Partida Rol por web

Su intento de atrapar a esa enorme y poderosa cosa, no funcionó, pero le dio una rápida idea de lo dura que era la piel del monstruo. Sus manos ya lucían como las de una bestia, pero dudaba que eso fuera suficiente para siquiera marcar su piel.

-Me cago en este puto pueblo de mierda- gruño mientras sus garras intentaban penetrar las impresionantes defensas de la gárgola.

Ella esprinta, oye algo que parecen instrucciones de parte de Leonid pero ni se molesta en intentar entender que dice. La idea de un combate como ese y la emoción le nubla un poco el juicio. 

Consigue el ángulo y apunta buscando el momento exacto. Lo que ve no le gusta. El intento de estacar a una gárgola tan dura como la piedra y los disparos de bajo calibre le pone nerviosa. -Habrá que aclarar algunos detalles cuando acabemos esto, si es que sobreviven.

Dispara en cuanto ve un hueco y las postas de escopeta logran curtir algo el lomo de ese vástago.  

Turno 2

¡Lawrence, eso es como escupirle a un puto blindado. Para eso dispara a las ranas! -haciendo referencia al poco daño que puede hacerle una pistola a un cainita, menos a uno como ese.

Accióna la corredera para que salga el cartucho usado y prepara el siguiente disparo.

El combate es uno de esos momentos tensos en los que no todo sale según lo planificado, la idea de que Victor distrajese a la gárgola mientras el sacerdote le asestaba un duro golpe no resultó debido a la falta de experiencia en combate del joven gangrel, no obstante el sacerdote es la segunda figura principal del grupo y no estaba dispuesto a permitir que ninguno de sus chiquillos a su cargo fuera aniquilado, los recién incorporados deben sufrir contra oponentes adecuados, este ser es demasiado para un primer combate a muerte.

-Adelante Victor, juntos asestaremos un golpe a este ser que se va a quedar de piedra - Atha detiene su posición de ataque al darse cuenta de que Victor aun no ha sido capaz de sacar las garras -  ¿Que? Victor, ¿No me jodas que llevas uñas de barby como puño americano? maldita sea - se abalanza sobre la gargola impidiendo que golpé al joven gangrel.

La pesada maza avanza hacia el torax de Athanasivs quien agarra en un primer momento con las garras la maza para evitar el golpe, pero la maniobra mal ejecutara no permite parar el impacto y golpea al zulo. No ha logrado acabar con su no vida, pero ha dejado secuelas importantes.

Mirando a los ojos de la gargola fijamente y con una voz de tono desgarrada e irreconocible que no se asemeja a la de ningun ser humano parlante:
-Dolor, enhorabuena cara piedra... hace mucho que no sentía dolor.

En este momento se situa frente a la gargola para ser su objetivo principal.

Iniciativa: 1 + 10 - 2 = 9

A pesar de su primer intento fallido Ramón no se desesperó, era un hombre de fe y paciente, así que simplemente volvió a intentarlo.

El hecho de no conseguir hacer ni un poco de daño a esa bestia parda la estaba enfureciendo. Sentía una frustración tremenda. Miró a Leonid. - ¡Esto no funciona! ¡Diles que se retiren! ¡Los va a matar! - había adoptado una posición de descanso, con el arma apuntando hacia el suelo, tal y como Leo le había explicado en su clase express.

Estaba haciendo un gran esfuerzo por no ir a ayudar a Ramón, tal como el instinto le pedía, para quedarse en la posición que el jefe había indicado. Tenía la cabeza embotada, la rabia burbujeando como agua hirviendo dentro de su ser. Volvió a apuntar a la gárgola. - ¿Qué hacemos ahora, jefe? - gruñó entre dientes.

En un momento una bruma oscura comenzo a emanar desde la propia sombra de aquella gárgola. Esta es reptante y a primera vista calcitrante, comenzando a envolverla antes de comenzar a disparar y siempre ha sido la estrategia más usada por los miembros de su clan al momento de enfrentar a un enemigo.

"Juego de sombras"

Sabe que necesita reducir la resistencia de aquel monstruo y es su mejor carta en este momento. Observando como el resto de la cofradia logran lastimar al monstruo a primera vista.

En ese momento escucha el reclamo de Selene en medio de la batalla. No desvia su mirada en momento alguno de su objetivo.

-No dejes disparar Selene. Tus hermanos , padre Ramón te necesitan en esta posición-.

Es todo lo que dice en un tono marcado y contenedor mientras dispara al enemigo, viendo como la bala rebota en la coraza que lo protege.

-Confia en tus hermanos-.

Es todo lo que dice al verla insegura, preparándose para disparar una vez mas y la sangre nuevamente fluye por sus venas para desarrollar una mejor agilidad dentro del combate.

-Sigue disparando Selene-.

Dice a ella para motivarla a retomar nuevamente los disparos. Saben que ahora con el juego de sombras tendran una mayor ventaja.

