cota de escamas.

- ¡Win! ¡Si me escuchas déjame alguno! -  

Aquellas palabras iban dirigidas para el ciego el autentico aniquilador de pieles verdes que mataba de dos en dos a mandoblazo limpio.

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26/07/2019, 10:49
Willbur Cole.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Está batalla está casi ganada, pero esa catapulta puede destrozarnos si sigue lanzando sus piedras. Aunque, por otra parte, si matamos a quienes la usan y la subimos al alto Trunau, puede ayudar mucho en la defensa.

Está batalla está siendo realmente dura. Siempre cualquier pelea, por leve que sea, te afecta, pero en esta ocasión sé que, para mí, habrá un antes y un después de la batalla. Tantos amigos, compañeros, muertos en la defensa de nuestro amado pueblo...

Malditos orcos. Me dan ganas de lanzarme a la llanura y acabar con todos ellos. Sigo corriendo, no puedo hacer otra cosa.

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26/07/2019, 12:51
Piero Augustus.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


La preocupación por el destino de Ertiznao y Wilbur tenía que esperar. Las lógicas consideraciones sobre los fallecidos y los errores tácticos tenían que esperar. Lamerse las heridas y consolar a quienes habían perdido amigos o familia, tenía que esperar.

Piero no se tenía a sí mismo por un hombre pragmático pero, de hecho, lo era. Toda su mente estaba ahora concentrada en su supervivencia y en ganar con el menor número de bajas posible. Había optado por sumirse al abrazo de las sombras, y desde ese momento, se había movido lo más rápido posible en dirección a la localización de la catapulta. Veía, a unos metros delante suya, a sus compañeros. Pronto acabarían con la última catapulta y, con un poco de suerte, eso supondría el fin de la batalla.

Entonces será el momento de tomar cuenta de los muertos.

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26/07/2019, 18:57
Momo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La herrería había sido saqueada, como podía esperarse. Momo se resignó a continuar defendiendo Trunau con las pocas fuerzas que le quedaban y con lo que había sacado de rebuscar entre los cadáveres. Sólo esperaba que hubieran acabado con el grueso de las tropas de los pieles verdes.

Animada por el optimismo de Tronquito se dispuso a seguir al grupo. Aún iba encorvada, afelinada por los compuestos alquímicos que había ingerido, pero notaba ciertas sensación de fatiga que se iba apoderando de su pequeño cuerpo. Mientras avanzaba vio a Rabus Claresnton. ¿Qué hacía aquel hombre allí? Se les había unido en medio del combate y no iba a ser ella quien pusiera objeciones al respecto. Cualquier ayuda sería bien recibida en la defensa de Trunau.

- Gra-gracias.- Musitó al reconocer lo que el tabernero de Trunau le ofrecía y que había identificado inmediatamente. No tardó en ingerir su contenido revitalizador. Aunque prácticamente desarmada, se encontraba mucho mejor. Casi sin dolor alguno y no era poco después de cómo Tronquito la había arrebatado de las garras de la misma muerte.

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26/07/2019, 20:45
Dagfinnr el Vikingo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Esperemos a Haluk...

La voz de Win le llegó desde la distancia, pues Dagfinnr se había adelantado a los otros dos hombres de armas. Ahora tenía enfrente la maldita catapulta, y los orcos se preparaban para lanzar una vez más muerte y destrucción sobre Trunau.

Esperemos...

Pero la sangre del guerrero ya estaba hirviendo, y no se detuvo en su carrera, sino que la dirigió hacia los trasgos que manejaban aquella máquina. Seguramente no era la opción más sensata, pero era lo que le pedía su corazón. Confiaba en poder detener el lanzamiento de la catapulta, tal vez salvar alguna vida. Y Haluk y Win no iban a tardar en llegar...

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27/07/2019, 19:30
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Peludo salta desde el hombro de Win. Ya no es una gran caída pues el ciego ha vuelto a ser un hombre de estatura normal para un humano. Peludo agradece aquello pues, aunque no se hace daño al caer como los gatos, siempre de pie, una caída muy larga igual duele en las heridas que tiene, sobre todo la de la cola.

Y de pronto, sin aviso previo, se agazapa como si fuese a cazar una presa. Sus pasos son ligeros, sin siquiera emitir un sonido, con la ligereza de una pluma y la gracilidad que solo un felino puede poseer.

Sus rápidos pasos se mueven rodeando las rocas por el sur, preparado para encontrar a su presa desprevenida.

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28/07/2019, 15:28
Tronquito.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Había estado avanzando, casi en solitario, siguiendo los pasos de Dragos y en ese tiempo había guardado sus bayas y la varita. Tan solo habían tres bombarderos intentando poner en marcha la catapulta y no era cosa de desperidiciar el tiempo. Así que ballesta en ristre, se dispuso a ayudar en cuanto fuera posible poniendo en fuera de juego a los que parecían ser los últimos enemigos a abatir.

Disparó su primer virote y vio cómo salía disparado demasiado alto, perdiéndose en la oscuridad de la noche. Murmuró una leve maldición por lo bajo y se dispuso a cargar la ballesta nuevamente. Miró al orco que se movía hacia Dragos y apuntó su arma hacia él. La punta del virote brilló tenue bajo la luz de las luciérnagas antes de desaparecer como una fugaz sombra en la noche, buscando un cuerpo en el que enterrarse.

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28/07/2019, 16:09
Win.

PUEBLO DE TRUNAU: BAJO TRUNAU

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Win escuchó los gritos de Haluk detrás suya, impedido por su pesada armadura, pidiéndole de alguna manera diversión o venganza. El ciego no pudo evitar sonreír a la carrera.

- Corre más, Haluk. Y que Iomedae te conceda justicia en tus actos y Asmodeus la venganza - se limitó a decir mientras pensó si él, empapado de negra sangre, durante el combate buscaba justicia o venganza. Tanto para Trunau como para sus propias desdichas, siendo los orcos responsables en ambas ocasiones.

Mientras accedía a las rocas, sintiendo las formas, escuchando el ruido de Dagfirnn avanzando y cargando, oyendo los gruñidos de uno, dos, tres orcos y la tensión de mecanismos y engranajes de una catapulta, Win no pudo evitar pensar en que ellos eran los culpables de su ceguera. Ellos eran los culpables de la matanza de Trunau. Ellos eran los culpables de la muerte de su mentor.

- ¡Truliiiin! - exclamó en honor al enano, mientras cargó contra uno de los pieles verdes y le propinó un fuerte tajo en su abdomen. Con las bendiciones de su señora probablemente lo hubiera partido por la mitad, pero ahora tenía que limitarse a hacer frente a aquel ser provisto de su negra mandoble y su determinación. Y de buenos compañeros. No permitirían que más muerte lloviera sobre Trunau.