Partida Rol por web

Me acerco a Tairus y le susurro al oido.

Tienes razon amigo, pero ahora hay muchos testigos. Mejor vayamos a descansar y cuando esto este vacio salimos y forzamos un par de cerraduras. El tabernero ya sabe mi oficio y no se hace responsable de las pertenencias que sean robadas aqui.

Me separo un poco y le guiño el ojo al tabernero.

Vamos a probar con silencio. Me agacho hasta la altura de la cerradura e intento abrirla. Si esto no funciona hare palanca con la espada....

escucho las palabras que le dice a Tairus y no pudo evitar una sonrisa en su rostro este tipo es de los mios recuerda que aun tenemos unos asuntos pendientes tu y yo le dice a Luxio, con un tono frio pero sin buscar pleito

Miro a Lowis y digo con una sonrisa.

Je, tranquilo, recuerdo que tenemos algo pendiente, solo espero que lo podamos resolver como hombres y no me asaltes mientras duermo.

Dicho esto me dirijo a la habitacion que nos indico el tabernero.

Os venis?

Agachándote en el pasillo desierto intentas forzar la cerradura en silencio, aprovechando la luz que entra por uno de los ojos de buey. Sin embargo, te das cuenta de que la llave está puesta por dentro, demasiado atrancada para que puedas hacer nada.

Acto seguido sacas tu enorme espada e insertas la punta entre la puerta y el marco. Aunque intentas mitigar el ruido, un fuerte crugido sacude el pasillo cuando destrozas el marco.

La puerta se abre poco a poco, mostrando una habitación vacía y ordenada en la que puedes ver una cama perfectamente hecha, un escritorio contra la pared, una alfombra redonda y un armario que, descubres, está algo separado de la pared de madera. Lo apartas con un poco de esfuerzo, y descubres un hueco vertical con unas escaleras de mano formadas por travesaños metálicos, e iluminado desde arriba por la luz del sol; hay una reja que seguramente comunica con la cubierta. Hacia abajo, el túnel se pierde.

La reja superior no puede abrirse y no parece más que un respiradero, así que el único camino posible es hacia abajo.

Usando la escalera, comienzas a bajar hasta que te das cuenta de que el túnel deja de ser de madera; parece que el barco ha quedado atrás, y la chimenea se hunde en la roca húmeda.

Al cabo de un rato, tocas suelo; te encuentras en un pasillo amplio que baja mediante anchos escalones hacia algún lugar. Las paredes son de ladrillo y mampostería, y puedes ver que hay varias entradas como la que has utilizado, posiblemente provenientes de varias habitaciones o pasadizos en el "Marino Mercante".

Bajas las escaleras y te llega un olor a cerveza, hierba de fumar y sudor; descubres que bajo el "Marino Mercante" hay otro local, subterráneo y evidentemente clandestino. Es un lugar enorme, al que tú entras desde el norte. Puedes ver que el lugar está casi desierto, seguramente tras una noche de frenética actividad, (recuerda que es temprano).

El enorme lugar tiene un techo muy alto, de unos seis metros. Junto a tí, en una mesa pegada a la barra, ves de espaldas una figura pequeña y esbelta; es una muchacha, y se trata de una marioneta igual que tú. Está bebiendo cerveza.

Más allá, en una mesa hay un grupo de tres gorilas jugando a las cartas junto a un escenario vacío, que charlan con un tipo melenudo que permanece en pie.

Y en la barra, cerca de tí, ves a un clérigo embutido en una armadura de acero teñida de sangre, no sabes si propia o extraña, con el símbolo de la Iglesia de la Ley en la coraza, y a un pelirrojo con un tremendo flequillo. El cuarto gorila de la mesa se ha levantado y les está sirviendo cañas.

A parte de la chica, el melenudo, el pelirrojo, el clérigo y los cuatro gorilas no hay nadie más en la posada. ¿Que harás ahora?

Boceto; (tú entras desde el norte).

Os recuerdo que es temprano, por la mañana; este local clandestino está vacío tras una noche de juerga, y por ahora no hay ningún posadero.

Los únicos que os encontrais allí sois Tairus, Lowis y Luxio, además de los cuatro gorilas, (uno de ellos se ha levantado a serviros). Es evidente que los gorilas trabajan en el local.

Uno de ellos os vuelve a señalar la puerta más a la izquierda de las que hay al este; - Allá es, nostá cerrada ni na, allá descansais si sus queréis, gratis -.

Antes de que lleguéis allá llegan dos personas más provinientes de las escaleras, al norte. Primero, veis a un hombrecillo pequeño que casi confundís con un niño, embozado con una capa y una capucha y con una tremenda espada a la espalda, (XV). Parece algo desorientado.

Y luego veis llegar a un hombre gordo y corpulento con un mandil de cuero y aspecto de posadero. Los gorilas le saludan; - ¡Ei, Otto¡, ¡Nos vamos al catre¡ -. Y empiezan a recoger la timba que tenían montada.

Otto sale después del hombrecillo embozado, y le sonríe.

- Vaya, conseguiste llegar, ¿eh, mi pequeño amigo? -, dice riéndose en alto y limpiándose las manos en el delantal.