Aunque soy consciente de que las balas no le hacen, aparentemente efecto, Leonid nos ratifica a Selene y a mí la orden de continuar disparando.

Apunto y vuelvo a dispararle una ráfaga corta de tres balas.

Al cabo de un instante Aurora da otras ordenes que hacen que me quede mirando confundido alternativamente a ella y a quién me dijo que daba las ordenes en el grupo.

Si Leonid no da una nueva contraorden respecto a la de Aurora intentare golpearlo. Si sin pretenderlo hice un boquete en el tabique de nuestro refugio puede que también le haga daño.

Escuchó a Leonid por encima de los disparos. Sonrió cuando vio que estaba intentando tocarle la fibra para animarla. Estaba clara su afinidad con el cura. Y también estaba claro que, como siguiese así, se iba a agotar. Asintió con un rápido movimiento y comenzó a disparar a la gárgola de nuevo. Lo de la pistola no había sido muy buena idea, pero teniendo en cuenta la sed que tenía y la preocupación por Ramón, había preferido mantenerse lo más lejos posible de la bestia. 

Tengo que hacerme con un puto cuchillo. No me acaba de gustar esto de jugar a las pistolitas... - Apretó los dientes e intentó acertar a la gárgola, manteniendo la posición que le había indicado el jefe. 

La gárgola demostraba ser un enemigo formidable, con sus pasos pesados, su cuerpo de piedra y su presencia lograba intimidar al más fuerte de carácter.

Logra acertar un golpe al cuerpo de Atha nuevamente, pero este, pasa a su forma de sangre y se salva del impacto, aunque el golpe logra esparcir bastante sangre por todas partes.

El Padre Ramón intenta nuevamente clavarle la estaca en el corazón, pero falla sin causarle nada de daño, y los que logran dispararle varios impactos son Lawrence y Leonid, pero no se nota daño aparente.

Aurora nuevamente logra impactarle varios perdigones de su escopeta, aunque, el mayor daño fue recibido por las terribles garras de Víctor, heridas que una vez abiertas, hacen vociferar de dolor a la criatura.

Se apoya levemente en su maza para mantener la compostura, sus alas son abiertas y mira al grupo con unos ojos llenos de una ira infernal.

-Así que sientes dolor- murmuró el gangrel con una enorme sonrisa de satisfacción al ver a esa poderosa criatura rugir y necesitar el apoyo de su maza para reponerse… De todos modos mantuvo su compostura y posición de ataque. Atha resistía, de alguna manera que no comprendía, pero no sabía cuánto tiempo podría hacer de escudo para el grupo-. Quiero oírte gritar otra vez.

Volvió a atacar, buscando causar dolor en esa maldita bestia. Podía haber más de esas cosas, así que mejor acabar con ella cuanto antes…

Aquel vampiro-gárgola era mucho más resistente de lo que cabría imaginar, pero estaba en una clara inferioridad numérica y eso se notaba ya que no podía repeler todos los ataques que le lanzaban. Con algunos comenzó a gritar de dolor.

Unos poquititos golpes nomás y estará a nuestra merced.

Al verla más débil intentó neutralizarla por tercera vez y si no daba resultado tendría que utilizar otra táctica diferente, no podían alargar aquel combate demasiado y dejar que aquella criatura hiriese a alguno de sus compinches.

Le dio un vuelvo el corazón cuando vio el impacto contra Atha y toda esa sangre esparcida por doquier, pensando que le habría partido en dos la caja torácica y dejado fuera de combate. Tarda unos instantes en comprender que habia sido uno de los mejores trucos del sacerdote.

-Uf.  -Piensa aliviada sin dejar de apuntar esperando el momento de no darle a nadie.

Dispara y ve como su impacto si que hace algo. No como la munición desperdiciada de los otros dos que prefieren seguir las instrucciones -¿En que piensa Leonid? No están haciendo nada.

El momento en el que el enemigo se tambalea es el indicador de que se está viendo superado y no podrá aguantar mucho más. 

Recarga. -¡Leonid, chicos! ¡No la rematéis. -No era un acto de piedad como quizá pudo serlo con pobre pander, era la guardiana de ese lugar, podria tener información valiosa sobre las trampas y otros asuntos, merecia la pena interrogarla.

Luego se dirige a la gárgola y deja de apuntarla un momento.

-¡Rindete, Gárgola! No tienes que morir por defender a Niel.

Si se negaba habría que hacerlo por las malas. 

Aprovecho el momento de dificultad de la gárgola para activar los ojos de la bestia.

Siguiendo las indicaciones de Aurora, reforzadas por el recuerdo de haber hecho un boquete en la pared. Guardo la pistola en la funda mientras me acerco donde se encuentra la gárgola intentando darle un puñetazo.

¡Seria increíble que mis puños fueran capaces de dañar a una cosa a la que las balas le rebotan!