- ¿Sabes?, tengo negocios clandestinos a parte de mi posada en la superficie, pero ya te habrás dado cuenta. Eso no significa que no me guste Bluria: amo mi ciudad. Y por todos los demonios del caos, que no me gusta lo que está pasando últimamente. Monstruos, asesinatos, barcos que naufragan, pesca exigua... -. El hombretón camina hasta la barra, de donde saca un hacha a dos manos de tamaño considerable, y la acaricia con cariño.

- Esta señorita-, dice refiriéndose a la muchacha pequeña sentada en la mesa-, tiene tratos con un hombre llamado Mo. Es un hombre siniestro: no se trata de un habitual de mi Bodega, ni de un honesto ladrón ni de un criminal común y corriente. No. Mis informadores me dicen que es un hombre peligroso, y que le han visto en compañía de... mutantes. Y además tiene tratos con la isla de los reyes esclavistas, a juzgar por la chica-.

Otto la mira mal, y ella se levanta de la mesa y mira a todo el mundo a su alrededor, impasible. - Ese Mo es un peligro para Bluria, y para mis negocios clandestinos. Yo tengo información sobre tí, XV. Sé que intentas encontrar al responsable de todos los problemas de la ciudad. Y también sé que esos tres hombres,-, dice señalando a Tairus, Lowis y Luxio, - Están buscados por la justicia. Escuchadme. Si conseguís sacarle a esa muchacha donde se encuentra Mo, él os llevará al responsable de que los mutantes invadan las calles, de que la pesca no sea buena y de que se atente contra la vida del Condestable. Y estoy en posición de aseguraros el perdón para el crimen que habéis cometido esta madrugada-, dice sonriendo.

La joven extranjera, (que tiene las mismas facciones que XV), saca su arma y niega con la cabeza, desesperada. - No puedo traicionar a mi titiritero -, dice. No os ataca, pero se queda en guardia.

Ésta parece una marioneta liberada, igual que tú. De alguna forma, ha desarrollado una personalidad: eres capaz de distinguir perfectamente a las marionetas sin alma, y ésta es como tú, aunque acaba de reconocer que tiene un titiritero.

Eso significa que ese tal Mo tiene en su poder un objeto que la ata a él, seguramente un arnés mágico de marioneta.

Mientras Mo tenga en su poder el arnés, ella no podrá traicionarle de ninguna manera, ni bajo tortura, ya que está ligada a él mágicamente.

Sabes que Mo viene todas las noches a buscarla, quizás podríais descansar y atraparle la noche siguiente, pero... ¿como retendréis a la marioneta?.

Seguramente, Tairus, Lowis y Luxio no sabrán nada de esto. Quizás piensen que pueden sacarle el paradero de Mo por la fuerza.

¿Que harás ahora?.

Bueno, amigo Otto, si ese tal Mo es un problema para ti, nos encargaremos de el.

Me giro a la muchacha y le digo.

Escucha chica, no te lo pongas tan dificil. Nosotros somos mas y estamos bien armados, asi que, que te parece si nos das la informacion antes de que corra la sangre?

La muchacha de piel oscura vuelve a negar con la cabeza, con su espada curva en la mano y un escudo de factura extranjera en la otra. Tiene una extraña expresión de determinación en el rostro, como si estuviera traspuesta o en trance. - Debo obediencia a mi titiritero -.

¿Que haréis ahora?

tras oir las palabras de ottis y luxio, miro a la chica no es prudente que levantes armas ante nosotros le digo friamente mientras saco mi espada no vas a lograr nada masque destruirte a ti misma digo y me pongo en guardia con mi ecudo y mi espada en mano

La tension empieza a mascarse en el ambiente. Ya hay dos personas en guardia y parece que al final habra pelea.

Otra vez! Pero es que no voy a poder descansar tranquilo?

Chiquilla, ya has oido al pelirrojo, si insistes en no decirnos lo que queremos tendras problemas.

Saco mi cuchillo y me situo a la derecha de Lowis.

Recuerda que no hay que matarla, tenemos que sacarle la informacion como sea.

oigo las palabras de Luxio ya lo se, procurare contenerme, pero no prometo nada dice con su tono caracteristico pero en voz baja

-Dejadla en paz, o luchareis contra dos. No puede decirnos nada.Me situo delante de VII, dandole la espalda.-El posadero me dijo que Mo debe venir todas las noches, debemos trazar un plan para cogerlo esta noche. Tenemos todo el dia. Me voy despojando del sobretodo....Tal vez tenga que realizar algun hechizo.

miro al sujeto que acaba de hablar y tu quien eres? pregunta friamente, mirandolo fijo con ojos intimidantes

Me llamo XV y vosotros ¿quienes sois? No saco la espada pero echo mano a la empuñadura.-Si fuerais tan amables de guardar las armas...Me giro hacia VII...todos.

XV se pone a defender a la muchacha, eso no me lo esperaba, asi que bajo la guardia.

Pues el chaval tiene razon, si ese tal Mo tiene que venir aqui no hace falta pelear.

Guardo mi cuchillo.

La verdad es que no me apetecia luchar para nada.

Si de todas formas no ha de venir hasta la noche, nos da tiempo de descansar y recuperarnos de las heridas, esta pasada noche ha sido muy ajetreada y me gustaria echarme aunque fuera un momento.

-¿Habéis terminado ya de tanto hablar?, vamos a descansar y luego mañana haremos el trabajo...

guardo mi espada, no estoy del todo convencido pero bueno piensa mira a XV, luego mira a luxio, pero no dice nada